Zira
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Zira inclinó la cabeza a un lado pensativa, ¿Lo había usado de forma arrojadiza? Que extraño, bueno, no se iba a hacer mucho la cabeza, más tarde vería como usarla. Las palabras de Alpha sacaron una maliciosa sonrisa en el rostro de la chica, esta solo duró un par de segundos. Luego vería como el capitán tendría problemas con el martillo ese que le entregó el pelirrojo, ¿Tan pesado era? Sí que era preocupante su fuerza, con solo ver eso, la chica ya quería pelear con ese grandote.
En cuanto llegaron al barco, no dudó en irse a dormir a la habitación de Alpha, tenía ganas de descansar, aunque sabía que no había hecho nada realmente exhaustivo, simplemente tenía un poco de pereza. No tardaría en ser despertada por Alpha. –¿Eh? ¿Hay que ir al buque? Okey… –Seguiría a su capitán, ambos serían guiados por unos pasillos desconocidos hasta unas puertas bastante grandes para una persona normal, parecían más dignas de un gigante. Y efectivamente se encontraba una mujer enorme del otro lado, Zira quedó cautivada con aquella imagen, al punto de que se le escapó de entre los labios. –Quiero ser esa silla. –Fue más como un chillido interno que se escuchaba muy bajo.
Hizo una reverencia ante la dama al ver que su capitán hacía lo mismo, de verdad era sorprendente todo ese lugar, mantendría una mirada neutra mientras seguía a Alpha, dejaría que él hable, ella solo asentía a las palabras de Payne, su vista estaba en los ojos de la mujer, pero no podía evitar mirar más abajo que eso de vez en cuando. Fue entonces que el pelirrojo les indicó que bajaran para pelear con él, así que los quería poner a prueba, esto sacó una sonrisa en Zira, quien no dudó en bajar rápidamente.
Alpha fue el primero en atacar, la muchacha dejaría que su ataque llegue primero para luego ejecutar el suyo, ¿Qué iba hacer ella? Pues con el dragón arcoíris en mano comenzó a correr con el cuerpo inclinado cerca del suelo. En el camino se hizo un corte en la palma de la mano izquierda para embadurnar de sangre el filo de su espada, con una fuerte sacudida con el arma, el líquido carmesí salió disparado en dirección a los ojos del grandote. Tras eso ella dio un fuerte salto que la elevó lo suficientemente alto para ejecutar su movimiento estrella apuntando al cuello de Teodore.
En cuanto llegaron al barco, no dudó en irse a dormir a la habitación de Alpha, tenía ganas de descansar, aunque sabía que no había hecho nada realmente exhaustivo, simplemente tenía un poco de pereza. No tardaría en ser despertada por Alpha. –¿Eh? ¿Hay que ir al buque? Okey… –Seguiría a su capitán, ambos serían guiados por unos pasillos desconocidos hasta unas puertas bastante grandes para una persona normal, parecían más dignas de un gigante. Y efectivamente se encontraba una mujer enorme del otro lado, Zira quedó cautivada con aquella imagen, al punto de que se le escapó de entre los labios. –Quiero ser esa silla. –Fue más como un chillido interno que se escuchaba muy bajo.
Hizo una reverencia ante la dama al ver que su capitán hacía lo mismo, de verdad era sorprendente todo ese lugar, mantendría una mirada neutra mientras seguía a Alpha, dejaría que él hable, ella solo asentía a las palabras de Payne, su vista estaba en los ojos de la mujer, pero no podía evitar mirar más abajo que eso de vez en cuando. Fue entonces que el pelirrojo les indicó que bajaran para pelear con él, así que los quería poner a prueba, esto sacó una sonrisa en Zira, quien no dudó en bajar rápidamente.
Alpha fue el primero en atacar, la muchacha dejaría que su ataque llegue primero para luego ejecutar el suyo, ¿Qué iba hacer ella? Pues con el dragón arcoíris en mano comenzó a correr con el cuerpo inclinado cerca del suelo. En el camino se hizo un corte en la palma de la mano izquierda para embadurnar de sangre el filo de su espada, con una fuerte sacudida con el arma, el líquido carmesí salió disparado en dirección a los ojos del grandote. Tras eso ella dio un fuerte salto que la elevó lo suficientemente alto para ejecutar su movimiento estrella apuntando al cuello de Teodore.
LA GARRA DEL TIGRE
- Técnica y arma usada:
- El dragón arcoíris:
Descripción: Es una hermosa katana que sin lugar a duda fue manufacturada por algún maestro de la herrería. Lo que más resalta en ella es su empuñadura, que tiene incrustadas unas gemas. Cada una representando el color de un arcoíris.
Propiedades: Dureza, Tenacidad y liviandad genuinas.
Nombre de la técnica: Garra del tigre
Categoría: Genuina
Naturaleza: Física
Descripción: Zira cambia el agarre de su espada diestra, ahora la hoja en lugar de mirar en dirección al pulgar mira en dirección al meñique, básicamente la agarra de revés. Con este nuevo agarre ataca desde arriba con un gran salto, cayendo con la hoja hacia la cara del oponente, en esa posición puede aplicar más fuerza y peso al golpe.
- Resumen:
- -Zira se va a dormir un rato.
-No pronuncia mucha palabra en la conversación con Payne, solo asiente.
-Le lanza sangre a los ojos a Teodore y utiliza la garra del tigre contra él.
Normas del capítulo:
- Se moderará los martes entre las 22:00 y las 23:59.
- No se puede postear los martes antes de la moderación.
- Hay un reloj que marca el tiempo restante. Cuando acaba los temas se cierran.
- Está prohibido metarrolear, powerrolear y demás actitudes tóxicas.
- A más riesgo, más premio.
- Como es tradición, el barco de Sons of Anarchy se hundirá en algún momento.
- Cada post debe ocupar entre 250 y 1.200 palabras. Si no se está en estos límites, el post podría ser ignorado.
- Es responsabilidad de un usuario comunicarse con la gente con la que interactúa.
- Si un post tiene más de 15 faltas ortográficas por párrafo podría ser ignorado.
- Hacer un resumen de acciones relevantes es obligatorio independientemente de la extensión.
- La ley del plot no es a prueba de idiotas.
Moderación:
- Abi, Braud y Bizvan:
- Los tres imitáis la iniciativa anterior de la artillería y atacáis con lo que tenéis a la cabeza dañada del animal. Los láseres llegan primero, seguidos del golpe de Braud al morro para terminar con el ataque de Bizvan rematando el punto débil.
Ese punto estaba tan debilitado que el daño no sólo hace que Bizvan entre dentro de la cabeza de la bestia con el impulso, sino que el resto de ataques la destruyen en su mayoría. Pero a pesar de ese daño la bestia no se detiene. Por dentro está hueca completamente, siendo una carcasa vacía. El hueco tubular que es su cuello da a un vacío negro que sería el interior de su cuerpo, donde están alojadas las partes traseras de varios cañones, la dura sustancia negra que lo compone parece comportarse de manera diferente ahí, siendo maleable como la arcilla a la hora de formar varios tendones que mueven la besta desde dentro como si fuera una marioneta. Pero lo más curioso lo encontráis en la parte interior de la nuca, una gran marca roja, un sello circular de casi un metro de diámetro dibujado con lo que parece ser sangre humana, brilla ligeramente por lo que es distinguible incluso en la oscuridad. El hueco es lo suficientemente grande como para que entréis los tres si así lo deseáis.
- Roland y Raion:
- Parece que ha ocurrido algo en el campo de batalla, el tipo encapuchado sigue sin percatarse de vosotros incluso cuando pasáis relativamente cerca. Podéis verle la cara, es Charles Algerie, la mente maestra detrás de los dobles impostores. Está en una especie de trance mientras mueve las manos.
Tuerce el gesto, algo le ha molestado, murmura negando con la cabeza algo de su “obra maestra” pero os ignora.
- En fin, parece que lo han descubierto. Prepararé los explosivos para detonarlos y poner fin a esto antes de irme. - Escucháis que dice entre dientes mientras su mirada sigue ausente.
- Dregan:
- Tras un rato logras reunir a todos los tripulantes que estaban ociosos, de forma más o menos organizada llegan a la cubierta de proa y forman ante Cawl de forma un poco desordenada. Sin duda la disciplina falta en este grupo, aunque no se esperaría mucho más de vosotros.
Cawl se encuentra con las manos a la espalda, firme y en silencio mirando cómo llegan todos. Parece que hoy está paciente porque no ha abierto la boca en ningún momento, aunque su severa mirada sin pestañear hace que reine el silencio en cuestión de segundos sin ser necesaria una palabra.
Pasa un minuto en tranquilidad, dos, cinco… Sigue sin decir nada ni moverse. La primera alarma salta cuando uno de los presentes trata de llamar su atención y este no responde. Cuando os acercáis a ver y alguien le da una palmada en la espalda para ver si reacciona este cae al suelo tieso y de frente. Al darle la vuelta podéis ver que a pesar del golpe que se ha llevado en la nariz no sangra. Sus ojos están vidriosos y no respira. Cawl está muerto antes siquiera de que os dijese vuestra misión. Del bolsillo se cae su petaca, aunque a esta le falta casi todo el contenido.
¿Qué está pasando? ¿Se ha muerto por sus malos hábitos… o alguien lo ha asesinado? Bueno, si miras alrededor te darás cuenta de que no cuentas con los mejores detectives… o con los mejores actores a la hora de hacerse pasar por idiotas. Lo que está claro es que quien le da las órdenes lo va a echar en falta tarde o temprano.
- Freites y Zira:
- Una oferta tentadora. - Comenta Payne. - Pero tendrá que ser en otro momento, esto me interesa más que una simple partida.
Tras eso os lanzáis a por Theodor. La onda sale disparada, pero antes de que llegue al pecho del oponente este la intercepta con el plano del martillo, golpeándola y desviando su fuerza. Ha sido capaz de reaccionar en los pocos centímetros que separan tu arma de su piel y la fuerza de su golpe te levanta los cabellos. Suzaku no encuentra ninguna apertura por la que atacar, es más, si conoces bien a tu montura dirías que reacciona con mucha cautela a la hora de medir sus movimientos.
De todas formas la sangre de Zira llega y logra bloquear sus ojos, Los cierra con una mueca de desagrado y la chica cae sobre él con la espada apuntando a su cuello. Un sonido metálico inunda la estancia. La hoja ha llegado a la carne, pero ha sido como el chocar de dos metales, el área del cuello está cubierta de un tono negro que ha endurecido la carne hasta el punto de ser capaz de desviar la hoja con un sólo rasguño.
- Bien. Tienes un 8 por el esfuerzo, pero te falta experiencia. - Le comenta a Zira. - En cuanto a tí… - Por un momento te da la sensación de que es más grande que antes, pero parece que es sólo cosa tuya. - Te he dicho que vengas con todo.
Sus músculos se tensan y una onda de choque sale de su cuerpo en todas direcciones, no hace daño de por sí, pero su fuerza es suficiente para hacer retroceder incluso a Suzaku. Con el mango del martillo traza una línea en la madera tras sus pies.
- Si del siguiente ataque no me hacéis retroceder… Significará que no estáis preparados.
- llje:
- En un primer momento os dejan solos en la cocina, pero tras un rato, mientras rebuscas, sacas cosas y preparas los helados, curiosos ojos se asoman de vez en cuando para ver qué demonios están haciendo los dos pintorescos nuevos aliados de la familia real. Tal vez no se fíen demasiado del criterio del bueno del príncipe Mortimer; vete tú a saber..
El caso, que de nuevo nadie os impide dar un paseo por el castillo o entrar en alguna que otra habitación. Por desgracia las de los miembros de la familia real están cerradas a cal y canto y con un par de gorilas en la puerta. Dudo mucho que esos se aparten porque se lo pidáis. De cualquier modo, en cuanto hayáis arrasado con un par de habitaciones y os dirijáis a la siguiente os interceptará alguien que tal vez os resulte familiar, ya que es quien aparentaba hacer las veces de oficial al mando de la guardia del castillo durante vuestro encuentro con la cosa verde que daba repelús.
-Disculpen -dice sin verdaderamente pedir perdón-, pero desvalijar las habitaciones a su voluntad no era parte del acuerdo ni es para lo que han accedido a ayudar al reino de Sakura. En nombre de la familia real, debo pedirles que lo dejen todo donde estaba.
Va junto a otros cinco solados y, según parece, cuenta con el beneplácito del príncipe Mortimer para haceros tan educaa exigencia.
Abigail Mjöllnir
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El resultado de sus acometidas fue evidente, y la conclusión casi instantánea: era otro constructo de arcilla. Dado que ya había descubierto antes el punto débil de las creaciones huecas de arcilla no tomó demasiado tiempo localizar dónde debían atacar ahora. Guardó el rifle de nuevo y, como antes, lo cambió por el arco. El espadachín de antes se había metido dentro de la cabeza, así que tenía que tener cuidado con cómo atacaba ahora, no podía pasarse de rosca.
—¡Eh, el que está ahí dentro! —gritó para llamar la atención del espadachín —. ¡Busca la nuca, estas cosas tienen un sello rojo que las mantiene operativas, si lo rompemos dejará de moverse! —exclamó y, aún así, pensaba darle una ayudita. Transformó sus orugas en piernas normales y corrientes, acto seguido se bajó la capucha, iluminando sus ojos con un ligero resplandor turquesa. Sería su Aqua Focus, y la ayudaría a apuntar mejor a la zona aproximada donde debería estar el sello de sangre si estaba en un sitio parecido al de las estatuas de antes.
Se movió para poder tener una línea de tiro sin nadie en medio. Decidió mantener oculto aún su elemento hielo y cargó una nueva flecha de luz sólida en el arco, haciéndola pasar por su Tempestas para darle una carga eléctrica extra. Hizo fuerza para tensar la cuerda, apuntó hacia donde debía estar la nuca y por tanto el sello de sangre y disparó. Acto seguido saltó hacia atrás para crear algo de distancia, preparándose para repetir si ese bicho se movía. Algo tan grande quizá necesitaría dos sellos para poder moverse o algo así.
—¡Eh, el que está ahí dentro! —gritó para llamar la atención del espadachín —. ¡Busca la nuca, estas cosas tienen un sello rojo que las mantiene operativas, si lo rompemos dejará de moverse! —exclamó y, aún así, pensaba darle una ayudita. Transformó sus orugas en piernas normales y corrientes, acto seguido se bajó la capucha, iluminando sus ojos con un ligero resplandor turquesa. Sería su Aqua Focus, y la ayudaría a apuntar mejor a la zona aproximada donde debería estar el sello de sangre si estaba en un sitio parecido al de las estatuas de antes.
Se movió para poder tener una línea de tiro sin nadie en medio. Decidió mantener oculto aún su elemento hielo y cargó una nueva flecha de luz sólida en el arco, haciéndola pasar por su Tempestas para darle una carga eléctrica extra. Hizo fuerza para tensar la cuerda, apuntó hacia donde debía estar la nuca y por tanto el sello de sangre y disparó. Acto seguido saltó hacia atrás para crear algo de distancia, preparándose para repetir si ese bicho se movía. Algo tan grande quizá necesitaría dos sellos para poder moverse o algo así.
- resumen:
Avisar de la movida del sello, tirar Aqua Focus para apuntar mejor y disparar una Flecha de Luz a donde se supone que está el sello si hace caso a lo que vio antes -la nuca-
Zira
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Alpha fue el primero en atacar, aún así Zira ejecutó su ataque, ya que sabía que el capitán no iba a hacerle mucho, no es que desconfíe de él, sino porque desde el momento en que vio a Theodor sabía que era alguien fuerte, su nariz pocas veces le ha fallado. Al ver como el ataque de Freites fue desviado, Zira marcó su estrategia, cuando un oponente es más fuerte, solo hay que jugar sucio y esa era la especialidad de la chica. El truco de la sangre junto a la garra del tigre, con ese movimiento logró golpear a Alpha hace no mucho, así que no era de extrañar que lo aplicara en otro oponente fuerte.
Una sonrisa maliciosa se mostró en su rostro cuando la sangre dio en el blanco, era momento de partirlo en dos, ¿Matar un aliado? Eso no pasaba por la cabeza de Zira, más bien pensaba en "Cortarle la cabeza a Theodore", ambos son lo mismo, pero para ella son cosas distintas. Pero entonces el sonido de su espada al chocar con el cuello del hombre y la sensación en su mano, cambiaron la expresión de su rostro. –¿Ah? –No entendía qué ocurrió, hasta que logró ver el color negro en su cuello. –Eso es… ¿Haki? ¡Joder! ¿Soy la única que no lo tiene? –Comentó frustrada zapateando el suelo ignorando a su oponente, estuvo dos segundos así, seguidamente respondió al comentario del pelirrojo. –¿Ocho? Gracias, supongo. –Le mostró un pulgar arriba, luego miraría a Alpha y se reiría señalándolo. –Ja, te retó. –No tenía filtros ni para burlarse de su capitán.
Fue entonces que Theodore los mandaría a volar con aquella onda expansiva, Zira caería de culo al piso, pero se levantaría al instante. –Joder, que masizo. –Largaría un comentario mientras se quitaba la chaqueta y la tiraba a un lado, también dejó sus dos katanas y su espada de bambú en el suelo, tras eso tomaría posición y volvería a hacerse un corte con el dragón arcoíris. –Hasta desangrarme no paro. –Tras eso se lanzaría a por él nuevamente. ¿Hacerlo cruzar la línea? Facilito.
Lanzó dos cortes rápidos al aire, suficiente para volver a tirarle dos ataques de sangre en dirección a su cara, ¿De verdad era tan tonta como para usar el mismo movimiento? Sí y no, ya que un shuriken se dirigía hacia la pierna del hombre, ¿Cuándo lo lanzó? Después del primer corte, pero repentinamente algo ocurrió, Zira tiró a un lado su katana, y seguía corriendo hacia su oponente, ¿Qué pensaba hacer? Se dirigía por el flanco derecho, así le dejaba el frente para que Alpha ataque. Sacó el arma que su capitán le regaló y con todo lo que tenía lanzó un fuerte golpe, presionando el botón en el proceso, hacia el mango del martillo de Theodore, esperaba que el arma no le falle. ¿Su objetivo? Intentar que suelte el arma o mínimo desviarla para que su compañero pudiera acertar su ataque.
Una sonrisa maliciosa se mostró en su rostro cuando la sangre dio en el blanco, era momento de partirlo en dos, ¿Matar un aliado? Eso no pasaba por la cabeza de Zira, más bien pensaba en "Cortarle la cabeza a Theodore", ambos son lo mismo, pero para ella son cosas distintas. Pero entonces el sonido de su espada al chocar con el cuello del hombre y la sensación en su mano, cambiaron la expresión de su rostro. –¿Ah? –No entendía qué ocurrió, hasta que logró ver el color negro en su cuello. –Eso es… ¿Haki? ¡Joder! ¿Soy la única que no lo tiene? –Comentó frustrada zapateando el suelo ignorando a su oponente, estuvo dos segundos así, seguidamente respondió al comentario del pelirrojo. –¿Ocho? Gracias, supongo. –Le mostró un pulgar arriba, luego miraría a Alpha y se reiría señalándolo. –Ja, te retó. –No tenía filtros ni para burlarse de su capitán.
Fue entonces que Theodore los mandaría a volar con aquella onda expansiva, Zira caería de culo al piso, pero se levantaría al instante. –Joder, que masizo. –Largaría un comentario mientras se quitaba la chaqueta y la tiraba a un lado, también dejó sus dos katanas y su espada de bambú en el suelo, tras eso tomaría posición y volvería a hacerse un corte con el dragón arcoíris. –Hasta desangrarme no paro. –Tras eso se lanzaría a por él nuevamente. ¿Hacerlo cruzar la línea? Facilito.
Lanzó dos cortes rápidos al aire, suficiente para volver a tirarle dos ataques de sangre en dirección a su cara, ¿De verdad era tan tonta como para usar el mismo movimiento? Sí y no, ya que un shuriken se dirigía hacia la pierna del hombre, ¿Cuándo lo lanzó? Después del primer corte, pero repentinamente algo ocurrió, Zira tiró a un lado su katana, y seguía corriendo hacia su oponente, ¿Qué pensaba hacer? Se dirigía por el flanco derecho, así le dejaba el frente para que Alpha ataque. Sacó el arma que su capitán le regaló y con todo lo que tenía lanzó un fuerte golpe, presionando el botón en el proceso, hacia el mango del martillo de Theodore, esperaba que el arma no le falle. ¿Su objetivo? Intentar que suelte el arma o mínimo desviarla para que su compañero pudiera acertar su ataque.
- Arma usada:
- Shuriken obtenido en la anterior parte de la trama y arma extraña que ni sé que hace
- Resumen:
- -Zira falla su ataque y suelta un par de comentarios tras eso.
-Se burla de Alpha.
-Es la primera en atacar.
-Le tira sangre a la cara nuevamente y un shuriken a la pierna a la vez, seguidamente suelta su espada y usa el arma que le regaló Alpha para intentar golpear el martillo.
Illje Landvik
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La conejita se quedó mirando cómo se acercaban los guardias y echó una mirada de reojo al pequeño montón de vestidos y demás prendas de ropa que había ido acumulando en los últimos cinco minutos. No eran muchos, en realidad. Un par de buenas camisas, tres vestidos de buena tela a los que les iría bien alguna que otra alteración y un par de pantalones que prometían hacer de su culo un monumento. Por no hablar de tres o cuatro cinturones de seda, de los anchos, que había encontrado en el baúl de uno de los cuartos.
Sin embargo, nada de eso era suyo. Era consciente. Pero era bonito, no estaba siendo usado y lo quería. Habían intentado entrar a los aposentos reales, pero no había sido posible. Por lo visto en Sakura eran lo bastante ricos como para tener gorilas entrenados guardando las puertas. O al menos, asumía que estaban entrenados. Cómo mínimo llevaban ropa. Siempre existía la posibilidad de que fueran guardias muy feos, pero tenían más pinta de gorilas. Quizá eran excentricidades de la realeza, no estaba segura.
El caso era que obviamente, muy cuerdos no estaban, por mucho que el jefe de la guardia quisiera aparentarlo. Si la crisis de las guerras contra el limo no lo habían dejado claro, la presencia de los gorilas había terminado por convencerla. ¿Qué era lo peor que podía pasarles? Que tuvieran que salir por patas. No sería la primera vez. Y quería sus vestidos. En primer lugar, porque eran bonitos. Y en segundo lugar… porque escondían cosas útiles.
La conejita dio un par de pasos hacia el jefe de la guardia y le echó uno de los vestidos más grandes encima.
-¿Sabes lo que es esto? Pertenece a uno de tus compañeros. Y esto – añadió agarrando una pelotita de papel arrugado de uno de sus bolsillos – estaba en su interior.
Lo deshizo y alisó con cuidado, enseñándole al jefe de la guardia el contenido. Se veían las arrugas, pero podía intuirse el contenido. No así leerse, ya que parecía escrito en un extraño lenguaje. Pero eso no era un problema para Illje.
-Está en código. Cita un lugar y una hora de encuentro con el enemigo. ¿Crees que en la playa están luchando por nada? Estamos intentando encontrar una solución y pasa por identificar a los traidores que tenéis entre vuestras filas. ¿Acaso sabes quienes somos?
Volvió a tomar el vestido, guardando la nota donde se encontraba inicialmente. Se inclinó de hombros, dejando de mirar al soldado.
-Por supuesto, si preferís que nos vayamos y os quedéis a merced de… bueno, de ellos, no tenemos inconveniente. ¿Verdad, Claude? Aunque con un Morty como rey… no, seguro que no tenéis ningún problema. Pero de momento… seguiremos con lo que se nos ha pedido, agradeceríamos que no cuestionaseis nuestros métodos.
Esperaba que colase. Lo cierto es que había sido un golpe de suerte que una de las sirvientas tuviera tan mala letra. Su tórrido lío con un marinero también había sido interesante, pero ni de lejos tanto como la posibilidad de continuar desvalijando el castillo de cosas bonitas.
Sin embargo, nada de eso era suyo. Era consciente. Pero era bonito, no estaba siendo usado y lo quería. Habían intentado entrar a los aposentos reales, pero no había sido posible. Por lo visto en Sakura eran lo bastante ricos como para tener gorilas entrenados guardando las puertas. O al menos, asumía que estaban entrenados. Cómo mínimo llevaban ropa. Siempre existía la posibilidad de que fueran guardias muy feos, pero tenían más pinta de gorilas. Quizá eran excentricidades de la realeza, no estaba segura.
El caso era que obviamente, muy cuerdos no estaban, por mucho que el jefe de la guardia quisiera aparentarlo. Si la crisis de las guerras contra el limo no lo habían dejado claro, la presencia de los gorilas había terminado por convencerla. ¿Qué era lo peor que podía pasarles? Que tuvieran que salir por patas. No sería la primera vez. Y quería sus vestidos. En primer lugar, porque eran bonitos. Y en segundo lugar… porque escondían cosas útiles.
La conejita dio un par de pasos hacia el jefe de la guardia y le echó uno de los vestidos más grandes encima.
-¿Sabes lo que es esto? Pertenece a uno de tus compañeros. Y esto – añadió agarrando una pelotita de papel arrugado de uno de sus bolsillos – estaba en su interior.
Lo deshizo y alisó con cuidado, enseñándole al jefe de la guardia el contenido. Se veían las arrugas, pero podía intuirse el contenido. No así leerse, ya que parecía escrito en un extraño lenguaje. Pero eso no era un problema para Illje.
-Está en código. Cita un lugar y una hora de encuentro con el enemigo. ¿Crees que en la playa están luchando por nada? Estamos intentando encontrar una solución y pasa por identificar a los traidores que tenéis entre vuestras filas. ¿Acaso sabes quienes somos?
Volvió a tomar el vestido, guardando la nota donde se encontraba inicialmente. Se inclinó de hombros, dejando de mirar al soldado.
-Por supuesto, si preferís que nos vayamos y os quedéis a merced de… bueno, de ellos, no tenemos inconveniente. ¿Verdad, Claude? Aunque con un Morty como rey… no, seguro que no tenéis ningún problema. Pero de momento… seguiremos con lo que se nos ha pedido, agradeceríamos que no cuestionaseis nuestros métodos.
Esperaba que colase. Lo cierto es que había sido un golpe de suerte que una de las sirvientas tuviera tan mala letra. Su tórrido lío con un marinero también había sido interesante, pero ni de lejos tanto como la posibilidad de continuar desvalijando el castillo de cosas bonitas.
- resumen:
- Marcarme un farol con una nota arrugada con muy mala letra, alegando que tienen a traidores entre sus filas y decepcionada de que cuestionen nuestra metodología expeditiva.
Roland von Klauswitz
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Roland tuvo que hacer una paradita en una zona frondosa del bosque para perder un par de kilos acuclillado contra el tronco de un árbol. Suerte que el saco proveía de todo lo necesario y así pudo continuar su camino sin más problemas.
Sin embargo, su camino ¿a dónde? Podía volver y liarse otra vez a tiros contra todo lo que se moviera, pero eso se le antojaba como un dolor de huevos. ¿Qué necesidad tenía? Vale, sí, el dinero, pero si Roland se había metido a empresario hacía treinta años era para que otros trabajasen por él. La codicia peleaba ferozmente contra la pereza, y al final estaban ganando las ganas de coger un pedo y dormir la mona.
Oh, pero la suerte le sonreía. Sin duda había alguien Ahí Arriba que intentaba recompensarle por su bondad y generosidad natural. ¿Por qué si no iban a ponerle delante una golosina así? Un pirata solo, distraído y enclenque, haciendo gestitos al aire. Sería uno de esos marifloros que hacía yoga. ¿Cuánto valdría? Por el último follaculos que trincó le dieron un buen dinero. Seguro que este no le costaría tanto de noquear como aquel travesti cachas.
-Qué coño, tampoco me cuesta nada.
Aceptando una pausa en su retirada, Roland encaró al tipo y...
-¡Su puta madre!
Vaya susto le había pegado la mierda del gato. Siempre se olvidaba de que aparte de feo era raro y podía volar. ¿Intentaba quitarle la presa? Oh... eso sí que no.
-Mira, bigotes, hacemos esto: yo me lo cargo, me llevo el dinero y digo a todas las tías que me lo he cepillado. Y tú puedes... no sé, lamerte los huevos o algo por ahí.
Una vez marcado el territorio, esta vez sí, encaró al tipejo encapuchado, revolucionó a Rudolf a tope y se lanzó a atropellarlo como a un reno en las carreras de montaña. Solo cuando la moto ya volaba a toda velocidad hacia él se planteó la posibilidad de que no fuese un pirata. Pero bueno, siempre podía echarle la culpa a Raion si alguien se quejaba.
Sin embargo, su camino ¿a dónde? Podía volver y liarse otra vez a tiros contra todo lo que se moviera, pero eso se le antojaba como un dolor de huevos. ¿Qué necesidad tenía? Vale, sí, el dinero, pero si Roland se había metido a empresario hacía treinta años era para que otros trabajasen por él. La codicia peleaba ferozmente contra la pereza, y al final estaban ganando las ganas de coger un pedo y dormir la mona.
Oh, pero la suerte le sonreía. Sin duda había alguien Ahí Arriba que intentaba recompensarle por su bondad y generosidad natural. ¿Por qué si no iban a ponerle delante una golosina así? Un pirata solo, distraído y enclenque, haciendo gestitos al aire. Sería uno de esos marifloros que hacía yoga. ¿Cuánto valdría? Por el último follaculos que trincó le dieron un buen dinero. Seguro que este no le costaría tanto de noquear como aquel travesti cachas.
-Qué coño, tampoco me cuesta nada.
Aceptando una pausa en su retirada, Roland encaró al tipo y...
-¡Su puta madre!
Vaya susto le había pegado la mierda del gato. Siempre se olvidaba de que aparte de feo era raro y podía volar. ¿Intentaba quitarle la presa? Oh... eso sí que no.
-Mira, bigotes, hacemos esto: yo me lo cargo, me llevo el dinero y digo a todas las tías que me lo he cepillado. Y tú puedes... no sé, lamerte los huevos o algo por ahí.
Una vez marcado el territorio, esta vez sí, encaró al tipejo encapuchado, revolucionó a Rudolf a tope y se lanzó a atropellarlo como a un reno en las carreras de montaña. Solo cuando la moto ya volaba a toda velocidad hacia él se planteó la posibilidad de que no fuese un pirata. Pero bueno, siempre podía echarle la culpa a Raion si alguien se quejaba.
- Resumen:
- Lanzarme a atropellar al malparío.
Freites D. Alpha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Había bloqueado mi técnica sin ninguna dificultad, eso ya lo veía venir. Zira por su parte también hacia lo suyo, pero fue repelida por una increíble haki de armadura. Las cosas no estaban tan mal, pero tampoco estaban para nada bien. De hecho, ya la pequeña espadachín había dado un paso más que yo logrando darle y hasta me lo recalco el reto de en forma de broma.
Pero no podía tomarme esto como una simple broma. La fuerza con la que se levantó mi cabello y cautela de mi compañera plumífera me lo indican, este hombre no es normal.
La prueba ahora aumentaba la dificulta. El pelirrojo nos mandó a volar un poco hacia atrás, pero Suzaku ni yo caímos. Su cuerpo aumentaba de tamaño y ahora mostraba mucho más poder que antes. Yo solo podía sonreír, era increíble lo que este señor me mostraba y, por instante. Mire a Payne a los ojos. Mi mirada era la de un niño que acaba de encontrar un juguete nuevo. Podía sentir tantas cosas en ese momento: emoción, felicidad, adrenalina, ansiedad y un enorme deseo de soltarlo todo. Incluso me tome un momento para susurrar muy bajo sin dejar de mirarle y quizás leyeses mi labios. – Si es el así de fuerte ¿Tu que tan fuerte eres?
Le entregue mi alabarda a Suzaku y di un gran salto hacia atrás. La plumífera se hizo a un lado inmediatamente y yo comencé a aumentar la temperatura de mi cuerpo. – ¡Usted lo ha pedido, señor Theodor! – Mi cabello comenzó a incendiarse, mi brazos y mis piernas también. Me encontraba flotando observando a Zira realizar su estratagema. - ¡Living Forge! – Mi calor se expandió a mí alrededor. Eran mil ochocientos grados de puro calor concentrados en mí y en un radio de cinco metros. De igual manera si Zira cumplía o no su objetivo. Suzaku Saldría disparada en su dirección para apártala del desastre que estaba a punto de ocurrir. Me lance con todo desde mi posición y a por todos. Apunte a su estómago y con ambos brazos adelante, me disponía atravesarlo o empujarlo atrás de la línea, lo que resultara primero.
Era mi calor contra su poder, una batalla que llenaba de emoción mi corazón y realmente estaba totalmente agradecido por esto y por toda la magnífica experiencia vivida en sakuras.
Luego y sin importarme el resultado de la prueba, mi cuerpo regresaría a la normalidad. Me pararía delante del pelirrojo, añadiendo. – No suelo atacar a los míos, señor Theodor. Incluso si somos solo aliados, quiero que entienda que considero a cada miembro de esta armada un miembro más de mi familia. Me disculpo por no haber ido con todo desde un comienzo.
Y con una mirada tierno tendiéndole la mano, solo sonreí.
Pero no podía tomarme esto como una simple broma. La fuerza con la que se levantó mi cabello y cautela de mi compañera plumífera me lo indican, este hombre no es normal.
La prueba ahora aumentaba la dificulta. El pelirrojo nos mandó a volar un poco hacia atrás, pero Suzaku ni yo caímos. Su cuerpo aumentaba de tamaño y ahora mostraba mucho más poder que antes. Yo solo podía sonreír, era increíble lo que este señor me mostraba y, por instante. Mire a Payne a los ojos. Mi mirada era la de un niño que acaba de encontrar un juguete nuevo. Podía sentir tantas cosas en ese momento: emoción, felicidad, adrenalina, ansiedad y un enorme deseo de soltarlo todo. Incluso me tome un momento para susurrar muy bajo sin dejar de mirarle y quizás leyeses mi labios. – Si es el así de fuerte ¿Tu que tan fuerte eres?
Le entregue mi alabarda a Suzaku y di un gran salto hacia atrás. La plumífera se hizo a un lado inmediatamente y yo comencé a aumentar la temperatura de mi cuerpo. – ¡Usted lo ha pedido, señor Theodor! – Mi cabello comenzó a incendiarse, mi brazos y mis piernas también. Me encontraba flotando observando a Zira realizar su estratagema. - ¡Living Forge! – Mi calor se expandió a mí alrededor. Eran mil ochocientos grados de puro calor concentrados en mí y en un radio de cinco metros. De igual manera si Zira cumplía o no su objetivo. Suzaku Saldría disparada en su dirección para apártala del desastre que estaba a punto de ocurrir. Me lance con todo desde mi posición y a por todos. Apunte a su estómago y con ambos brazos adelante, me disponía atravesarlo o empujarlo atrás de la línea, lo que resultara primero.
Era mi calor contra su poder, una batalla que llenaba de emoción mi corazón y realmente estaba totalmente agradecido por esto y por toda la magnífica experiencia vivida en sakuras.
Luego y sin importarme el resultado de la prueba, mi cuerpo regresaría a la normalidad. Me pararía delante del pelirrojo, añadiendo. – No suelo atacar a los míos, señor Theodor. Incluso si somos solo aliados, quiero que entienda que considero a cada miembro de esta armada un miembro más de mi familia. Me disculpo por no haber ido con todo desde un comienzo.
Y con una mirada tierno tendiéndole la mano, solo sonreí.
- Resumen:
- - Ir a por todas y que sea lo que dios quiera xD
Nayelis
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Bueno, pues parecía que podíamos sumar a la lista de cosas raras la actitud del capitán en el mismo momento en que nos reunimos en cubierta. No es que oliera mal, no, es que parecía que alguien me hubiera cagado al lado...pero bueno. Formé en fila junto a mis compañeros, y el capitán comenzó a caminar de una lado para otro hasta quedarse quieto y sin decir nada.
Por unos instante pensé que había dejado de respirar, incluso uno de mis compañeros trató de atraer su atención sin éxito alguno.
-Oye igual hay que darle un toque ¿no? -susurré a mi compañero de al lado, el cual se acercó hasta el capitán y colocó su mano encima de él, y este sorpresivamente se desplomó en el suelo como un saco de patatas.
"Sa muerto Paco" pensé para mis adentros mientras flipaba al igual que el resto de la tripulación.
Corrí hacia él para tratar de auxiliarle, que vale éramos piratas pero joder....un poquito de ayuda a tu superior ¿no?. Me arrodillé frente a él y traté de ver si todavía tenía pulso, y no era el caso.
-Llama al médico rápido- le dije a uno de mis compañeros para que fuera raudo a buscarlo.
Por mi parte me quedé examinando el "cadáver" de mi capitán. Traté de mirarle el cuello con detenimiento y las muñecas, así como el resto del cuerpo mientras preguntaba al aire si alguien había visto algo.
- Resumen:
-Formamos.
-Nos preocupamos por la muerte del capitán.
-Reviso el cuerpo y hago preguntas.
Bizvan
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Hasta la fecha para el marine había visto muchas cosas que eran difícil de explicar o al intentar explicarlas era difícil no sonar como un loco, con el paso del tiempo desarrolló una especie de resistencia a las “cosas extrañas” que presenciaba y solo se limitaba a recordarse a sí mismo que este mundo era más extraño de lo que podría llegar a imaginar, por lo cual era mejor no darle muchas vueltas a las cosas y solo trabajar con la información con la contaba.
La mujer de extrañas piernas atacó al buey como era de esperarse, sin embargo el hecho de la extraña aparición de un semigigante (que de igual forma atacó a la bestia) provocó en el espadachín la suficiente confusión como para retrasar un poco su ataque.
Miles de preguntas pasaron por la mente de Bizvan, pero ahora no era tiempo de distraerse, lo único que importaba por ahora era que tenían el mismo enemigo.
Después de los ataques de la mujer y el hombre, llegó el turno del moreno. El área sufrió el daño suficiente como para ceder ante el corte del marine, y no solo eso, a causa de su impulso terminó entrando en la cabeza del buey.
* Esto no es algo que me esperaba. *pensó mientras las alas en su espalda desaparecían para evitar problemas innecesarios.* Valla esta cosa es bastante interesante. *de tener tiempo al joven le gustaría ver más de cerca la manera en la cual el buey era capaz de moverse, no obstante la voz de una mujer indicando que debía buscar algo rojo en la nuca del buey.
Ya que la bestia continuaba en movimiento era prioritario hacer caso a las indicaciones de la mujer y buscar aquella cosa roja para detener el avance de esa cosa de una vez.
Tal y como la mujer mencionó, tras buscar en la nuca del buey encontró un enorme sello circular de color rojo.
Con algo de suerte un corte con espada recubierta en haki debería ayudar a destruir el sello
La mujer de extrañas piernas atacó al buey como era de esperarse, sin embargo el hecho de la extraña aparición de un semigigante (que de igual forma atacó a la bestia) provocó en el espadachín la suficiente confusión como para retrasar un poco su ataque.
Miles de preguntas pasaron por la mente de Bizvan, pero ahora no era tiempo de distraerse, lo único que importaba por ahora era que tenían el mismo enemigo.
Después de los ataques de la mujer y el hombre, llegó el turno del moreno. El área sufrió el daño suficiente como para ceder ante el corte del marine, y no solo eso, a causa de su impulso terminó entrando en la cabeza del buey.
* Esto no es algo que me esperaba. *pensó mientras las alas en su espalda desaparecían para evitar problemas innecesarios.* Valla esta cosa es bastante interesante. *de tener tiempo al joven le gustaría ver más de cerca la manera en la cual el buey era capaz de moverse, no obstante la voz de una mujer indicando que debía buscar algo rojo en la nuca del buey.
Ya que la bestia continuaba en movimiento era prioritario hacer caso a las indicaciones de la mujer y buscar aquella cosa roja para detener el avance de esa cosa de una vez.
Tal y como la mujer mencionó, tras buscar en la nuca del buey encontró un enorme sello circular de color rojo.
Con algo de suerte un corte con espada recubierta en haki debería ayudar a destruir el sello
- Resumen:
- Buscar el sello como le indicó la mujer y tras encontrarlo intentar cortarlo con su espada.
Normas del capítulo:
La flota pirata se retira de la isla de Sakura. La confusión plaga las caras de cientos de piratas que pensaban que esto sería una victoria. Las tornas se torcieron de pronto y ahora vuelven a ser fugitivos que huyen antes de que llegue el grueso de la flota de la marina. De todas formas dentro de la nave de Payne las cosas no pueden ser más diferentes. Esta derrota estaba en sus planes, la isla no era más que una pequeña pieza y ante la aparición del meteorito esta se ha vuelto una piedra helada inútil en medio del mar. Sabe que muchos sospechan que los han usado de peones, de mano de obra prescindible, pero no le importa, su objetivo ahora está al alcance de sus manos, y si todo va según la profecía… los piratas de Kepler serán los próximos reyes de los mares.
Y así, tal y como aparecieron, la flota pirata se pierde en el horizonte, dejando tras de sí una isla dañada por la guerra y la conspiración. Entre el murmullo de las olas un den den mushi suena.
- ¿Cómo van los preparativos? - Dice una voz femenina.
- Tenemos algunas bajas más de las esperadas…- Contesta Cecilia mientras observa los mares desde el puente de mando. - Pero servirán, ya no son novatos.
- Perfecto. La experiencia que han ganado los transformará en veteranos. Que se diviertan por ahora, así podrán ir contentos y nos abrirán camino para que consigamos nuestro objetivo.
- ¿Y si a alguno se le ocurre traicionarnos? - Pregunta Cecilia a la vez que se da la vuelta y camina al interior de la nave.
- Para esos tengo algo especial pensado…
Mientras tanto en la isla de Sakura. Las tropas regresan triunfantes de la guerra, tanto soldados como marines se reúnen para celebrar la victoria y para llorar a sus muertos. Ha sido una victoria dura, casi pírrica, pero el reino vivirá un día más y este día, así como los héroes que lo hicieron posible, pasarán a la historia del Reino.
De todas formas, en los barcos de la marina, en las salas de mando, una actividad sin precedentes tiene lugar. Nadie se esperaba la retirada de los piratas, mucho menos una tan organizada. Sólo hay una cosa clara y los comunicados de las demás islas bajo ataque llegan sin cesar. A los altos mandos sólo les encaja una posibilidad. Estos ataques no eran su verdadero objetivo, toda esta guerra a gran escala no era más que una pantomima o, como mucho, un premio secundario. Ahora sus ojos están clavados en la estela del cielo que todavía persiste, en ese humo que ha partido el firmamento y en esa extraña ceniza. Sea lo que sea lo que los piratas tienen en mente… tiene algo que ver con ese meteorito.
- Se moderará los martes entre las 22:00 y las 23:59.
- No se puede postear los martes antes de la moderación.
- Hay un reloj que marca el tiempo restante. Cuando acaba los temas se cierran.
- Está prohibido metarrolear, powerrolear y demás actitudes tóxicas.
- A más riesgo, más premio.
- Como es tradición, el barco de Sons of Anarchy se hundirá en algún momento.
- Cada post debe ocupar entre 250 y 1.200 palabras. Si no se está en estos límites, el post podría ser ignorado.
- Es responsabilidad de un usuario comunicarse con la gente con la que interactúa.
- Si un post tiene más de 15 faltas ortográficas por párrafo podría ser ignorado.
- Hacer un resumen de acciones relevantes es obligatorio independientemente de la extensión.
- La ley del plot no es a prueba de idiotas.
Moderación:
- Abi, Braud y Bizvan:
- Ante los ataques de ambos el sello se rompe tanto por dentro como por fuera. Tras eso el silencio, uno tan inquietante que parece antinatural, la quietud y la calma al cesar los movimientos han sido tan súbitas que casi son preocupantes. En ese momento las grietas se empiezan a extender por la figura ahora inmóvil si hay alguno dentro le da tiempo a salir sin problemas. Desde fuera podéis ver cómo se desmorona, dejando sólo un maltrecho y llameante casco de barco sobre una pila de cerámica negra.
Los piratas terminan de retirarse en la playa y empiezan a huir en los barcos, algunos son alcanzados por los cañones de naves aliadas que vienen desde la capital, pero los más rápidos consiguen escapar dejando a los rezagados en tierra, los cuales no tardan en ser apresados.
La alegría y el regocijo se extienden por el campamento, el ataque ha sido repelido y el enemigo huye. Pero las pérdidas han sido grandes y entre los altos mandos del reino y la marina queda un sabor amargo. El sabor de una victoria inesperada, como si su retirada no fuera parte de sus planes, entre todos hay un consenso, algo ha hecho que se retiren… y ese alto tiene que ver seguramente con el meteorito de antes.
Con todo conseguís regresar a la capital, en donde se os dan comodidades, atención médica y unos días para descansar de necesitarlo.
- Freites y Zira:
- Zira es la primera en lanzarse. La verdad es que ya se espera la estrategia de la sangre, así que no le cuesta evitara. El shuriken se clava en su rodilla, pero ni pestañea. Lo que sí que no os esperáis ninguno de los dos es lo que pasa cando pulsas el botón… o mejor dicho un segundo después. Se prepara para parar tu golpe, pero justo una potente ráfaga como la de un cohete sale de su parte trasera, dando un impulso bestial al arma. La potencia es tal que descubres en un instante la razón por la cual el peso está tan descompensado. El propio impulso del arma te da la vuelta en mitad del golpe y logras ponerte a salvo gracias a Suzaku. El golpe ha logrado desviar el arma de Theodor y ha salido volando dando vueltas como una sierra circular hasta que se ha parado y se ha clavado a pocos metros de tí. Ahora sabes lo que hace el botón.
Entre tanto Freites. El calor que emite tu cuerpo quema en un instante la madera bajo tus pies y pronto descubres que el carbón no es tan estable para caminar como la madera. Pero eso poco importa ahora que tu enemigo está con la guardia baja. Te lanzas y de pronto notas una presión enorme, como si un muro de aire se interpusiera entre los dos. Es la mera presión que ejerce con su cuerpo, lo mismo que hizo antes, que está usando para evitar que llegues. El calor que irradias le quema la ropa y la el cuero que sujeta su coraza se quiebra dejándola caer. En ese momento llegas a tocarlo, pero la presión es tal que cierras los ojos durante un momento.
Cuando los abres ves que tiene una gran quemadura en el torso, así como en las manos y los brazos, en un instante soltó su arma y agarró tus brazos para apartarlos y evitar que dieras un golpe mortal. Respira hondo y te tiende la mano, sus heridas son graves pero no hace mueca de dolor alguna, mira atrás su pie ha retrocedido detrás de la línea.
- Están preparados mi señora. - Confirma.
- Bien. Dadles un den den mushi para contactarlos y una vivere card. Hay mucho que preparar y tenemos el tiempo en contra. Que descansen tus hombres Alpha, necesitarán aprovechar el tiempo para fortalecerse para lo que viene.
- Roland y Raion:
- ¡No, no, no! - Grita como un descosido al salir del trance. - Era mi obra maestra ¡Mi magnum opus! y esos cavernícolas descerebrados se lo han cargado. - Dice con voz dramática mientras gesticula al aire. - Esto no quedará así ¡Pienso volver a la base, coger más arcilla especial y hacer uno más grande, más fuerte, más hermoso! Nada podrá pararme ¿Me oís? ¡La próxima vez que nos veamos me las- Splat.
El cuerpo de charles queda bifurcado, con la mitad superior encajada en el manillar de Roland, una cara sin mandíbula lo mira con una mirada muerta mientras su lengua se agita al viento. Mientras tanto las piernas y las entrañas han quedado de pie en la nieve durante unos segundos antes de caer. Supongo que os reunís en la ciudad con el resto de la banda, en cuyo caso tenéis unos días para descansar y recibir atención médica de necesitarla.
- Dregan:
- Nadie parece haberle visto hacer nada fuera de lo normal más allá de la llamada de antes, como siempre estaba de mal humor deambulando de un lado a otro haciendo como que hacía algo y dándole un trago a la petaca entre medias.
El médico llega, pero junto a tí sólo puede confirmar la muerte del capitán. No tiene ninguna herida, picotazo ni arañazo sospechoso por todo el cuerpo… bueno por lo menos la parte que consideráis decente mirar. Si ha sido un asesinato no parece que sea por herida sino que por envenenamiento ¿Pero quién haría eso y por qué?
Miras a tu alrededor y te das cuenta de que en este rato varios barcos de la flota han regresado de la isla y se os han unido. Parece que os alejáis de la isla. Pero hay otra cosa que llama tu atención cuando te vuelves a ver el cuerpo. Hay una chica joven al lado mirándolo, sus ropas son finas para facilitar su movimiento y lleva en la cara una máscara plana y sencilla que oculta su rostro. La reconoces, es Fukuro, una de las oficiales de Payne.
- Pues sí, parece muerto. - Dice con voz algo juguetona mientras le pincha un ojo con el dedo. Se vuelve y te mira. - Hmm… No tienes pinta de haber sido tú, ni ninguno de estos patanes. Aunque la verdad no me extraña que Cawl acabase así. - Se encoge de hombros mientras camina alrededor del cuerpo. - Pero no podemos dejar las cosas así, este barco necesita a alguien… ¡Hagamos una cosa! Si resuelves el misterio quién lo mató… podría recomendarte a mi señora para que te deje este barco a tu mando.
- Kohaku y Hazel:
- El barco llega para intercetar algunos navíos que se retiran, pero la mayoría logra escaparse delante de vosotros, aunque al ver que teníais la bandera pirata no os han atacado en la retirada. Bueno podéis quedaros con el barco y volver a la ciudad, en la cual recibiréis cuidados médicos de necesitarlos y podréis descansar unos días.
La flota pirata se retira de la isla de Sakura. La confusión plaga las caras de cientos de piratas que pensaban que esto sería una victoria. Las tornas se torcieron de pronto y ahora vuelven a ser fugitivos que huyen antes de que llegue el grueso de la flota de la marina. De todas formas dentro de la nave de Payne las cosas no pueden ser más diferentes. Esta derrota estaba en sus planes, la isla no era más que una pequeña pieza y ante la aparición del meteorito esta se ha vuelto una piedra helada inútil en medio del mar. Sabe que muchos sospechan que los han usado de peones, de mano de obra prescindible, pero no le importa, su objetivo ahora está al alcance de sus manos, y si todo va según la profecía… los piratas de Kepler serán los próximos reyes de los mares.
Y así, tal y como aparecieron, la flota pirata se pierde en el horizonte, dejando tras de sí una isla dañada por la guerra y la conspiración. Entre el murmullo de las olas un den den mushi suena.
- ¿Cómo van los preparativos? - Dice una voz femenina.
- Tenemos algunas bajas más de las esperadas…- Contesta Cecilia mientras observa los mares desde el puente de mando. - Pero servirán, ya no son novatos.
- Perfecto. La experiencia que han ganado los transformará en veteranos. Que se diviertan por ahora, así podrán ir contentos y nos abrirán camino para que consigamos nuestro objetivo.
- ¿Y si a alguno se le ocurre traicionarnos? - Pregunta Cecilia a la vez que se da la vuelta y camina al interior de la nave.
- Para esos tengo algo especial pensado…
Mientras tanto en la isla de Sakura. Las tropas regresan triunfantes de la guerra, tanto soldados como marines se reúnen para celebrar la victoria y para llorar a sus muertos. Ha sido una victoria dura, casi pírrica, pero el reino vivirá un día más y este día, así como los héroes que lo hicieron posible, pasarán a la historia del Reino.
De todas formas, en los barcos de la marina, en las salas de mando, una actividad sin precedentes tiene lugar. Nadie se esperaba la retirada de los piratas, mucho menos una tan organizada. Sólo hay una cosa clara y los comunicados de las demás islas bajo ataque llegan sin cesar. A los altos mandos sólo les encaja una posibilidad. Estos ataques no eran su verdadero objetivo, toda esta guerra a gran escala no era más que una pantomima o, como mucho, un premio secundario. Ahora sus ojos están clavados en la estela del cielo que todavía persiste, en ese humo que ha partido el firmamento y en esa extraña ceniza. Sea lo que sea lo que los piratas tienen en mente… tiene algo que ver con ese meteorito.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.