El último reducto: Mariejoa (Capítulo: Parte II)

Subo por el ascensor junto a Etsu, voy confiada, incluso algo contenta. De repente siento una terrible ola de miedo, me paraliza. El miedo se apodera de mi cuerpo, siento una tremenda debilidad en todo mi cuerpo. Miro a Etsu, el cual empieza a caer, estiro los brazos en un intento de agarrarlo, pero todo se ha vuelto blanco en mi cabeza. Lo último que recuerdo es un golpe y el frio suelo del ascensor.

Resumen:

Al final las órdenes fueron claras, seguir con Kyofu. Me esperaba otra cosa tras la marcha de Madara. Pero en el último momento pareció haber un cambio en su plan, pues me habían informado de su avistamiento reciente. Vi el enorme geiser y corrí hacia él, siguiendo de cerca la enorme bola de osmio de Crock, pero sin acercarme, no me fiaba de que supiese manejar, y era capaz de aplastarme. Seguro que los gyojins preparaban alguna sorpresa.

Resumen:

Comenzaron a llegar multitud de humanos, que subían por lo elevadores, algo que me emocionaba, ahora podría pelear con ellos sin problemas. Pero de repente un humano volador, seguramente por algún tipo de magia, lanzo unas ondas cortantes sobre todos los que estábamos allí. Me protegí como pude con mis dos armas, que pudieron detener algunas de las ondas que venían hacía mí, pero otras impactaron, provocándome algunos corte en el cuerpo. - Maldito humano, baja si tienes agallas - grite con fuerza, bastante molesto. Cuando iba a alzar mi hacha para intentar darle, unos de los humanos, - no espera.... son gyojin - pensé, fijándome mejor en ellos. Lanzó a uno de sus compañeros hacía el humano y de repente, sentí una sensación extraña, haciéndome tambalear, hasta que de pronto, perdí la conciencia, desplomándome sobre todos los presente sin conocimiento....

Resumen:

SITUACIÓN GENERAL
16:10 Mariejoa

Una melodía resuena en el aire, proveniente de no se sabe muy bien donde. El caos está presente en toda la ciudad. La mayoría de gyojins que pasan por el agujero del géiser quedan churruscados por el viento electrificado que hay en la salida. El flujo de enemigos se detiene, y entonces el suelo empieza a agrietarse alrededor del agujero del que salía el agua. Las grietas aumentan de tamaño, tragándose a algunos de los defensores, que gritan aterrados. Cuatro morteros de tierra y grava aparecen en cuatro puntos alrededor del primer agujero, y cuatro enormes criaturas aparecen por ellos. Esas son las causantes del agujero. El agujero principal vuelve a emanar agua, aunque de forma más suave. Cuando parece que nada más puede pasar, once figuras aparecen en el centro del agujero. Una de ellas, que sobresale sobre las demás debido a la imponente armadura que lleva, porta una enorme bandera negra con un símbolo grabado: un Trilobite sobre un sol rojo. Grita con una voz grave y gutural:
- ¡LOS TRILOBITES QUEREMOS VENGANZA!


Al mismo tiempo, un humo negruzco empieza a aparecer en la zona de los Jardines Centrales. ¿Un incendio, tal vez? Y una explosión de fuego surge de una zona algo alejada. Además, de todos los túneles salen al mismo tiempo un montón de gyojins de aspecto extraño. Llevan una especie de bombonas de oxígeno, y van armados con arpones. Empiezan a disparar sus armas contra los defensores, mermándolos a un ritmo alarmante. Los Trilobite aprovechan el caos provocado por su entrada para empezar a repartirse por las calles y segar vidas.

Aspecto de los 11:

Aspecto de los buzos:

NOTAS
Cualquier persona afectada por el haki del rey de Cánabar despertará en este turno.

AB’s reactivados:

1)Karl:

2)Alex, Shun, Satou, Isma, Jesaix:

3)Fear, Issei, Shiroi, Kidah, Leoshiro:

4)Minato:

5)Deivid:

6)Deathstroke, Nemo:

7)Uracha, Hinori:

8)Midorima, Worgulv:

9)Meneror:

10)Asderdeker, Rob Marney:

11)Derian, Drake, Dexter (Equipo D):

12)Raikov, Bleyd:

13)Drako:

14)Kaishi, Garland, Joseph:

15)Kogato, Dranser:

16)Flea, Erik, Kodama, Sora:

17)Hiren:

18)León, Haine, Eris:

19)Al Naion:

20)Vagadus, Kasan:

21)Nemonic, Sinclair, Kaito, Furukawa:

22)Arribor, Rose:

23)Liam, Bale:

24)Sawaki, Habu, Shio, Kaiser, Abraham, Lugh E., Kamemaru, Yumiko:

25)Cánabar:

26)Date, Anglesey:

27)Goliat:

28)Crock, Akai, Etsu:

29)Ayane, Madara:

30)Ban:

31)Etsu Rui, Aileen:

32)Vongola, Ugetsu, Ushi:

33)Kyogre:

34)Lugh F., Virginia:

35)Roy, Mellanie:

36)Maximillian:

37)Ryuta:

38)Elkilian:

39)Rhaegel:

40)Sawn:

41)Break:

42)Kaede, Shi:

43)Kurotabo:

44)Abel:

45)Kyros:

46)Eoghan, Rowan:

47)Xira, Xenmas:

48)Krauser:

49)Bisutomaru:

MAPAS

El poder del Haoshoku Haki se había ido. Cogí a Erik, todavía desmayado, pues no había aguantado a semejante poder, y agradecí a Kodama con un gesto de la mano, al tiempo que comenzaba a correr en dirección a donde me había señalado. Fue ahí cuando me di cuenta: no podía ser un seguidor de la religión cristiana y a la vez destruir a la Marine por dentro, ocupando un cargo en la misma indirectamente, como Shichibukai o Yonkaikyo. Uno de los mandamientos, "no mentirás" se salía de aquel plan, no podría cumplirlo a rajatabla. Debía crearme una segunda personalidad, una totalmente diferente a la mía, en la cual no me sintiera yo mismo. Así, podría matar indiscriminadamente a todo rival que se me cruzara, mi rango en la Revolución aumentaría, y al mismo tiempo estaría sentado en la mesa del Ouka Shichibukai, hablando de este mismo individuo el cual no deja de asesinar Marines sin piedad.

A simple vista, yo, Grohl D. Flea, seré un Shichibukai o Yonkaikyo que se arrepintió de sus actos cometidos previos a su muerte y desertó de la Revolución, mientras que en las sombras, un hombre conocido como Axl Balzary se encargará de matar a cual Marine o CP se le cruzara por delante. Sería muy divertido, habrá que ver cuánto tiempo duraré así. ¿Encontraría un hospital o no? De ser así, buscaría un guardapolvo, y un traje negro. Le arrancaría las mangas del ambo, me lo pondría por encima del traje negro, el cual estaría arriba de mi armadura, para que nadie la viese y me peinaría con absolutamente todos los mechones hacia arriba. Usaría mi parche blanco que antes usaba, para tapa mi ojo sano. Sólo el ojo Cyborg podría ver algo. Escondería a Urumi debajo de mi traje negro y envainada para que nadie pudiera verla, pues esa espada es propiedad de Flea. Usaría sólo a Rhino, pero nunca la transformaría. Despertaría a Erik.

Apariencia de Axl Balzary (con parche blanco):

- No te preocupes. Soy Flea. En realidad ya no, pues para ti a partir de ahora, y cada vez que me veas vestido así, me llamarás Axl Balzary. Tu deber ahora es no decirle a nadie que me has visto, y actuar como dormido hasta que las enfermeras te vean y te curen, si es que algo te sucede. Recuerda que Dios está con nosotros, y que la Revolución triunfará.

Luego de lo que le diría a Erik, volvería a mi apariencia de Flea, guardaría mi traje de Axl, y saldría volando hacia el centro de Mariejoa, lugar donde se supone que se encuentra el Gorosei. Mi plan estaba nada más que comenzando, y ya no podía esperar a verlo en acción. De no encontrar el hospital, seguiría buscando por toda la ciudad sin más.

Resumen:

Seguía colgado de aquel edificio mientras agarraba a la señorita Grim, deberíamos de subir rápido, ya que al parecer esos peces estaban dando problemas. Gracias a mis cadenas de la espada lentamente iba subiendo, era mucha la fuerza que estaba utilizando, hubo un momento en el que pensé que no podía mas, pero las palabras de la señorita Grim me dieron fuerzas:

-Por fin se acuerda de mi Señorita, aunque la culpa seria mía ya que nunca me he presentado- mientras sonreía.

Quedaba poco y con fuerza hice pasar primero a Grimm para después ir yo. Al parecer aquel edificio parecía una casa, con una gran reserva de comida, así que rápidamente cogí un saco bastante grande como una mochila, y empecé a meter toda la fruta que podía entrar:
-Sera mejor que también coja usted, así tendremos reservas- mientras señalaba otra bolsa-
agarre una manzana y se la di a Melanie, parecía una fruta normal y no una Akuma, pero ella decidiría si comer sérsela, una vez con la fruta y un saquito de azúcar decidimos salir, pero lo que mas me molestaba era un reloj que iba a compás, que provenía de aquella habitación, mi instinto me dijo que debía agacharse, así que lo hice, una bomba se encontraba allí, al parecer dentro de poco explotara por los aires esta cosa..
Con la mochila en la espaldas, agarre a la señorita, y la levante, teníamos que salir rápido de allí, empezamos a bajar las escaleras. Ya nos encontraba os en la planta baja cuando pude ver a un hombre gemir, era Max:

-Tu me salvaste una vez, déjame que ahora yo te salve a ti.

Mientras bajaba a Grim y ayudaba a Max a salir de allí, teníamos que buscar un lugar seguro, y que mas seguridad que un almacén que se encontraba cerca, pero no tanto para que la bomba llegara así allí.
Sosteniendo a Max, abrí la puerta del almacén, todo estaba oscuro, encendía una lámpara y mire si se encontraba alguna bomba o explosivo, al parecer estaba libre de cualquier peligro:

-Toma un poco de azúcar, te ayudara y subirá tu fuerza, después del bajón que te a dado.

Resumen:

-"Maldición, me ha paralizado como si fuese un novato." -pensó Kodama mientras corría en dirección al epicentro de la batalla. Los gyojins frente a la zona de ascensores ya se habían marchado y él mismo se había recuperado de los efectos de lo que fuese que le hubiera afectado momentáneamente. Había sido como una presión inmensa que le impedía moverse con normalidad. Junto a él, Flea también había quedado paralizado, aunque había podido seguir su camino igual que él. Esperaba que tuviera suerte. No entendía que había sido pero ahora, libre de sus efectos, podía reanudar la tarea de defender la ciudad, aunque más que a la ciudad, su objetivo era ayudar a los suyos. Para él, sus soldados eran más importantes que cualquier ciudad, por lo que no dudaría en derribar hasta el último edificio para acaban con aquella lucha.

El hombre-árbol desenvainó sus espadas cuando el primer enemigo apareció ante él. Era un colorido hombre-pez que intentó atacarle tras cuestionarse si de verdad veía a un árbol correr hacia él o estaba alucinando. La incredulidad de los humanos y en general de todas las razas le daban cierta ventaja por lo que simplemente lo derribó de un espadazo sin molestarse siquiera en detenerse. Su meta era el lugar donde había visto el geiser, una zona desde la que cada vez se oían sonidos más extraños. El camino era largo, debía atravesar prácticamente toda la ciudad, aunque sus ramas le permitían avanzar a buen ritmo al usarlas para columpiarse por los edificios más altos. De vez en cuando volvía a ras de suelo para enfrentar a varios enemigos, sobretodo si había algún aliado en peligro, pero luego volvía a avanzar a toda velocidad. Cada vez se topaba con más gyojins, era como si no tuviesen fin, y lo mismo pasaba con los cadáveres. Las cuerpos muertos de ambos bandos eran una constante en la ciudad, su sangre cubría ya buena parte del empedrado y el Roble se estremecía pensando en lo que ocurriría si eran derrotados allí.

Según se acercaba a su destino veía como el suelo estaba agrietado, sin duda una mala señal. Pero no importaba la clase de criaturas que los invasores hubieran convocado, los devolverían a todos al agujero del que habían salido. Curiosamente, comprendía en parte los motivos que habían provocado aquel conflicto pero no toleraría que los problemas de los gyojins se solucionasen a costa de las vidas de los suyos. Una vez llegó al enorme agujero, se encontró con un panorama nada optimista. Los hombres-pez se desperdigaban por doquier intentando causar el mayor caos posible. Antes de entrar en batalla, hundió sus raíces en el suelo para absorber todos los nutrientes posibles, aunque no contaba con conseguir mucha energía de aquella roca pero menos es nada. Acto seguido unió sus espadas por las imperceptibles ranuras en los mangos y se lanzó al fragor del combate, girando su espada doble una y otra vez, acabando con todos los seres marinos que se encontraba. El hombre-árbol se aproximó a un grupo de gyojins, detuvo un ataque imprevisto antes de llegar a ellos y mientras acababa con su atacante, generó varias ramas afiladas con las que atravesó al pequeño grupo. Uno de ellos había cortado una de sus ramas pero eso poco importaba, tenía más.

Fue entonces cuando vio a los culpables de todo aquello: los piratas Trilobite, al menos varios de ellos, alzándose por encima de su ejército. Si acababa con ellos lograría poner fin a aquella lucha. Kodama sacó de su funda una de las esferas metálicas conocidas como Ojos del Viento, unos aparatos tan prodigiosos como mortales, capaces de absorber una inmensa cantidad de aire y liberarlo súbitamente para destrozar literalmente todo lo que entrase en su radio de acción. Piedra, acero, carne... nada sobrevivía a esas cosas. Esa esfera en concreto medía cinco centímetros de diámetro, por lo que su ataque abarcaría un radio de cinco metros. Difícilmente podría acercarse lo que le gustaría, pero en cuanto encontró un momento de respiro, intentó apuntar al área donde más Trilobites pudiera eliminar y la lanzó con fuerza. Una vez estuviese cerca, la activaría con el control remoto y en cinco segundos absorbería todo el aire que su complejo mecanismo le permitiese, liberándolo con una fuerza extrema y aniquilando cualquier cosa en un radio de cinco metros. Por suerte era una simple bola de metal por lo que no creía que nadie la intentase coger, aunque por si acaso lanzaría varias burbujas para que al desactivarse quedara metida en una de ellas. Luego solo tendría que ir a por recogerla.

Ojos del Viento: Armaggeddon de cinco pulgadas [AMF]

Acciones:

La situación era realmente tensa, ese capitán de la marina no era una persona tonta precisamente, pero realmente solo suponía, no había visto nada, y además el gran hueco en el que se había fijado era sencillo de justificar, con lo que tras escuchar silencioso su mensaje me reincorpore, no sin antes dedicarle una sonrisa cuando me miró llamándome asesino.
- Me alegro de que la marina no tenga solo a personal estúpido, sin embargo cometes varios fallos en tu teoría. Ellos mismos han confirmado su amistad con el cazador, el cual trabajaba para el gobierno... ¿Qué haría un cazador trabajando para el gobierno en un lugar como este? Simple, trabajar para el gobierno, no le des más vueltas.

Dejé que se fuese sin decir más riendo levemente ante su comentario, el último motivo que había dado me resultó ciertamente gracioso, la pereza impedía detenerlos, sin duda era lo mejor que había escuchado en esta estúpida guerra.


Coloqué mi mirada en la gran batalla que se estaba dando, analizando la situación sin llegar a realizar ninguna acción, estaba dedicándome a observar, tratar de ver quién era el enemigo y quién el aliado, hasta que con la amplificación ocular pude contemplar algo en la otra punta, dificultoso por las peleas y los árboles de los jardines, pero lo vi claro, era Kidah, se la podía ver cansada y ante ella estaba un verdadero monstruo que sin duda parecía peligroso, no sabía porque, pero algo en mi estaba deseando acabar con esa criatura enorme, y no era solo la necesidad de proteger a Kidah, era algo más, un impulso que siempre tuve en mi interior de acabar con los más grandes, ya sean por tamaño o fuerza.
- Señor peliblanco... - Dije en voz alta dándome la vuelta para que la chica pudiese leer mis labios. - Señorita... mis compañeros tardan en llegar, y vuestra aparición en este lugar a sido sin duda sospechosa... ¿Qué tal si sois algo así como mis compañeros en lo que queda de guerra? O al menos hasta que se estabilicen las cosas, yo os puedo ofrecer la protección política que necesitáis y ustedes a mi una protección física, sin duda es justo, y demostrareis así que es mi teoría la cierta, que veníais a ayudar y no a robar, como la tiene este tipo de antes y algún que otro la tendrá...

Mientras hacía la pregunta extendía las cuerdas de la manga de mi camisa y las movía hacia una chimenea cercana a una casa que había allí.

- Sea la respuesta afirmativa o negativa seguidme, y allí donde yo voy darme la respuesta, desconozco vuestra velocidad, pero si no es extraordinaria creo que llegare antes, con lo que os esperare ahí, si es al contrario pelead contra el monstruo de allí de inmediato hasta que yo llegue. Cuando acabemos con ese monstruo quiero una respuesta definitiva, pero yo que ustedes aceptaría, en caso de no seguirme tened cuidado porque recuerdo vuestras caras, vuestras energías y en el caso de la señorita su nombre...

Decidí no alargar más mi explicación y recogí la cuerda ya enganchada a la chimenea de manera que yo ascendía hasta esta, una vez allí avancé enormes distancias con el uso de las cuerdas y las casas del lugar, siempre con cuidado de no romper nada y en ocasiones dándome impulso con un pequeño paso de Geppou con el fin de recorrer esa gran distancia en el menor tiempo posible y gastando la menor cantidad de energía, llegando al punto deseado en apenas dos minutos, parecía mentira, pero realmente era una gran distancia.

Finalmente alcancé el sitio deseado, el sitio donde estaba el gran monstruo, Kidah, y otros tipos que por su comportamiento parecían aliados. El monstruo había lanzado un ataque que pude divisar desde lejos, y por fortuna acababa de terminar justo cuando llegué.
- ¡Kidah! ¡Desenfunda tus espadas y ataca al cuello!- Grité pegando un gran salto hacia la gamba mientras sacaba más hilos de mis mangas, una vez hecho esto los dejé caer a ras de suelo. A pocos metros de la gamba di un salto en el aire haciendo nuevo uso del Geppou y traté de ahogar al monstruo colocándome detrás de esta y alejando los hilos de sus pinzas a modo de collarín.

Desconocía su fuerza, pero intentaría al menos levantar al monstruo del suelo aunque fuese unos segundos usando todas mis fuerzas combinado con el haki armadura en su máximo exponente y aplicando en los hilos un filo de energía cortante para dañar el cuello del monstruo. Con suerte creía que quizás podría decapitarlo. [A.M.F-Haki armadura 3]

Resumen (Leer mi post: Haine, Eris, Issei, Shiroi, Kidah, y Leoshiro) :

El lugar era una habitación sin muchas cosas y no parecía haber nada que pudiera preocuparme cuando escuche un Tic-Tac cada vez más inquietante. Mire el techo y había una bomba pegada con un extraño líquido.

-Demonios, voy a morir aquí por eso – pensé mientras trataba de ponerme de pie

No, no lo logré. Estaba demasiado cansado y no podía moverme ni un solo milímetro. El tiempo transcurría y sentía que en cualquier momento esa bomba iba a estallar, matándome sin poder hacer nada cuando de pronto Roy y Mellanie aparecieron frente a mí. Me alegré de verlo y me ayudó a ponerme en pie mientras salíamos apresuradamente de aquella habitación. Roy no era una persona que dejara abandonado a cualquier y eso me lo había demostrado en ese momento. Recorrimos por un instante los pasillos de ese edificio buscando un lugar donde ocultarnos y encontramos un almacén. Roy abrió la puerta y entramos sin antes no asegurarnos de que no había nada que nos pusiera en peligro.

Roy me extendió su mano y dio un poco de azúcar la cual tragué, ya que él me había dicho que me podría recuperar. Pronto nos quedamos quietos a oír el sonido de una explosión y las paredes se movieron por un segundo.

-Vaya que eso estuvo cerca – dije mientras Mellanie se me acercaba para revisar como estaba.

Ahora que ya estábamos juntos nuevamente podía calmarme pero de nada valdría si no comenzábamos a pensar en lo que estaba pensando haya afuera y cual era nuestro objetivo en este gran embrollo. Lo único que quería era salir de ese lugar y terminar sobreviviendo a lo que fuera. No me importaba mucho si tenía que luchar contra los Gyojins o contra los marines, solo quería que mis compañeros estuvieran a salvo.

Seguían apareciendo gyojines en el centro de la ciudad, son bastante molestos, estábamos en total desventaja, los puertos estaban hundidos y los túneles se llenaban de auras, seguramente de los hombres peces, y después un maldito geiser, ¡geiser maldita sea!, estos desgraciados tenían un as bajo la manga.

Respiraba normalmente y mis fuerzas regresaban, ya había descansado lo suficiente, al momento de levantarme escuchaba una melodía que me causaba preocupación, era dramática, parecía que todo lo que ha pasado no era lo peor, el infierno se comenzaría a desatar, de pronto un gran aura agresiva apareció de la nada a unos cientos de metros de mi posición, por lo que me levante, junto a ella sentía otras auras y una de ellas era la de León, debía de asistir al combate, no puedo dejarles toda la diversión.

-Vamos compañero- le dije, cargándolo de nuevo en mi espalda. Sentía otra aura mucho más cerca, parecía entrar en uno de los edificios pero no le di importancia, mis compañeros eran primero, y esa maldita cosa iba a resistir demasiadas cosas… o eso esperaba.

Aún faltaba unos minutos para que mi kanmuru se desactivara, tendría que aprovecharlo al máximo. Respire en tiempos, me esperaba un gran esfuerzo para llegar a esa cosa gigante. Use mi geppou para elevarme, evitando el combate innecesario. Brincaba en el aire, mi destino era esa criatura.

-¡León!- grite para avisar mi unión al combate, con mis conocimientos médicos deducía que Noa podía moverse con molestias, pero lo suficiente como para contribuir al ataque de este gran monstruo, ya quería algo de acción, y aquí lo tenía, un oponente digno de combate.

Resumen:

El tiburón seguía dando vueltas por debajo de los pies de todo el mundo, estaba allí abajo y bastante aburrido. No sabía por dónde diablos subir hasta que vio algo parecido a un torrente de agua que llegaba hasta arriba, eso le hizo sonreír de lado y comenzó a nadar por este. Sus ojos mostraban violencia y maldad plena, sin embargo cuando vio algo que podía ser la superficie notó algo extraño. Era como si la onda expansiva de una explosión ocurrida arriba le echara hacia abajo (Ataque de Kodama) ignoró ese hecho y esperó unos segundos para después continuar ascendiendo. La bestia estaba llegando entre risas sádicas y temibles, se relamía felizmente y estaba dispuesto a encontrar a su líder. Cuando por fin llegó al final, salió de forma violenta y primitiva alzando los brazos y soltando la mayor de las carcajadas mientras abría los ojos como un loco y gritaba con fuerza.

- ¡!! KAISER SAMA!!! ¡Hnhnhnhnhnhn! ¡Hnhnhnhnhnhnhn! ¡Parece que todo el mundo está de fiesta menos yo! ¡Hyahahahahaha! ¡Gyojines aplastando humanos, qué día tan glorioso!

Enseguida miró alrededor tratando de buscar a la orca, lo que si vio fue como una gran cantidad de peces atacaba a los humanos pero este ahora no tenía tiempo de jugar y salió corriendo buscando a Kaiser o Cánabar, el resto de Atesaki le daba absolutamente igual, de hecho quería matarlos, salvo a Shio.

Krauser pudo ver enseguida a un hombre que parecía herido, estaba cojeando de forma algo rara y además no tardó mucho en apoyarse en el borde de una fachada. El marine debía continuar la batalla pero nunca dejaría a una persona herida a su suerte, de modo que ahora corrió hacia él con los ojos entrecerrados. Colocó su mano sobre el hombro de ese tipo y se quedó mirando vigilando que no tuviera ninguna herida seria en todo su cuerpo.

- Vamos aguanta… ¡No puedes caer aquí! Ponte en pie chico, dime qué te pasa y trataré de ayudarte.

El hombre que ahora era un criminal y traidor a la marina estaba desviviéndose por uno de ellos, siempre había sido así con los suyos y no podía evitar querer ayudar a ese hombre. Tragó algo de saliva y empezó a mirarle de mejor forma tratando de buscar algo raro, su haki estaba activado para que nadie les molestara y si lo hacían poder notarlos. El demonio ahora mismo estaba en un estado bueno por un lado pero entristecido por otro, había perdido su vida, pero ahora le daba igual, incluso trató de tranquilizar a aquel hombre.

- ¡Vamos chico dime que te ha pasado!