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Akuma no mi
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Caminaba tras ellos, algo más atras que Ryan rodeado de fantasmas los cuales me soplaban sin efecto alguno para refrescarme a la par que la "mascota" de la pelirroja hacia lo propio. ¿Qué había en mi mente en este momento? Cantureaba cancioncillas estúpidas para olvidar la necesidad de agua que me pedía mi cuerpo. ¿Por qué tanto calor y por qué caminar tanto? Era absurdo, podríamos haber tomado el barco y habernos vuelto por donde vinimos sin ninguna preocupación. Seguro que ahora hasta un desierto parecía fresquito.
El médico de la banda se acercó a hablar conmigo, preguntó sobre el comentario que había realizado nuestro polizón del cual ni me acordaba. Supongo que tener memoria selectiva evita tener recordar estupideces de ese estilo. Por último pronunció la pregunta por la que todos mis fantasmas se revolvieron.
-Enviarlos... ¿Sólos?- Los fantasmas se hicieron una pelotilla a mi alrededor como si tuvieran miedo. -Es una buena idea, puede que funcione.- Afirmé con la abeza mientras hablaba. Los fantasmas desaparecieron y quedaron 4 fantasmas de un tamaño más mediano. Les di unas órdenes simples para que peinaran la zona y rapidamente se marcharon a toda velocidad. -Con un poco de suerte volverán antes de que muramos de calor.
Alcé la mano y silbé para que los 2 tortolitos se percataran de que seguíamos aquí. -¿Sabeis hacia donde vamos o caminamos sin más?
El médico de la banda se acercó a hablar conmigo, preguntó sobre el comentario que había realizado nuestro polizón del cual ni me acordaba. Supongo que tener memoria selectiva evita tener recordar estupideces de ese estilo. Por último pronunció la pregunta por la que todos mis fantasmas se revolvieron.
-Enviarlos... ¿Sólos?- Los fantasmas se hicieron una pelotilla a mi alrededor como si tuvieran miedo. -Es una buena idea, puede que funcione.- Afirmé con la abeza mientras hablaba. Los fantasmas desaparecieron y quedaron 4 fantasmas de un tamaño más mediano. Les di unas órdenes simples para que peinaran la zona y rapidamente se marcharon a toda velocidad. -Con un poco de suerte volverán antes de que muramos de calor.
Alcé la mano y silbé para que los 2 tortolitos se percataran de que seguíamos aquí. -¿Sabeis hacia donde vamos o caminamos sin más?
Kokonoe Toru
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Akuma no mi
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Seguía caminando junto a Kaito y Sinclair en aquél extraño lugar ya que nuevamente el gobierno dio aviso de que una gran cantidad de criminales y nosotros estábamos allí para capturarlos y cobrar sus recompensas. Mientras caminábamos echaba de menos mis tiempos en mi isla tranquilo junto a mis hermanos y mis vecinos sin preocuparnos por nada más que por divertirnos y no enfadar a nuestros padres. En un momento dado mientras caminamos el suelo empieza a estar lleno de nieve por lo que simplemente lo amaso en forma de bola y lo uso para jugar lanzándola arriba y recogiéndola tranquilamente para distraer mi mente de la monotonía de la caminada.
En un momento dado escuché la voz de Sinclair diciendo algo pero antes de poder reaccionar noté como algo con una fuerza y una resistencia tremenda impacta contra mi cabeza, como si me hubiesen pegado con algo imbuido en busoushoku haki. Miré hacia atrás con una cara de pocos amigos y le dije a Sin Me alegra que ya puedas usar el haki pero no hacía falta que me lanzaras una bola envuelta en él para demostrarlo. Mi mal humor se empeoró con ese incidente pero no lo pagaría con un amigo, sino que guardaría esa rabia que estaba brotando en mi interior para hacer mis ataques más letales contra cualquier enemigo que pudiera aparecer.
Tras un tiempo caminando encontramos un edificio y activé mi mantra para asegurarme de que no haya peligro y al hacerlo me di cuenta de que tanto al oeste como al noreste hay presencias extrañas pero no parece haber nadie vigilando el edificio. Kaito decide entrar pero también se ha percatado de las presencias por lo que nos dice que habrá que ir con cuidado mientras que Sinclair dice algo que me hizo reír antes de decir No, el kenbunshoku no sirve para encontrar mujeres. Mientras entrábamos al lugar yo rellenaba el Arrow of Destruction con toda la nieve posible y mientras la compactaba la cargaba de Haki Armadura por si las moscas.
En un momento dado escuché la voz de Sinclair diciendo algo pero antes de poder reaccionar noté como algo con una fuerza y una resistencia tremenda impacta contra mi cabeza, como si me hubiesen pegado con algo imbuido en busoushoku haki. Miré hacia atrás con una cara de pocos amigos y le dije a Sin Me alegra que ya puedas usar el haki pero no hacía falta que me lanzaras una bola envuelta en él para demostrarlo. Mi mal humor se empeoró con ese incidente pero no lo pagaría con un amigo, sino que guardaría esa rabia que estaba brotando en mi interior para hacer mis ataques más letales contra cualquier enemigo que pudiera aparecer.
Tras un tiempo caminando encontramos un edificio y activé mi mantra para asegurarme de que no haya peligro y al hacerlo me di cuenta de que tanto al oeste como al noreste hay presencias extrañas pero no parece haber nadie vigilando el edificio. Kaito decide entrar pero también se ha percatado de las presencias por lo que nos dice que habrá que ir con cuidado mientras que Sinclair dice algo que me hizo reír antes de decir No, el kenbunshoku no sirve para encontrar mujeres. Mientras entrábamos al lugar yo rellenaba el Arrow of Destruction con toda la nieve posible y mientras la compactaba la cargaba de Haki Armadura por si las moscas.
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Akuma no mi
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Tras escalar la cumbre, aunque pequeña se puede llamar cumbre, el joven se encuentra con una situación poco esperada, na tormenta de pequeño tamaño amaina en aquella zona cubierta de nieve, donde el joven se hunde en la misma como consecuencia del peso de su cuerpo. Su pierna izquierda se empapa a causa de la nieve, pero la derecha parece causar un hueco en la misma, eso se debe a la temperatura que emana la misma de forma pasiva e involuntaria por parte del joven peliverde que comienza a caminar por la zona observándolo todo a su alrededor, su naturaleza le hace desconfiar de todo lo que no conoce, y ese lugar, ese bosque cubierto por la blanca nieve pues el joven ojiverde puede ver árboles repartidos por la zona, algo que le alegra, pues los bosques le agradan bastante y no le molesta que hayan árboles a su alrededor. Eso le podría servir para el combate y demás cosas que pueda necesitar y facilitaría su movilidad si decide ir saltando de rama en rama cual primate jugueteando en las selvas.
Ahora es el momento de las decisiones, el joven debe decidir si seguir su camino por el sur de su ubicación actual, o irse al este y tratar de escalar una gran montaña helada y empinada, algo que podría ser un problema y un gran peligro, pero también esconder verdaderos tesoros y grandes fortunas. La decisión le resulta complicada, tiene que reunir dinero para poder conseguir lo que ansía, pero no le vale la pena un riesgo de gran probabilidad de muerte por conseguirlo, pues muerto no conseguiría dinero, ni lo que se propone lograr con el mismo. Por lo que el joven se sube a un árbol cercano y empieza a saltar cual mono en la jungla de árbol en árbol. Su rumbo, el sur, prefiere buscar dinero en otro lado que perder la vida en un posible escondite de grandes fortunas.
Ahora es el momento de las decisiones, el joven debe decidir si seguir su camino por el sur de su ubicación actual, o irse al este y tratar de escalar una gran montaña helada y empinada, algo que podría ser un problema y un gran peligro, pero también esconder verdaderos tesoros y grandes fortunas. La decisión le resulta complicada, tiene que reunir dinero para poder conseguir lo que ansía, pero no le vale la pena un riesgo de gran probabilidad de muerte por conseguirlo, pues muerto no conseguiría dinero, ni lo que se propone lograr con el mismo. Por lo que el joven se sube a un árbol cercano y empieza a saltar cual mono en la jungla de árbol en árbol. Su rumbo, el sur, prefiere buscar dinero en otro lado que perder la vida en un posible escondite de grandes fortunas.
Joseph Leto
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Akuma no mi
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Había tocado la puerta pero al parecer la casa estaba vacía ya que al hacerlo la puerta se abrió sola y dejó a la vista que en la casa no había casi nada. En un rincón había un pequeño bote que no sabía muy bien ni como había llegado allí no para qué servía en esa casa y en otro lado había un extraño baúl que me llamó la atención por lo que me acerqué a él y lo abrí para ver dentro una flauta muy poco común ya que estaba hecha de oro y no parecía ser falsificación o bañada en oro por lo que seguramente sería bastante costosa.
Intrigado por el origen de dicha flauta y sus propiedades me la guardé en mi chaqueta mientras en mi mente había una pelea inmensa por el acto que acabó con la victoria de la personalidad curiosa e investigadora que lo justifica como un requisamiento para investigaciones de la marina. Tras recoger la flauta y ver que no había nada más me di la vuelta, salí de la casa y con mi enorme cruz en la espalda y mis gafas rastreadoras en la frente listas para ser usadas continué mi periplo por aquellas extrañas tierras.
Intrigado por el origen de dicha flauta y sus propiedades me la guardé en mi chaqueta mientras en mi mente había una pelea inmensa por el acto que acabó con la victoria de la personalidad curiosa e investigadora que lo justifica como un requisamiento para investigaciones de la marina. Tras recoger la flauta y ver que no había nada más me di la vuelta, salí de la casa y con mi enorme cruz en la espalda y mis gafas rastreadoras en la frente listas para ser usadas continué mi periplo por aquellas extrañas tierras.
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Akuma no mi
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En cuanto bajé del barco a tierra, el mapache se me acercó por detrás y escaló por mi pierna hasta mi hombro derecho. Resoplé y giré los ojos pero lo dejé quedarse allí. Al hacerlo, murmuró algo sobre su instinto y que algo estaba mal.
-Tsk... No le tengo miedo a nada. Y tú tampoco deberías.
El mapache simplemente meció ligeramente la cola y una sombra apareció entre la niebla. Se alzaba hacía el cielo y alcé la vista siguiendo su reguero. Rocket volvió a hablar, esta vez para decir que decida yo. Y era obvio lo que iba a decidir.
Empecé a caminar hacía la sombra, con cuidado e intentando observar bien lo poco que podía ver. Nunca se sabe lo que se puede encontrar uno.
-Tsk... No le tengo miedo a nada. Y tú tampoco deberías.
El mapache simplemente meció ligeramente la cola y una sombra apareció entre la niebla. Se alzaba hacía el cielo y alcé la vista siguiendo su reguero. Rocket volvió a hablar, esta vez para decir que decida yo. Y era obvio lo que iba a decidir.
Empecé a caminar hacía la sombra, con cuidado e intentando observar bien lo poco que podía ver. Nunca se sabe lo que se puede encontrar uno.
Al observó cómo su camisa nueva de algodón seleccionado, tejida completamente a mano por Minkmans sin dedos, importada desde Dressrosa, y que le había costado ciento cincuenta mil berries. "El sueldo de cuatro meses a la porra", pensó antes de caer en la cuenta de por qué su ropa había ardido. Ese mono glotón de Kai... Arthur se iba a cabrear mucho y... ¿Dónde estaban los gritos de Arthur? Aquella pequeña bola de odio no estaba jodiéndolos con su voz de niño bien, tan sólo llamándolos inútiles de buenas maneras. Pero él no era un inútil, sino el que había conseguido quedarse un trozo de Pizza antes de que Kai demostrara su verdadera naturaleza. Y se lo comió de un par de bocados, ya que nadie pareció hacerle ni puto caso.
-¡Eh eh eh! Para el carro recluta- dijo, un poco ofendido por aquel desplante-, aquí el oficial soy yo, así que yo mando. Y vamos a... Hacer lo que tú has dicho, pero porque queremos, no porque lo digas tú. Hombres, actúen.
En lo que los demás trabajaban, y ahora ya superado el calor, volvió a ponerse los pantalones, notando una extraña sensación que lo recorrió desde el sacro hasta el axis, caminando por su espalda hasta que en su cabeza sintió algo muy extraño: Una presencia poderosa cerca, hacia allí. La verdad es que se avergonzó bastante al descubrirse a sí mismo señalando un lugar aleatoriamente mientras hablaba consigo mismo. Pero tampoco pasaba nada.
-Bueno chicos, si Arthur y Kai han terminado de quemar mi ropa, vamos a movernos hacia allí- no era que hubiera puesto de nuevo esa pose, sino que nunca la había retirado-. Al parecer hay peligro y con suerte Arthur se vuelve un hombre... Bueno, quién sabe.
Dedicó una sonrisa general y saltó de la borda, cayendo sobre la cubierta inferior y rompiéndose en mil pedazos. Si no fuera habitual aquello en él hasta se habría llegado a molestar, pero tan sólo se tiró de nuevo, congelando el agua bajo sus pies en un radio de 80 metros, lo que... bueno, significó encallar el barco. ¿Pero a quién le importaba? Tenían al niño estufa y al hombre llama. En cuanto sus hombres lo siguieran caminaría por la helada superficie hasta la costa.
-¡Eh eh eh! Para el carro recluta- dijo, un poco ofendido por aquel desplante-, aquí el oficial soy yo, así que yo mando. Y vamos a... Hacer lo que tú has dicho, pero porque queremos, no porque lo digas tú. Hombres, actúen.
En lo que los demás trabajaban, y ahora ya superado el calor, volvió a ponerse los pantalones, notando una extraña sensación que lo recorrió desde el sacro hasta el axis, caminando por su espalda hasta que en su cabeza sintió algo muy extraño: Una presencia poderosa cerca, hacia allí. La verdad es que se avergonzó bastante al descubrirse a sí mismo señalando un lugar aleatoriamente mientras hablaba consigo mismo. Pero tampoco pasaba nada.
-Bueno chicos, si Arthur y Kai han terminado de quemar mi ropa, vamos a movernos hacia allí- no era que hubiera puesto de nuevo esa pose, sino que nunca la había retirado-. Al parecer hay peligro y con suerte Arthur se vuelve un hombre... Bueno, quién sabe.
Dedicó una sonrisa general y saltó de la borda, cayendo sobre la cubierta inferior y rompiéndose en mil pedazos. Si no fuera habitual aquello en él hasta se habría llegado a molestar, pero tan sólo se tiró de nuevo, congelando el agua bajo sus pies en un radio de 80 metros, lo que... bueno, significó encallar el barco. ¿Pero a quién le importaba? Tenían al niño estufa y al hombre llama. En cuanto sus hombres lo siguieran caminaría por la helada superficie hasta la costa.
Gareth Silverwing
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Akuma no mi
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Solo pasaron unos minutos de viaje, al principio no se veía nada, pero entre la niebla comencé a distinguir la forma de la orilla. Se escuchaba el suave ruido de las olas rompiendo, aunque quitando eso y el ruido de fondo que hacían mis compañeros todo estaba en una inquietante calma. Poco después llegó a mi nariz un pútrido olor, era como pescado, pescado en mal estado. Miré al mar y pude ver cómo los peces muertos se amontonaban en la orilla formando una apestosa masa de carne en descomposición. El barco llegó cerca de la orilla, ahora ya se podía ver mejor la playa, pero había algo raro en ésta, a parte del pescado, la parte de la arena que entraba en contacto con la playa estaba humeando. Una orilla con un hedor fétido y humeante, no se trataba de una orilla normal, sino posiblemente de una horilla, me acababa de inventar ese término, pero con tantas "H" en los adjetivos que la caracterizaban quizás el nombre de horilla que quedase bien.
La verdad es que ignoraba que estaban haciendo los dos idiotas, Al saltó para congelar el mar, creando un paso seguro y esa misteriosa playa humeante era demasiado tentadora, tendría que ir a explorarla. Decidí adelantarme al resto y bajar de un salto. Era una caída considerable pero, por suerte la masa de pescado en descomposición era bastante blanda, o lo sería de no ser porque estaba congelada. Un temblor recorrió todo mi cuerpo al recibir la fuerza de mi caída, dejándome en una pose poco digna. Tras eso me puse en camino junto con Al para llegar a la playa, moviéndonos en la dirección que habían indicado. Me adelanté una poco para asegurar la horilla y observar el fenómeno de la arena humeante más de cerca. Una vez puse un pie en la arena atravesé una fina cortina de vapor mezclado con los gases de los peces. Lo primero que noté fue una sensación de calor mucho mayor que la que hacía en el barco, la arena estaba casi ardiendo, ¿Cómo era posible que con niebla la arena se calentase a tal temperatura?
-Tened cuidado, esta arena no es normal. Puedo hacer que el calor no pase al aire a mi alrededor, pero si el calor proviene de la arena no puedo hacer nada por vosotros. Procurad llevar un buen calzado.- Les grité a mis compañeros mientras aplicaba mis poderes en la planta de las botas para evitar que pasara el calor.
No tengo ni idea de por qué dijo Al que nos moviéramos en esa dirección tan aleatoria, en la cual no se distinguía nada del otro mundo. Estaba raro, más de lo normal, puede que sea como los perros y sienta el peligro o lo huela, aunque con este hedor a pescado es difícil. Ahora tocaba esperar a reunirse con los otros dos y continuar.
La verdad es que ignoraba que estaban haciendo los dos idiotas, Al saltó para congelar el mar, creando un paso seguro y esa misteriosa playa humeante era demasiado tentadora, tendría que ir a explorarla. Decidí adelantarme al resto y bajar de un salto. Era una caída considerable pero, por suerte la masa de pescado en descomposición era bastante blanda, o lo sería de no ser porque estaba congelada. Un temblor recorrió todo mi cuerpo al recibir la fuerza de mi caída, dejándome en una pose poco digna. Tras eso me puse en camino junto con Al para llegar a la playa, moviéndonos en la dirección que habían indicado. Me adelanté una poco para asegurar la horilla y observar el fenómeno de la arena humeante más de cerca. Una vez puse un pie en la arena atravesé una fina cortina de vapor mezclado con los gases de los peces. Lo primero que noté fue una sensación de calor mucho mayor que la que hacía en el barco, la arena estaba casi ardiendo, ¿Cómo era posible que con niebla la arena se calentase a tal temperatura?
-Tened cuidado, esta arena no es normal. Puedo hacer que el calor no pase al aire a mi alrededor, pero si el calor proviene de la arena no puedo hacer nada por vosotros. Procurad llevar un buen calzado.- Les grité a mis compañeros mientras aplicaba mis poderes en la planta de las botas para evitar que pasara el calor.
No tengo ni idea de por qué dijo Al que nos moviéramos en esa dirección tan aleatoria, en la cual no se distinguía nada del otro mundo. Estaba raro, más de lo normal, puede que sea como los perros y sienta el peligro o lo huela, aunque con este hedor a pescado es difícil. Ahora tocaba esperar a reunirse con los otros dos y continuar.
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Por fin llegamos a la orilla de la isla, por lo que pude ver los peces se arrejuntaban en esta flotando con sus cuerpos sin vida, eso era extraño, los cuerpos estaban podridos, por lo que no les había sucedido hacía poco tiempo, y tampoco denotaban heridas de algún agresor que los hubiese matado y abandonado allí. Ver los peces me dio que pensar, y lo más seguro es que hubiesen sufrido un cambio repentino en su hábitat y muriesen todos casi al instante, era una posibilidad y si era así algo peligroso ocurría en la isla.
Por mi parte esperé en el barco a que el vice-almirante nos diera alguna indicación de lo que deberíamos hacer, aunque me costaría aceptarla debido a las pintas que tenía en estos momentos, dejé el petate en el suelo y me senté en el suelo de la cubierta con los ojos cerrados en la poca sombra que encontré. De pronto me di cuenta de que apenas tenía calor, sólo la molestia de los rayos del sólo sobre mi piel, como era eso posible, eso solo podía significar una cosa, Arthir o Kai tenían una akuma relacionada con la temperatura, o incluso los dos, que suerte poder tener ese poder, por mi parte me tenía que conformar con ser de azúcar con lo que la odiaba.
Cuando me cansé de esperar sentado en el barco, me levanté para ir a la playa y comenzar a investigarla, así como para ver si esta era segura, sin embargo Al comenzó a dar indicaciones, haríamos el plan que había dicho Arthur, llenar unas cantimploras con agua azucarada gracias a nuestros poderes, y la dirección que tomaríamos para desplazarnos. Cogí de nuevo el petate y me dirigí al borde del barco y di un salto hasta la orilla de la playa sin tocar el agua, y justo antes de caer al suelo, cree una capa de unos zancos de unos 10cm de altura para evitar quemarme los pies con la arena pues estaba seguro que con el calor que hacía quemaría bastante.
Por mi parte esperé en el barco a que el vice-almirante nos diera alguna indicación de lo que deberíamos hacer, aunque me costaría aceptarla debido a las pintas que tenía en estos momentos, dejé el petate en el suelo y me senté en el suelo de la cubierta con los ojos cerrados en la poca sombra que encontré. De pronto me di cuenta de que apenas tenía calor, sólo la molestia de los rayos del sólo sobre mi piel, como era eso posible, eso solo podía significar una cosa, Arthir o Kai tenían una akuma relacionada con la temperatura, o incluso los dos, que suerte poder tener ese poder, por mi parte me tenía que conformar con ser de azúcar con lo que la odiaba.
Cuando me cansé de esperar sentado en el barco, me levanté para ir a la playa y comenzar a investigarla, así como para ver si esta era segura, sin embargo Al comenzó a dar indicaciones, haríamos el plan que había dicho Arthur, llenar unas cantimploras con agua azucarada gracias a nuestros poderes, y la dirección que tomaríamos para desplazarnos. Cogí de nuevo el petate y me dirigí al borde del barco y di un salto hasta la orilla de la playa sin tocar el agua, y justo antes de caer al suelo, cree una capa de unos zancos de unos 10cm de altura para evitar quemarme los pies con la arena pues estaba seguro que con el calor que hacía quemaría bastante.
Sasuke Uchiha
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Seguimos nuestro curso hacía aquella misteriosa isla. ¿Qué sería lo que nos estaría esperando al otro lado de aquella superficie? Esto era algo que no dejaba de rondar por mi cabeza, mientras permanecía sentado mirando al cielo, recordando algunas anécdotas de cuando conocí al Vicealmirante Drako. Con el vamos a estar todo bien, sea cual sea la adversidad.
Uno de mis jóvenes compañeros informaba a Drako sobre como íbamos, no pude evitar fijarme en él. Incluso tenía un eternal pose, aunque al Vicealmirante ese tipo de cosas nunca se le dieron demasiado bien, y, así se lo hizo saber al marine. A simple vista, por su iniciativa y por como se ha hecho cargo de la situación ante el desconocimiento de Drako, seguramente sea muy bien climatólogo.
Finalmente desembarcamos en la isla. Las nubes se volvieron negras, cosa que no era una muestra de muy buena señal precisamente. El clima en esta isla definitivamente era muy inusual, pero eso no era lo único. La vegetación también tenía una pinta extraño, quizás este tipo de cosas iban a pasar desapercibidas por Drako, pero el tipo de arbusto que nos encontramos nada mas llegar no lo había visto en ningún otro lugar hasta ahora, ni si quiera recuerdo haberlo visto en ningún libro.
Teniendo en cuenta este tipo de vegetación, ¿Que clase de seres vivos habrá en la isla? Era algo que me intrigaba, aunque realmente eso daría igual. Nosotros hemos venido a cumplir una misión, y esa debía ser mi prioridad.
Uno de mis jóvenes compañeros informaba a Drako sobre como íbamos, no pude evitar fijarme en él. Incluso tenía un eternal pose, aunque al Vicealmirante ese tipo de cosas nunca se le dieron demasiado bien, y, así se lo hizo saber al marine. A simple vista, por su iniciativa y por como se ha hecho cargo de la situación ante el desconocimiento de Drako, seguramente sea muy bien climatólogo.
Finalmente desembarcamos en la isla. Las nubes se volvieron negras, cosa que no era una muestra de muy buena señal precisamente. El clima en esta isla definitivamente era muy inusual, pero eso no era lo único. La vegetación también tenía una pinta extraño, quizás este tipo de cosas iban a pasar desapercibidas por Drako, pero el tipo de arbusto que nos encontramos nada mas llegar no lo había visto en ningún otro lugar hasta ahora, ni si quiera recuerdo haberlo visto en ningún libro.
Teniendo en cuenta este tipo de vegetación, ¿Que clase de seres vivos habrá en la isla? Era algo que me intrigaba, aunque realmente eso daría igual. Nosotros hemos venido a cumplir una misión, y esa debía ser mi prioridad.
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Siempre tan inocente, Reira... Le voy a demostrar cómo se elige la ropa. Me acerco a ella sinuosamente, intentando acariciar sus brazos finos y delicados, sin perder de vista sus ojos, a pesar de que desearía estar viendo sus pechos desnudos moverse al ritmo de los míos mientras hacemos esas cosas que Derek sueña pero por algún motivo no quiere ver. En fin, es el momento, tan sólo una frase. Estoy a punto de abrir la boca con una sonrisa y... Ploff.
-Gangplank, mi amor, ¿tan grande es que resuena todo el...? Vaya, se ha desmayado- digo, con gesto sorprendido, a pesar de que no me extraña. Soy despampanante, y Reira no está tampoco nada mal. Si no no me habría fijado en ella, claro, ya que mi gusto es sublime. Pero me estoy desviando del tema-. ¿Qué vamos a hacer ahora tú y yo?
Mi picardía se ve interrumpida por el imbécil de mi hermano, que llega como un energúmeno al tiempo que mi cama se convierte en un sofá y se suma a la fiesta. ¡Viva! Por fin Der ha entendido que tenerme de amiga es mucho mejor que de enemiga. Me acerco a él intentando lo que, porque básicamente se ha puesto histérica, fracasó con Reira y me doy cuenta de una cosa: El chico ha muerto. Bueno, de dos: El chico ha muerto, y ese bulto no me iba a dar vida, así que da igual. En fin, parece que este hombre nunca aprenderá a dejarme divertir.
-Si sirve para que me dejes en paz o nos viole a todos una tribu salvaje de aborígenes, vamos- digo con desdén y, en cierto modo, esperando que eso no pase. Los aborígenes no saben tratar a una dama como yo-. Y quiero que mi cama reaparezca. ¡Cretino!
Me voy seguida de Lu dando un portazo, dejando a Der, Reira y un cadáver en la intimidad. Espero que no usen las cosas que tengo en el tercer cajón, o me tocará limpiarlas.
-Gangplank, mi amor, ¿tan grande es que resuena todo el...? Vaya, se ha desmayado- digo, con gesto sorprendido, a pesar de que no me extraña. Soy despampanante, y Reira no está tampoco nada mal. Si no no me habría fijado en ella, claro, ya que mi gusto es sublime. Pero me estoy desviando del tema-. ¿Qué vamos a hacer ahora tú y yo?
Mi picardía se ve interrumpida por el imbécil de mi hermano, que llega como un energúmeno al tiempo que mi cama se convierte en un sofá y se suma a la fiesta. ¡Viva! Por fin Der ha entendido que tenerme de amiga es mucho mejor que de enemiga. Me acerco a él intentando lo que, porque básicamente se ha puesto histérica, fracasó con Reira y me doy cuenta de una cosa: El chico ha muerto. Bueno, de dos: El chico ha muerto, y ese bulto no me iba a dar vida, así que da igual. En fin, parece que este hombre nunca aprenderá a dejarme divertir.
-Si sirve para que me dejes en paz o nos viole a todos una tribu salvaje de aborígenes, vamos- digo con desdén y, en cierto modo, esperando que eso no pase. Los aborígenes no saben tratar a una dama como yo-. Y quiero que mi cama reaparezca. ¡Cretino!
Me voy seguida de Lu dando un portazo, dejando a Der, Reira y un cadáver en la intimidad. Espero que no usen las cosas que tengo en el tercer cajón, o me tocará limpiarlas.
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Kai bostezó sonoramente y se tiró en el suelo, preparándose para una segunda siesta. Aparentemente no había nada más que hacer, y aquella pizza eran contundentilla así que ahora tocaba digerirla. Maldito Al, le estaba metiendo malas costumbres. Antes era un luchador obsesionado con el entrenamiento. Ahora era un luchador dormilón obsesionado con el entrenamiento. En todo caso, con aquel calorcito tan agradable se estaba tan a gusto... casi invitaba al sueño. Entonces se empezó a armar jaleo a su alrededor. Escuchó al tal Jack gritando algo de iban a morir, y a Arthur dando órdenes. "Bajito pero matón" pensó Kai mientras se frotaba los ojos y se incorporaba para ver qué narices pasaba. No detectaba nada raro en las inmediaciones con su mantra, ¿por qué gritaba el recluta así? De repente el aire se enfrió un poco, ante lo cual el luchador frunció el ceño. ¡Maldito clima bipolar! ¿Es que no podía uno disfrutar de unos momentos de chicharrera? Se acercó las manos a la boca y comenzó a echarles el aliento para calentarlas. Su aliento, por supuesto, iba envuelto en llamas. Se frotó las manos, y observó a Al, que contestaba al recluta en ese momento.
- ¿Qué es lo que tengo q...? - en ese momento fue consciente de la desnudez de su superior - Al, tío, soy el primero al que le gusta ir ligero de ropa, pero te has pasado. Además, ¿no notas que ha empezado a refrescar? -
comenzó a menear la cabeza con desaprobación - Vas a pescar un buen resfriado de seguir así.
Tras aquella aseveración, en un tono de reproche como si fuese un padre regañando a su hijo, se fijó en Jack. Tenía pinta de estar debilitado. Se acercó con una sonrisa y le dio dos contundentes palmadas en la espalda, sin ser consciente de su enorme fuerza.
- Hay que comer más, recluta, o pronto no serás ni tu sombra.
Tras decir esto, se alejó a buscar sus cosas. Si había alguien fuerte, tendría que ir bien equipado. Mientras iba hacia su camarote, pensó en que tenía que buscar congraciarse más con el resto de la flota. "De momento le he dado un buen consejo a Jack. ¡Seguro que lo aprecia! Ahora debería intentar encontrar una manera de romper el hielo con Arthur... ¿tal vez un mote?" razonó, frotándose la barbilla. Al llegar al camarote, decidió sabiamente ponerse por los hombros la chaqueta de comodoro, así podría cubrirse si seguía refrescando. En el bolsillo de esta metió su den den mushi especial. Tras eso observó su traje de asesino, y se planteó el llevarlo. Tras unos instantes de deliberación interior, lo devolvió al interior de la bolsa donde lo guardaba y ocultó esta de nuevo. No le habían indicado que tuviese que cumplir ningún trabajo para los de arriba hoy, más allá de sus obligaciones como marine y miembro de la Brigada. Tras eso, se pasó un poco las manos por la melena para desenredarla, tratar de peinarla mínimamente y no presentar un aspecto tan lamentable, y se dirigió a cubierta de nuevo. Cogió una de las cantimploras que había sobre la mesa, viendo que todos tenían una, y le echó un trago.
- ¡Puaj! Sabe demasiado dulce - dijo, con una mueca - ¿Qué narices es esto?
En fin, ellos sabrían lo que hacían. Se guardó la cantimplora, aunque no la usaría a menos que no tuviese nada más que beber y no aguantase más. Observó a su superior dar un grácil salto que terminó con un aun más grácil tortazo contra el suelo en el que reventó contra el suelo en mil esquirlas de hielo. Kai se llevó una mano a la cara y la sacudió hacia los lados. ¡Eso le pasaba por no escucharle! ¿Por qué nadie hacía caso de sus lúcidas palabras? Suspiró, mientras lo veía congelar el mar, y se preparó para saltar:
- ¡Eso te pasa por andar tan ligero de ropa! ¡Te pilla el frío y luego estás aturdido! - le gritó desde la borda, sin caer aun en que con la fruta que poseía era improbable que Al pillase un resfriado alguna vez en su vida - ¡Vamos, pequeñín! - le dijo a Arthur, apoyando una de sus manazas sobre la cabeza del recluta y desordenándole el pelo.
De un poderoso salto, el Comodoro cayó sobre el hielo. Maldito Al, ahora toda esa zona estaba helada. Se frotó los hombros para recuperar el calor, mientras avanzaba hacia la playa. Allá por donde pisaba el hielo se derretía ligeramente y pequeñas columnas de vapor brotaban del lugar. Al llegar a la arena, sonrió ligeramente al notar el agradable calorcito que brotaba de esta, e incluso se agachó para coger un puñado. A medio camino se detuvo, al ver el color malsano de esta y los peces podridos. "Igual no es buena idea..." Se levantó sin tocarla, y se acercó al Vicealmirante con aire algo más serio. Se había acabado el momento de ser agradable, ahora tenían trabajo.
- Lo has percibido con tu mantra... ¿verdad? - preguntó.
Entonces escuchó que Arthur decía algo de contener el calor, y la temperatura de la arena.
- ¿Sacar el calor del aire? ¿Y que pillemos una pulmonía o algo? Si hace una temperatura agradable...
En ese momento reparó al fin en que sus compañeros estaban sudados. No parecía que les estuviese sentando tan bien como a él el clima... hacía tan poco que había consumido la Mera Mera que en ocasiones se olvidaba de sus poderes. Era normal que él no sintiera el calor, pues. Pero entonces, ¿tan alta era la temperatura?
- Olvida lo que he dicho. Se me ha ido la cabeza, no recordaba que vosotros no toleráis el calor tan bien como yo.
- ¿Qué es lo que tengo q...? - en ese momento fue consciente de la desnudez de su superior - Al, tío, soy el primero al que le gusta ir ligero de ropa, pero te has pasado. Además, ¿no notas que ha empezado a refrescar? -
comenzó a menear la cabeza con desaprobación - Vas a pescar un buen resfriado de seguir así.
Tras aquella aseveración, en un tono de reproche como si fuese un padre regañando a su hijo, se fijó en Jack. Tenía pinta de estar debilitado. Se acercó con una sonrisa y le dio dos contundentes palmadas en la espalda, sin ser consciente de su enorme fuerza.
- Hay que comer más, recluta, o pronto no serás ni tu sombra.
Tras decir esto, se alejó a buscar sus cosas. Si había alguien fuerte, tendría que ir bien equipado. Mientras iba hacia su camarote, pensó en que tenía que buscar congraciarse más con el resto de la flota. "De momento le he dado un buen consejo a Jack. ¡Seguro que lo aprecia! Ahora debería intentar encontrar una manera de romper el hielo con Arthur... ¿tal vez un mote?" razonó, frotándose la barbilla. Al llegar al camarote, decidió sabiamente ponerse por los hombros la chaqueta de comodoro, así podría cubrirse si seguía refrescando. En el bolsillo de esta metió su den den mushi especial. Tras eso observó su traje de asesino, y se planteó el llevarlo. Tras unos instantes de deliberación interior, lo devolvió al interior de la bolsa donde lo guardaba y ocultó esta de nuevo. No le habían indicado que tuviese que cumplir ningún trabajo para los de arriba hoy, más allá de sus obligaciones como marine y miembro de la Brigada. Tras eso, se pasó un poco las manos por la melena para desenredarla, tratar de peinarla mínimamente y no presentar un aspecto tan lamentable, y se dirigió a cubierta de nuevo. Cogió una de las cantimploras que había sobre la mesa, viendo que todos tenían una, y le echó un trago.
- ¡Puaj! Sabe demasiado dulce - dijo, con una mueca - ¿Qué narices es esto?
En fin, ellos sabrían lo que hacían. Se guardó la cantimplora, aunque no la usaría a menos que no tuviese nada más que beber y no aguantase más. Observó a su superior dar un grácil salto que terminó con un aun más grácil tortazo contra el suelo en el que reventó contra el suelo en mil esquirlas de hielo. Kai se llevó una mano a la cara y la sacudió hacia los lados. ¡Eso le pasaba por no escucharle! ¿Por qué nadie hacía caso de sus lúcidas palabras? Suspiró, mientras lo veía congelar el mar, y se preparó para saltar:
- ¡Eso te pasa por andar tan ligero de ropa! ¡Te pilla el frío y luego estás aturdido! - le gritó desde la borda, sin caer aun en que con la fruta que poseía era improbable que Al pillase un resfriado alguna vez en su vida - ¡Vamos, pequeñín! - le dijo a Arthur, apoyando una de sus manazas sobre la cabeza del recluta y desordenándole el pelo.
De un poderoso salto, el Comodoro cayó sobre el hielo. Maldito Al, ahora toda esa zona estaba helada. Se frotó los hombros para recuperar el calor, mientras avanzaba hacia la playa. Allá por donde pisaba el hielo se derretía ligeramente y pequeñas columnas de vapor brotaban del lugar. Al llegar a la arena, sonrió ligeramente al notar el agradable calorcito que brotaba de esta, e incluso se agachó para coger un puñado. A medio camino se detuvo, al ver el color malsano de esta y los peces podridos. "Igual no es buena idea..." Se levantó sin tocarla, y se acercó al Vicealmirante con aire algo más serio. Se había acabado el momento de ser agradable, ahora tenían trabajo.
- Lo has percibido con tu mantra... ¿verdad? - preguntó.
Entonces escuchó que Arthur decía algo de contener el calor, y la temperatura de la arena.
- ¿Sacar el calor del aire? ¿Y que pillemos una pulmonía o algo? Si hace una temperatura agradable...
En ese momento reparó al fin en que sus compañeros estaban sudados. No parecía que les estuviese sentando tan bien como a él el clima... hacía tan poco que había consumido la Mera Mera que en ocasiones se olvidaba de sus poderes. Era normal que él no sintiera el calor, pues. Pero entonces, ¿tan alta era la temperatura?
- Olvida lo que he dicho. Se me ha ido la cabeza, no recordaba que vosotros no toleráis el calor tan bien como yo.
Kasan
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Akuma no mi
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La historia del doctor Takuto y Verde era bien conocida en el Gobierno, un genial dúo de científicos de gran renombre y prestigio que vieron su carrera truncada al destruirse todo su laboratorio, o al menos eso pensábamos. Había pasado ya bastante tiempo desde aquel incidente y ambos científicos desaparecieron para, ocultos en una misteriosa isla, volver a desarrollar el proyecto en el que habían estado trabajando tanto tiempo, evidentemente nosotros no estábamos al tanto de la situación pues de haberlo sabido les habríamos detenido hace algún tiempo. Su investigación en principio iba a ser utilizada para beneficiar al Gobierno pero al igual que a mucha gente les pudo la codicia. Con lo poco que pudieron salvar del laboratorio y sus conocimientos pudieron completar la investigación dando como resultado la creación de armas con un terrible poder destructivo, armas que son vendidas al mejor postor sin importar a que faccion pertenezcan pues como en todo negocio, manda el dinero.
Todo esto me lleva a mi, el agente Noa, a destruir este negocio cuanto antes sin importar el número de victimas resultantes. El objetivo de la misión es simple, acabar con el tráfico de armas y recuperar el mayor número posible de estas para el Gobierno, aunque si encontrase algo interesante hecho a mi medida igual no todas las armas recuperadas volverían a Ennies Lobby.
Habíamos conseguido las coordenadas de la isla gracias a la amplia red de comunicaciones que disponemos (Mentira, realmente dio la casualidad que pillamos a uno de los compradores y le sacamos el lugar a la fuerza) y con ello solo faltaba enviar un equipo de investigación a la isla, para no estropear la misión algunos agentes fuimos enviados en solitario para hacer mas fácil la infiltración. Tenemos entendido que es muy probable que aparezcan miembros de la Revolución para intentar hacerse con las armas y por eso tenemos carta blanca para armar el revuelo que queramos.
Mi viaje había comenzado, logré infiltrarme en un barco mercante que se dirigia a las inmediaciones de la isla, gracias a ellos no correría peligro viajando solo como otras veces en el pasado y así pasaría totalmente desapercibido. Poco a poco el pequeño mercante se acercaba a la isla o eso pensaba yo, realmente no veía mas allá de mi nariz, solo sentía un calor agobiante que parecía provenir del propio mar, daba la sensación de que el agua que nos rodeaba estuviese hirviendo.
El barco se acercaba mas y mas a la isla, fijando bien la vista pude distinguir un par de rocas donde habían altas probabilidades de que el navío encallase pero al menos podía utilizarlas de puente hasta la isla. Cogí un poco de carrerilla y salté por la cubierta del barco para caer encima de la gran roca, haciendo un poco de malabares logré mantenerme estable en la superficie de esta. Siguiendo la costa comenzaba el camino de un desierto que tenia pinta de estar a una temperatura demasiado elevada incluso para ser lo que era, si seguía el camino corría el peligro de caer deshidratado en poco tiempo pues el poco tiempo que llevaba cerca de la isla ya había conseguido hacerme sudar, por otro lado, la única alternativa viable era escalar una montaña que se alzaba justo enfrente pero eso sería tanto o incluso mas cansado y además no serviría de nada por la espesura de la niebla.
Tras un pequeño instante de duda decidí adentrarme en el desierto aún con el riesgo que ello conlleva
Todo esto me lleva a mi, el agente Noa, a destruir este negocio cuanto antes sin importar el número de victimas resultantes. El objetivo de la misión es simple, acabar con el tráfico de armas y recuperar el mayor número posible de estas para el Gobierno, aunque si encontrase algo interesante hecho a mi medida igual no todas las armas recuperadas volverían a Ennies Lobby.
Habíamos conseguido las coordenadas de la isla gracias a la amplia red de comunicaciones que disponemos (Mentira, realmente dio la casualidad que pillamos a uno de los compradores y le sacamos el lugar a la fuerza) y con ello solo faltaba enviar un equipo de investigación a la isla, para no estropear la misión algunos agentes fuimos enviados en solitario para hacer mas fácil la infiltración. Tenemos entendido que es muy probable que aparezcan miembros de la Revolución para intentar hacerse con las armas y por eso tenemos carta blanca para armar el revuelo que queramos.
Mi viaje había comenzado, logré infiltrarme en un barco mercante que se dirigia a las inmediaciones de la isla, gracias a ellos no correría peligro viajando solo como otras veces en el pasado y así pasaría totalmente desapercibido. Poco a poco el pequeño mercante se acercaba a la isla o eso pensaba yo, realmente no veía mas allá de mi nariz, solo sentía un calor agobiante que parecía provenir del propio mar, daba la sensación de que el agua que nos rodeaba estuviese hirviendo.
El barco se acercaba mas y mas a la isla, fijando bien la vista pude distinguir un par de rocas donde habían altas probabilidades de que el navío encallase pero al menos podía utilizarlas de puente hasta la isla. Cogí un poco de carrerilla y salté por la cubierta del barco para caer encima de la gran roca, haciendo un poco de malabares logré mantenerme estable en la superficie de esta. Siguiendo la costa comenzaba el camino de un desierto que tenia pinta de estar a una temperatura demasiado elevada incluso para ser lo que era, si seguía el camino corría el peligro de caer deshidratado en poco tiempo pues el poco tiempo que llevaba cerca de la isla ya había conseguido hacerme sudar, por otro lado, la única alternativa viable era escalar una montaña que se alzaba justo enfrente pero eso sería tanto o incluso mas cansado y además no serviría de nada por la espesura de la niebla.
Tras un pequeño instante de duda decidí adentrarme en el desierto aún con el riesgo que ello conlleva
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Sangre y sudor. Comienzan los rayos.
La misma situación para todos. 6:12 PM. Los que tengan haki mantra lv 3 o más siguen notando presencias extrañas en la niebla, un grandioso poder…
Si tienes haki mantra lv 4, puedes darte cuenta de que la niebla en la que estás, proviene de alguien o algo demasiado poderoso.
Niebla verde: Al parecer la extraña niebla empieza a tener consecuencias aún más extrañas. La piel se empieza a poner de gallina, los pelos se ponen de punta (aunque solo un poco, casi ni se nota). Al parecer hay electricidad estática en el ambiente.
Las nubes cada vez cubren más el cielo. Los climatólogos de más de lv 45 sabrán que se acerca una tormenta. Los de más de lv 56 podrán descubrir que la tormenta puede ser peligrosa, ya que amenaza con rayos bastante poderosos, aunque uno ya ha caído (o dos, depende de cómo lo mires).
Niebla azul: La nieve que cae del cielo comienza a convertirse en pequeñas esquirlas de hielo, que amenaza con una fuerte granizada.
Niebla naranja: Cada vez la temperatura aumenta más y más. Ahora hay unos 50ºC en el ambiente… Esto puede empezar a ser peligroso.
- Mapa:
- https://i.imgur.com/63ta20F.png
- 1 (Dexter, Death y Worgulv):
Seguís peleando.
- 2 (Bleyd):
- ¡Tierra a la vista! – Grita el encargado del periscopio. - Parece que estamos en una especie de zona desértica y por eso la temperatura es tan alta.
De pronto todos empezaron a alborotarse. El submarino empezó a emerger del todo hasta estar a una buena altura. Un hombrecillo encargado del mantenimiento ya estaba comenzando a arreglar todo lo que podía, pero al parecer eso iba a llevar algunas horas y, por si fuera poco, por algún extraño motivo os habéis quedado sin nada de comer ni beber, como si alguien o algo hubiesen saqueado la despensa.
Un hombre, al parecer el capitán, de piel oscura y labios gruesos, cuerpo corpulento, se acerca a ti muy serio. - ¡Tú, marinero! Es hora de que hagas algo y busques provisiones. Tu querido compañero ha arrasado con la despensa – Si, al parecer se han dado cuenta de quién había arrasado con la despensa. Ahora te encontrabas en la zona de arriba, al aire libre. A tu derecha hay una barca de plástico con un remo. También hay un par de botellas de agua, cajas vacías y botellas también vacías. Al parecer te obligan a ir hacia la playa desértica del norte, en busca de provisiones.
Corre, ese hombre no tiene cara de tener muchos amigos.
- 3 (Kasan):
Empiezas a caminar por el arduo desierto y comienzas a sudar. Tienes poca agua, tan solo media botella de un litro y eso es malo, sobretodo porque empieza a darte pequeños sofocos. Necesitas encontrar algún lugar prono, pero no parece haber nada por allí. Tan solo plantas muertas y secas, restos de troncos podridos y completamente huecos. Nada de nada.
- 4.a (Mura, Akagami, Ryuta, Rhapsodia, Nagato y Max):
Empezáis a ver una sombra a lo lejos (Mura, Ryuta, Rhapsodia y Nagato), es una especie de casa y contra más os acercáis, más la veis. Los fantasmas de Nagato han peinado la zona, y han podido ver que la sombre que hay muy a lo lejos, es una casa, donde posiblemente se encuentre vuestro capitán.
Akagami, algo extraño te empuja hacia dentro y con el mantra puedes notar unas presencias, pero… No están en la casa. ¿Debajo? Es realmente extraño. De todas formas… La casa está solitaria y no hay nada, ni un mueble, tan solo polvo. Aunque eso que hay al fondo de la sala… ¿Es un baúl? Sí, es un baúl, y al parecer no tiene polvo… Que extraño.
Bien Max, parece que nadie te ha visto, o eso crees.
Ahora estás apoyado en unas rocas como si nada, con una botella de agua vacía ya que te la tuviste que beber antes de llegar a ese lugar. Será mejor que hagas algo o el calor podrá contigo.
- 5 (Flea):
Desde el cielo puedes ver a un hombre por el bosque. Lleva unos ropajes verdes y parece estar recogiendo plantas y frutas, ya que lleva un cesto a la espalda. No notas mucho más, aunque si te fijas, hacia el sureste, puedes ver una especie de edificio moderno y blanco, con unos 5 pisos. Tal vez sea bueno investigar en ese lugar, o tal vez hablar con ese hombre, aunque puede ser agresivo.- Spoiler:
- 6 (Heaten y Kuro):
Seguís peleando
- 7 (Etsu):
Sigues peleando
- 8 (Gajeel):
Sigues peleando
- 9.a (Leonel y Sawn):
Leonel, parece que tu compañero no ha querido acompañarte, y ahora navegas solo en tu vehículo por el agua y llegas a una playa desértica. Hace un calor terrible y tienes dolor de cabeza. Ten cuidado de que no te de mucho el sol. ¿Qué deberías hacer? ¿Tal vez investigar y volver a por tu compañero?
Sawn, tu capitán te ha dejado atrás y ahora estáis lejos, muy lejos. Sigues en el barco y hace un calor sofocante. ¿Qué piensas hacer?
- 10 (Nolan):
Tanto tú como la muchacha os encontráis en la playa, investigando, cuando de repente veis dos rocas. Una es pequeña, poco más grande que un balón de baloncesto, y la otra es el doble de grande. Empiezan a moverse, como si tuvieran vida propia. La muchacha coloca la mano en tu hombro mientras muestra unos centímetros del filo de su katana. - Cuidado, esas rocas me dan mala espina.
De pronto a la roca pequeña le salen dos brazos, uno a cada lado, y rueda un poco. Muestra una cara en ella, con boca y ojos vivos. ¿Qué puede ser eso? Nadie tiene constancia de que algo así pueda existir. Por si fuera poco, a la roca grande le salen cuatro brazos, dos a cada lado, y unos ojos y boca se muestran en ella.
- Chico, esto es peligroso, quédate atrás. – Dice tras adelantarse y posicionarse en modo ataque, desenvainando su katana.
Las dos rocas empiezan a agarrar piedras del suelo y a lanzarlas hacia vosotros. La muchacha consigue desviar algunas, aunque dos se dirigen hacia ti. Una hacia la cabeza y otra hacia el estómago, van veloces y con mucha fuerza. Son piedras del tamaño de un puño grande.
- 11 (Al, Arthur, Jack y Kai):
Contra más os acercáis a la presencia, algo raro notáis. Joder, hasta los que no posean haki se pueden dar cuenta que un gran poder conlleva… Digo, que lo que hay ahí es demasiado poderoso. Podéis ver a lo lejos la sombra de un hombre extraño... Y digo extraño por como es. Lleva un tupé rubio y largo, casi tanto como su antebrazo, una camiseta negra de manga remangada, unas gafas de sol y unos pantalones largos, vaqueros, de color azul. Es corpulento y parece que el poder emana de él. En su mano derecha tiene un peine, que parece que lo usa para mantener firme su cabello.
Entre el nudismo de Al, el enano de Arthur, el piratilla marine de Jack y el amigable aunque bruto Kai, hacen un equipo de bichos raros. Pues oye… Ahora hay alguien más raro que vosotros y que parece más pendiente de su cabello que de la temperatura.- Spoiler:
- 12 (Bya, Theo, Yoko y Viole):
Consguís divisar la casa. No es muy grande y parece estar hecha de cimientos. Ahí era difícil que el sol penetrase, ya que las ventanas estaban tapiadas y no se podía ver lo que había dentro.
Al norte podéis ver un precipicio alto que lleva a un lugar con vegetación, que a su vez da hacia un canal de algún río. No solo eso, sino que al oeste, detrás de la casa, podéis ver un puente que pasa por encima del agua y la vegetación, y solo Dios sabe que hay seguido de ese puente.
Podéis percataros de un sonido que viene de dentro de la casa, como una especie de ronquido o algo parecido. ¿Qué será?
- 13 (C.K):
- De acuerdo jefe. – Dicen Vi y Jayce antes de usar Geppou para ir hacia el sur.
Al parecer sigues sola hacia el norte y, echando un vistazo, puedes ver lo que parece ser una mina antigua. Una cueva la cual tiene un rail que sale hacia afuera, pero poco más. No puedes ver mucho, ya que dentro está oscuro, y tal vez de ahí provengan las presencias que tu jefe comentó.
De repente se escucha tu DDM, y parece ser que Vi y Jayce están hablando. - *Gssh* Aquí… *Gshh* …Jayce, todo desp… *Gshhh* …ejado – Tras escuchar eso, todo queda en silencio. Al parecer hay interferencias.
- 14 (Frog):
Estáis debajo de un puente, pasando por el canal. Los cazatesoros parece que van a buscar a otras personas, ya que no te mostrabas interesado por ellos. Puedes ver que hacia el norte empieza un bosque, que es lo único que puedes ver. A ambos lados hay acantilados y a saber que hay arriba, y que comunica con qué el puente. Puedes seguir por el canal, adentrándote cada vez más a la isla, o puedes ir por el bosque del norte, ahora que los cazatesoros están distraídos.
- 15 (Der, Reira y Rebeka):
Ganglplank, mientras Reira se está ocupando de él, abre los ojos de repente. Sin pensarlo y al ver tan cerca a la joven chica, posa su mano derecha detrás de la cabeza de ésta y le suelta un largo y pasional beso.
Al parecer ahora está vivo, y abajo también está “vivo”, y cada vez más. ¿En serio esto era normal?
Se había enamorado de su salvadora, de aquella chica que ofreció sus labios… De Reira.
- 16 (Empa, Deri, Nemo, Amy):
El barco pirata se abre casi completamente por la mitad, por culpa de la onda cortante de aqul tipo. Por suerte tan solo ha rozado el cuerpo de Derian y no le ha causado más daños.
Desde cubierta se puede ver lo que hay dentro, ya que parece que haya sido partida como si de una sandía se tratase. El cuerpo del capitán yace sin vida a un lado de cubierta, justo en frente de Derian. La sangre aún fresca sale por sus tripas, su cuerpo aún está caliente.
Mientras Amy cae por la grieta que se ha provocado. Al parecer detrás de ella cae un pequeño tablón de madera, aunque por suerte no le consigue dar. Está sentada en el suelo, lleno de polvo y astillas. A sus pies hay un llavero extraño con dos llaves. Frente a ella, al otro lado, hay una especie de ángel de alas grandes que está encarcelado. Está sin camiseta, sucio, con unos pantalones desgarrados y lleno de heridas. Por si fuera poco parece estar encadenado por lo que parece ser… ¿Kairoseki? Dudas ya que aún no tienes mucha experiencia como científica. El joven levanta con escasas fuerzas su cabeza.
- A-Ayúdame… Por favor… - Suplica. Las llaves que tienes sirven para abrir tanto las verjas como para liberar las cadenas de aquel ángel. Al parecer es un preso de los piratas.
Alex, puedes ver que el barco ha sido partido en dos. ¿Tal vez debas ir a ayudar? Parece que pueden estar en problemas…
Nemo, al parecer has caído en una habitación. Dentro no hay mucho, tan solo una cama, un escritorio y una katana negra encima. Parece que no hay mucho más. De pronto todo vibra y caes hacia la cama. ¿Qué habrá pasado? Es como si el barco hubiese chocado o algo…
(Podéis ver a lo lejos, hacia el sur, un resplandor de luz, como si cayese un rayo. Varios segundos después, lo podéis confirmar. Ha caído un rayo cerca.)- Ángel:
- Derian:
Has despertado el haki de observación nivel 4, aunque aún no lo has desarrollado del todo. Gracias a eso puedes notar que la niebla no es usual. Es provocada por algo que vuela por el cielo, una presencia realmente poderosa que supera cualquier expectativa.
- 17 (Rose, Mido y Kabil):
Seguís parados en el sitio. La niebla sigue ahí y por suerte no tenéis más visitas inesperadas. Tan solo se puede respirar dolor y tristeza entre vosotros. Al parecer un compañero, o mejor dicho un amigo, yace en el suelo sin vida.
- 18 (Johnny):
El dolor de estómago es cada vez más insoportable, es como si te martillearan por dentro. Empiezas a sentir ganas de vomitar y poco a poco vas notando que tus energías van desapareciendo.
- 19 (Akashi):
Sigues peleando
- 20 (Teobaldo):
La nieve ha cubierto tus piernas y empiezas a sentir demasiado frío. Menos mal que estás abrigado, sino ya te habría dado una hipotermia. Aunque será mejor que vayas moviéndote.
De pronto una especie de hombre dragón aparece como de la nada. Su cuerpo está caliente y a su alrededor también.
- ¿¡Ves lo mismo que yo, lagarto con patas!? – Grita la bestia extraña.
- “No hace falta que grites, estamos juntos en esto, pequeño apestoso.” – Resuena en su cabeza.
De pronto el extraño ser baja hacia ti y te agarra de los brazos. - Hey. ¿Estás mal? – Pregunta. ”Se suele preguntar si está bien, no si está mal. Cateto.” Dice una voz grave dentro de su cabeza.
De pronto el frío comienza a desaparecer, pero este bicho dragón humanoide de más de siete metros te tiene agarrado… ¿Y si te devora?
- 21 (Keth):
- Hermosa melodía. Triste, pero aun así hermosa. – Suelta la mujer skypiana. Al parecer aquella melodía había penetrado en el alma de los presentes, que ahora caminaban con más ganas.
De pronto el muchacho se paró, haciendo una señal para que todos se detuvieran. - Veo algo hacia allí. – Dice mientras señala hacia el oeste. Al parecer hay una especie de casa o algo por el estilo, pero no se puede saber del todo ya que la niebla y la ventisca nubla vuestro juicio.
Comienzan a caminar hacia ese lugar, pero atentos. - Cualquier peligro puede salir de cualquier lado. Estén atentos. – Susurra la mujer de grandes alas. - Tal vez sea un buen sitio para refugiarse. – Aclaró.
- 22 (Kuroi y Kaede):
Habéis avanzado con el bote y habéis llegado al bosque. Tan pronto como entráis, el padre sigue hacia delante, con cuidado y con machete en mano. Podéis fijaros mejor ahora, y la sombra de antes, al parecer, parece un gran edificio gris oscuro, aunque tan solo podéis ver lo que se eleva por la vegetación. Tal vez sea un buen lugar, tal vez no.
- Allí hay lo que parece ser un edificio. – Dice el hombre mientras señala hacia el sur. - Me entran ganas de investigar. ¿A vosotros no?
Tan pronto como acaba de formular la pregunta, el hijo no espera ni un solo segundo y emocionado el responde. - Por mí sí. ¡Yo quiero ir!
¿Qué haréis? ¿Seguiréis por ese lugar o tal vez lo mejor es rodearlo?
- 23 (Pato):
- Tranquilo pequeño. ¿A caso importa si lo hice por voluntad o si fue por una orden? Estamos aquí, no hay nada más. – Te aclara ante tu pregunta.
Tras descansar y tas tus órdenes, parece que la gyojin está algo molesta, ya que suelta un leve chasquido con su lengua a conjunto de un susurro - Novatos… - Será por el calor o por la poca hidratación, pero no pareces que le estés cayendo muy bien. - Parece que no tienes mucha idea sobre este tipo de cosas, chiquitín. Será mejor que no hables de lo que no sabes.
- Basta de barullos y sigamos. – Suelta John.
De pronto el hombre saca un encendedor de su bolsillo y de una bolsa, saca lo que parece ser una antorcha. Enciende un extremo y se dispone a bajar, tras coger unos pocos de recursos. Los demás le siguen. Al parecer las escaleras son largas. Poco puede iluminar la antorcha, pero al menos allí dentro no hace calor, es más, hace extrañamente frío por el cambio brusco de temperatura. Al final de las escaleras se puede ver un suelo metálico gracias a una luz que ilumina. ¿Hay tecnología allí abajo?
- Esto es extraño. Manténganse atrás, yo iré primero. Veré si el camino está despejado. – Dice John para después adelantarse a vosotros, apagando la antorcha y bajando hacia aquel lugar, desapareciendo de vuestra vista.
- 24 (Drake Ray):
De pronto Jax levanta la mano, para que los reclutas a su cargo se den cuenta de su seña. “Uno, dos y tres” dice con su mano. Los reclutas salen de la maleza y empiezan a atacar a los enemigos. Varios marines caen al suelo, y tan solo quedan unos pocos. Vosotros dos y dos reclutas más. ¿Lo bueno? Todos los enemigos han caído.
De pronto se escuchan unos disparos provenientes de dentro, y los dos reclutas que quedaban, caen al suelo redondos, muertos como los demás. Dos hombres salen de dentro, o mejor dicho, un hombre y una mujer. El hombre parece un galán de pelo medio y azul. La mujer tiene un largo cabello pelirrojo.
- ¿Queréis problemas? – Dice con ritmo la mujer.
- Pues escuchad nuestro lema. – Aclara el hombre.
- Para liberar al mundo de la opresión.
- Para eliminar al gobierno y unir la nación.
- Para denunciar a los enemigos de los experimentos con amor.
- Para extender nuestra ciencia más allá del espacio exterior.
- Rosa.
- Marcuss.
- El equipo robótico despega a la velocidad de la luz.
- Rendíos ahora o prepararos para sufrir.
De pronto, una especie de gato sale desde la ventana. - Nya, ¡Bien aclarado!
Al parecer aquella “canción” y “baile” distrae por unos segundos a Jax, que no es capaz de atacar. Se ha quedado anonadado ante esos tipos raros.
- 25 (Rocket y Xanxus):
Os vais acercando y entonces os dais cuenta. Lo que tenéis delante es un edificio blanco con bigas rojizas, alto y de unos cuatro pisos. Hay un portón que nadie custodia, de metal, y al parecer podéis pasar si queréis… ¿Quién sabe que os deparará el futuro?
- 26 (Acaelus):
De pronto el bote choca contra las rocas y por suerte te quedas encima de un tablón, que comienza a navegar sin rumbo. Tienes el hombro derecho dislocado.
- 27 (Drako y Saske):
Empezáis a avanzar por el bosque, y el que posea haki mantra, puede darse cuenta de que estáis rodeados de presencias. ¿Qué pasa en ese lugar? ¿Serán animales?
Seguís caminando, con sigilo, y los arbustos empiezan a moverse de forma brusca. Tal vez sea buena idea investigar, o lo mejor será seguir hacia adelante. Son unas presencias poderosas y parece que estáis rodeados de ellas.
¿Lo mejor sería peinar la zona?
- 28 (Drake Kyra):
Vale, por fin algo que no es un espejismo. Has llegado a la montaña y la cueva… ¡Es real! Bien, bien, genial. Puedes ver que hay unas escaleras que van hacia dentro del desierto, pero la oscuridad que hay no te deja ver más allá. No sé si sería una buena idea, pero tal vez deberías bajar… O buscar algún otro lugar.
- 29 (Esmejit):
Sigues peleando.
- 30 (Roy):
Empiezas a tener un dolor de cabeza extraño, te mareas por momentos y no sabes porque. Tal vez sea bueno buscar una medicación.
- 31(Kaito, Edward y Sinclair):
Entráis en aquel lugar y veis una gran sala. En ella se pueden ver librerías con libros sobre ciencia, algunas tecnologías extrañas y viejas, cajas de cartón… Pero de repente se escucha algo, unos pasos que se acercan cada vez más. De pronto aparece un hombre y, como si antes no estuviera, aparece un aura aterradora a su alrededor. Es muy fuerte ese hombre. Viste con una bata blanca y tiene unas gafas. Empieza a sonreír sádicamente mientras sus ojos se abren como platos, enseñando unas venas rojizas. Es de pelo castaño y al parecer… está loco.
- Vaya, vaya… ¿Pero qué tenemos aquí? Unas nuevas ratas con las que experimentar…
Parece una especie de científico loco. De su boca empieza a salir sangre mientras sus venas se hinchan. Alza sus manos y de las palmas, empieza a salir un gas extraño, de color verdoso, que poco a poco va inundando la sala. Parece una especie de gas extraño… ¿Gas de la risa?
Al respirarlo empezáis a sentir ganas de reír, sin parar. Pero no solo eso, también os entran ganas de toser y vuestras gargantas empiezan a rascar como si hubierais tragado chinchetas.
- 32 (Rong):
De pronto algo delante de ti hace que te pares. Un animal extraño, sin duda. Es una especie de cerdo peludo y oscuro, de no más de 70 centímetros de altura, que no enseña sus patas por el pelaje. Tan solo se le puede ver la nariz y sus ojos. De pronto, el animal, sin venir a cuento, empieza a correr hacia ti. Golpea el árbol sobre el que acabas de aterrizar y la rama se rompe, haciendo que caigas al suelo. Por suerte la nieve a parado la caída, aunque ese extraño cerdo… Parece agresivo y con ganas de atacarte.
- 33 (Rowan y Eoghan):
Seguís avanzando, pero no hay nada por el camino. Cada vez el viaje es más pesado aunque por suerte la nieve ha parado. No hay nada alrededor, ni una sola presencia, aunque si os fijáis bien en lo alto de la empinada montaña, parece haber algo gigantesco, una sombra oscura, aunque no podéis saber que es exactamente.- Animal:
- https://2img.net/h/i44.photobucket.com/albums/f42/titan_mark/pachirisu.jpg
- 34 (Desconocido):
Alguien viaja por el cielo de una u otra manera, pocos pueden verlo, pocos pueden sentirlo.
- 35 (Angle):
Sigues contra el pobre gigante.
- 36 (Sandor):
El semigigante se enfada al verte y te lanza un fuerte puñetazo directo al estómago. Deberías esquivarlo o estarías en problemas.
- 37 (Sbun):
Sigues ocupado con el oso.
- 38 (Xiba):
De pronto, mientras estás en el cubo, escuchas que algo se acerca a ti.
- Maldita sea. ¡Maldita sea! Seguro que me echarán la culpa a mí.
De pronto la tapa se abre y puedes ver una cabeza de un joven con pelo castaño, lanzando una cáscara de plátano y volviendo a tapar el cubo. El joven se aleja entre refunfuñeos, cuando de pronto se para. - ¿Qué cojo..? – De nuevo los pasos avanzan hacia ti y abre la tapa con velocidad. - ¿¡Quién coño eres tú!?
Te han pillado, al parecer has salido demasiado pronto… Tienes un grave problema. El joven saca su katana y te apunta al cuello. - Responde antes de que te haga una segunda boca, niñato.- Spoiler:
- 39 (Joseph):
Cuando sales de la casa escuchas un sonido detrás de esta, al otro lado. Es como si algo se hubiese abierto. ¿Qué será? Si avanzas puedes ver que se trata de una especie de trampilla oculta que, al coger la flauta, se ha abierto. Hay unas escaleras de manos, largas y que parecen llevar a un lado oscuro. ¿No te entra curiosidad?
- 40 (Quién sabe):
Nadie sabe quién es, pero viaja desde el cielo por un lugar nevado. Sus tripas rugen con fuerza y está algo cansado.
- 41 (Mekh):
Algo vuela entre la niebla naranja y caliente. ¿Qué será?
- 42 (Mercedes):
El barco está parado… ¿Tal vez deberías avanzar?
De pronto cae un rayo y rompe parte del barco. Este se hundirá en dos moderaciones, así que sal pronto.
NOTA1: Todos los que tengan un combate, posteen en él. Para saberlo es muy fácil, en el mapa tendréis una marca roja (se me puede haber saltado una).
NOTA2: Postearé o cada 3 o cada 4 días. Si veo que alguien postea mientras estoy haciendo la moderación, estoy en el derecho de ignorar dicho post (el usuario quedará avisado de que le he ignorado).
NOTA3: No hace falta que sigan controlando a los NPCs, es más, ya no deben hacerlo. Esto se debe a que empiezan a tomarse decisiones importantes, al igual que actos.
No avancé mucho antes de frenar mi vehículo terrestre, no solo por que mi compañero aun no descendía de nuestro navío que se hallaba anclado junto a as rocas, si no por que además, una peculiar niebla me impedía apreciar claramente los alrededores del lugar, era demasiado sospechoso, además de peligroso, por que que consideré por unos instantes utilizar mi visor de calor para tratar de distinguir algo sospechoso entre las espesa neblina, pero sería inútil, aquel vapor que poblaba la isla emitía grandes temperaturas, no propias del clima que aparentaba esta tierra desde la lejanía, por lo que buscar una señal de calor entre esa pantalla gaseosa sería como tratar de buscar una estrella en el cielo de un día de verano. Era como estar en un sauna gigantesco, pero... ¿En plena pradera?,¿Junto a la costa?,¿A estas horas?,¿Sin termas ni actividad volcánica a la vista?, no había que ser un meteorólogo, sin duda esto no era un fenómeno natural, los dueños de casa nos tenían alguna bienvenida tramada, y no parecía amistosa, no podía evitar sentirme inquieto con el fenómeno.
Me volteé para intentar apresurar a Henry para que descendiese luego del barco, no me quedaría tranquilo dejándolo solo, pues si bien doy fe de su astucia y habilidad, aun le hace falta experiencia y sabiduría que complementen a estos dotes y me den la seguridad de que podrá andar solo en situaciones de esta índole sin que me sienta irresponsable como líder, luego de unos gritos invitándolo a seguirme, me volví hacía el borroso paisaje entrecerrando los ojos para tratar de distinguir algo, mientras hacia eso una gota de sudor se deslizo por mi rostro y acabó colgando de mi mentón preparada para saltar al vacío.
¡Pero que situación más irritante!
Pensé frustrado... entre el calor, la incertidumbre, la impaciencia y la mala espina que me me inspiraba todo lo que me rodeaba comenzaba a sentirme frustrado, y ya que no soy de los que se queda de brazos cruzados ante esa clase de molestia opté por hacer algo al respecto, apoyándome en los pedales de mi motocicleta me levanté del asiento y retiré ambas manos del manubrio, con un movimiento brusco y algo de habilidad deslicé por cada manga una pequeña baraja de cartas de pinta trébol, que se acomodaron en mis palmas como si estuvieran imantadas a ellas, luego, desplegué ambos grupos de naipes en forma de abanico, pudiendo apreciarse un total de veinte cartas que estaba sosteniendo entre mi zurda y mi diestra, acto seguido, realizaría desde mi pecho un veloz y preciso movimiento curvilíneo con cada brazo, los cuales oscilarían en direcciones opuestas, liberando estratégicamente en su trayecto los naipes que estaba sosteniendo, de esa forma los cuarenta naipes viajarían en todas direcciones posibles en un angulo de 180 grados tomando mi torso como referencia, formando con esto un semi-círculo creciente conformado por delgados rectángulos voladores, que avanzaría unos 50 metros absorbiendo al instante toda la neblina a su paso.
[Absorb Royal Dance]
Mientas aquellos 40 naipes eran esparcidos en forma de semi-circunferéncia desde la costa en la que desenbarcamos hacia el centro de la isla, 12 de ellos, equidistantes uno del otro, se verían afectados por las habilidades que me otorgó el manual puppet master para darle un empuje extra, y así abarcar un área mayor a la cual librar de aquella infernal niebla...
Si todo iba según mis cálculos, absorbería toda la neblina en un radio de aproximadamente 150 metros desde mi posición para que finalmente los naipes volvieran instantáneamente a mi bolsillo luego de cumplir su cometido.
Luego del lanzamiento volví a posarme sobre el acolchado asiendo de mi vehículo motorizado, para apreciar como rápidamente el entorno se despejaba de tanto vapor indeseable, y prendí un cigarrillo mientras le daba tiempo a Henry para que se dignase a desembarcar.
NOTA: calculo 150 metros por que los naipes avanzarían unos 50 metros solo por mi lanzamiento, sumado al empuje extra que lo asumí como un aproximado de 20 metros para que quedara redondeado con los 80 metros que puede abarcar la absorción de cada uno de mis naipes.
Me volteé para intentar apresurar a Henry para que descendiese luego del barco, no me quedaría tranquilo dejándolo solo, pues si bien doy fe de su astucia y habilidad, aun le hace falta experiencia y sabiduría que complementen a estos dotes y me den la seguridad de que podrá andar solo en situaciones de esta índole sin que me sienta irresponsable como líder, luego de unos gritos invitándolo a seguirme, me volví hacía el borroso paisaje entrecerrando los ojos para tratar de distinguir algo, mientras hacia eso una gota de sudor se deslizo por mi rostro y acabó colgando de mi mentón preparada para saltar al vacío.
¡Pero que situación más irritante!
Pensé frustrado... entre el calor, la incertidumbre, la impaciencia y la mala espina que me me inspiraba todo lo que me rodeaba comenzaba a sentirme frustrado, y ya que no soy de los que se queda de brazos cruzados ante esa clase de molestia opté por hacer algo al respecto, apoyándome en los pedales de mi motocicleta me levanté del asiento y retiré ambas manos del manubrio, con un movimiento brusco y algo de habilidad deslicé por cada manga una pequeña baraja de cartas de pinta trébol, que se acomodaron en mis palmas como si estuvieran imantadas a ellas, luego, desplegué ambos grupos de naipes en forma de abanico, pudiendo apreciarse un total de veinte cartas que estaba sosteniendo entre mi zurda y mi diestra, acto seguido, realizaría desde mi pecho un veloz y preciso movimiento curvilíneo con cada brazo, los cuales oscilarían en direcciones opuestas, liberando estratégicamente en su trayecto los naipes que estaba sosteniendo, de esa forma los cuarenta naipes viajarían en todas direcciones posibles en un angulo de 180 grados tomando mi torso como referencia, formando con esto un semi-círculo creciente conformado por delgados rectángulos voladores, que avanzaría unos 50 metros absorbiendo al instante toda la neblina a su paso.
[Absorb Royal Dance]
Mientas aquellos 40 naipes eran esparcidos en forma de semi-circunferéncia desde la costa en la que desenbarcamos hacia el centro de la isla, 12 de ellos, equidistantes uno del otro, se verían afectados por las habilidades que me otorgó el manual puppet master para darle un empuje extra, y así abarcar un área mayor a la cual librar de aquella infernal niebla...
Si todo iba según mis cálculos, absorbería toda la neblina en un radio de aproximadamente 150 metros desde mi posición para que finalmente los naipes volvieran instantáneamente a mi bolsillo luego de cumplir su cometido.
Luego del lanzamiento volví a posarme sobre el acolchado asiendo de mi vehículo motorizado, para apreciar como rápidamente el entorno se despejaba de tanto vapor indeseable, y prendí un cigarrillo mientras le daba tiempo a Henry para que se dignase a desembarcar.
NOTA: calculo 150 metros por que los naipes avanzarían unos 50 metros solo por mi lanzamiento, sumado al empuje extra que lo asumí como un aproximado de 20 metros para que quedara redondeado con los 80 metros que puede abarcar la absorción de cada uno de mis naipes.
Byakuro Kyoya
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Byakuro caminó a la entrada del edificio. Parecía una construcción consistente y que podría resistir el embate de un huracán. Casi parecía una especie de jaula de hormigón. El cazador observó la fachada.
- Vaya, parece que no es un sitio acogedor, precisamente -indicó, mientras señalaba las ventanas tapiadas-. Pero tal vez ahí dentro se esté más fresco que aquí dentro.
El cazador estaba preocupado por la situación. La temperatura no había dejado de subir, y aunque las sombras de Yoko hacían algo más llevadero el camino, pronto podrían empezar a sufrir deshidratación. Maldita sea, tendría que ingeniárselas para mantener con vida a su tripulación. El chico empezó a rebuscar en su bolsa de diales, sacando las caracolas azules.
- Está bien... -dijo, dándole una a cada uno de sus tres acompañantes-. Esto debería darnos algo de tiempo. Si necesitáis beber, utilizad estos diales de hielo. Con el calor que hace, no tardará en fundirse y podréis beber -luego, aguzó el oído para escuchar en el interior de la caseta. Se oía un ruido al otro lado, una especie de ronquidos-. Hay algo ahí dentro...
Sabiendo que tal vez aquel lugar sería mejor para sus tripulantes, con una agradable sombra, el cazador hizo que sus brazos se cubriesen de tinta, formando dos enormes garras que se imbuyeron en llamas de color morado, y empezó a golpear la puerta, con intención de echarla abajo. Sus flamas vitales aumentaban la potencia de sus golpes en un 50%, con lo que le sería más fácil romperla. Si lograban entrar, podrían refugiarse del calor allí dentro, y además Yoko podría dejar de utilizar su poder y podría descansar.
- Vaya, parece que no es un sitio acogedor, precisamente -indicó, mientras señalaba las ventanas tapiadas-. Pero tal vez ahí dentro se esté más fresco que aquí dentro.
El cazador estaba preocupado por la situación. La temperatura no había dejado de subir, y aunque las sombras de Yoko hacían algo más llevadero el camino, pronto podrían empezar a sufrir deshidratación. Maldita sea, tendría que ingeniárselas para mantener con vida a su tripulación. El chico empezó a rebuscar en su bolsa de diales, sacando las caracolas azules.
- Está bien... -dijo, dándole una a cada uno de sus tres acompañantes-. Esto debería darnos algo de tiempo. Si necesitáis beber, utilizad estos diales de hielo. Con el calor que hace, no tardará en fundirse y podréis beber -luego, aguzó el oído para escuchar en el interior de la caseta. Se oía un ruido al otro lado, una especie de ronquidos-. Hay algo ahí dentro...
Sabiendo que tal vez aquel lugar sería mejor para sus tripulantes, con una agradable sombra, el cazador hizo que sus brazos se cubriesen de tinta, formando dos enormes garras que se imbuyeron en llamas de color morado, y empezó a golpear la puerta, con intención de echarla abajo. Sus flamas vitales aumentaban la potencia de sus golpes en un 50%, con lo que le sería más fácil romperla. Si lograban entrar, podrían refugiarse del calor allí dentro, y además Yoko podría dejar de utilizar su poder y podría descansar.
AlexEmpanadilla
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Alex tenía todos sus maletines preparados, cuando la científica saltó al otro barco, acompañada de un animal negruzco. El doctor suspiró y agarró todos los maletines, mientras se elevaba en el aire.
- Argh... asco de día... -gruñó, mientras veía como el otro barco era partido en dos, y quedaba separado en dos partes, con un corte limpio y recto-. Vaya... más le vale a esa novata saber lo que hace...
El chico se acercó al barco pirata, para ver cómo Derian estaba en cubierta aún, rodeado por todos aquellos cadáveres. Sin pensárselo mucho, el médico descendió para, con su hoja oculta, empezar a abrir en canal a los muertos y meter sus órganos vitales en los maletines.
Cuando hubo recogido una buena cantidad, el chico decidió que lo mejor sería ver dónde estaba la mujer. Su aura se encontraba bajo él, por lo que simplemente el chico se filtró entre los tablones de cubierta rotos por la pelea, para empezar a buscar a la mujer en las cubiertas inferiores.
- ¡Amy!¡Amy! -gritaba molesto, mientras observaba una enorme cantidad de objetos desperdigados por doquier. Aquello más que un barco pirata parecía el almacén de un "Todo a cien". ¿A qué clase de pirata degenerado le podían gustar aquellas horribles bragas de volantes que había colgadas en un tendal? El médico había "registrado" varios cuerpos femeninos, pero ninguna de aquellas jóvenes chicas parecía tener tan mal gusto para llevar aquella ropa que parecía más bien para una mujer centenaria. El médico se hizo una horrible imagen mental de aquello, y sintió cómo algo dentro de él había muerto irremediablemente, y que ni toda la cirugía y medicinas del mundo podrían devolvérselo.
Pero el caso era que acababa de llegar a una sala con una enorme jaula. Amy parecía estar allí, su aura así lo indicaba. El médico decidió que como superior debía parecer algo presentable, así que se quitó los trocitos de vísceras que colgaban de su chaqueta y los restos del corazón que se había comido de la comisura, y llamó la atención de la mujer:
- ¡Amy! Por fin te encuentro, maldita sea...
- Argh... asco de día... -gruñó, mientras veía como el otro barco era partido en dos, y quedaba separado en dos partes, con un corte limpio y recto-. Vaya... más le vale a esa novata saber lo que hace...
El chico se acercó al barco pirata, para ver cómo Derian estaba en cubierta aún, rodeado por todos aquellos cadáveres. Sin pensárselo mucho, el médico descendió para, con su hoja oculta, empezar a abrir en canal a los muertos y meter sus órganos vitales en los maletines.
Cuando hubo recogido una buena cantidad, el chico decidió que lo mejor sería ver dónde estaba la mujer. Su aura se encontraba bajo él, por lo que simplemente el chico se filtró entre los tablones de cubierta rotos por la pelea, para empezar a buscar a la mujer en las cubiertas inferiores.
- ¡Amy!¡Amy! -gritaba molesto, mientras observaba una enorme cantidad de objetos desperdigados por doquier. Aquello más que un barco pirata parecía el almacén de un "Todo a cien". ¿A qué clase de pirata degenerado le podían gustar aquellas horribles bragas de volantes que había colgadas en un tendal? El médico había "registrado" varios cuerpos femeninos, pero ninguna de aquellas jóvenes chicas parecía tener tan mal gusto para llevar aquella ropa que parecía más bien para una mujer centenaria. El médico se hizo una horrible imagen mental de aquello, y sintió cómo algo dentro de él había muerto irremediablemente, y que ni toda la cirugía y medicinas del mundo podrían devolvérselo.
Pero el caso era que acababa de llegar a una sala con una enorme jaula. Amy parecía estar allí, su aura así lo indicaba. El médico decidió que como superior debía parecer algo presentable, así que se quitó los trocitos de vísceras que colgaban de su chaqueta y los restos del corazón que se había comido de la comisura, y llamó la atención de la mujer:
- ¡Amy! Por fin te encuentro, maldita sea...
Der
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Derek se crujió los nudillos con acritud. Había intentado ser medianamente amable con aquel imbécil. Había intentado no tirarlo por la borda con todos aquellos piropos. Pero no, el muy imbécil no se había dado cuenta de aquello y se había acabado pasando de la raya. Der se acercó al pobre incauto, y con un único movimiento, agarró del cuello al hombre con la mano izquierda:
- Vuelve a hacer eso, y te corto a tu amigo de ahí abajo. -el brazo de Derek ardía con llamas rojas, y su voz destilaba odio. Luego, con delicadeza, soltó al navegante, para con la mano derecha agarrarlo por la coronilla y de un tirón obligarle a agacharse mientras levantaba la rodilla izquierda. Se escuchó un crujido desagradable, y Derek dejó caer el cuerpo inconsciente de Gangplank.
- Bien, vamos allá, quiero investigar ahí afuera... -todo el pánico que había sentido unos momentos antes acababa de esfumarse, evaporado por el enfado, aunque ahora que se había desquitado estaba algo más calmado-. Reira, nee-chan, ¿qué vais a hacer?
Tras ver lo que pensaban, el chico agarró al navegante del cuello de la camisa y salió a cubierta, donde lo dejó, para que le diera el aire. Tras asegurar el barco echando el ancla, el chico suspiró. "¿Por qué he traído un maldito navegante? Yo podría haberme valido solo..." pensó. Haciendo un gesto para que Rayo se encaramase a su hombro, el chico alzó el vuelo con sus propulsores y se dirigió al lugar en el que había visto todos aquellos animales raros. Tenía curiosidad por verlos.
- Vuelve a hacer eso, y te corto a tu amigo de ahí abajo. -el brazo de Derek ardía con llamas rojas, y su voz destilaba odio. Luego, con delicadeza, soltó al navegante, para con la mano derecha agarrarlo por la coronilla y de un tirón obligarle a agacharse mientras levantaba la rodilla izquierda. Se escuchó un crujido desagradable, y Derek dejó caer el cuerpo inconsciente de Gangplank.
- Bien, vamos allá, quiero investigar ahí afuera... -todo el pánico que había sentido unos momentos antes acababa de esfumarse, evaporado por el enfado, aunque ahora que se había desquitado estaba algo más calmado-. Reira, nee-chan, ¿qué vais a hacer?
Tras ver lo que pensaban, el chico agarró al navegante del cuello de la camisa y salió a cubierta, donde lo dejó, para que le diera el aire. Tras asegurar el barco echando el ancla, el chico suspiró. "¿Por qué he traído un maldito navegante? Yo podría haberme valido solo..." pensó. Haciendo un gesto para que Rayo se encaramase a su hombro, el chico alzó el vuelo con sus propulsores y se dirigió al lugar en el que había visto todos aquellos animales raros. Tenía curiosidad por verlos.
Aoi Sasaki
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Akuma no mi
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Seguía observado nuestro destino, esto podría ser importante para recibir algún ascenso y así poder cobrar más y elegir las misiones que quisiera.
El cielo empezaba a oscurecerse, pero por suerte podía seguir viendo todo lo que pasaba hasta donde llegaba mi vista. De pronto los integrantes de la banda dejaron el barco donde nos encontrábamos y empezaron a preparar los botes, sería mejor dejarlo a salvo por si teníamos que regresar e irnos más rápido.
Una vez los botes ya estaban en el agua, teníamos que ir en parejas o incluso tres ya que no había suficientes, a mí me tocó con el que manejaba el barco, eso fue algo de suerte. Una vez llegamos a la playa inspeccionamos los alrededores, no había nadie cerca. Tenía el bate en la mano preparado por si ocurría algo, pero poco a poco iba sintiendo que me estaba mareando un poco, me apoye al lado de un árbol para ver si se me pasaba.
-¿Alguien tiene algo para el mareo?- dije a mis compañeros mientras me sobaba la frente- aunque si no tenéis no pasa nada, tendré que seguir con esto.
El cielo empezaba a oscurecerse, pero por suerte podía seguir viendo todo lo que pasaba hasta donde llegaba mi vista. De pronto los integrantes de la banda dejaron el barco donde nos encontrábamos y empezaron a preparar los botes, sería mejor dejarlo a salvo por si teníamos que regresar e irnos más rápido.
Una vez los botes ya estaban en el agua, teníamos que ir en parejas o incluso tres ya que no había suficientes, a mí me tocó con el que manejaba el barco, eso fue algo de suerte. Una vez llegamos a la playa inspeccionamos los alrededores, no había nadie cerca. Tenía el bate en la mano preparado por si ocurría algo, pero poco a poco iba sintiendo que me estaba mareando un poco, me apoye al lado de un árbol para ver si se me pasaba.
-¿Alguien tiene algo para el mareo?- dije a mis compañeros mientras me sobaba la frente- aunque si no tenéis no pasa nada, tendré que seguir con esto.
Johnny Raikov
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Akuma no mi
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Estaba acostado en la cama de un buque de la marine, solo sabía dos cosas y una de ellas era sobre la misión y el porqué de que estábamos aquí. Al parecer un doctor había creado un arma muy poderosa en esta isla así que deberíamos cogerla y guardarla fuera de cualquier delincuente como los cientos que también lo quieren.
Me estaba levantando cuando de pronto sentí algo en el estómago ¿Me estaría enfermando o simplemente serian gases? No sabía qué hacer, tenía todo preparado para la misión, aunque también podía ser por la calor que llegaba de afuera por eso no llevaba la camiseta puesta.
Cada vez me dolía más, me estaba retorciendo en la cama por el dolor, también tenía ganas de dormir, así que eso no era muy bueno que se diga:
-¡¿Hay alguien…?!- empecé a gritar por si algún médico me podría ayudar.
Me estaba levantando cuando de pronto sentí algo en el estómago ¿Me estaría enfermando o simplemente serian gases? No sabía qué hacer, tenía todo preparado para la misión, aunque también podía ser por la calor que llegaba de afuera por eso no llevaba la camiseta puesta.
Cada vez me dolía más, me estaba retorciendo en la cama por el dolor, también tenía ganas de dormir, así que eso no era muy bueno que se diga:
-¡¿Hay alguien…?!- empecé a gritar por si algún médico me podría ayudar.
Nolan Grid
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El cielo parecía un ominoso gris en él que había indicio de tormenta. Las nubes agregaban flecos sombriós, adquiriendo más volumen como si estuvieran cargadas de chaparrones. Aún así la temperatura seguía siendo un indeciso entre caluroso y fresco, y Nolan tenía los ojos bien abiertos en dirección al cielo, atento a los indicios que se dibujaban en esa cuenca del infinito. En un momento, mientras caminaban cautelosamente por la playa, volvió la mirada para ver el barco y cerciorarse de que no se habían alejado del camino, más sin embargo la niebla se había hecho compacta a su alrededor. Entre la vastedad del mar solo lograba distinguir una gran silueta que imaginaba era el barco esperando por ellos.
Apretó más fuerte la daga, algo en el ambiente le tenía el cuerpo ceñido; algo tan transparente como la luz, y asi mismo se colaba entre su cuerpo provocándole a titilar. La isla no tenía tanta vegetación, solo algunas rocas diseminadas por todo el llano, y parecía estar vacía al menos hasta el punto que habían transitado. Estaba preparado para combatir si fuese necesario, ya que su pasado como mercenario siempre le tuvo al acaecimiento de cualquier acontecer; ávido de redobles del corazón, temiéndole nunca a la mirada del conflicto. Pero esta situación era distinta en todos los puntos de vista de los que puede apreciarse una simple escaramuza.
(Dudo, aún, que haya sido un animal quien haya ocasionado ese estruendo.) Pensó al momento en que se detuvo por el agarre de su compañera. Sus ojos se clavaron en los dos peñones que empezaban a moverse con temblores sostenidos en sus adentros. De pronto, y para ahondar la confusión de ambos, ambas piedras extendieron partes de si, algo parecidas a unas piernas, aunque luego descubrí que había una característica prensil en ellas.
Un relámpago trizó el cielo sin el esfuerzo de un estruendo, y Nolan lo notó desde la comisura de los párpados, mientras observaba como las piedras de calidad humanoide comenzaban a revolear piedras en su dirección. La chica, con los reflejos condicionados que daban cuenta de su experiencia, desenvainó fugazmente su katana y repudió algunos lanzamientos que venían en pos de Nolan. Hasta ese momento recordó que el trabajo de ella y de los otros era protegerle.
Su pensamiento se cortó súbitamente por la imperiosa necesidad de reaccionar ante el peligro, y a segundo término de su observación, notó que los dos brazos macizos de una de las rocas trazaban la trayectoria de los proyectiles; se dirigían hacia él. El proyectil que se dirigía al pecho fue lanzado antes, mientras que su distancia con el otro es de algunos segundos. Se enderezó ya luego de meterse la daga en un bolsillo de su chaqueta, y atrapó la piedra que se dirigía a su plexo solar, para así utilizarla bloqueando el otro tiro. La chica se volvió sobre su hombro para ver si Nolan se encontraba bien, y luego de que el mismo consintiera con una sonrisa, esta se volvió, sus sentidos avizorando las acciones de sus peculiares enemigos. De pronto la mente de Nolan reaccionó ante un detalle rocoso, como lo eran todos los que hacían alusión a esta situación en particular, y era que las rocas tenían insiciones ondulantes, como parecidas a unas bocas. Y una roca no las necesita para comer, así que, ¿las tendría para hablar?
"Hum, dudo, bien, redudo que entienda lo que digo, pero de hacerlo, ¿podrían decirme qué son ustedes, y por qué están en esta isla?" Nolan preguntó con la sencillez de un viajero que pide direcciones. Las rocas compusieron una mueca de la que le era imposible diferenciar la ironía de la amargura, y luego la chica le volvió una mirada completamente extrañada, rebuscando en su rostro una respuesta. Nolan le obsequió una mirada de complicidad, guiñándole el ojo con una certeza que le era ajena.
Rocket Raccoon
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Llegaron al objeto que originaba la sombra. Un edificio blanco de no más de cuatro pisos, adornado con vigas rojizas. Ante este se alzaba un enorme portón de hierro sin protección. Rápidamente Rocket bajó del hombro de Sansu y empezó a correr hasta la puerta. El sentimiento de que algo iba mal desapareció y fue sustituido por sus ansias de conseguir aquello que ansiaba. Bajó las orejas y miró al cielo, siguiendo el reguero del edificio. Con la APHADD a la espalda y ambas manos libres, empujó el portón de hierro.
El peso de este se resintió contra los hombros del mapache, pero cedió muy poco a poco. Siguió abriendo hasta que consiguió un agujero lo suficientemente grande como para pasar él.
- ¡Sansu! ¡Vamos!
Asomó la cabeza ligeramente al interior del edificio, sabiendo que no importaba si había luz u oscuridad, pues Rocket podía ver a la perfección en ambos casos.
El peso de este se resintió contra los hombros del mapache, pero cedió muy poco a poco. Siguió abriendo hasta que consiguió un agujero lo suficientemente grande como para pasar él.
- ¡Sansu! ¡Vamos!
Asomó la cabeza ligeramente al interior del edificio, sabiendo que no importaba si había luz u oscuridad, pues Rocket podía ver a la perfección en ambos casos.
Sawn
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Me había quedado preocupado demasiado tiempo por mis compañeros, tanto que descuidé los movimientos de mi capitán. Me quedé un rato con mis compañeros, algunos ya habían caído al suelo por culpa del calor, cual había incrementado su temperatura más que antes, haciendo que los demás cayesen como moscas. Ayudé a meter a los caídos dentro de una cámara que se utilizaba para mantener frescos algunos productos culinarios, allí la temperatura era idónea para mantenerlos vivos.
Cuando salí de la habitación mucha más gente había caído, quedando en pie solo 10 personas. Mandé a los 10 supervivientes que agarrasen varias botellas de agua para refrescarse y poder coger a los caídos y ponerlos en el mismo lugar que los demás. Me posicioné en la zona de mandos, donde había visto por última vez a mi capitán. Allí me quedé intentando visualizar algo de entre la niebla, cosa imposible de hacer cuando la misma te estaba haciendo imposible la supervivencia. Mientras esperaba desesperado que Leonel apareciese, me quitaba el sudor de la frente, también intenté coger mi vara, pero me quemé la mano al querer agarrarla con la mano izquierda. Aquella niebla era muy rara, no podía ser creación de la madre naturaleza, había algo extraño en aquella isla. En ese mismo momento escuché gritos acercándose a mi posición, por la voz sabía perfectamente que era Leonel, había vuelto a por mi, o eso era lo que pensaba o lo que quería que pasara.
¿¡QUE!? Todo aquello había sido una ilusión óptica creada por el calor producido por la niebla. Eso significaba que me quedaba poco para caer al suelo como los demás. Tenia que pensar algo rápido si no podría ser que no llegase más lejos en esta misión. De repente me vino una idea muy buena, me acerqué al timón y pulse un botón donde ponía un número. Cuando lo apreté salio el mismo turismo Skypeano que utilice en mi primera misión como revolucionario. Pero antes de marchar baje al almacén y agarré un par de botellas de agua.
Al salir, cogí y bajé rápidamente del barco para posicionarme encima del turismo y rapidamente lo encendí para irme de allí, camino a la posición de mi capitán.
Cuando salí de la habitación mucha más gente había caído, quedando en pie solo 10 personas. Mandé a los 10 supervivientes que agarrasen varias botellas de agua para refrescarse y poder coger a los caídos y ponerlos en el mismo lugar que los demás. Me posicioné en la zona de mandos, donde había visto por última vez a mi capitán. Allí me quedé intentando visualizar algo de entre la niebla, cosa imposible de hacer cuando la misma te estaba haciendo imposible la supervivencia. Mientras esperaba desesperado que Leonel apareciese, me quitaba el sudor de la frente, también intenté coger mi vara, pero me quemé la mano al querer agarrarla con la mano izquierda. Aquella niebla era muy rara, no podía ser creación de la madre naturaleza, había algo extraño en aquella isla. En ese mismo momento escuché gritos acercándose a mi posición, por la voz sabía perfectamente que era Leonel, había vuelto a por mi, o eso era lo que pensaba o lo que quería que pasara.
¿¡QUE!? Todo aquello había sido una ilusión óptica creada por el calor producido por la niebla. Eso significaba que me quedaba poco para caer al suelo como los demás. Tenia que pensar algo rápido si no podría ser que no llegase más lejos en esta misión. De repente me vino una idea muy buena, me acerqué al timón y pulse un botón donde ponía un número. Cuando lo apreté salio el mismo turismo Skypeano que utilice en mi primera misión como revolucionario. Pero antes de marchar baje al almacén y agarré un par de botellas de agua.
Al salir, cogí y bajé rápidamente del barco para posicionarme encima del turismo y rapidamente lo encendí para irme de allí, camino a la posición de mi capitán.
Ryusen Higure
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Akuma no mi
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Mientras caminaba por el bosque la pequeña ardilla pareció cogerme cariño ya que no se separó de mí en ningún momento. Cuanto más avanzaba más pesado se hacía el viaje pero por lo menos la nieve había cesado lo cual era un alivio. No se percibía nada en mí alrededor, ni un olor desconocido, ni un ruido extraño nada en absoluto. Mis ojos permanecían atentos por si podía ver algo y en un momento dado giré la cara a la montaña y miré hacia la cima, donde pude ver una extraña y gigantesca sombra que no lograba distinguir bien pero era lo único que podía decirse de interés en la isla por lo que me giré hacia la montaña y dije Vamos a investigar que es esa sombra extraña de arriba.
Empecé a subir por la montaña con una facilidad clara debido a mi parte felina por lo que avanzaba a un ritmo decente comparado con el que llevaría una persona normal.
Empecé a subir por la montaña con una facilidad clara debido a mi parte felina por lo que avanzaba a un ritmo decente comparado con el que llevaría una persona normal.
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Acababa de insuflarle aire de nuevo a Gangplank y pretendía seguir con las compresiones de su pecho cuando noté que algo hacía presión contra mi nuca y me empujaba contra él, con el resultado de que nuestras caras acabaron siendo casi una sola.
-Pero qué... ¡Puaj! -exclamé, librándome de su beso apasionado tras un pequeño forcejeo y alejándome para intentar pegarle una bofetada. -Aún por encima de que te salvo la vida... ¡Idiota! ¡No quiero nada contigo! Entrar en la habitación de Rebeka fue un tremendo error y más estando tú de por medio... -Sacudí la cabeza, aturdida por el extraño giro en el guión. Yo tenía buena intención, y a pesar de que en ningún momento había pronunciado el juramento hipocrático, consideraba que salvarle la vida era un deber. A no ser que la persona en cuestión me pusiera en peligro a mí o a alguien que apreciara. Al fin y al cabo era leal a ciertas convicciones, no tonta.
Me pasé la mano por la boca tratando de apartar las babas del asqueroso navegante y me levanté por fin. Si pretendía seguir con la "fiesta" no podía contar conmigo para eso. Yo estaba temblando de rabia, aunque para nada se comparaba mi ira con la de Der, con sus amenazas y su brazo en llamas. Ugh, qué necesidad había de traer a ese tío con nosotros... ¿y qué necesidad había de hacer de hermano mayor a cada maldito momento, cuando nos podíamos defender solas? Todos en el barco estaban cabreándome. Bueno, Rebeka no, pero me sentía poco libre con esos dos peleando por tonterías. Escuché un crujido desagradable y me giré hacia ellos. Gangplank estaba de nuevo inconsciente y Der lo sacaba fuera de la habitación, para que le diera un poco el aire o algo. Me llevé la mano a la frente con desesperación.
-Esta vez no pienso curarlo... ¡Derek, deja de liarlo todo aún más! Bastante tenemos ya...
En ese momento vi a Capi mordisqueando algo que parecía un pedazo de madera suelto.
-Capi, ¿qué haces? Ven aquí -dije; al final fui yo la que tuvo que acercarse a donde estaba él, puesto que no me haría caso ni aunque le fuera la vida en ello. -¿De dónde has sacado eso?
Le quité un cacho de tablón de la boca.
-Perfecto, ahora mi mascota se come nuestro barco...
Le puse el arnés y la correa y lo dejé amarrado en una esquina, con la esperanza de que se quedara quieto.
-Derek, no sé qué piensa hacer Rebeka, pero puedo quedarme vigilando el barco si queréis, mientras tú vas a explorar. Aunque a mí también me gustaría ver esos animales extraños, mera curiosidad médica y veterinaria. De todos modos decide tú, eres el capitán.
Esperé a que se pronunciara al respecto antes de irse, mientras pensaba en que si pretendía llevarme volando con él, igual que en Punk Hazard, la situación sería un poco incómoda. También le eché un vistazo al otro "capitán". ¿Estaría bien si lo dejaba allí solo? Bajo ningún concepto me lo llevaría conmigo de exploración si tenía otro remedio. Tampoco quería que fuera una carga, o que causara estropicios quedándose allí sin mi supervisión.
-Pero qué... ¡Puaj! -exclamé, librándome de su beso apasionado tras un pequeño forcejeo y alejándome para intentar pegarle una bofetada. -Aún por encima de que te salvo la vida... ¡Idiota! ¡No quiero nada contigo! Entrar en la habitación de Rebeka fue un tremendo error y más estando tú de por medio... -Sacudí la cabeza, aturdida por el extraño giro en el guión. Yo tenía buena intención, y a pesar de que en ningún momento había pronunciado el juramento hipocrático, consideraba que salvarle la vida era un deber. A no ser que la persona en cuestión me pusiera en peligro a mí o a alguien que apreciara. Al fin y al cabo era leal a ciertas convicciones, no tonta.
Me pasé la mano por la boca tratando de apartar las babas del asqueroso navegante y me levanté por fin. Si pretendía seguir con la "fiesta" no podía contar conmigo para eso. Yo estaba temblando de rabia, aunque para nada se comparaba mi ira con la de Der, con sus amenazas y su brazo en llamas. Ugh, qué necesidad había de traer a ese tío con nosotros... ¿y qué necesidad había de hacer de hermano mayor a cada maldito momento, cuando nos podíamos defender solas? Todos en el barco estaban cabreándome. Bueno, Rebeka no, pero me sentía poco libre con esos dos peleando por tonterías. Escuché un crujido desagradable y me giré hacia ellos. Gangplank estaba de nuevo inconsciente y Der lo sacaba fuera de la habitación, para que le diera un poco el aire o algo. Me llevé la mano a la frente con desesperación.
-Esta vez no pienso curarlo... ¡Derek, deja de liarlo todo aún más! Bastante tenemos ya...
En ese momento vi a Capi mordisqueando algo que parecía un pedazo de madera suelto.
-Capi, ¿qué haces? Ven aquí -dije; al final fui yo la que tuvo que acercarse a donde estaba él, puesto que no me haría caso ni aunque le fuera la vida en ello. -¿De dónde has sacado eso?
Le quité un cacho de tablón de la boca.
-Perfecto, ahora mi mascota se come nuestro barco...
Le puse el arnés y la correa y lo dejé amarrado en una esquina, con la esperanza de que se quedara quieto.
-Derek, no sé qué piensa hacer Rebeka, pero puedo quedarme vigilando el barco si queréis, mientras tú vas a explorar. Aunque a mí también me gustaría ver esos animales extraños, mera curiosidad médica y veterinaria. De todos modos decide tú, eres el capitán.
Esperé a que se pronunciara al respecto antes de irse, mientras pensaba en que si pretendía llevarme volando con él, igual que en Punk Hazard, la situación sería un poco incómoda. También le eché un vistazo al otro "capitán". ¿Estaría bien si lo dejaba allí solo? Bajo ningún concepto me lo llevaría conmigo de exploración si tenía otro remedio. Tampoco quería que fuera una carga, o que causara estropicios quedándose allí sin mi supervisión.
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