Dharkel Asrai Nymraif
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El “interminable” tramo de escaleras finalmente llegó a su punto más elevado, desembocando en una plataforma, la cual parecía ser el punto céntrico de aquel nivel. Cuatro puentes, con sus respectivas puertas salían de ella. Me detuve unos segundos a examinar en la seguridad de la distancia los símbolos que adornaban cada una de ellas. ¿Se trataría de algún tipo de prueba que debíamos superar una vez abierta? Por si así fuese el caso, no tardé en descartar el agua, por motivos obvios. El viento probablemente fuese un problema para mí si tuviese que usar la forma híbrida, y el fuego… Echaba de menos el humo del tabaco inundando mis pulmones.
Miré a Balagus y acto seguido miré la puerta que parecía tener un símbolo terrestre. Éste me devolvió la mirada, ocasionando que un sudor frío me recorriese la espalda. ¿Estaba abusando de la teatralidad? No, no podía ser aquello lo que le molestase. Al fin y al cabo, tenía el beneplácito del propio Syxel. No obstante, cada vez me empezaba a arrepentir más de haber accedido a participar en la prueba.
El semigigante no tardó en cargar contra la puerta de un salto. ¿Sería para darse impulso? ¿Por qué no habría usado el puente? Se me escapaba al entendimiento su brutal lógica. Un sonoro ruido me sacó de mis cavilaciones. Para mi sorpresa, la bestia de cuatro metros estaba tendida sobre el suelo, y la puerta aún cerrada. Si la fuerza bruta no iba a funcionar, quizás habría que hacerlo con sutileza. Di un par de pasos en su dirección, mas los frené al escuchar al nuevo aliado. ¿Cubrirle? ¿Qué pensaba hacer? Fuese cual fuese el caso, eso no iba a pasar. Si cualquier incidente hiciese que mi integridad física peligrara, no dudaría en dejarle atrás, incluso vender a mi compañero de ser necesario.
Otra teoría comenzó a rondar mis pensamientos. Dejando que aquellos tres peculiares personajes se encargasen de la puerta “terrestre”, me dirigí hacia la que simbolizaba el fuego y la estudié detenidamente en buscar de alguna fisura o pista que corroborase mis sospechas. Rebusqué entre los bolsillos de aquellas molestas ropas hasta dar con la cajita de fósforos, encendí uno y comencé a pasarlo a lo largo de la puerta, asegurándome de que el fuego la tocase y repitiendo el proceso varias veces. Aquellos malditos condenados se apagaban con demasiada facilidad. Quizás mi teoría fuese errónea, pero de ser cierta, ¿sería suficiente cantidad?
Miré a Balagus y acto seguido miré la puerta que parecía tener un símbolo terrestre. Éste me devolvió la mirada, ocasionando que un sudor frío me recorriese la espalda. ¿Estaba abusando de la teatralidad? No, no podía ser aquello lo que le molestase. Al fin y al cabo, tenía el beneplácito del propio Syxel. No obstante, cada vez me empezaba a arrepentir más de haber accedido a participar en la prueba.
El semigigante no tardó en cargar contra la puerta de un salto. ¿Sería para darse impulso? ¿Por qué no habría usado el puente? Se me escapaba al entendimiento su brutal lógica. Un sonoro ruido me sacó de mis cavilaciones. Para mi sorpresa, la bestia de cuatro metros estaba tendida sobre el suelo, y la puerta aún cerrada. Si la fuerza bruta no iba a funcionar, quizás habría que hacerlo con sutileza. Di un par de pasos en su dirección, mas los frené al escuchar al nuevo aliado. ¿Cubrirle? ¿Qué pensaba hacer? Fuese cual fuese el caso, eso no iba a pasar. Si cualquier incidente hiciese que mi integridad física peligrara, no dudaría en dejarle atrás, incluso vender a mi compañero de ser necesario.
Otra teoría comenzó a rondar mis pensamientos. Dejando que aquellos tres peculiares personajes se encargasen de la puerta “terrestre”, me dirigí hacia la que simbolizaba el fuego y la estudié detenidamente en buscar de alguna fisura o pista que corroborase mis sospechas. Rebusqué entre los bolsillos de aquellas molestas ropas hasta dar con la cajita de fósforos, encendí uno y comencé a pasarlo a lo largo de la puerta, asegurándome de que el fuego la tocase y repitiendo el proceso varias veces. Aquellos malditos condenados se apagaban con demasiada facilidad. Quizás mi teoría fuese errónea, pero de ser cierta, ¿sería suficiente cantidad?
- Resumen:
- - Indicarle a Balagus la puerta a tirar (sé que lo tendría que haber posteado antes, pero no tuve tiempo por exámenes y demás. A fin de cuentas, ya lo habíamos hablado los dos previamente a su post).
- Pasar fuego por la puerta con el símbolo de fuego.
Ivan Markov
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Las palabras del Ju Senshi encendieron una chispa de rabia en su interior. Tal vez no lo enfadara lo suficiente como para perder los estribos y cometer una estupidez, pero sí como para que la idea de escapar sin más se desvaneciera de su mente. No, si lo hacía iba a asegurarse de dejarle con la miel en los labios, de devolverle la humillación. Vale que su rival fuese un hábil usuario del haki de observación y que gracias a ello hubiese podido pese a no estar familiarizado con ellos ver una diferencia en sus Voces, pero no tenía que insultar a su inteligencia por no habérselo visto venir. Sí, asumía que todos los rivales de su calibre iban a dominar los hakis y con un potencial digno de un maestro, ¿pero tendría que haber asumido que sería precisamente un experto en haki de observación? La respuesta era que sí desde luego, pero el vampiro se negaba a ver su propio error pese a ser consciente de ello. No de momento al menos, la rabia aún era demasiado grande. Así pues se mantuvo pendiente de lo que le iba diciendo Syxel, preparándose para llevar a cabo la jugada.
- Estás mal de la cabeza... me encanta. Eso sí, espera a que esté lo suficientemente lejos - le dijo telepáticamente a su compañero.
Entonces las piernas le fallaron y tuvo que hacer un gran esfuerzo para no caer. Se alarmó enormemente al percibir con el rabillo del ojo un fugaz movimiento frente a él y el aviso del pirata de que ya iba a comenzar la jugada. Poniendo todas sus fuerzas en ello se sobrepuso a lo que fuera que había hecho el Ju Senshi y salió volando hacia arriba todo lo rápido que pudo. Agarró los bordes de la gabardina y se envolvió bien en esta, apenas a tiempo de sentir una onda de choque y ser empujado aún más alto. Maldijo a Syxel por ser tan incauto y a los trucos de Deathstroke... normalmente hubiese sido lo bastante rápido como para alejarse. Sin embargo no había recibido daños en absoluto más que el golpe, y de hecho una breve comunicación telepática le confirmó que había centrado el golpe en el Ju Senshi. Dado que no había recibido las llamas, que era lo que más le podría haber preocupado, así que se limitaría a buscar una salida antes de que se armara un pandemonium con los explosivos.
- Vamos... - murmuró para sí.
Su intención era volar lo más alto posible mientras mirada a su alrededor buscando alguna clase de abertura o salida. Ya habían asumido que aquel combate no era una prueba que pudieran superar con fuerza, así que necesitarían usar la astucia. Y muy probablemente una ruta de escape, vaya, ya que su mejor opción sería huir. Era posible que uno de los dos tuviera que sacrificarse para que el otro escapara y por suerte para él Syxel parecía bastante dispuesto a aceptar el desafío del Ju Senshi. Respetaba su valor aunque lo considerase un acto estúpido, pero además al haber sido herido en su orgullo una parte de él quería quedarse a combatir. Mientras subía una bomba bajaba hacia el puente, y así como pasó a su lado se apresuró a intentar cogerla.
- Oh, vaya. Esto podría venirnos bien.
Con una sonrisa malévola, intentaría lanzar la bomba hacia el lado del puente en que estaba el tipo de pelo azul, avisando mentalmente a Syxel de sus intenciones. "Aprovecha la distracción. Podemos escaquearnos. ¿O prefieres luchar?"
- Estás mal de la cabeza... me encanta. Eso sí, espera a que esté lo suficientemente lejos - le dijo telepáticamente a su compañero.
Entonces las piernas le fallaron y tuvo que hacer un gran esfuerzo para no caer. Se alarmó enormemente al percibir con el rabillo del ojo un fugaz movimiento frente a él y el aviso del pirata de que ya iba a comenzar la jugada. Poniendo todas sus fuerzas en ello se sobrepuso a lo que fuera que había hecho el Ju Senshi y salió volando hacia arriba todo lo rápido que pudo. Agarró los bordes de la gabardina y se envolvió bien en esta, apenas a tiempo de sentir una onda de choque y ser empujado aún más alto. Maldijo a Syxel por ser tan incauto y a los trucos de Deathstroke... normalmente hubiese sido lo bastante rápido como para alejarse. Sin embargo no había recibido daños en absoluto más que el golpe, y de hecho una breve comunicación telepática le confirmó que había centrado el golpe en el Ju Senshi. Dado que no había recibido las llamas, que era lo que más le podría haber preocupado, así que se limitaría a buscar una salida antes de que se armara un pandemonium con los explosivos.
- Vamos... - murmuró para sí.
Su intención era volar lo más alto posible mientras mirada a su alrededor buscando alguna clase de abertura o salida. Ya habían asumido que aquel combate no era una prueba que pudieran superar con fuerza, así que necesitarían usar la astucia. Y muy probablemente una ruta de escape, vaya, ya que su mejor opción sería huir. Era posible que uno de los dos tuviera que sacrificarse para que el otro escapara y por suerte para él Syxel parecía bastante dispuesto a aceptar el desafío del Ju Senshi. Respetaba su valor aunque lo considerase un acto estúpido, pero además al haber sido herido en su orgullo una parte de él quería quedarse a combatir. Mientras subía una bomba bajaba hacia el puente, y así como pasó a su lado se apresuró a intentar cogerla.
- Oh, vaya. Esto podría venirnos bien.
Con una sonrisa malévola, intentaría lanzar la bomba hacia el lado del puente en que estaba el tipo de pelo azul, avisando mentalmente a Syxel de sus intenciones. "Aprovecha la distracción. Podemos escaquearnos. ¿O prefieres luchar?"
- resumen:
- Escapo volando hacia arriba, me asusto de nada (?), y me pongo a buscar una salida tras intentar redirigir la bomba hacia Barbazul.
Maze
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Un bufido le sirvió como toda respuesta ante el comentario de su compañero, haciendo que con este toda idea innecesaria en aquel momento se marchara a tomar viento mientras avanzaban, en silencio. La chica tuvo que decidirse a volver sus oídos a la normalidad, sintiendo molestia al cabo de un rato, debido al eco. Su cola desapareció de la misma forma, quedando únicamente sus ojos como los de un felino.
Tardaron un par de largos minutos en llegar a ver a algo o alguien, topándose con dos figuras... Peculiares, sus ropas eran todo lo contrario a lo que se esperaría ver en un pirata, aunque en un mundo tan inmenso podía haber de todo. Mura se detuvo aprovechando que no habían sido observados y se "ocultó" usando su habilidad para hacer que su presencia pasase inadvertida por las personas pudieran usar haki o no. Haciendo eso, se dispuso a agazaparse tras uno de los pilares, asomándose lo justo para inspeccionarles. No prestó especial caso a su compañero, aunque imaginaba que si seguían el plan no cuestionaría en seceso su "cobardía". Los piratas eran orgullosos y los lagartos más, tanto que quizás le resultase estúpido que la felina se escondiera frente al enemigo. Sin embargo, ella era una asesina y una persona que trabajaba mejor ocultándose para propiciar un golpe desde atrás. Era otra forma de pelear, se dijo a sí misma a pesar de que nadie se había metido con ella por hacer eso, y se decidió a escuchar y escudriñar con la mirada lo que podrían tener de valor el chico androgino de orejas puntiagudas y el retaco barbudo. Este último le recordaba un poco a Worgulv. ¿Quizás por la barba? Para ser sinceros, Akane tenía un vago recuerdo del hombre. Pudo ver sus armas, a la vista. Le llamó la atención sobretodo el arco del rubio. Una lástima que ella no supiese como utilizar algo así. También buscó a ver si había alguna tela negra a la vista, aunque si eran medianamente listos, era más probable que la hubiesen guardado.
"Sería más fácil registrarles si les dejamos inconscientes. Pensó, llevando su mano a la riñonera con sus altavoces. El espacio en el que se encontraban era perfecto para probarlos. El único problema era que Berthil podía acabar igual de mal parado, a no ser que hubiera desarrollado una resistencia como la del resto de su cuerpo en los tímpano y... Lo dudaba. "Seguimos con el plan A...Kouga, ¿me ayudas?". Dijo en su mente, al tiempo que una figura espectral, de un puma, aparecía frente a ella* "Tú por la izquierda, vamos a rodearles". Comunicó mentalmente. antes de empezar a moverse gracilmente, corriendo de columna en columna con gracia, sin que sus pies hiciesen apenas ruido. Solo por si acaso, activo su mantra para asegurarse de que nada la golpease por sorpresa, cosa que podría pasar si era descubierta. Sus intenciones eran simples. Ver si tenían una bandera y aprovechar la distracción que Akagami brindaría para tomarla.
Tardaron un par de largos minutos en llegar a ver a algo o alguien, topándose con dos figuras... Peculiares, sus ropas eran todo lo contrario a lo que se esperaría ver en un pirata, aunque en un mundo tan inmenso podía haber de todo. Mura se detuvo aprovechando que no habían sido observados y se "ocultó" usando su habilidad para hacer que su presencia pasase inadvertida por las personas pudieran usar haki o no. Haciendo eso, se dispuso a agazaparse tras uno de los pilares, asomándose lo justo para inspeccionarles. No prestó especial caso a su compañero, aunque imaginaba que si seguían el plan no cuestionaría en seceso su "cobardía". Los piratas eran orgullosos y los lagartos más, tanto que quizás le resultase estúpido que la felina se escondiera frente al enemigo. Sin embargo, ella era una asesina y una persona que trabajaba mejor ocultándose para propiciar un golpe desde atrás. Era otra forma de pelear, se dijo a sí misma a pesar de que nadie se había metido con ella por hacer eso, y se decidió a escuchar y escudriñar con la mirada lo que podrían tener de valor el chico androgino de orejas puntiagudas y el retaco barbudo. Este último le recordaba un poco a Worgulv. ¿Quizás por la barba? Para ser sinceros, Akane tenía un vago recuerdo del hombre. Pudo ver sus armas, a la vista. Le llamó la atención sobretodo el arco del rubio. Una lástima que ella no supiese como utilizar algo así. También buscó a ver si había alguna tela negra a la vista, aunque si eran medianamente listos, era más probable que la hubiesen guardado.
"Sería más fácil registrarles si les dejamos inconscientes. Pensó, llevando su mano a la riñonera con sus altavoces. El espacio en el que se encontraban era perfecto para probarlos. El único problema era que Berthil podía acabar igual de mal parado, a no ser que hubiera desarrollado una resistencia como la del resto de su cuerpo en los tímpano y... Lo dudaba. "Seguimos con el plan A...Kouga, ¿me ayudas?". Dijo en su mente, al tiempo que una figura espectral, de un puma, aparecía frente a ella* "Tú por la izquierda, vamos a rodearles". Comunicó mentalmente. antes de empezar a moverse gracilmente, corriendo de columna en columna con gracia, sin que sus pies hiciesen apenas ruido. Solo por si acaso, activo su mantra para asegurarse de que nada la golpease por sorpresa, cosa que podría pasar si era descubierta. Sus intenciones eran simples. Ver si tenían una bandera y aprovechar la distracción que Akagami brindaría para tomarla.
- resumen:
- Caminar hasta dar con las figuras de Legolas y Gimli. Ocultarse tras una viga, activando su "capacidad" para no ser detectada a no ser que ataque (o ser ignorada), hacer aparecer a Kouga y decidirse a rodearles, usando al lagarto como distracción,
con intención de buscar la bandera (si es que tenían alguna) y prepararse para intentar robarla.- cosas usadas:
- Pu Haki de Observación. "Inadvertida": Gracias al sigilo propio de Mura, tanto por sus habilidades como asesina, como por el hecho de ser un felino y su control por el aura, Mura ha logrado pasar desapercibida al rededor de las personas hasta tal punto que, en caso de no atacar, las personas con su mismo nivel de Haki, o inferior al suyo, no podrán detectar su posición o ignoraran el hecho de que se encuentra frente a ellos.
Luka Rooney
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El tipo parecía reaccionar ante el queso como un ratoncillo lo hace ante el mismo. Primero alzó ligeramente la cabeza para olfatear y después pareció despertar, abriendo primero un ojo y después el restante, comió del queso con pequeños mordiscos y lo saboreó con total parsimonia. Ojeé a Marc extrañado, quizá el tipo era aún más raro de lo que pensábamos en un principio. Entonces, de repente, el tipo había desaparecido. Miré aún más extrañado a Marc, ¿Qué diablos tenía su queso? Yo mismo me dispuse a olfatearlo y comer una porción y, poco después, ví un mundo extraño a mi alrededor.
”Así que a esto es a lo que llaman drogaina”
Me detuve en cada rincón del nuevo escenario con bastante interés. Un enorme y colorido prado que parecía infinito nos aguardaba ahora. Sin duda, prefería este al resto de los paisajes vividos desde que empezó la reunión hacía ya unos días. En el cielo me llamaron bastante la atención los tres soles con diversas caras, y las ballenas con alas en el cielo. Además, por las colinas correteaban distintos animalejos con formas curiosas, desde animales normales, a mezclas de estos y... ¿Qué diantres? ¡Incluso un caballo con cuerpo de silla!
No pude evitar reflexionar sobre el tema. Tres soles… como los tres yonkos que supuestamente habría tras la finalización del evento. Ballenas volando, lo cual podía suponer los poderosos piratas que nos encontrábamos intentando alcanzar la victoria en la prueba para ser uno de esos intensos soles. Y los animales raros en la pradera eran sin duda los que aún no tenían el suficiente nivel para volar. Primero deberían transformarse en el animal del cual provenían, y tras ello, volarían libres. Hubiera compartido todos estos pensamientos con Marc, pero no le ví demasiado efusivo cuando hice lo mismo con los engranajes de la sala, por lo que me los guardaría para mí mismo.
- Esto… Esto es el futuro, Marc -dije sin quitar la vista del caballo-. Seguro que saben como el pez luchador. Segurísimo… Que pena no tener un cocinero aquí, Porque… ¿Tú no eres cocinero, verdad? -frené en seco al ver que el caballo estaba comiendo algo de pasto, despreocupado totalmente de lo que se le venía encima-. Exploremos… ¡Yo voy a por eso!
Correteé detrás del caballo a toda velocidad, rodeando y dando vueltas sin parar hasta que lo tenía a tiro. Saltaría encima de él y, de ser real todo lo que estamos viendo, lo montaría durante unos minutos, hasta que se me pasara el reciente capricho.
- ¡Aquí soy alguien normal, Marc! ¡Soy una mezcla, como todos estos de aquí!
”Así que a esto es a lo que llaman drogaina”
Me detuve en cada rincón del nuevo escenario con bastante interés. Un enorme y colorido prado que parecía infinito nos aguardaba ahora. Sin duda, prefería este al resto de los paisajes vividos desde que empezó la reunión hacía ya unos días. En el cielo me llamaron bastante la atención los tres soles con diversas caras, y las ballenas con alas en el cielo. Además, por las colinas correteaban distintos animalejos con formas curiosas, desde animales normales, a mezclas de estos y... ¿Qué diantres? ¡Incluso un caballo con cuerpo de silla!
No pude evitar reflexionar sobre el tema. Tres soles… como los tres yonkos que supuestamente habría tras la finalización del evento. Ballenas volando, lo cual podía suponer los poderosos piratas que nos encontrábamos intentando alcanzar la victoria en la prueba para ser uno de esos intensos soles. Y los animales raros en la pradera eran sin duda los que aún no tenían el suficiente nivel para volar. Primero deberían transformarse en el animal del cual provenían, y tras ello, volarían libres. Hubiera compartido todos estos pensamientos con Marc, pero no le ví demasiado efusivo cuando hice lo mismo con los engranajes de la sala, por lo que me los guardaría para mí mismo.
- Esto… Esto es el futuro, Marc -dije sin quitar la vista del caballo-. Seguro que saben como el pez luchador. Segurísimo… Que pena no tener un cocinero aquí, Porque… ¿Tú no eres cocinero, verdad? -frené en seco al ver que el caballo estaba comiendo algo de pasto, despreocupado totalmente de lo que se le venía encima-. Exploremos… ¡Yo voy a por eso!
Correteé detrás del caballo a toda velocidad, rodeando y dando vueltas sin parar hasta que lo tenía a tiro. Saltaría encima de él y, de ser real todo lo que estamos viendo, lo montaría durante unos minutos, hasta que se me pasara el reciente capricho.
- ¡Aquí soy alguien normal, Marc! ¡Soy una mezcla, como todos estos de aquí!
- Resumen:
- Narrar lo ocurrido.
- Sentirme colocado tras comer el queso de Marc.
- Intentar montar en el caballo.
Deathstroke
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El hombre con el fuego negro en el pecho pudo reaccionar a lo que había hecho cuando aumenté la gravedad, por suerte, me había avisado de ello el haki de observación. Y con un rápido movimiento hacia un lado evadí aquella columna de fuego que me había lanzado. Seguí avanzando hacia el joven a pesar de esto y continué con la intención de darle un puñetazo en el abdomen.
Por otra parte, su compañero salió volando hacia las alturas. Parecía que había aceptado mi consejo de marcharse antes de que le sucediese nada malo. Sin embargo, el haber visto esto me hizo percatarme de que el aumento de gravedad que había provocado había sido una mala idea, una gran bomba había roto la cinta en la que se encontraba y ahora caía hacia donde nos encontrábamos. Era hora de marcharse, si la bomba no estaba desactivada y detonaba, provocaría una enorme reacción en cadena y haría que aquella sala pasase a ser cenizas. No presté atención a mi oponente, de quien me alejé para ir hacia Barbazul.
-Barbazul, debemos salir de aquí, te llevo. – le dije mentalmente a mi compañero.
Mi intención era subir hacia arriba en busca de otra sala y si mi compañero me dejaba le llevaría conmigo para que recibiese el mejor impacto de las explosiones o de las llamas negras. Una vez terminase aquello, volvería a intentar conseguir esas banderas.
Por otra parte, su compañero salió volando hacia las alturas. Parecía que había aceptado mi consejo de marcharse antes de que le sucediese nada malo. Sin embargo, el haber visto esto me hizo percatarme de que el aumento de gravedad que había provocado había sido una mala idea, una gran bomba había roto la cinta en la que se encontraba y ahora caía hacia donde nos encontrábamos. Era hora de marcharse, si la bomba no estaba desactivada y detonaba, provocaría una enorme reacción en cadena y haría que aquella sala pasase a ser cenizas. No presté atención a mi oponente, de quien me alejé para ir hacia Barbazul.
-Barbazul, debemos salir de aquí, te llevo. – le dije mentalmente a mi compañero.
Mi intención era subir hacia arriba en busca de otra sala y si mi compañero me dejaba le llevaría conmigo para que recibiese el mejor impacto de las explosiones o de las llamas negras. Una vez terminase aquello, volvería a intentar conseguir esas banderas.
- resumen:
- Evitar ataque, ir hasta Barbazul y decirle de marcharnos, si me deja lo llevo conmigo. Volar hacia el techo de la instalación a ver si hay alguna salida.
Balagus
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Un grito dentro de mi cerebro, en parte de dolor, y en parte de rabia frustrada, resonó con tanta fuerza que eclipsó el ruido del choque en mi mente. Aquella puerta me había derrotado, y mis entumecidas piernas era todo lo que había conseguido por mi maniobra.
"¡Mierda! ¿De qué se supone que está hecho eso?"
Con un puñetazo, asenté la mano en el suelo y liberé parte de la resignación, y me apoyé para incorporarme. A mi lado llegó rápidamente el sujeto que añadimos a nuestro grupo, preocupándose por mi estado y ofreciéndose a acometer mi misma tarea bajo otro enfoque.
- Estaré bien. -Respondí secamente entre gruñidos, mientras me levantaba del todo. Mis piernas temblaban un poco y me dolían con cada paso, pero no parecían demasiado heridas.- Si te crees capaz, adelante.
Su "orden" de cubrirle no me gustó en absoluto, pero decidí hacerle caso. Con cuidado, tanteé el puente que antes me había negado a cruzar y, en caso de encontrarlo seguro para soportar mi peso, regresaría al centro de la sala para controlar mejor el área.
Dharkel, por otro lado, parecía haber tramado un plan alternativo en caso de que no hubiera una cerradura que forzar. Su idea me hizo levantar una ceja, confundido, en un primer momento, pero, como estaba empezando a pasar ya con demasiada frecuencia, empecé a encajar las piezas mentalmente a mi propio ritmo.
Relegado a la retaguardia, no pude hacer más que sentarme de nuevo y revisar mis extremidades inferiores, masajeándolas levemente para hacer desaparecer su malestar lo antes posible.
"¡Mierda! ¿De qué se supone que está hecho eso?"
Con un puñetazo, asenté la mano en el suelo y liberé parte de la resignación, y me apoyé para incorporarme. A mi lado llegó rápidamente el sujeto que añadimos a nuestro grupo, preocupándose por mi estado y ofreciéndose a acometer mi misma tarea bajo otro enfoque.
- Estaré bien. -Respondí secamente entre gruñidos, mientras me levantaba del todo. Mis piernas temblaban un poco y me dolían con cada paso, pero no parecían demasiado heridas.- Si te crees capaz, adelante.
Su "orden" de cubrirle no me gustó en absoluto, pero decidí hacerle caso. Con cuidado, tanteé el puente que antes me había negado a cruzar y, en caso de encontrarlo seguro para soportar mi peso, regresaría al centro de la sala para controlar mejor el área.
Dharkel, por otro lado, parecía haber tramado un plan alternativo en caso de que no hubiera una cerradura que forzar. Su idea me hizo levantar una ceja, confundido, en un primer momento, pero, como estaba empezando a pasar ya con demasiada frecuencia, empecé a encajar las piezas mentalmente a mi propio ritmo.
Relegado a la retaguardia, no pude hacer más que sentarme de nuevo y revisar mis extremidades inferiores, masajeándolas levemente para hacer desaparecer su malestar lo antes posible.
- Resumen:
- - Sufrir por la humillación del fracaso y dejar espacio a William para ejercer su habilidad.
- En caso de que el puente me sostenga, cruzar de vuelta a la plataforma central. En caso de que no, quedarme donde estoy.
- Sentarme de nuevo y revisar que mis piernas están bien y masajearlas un poco.
Nailah
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La historia de Biscuit era, cuanto menos, interesante y abrumadora. Nailah no perdió ni un solo momento para contenerla en su memoria; sin embargo, no le haría falta tener la necesidad de recordarla pues las poses y gestos del tontatta daban la intención de que estaría encantado de contarla una y mil veces. La pirata guardó silencio durante un rato, intentando encontrar las palabras adecuadas para el espadachín, pero no se le ocurría qué decir hasta que finalmente habló para romper el hielo.
-Pues espero que tengas suerte en tu venganza y si necesitas ayuda cuenta con nosotros. Cinco espadas atraviesan mejor que una - comentó esbozando una sonrisa.
Después de aquella agradable charla lograron adentrarse en la tubería. Aquel aspecto seguía echando demasiado para atrás a Nailah, pero se suponía que no había ni una otra salida. ¿Debería haber seguido buscando? Tal vez el conserje no fuera de fiar, pero parecía majo. Las apariencias siempre engañaban, que se le iba hacer.
El olor allí dentro era nauseabundo y, acompañado de la poca iluminación hacía que caminar resultase un desafío. De vez en cuando se llevaba la mano a la nariz para taparla, pero el hecho de tener que respirar todo el rato con la boca le incomodaba. La pirata observó todo lo que había a su alrededor, desconfiando de cualquier cosa que pudiera pasar. Algún movimiento repentino, un sonido extraño...
-Ugh... - se quejó -. Quiero llegar cuanto antes a la meta y abandonar este lugar.
-Pues espero que tengas suerte en tu venganza y si necesitas ayuda cuenta con nosotros. Cinco espadas atraviesan mejor que una - comentó esbozando una sonrisa.
Después de aquella agradable charla lograron adentrarse en la tubería. Aquel aspecto seguía echando demasiado para atrás a Nailah, pero se suponía que no había ni una otra salida. ¿Debería haber seguido buscando? Tal vez el conserje no fuera de fiar, pero parecía majo. Las apariencias siempre engañaban, que se le iba hacer.
El olor allí dentro era nauseabundo y, acompañado de la poca iluminación hacía que caminar resultase un desafío. De vez en cuando se llevaba la mano a la nariz para taparla, pero el hecho de tener que respirar todo el rato con la boca le incomodaba. La pirata observó todo lo que había a su alrededor, desconfiando de cualquier cosa que pudiera pasar. Algún movimiento repentino, un sonido extraño...
-Ugh... - se quejó -. Quiero llegar cuanto antes a la meta y abandonar este lugar.
- Resumen:
- -Continuar por el alcantarillado.
- Equipo Pollo en su tinta y the naig:
- Gracias al ataque de Syxel, lejos de evitar que una bomba estallase, ha empezado una detonación en cadena por toda la sala. Aquello que no es pasto de las llamas generadas por este es consumido por las constantes explosiones que arrasan todo y dejan lo poco que aguante a una temperatura infernal. Aquellos que han decidido subir volando se ven perseguidos por una bola de fuego. Tras unos 60 metros de ascenso (mas o menos) os encontráis con una reja que corta el paso, no parece muy gruesa ni resistente. Esa reja es el suelo de una sala con una puerta a un lado.
Os dejo a vosotros asumir los daños de los ataques que os habéis lanzado. Syxel, si no has salido volando, las explosiones no te afectan,
vamos, porque eres el centro de una, pero la plataforma sobre la que estabas ha sido destruida.
Barbazul, como no has aclarado si te vas con Deathstroke o no... te comes las explosiones y... mueres.
- Equipo morsa sangrienta:
- Cuando vas a cargar hacia tu oponente este proyecta todas las llamas que tenía alrededor en tu dirección. Atraviesas a toda velocidad el torrente de llamas, cuando lo haces tu mano se encuentra con su tetsubo, la aguja de sangre atraviesa la madera y el choque entre ambas fuerzas hace que ceda la plataforma de hormigón. Esta se parte por la mitad, cayendo a la piscina, las dos mitades se cierran sobre vosotros. Una serie de explosiones en otra sala agrieta el techo hace un hueco a través del cual se puede salir. Negro se ve engullido por la masa de Lo-que-sea y se hunde entre maldiciones.
- Equipo Ouyea:
- Llegáis al "final" del recorrido, el agua se va por varios sumideros en el suelo dejándoos en un parche de hormigón elevado frente a una puerta que se abre con una válvula como la de los submarinos.
- El grupo de los negociaderos:
- Tras investigar un poco las puertas descubrís que, bueno, tienen un botón en el suelo a modo de sensor de peso. Al ponerse uno la puerta se abre lentamente y se cierra al mismo ritmo, así que no le toca quedarse a nadie detrás.
La sala de la tierra es una pradera recreada dentro del edificio, con pequeñas colinas, algunos árboles y matojos y un pequeño arrollo.
Hay un tío raro echando una siesta bajo un árbol. Luka y Marc también están al lado dormidos como un tronco.
La sala del fuego por otro lado es una sala mas o menos del mismo tamaño que la otra, un entorno volcánico recreado dentro del adificio,
con pequeñas lagunas, ríos de lava y un calor más sofocante que el del desierto.
- Equipo Chis-Fish:
- Disfrutáis durante un tiempo de las maravillas de ese mundo. Luka el caballo se deja montar y juntos galopáis en dirección al horizonte, Marc de pronto te encuentras con un sándwich de carne de ballena entre las manos, es graso pero jugoso,
algo más delicioso que cualquier cosa que hayas probado nunca.
- Sin duda se está como en ningún sitio en este mundo. El mundo de los sueños.
- Equipo de los innombrables :
- De pronto la pareja para de discutir, algo ha alertado al alto.
- Logolas ¿qué ves con tus ojos de alto? - pregunta el barbudo.
- Tenemos compañía Gomli. - Contesta al momento que carga una flecha en al arco y la apunta en dirección a Berthil. - Será mejor que no intentes nada, deja la bandera en el suelo despacio y no pasará nada.
Mientras tanto Mura logra rodearlos sin mucha dificultad.
Por cierto, se escuchan varias explosiones y el edificio tiembla de pronto, el techo comienza a agrietarse por encima de la lagartija.
Luka Rooney
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Cabalgar a lomos de aquel caballo estaba siendo increíble. La brisa golpeaba mi morena melena a la par que la velocidad iba aumentando, quizá fruto de mi constante afán por incitar al caballo-silla a ir más y más veloz.
Pasaron unos minutos hasta que me cansé de aquello, lanzándome sin previo aviso sobre aquel verde prado que tanto nos había inquietado minutos antes y croqueteando durante unos segundos con una sonrisa en la cara sólo equiparable a la de un niño pequeño.
“Es como si estuviésemos en un pintoresco parque de atracciones”
En la lejanía vi a Marc comiéndose una especie de Sándwich. ¿De dónde lo había sacado? ¿Quizá había un puesto de comida ambulante? Y, en ese caso, ¿Habría algodón de azúcar?
Caminé de manera sosegada hacia el siempre sonriente gigantón divisando distintos animales mezclados, a cada cual más extraño. Hasta que por fin llegué hasta él, escuchando una extraña voz que parecía venir de… ¿Su sándwich?
“Así que todo es un sueño… ¿Desde cuando? ¿Acaso toda la aventura que hemos vivido es mentira? ¿Y si aún sigo en la isla Gyojin?”
-Esto sí que no me lo esperaba, Marc. Aunque todo estaba siendo muy raro, eso es cierto. ¿Cómo se supone que vamos a despertar? Tenemos que hacerlo conjuntamente, si no, el que se quede aquí puede que no despierte jamás.
Si bien no me molestaba aquella realidad paralela en la que nos encontrábamos, aquello quería decir que, si realmente habíamos accedido a la prueba, estábamos durmiendo en cualquier parte de la isla. Lo cual nos dejaba bastante vendidos ante cualquier malhechor. ¿Nos habrían quitado ya esa estúpida bandera, o quizá eso formaba también parte del sueño?
No sabía muy bien cómo actuar. Quizá, si asustaba a Marc, éste se despertaría, pero en el mejor de los casos yo me quedaría encerrado en aquel excéntrico sueño. Aunque si Marc se encontraba cerca de mí en la realidad, sí que tendría sentido despertarlo, ya que éste podría despertarme a mí a golpes.
“Esto es un lío”
Era lo único que tenía claro. Me aleje un par de metros y tras ello me situé en la espalda de Marc, donde le agarré y vociferé un nada temeroso “¡bu!”. Quizá tampoco fuese la mejor opción, pero llegados a ese punto, era complicado distinguir entre una idea brillante y una estúpida.
Pasaron unos minutos hasta que me cansé de aquello, lanzándome sin previo aviso sobre aquel verde prado que tanto nos había inquietado minutos antes y croqueteando durante unos segundos con una sonrisa en la cara sólo equiparable a la de un niño pequeño.
“Es como si estuviésemos en un pintoresco parque de atracciones”
En la lejanía vi a Marc comiéndose una especie de Sándwich. ¿De dónde lo había sacado? ¿Quizá había un puesto de comida ambulante? Y, en ese caso, ¿Habría algodón de azúcar?
Caminé de manera sosegada hacia el siempre sonriente gigantón divisando distintos animales mezclados, a cada cual más extraño. Hasta que por fin llegué hasta él, escuchando una extraña voz que parecía venir de… ¿Su sándwich?
“Así que todo es un sueño… ¿Desde cuando? ¿Acaso toda la aventura que hemos vivido es mentira? ¿Y si aún sigo en la isla Gyojin?”
-Esto sí que no me lo esperaba, Marc. Aunque todo estaba siendo muy raro, eso es cierto. ¿Cómo se supone que vamos a despertar? Tenemos que hacerlo conjuntamente, si no, el que se quede aquí puede que no despierte jamás.
Si bien no me molestaba aquella realidad paralela en la que nos encontrábamos, aquello quería decir que, si realmente habíamos accedido a la prueba, estábamos durmiendo en cualquier parte de la isla. Lo cual nos dejaba bastante vendidos ante cualquier malhechor. ¿Nos habrían quitado ya esa estúpida bandera, o quizá eso formaba también parte del sueño?
No sabía muy bien cómo actuar. Quizá, si asustaba a Marc, éste se despertaría, pero en el mejor de los casos yo me quedaría encerrado en aquel excéntrico sueño. Aunque si Marc se encontraba cerca de mí en la realidad, sí que tendría sentido despertarlo, ya que éste podría despertarme a mí a golpes.
“Esto es un lío”
Era lo único que tenía claro. Me aleje un par de metros y tras ello me situé en la espalda de Marc, donde le agarré y vociferé un nada temeroso “¡bu!”. Quizá tampoco fuese la mejor opción, pero llegados a ese punto, era complicado distinguir entre una idea brillante y una estúpida.
- Resumen:
Cabalgar a lomos del caballo.
Darme cuenta de que todo es un sueño a través del Sandwich.
Intentar despertar a Marc dándole un susto.
Nailah
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El agua resonaba por las alcantarillas cada vez que Nailah daba un paso. Que hedor, que insoportable era estar allí abajo. ¿Por qué no podía ser todo como el anterior lugar? Podían meter mil cosas peligrosas sin necesidad de estar en un sitio tan lúgubre e inhóspito. ¿Pero es que nadie pensaba en el mal olor?
La pirata frunció el ceño y continuó caminando hasta que vio como el agua de las alcantarillas empezaba a dividirse en pequeños canales. Cada canal iba a parar a un sitio diferente. Ese debía ser el final, pues el agua dejaba una gran plataforma de hormigón a la vista, pero con la oscuridad no lograba discernir que había al fondo.
Se acercó rápidamente y apoyó las manos en lo alto, para luego impulsarse con los pies. Se levantó del hormigón y sacudió toda su ropa. Alguna se había mojado un poco. Ahora ya podía ver que había al final del parche. ¿Otra puerta? Esta era distinta a la de la otra vez, pero eso no impidió que Nailah arquease una ceja en cuanto la vio.
Se acercó a la válvula y la miró de arriba abajo, incluso observó la puerta, la cual parecía ser bastante fuerte.
-Espero que no nos pase como la otra vez y no haya nadie en el baño - rio.
Y cómo no, ni se le pasó por la cabeza llamar a la puerta, como le dijo que haría al conserje. Agarró la válvula con las dos manos y tiró hacia la derecha con mucha fuerza. Pensó que no sería capaz de moverla, pero al final esta giró provocando un chirrido e hizo que la gran puerta se abriera de un "clack".
-Bueno, vamos allá - Le dijo a Biscuit mientras se adentraba en el nuevo lugar.
La pirata frunció el ceño y continuó caminando hasta que vio como el agua de las alcantarillas empezaba a dividirse en pequeños canales. Cada canal iba a parar a un sitio diferente. Ese debía ser el final, pues el agua dejaba una gran plataforma de hormigón a la vista, pero con la oscuridad no lograba discernir que había al fondo.
Se acercó rápidamente y apoyó las manos en lo alto, para luego impulsarse con los pies. Se levantó del hormigón y sacudió toda su ropa. Alguna se había mojado un poco. Ahora ya podía ver que había al final del parche. ¿Otra puerta? Esta era distinta a la de la otra vez, pero eso no impidió que Nailah arquease una ceja en cuanto la vio.
Se acercó a la válvula y la miró de arriba abajo, incluso observó la puerta, la cual parecía ser bastante fuerte.
-Espero que no nos pase como la otra vez y no haya nadie en el baño - rio.
Y cómo no, ni se le pasó por la cabeza llamar a la puerta, como le dijo que haría al conserje. Agarró la válvula con las dos manos y tiró hacia la derecha con mucha fuerza. Pensó que no sería capaz de moverla, pero al final esta giró provocando un chirrido e hizo que la gran puerta se abriera de un "clack".
-Bueno, vamos allá - Le dijo a Biscuit mientras se adentraba en el nuevo lugar.
- Resumen:
- -Llegar hasta la válvula, abrirla y entrar.
Marc Kiedis
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Incomprensiblemente, en el preciso momento en el que Marc comenzó a fantasear con el sabor que tendrían aquellas ballenas aladas, un sándwich apareció en sus manos. Era de carne y, más concretamente, por su aspecto parecía de carne de uno de aquellos extraños seres. Al semigigante aquello le pareció cuanto menos extraño, pero ya que se le presentaba la oportunidad decidió probarlo. Y no se arrepintió, pues se trataba del manjar más delicioso que jamás había comido. Ni siquiera se atrevió a echarle un poco de su queso por encima, pues no quería correr el riesgo de perder ni uno solo de los innumerables y deliciosos matices que el sabor de aquella carne tenía. Durante unos minutos se perdió en el mero disfrute de aquel paraíso de nuevos sabores que el destino le había ofrecido, sin prestar la más mínima atención a su alrededor. Cada mordisco parecía estar acompañado por un coro angelical, pues estimulaba no solo su sentido del gusto, sino todos los demás. Escalofríos de placer recorrían el cuerpo del grandullón cada segundo, y una felicidad abrumadora lo invadía. Aquello era demasiado bueno para ser cierto.
Sin embargo, cuando terminó de degustar aquel bocado digno de los dioses, se percató de algo: ¡AQUELLO ERA DEMASIADO BUENO PARA SER CIERTO! Tenían que estar soñando o sufriendo unas alucinaciones excepcionalmente reales, no había otra explicación. Luka parecía haber llegado a la misma conclusión, ya que expresó la necesidad de que ambos se despertaran y saliesen de allí.
La situación era preocupantes, pues ninguno de los dos sabíamos en qué momento y lugar nos habíamos quedado dormidos, si conservaríamos nuestra bandera en la vida real, e incluso si toda aquella prueba formaba parte del sueño y nuestro compañero tampoco era real.
- Tienes razón, Luka, tenemos que encontrar un modo de salir de aquí. Vamos a pensar en algo para despertarnos.
De repente el gyojin, sin previo aviso, se situó a la espalda del semigigante y trató de asustarle con un sonoro: "¡bu!".
Si, como era de esperar, aquello no tenía efecto, Marc crearía un pequeño trozo de queso en el que mezclaría los aromas de todos los quesos pestilentes existentes, tratando de que el nauseabundo olor fuera lo suficientemente desagradable como para despertar a ambos, aún a costa de arriesgarse a hacerles vomitar.
Si aquello tampoco funcionaba, el grandullón propondría a su compañero que cada uno asestase al otro al mismo tiempo un fuerte puñetazo en la mejilla, aunque no con tanta fuerza que pudiese resultar peligroso para la integridad física de ninguno. Tal vez, como último recurso, aquello fuese efectivo. Y, si no lo era, por el momento Marc no tenía más ideas, así que no quedaría más remedio que esperar en aquel onírico paraje un poco más.
Sin embargo, cuando terminó de degustar aquel bocado digno de los dioses, se percató de algo: ¡AQUELLO ERA DEMASIADO BUENO PARA SER CIERTO! Tenían que estar soñando o sufriendo unas alucinaciones excepcionalmente reales, no había otra explicación. Luka parecía haber llegado a la misma conclusión, ya que expresó la necesidad de que ambos se despertaran y saliesen de allí.
La situación era preocupantes, pues ninguno de los dos sabíamos en qué momento y lugar nos habíamos quedado dormidos, si conservaríamos nuestra bandera en la vida real, e incluso si toda aquella prueba formaba parte del sueño y nuestro compañero tampoco era real.
- Tienes razón, Luka, tenemos que encontrar un modo de salir de aquí. Vamos a pensar en algo para despertarnos.
De repente el gyojin, sin previo aviso, se situó a la espalda del semigigante y trató de asustarle con un sonoro: "¡bu!".
Si, como era de esperar, aquello no tenía efecto, Marc crearía un pequeño trozo de queso en el que mezclaría los aromas de todos los quesos pestilentes existentes, tratando de que el nauseabundo olor fuera lo suficientemente desagradable como para despertar a ambos, aún a costa de arriesgarse a hacerles vomitar.
Si aquello tampoco funcionaba, el grandullón propondría a su compañero que cada uno asestase al otro al mismo tiempo un fuerte puñetazo en la mejilla, aunque no con tanta fuerza que pudiese resultar peligroso para la integridad física de ninguno. Tal vez, como último recurso, aquello fuese efectivo. Y, si no lo era, por el momento Marc no tenía más ideas, así que no quedaría más remedio que esperar en aquel onírico paraje un poco más.
- Resumen (edito para ponerlo, que se me había olvidado):
- - Comerme el bocadillo de ballena y disfrutarlo al máximo.
- Darme cuenta de que todo es un sueño, aunque por suerte mejor que el de Resines.
- Ideas para despertarnos.
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El pirata continuó avanzando junto a su compañera hasta dar con el origen de aquellas voces. Parecían ser un hombre de elevada estatura y andróginos atributos junto a alguien bastante más bajito y forzudo. El primero parecía emplear un arco como arma, mientras que el segundo se encontraba bastante parapetado, llevando una armadura de aparentemente buena manufactura y algunas hachas. No tenían mucha pinta de piratas, todo hay que decirlo, ¿pero acaso la tenían ellos mismos?
Tal y como habían acordado antes de que empezara la prueba, Mura se deslizó entre las sombras para flanquear a la peculiar pareja sin ser vista. Si no esperaban que apareciera nadie más tendrían el factor sorpresa de su parte, aunque no tenía muy claro cuál debía ser el nivel de fuerza de aquellos dos. De hecho, decidió activar su mantra y centrarlo en ellos para tratar de salir de dudas. No esperaba que supusieran un desafío exagerado, de todos modos, pero siempre era mejor prevenir que curar. Como era de esperar, no tardaron en advertir la presencia del dragón, pero no importaba. Si se centraban en él Mura podría hacer mucho mejor su trabajo. Eran participantes de la competición, como es lógico, así que la opción de que fueran parte de ese "sistema de seguridad" del que había hablado Viktor parecía descartada, especialmente cuando le exigieron que soltase su bandera. El larguirucho le mantenía enfilado con su arco, preparado para utilizarle de diana al más mínimo movimiento, lo que en un principio dejaba bastante poco margen de acción. O lo habría hecho de ser otro.
─ ¿Dos contra uno? -Protestó, llevando las manos a la cintura, como si estuviera decepcionado, negando a continuación- Eso va a suponer una gran desventaja... Pero no para mí. Os aconsejo que seáis vosotros quienes dejéis la bandera... O las banderas, si es que habéis recolectado alguna, y os larguéis de aquí.
Los labios del azabache se tornaron en una sonrisa. Supuso que zafarse de la flecha no sería mucho problema, pero nada le impedía tomar la iniciativa y atacar antes de que le diera tiempo siquiera a destensar el arco. El de la armadura parecía bastante más resistente que su compañero, no solo por las protecciones, sino también por su físico, por lo que supuso que lo mejor sería quitarse de en medio al flacucho para lidiar mejor con él. Antes de que siquiera pudieran darle una respuesta, Berthil desapareció de su posición y apareció en un abrir y cerrar de ojos junto al alto, en el lateral contrario al de la mano que sujetaba la flecha, para que le fuera más difícil volver a apuntarle. Imbuyó el puño en haki de armadura y lanzó un veloz puñetazo a su rostro. Esperaba que su fuerza y su haki combinados fueran más que suficientes como para desestabilizarle y, al menos, hacer que se comiera el suelo.
─ Y esto es tan solo una advertencia -diría a continuación, adoptando una postura defensiva por si trataban de devolverle el golpe.
Tal y como habían acordado antes de que empezara la prueba, Mura se deslizó entre las sombras para flanquear a la peculiar pareja sin ser vista. Si no esperaban que apareciera nadie más tendrían el factor sorpresa de su parte, aunque no tenía muy claro cuál debía ser el nivel de fuerza de aquellos dos. De hecho, decidió activar su mantra y centrarlo en ellos para tratar de salir de dudas. No esperaba que supusieran un desafío exagerado, de todos modos, pero siempre era mejor prevenir que curar. Como era de esperar, no tardaron en advertir la presencia del dragón, pero no importaba. Si se centraban en él Mura podría hacer mucho mejor su trabajo. Eran participantes de la competición, como es lógico, así que la opción de que fueran parte de ese "sistema de seguridad" del que había hablado Viktor parecía descartada, especialmente cuando le exigieron que soltase su bandera. El larguirucho le mantenía enfilado con su arco, preparado para utilizarle de diana al más mínimo movimiento, lo que en un principio dejaba bastante poco margen de acción. O lo habría hecho de ser otro.
─ ¿Dos contra uno? -Protestó, llevando las manos a la cintura, como si estuviera decepcionado, negando a continuación- Eso va a suponer una gran desventaja... Pero no para mí. Os aconsejo que seáis vosotros quienes dejéis la bandera... O las banderas, si es que habéis recolectado alguna, y os larguéis de aquí.
Los labios del azabache se tornaron en una sonrisa. Supuso que zafarse de la flecha no sería mucho problema, pero nada le impedía tomar la iniciativa y atacar antes de que le diera tiempo siquiera a destensar el arco. El de la armadura parecía bastante más resistente que su compañero, no solo por las protecciones, sino también por su físico, por lo que supuso que lo mejor sería quitarse de en medio al flacucho para lidiar mejor con él. Antes de que siquiera pudieran darle una respuesta, Berthil desapareció de su posición y apareció en un abrir y cerrar de ojos junto al alto, en el lateral contrario al de la mano que sujetaba la flecha, para que le fuera más difícil volver a apuntarle. Imbuyó el puño en haki de armadura y lanzó un veloz puñetazo a su rostro. Esperaba que su fuerza y su haki combinados fueran más que suficientes como para desestabilizarle y, al menos, hacer que se comiera el suelo.
─ Y esto es tan solo una advertencia -diría a continuación, adoptando una postura defensiva por si trataban de devolverle el golpe.
- Resumen:
- Proponer a la comunidad del porrillo que sean ellos quien suelten su (o sus) banderas. Avanzar en un abrir y cerrar de ojos junto a Logolas para ponerme a su lado -alejandome de la zona donde se ha agrietado el techo- y lanzarle un puñetazo directo al rostro, como advertencia de lo que podría ocurrir. Tras eso mantener una postura defensiva por si deciden defenderse.
La mirada de Zane estaba puesta en un culo. Un ano que llevaba observándole desde que entró a aquella estancia. Podría ser, con diferencia, la mejor trasera que había visto en su vida y no estaba en posición de poder disfrutar de ella. Lo primero es que había gente en la sala, aunque eso le daba un poco igual. Lo segundo es que no tenía protección, aunque eso también le importaba poco. Lo tercero y último era que no tenía vaselina, y eso si era un gran inconveniente, pues no deseaba fisurarse el frenillo, al menos no otra vez. Dejando de lado sus pensamientos lascivos, agarró la petaca que le ofreció Dexter, alzándola y bebiendo tras brindar con él junto a Therax.
El emperador estaba preocupado por la situación del mundo. Legim había sido capturado, y se escuchaban rumores de la derrota de Mihasy, el yonkou más veterano de entre los que había. Si eso era verdad no solo estaba en peligro el futuro de la piratería, sino también el statu quo de los tres poderes que llevaban años manteniendo la balanza entre el gobierno mundial y los piratas.
-Estoy de acuerdo contigo –añadió Zane, cruzándose de brazos y suspirando con cierto desasosiego-. A mí me también huele raro que Viktor sea quien tenga el bastón de mando en la elección del próximo yonkou, además de que es sospechoso. ¿Desde cuándo a alguien del bajo mundo le interesa lo que ocurre en la superficie? No sé. Siempre he pensado que le elección de los cuatro emperadores se hacía de forma natural. Los cuatro más fuertes, ya sea por tener una gran flota o un gran poder individual, son los que por sus propios métodos deben ocupar un puesto frente a la corona que dejó el anterior rey -El pelirrojo volvió a dar un buen sorbo de la petaca-. Y viendo lo que he visto en Jaya y aquí, podría decirse que a excepción de ti y algunos de tu banda, como Berthil, no hay mucho nivel. Podría decirse que estoy entre los más fuertes.
Después de esa última frase, el pelirrojo no pudo evitar soltar una fuerte risotada. La verdad era que con su mantra intentó sentir cuantas personas eran más fuertes que él en la isla, y que solo media docena le igualaban o superaban en poder. Podría decirse que la gente citada para el evento no era tan fuerte como para ostentar un título como el de yonkou, una persona capaz de poner en jaque al gobierno mundial por sí solo. Esa reflexión llevó a Zane a querer proponerle algo a Dexter, ¿pero sería lo correcto?
-Dexter –dijo el pirata, clavando su mirada en el capitán de los blues-. Aliémonos. Sé que alguien de tu estatus no necesita de un pirata como yo, pues apenas acabo de ascender en la liga de los mayores y hasta hace nada era un novato más. Sin embargo, para que otro pirata gane este concurso y opte a quedarse con el trono que ha dejado Legim… ¡qué demonios! Prefiero ganar este juego de locos y quedármelo yo, o al menos tener las papeletas suficientes como para ello. A cambio tendrás un aliado para el futuro. ¿Qué me dices?
El emperador estaba preocupado por la situación del mundo. Legim había sido capturado, y se escuchaban rumores de la derrota de Mihasy, el yonkou más veterano de entre los que había. Si eso era verdad no solo estaba en peligro el futuro de la piratería, sino también el statu quo de los tres poderes que llevaban años manteniendo la balanza entre el gobierno mundial y los piratas.
-Estoy de acuerdo contigo –añadió Zane, cruzándose de brazos y suspirando con cierto desasosiego-. A mí me también huele raro que Viktor sea quien tenga el bastón de mando en la elección del próximo yonkou, además de que es sospechoso. ¿Desde cuándo a alguien del bajo mundo le interesa lo que ocurre en la superficie? No sé. Siempre he pensado que le elección de los cuatro emperadores se hacía de forma natural. Los cuatro más fuertes, ya sea por tener una gran flota o un gran poder individual, son los que por sus propios métodos deben ocupar un puesto frente a la corona que dejó el anterior rey -El pelirrojo volvió a dar un buen sorbo de la petaca-. Y viendo lo que he visto en Jaya y aquí, podría decirse que a excepción de ti y algunos de tu banda, como Berthil, no hay mucho nivel. Podría decirse que estoy entre los más fuertes.
Después de esa última frase, el pelirrojo no pudo evitar soltar una fuerte risotada. La verdad era que con su mantra intentó sentir cuantas personas eran más fuertes que él en la isla, y que solo media docena le igualaban o superaban en poder. Podría decirse que la gente citada para el evento no era tan fuerte como para ostentar un título como el de yonkou, una persona capaz de poner en jaque al gobierno mundial por sí solo. Esa reflexión llevó a Zane a querer proponerle algo a Dexter, ¿pero sería lo correcto?
-Dexter –dijo el pirata, clavando su mirada en el capitán de los blues-. Aliémonos. Sé que alguien de tu estatus no necesita de un pirata como yo, pues apenas acabo de ascender en la liga de los mayores y hasta hace nada era un novato más. Sin embargo, para que otro pirata gane este concurso y opte a quedarse con el trono que ha dejado Legim… ¡qué demonios! Prefiero ganar este juego de locos y quedármelo yo, o al menos tener las papeletas suficientes como para ello. A cambio tendrás un aliado para el futuro. ¿Qué me dices?
- Resumen:
- Hablar con Dexter y proponerle una alianza para ganar.
PD: Por privado Dexter me dijo que pensaba hacer su personaje porque está ocupadete para postear.
William White
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Mientras yo me acercaba a la puerta de tierra el tal Syxel se dirigió a la puerta de fuego, probablemente con un plan en mente. Entre tanto el semigigante seguía farfullando cosas, a la vez que se daba un sultil masaje en las piernas, el impacto puede que le hubiera resultado doloroso.
No fue hasta al aproximarme a la entrada cuando me percaté de la placa a presión que había en el puente de entrada a la misma. Esta abría la puerta lentamente, por lo que daba un margen de tiempo bastante amplio antes de cerrarse, ¿O al menos esa era la impresión que causaba? Fuera como fuera, en la sala había ¿Tres personas? Un hombre, un gyojin y un semigigante dormidos bajo un árbol ¿Acaso aquello era un chiste? Ciertamente no tenía pinta, activando el mantra trate de discernir si eran presencias o por contrario era algún tipo de treta, ya que desde luego aquella no era la estampa esperable en aquel tipo de pruebas ¿Habrían sido noqueadas? Realmente desde la distancia no lo parecía, aunque tampoco lo juraría.
Al girarme vi que uno de los aliados había conseguido abrir la puerta, la cual parecía regirse por el mismo mecanismo que la mía. Su lado por el contrario parecía la recreación de otro bioma natural, en este caso un volcán, calor, ríos de lava todo al igual que en el desierto. ¿Cuánto costaría emular uno de esos entornos?
-¿Oye por qué no miras, el bioma de viento?- pregunté a mi compañero a ver si así podíamos discernir alguno de los tres caminos, aunque el de tierra a priori pudiera parecer el más amigable de los tres.
Una vez que hubiera sido desvelado el tercer camino, preguntaría a mis compañeros para intentar escoger el mejor de las posibles rutas:
-El camino de tierra parece la elección más obvia, pero no hay que despreciar el otro camino de fuego, si a otros grupos se les a planteado esta misma cuestión es posible que hayan descartado la idea de seguir ese camino, es decir veo menos probable encontrar enfrentamientos por ese lado que por este- dije en un tono moderado, a la vez que finalizaba señalando a los tres sujetos -Aunque ciertamente esta ruta nos garantiza ganar más banderas, o perderlas- finalicé mirando primero a la pareja de aliados y posteriormente a mi compañero.
Tan solo deseaba que la decisión fuera unánime.
No fue hasta al aproximarme a la entrada cuando me percaté de la placa a presión que había en el puente de entrada a la misma. Esta abría la puerta lentamente, por lo que daba un margen de tiempo bastante amplio antes de cerrarse, ¿O al menos esa era la impresión que causaba? Fuera como fuera, en la sala había ¿Tres personas? Un hombre, un gyojin y un semigigante dormidos bajo un árbol ¿Acaso aquello era un chiste? Ciertamente no tenía pinta, activando el mantra trate de discernir si eran presencias o por contrario era algún tipo de treta, ya que desde luego aquella no era la estampa esperable en aquel tipo de pruebas ¿Habrían sido noqueadas? Realmente desde la distancia no lo parecía, aunque tampoco lo juraría.
Al girarme vi que uno de los aliados había conseguido abrir la puerta, la cual parecía regirse por el mismo mecanismo que la mía. Su lado por el contrario parecía la recreación de otro bioma natural, en este caso un volcán, calor, ríos de lava todo al igual que en el desierto. ¿Cuánto costaría emular uno de esos entornos?
-¿Oye por qué no miras, el bioma de viento?- pregunté a mi compañero a ver si así podíamos discernir alguno de los tres caminos, aunque el de tierra a priori pudiera parecer el más amigable de los tres.
Una vez que hubiera sido desvelado el tercer camino, preguntaría a mis compañeros para intentar escoger el mejor de las posibles rutas:
-El camino de tierra parece la elección más obvia, pero no hay que despreciar el otro camino de fuego, si a otros grupos se les a planteado esta misma cuestión es posible que hayan descartado la idea de seguir ese camino, es decir veo menos probable encontrar enfrentamientos por ese lado que por este- dije en un tono moderado, a la vez que finalizaba señalando a los tres sujetos -Aunque ciertamente esta ruta nos garantiza ganar más banderas, o perderlas- finalicé mirando primero a la pareja de aliados y posteriormente a mi compañero.
Tan solo deseaba que la decisión fuera unánime.
- resumen:
- Pensar-mandar al bragas a ver la puerta de viento- dialogar- esperar decisión de grupo
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Arribor se abrió paso a través del caos de hormigón, tuberías y llamas. Luchaba por distinguir lo que estaba arriba de lo que estaba abajo mientras el mundo se derrumbaba. El estruendo era sobrecogedor, como un terremoto sacudiéndole la cabeza. Rocas del tamaño de elefantes caían desde el destrozado techo del vertedero, dejando entrever un nivel por encima. Los escombros caían a la piscina de basura, haciendo que la baba negra salpicase y se elevase en forma de surtidores venenosos, mientras que la plataforma y el puente de tuberías se venían abajo. Uno de los conductos que vomitaba líquido negro quedó agujereado cuando un trozo del techo lo atravesó. La baba negra se extendió por doquier como un aspersor, empapando los pedazos de piedra que se desprendían desde arriba.
Alcanzó a ver a Negro en los últimos segundos de su vida, hundiéndose en la piscina corrosiva. ¿Se habría muerto de una vez? Bien, más le valía que así fuera. Aunque se quedó con las ganas de saber cuál era su poder. Sin embargo, había otro asunto más importante. Tuvo que concentrarse y usar el haki para dar con la presencia de Blanco. Su intención era agarrarlo por el cuello con un par de cadenas de sangre y arrastrarlo consigo hasta... lo que hubiera allí arriba. El piso superior no sería peor que del que venía.
En realidad no era su problema lo que pasase con él. Si se moría, pues muerto estaría, pero cabía la posibilidad de que él llevase la bandera de su equipo. Habría sido una faena que Negro la llevase, pues eso haría imposible recuperarla. Con suerte, el débil de la pareja sería quien la guardase. Al fin y al cabo, alguna función tenía que tener. Registraría a ese tipo, cogería la bandera, y luego lo echaría hacia las tuberías. Que se buscase la vida.
Arribor hizo volar su pequeño rombo de sangre a través del gran agujero abierto sobre su cabeza, con el brazo aún resintiéndose de la sacudida del último choque. Podría ser que allí hubiese alguien; o eso, o simplemente se había derrumbado al azar. Dejó que su mente se abriera a la percepción de la presencia de otros competidores, y lanzó un grito de guerra para hacer una entrada triunfal y contentar a su vena dramática. Como no sabía qué habría provocado las explosiones, lanzó varios golpes al aire para disipar cualquier obstáculo. Si daba con alguien ahí arriba, le robaría la bandera y seguiría su camino. Siempre arriba.
- Resumen:
- Esquivar pedruscos - Intentar coger a Blanco, registrarle por si tiene una bandera, cogerla si es así, y luego tirarlo por ahí - Subir al piso superior, abriéndose paso a base de ondas de choque (por si hay fuego o cosas nachis) y buscando el aura de alguien
Maze
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No pudo evitar dibujar una mueca ante el comentario del chico. "¿Cómo puede ser tan prepotente?" Se preguntó a sí misma, poniendo los ojos en blanco, teniendo que aguantar el impulso de resoplar y chocar la palma de su mano contra su rostro para expresar su exasperación. Tenía que mantenerse oculta un poco más y el causar un sonido similar a una palmada no era forma de hacerlo. Al final, acabó por soltar un largo suspiro, recorriendo con una mano el cuero cabelludo, antes de agazaparse con el cuerpo situado de la misma forma que haría un depredador que vigila su presa, igual que un puma. Por el otro lado, Kouga debía de estar manteniéndose en la misma posición. Sin embargo, ninguno de los dos se moverían, no aún.
"Sabes que si no les das tiempo para contestar no tiene sentido que les ofrezcas rendirse, ¿verdad?" Dijo para sí misma la chica, notando la presión del aire de la sala, justo cuando su compañero se lanzaba contra ello. "Creo que se lo comentaré para la próxima..." Añadió, en su cabeza justo después de indicarle al puma mentalmente que se preparase. Ella no podía salir de donde se encontraba ni atacar si quería mantenerse inadvertida, pero Kouga tenía su presencia propia y podría ayudar al estúpido del lagarto. No sabían de que eran capaces los contrarios, aunque a simple vista... "Viendo sus armas y que están aquí, tal vez sepan sobre el Haki y puedan usarlo. De ser así... Seguramente el enano fuera un problema para mí, pero podría esquivar las flechas con relativa soltura." Pensaba planeando como unirse al combate. De momento dejaría que Aka se llevara todos los golpes, de acabar en una situación comprometida, Kouga se abalanzaría por el que se encontrase más hacía la izquierda, distrayéndoles. "Sí crees poder desestabilizares aunque el idiota no esté en peligro, lánzate". Le espeto al puma. Ella sería la última en entrar a escena, tratando de tomar la bandera antes de que pudieran defenderse y luego noquearles, o dejarles atados. En principio, no intentaría matar si no se ponían tontos.
Con todo decidido, solo le quedó estar atenta, con su mantra aún activado y comenzando a cubrir su cuerpo con la energía de su haki de armadura. Desequilibrándose por un instante debido al estruendo que fue acompañado por un temblor generalizado. "¿¡Pero qué!?" Contuvo un grito. "Más sitios a punto de desmoronarse no, por favor". Hizo un puchero recordando el barco de antes, donde estuvo a punto de ahogarse en la fase previa. -Aka, acabemos rápido y salgamos de aquí.- *Dijo por su comunicador, en un tono bajo.
"Sabes que si no les das tiempo para contestar no tiene sentido que les ofrezcas rendirse, ¿verdad?" Dijo para sí misma la chica, notando la presión del aire de la sala, justo cuando su compañero se lanzaba contra ello. "Creo que se lo comentaré para la próxima..." Añadió, en su cabeza justo después de indicarle al puma mentalmente que se preparase. Ella no podía salir de donde se encontraba ni atacar si quería mantenerse inadvertida, pero Kouga tenía su presencia propia y podría ayudar al estúpido del lagarto. No sabían de que eran capaces los contrarios, aunque a simple vista... "Viendo sus armas y que están aquí, tal vez sepan sobre el Haki y puedan usarlo. De ser así... Seguramente el enano fuera un problema para mí, pero podría esquivar las flechas con relativa soltura." Pensaba planeando como unirse al combate. De momento dejaría que Aka se llevara todos los golpes, de acabar en una situación comprometida, Kouga se abalanzaría por el que se encontrase más hacía la izquierda, distrayéndoles. "Sí crees poder desestabilizares aunque el idiota no esté en peligro, lánzate". Le espeto al puma. Ella sería la última en entrar a escena, tratando de tomar la bandera antes de que pudieran defenderse y luego noquearles, o dejarles atados. En principio, no intentaría matar si no se ponían tontos.
Con todo decidido, solo le quedó estar atenta, con su mantra aún activado y comenzando a cubrir su cuerpo con la energía de su haki de armadura. Desequilibrándose por un instante debido al estruendo que fue acompañado por un temblor generalizado. "¿¡Pero qué!?" Contuvo un grito. "Más sitios a punto de desmoronarse no, por favor". Hizo un puchero recordando el barco de antes, donde estuvo a punto de ahogarse en la fase previa. -Aka, acabemos rápido y salgamos de aquí.- *Dijo por su comunicador, en un tono bajo.
- resumen:
- Observar la situación, poniendo los ojos en blanco ante el comentario del lagarto estúpido. Plantearse una estrategia que poner en uso según que sucediese con la iniciativa del dragón: si le sale bien salir de su escondite corriendo y tratar de coger la bandera de esos dos, si se defendían bien, indicar a Kouga que se lanzase contra ellos para desestabilizares y hacer lo mismo. Y que hiciera lo mismo en caso de que Aka terminase en problemas. Mura saldrá solo si hay alguna apertura o peligro estando ahí. Notar que el suelo tiembla y ponerse nerviosa al recordar el barco de la otra vez.
Dharkel Asrai Nymraif
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Suspiré con cierta frustración al ver que mi teoría sobre los elementos fallaba. ¿Se me habría pasado algo por alto? Tras volver a revisar una vez más la puerta finalmente me di por vencido. ¿Realmente merecía la pena? Miré al techo, cuestionándome si estábamos en un callejón sin salida, si todo se trataba de una trampa para detener a grandes y medianas personalidades de la piratería. ¿Estaría el Gobierno Mundial moviendo los hilos? De repente, al avanzar un par de pasos noté cómo el suelo se hundía ligeramente a mis pies. ¿Una placa de presión? Cerré los ojos ante un inminente derrumbe, pero en su lugar, una ola de calor me golpeó. Me tapé instintivamente la cara con el brazo y giré sobre mis talones para contemplar cómo la puerta se abría lentamente dejando ver el mismo infierno sobre la tierra. De ninguna de las formas me internaría en aquella sala. Al moverme para volver junto al resto, observé cómo la placa de presión volvía a su estado original, cerrando la puerta nuevamente. ¿Habría otra al otro lado? De no ser así podríamos quedarnos encerrados. Aunque ya lo estábamos.
Para mi sorpresa, Arduin y compañía habían sido capaces de abrirla, dejando ver un idílico paisaje y… a dos de nuestros aliados durmiendo plácidamente con un tercero a la sombra de un árbol. Negué con la cabeza, decepcionado por su imprudencia. ¿Acaso pensarían que se trataba de un juego? ¿Tendrían planeado algo que les permitiese tomarse un descanso? ¿O simplemente estaban esperando a que los Jigoku no Kaizoku hiciésemos todo el trabajo? No podía tolerar tal falta de responsabilidad.
- Si ya hay personas ahí, es que es el camino equivocado. Es como os encontramos – dije en respuesta a Arduin haciendo referencia a la sala de las dunas -. Tengo asuntos pendientes con esos dos. Dejad que la puerta se cierre, no vais a querer ver esto – comenté seriamente una vez me interné en la sala terrestre -. Si no he llamado en un par minutos para que abráis, venid a buscarme – puntualicé mirando al semigigante.
Encaminé mis pasos hacia el trío, con precaución. A fin de cuentas, podría tratarse de una trampa para pillar a incautos desprevenidos. ¿Quién sería el tercero? Una vez estuve junto a ellos les observé, buscando su bandera, si es que no la habían perdido ya. Si conseguía hacerme con ella, quizás así aprenderían a no echarse siestas en un territorio hostil. Tampoco podía desaprovechar aquella oportunidad, por lo que con delicadeza y lentamente comencé a rebuscar entre las pertenencias de ambos aliados, sin molestar al tercero. A ellos podría tratar de convencerles con algún tipo de argumento sin fundamento, pues tenía práctica en tales engaños, pero con el tercero no tenía ningún tipo de relación.
Hubiese conseguido la bandera o no, hubiese conseguido apropiarme de algo o no, volví hacia la sala de puentes* y me dirigí hacia Balagus:
- Tienes vía libre para despertarles, pero deja al otro en paz. No podemos correr riesgos y ya hemos perdido demasiado tiempo.
Para mi sorpresa, Arduin y compañía habían sido capaces de abrirla, dejando ver un idílico paisaje y… a dos de nuestros aliados durmiendo plácidamente con un tercero a la sombra de un árbol. Negué con la cabeza, decepcionado por su imprudencia. ¿Acaso pensarían que se trataba de un juego? ¿Tendrían planeado algo que les permitiese tomarse un descanso? ¿O simplemente estaban esperando a que los Jigoku no Kaizoku hiciésemos todo el trabajo? No podía tolerar tal falta de responsabilidad.
- Si ya hay personas ahí, es que es el camino equivocado. Es como os encontramos – dije en respuesta a Arduin haciendo referencia a la sala de las dunas -. Tengo asuntos pendientes con esos dos. Dejad que la puerta se cierre, no vais a querer ver esto – comenté seriamente una vez me interné en la sala terrestre -. Si no he llamado en un par minutos para que abráis, venid a buscarme – puntualicé mirando al semigigante.
Encaminé mis pasos hacia el trío, con precaución. A fin de cuentas, podría tratarse de una trampa para pillar a incautos desprevenidos. ¿Quién sería el tercero? Una vez estuve junto a ellos les observé, buscando su bandera, si es que no la habían perdido ya. Si conseguía hacerme con ella, quizás así aprenderían a no echarse siestas en un territorio hostil. Tampoco podía desaprovechar aquella oportunidad, por lo que con delicadeza y lentamente comencé a rebuscar entre las pertenencias de ambos aliados, sin molestar al tercero. A ellos podría tratar de convencerles con algún tipo de argumento sin fundamento, pues tenía práctica en tales engaños, pero con el tercero no tenía ningún tipo de relación.
Hubiese conseguido la bandera o no, hubiese conseguido apropiarme de algo o no, volví hacia la sala de puentes* y me dirigí hacia Balagus:
- Tienes vía libre para despertarles, pero deja al otro en paz. No podemos correr riesgos y ya hemos perdido demasiado tiempo.
- Resumen:
- *Si es que no me he quedado allí encerrado, o soñando, que se han dado casos.
-Internarme en la sala terrestre.
-Intentar agenciarme la bandera de Luka y Marc.
-Rebuscar entre las pertenencias de Luka y Marc (de tenerlas) para intentar agenciarme algo. Al NPC le dejo tranquilito.
-Si no ha habido ningún contratiempo, sugerirle a Balagus que despierte a Luka y Marc.
Therax dio un largo trago de la bebida del yonkou, esperado que alguien de su renombre y posición no usase trucos como aquél para envenenar a quien considerase una amenaza. Amenaza... ¿Llegaban ellos a acercarse a ese concepto siquiera? ¿Realmente pensaría que debía tener un ojo puesto en sus acciones, que podrían hacer peligrar de algún modo su estatus? Lo dudaba mucho y, por otro lado, los tenía al alcance de la mano. De querer acabar con ellos podría hacerlo sin mayores problemas.
Tragó. No veía con buenos ojos la idea de rechazar el ofrecimiento de aquel hombre. Para su sorpresa, un gusto sorprendentemente agradable acarició sus papilas gustativas. Aquello no era muy común. Las bebidas que le gustaban se podían contar con los dedos de una mano y, por un instante, se planteó preguntarle al moreno qué era. No obstante, optó por callar. No era el momento para hablar de un asunto tan nimio como ése y el anfitrión había comenzado su discurso. «Capaz de ser ron barato», se dijo, convenciéndose de que era mejor no preguntar.
"Preocupado" tal vez fuese una buena palabra para definir cómo veía Dexter el estado del mundo en aquellos momentos, y razón no le faltaba. Con Legim fuera y todo apuntando a que Mihasy había caído, el destino de los piratas parecía encontrarse sobre la cuerda floja. Mientras el espadachín interpretaba a su manera la información que salía de la boca del yonkou, el pelirrojo tomó la palabra.
Therax acababa de dar un nuevo sorbo cuando Zane cerró la boca. Tragó como pudo y tosió. «¿Pero qué coño?», pensó. ¿De dónde demonios se había sacado aquello? ¿Lo había pensado antes o se le acababa de ocurrir? Y lo más importante, ¿cómo se tomaría Dexter que un mero aspirante le propusiese aliarse con él para alcanzar una posición similar a la suya?
Sin decir nada, el rubio recuperó la compostura como pudo y se dispuso a hablar, haciendo como si el comentario de su capitán fuese tan normal como cualquier otro:
-Yo creo que hay algo positivo en que Viktor intente ser quien coloque al próximo yonkou aunque no lo consiga -comentó-. No es fácil reunir a tantos piratas en un lugar concreto, y en condiciones normales cualquier contacto entre todos los que estamos aquí sería difícil, por no decir casi imposible. Personalmente, no pienso aceptar ninguna imposición por parte de ese tipo -añadió, siendo consciente de la incongruencia que representaba que Zane llevase una bandera escondida-. Sin embargo, creo que eso no tiene por qué significar que todo lo que suceda en esta isla deba ser olvidado o ignorado. Dudo mucho que la mayoría de los que están aquí acepten su palabra sin más -observó, preguntándose si alguien estaría observando o escuchando a través de algún ano-, pero con toda seguridad lo que ocurra aquí llegará a muchos oídos... Y debe quedar claro los piratas tienen capacidad para plantar cara a lo que sea.
Su fuerte no eran las palabras, pero creía haber expresado adecuadamente lo que pretendía. Si Zane aspiraba a convertirse en yonkou, él daría todo lo que estuviese en su mano por llevarlo hasta allí.
Tragó. No veía con buenos ojos la idea de rechazar el ofrecimiento de aquel hombre. Para su sorpresa, un gusto sorprendentemente agradable acarició sus papilas gustativas. Aquello no era muy común. Las bebidas que le gustaban se podían contar con los dedos de una mano y, por un instante, se planteó preguntarle al moreno qué era. No obstante, optó por callar. No era el momento para hablar de un asunto tan nimio como ése y el anfitrión había comenzado su discurso. «Capaz de ser ron barato», se dijo, convenciéndose de que era mejor no preguntar.
"Preocupado" tal vez fuese una buena palabra para definir cómo veía Dexter el estado del mundo en aquellos momentos, y razón no le faltaba. Con Legim fuera y todo apuntando a que Mihasy había caído, el destino de los piratas parecía encontrarse sobre la cuerda floja. Mientras el espadachín interpretaba a su manera la información que salía de la boca del yonkou, el pelirrojo tomó la palabra.
Therax acababa de dar un nuevo sorbo cuando Zane cerró la boca. Tragó como pudo y tosió. «¿Pero qué coño?», pensó. ¿De dónde demonios se había sacado aquello? ¿Lo había pensado antes o se le acababa de ocurrir? Y lo más importante, ¿cómo se tomaría Dexter que un mero aspirante le propusiese aliarse con él para alcanzar una posición similar a la suya?
Sin decir nada, el rubio recuperó la compostura como pudo y se dispuso a hablar, haciendo como si el comentario de su capitán fuese tan normal como cualquier otro:
-Yo creo que hay algo positivo en que Viktor intente ser quien coloque al próximo yonkou aunque no lo consiga -comentó-. No es fácil reunir a tantos piratas en un lugar concreto, y en condiciones normales cualquier contacto entre todos los que estamos aquí sería difícil, por no decir casi imposible. Personalmente, no pienso aceptar ninguna imposición por parte de ese tipo -añadió, siendo consciente de la incongruencia que representaba que Zane llevase una bandera escondida-. Sin embargo, creo que eso no tiene por qué significar que todo lo que suceda en esta isla deba ser olvidado o ignorado. Dudo mucho que la mayoría de los que están aquí acepten su palabra sin más -observó, preguntándose si alguien estaría observando o escuchando a través de algún ano-, pero con toda seguridad lo que ocurra aquí llegará a muchos oídos... Y debe quedar claro los piratas tienen capacidad para plantar cara a lo que sea.
Su fuerte no eran las palabras, pero creía haber expresado adecuadamente lo que pretendía. Si Zane aspiraba a convertirse en yonkou, él daría todo lo que estuviese en su mano por llevarlo hasta allí.
- Resumen:
- Sorprenderme por la proposición de Zane. Comentar la situación, diciendo que hay que demostrar que los piratas no "están acabados" y mostrando mi apoyo a la pretensión de Zane.
Ivan Markov
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Pronto la sala se convirtió en un auténtico caos. Zarandeado de un lado a otro por las ondas expansivas de las bombas y totalmente desorientado, se centró únicamente en seguir ascendiendo. Los impactos eran dolorosos, pero había sufrido heridas mucho peores, sobreponiéndose se centró en intentar orientarse de nuevo. Percibió una voz apagándose bajo él, la más débil. ¿El tipo de pelo azul? Mierda, no habían recobrado su bandera... y para colmo ahora Deathstroke seguramente se cabrearía de verdad. Frunció el ceño al ver la reja y se llevó la mano a la katana. Un rápido movimiento continuado por un destello metálico y un fragmento de esta suficiente para pasar saltó en cachitos.
- Mierda...
Bajo él un enorme infierno de llamas ascendía rápidamente. Si no hacía algo para evitarlo acabaría convertido en vampiro a la parrilla, y aunque a menos que se convirtiera en cenizas no lo mataría, el Ju Senshi sí lo haría. Rápidamente voló hasta la pared y se puso contra esta, haciéndose un ovillo envuelto en el Manto de Sombras, que recobró su forma de capa. Notó un inmenso calor al otro lado del tejido durante un momento, que rápidamente se desvaneció. Menos mal que la capa era ignífuga, o se hubiese visto en auténticos apuros. Se deslió el tejido de su alrededor y se levantó, mientras esta volvía adoptar aspecto de gabardina. Y ahora tocaba ese maravilloso momento en que le tocaba lidiar con un tipo muy fuerte y muy cabreado... ¿dónde diablos estaría Syxel?
- No hay tiempo...
Inmediatamente recogió su katana, que se le había caído cuando se hizo un ovillo, y se dirigió a la puerta intentando abrirla. Si estaba cerrada trataría de cortarla por la mitad con la katana de kairoseki. Sinceramente no tenía claro cómo iba a salir entero de aquella situación, y le estaba destrozando por dentro la idea de huir. ¿Es que no había cambiado nada? ¿No se había hecho promesas? ¿Iba a romperlas y huir a la primera situación de peligro? Su mano se paró sobre el pomo y la apartó lentamente. Suspiró y se giró con una mirada desafiante, centrando su haki de observación en el pirata. Una ligera sonrisa se formó en su rostro, mientras apoyaba la espada al hombro.
- ¿Y bien, qué toca ahora? ¿Una muerte lenta o rápida? ¿O serás lo bastante sensato para entender que tu compañero sabía lo que se jugaba cuando decidió participar?
Entonces un pensamiento rondó su mente. Espera... había muerto, pero, ¿seguiría su cadáver entero? De ser el caso... aún podía arreglar aquella situación.
- Si estás dispuesto a escucharme, tal vez podamos hacer un trato. Si me traes su cadáver, puedo traer de vuelta tu compañero a cambio de tu bandera.
"Si es que queda algo de él..." pensó, pero esto no lo dijo en voz alta. Si sus peores temores se confirmaban... bueno, sólo quedaría luchar por su vida. Tal vez entre Syxel y él podrían retrasar lo inevitable lo suficiente como para que llegase ayuda.
- Mierda...
Bajo él un enorme infierno de llamas ascendía rápidamente. Si no hacía algo para evitarlo acabaría convertido en vampiro a la parrilla, y aunque a menos que se convirtiera en cenizas no lo mataría, el Ju Senshi sí lo haría. Rápidamente voló hasta la pared y se puso contra esta, haciéndose un ovillo envuelto en el Manto de Sombras, que recobró su forma de capa. Notó un inmenso calor al otro lado del tejido durante un momento, que rápidamente se desvaneció. Menos mal que la capa era ignífuga, o se hubiese visto en auténticos apuros. Se deslió el tejido de su alrededor y se levantó, mientras esta volvía adoptar aspecto de gabardina. Y ahora tocaba ese maravilloso momento en que le tocaba lidiar con un tipo muy fuerte y muy cabreado... ¿dónde diablos estaría Syxel?
- No hay tiempo...
Inmediatamente recogió su katana, que se le había caído cuando se hizo un ovillo, y se dirigió a la puerta intentando abrirla. Si estaba cerrada trataría de cortarla por la mitad con la katana de kairoseki. Sinceramente no tenía claro cómo iba a salir entero de aquella situación, y le estaba destrozando por dentro la idea de huir. ¿Es que no había cambiado nada? ¿No se había hecho promesas? ¿Iba a romperlas y huir a la primera situación de peligro? Su mano se paró sobre el pomo y la apartó lentamente. Suspiró y se giró con una mirada desafiante, centrando su haki de observación en el pirata. Una ligera sonrisa se formó en su rostro, mientras apoyaba la espada al hombro.
- ¿Y bien, qué toca ahora? ¿Una muerte lenta o rápida? ¿O serás lo bastante sensato para entender que tu compañero sabía lo que se jugaba cuando decidió participar?
Entonces un pensamiento rondó su mente. Espera... había muerto, pero, ¿seguiría su cadáver entero? De ser el caso... aún podía arreglar aquella situación.
- Si estás dispuesto a escucharme, tal vez podamos hacer un trato. Si me traes su cadáver, puedo traer de vuelta tu compañero a cambio de tu bandera.
"Si es que queda algo de él..." pensó, pero esto no lo dijo en voz alta. Si sus peores temores se confirmaban... bueno, sólo quedaría luchar por su vida. Tal vez entre Syxel y él podrían retrasar lo inevitable lo suficiente como para que llegase ayuda.
- resumen:
- Salgo por piernas y corto la reja para pasar, me cubro del fuego con mi Manto de Sombras y le propongo un trato a Deathstroke.
Deathstroke
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La onda expansiva de fuego que había provocado el tipo al que había intentado golpear había impactado de lleno en mí armadura, cegando mi visión por un momento y calentándola bastante, lo que me provocó alguna quemadura en la parte delantera del cuerpo, cosa que rápidamente solucioné curándome con el poder de la akuma. Esto había hecho que perdiese por un momento la concentración de mi mantra. Tras la explosión noté como el suelo se rompió bajo mis pies, por lo que comencé a ascender volando como lo había ido haciendo en la etapa anterior de las pruebas en la isla de Jaya.
Esto, fue sin duda un error, no me había dado de Barbazul hasta que me percaté de que su presencia comenzó a desvanecerse poco a poco. Fui a darme la vuelta, sin embargo, una enorme bola de fuego ascendía hacia mí, me mantuve en mi posición y haciendo uso del control de viento comencé a crear una corriente de viento para redirigir el fuego que ascendía. Con este viento comencé a crear una especie de remolino, quedando yo en el centro de este y haciendo que el fuego pasase por el borde de remolino, evitando las llamas, aunque no la temperatura, la cual hizo que comenzase a sudar bastante dentro de la armadura. La intención de esto, a parte de salvarme a mí y a Legim, era dirigirlas hacia el gemelo que se había ido volando.
El gemelo me miró desde una posición más elevada, aquello no me molestó en absoluto, lo que sí lo hizo fue su comentario, lo que había pasado y que hubiese sobrevivido, a simple vista, sin complicaciones, sin duda parecía haberle subido la moral enormemente. Sin embargo, el que me llamase insensato y me culpase por la muerte de Barbazul.
-¿Sensato?, ¿lo dice alguien que a ayudado a provocar esto?, estas siendo demasiado arrogante y me temo que ya no voy a pasarlo por alto. – En ese momento dijo algo de resucitar a mi compañero perdido, miré hacia el lugar en el que debía estar el cuerpo de Barbazul. – Claro, resucitar a un muerto. - dije en tono irónico, no porque no se pudiese hacer, sino por lo que había parecido aquello. – Primero, me hablas con aires de superioridad, segundo, me pides sensatez cuando el otro tipo ha destruido toda la sala, y ahora, pretendes hacer un trato conmigo en el que te entregue la bandera para resucitar a mi compañero. Chico, has cometido tu tercer strike.
Era hora de enseñarle a los jóvenes que debían de tener cuidado con quien trataban, y lo que era más importante, respeto a estos. Pasé a mi forma híbrida y desenfundé uno de los filos de Aeglos, concentré mis fuerzas en las alas y en la mano izquierda, que no portaba el arma, luego di un poderoso impulso para acercarme todo lo que pude a mi oponente, usando para ello un incremente de velocidad que me dejaba bastante exhausto tras usarlo. Una vez estuve cerca de este realicé un chasquido con la mano derecha, con este chasquido, produje una onda vibrante, apoyada por el haki del rey y por el viento, que se extendería unos cincuenta metros a mi alrededor, “a ver si escapas de esta” pensé al hacerlo.
Esto, fue sin duda un error, no me había dado de Barbazul hasta que me percaté de que su presencia comenzó a desvanecerse poco a poco. Fui a darme la vuelta, sin embargo, una enorme bola de fuego ascendía hacia mí, me mantuve en mi posición y haciendo uso del control de viento comencé a crear una corriente de viento para redirigir el fuego que ascendía. Con este viento comencé a crear una especie de remolino, quedando yo en el centro de este y haciendo que el fuego pasase por el borde de remolino, evitando las llamas, aunque no la temperatura, la cual hizo que comenzase a sudar bastante dentro de la armadura. La intención de esto, a parte de salvarme a mí y a Legim, era dirigirlas hacia el gemelo que se había ido volando.
El gemelo me miró desde una posición más elevada, aquello no me molestó en absoluto, lo que sí lo hizo fue su comentario, lo que había pasado y que hubiese sobrevivido, a simple vista, sin complicaciones, sin duda parecía haberle subido la moral enormemente. Sin embargo, el que me llamase insensato y me culpase por la muerte de Barbazul.
-¿Sensato?, ¿lo dice alguien que a ayudado a provocar esto?, estas siendo demasiado arrogante y me temo que ya no voy a pasarlo por alto. – En ese momento dijo algo de resucitar a mi compañero perdido, miré hacia el lugar en el que debía estar el cuerpo de Barbazul. – Claro, resucitar a un muerto. - dije en tono irónico, no porque no se pudiese hacer, sino por lo que había parecido aquello. – Primero, me hablas con aires de superioridad, segundo, me pides sensatez cuando el otro tipo ha destruido toda la sala, y ahora, pretendes hacer un trato conmigo en el que te entregue la bandera para resucitar a mi compañero. Chico, has cometido tu tercer strike.
Era hora de enseñarle a los jóvenes que debían de tener cuidado con quien trataban, y lo que era más importante, respeto a estos. Pasé a mi forma híbrida y desenfundé uno de los filos de Aeglos, concentré mis fuerzas en las alas y en la mano izquierda, que no portaba el arma, luego di un poderoso impulso para acercarme todo lo que pude a mi oponente, usando para ello un incremente de velocidad que me dejaba bastante exhausto tras usarlo. Una vez estuve cerca de este realicé un chasquido con la mano derecha, con este chasquido, produje una onda vibrante, apoyada por el haki del rey y por el viento, que se extendería unos cincuenta metros a mi alrededor, “a ver si escapas de esta” pensé al hacerlo.
- resumen:
- comerme los daños de la explosión de Syxel del post anterior, notar como muere Barbaazul, crear un remolino para evitar que Legim (mascota) y yo nos carbonicemos,
escuchar a Ivan, contestarle a este, volar hacia él y atacarle con un chasquido de dedos.- cosas usadas:
- -transformación híbrida
-Death sprint (x10 al activo de velocidad)
-Yubi no sunappu: Deathstroke hace acopio de toda su fuerza en los dedos pulgar y corazón durante un breve instante y ayudándose del haki del rey y el control del viento, los chasca produciendo una potente onda vibratoria y tiene un alcance de 50 metros de radio. Los que se encuentren dentro de este rango sufrirán aturdimientos durante 1 turno si estaban a entre los 35-50 metros, 2 turnos si estaban entre los 20-35 metros, 3 turnos si estaban entre los 5-20 metros y se caerá inconsciente si se está entre el punto de origen y los 5 metros; en caso de que dentro del rango haya alguien con sentidos amplificados contará como un estado más avanzado, sufrirán aturdimientos durante 2 turno si estaban a entre los 35-50 metros, 3 turnos si estaban entre los 20-35 metros, y se caerá inconsciente si se está entre el punto de origen y los 20 metros. Esto se puede resistir, si los afectados usan el haki del rey a modo de contra punto, sintiendo tan solo un leve pitido en los oídos.
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Abandonado pacientemente a mi labor como espectador, me encontré con que mis aliados encontraron la forma de abrir los portones: más compleja de lo que a priori había pensado yo, y mucho más sencilla de lo que ellos se habían imaginado.
Los umbrales del fuego y de la tierra se desbloquearon cuando unas disimuladas placas de presión frente a los mismos cedieron bajo el peso de mis compañeros. Desde mi posición, pude apreciar el interior de ambas salas y, aunque sin conseguir muchos detalles de mis breves vistazos, pude ver cuál de los dos caminos resultaba una trampa más evidente.
"Un prado perfecto y frondoso frente a un paraje desolado y abrasador... Y todavía será tan idiota el mendigo para elegir el primero."
En estas estaba pensando yo, cuando nuestro invitado dirigió unas palabras a su extraño acompañante, y Dharkel decidió acercarse hasta la opción que, en mi opinión, era la menos acertada. Con un bufido de resignación, hice un esfuerzo para levantarme con mis entumecidas, pero más calmadas piernas, y me acerqué al portal. No pude evitar levantar una ceja en gesto de sorpresa al apreciar que, dentro de aquella sala, se encontraban dormidos dos sujetos que respondían a la descripción de Luka y Marc, así como un tercero desconocido.
Las intenciones de mi compañero me hicieron fruncir el ceño más de lo habitual. Podía soportar algunas cosas inherentes al papel de capitán que estaba realizando, pero aquello era demasiado. No sólo aquello sería una petición impropia de Syxel, dada la confianza que nos profesábamos, sino que, además, bajo ningún concepto estaba dispuesto a perderle de vista por petición suya.
- Espera un momento. -Interrumpí a nuestro aliado al poco de que Dharkel hubiera cruzado y la puerta se empezara a cerrar.- Quizás se muestre receloso de ti, pero yo soy de confianza para mi capitán. Necesito asegurarme de que todo va bien ahí dentro, pero no me permitirá que mires, así que, por favor, si te dieras la vuelta y te alejaras un poco sería un detalle por tu parte que no olvidaré fácilmente.
Las últimas frases de mi petición sonaron más como una orden disimulada, y tal era mi intención. Independientemente de lo que intentara aquel hombrecillo, dispuse toda mi corpulencia para tapar la mayor cantidad posible de umbral, extendí mi haki observador para controlar sus movimientos y analizar el extraño prado y las presencias en él, y pisé la placa de presión.
El lamentable espectáculo que presencié consiguió que el mendigo perdiera el poco respeto que había conseguido ganarme, y posiblemente también agenciarse un castigo físico adecuado en cuanto regresáramos al barco. Iba siendo hora de poner los puntos sobre las ies.
*Cuando hubo regresado Dharkel, no pareció contento de mi "desobediencia", pero pareció querer dejar de lado el tema al reparar en mi expresión severa. Cuando quiso salir tras dirigirme unas palabras, le detuve con una mano firme en el pecho. Más concretamente, en medio torso suyo.
- No vas a ir a ningún sitio con sus posesiones. -Murmuré, en tono grave y tan frío que podría haber colgado de un tejado invernal.- Son amigos nuestros, así que me vas a dar lo que les hayas quitado, se lo voy a devolver, les voy a despertar, y nos iremos todos por el camino del fuego. ¿Está claro?
*Posiblemente aquello se habría cargado nuestra pantomima, pero llegados a tal punto ya no podría importarme menos. Si Dharkel accedía a mis órdenes como contramaestre suyo que era, procedería a entrar en la sala, devolver las pertenencias a mis amigos y despertarles. Si no, el mendigo podía prepararse para un cambio repentino y forzado de los planes.
Los umbrales del fuego y de la tierra se desbloquearon cuando unas disimuladas placas de presión frente a los mismos cedieron bajo el peso de mis compañeros. Desde mi posición, pude apreciar el interior de ambas salas y, aunque sin conseguir muchos detalles de mis breves vistazos, pude ver cuál de los dos caminos resultaba una trampa más evidente.
"Un prado perfecto y frondoso frente a un paraje desolado y abrasador... Y todavía será tan idiota el mendigo para elegir el primero."
En estas estaba pensando yo, cuando nuestro invitado dirigió unas palabras a su extraño acompañante, y Dharkel decidió acercarse hasta la opción que, en mi opinión, era la menos acertada. Con un bufido de resignación, hice un esfuerzo para levantarme con mis entumecidas, pero más calmadas piernas, y me acerqué al portal. No pude evitar levantar una ceja en gesto de sorpresa al apreciar que, dentro de aquella sala, se encontraban dormidos dos sujetos que respondían a la descripción de Luka y Marc, así como un tercero desconocido.
Las intenciones de mi compañero me hicieron fruncir el ceño más de lo habitual. Podía soportar algunas cosas inherentes al papel de capitán que estaba realizando, pero aquello era demasiado. No sólo aquello sería una petición impropia de Syxel, dada la confianza que nos profesábamos, sino que, además, bajo ningún concepto estaba dispuesto a perderle de vista por petición suya.
- Espera un momento. -Interrumpí a nuestro aliado al poco de que Dharkel hubiera cruzado y la puerta se empezara a cerrar.- Quizás se muestre receloso de ti, pero yo soy de confianza para mi capitán. Necesito asegurarme de que todo va bien ahí dentro, pero no me permitirá que mires, así que, por favor, si te dieras la vuelta y te alejaras un poco sería un detalle por tu parte que no olvidaré fácilmente.
Las últimas frases de mi petición sonaron más como una orden disimulada, y tal era mi intención. Independientemente de lo que intentara aquel hombrecillo, dispuse toda mi corpulencia para tapar la mayor cantidad posible de umbral, extendí mi haki observador para controlar sus movimientos y analizar el extraño prado y las presencias en él, y pisé la placa de presión.
El lamentable espectáculo que presencié consiguió que el mendigo perdiera el poco respeto que había conseguido ganarme, y posiblemente también agenciarse un castigo físico adecuado en cuanto regresáramos al barco. Iba siendo hora de poner los puntos sobre las ies.
*Cuando hubo regresado Dharkel, no pareció contento de mi "desobediencia", pero pareció querer dejar de lado el tema al reparar en mi expresión severa. Cuando quiso salir tras dirigirme unas palabras, le detuve con una mano firme en el pecho. Más concretamente, en medio torso suyo.
- No vas a ir a ningún sitio con sus posesiones. -Murmuré, en tono grave y tan frío que podría haber colgado de un tejado invernal.- Son amigos nuestros, así que me vas a dar lo que les hayas quitado, se lo voy a devolver, les voy a despertar, y nos iremos todos por el camino del fuego. ¿Está claro?
*Posiblemente aquello se habría cargado nuestra pantomima, pero llegados a tal punto ya no podría importarme menos. Si Dharkel accedía a mis órdenes como contramaestre suyo que era, procedería a entrar en la sala, devolver las pertenencias a mis amigos y despertarles. Si no, el mendigo podía prepararse para un cambio repentino y forzado de los planes.
- Resumen:
- - Echo un vistazo rápido a las salas abiertas y me dirijo junto a Dharkel a la del prado.
- "Ordeno" a William que se gire para no mirar, analizo la estancia contigua y sus presencias con haki observador, así como mantengo vigilado con él a nuestro aliado, y vuelvo a abrir la puerta.
- *(A partir de aquí se realiza en caso de que el post de Dharkel haya salido como él lo escribió) Refreno a Dharkel al volver y, en murmullos poco amigables, le ordeno darme todo lo que le quitase a Luka y a Marc.
- * (En caso de que Dharkel acceda a lo anterior) Entro yo mismo a la sala para devolverles sus cosas a Luka y a Marc y a despertarles.
Syxel
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Nada más liberar la explosión de fuego, todo cuanto sucedió fue un completo caos. Deathstroke, lejos de frenar su acometida frente a mi ataque atravesó las llamas, apareciendo frente a mí y logrando conectar el golpe. Aún con el notable incremente a mi resistencia por haber adoptado mi forma completa y a pesar de haber imbuido mis brazos en haki, el impacto fue tal que creí que se me quebrarían los huesos, aunque por suerte no fue el caso.
Escuché las explosiones sucederse, y noté como el suelo de la plataforma bajo nuestros pies desaparecía de golpe. Me mantuve en el aire, tratando de evitar ser sacudido por la potencia que iban liberando. Y gracias a haber sido yo mismo el epicentro de una me evité lo que podría haber sido un desastre, aunque ese habría sido el menor de mis problemas. Pues aún sin poder ver lo que sucedía a mi alrededor debido al mar de llamas que me rodeaba, no pasé por alto el hecho de que una voz se había extinguido.
Lo que en un principio no debía ser más que una estrategia para disuadir a nuestros oponentes, pues en mi cabeza incluso había llegado a imaginar que aquellos explosivos no serían reales, se había descontrolado desembocando en el peor resultado posible. La muerte de un compañero pirata. Y lo que no dejaba de resonar en mi cabeza como una alarma, la muerte de un miembro de la tripulación de un Yonkou. La situación se había descontrolado, sí, pero algo me decía que el desastre no había hecho más que comenzar.
Cuándo finalmente el fuego se extinguió por completo y el humo se hubo disipado, a mi alrededor no pude ver más que oscuridad y el mismo vacío bajo mis pies, extendiéndose ambos hasta donde alcanzaba la vista. Concretándome de nuevo en el haki del observador, ubiqué a mi compañero y a Deathstroke, quién probablemente hubiese perdido cualquier rastro de cordialidad, pero eso era algo que tampoco podía culparle. Noté también un extraño temblor en el lugar del que procedían sus voces, por lo que enseguida comencé a ascender en su dirección.
Escuché las explosiones sucederse, y noté como el suelo de la plataforma bajo nuestros pies desaparecía de golpe. Me mantuve en el aire, tratando de evitar ser sacudido por la potencia que iban liberando. Y gracias a haber sido yo mismo el epicentro de una me evité lo que podría haber sido un desastre, aunque ese habría sido el menor de mis problemas. Pues aún sin poder ver lo que sucedía a mi alrededor debido al mar de llamas que me rodeaba, no pasé por alto el hecho de que una voz se había extinguido.
Lo que en un principio no debía ser más que una estrategia para disuadir a nuestros oponentes, pues en mi cabeza incluso había llegado a imaginar que aquellos explosivos no serían reales, se había descontrolado desembocando en el peor resultado posible. La muerte de un compañero pirata. Y lo que no dejaba de resonar en mi cabeza como una alarma, la muerte de un miembro de la tripulación de un Yonkou. La situación se había descontrolado, sí, pero algo me decía que el desastre no había hecho más que comenzar.
Cuándo finalmente el fuego se extinguió por completo y el humo se hubo disipado, a mi alrededor no pude ver más que oscuridad y el mismo vacío bajo mis pies, extendiéndose ambos hasta donde alcanzaba la vista. Concretándome de nuevo en el haki del observador, ubiqué a mi compañero y a Deathstroke, quién probablemente hubiese perdido cualquier rastro de cordialidad, pero eso era algo que tampoco podía culparle. Noté también un extraño temblor en el lugar del que procedían sus voces, por lo que enseguida comencé a ascender en su dirección.
- Resumen:
- Recibo el ataque anterior, que había quedado pendiente. Luego le doy vueltas a la cabeza pensando en la que se acaba de liar y en cuanto el humo y el fuego se disipan ubico a Ivan y Deathstroke y me dirijo hacia ellos.
- Equipo Pollo en su tinta y the naig:
- En vuestra lucha acabáis en la parte "alta" de la sala. (ver la descripción del grupo de los Negociaderos) la puerta de abajo, la que está a la altura de las rejas se abre lentamente revelando a un tío en lencería femenina con una máscara en el rostro. Ivan tu capa te ha salvado esta vez, aunque ha quedado en un estado lamentable. (En cuanto al combate os dejo a vosotros la asimilación de daños, solo aclararé con interferencias en el entorno, si veo que los daños no han sido interpretados de forma adecuada o si alguien se ve sumamente herido, fuera de combate o muerto.)
- Equipo morsa sangrienta:
- Arribor, logras atrapar al Blanco pero este no parece ofrecer mucha resistencia, más bien se deja llevar. Mientras lo elevas notas muy poca resistencia, más bien ninguna. Miras su figura y ves que se deshace e una nube. Alrededor de las cadenas está el paño blanco que tenía en la cabeza, se ve en él dibujado la calavera de un Oni en rojo.
- Lo siento por dejarte tirado, pero si no te importa tengo que salvar a mi amigo. - Te dice desde abajo con la misma sonrisa de inocentón de antes. Ves como se acerca a la piscina de lo-que-sea y pone una mano sobre esta.
Tu visión se ve interrumpida según asciendes y por cascotes que caen y salpican. Por lo menos has sacado una bandera de esto.
Estás ahora una sala cilíndrica, como una especie de silo. No ves mucho más arriba debido al humo, pero alcanzas a distinguir que las paredes a unos metros más arriba están todavía incandescentes.
- El grupo de los negociaderos:
- Darkel entra y sale sin problema de la sala de tierra. Los que usen mantra verán que todos los que estaban dentro están profundamente dormidos pero no parecen heridos. Este sale de la sala con la bandera del equipo Chis-Fish. Mientras tanto vuestro pintoresco compañero se dispone a abrir la puerta de la sala del viento. Justo antes se escucha otro estruendo al otro lado. Las puertas se abren lentamente. revelando una sala cilíndrica bastante amplia, las paredes suben varias docenas de metros y, a escasos dos o tres metros del techo hay una plataforma con una puerta al lado. El suelo es una reja metálica. Al otro lado están Deathstroke y Syxel.
Por cierto. Podéis ver desde lo alto de los puentes como el suelo del piso de abajo comienza a colapsar. De entre los huecos y las grietas emerge un líquido extraño y viscoso que no tarda mucho en cubrir el piso.
- Equipo Chis-Fish:
- - Oh os habéis dado cuenta de que esto es un sueño. Maravilloso. - Dice la voz de un hombre a vuestras espaldas (Si, uno detrás de cada uno). Tiene la misma cara que el de debajo del árbol con una poblada barba canosa. En este mundo viste un pijama de color rojo y lleva una almohada bajo uno de los brazos. - Normalmente la gente tarda un poco más en darse cuenta. Pero ¿Dónde están mis modales? Me llamo Nicolás y estáis en el mundo de los sueños.
Dichas estas palabras ambos aparecéis de pronto uno al lado del otro, justo delante de él, en el mismo punto en el que empezasteis.
- Bueno, el mundo de mis sueños completamente. Desde que comí la Nemu Nemu no mi estoy en un estado de sueño perpetuo y puedo traer a este mundo a alguien que entre en contacto conmigo. Normalmente no me andaría con rodeos, pero dado que habéis sido majos os he dejado jugar un poco. Pero ahora al caso. Dejad la bandera a mi lado y marchad. Si lo hacéis os liberaré.
De pronto notáis un cosquilleo por vuestro cuerpo durante unos minutos, aunque no sabéis qué puede ser.
- Oh cielos, parece que alguien ha interferido en mis negocios. Bueno, supongo que no pasa nada mientras sean cautelosos. En fin, jugad y divertíos hasta que os despierten jóvenes, creo que no tardarán mucho.
- Equipo de los innombrables :
- - Gomli. Tira tu arma. - Dice Logolas mientras una gota de sudor frío baja por su frente.
- ¿Estás de coña? Con este yo pue...-
- ¡Que la tires! Estos están a un nivel muy superior.
A regañadientes el "enano" deja en el suelo todas sus armas. El alto ha sabido leer bien la situación, durante un momento parece mirar a donde está Mura, aunque no estás segura si te mira a ti o a lo que tienes detrás. Saltas, bien sea por instinto o al ver la bandera que sostiene el rubio en alto.
Justo en ese momento se abren dos huecos en el techo, uno donde estaba Brethil antes y otro detrás de donde estaba Mura. A parte de los cascotes comienza a caer un líquido apestoso y viscoso que comienza a cubrir la superficie del suelo.
- Equipo Roqueto-polloh:
- Seguís hablando mientras se escuchan estruendos y explosiones por doquier.
- Equipo ouyea:
- Al otro lado de la puerta os encontráis con una sala circular bastante grande, de unos 15-20 metros de diámetro.
Casi toda su superficie está ocupada por una enorme piscina cuyo fondo no podéis ver. En medio de esta piscina hay una docena de plataformas de madera repartidas. En frente vuestro hay otra puerta y arriba, a unos 12 metros de altura hay otra plataforma con una puerta. No parece haber escaleras ni forma de trepar a la puerta de arriba y la de abajo no parece tener (O no se ve desde donde estáis)
un mecanismo de apertura.
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Arribor arrastró a Blanco consigo como si llevase a un crío. Debía estar tan desesperado por salvarse de morir ahogado en mugre venenosa, que no se resistió lo más mínimo cuando Arribor lo cogió del pescuezo como a un gato. Como a un gato cuyo cuerpo se evaporaba en una masa de humo. Mientras se escurría entre sus dedos en forma gaseosa, el pañuelo con el que se cubría la cabeza se le cayó. Arribor lo cogió por instinto, antes incluso de darse cuenta de que era su bandera. Debía reconocer que el símbolo era mejor que el que él había improvisado. Claro que cualquier cosa sería mejor que una cara de morsa.
Vio como el loco de Blanco se lanzaba a la piscina de desechos, según él, para rescatar a su amigo Negro. "Buena suerte", pensó Arribor. Aquel idiota la iba a necesitar.
Atravesó el agujero del techo como una exhalación, y lo primero que pensó fue que debería haberse tapado la boca. Una humareda negra y maloliente le dio la bienvenida metiéndose por sus fosas nasales y haciéndole toser muy poco dignamente. Arribor escupió varias veces y trató de ver qué había allí. A juzgar por lo que se oía, solo escombros que se desprendían de la frágil estructura. Hacía un calor de mil demonios, y las paredes aún brillaban por las ardientes caricias de las llamas.
"Aquí no puede haber nada", se dijo. Echó un vistazo alrededor al tiempo que sacaba a Fraklin del bolsillo. Su bandera estaba atada a su alrededor, pues el animal la llevaba atada al cuello en su forma de morsa. Hizo lo mismo con la segunda y apretó el botón del engendro. La concha-Franklin emitió un potente rayo de luz que le permitió distinguir dónde empezaba y terminaba su propia nariz, cosa que no era poco entre todo aquel humo.
Como no vio nada interesante, decidió seguir subiendo. Hizo que su plataforma de sangre se elevase y disparó un proyectil hecho del mismo líquido hacia el techo. Pensaba ir subiendo nivel tras nivel, con el haki de observación activado, hasta dar con alguien y añadir más banderas a su colección. Y si no se encontraba a nadie por el camino, al menos buscaría la meta. Tarde o temprano todos tendrían que pasar por allí, y una trampa sin corazón les estaría esperando.
- Resumen:
- Atar la bandera alrededor de la concha-morsa - Romper el techo y subir con el haki activado hasta detectar a alguien y tirar hacia dónde esté.
Luka Rooney
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Marc invocó una serie de quesos cuya procedencia debían ser las mismísimas cloacas de Jaya. Aquello olía fatal, de hecho, incluso tuve un par de arcadas que me hicieron replantearme si íbamos por el buen camino siguiendo las palabras del feliz gigantón, al cual miré con el rostro lagrimeando a raíz del olor.
No todas las ideas que tuviéramos iban a salir bien
Seguidamente propuso quizá la acción más evidente hasta el momento, y puede que por ello, fuese la que más papeletas tenía para hacernos despertar. Durante unos segundos miré a Marc, pidiéndole que se pusiera de rodillas para poder darle el golpe en la cara al igual que el me lo daría.
- Pero con amor, por favor -comenté a modo de broma-. Y que no sea un gancho, sino un golpe limpio en la mandíbula.
Conté hasta tres y, tras dicho número, lancé un golpe bastante más débil de lo que hubiera hecho contra algún rival. Aún así, pareció no surtir efecto tampoco.
- Esto es una mierda, Marc. No sé qué más intentar -dije mientras me tocaba la zona golpeada-. Te has pasado un poco, pero bueno, te perdonaré si me das un poco de queso. Pero nada con un olor como el de antes.
La verdad es que, curiosamente, el golpe en la mandíbula me había despertado algo de hambre aunque… Al ser un sueño, ¿Tendría hambre sólo en el sueño o en la realidad? ¿Si tomaba queso en el sueño, saciaría mi hambre en caso de tenerlo también en la realidad? Psé, que complejo.
Entonces, una nueva voz empezó a hablar. Su procedencia venía de detrás nuestra, por lo que me giré para acabar viendo a un señor con barba que me resultaba bastante conocido. Tras un par de segundos me dí cuenta que era el tipo al que le habíamos ofrecido queso que se encontraba bajo aquél extraño árbol. Ojalá se lo hubiéramos tirado a la cara.
- Así que… Una akuma -murmuré.
El tipo nos había dormido pese a que no había detectado ninguna presencia hostil cuando le ofrecimos queso. Quizá realmente no tenía ninguna intención ofensiva en la realidad, sino que todas sus acciones se veían en sueños y no en aquél otro mundo al que, de no darnos prisa, quizá no volveríamos a ver.
De repente, noté un leve cosquilleo por el cuerpo que me produjo cierta grima, la cual se incrementaba al no ver a nadie tocándome y, seguidamente, ví cómo Marc también se movía de manera ridícula al igual que yo. Aquello me tranquilizó en parte, ya que en un principio parecía que algún tipo de insecto se había metido por mi camisa. Sin embargo, el tipo si que parecía haberse dado cuenta de lo que ocurría, y según nos contó, sólamente quería nuestra bandera para sus negocios. ¿Pero y cómo había entrado hasta allí?
- Marc -comenté susurrando-, si este tipo nos quiere quitar la bandera querrá decir que él también tiene una, o como mínimo, que está participando o tiene algo que ver con la competición. Deberíamos intentar indagar algo.
Fijé la mirada en el anciano y me acerqué un poco, hasta estar cara a cara. Mis intenciones no eran nada hostiles, todo lo contrario. Realmente me había sorprendido un poder así. Poder introducir en tus sueños a cualquiera con el que hayas tenido contacto -al menos visual en nuestro caso-… tenía muchos beneficios.
- Hola Nicolás. Te queda muy bien el pijama, por cierto. ¿Pretendías vender nuestra bandera? ¿Has conseguido alguna más? Quizá podamos llegar a algún acuerdo y pueda comprarte las banderas que tengas, siempre y cuando me digas de quién son. Me caes bien, pero sabiendo que esto es un sueño, ¿Podrías hacer aparecer un poco de Sake?
Tendí la mano ante el anciano, olvidando que no me había presentado.
- Por cierto, soy Luka el Gyojin, pirata y nadador a tiempo parcial. ¿Qué te ha traído hasta aquí? Y, por cierto, ¿Por qué no te vienes con nosotros? Te podríamos transportar y lo pasaríamos bien.
Notaba la influencia de Marc en cada una de mis palabras. ¿Qué tendría aquel gigantón a parte de una peculiar akuma que tanto me llamaba la atención? Quizá era su positividad la que me hacía actuar como estaba actuando. Ojalá nada de lo que ocurriese después nublase aquella paz interior que, al menos por el momento, tenía.
No todas las ideas que tuviéramos iban a salir bien
Seguidamente propuso quizá la acción más evidente hasta el momento, y puede que por ello, fuese la que más papeletas tenía para hacernos despertar. Durante unos segundos miré a Marc, pidiéndole que se pusiera de rodillas para poder darle el golpe en la cara al igual que el me lo daría.
- Pero con amor, por favor -comenté a modo de broma-. Y que no sea un gancho, sino un golpe limpio en la mandíbula.
Conté hasta tres y, tras dicho número, lancé un golpe bastante más débil de lo que hubiera hecho contra algún rival. Aún así, pareció no surtir efecto tampoco.
- Esto es una mierda, Marc. No sé qué más intentar -dije mientras me tocaba la zona golpeada-. Te has pasado un poco, pero bueno, te perdonaré si me das un poco de queso. Pero nada con un olor como el de antes.
La verdad es que, curiosamente, el golpe en la mandíbula me había despertado algo de hambre aunque… Al ser un sueño, ¿Tendría hambre sólo en el sueño o en la realidad? ¿Si tomaba queso en el sueño, saciaría mi hambre en caso de tenerlo también en la realidad? Psé, que complejo.
Entonces, una nueva voz empezó a hablar. Su procedencia venía de detrás nuestra, por lo que me giré para acabar viendo a un señor con barba que me resultaba bastante conocido. Tras un par de segundos me dí cuenta que era el tipo al que le habíamos ofrecido queso que se encontraba bajo aquél extraño árbol. Ojalá se lo hubiéramos tirado a la cara.
- Así que… Una akuma -murmuré.
El tipo nos había dormido pese a que no había detectado ninguna presencia hostil cuando le ofrecimos queso. Quizá realmente no tenía ninguna intención ofensiva en la realidad, sino que todas sus acciones se veían en sueños y no en aquél otro mundo al que, de no darnos prisa, quizá no volveríamos a ver.
De repente, noté un leve cosquilleo por el cuerpo que me produjo cierta grima, la cual se incrementaba al no ver a nadie tocándome y, seguidamente, ví cómo Marc también se movía de manera ridícula al igual que yo. Aquello me tranquilizó en parte, ya que en un principio parecía que algún tipo de insecto se había metido por mi camisa. Sin embargo, el tipo si que parecía haberse dado cuenta de lo que ocurría, y según nos contó, sólamente quería nuestra bandera para sus negocios. ¿Pero y cómo había entrado hasta allí?
- Marc -comenté susurrando-, si este tipo nos quiere quitar la bandera querrá decir que él también tiene una, o como mínimo, que está participando o tiene algo que ver con la competición. Deberíamos intentar indagar algo.
Fijé la mirada en el anciano y me acerqué un poco, hasta estar cara a cara. Mis intenciones no eran nada hostiles, todo lo contrario. Realmente me había sorprendido un poder así. Poder introducir en tus sueños a cualquiera con el que hayas tenido contacto -al menos visual en nuestro caso-… tenía muchos beneficios.
- Hola Nicolás. Te queda muy bien el pijama, por cierto. ¿Pretendías vender nuestra bandera? ¿Has conseguido alguna más? Quizá podamos llegar a algún acuerdo y pueda comprarte las banderas que tengas, siempre y cuando me digas de quién son. Me caes bien, pero sabiendo que esto es un sueño, ¿Podrías hacer aparecer un poco de Sake?
Tendí la mano ante el anciano, olvidando que no me había presentado.
- Por cierto, soy Luka el Gyojin, pirata y nadador a tiempo parcial. ¿Qué te ha traído hasta aquí? Y, por cierto, ¿Por qué no te vienes con nosotros? Te podríamos transportar y lo pasaríamos bien.
Notaba la influencia de Marc en cada una de mis palabras. ¿Qué tendría aquel gigantón a parte de una peculiar akuma que tanto me llamaba la atención? Quizá era su positividad la que me hacía actuar como estaba actuando. Ojalá nada de lo que ocurriese después nublase aquella paz interior que, al menos por el momento, tenía.
- Resumen:
- Intentar despertarnos por nuestra cuenta sin mucho éxito.
- Escuchar las palabras del tal Nicolás.
- Ofrecerle un trato y pedirle un par de regalos en el sueño.
- Pedirle que se venga con nosotros.
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