[Reunión pirata] No todos son aptos

Al final su intento de ayudar a aquella persona se quedó en eso, un intento. Aunque quizás haya sido mejor. El hombre con el que había estado hablando Dexter no estaba muerto, pero la perdida de su brazo era una buena forma de comenzar a pagar por lo que había supuesto la perdida del peliazul a la banda. O así lo veía Akane, quien tampoco conocía mucho al pirata. Su perdida no era dolorosa en ese sentido. Apenas habían tenido contacto. Pero seguía siendo parte de la familia de los Blue Roses, y por tanto su perdida había afectado tanto a quien le brindo un nuevo hogar como a la persona más importante para ella. Y aún así había hecho amago de ayudarle. Se sentía molesta consigo misma, sobretodo por haberlo hecho sin pensar, delante de Berthil. No puedo evitarlo en el momento, pero recapacitando.

Y a pesar de ello, el dragón no dijo nada. Simplemente la agarró y saco casi en volandas, siguiendo a su capitán y a la alimaña al último piso, para descubrir que habían llegado tarde y que la prueba final iba a ser un duelo. Se había dispuesto lo que parecía un estadio y todo había comenzado a temblar para acabar en el cielo. Un deje de sorpresa y curiosidad pasó por la mente de Mura, tentada a arrimarse para mirar hacia abajo. ¿A qué altura estarían?  Por suerte, Kouga se ocupó de regañar a tiempo a su parte infantil. No era el momento. Si bien esperaba divertirse y pasar tiempo con su compañero ya que a Dexter poco le interesaba aquello, las cosas habían tomado otro giro.

Se separó de Aka nada más posó los pies en tierra y ni se planteó el acercarse a los puestos de comida. Quiso decir algo, pero cambió de parecer. Tan solo abrió la boca para llamar la atención del capitán y su mapache. Esperaba que el bicho no hubiera visto como intentaba impedir que matara a Syxel -aunque lo hiciera porque así lo había decidido Dexter-.

-¿Y ahora?-

resumen:

Mientras la ilusión que había creado caía de rodillas como si hubiese sido derrotada me fui acercando a mi oponente por un lado lentamente. Antes de que fuese a hacer algo, Arribor hizo un movimiento bastante brusco con los brazos, sonando un pequeño crujido. Parecía que se había dislocado los hombros en algún momento de la pelea.

Quité mi atención del pirata y la puse en el techo, el cual había comenzado a hacer ruidos extraños, como si se fuese a caer por fin. Me preparé para ello, sin embargo, son sucedió eso, sino que este comenzó a elevarse. “¿Alguien habrá llegado al final?” pensé al verlo.

Arribor, también se puso a mirar como el techo se elevaba y comenzaba a marcharse. Tras eso se dirigió a la ilusión para comentar lo que acababa de pensar, alguien habría ganado ya, aunque él se aventuró a decir que podrían estar haciendo trampa.

-Secundo lo primero, alguien ha entregado las banderas. Supongo que esto da por concluido el combate, Arribor. – dije haciendo que la ilusión desapareciese y haciéndome visible – Por cierto, si quieres puedo arreglarte un poco esa rodilla. Luego tengo que ir a hablar con Dexter. – le comenté señalando su rodilla.

Si su respuesta era afirmativa a que le curase un poco su rodilla, lo haría, luego marcharía volando hacia donde se había marchado Dexter para ver que era lo que quería decirme. Aunque antes de marcharme, me giré hacia mi oponente.

-Ha sido una gran pelea, espero que nos volvamos a encontrar Arribor.

resumen:

El excéntrico tiburón ojeó todo lo que pasaba a su alrededor sin mediar palabra. Zane regresó con vida junto a Therax. El gigantón Balagus hizo lo propio, e incluso un nuevo Syxel se presentó ante nosotros. Aunque le faltaba un brazo. ¿Sería fruto de la batalla? El Gyojin entendió que era el verdadero Syxel, ya que sus evidentes signos de haber luchado con dos bestias se podían ver reflejados tanto en su rostro como en su mermado cuerpo.

El tiburón se acercó lentamente hasta la posición de Balagus, chocando previamente la mano de Marc y guiñándole un ojo. Se alegraba que el intrépido semi-gigante hubiese vivido una aventura como aquella y saliera con vida. Una vez en la posición del otro semi-gigante, decidió tocarle la espalda para llamar su atención.

- No he podido reprimir mi furia y le he dado un guantazo al que nos robó la bandera -comentó sin mirar su rostro, fijando la mirada en lo que estaba pasando frente a ellos-. Creo que lo entenderás, y si se ha quedado en un bofetón, es porque confío en que le castigues como es debido. Si no, tú y yo tendremos algo más que palabras -fijó entonces su vista en el semi-gigante que casi siempre estaba enfurecido-. Y creo que ninguno de los dos queremos eso, ¿verdad?

Luka cambió su semblante al ver cómo Viktor ponía en aprietos a los dos equipos que parecían ganadores. ¿Se tenían que enfrentar? El tiburón se acercó hasta Therax lentamente, sin dejar de observar lo que ambos grupos fueran a hacer. Zane dio un paso y se presentó, a su manera, como contendiente de su equipo.

- Esto se puede poner feo, rubio. Mantente alerta, vigila a cada uno de estos -susurró-. Debemos cubrir a nuestro capitán.

Y Syxel, aparentemente el original, hizo lo propio. Pero cual fue la sorpresa, cuando se rindió a los pocos segundos de presentarse como rival del descamisetado. Para Luka fue una sorpresa que algo debía esconder. Si bien parecía haber una especie de alianza entre el espadachín y el ahora manco pirata, no entendía que se rindiese de tal manera.

- Esto no me huele nada bien -continuó hablando con el domador-. Ya han quebrado la alianza una vez, puede que lo hagan una segunda.

Pero entonces, Viktor volvió a hacer de las suyas. Si no había sido suficiente el teatral circo que se había montado, ahora daba un discurso que poco tenía que ver con lo que habían vivido. ¿Diplomacia? ¿A qué llamaba diplomacia? El Gyojin apretó su puño y miró fijamente al enmascarado tipo, con una desmesurada rabia en su interior.

- Citas en una isla a los peores piratas habidos en los últimos años -comentó con una voz lo suficientemente alta como para que todos oyesen-. Evitas, sin éxito, que algún emperador venga a desbaratar tu particular circo. Nos haces buscar unas estúpidas espadas, obligándonos a luchar por ellas. Nos encierras en un edificio lleno de trampas mortales, haciéndonos de nuevo pelear por una victoria con un premio que dudo que sea real. Y hablas de diplomacia. Todos hemos decidido estar aquí por nuestra voluntad, sabiendo las posibles consecuencias que derivarían de nuestros actos. Pero me pregunto qué ocurriría si le pidiese, con un amable por favor, la bandera a algún miembro de la banda de Dexter, por ejemplo. O al propio Dexter. O al borracho de la sangre -comentó sin llegar a divisarlo-. Todos los aquí presentes somos piratas. Puede que uno, dos, o quizá tres de ellos sepan hablar, convencer o seducir con finas palabras al resto. Pero los demás, somos más de golpear, apuñalar o rebanar sin preguntar. Dime, enmascarado. ¿Por qué deberíamos hacer una excepción contigo?

El semblante de Luka cambió por completo. Sus ojos, fruto de la rabia, se tornaron rojizos y sus afilados dientes se mostraron al mundo. Sabía el alcance de las palabras que estaba diciendo. No conocía al ser que se escondía tras esa curiosa máscara, pero debía tener mucho poder si era capaz de reunirlos a todos, realizar una prueba en un edificio con tantas trampas y no temer ni un segundo por su vida. Pero ya había tenido suficiente. Estaba deseoso de comer algo y marcharse. La historia que contaría al resto de la banda sería muy distinta a la que le hubiera gustado. Notaba que había perdido el tiempo, y eso le enfureció hasta tal punto que sería capaz de enfrentarse a quien fuese que se le pusiera delante, sin importar su fuerza.

Quizá no hoy ni mañana, pero pienso matar a ese hombre

Resumen:

Therax contempló cómo el tal Viktor volvía a hacer de todo aquello un espectáculo. Un escenario, guardado en algún sitio que sólo el sabría, nació del suelo y ocupó el centro del lugar. Algo similar ocurrió con unas gradas que cercaron al primero, surgiendo al mismo tiempo diversos puestos e incluso un espacio que hacía las veces de enfermería.

El rubio no pudo evitar arrugar el rostro mientras se dirigía a las gradas para presenciar lo que fuera que estaba por venir. El maldito enano trataba todo lo que sucedía como parte de un mero espectáculo de entretenimiento. Se encontraban en un circo, y en todo momento ellos habían sido los gladiadores para deleite del césar de los bajos fondos.

Zane no tardó en anunciar a los cuatro vientos su candidatura como parte de su equipo. «Te ha faltado quitarte la camiseta», pensó el domador al tiempo que clavaba en él sus ojos desde la distancia. Cruzó los brazos, dirigiendo una mirada a los alrededores en busca de algún tipo de dispositivo de seguridad. ¿Quién reunía a tantos piratas sin cubrirse las espaldas? Claro que no era fácil mantenerse seguro con monstruos como Dexter, Arribor o su propio capitán formando parte del juego.

-Claro -musitó Therax en respuesta a Luka. Al parecer él tampoco se fiaba en absoluto de todo lo que estaba teniendo lugar ante ellos.

Syxel -o uno de ellos- emergió de entre el gentío para erigirse como el otro candidato. Aquél debía ser el real, aunque le faltaba un brazo y no parecía estar pasando por sus mejores momentos. ¿Qué le habría sucedido? El espadachín observó cómo el manco se presentaba para, acto seguido, rendirse y regalar el triunfo al pelirrojo. El domador volvió a torcer el gesto. ¿A qué se debía aquello? ¿Habrían llegado a algún acuerdo? No recordaba que Zane le hubiese dicho nada al respecto y, de ser así, lo había olvidado.

Fue entonces cuando Viktor tuvo la feliz idea de volver a tomar la palabra. Conforme las palabras salían de su boca, un desagradable sabor a bilis se iba instaurando en el esófago del espadachín, que las veía como una muestra de cinismo y prepotencia en todo su esplendor. Sin embargo optó por callar. Nunca había sido muy hábil con las palabras en grupos numerosos, mucho menos ante tanto público desconocido. Por otro lado, intuía a la perfección el tipo de reacción que aquello causaría en sus compañeros y sabía que ellos no mantendrían la boca cerrada.

Y así fue. El gyojin no se lo pensó lo más mínimo y comenzó a escupir el asco que ambos atesoraban. Pese a no haberse pronunciado, Therax sintió cierto alivio al oír cómo la sardina ponía voz a sus pensamientos. El silencio que siguió a las palabras del habitante del mar le pareció eterno. Lo cierto era que se sentía incapaz de asegurar si se había prolongado durante segundos o minutos, pero la incomodidad que sentía era innegable.

¿Cómo se tomaría el minúsculo enmascarado el discurso de Luka? La ira que se reflejaba en sus palabras sólo era comparable a la que exhibía su rostro, y Zane se encontraba solo en el escenario. Sin mediar palabra, el espadachín abandonó su posición en las gradas y se situó lo más cerca posible de su capitán -sin alejarse demasiado del hombre-pez-, atento para reaccionar frente a cualquier orden sospechosa de Viktor.

Resumen:

Al final pareció que tras muchas reticencias el semigigante dejó libre al ladrón, lo cual finalmente fue algo agradable. Acto seguido fui cargando a duras penas a mi aún inconsciente compañero ante los recién aparecidos servicios médicos, era increíble la cantidad de medios que podía desplegar el mercader del bajo mundo, admirable cuanto menos. Aquella no hacía otra cosa que aumentar mi interés por el emperador y más por aquella extraña capacidad.

Mientras depositaba a su compañero siguiendo las instrucciones del personal médico dejaría que se encargarán a su aire de cuidar del enmascarado, en cuanto a lo que mi respectaba negaría cualquier tipo de ayuda, tal vez cegado de orgullo, pero el caso es que no terminaba de fiarme de la organización del evento por mucha admiración que pidiera sentir hacia ella, tan solo eran una aspiración, no un medio.

Mientras observaba de reojo como atendían al compañero, observe detenidamente todo lo que ocurría, los abanderados por los grupos llamados por Viktor hicieron un paso al frente y comenzaron a dar sus discursos de candidaturas, por un lado, estaba Zane, el encargado de haber dejado en tan lamentable estado a mi compañero y el otro era Syxel, aunque este parecía el verdadero. ¿Y Dexter? También estaba ahí, suponía que no había querido participar en la prueba por voluntad propia, ya que dudaba seriamente que alguien le hubiera forzado a no hacerlo de contra de su voluntad.  Cuando todo parecía dispuesto al combate, el misterioso Sysel pareció rendirse instantáneamente, antes de aproximarse a su oponente.

-¿Qué extraño? Bueno tal vez no tanto- pensé tras ver que al hombre le falta un miembro el cual parecía estar sangrando -Seguramente sea todo parte de un acuerdo, aunque si fuera Zane no me terminaría de fiar de aquello, después de todo Balagus y su compañero pertenecían a su banda y no eran personas de palabra, que se dijera- finalicé mientras observaba la situación desde la distancia -En fin, esto se ha acabado, supongo- pensé con la mirada perdida veía como se terminaban de desarrollar los eventos.

Recapitule un poco lo que había sido la aventura hasta ese momento, mi llegada, el almacén y la espada, aquellos extraños agentes del orden, aquella amigable charla con Viktor en aquel bar de Jaya y toda aquella desventura que había supuesto mi andanza por el edificio. El viaje había resultado en vano, pero suponía que no debía ser el único, no eran pocos los que parecían no estar conformes con los resultados, de hecho, ya podía ver muchas caras largas y algunos comenzando a dar discursitos de cómo debían hacerse la cosas como piratas, bueno la actitud de brókeres y corsarios siempre habían sido muy diferentes.

Si el compañero no despertaba, se pondría de nuevo su gabardina que había visto mayores días de gloria,  y sacando un papel y una estilográfica apunto un número y una dirección, acto seguido se la dejaría en el interior de los guantes del hombre con la esperanza de recibir algún día algunas palabras suyas, después de todo había demostrado estar los suficientemente versado como para hacer frente a un yonkou, pues nada parecía evitar el ascenso del antiguo supernova, tan solo faltaría algo de tiempo y anexionarse unos territorios para que aquello se desarrollará con normalidad y pasará a ser reconocido como uno de los cuatro grandes.

Tras ello trataría de ir hacía detrás del escenario, esperando a que Viktor terminará con aquello y con la esperanza de mantener una última conversación antes de marcharme, después de todo sería interesante tener un contacto para el que trabajar algún tiempo y conocer los entresijos del nuevo mundo, todo bajo el amparo de una figura como podía ser la suya y la de un yonkou.

resumen: