Marc Kiedis
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Ni siquiera el vomitivo olor que los trozos de queso que Marc creó desprendían logró sacarles a él y al gyojin de aquel mundo de sueños. Una vez que, después de que ambos tuvieran que reprimir varias arcadas, Luka le miró con los ojos encharcados en lágrimas, el semigigante decidió dar por finalizado aquel intento y proponer su siguiente plan.
Cuando lo expuso, su compañero aceptó, dejando claro que le parecía una idea muy lógica, y pidió al grandullón que se pusiera de rodillas para así poder alcanzarle con el puño. Vista desde fuera, aquella escena debía resultar bastante cómica. Un semigigante puesto de rodillas y un gyojin tiburón, frente a frente, mirándose antes de asestarse mutuamente un puñetazo en la mandíbula.
Ambos se contuvieron, pues ninguno quería herir a su compañero, pero aún así el golpe recibido hizo que Marc se llevase la mano a la zona, dolorido. Luka hizo lo mismo, quejándose abiertamente del dolor, y de la rabia que le daba que aquello tampoco hubiese funcionado. Cuando pidió al grandullón un trozo de queso, éste se lo dio encantado. Creó para él un gran pedazo de sabroso Grana Padano, de potente sabor y agradable aroma, y se lo ofreció de buen grado.
En ese momento, semigigante y gyojin se vieron sorprendidos por una voz a sus espaldas. Al volverse, pudieron ver que quien hablaba era el hombre que encontraron dormido bajo el árbol. Por lo que les dijo, efectivamente se encontraban en un sueño, provocado por el poder de su Akuma. A cambio de sacarles de allí, debían entregarle su bandera.
Entonces, Marc pensó en entregarle la réplica de queso que llevaba colgada al cuello, pero justo en aquel instante notó un extraño cosquilleo que hizo que un gran escalofrío recorriese todo su cuerpo. ¿Qué había sido esa sensación tan extraña?
El grandullón no entendía nada, y la intervención del tipo del sueño le desconcertó aún más. ¿Alguien había interferido? ¿Significaba aquello que les habían robado la bandera en el mundo real mientras ellos dormían? ¿Y qué quería decir con que seguramente no tardarían mucho en despertarles? ¿Cómo podía saber eso? Todo aquello era muy raro.
Entonces Luka le respondió, tratando de negociar con él. Cuando se presentó y le ofreció transporte, Marc añadió, sonriente:
- Y yo soy Marc. Si, como dice mi compañero podemos llevarte. Yo tengo mucha fuerza, puedo cargar contigo si me prometes no dormirme más veces.
El semigigante tenía la sensación de que las cosas estaban a punto de ponerse más interesantes aún. Además, le gustaba el equipo que hacían Luka y él. Gyojin y semigigante parecían compenetrarse a la perfección, y Marc en aquel momento creía que entre ambos eran capaces de superar cualquier prueba que aquel edificio pusiese ante ellos.
Cuando lo expuso, su compañero aceptó, dejando claro que le parecía una idea muy lógica, y pidió al grandullón que se pusiera de rodillas para así poder alcanzarle con el puño. Vista desde fuera, aquella escena debía resultar bastante cómica. Un semigigante puesto de rodillas y un gyojin tiburón, frente a frente, mirándose antes de asestarse mutuamente un puñetazo en la mandíbula.
Ambos se contuvieron, pues ninguno quería herir a su compañero, pero aún así el golpe recibido hizo que Marc se llevase la mano a la zona, dolorido. Luka hizo lo mismo, quejándose abiertamente del dolor, y de la rabia que le daba que aquello tampoco hubiese funcionado. Cuando pidió al grandullón un trozo de queso, éste se lo dio encantado. Creó para él un gran pedazo de sabroso Grana Padano, de potente sabor y agradable aroma, y se lo ofreció de buen grado.
En ese momento, semigigante y gyojin se vieron sorprendidos por una voz a sus espaldas. Al volverse, pudieron ver que quien hablaba era el hombre que encontraron dormido bajo el árbol. Por lo que les dijo, efectivamente se encontraban en un sueño, provocado por el poder de su Akuma. A cambio de sacarles de allí, debían entregarle su bandera.
Entonces, Marc pensó en entregarle la réplica de queso que llevaba colgada al cuello, pero justo en aquel instante notó un extraño cosquilleo que hizo que un gran escalofrío recorriese todo su cuerpo. ¿Qué había sido esa sensación tan extraña?
El grandullón no entendía nada, y la intervención del tipo del sueño le desconcertó aún más. ¿Alguien había interferido? ¿Significaba aquello que les habían robado la bandera en el mundo real mientras ellos dormían? ¿Y qué quería decir con que seguramente no tardarían mucho en despertarles? ¿Cómo podía saber eso? Todo aquello era muy raro.
Entonces Luka le respondió, tratando de negociar con él. Cuando se presentó y le ofreció transporte, Marc añadió, sonriente:
- Y yo soy Marc. Si, como dice mi compañero podemos llevarte. Yo tengo mucha fuerza, puedo cargar contigo si me prometes no dormirme más veces.
El semigigante tenía la sensación de que las cosas estaban a punto de ponerse más interesantes aún. Además, le gustaba el equipo que hacían Luka y él. Gyojin y semigigante parecían compenetrarse a la perfección, y Marc en aquel momento creía que entre ambos eran capaces de superar cualquier prueba que aquel edificio pusiese ante ellos.
- Resumen:
- - Narrar lo ocurrido.
- Dar queso a Luka.
- Presentarme y decir al barbudo que si quiere puedo llevarle a cuestas.
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El pirata dibujó una sonrisa en sus labios al ver cómo la peculiar pareja deponía las armas. Era un movimiento inteligente por su parte, el cual les ponía a ellos las cosas infinitamente más fáciles. Al menos no perderían el tiempo tratando de dejarles fuera de combate, aunque convenía mantenerse alerta hasta que se hubiesen alejado de ellos. Después de todo, parecía haber sido demasiado fácil, por lógico que pudiera parecer.
─ Habéis tomado la decisión correcta -les dijo, relajando un poco la postura y aguardando a que su compañera cogiera la bandera.
Emitió un pesado suspiro. En cierto sentido se encontraba decepcionado. Le habría gustado poder medir sus fuerzas contra alguien, aunque supuso que si se habían rendido con tanta rapidez no habría sido un combate demasiado interesante. Echó un rápido vistazo a las zonas donde el techo había cedido. Por los temblores supuso que se había tratado de alguna explosión en los niveles superiores, aunque no tenía muy claro si había sido provocada, accidental o resultado del sistema de seguridad del lugar. Fuera como fuese, se veía incapaz de identificar qué narices era aquella sustancia viscosa que descendía por los huecos, y ni siquiera tenía claro si quería averiguarlo. Lo único que sabía era que prefería no seguir oliendo aquella cosa.
─ Deberíais ascender cuanto antes -le advirtió el azabache al enano y al larguirucho del arco-. Si siguen produciéndose percances como ese esta zona podría quedar sepultada en escombros.
Se aseguró de ajustarse la bandera bien, comprobando que el nudo se mantenía firme aún. Lo último que necesitaban era perder su bandera en un despiste tonto. Que esos dos hubieran decidido no enfrentarse a ellos no quería decir que se hubiesen convertido en compañeros, ni mucho menos. De hecho, sospechaba que, si tenían la oportunidad, les birlarían las banderas a las primeras de cambio.
Berthil se acercó con paso calmado hasta la apertura que ahora había justo donde él estuvo unos momentos antes, manteniéndose atento por si se daba algún otro desprendimiento para evitar golpearse.
─ Mura, vámonos de aquí -sentenció mientras hacía una mueca ante el insoportable olor de aquella cosa-. Después de todo, el objetivo es llegar a los pisos superiores con las banderas, así que cuanto menos tardemos, mejor. Además, parece que la fiesta y las banderas están arriba.
Si la pelirroja no tenía pegas, dejarían ahí a Logolas y Gomli -si es que no decidían seguirles a ellos- y continuarían su camino para encontrar alguna vía por la que subir.
─ Habéis tomado la decisión correcta -les dijo, relajando un poco la postura y aguardando a que su compañera cogiera la bandera.
Emitió un pesado suspiro. En cierto sentido se encontraba decepcionado. Le habría gustado poder medir sus fuerzas contra alguien, aunque supuso que si se habían rendido con tanta rapidez no habría sido un combate demasiado interesante. Echó un rápido vistazo a las zonas donde el techo había cedido. Por los temblores supuso que se había tratado de alguna explosión en los niveles superiores, aunque no tenía muy claro si había sido provocada, accidental o resultado del sistema de seguridad del lugar. Fuera como fuese, se veía incapaz de identificar qué narices era aquella sustancia viscosa que descendía por los huecos, y ni siquiera tenía claro si quería averiguarlo. Lo único que sabía era que prefería no seguir oliendo aquella cosa.
─ Deberíais ascender cuanto antes -le advirtió el azabache al enano y al larguirucho del arco-. Si siguen produciéndose percances como ese esta zona podría quedar sepultada en escombros.
Se aseguró de ajustarse la bandera bien, comprobando que el nudo se mantenía firme aún. Lo último que necesitaban era perder su bandera en un despiste tonto. Que esos dos hubieran decidido no enfrentarse a ellos no quería decir que se hubiesen convertido en compañeros, ni mucho menos. De hecho, sospechaba que, si tenían la oportunidad, les birlarían las banderas a las primeras de cambio.
Berthil se acercó con paso calmado hasta la apertura que ahora había justo donde él estuvo unos momentos antes, manteniéndose atento por si se daba algún otro desprendimiento para evitar golpearse.
─ Mura, vámonos de aquí -sentenció mientras hacía una mueca ante el insoportable olor de aquella cosa-. Después de todo, el objetivo es llegar a los pisos superiores con las banderas, así que cuanto menos tardemos, mejor. Además, parece que la fiesta y las banderas están arriba.
Si la pelirroja no tenía pegas, dejarían ahí a Logolas y Gomli -si es que no decidían seguirles a ellos- y continuarían su camino para encontrar alguna vía por la que subir.
- Resumen:
- Aguardar a que Mura les quite la bandera, sin dejar de mantenerse alerta por si Logolas y Gomli intentan algo. Después, recomendarles que abandonen ese piso cuanto antes por si pudiera haber más desprendimientos, acercándose a una de las aperturas del techo a continuación para echar un vistazo. Decidir continuar el camino cuanto antes para no perder tiempo y alcanzar los pisos superiores.
William White
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No tuve problema alguno en dejar pasar al aliado, aunque el pretexto de que “tenía asuntos pendientes” con aquellos sujetos era cuánto menos un insultó a mi inteligencia. -Como si no supiera que vas a robarles la bandera, por mi mejor, así no corro yo los riesgos de hacerlo- pensé para mis adentros.
-Claro, adelante- indiqué al joven parándome lo suficiente como para que pudiera pasar a la sala.
Luego no mucho más tarde el semigigante hizo lo propio, prácticamente obligándome a retirarme intentando tapar mi visión de la puerta, en fin, si tan convencidos estaban de que si ver evitaría imaginarme lo que pasaría en la sala, adelante. El mantra me seguía permitiendo saber todo lo que ocurría la otro lado de la sala. Por lo que hice lo propio y me hice a un lado haciendo dejando que el aliado se sintiera cómodo alejándome unos nueve o tal vez diez metros.
Al acercarme al enmascarado compañero vi que este había logrado abrir la puerta, lo que vi no fue una confirmación de mis sospechas, otro sujeto con la misma apariencia que el tal capitán, el cual estaba peleando contra el famoso contramaestre de los Blue Rose, ya sabía la sala por la que no debía ir al menos. No verme envuelto en combates era una buena manera de sobrevivir a la prueba. Analizando con mantra del primero y comparándolo con el aliado, no tardé en deducir que este último se trataba de un farsante tal como había podido apreciar por los roces que habían parecido tener este con su gran compañero de viaje.
Hablando del rey de roma, el recién llegado capitán parecía estar discutiendo algo con su compañero, al parecer había conseguido lo que quería, una nueva bandera. Pero algo no iba bien, parecía que el semigigante le estaba recriminando ya que al parecer ¿Eran amigos? De los tipos que acaba de robar. Haciéndole un gesto con la mirada al compañero le indiqué que estuviera al tanto, a la vez que me alejaba tras ir el ultimátum que lanzaba el semigigante a su compañero.
Haciendo una seña a mi compañero le indiqué que nos dirigiríamos por la sala de fuego, ya que la de agua al ser usuario no me hacía ninguna gracia, seguramente sería un lago o un mar que tendría que atravesar, además desde el puente comenzaba a observar como el suelo de la torre había comenzado a colapsar, en vista del peligro inminente que suponía aquel viscosa sustancia que ascendía, entré fugazmente a la sala de fuego, esperando que el compañero o bien me siguiera o que lo hiciera tras recuperar lo que es suyo, después de todo era la tercera bandera y nos correspondía una.
Estaba más que cansado de aquellos dos tipejos, después de todo que se quedarán ellos las banderas era la menor de mis preocupaciones. Al menos, el enmascarado tenía sus calzoncillos.
-Lamento que hayas perdido tu bandera, puedes quedarte mis calzoncillos al final de la prueba como compensación- finalicé tratando de agradar al enmascarado, tras eso embozándome la palestina que llevaba en la bolsa de viaje a modo de mascarilla (sin que esta llegara a asfixiarme) para evitar los gases que pudiera emitir la lava, me dispuse a avanzar por el paraje volcánico en busca de alguna salida, consciente de que probablemente el camino al que me había visto “forzado”a escoger sería duro.
Empezaba a lamentarme de nuevo de haber seguido en la prueba, tal vez aquellos hombres del almacén tuvieran razón después de todo. Pero ahora solo me quedaba buscar la salida de aquella sofocante sala.
-Claro, adelante- indiqué al joven parándome lo suficiente como para que pudiera pasar a la sala.
Luego no mucho más tarde el semigigante hizo lo propio, prácticamente obligándome a retirarme intentando tapar mi visión de la puerta, en fin, si tan convencidos estaban de que si ver evitaría imaginarme lo que pasaría en la sala, adelante. El mantra me seguía permitiendo saber todo lo que ocurría la otro lado de la sala. Por lo que hice lo propio y me hice a un lado haciendo dejando que el aliado se sintiera cómodo alejándome unos nueve o tal vez diez metros.
Al acercarme al enmascarado compañero vi que este había logrado abrir la puerta, lo que vi no fue una confirmación de mis sospechas, otro sujeto con la misma apariencia que el tal capitán, el cual estaba peleando contra el famoso contramaestre de los Blue Rose, ya sabía la sala por la que no debía ir al menos. No verme envuelto en combates era una buena manera de sobrevivir a la prueba. Analizando con mantra del primero y comparándolo con el aliado, no tardé en deducir que este último se trataba de un farsante tal como había podido apreciar por los roces que habían parecido tener este con su gran compañero de viaje.
Hablando del rey de roma, el recién llegado capitán parecía estar discutiendo algo con su compañero, al parecer había conseguido lo que quería, una nueva bandera. Pero algo no iba bien, parecía que el semigigante le estaba recriminando ya que al parecer ¿Eran amigos? De los tipos que acaba de robar. Haciéndole un gesto con la mirada al compañero le indiqué que estuviera al tanto, a la vez que me alejaba tras ir el ultimátum que lanzaba el semigigante a su compañero.
Haciendo una seña a mi compañero le indiqué que nos dirigiríamos por la sala de fuego, ya que la de agua al ser usuario no me hacía ninguna gracia, seguramente sería un lago o un mar que tendría que atravesar, además desde el puente comenzaba a observar como el suelo de la torre había comenzado a colapsar, en vista del peligro inminente que suponía aquel viscosa sustancia que ascendía, entré fugazmente a la sala de fuego, esperando que el compañero o bien me siguiera o que lo hiciera tras recuperar lo que es suyo, después de todo era la tercera bandera y nos correspondía una.
Estaba más que cansado de aquellos dos tipejos, después de todo que se quedarán ellos las banderas era la menor de mis preocupaciones. Al menos, el enmascarado tenía sus calzoncillos.
-Lamento que hayas perdido tu bandera, puedes quedarte mis calzoncillos al final de la prueba como compensación- finalicé tratando de agradar al enmascarado, tras eso embozándome la palestina que llevaba en la bolsa de viaje a modo de mascarilla (sin que esta llegara a asfixiarme) para evitar los gases que pudiera emitir la lava, me dispuse a avanzar por el paraje volcánico en busca de alguna salida, consciente de que probablemente el camino al que me había visto “forzado”a escoger sería duro.
Empezaba a lamentarme de nuevo de haber seguido en la prueba, tal vez aquellos hombres del almacén tuvieran razón después de todo. Pero ahora solo me quedaba buscar la salida de aquella sofocante sala.
- resumen:
- Hacerme un lado, alejarme unos nueve metros, ver el otro lada de la sala de viento, descartar el camino al ver a los luchadores. Deducir que Darkel se trata de un farsante, oír la conversación con la habilidad de espía, en vista de que no llegan a las manos y el edificio colápsala, adentrarme en la sala de fuego, usando alguna prenda como pañuelo para evitar gases nocivos. Esperando que el npc haga lo suyo.
Maze
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La chica pegó un bufido, saltando segundos antes de que parte del techo se desprendiera, cayendo en el lugar en el que ella se encontraba, acompañado por una sustancia biscosa y oscura que emanaba en cascada del techo. Al menos se había apartado a tiempo y, por lo que había escuchado, sus contrincantes se habían rendido, tendiéndoles su bandera. -Tanto "esfuerzo" para esto.- Se quejó al haber estropeado su tapadera. Todavía tenía todo el vello del cuerpo erizado tras el susto de antes.
-Sí, vayamonos antes de que se nos caiga todo el techo encima.- Asintió la pelinaranja ante el comentario de Akagami, tampoco es que tuvieran mucho más que hacer, a parte de avanzar. Tomó la bandera que le ofrecían, todavía alerta, por si intentaban hacer cualquier cosa sospechosa. Después de hacerlo y atarse la bandera al brazo, emulando a su compañero, volvió a clavar la mirada en ellos. -Pero antes estaría bien saber que hay más adelante.- Añadió, mirando al bajo y al flaco. -Vosotros debéis venir desde el lado contrario al nuestro... Así que como mínimo tenéis información sobre que hay más adelante... ¿Y bien?- Preguntó mientras llevaba su mano lentamente a una de sus dagas. Esperaba poder sacar algo de aquello. De qué estaban discutiendo antes de que apareciesen ellos dos. ¿Habían llegado a la sala huyendo de algo? Cualquier cosa era de utilidad.
Una vez hablasen, si es que lo hacían, volvería a ponerse a la altura de la lagartija dorada. Deberían empezar a aligerar el paso si querían llegar a la fiesta de verdad.
-Sí, vayamonos antes de que se nos caiga todo el techo encima.- Asintió la pelinaranja ante el comentario de Akagami, tampoco es que tuvieran mucho más que hacer, a parte de avanzar. Tomó la bandera que le ofrecían, todavía alerta, por si intentaban hacer cualquier cosa sospechosa. Después de hacerlo y atarse la bandera al brazo, emulando a su compañero, volvió a clavar la mirada en ellos. -Pero antes estaría bien saber que hay más adelante.- Añadió, mirando al bajo y al flaco. -Vosotros debéis venir desde el lado contrario al nuestro... Así que como mínimo tenéis información sobre que hay más adelante... ¿Y bien?- Preguntó mientras llevaba su mano lentamente a una de sus dagas. Esperaba poder sacar algo de aquello. De qué estaban discutiendo antes de que apareciesen ellos dos. ¿Habían llegado a la sala huyendo de algo? Cualquier cosa era de utilidad.
Una vez hablasen, si es que lo hacían, volvería a ponerse a la altura de la lagartija dorada. Deberían empezar a aligerar el paso si querían llegar a la fiesta de verdad.
- Spoiler:
- Coger la bandera y preguntar que había por el lugar del que habían venido el enano y el arquero. Una vez lo supiesen (o no)
ponerse a la altura de Aka para marcharse.
Dexter Black
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-Puedes quedarte Momoiro- respondió, sacando tres petacas de la chaqueta. Ofreció una a cada uno de los demás y él llevó la mano a una cuarta, ilusoria-. La verdad es que ni quiero ni puedo permitirme mantener territorios en el Paraíso.
La gente tendía a sobrevalorarlo. ¿El Yonkou más fuerte? Si se basase sólo en poder físico tal vez, pero Legim había tenido el mayor ejército pirata nunca visto, así como Émile poseía la mayor influencia política del Nuevo Mundo. Su voz era dueña de los bajos fondos, y había sido muy difícil expulsar de Fiordia su ominosa mano. Mihasy, efectivamente, no tenía nada, y tan sólo conservaba una isla bajo su dominio, pero el equilibrio de poder entre los cuatro grandes del mar era tan delicado que cualquier movimiento que los demás hiciesen podría significar, si no estaba debidamente meditado, que todos los demás saltasen sobre quien osase perturbarlo.
Dio un trago a la ilusión. A pesar de que no podía tocarla ni lo alimentaría, el sabor era delicioso, como recién sacado de la fuente, un sabor que evocaba demasiados recuerdos...
-La cuestión es que no me gusta ni un pelo quedarme fuera de las decisiones importantes- comentó-. Que no me invitasen fue una ofensa, por lo que tenía que asistir. No obstante, Elrik ha hecho un gran trabajo reuniendo a tantos nombres dentro del mundillo, ¿No crees?- dio otro trago-. De cualquier forma, es fácil deducir que pretende una única cosa: Controlar al nuevo gran emperador del mundo. Aun así, no te creas que la elección de un Yonkou es natural. No hay nada más caótico y artificial que imponerte a los demás para llegar al poder, y por eso se necesita apoyo. Yo soy un caso raro.
Él era el caso más raro, sin duda. Tras su expulsión del Ouka Shichibukai los territorios de El Ejo, Foodvalten y Paradise Island habían sido tomados por el floreciente imperio pirata de Blue Rose... No se había autoproclamado, simplemente había surgido porque sí.
Escuchó atentamente las palabras de Zane mientras le respondía, y alzó la petaca al mismo tiempo para brindar. Al parecer se había dado cuenta del mismo problema que él, y era que no había nadie indicado para ocupar el puesto. De hecho, quitando a Arribor, él era el más indicado.
-Un aliado es justo lo que quiero. Pero sólo cuando yo te lo pida, y nunca antes. ¿Entendido? Y si ves la oportunidad antes, asegúrate de demostrar al mundo que puedes estar a mi nivel.
Sacó la bandera del interior de sus pantalones y se la tiró. La mesa y la silla desaparecieron mientras él se levantaba.
-No lo olvides. Sólo cuando te lo pida- repitió mientras se alejaba, buscando algún lugar al que entrar.
La gente tendía a sobrevalorarlo. ¿El Yonkou más fuerte? Si se basase sólo en poder físico tal vez, pero Legim había tenido el mayor ejército pirata nunca visto, así como Émile poseía la mayor influencia política del Nuevo Mundo. Su voz era dueña de los bajos fondos, y había sido muy difícil expulsar de Fiordia su ominosa mano. Mihasy, efectivamente, no tenía nada, y tan sólo conservaba una isla bajo su dominio, pero el equilibrio de poder entre los cuatro grandes del mar era tan delicado que cualquier movimiento que los demás hiciesen podría significar, si no estaba debidamente meditado, que todos los demás saltasen sobre quien osase perturbarlo.
Dio un trago a la ilusión. A pesar de que no podía tocarla ni lo alimentaría, el sabor era delicioso, como recién sacado de la fuente, un sabor que evocaba demasiados recuerdos...
-La cuestión es que no me gusta ni un pelo quedarme fuera de las decisiones importantes- comentó-. Que no me invitasen fue una ofensa, por lo que tenía que asistir. No obstante, Elrik ha hecho un gran trabajo reuniendo a tantos nombres dentro del mundillo, ¿No crees?- dio otro trago-. De cualquier forma, es fácil deducir que pretende una única cosa: Controlar al nuevo gran emperador del mundo. Aun así, no te creas que la elección de un Yonkou es natural. No hay nada más caótico y artificial que imponerte a los demás para llegar al poder, y por eso se necesita apoyo. Yo soy un caso raro.
Él era el caso más raro, sin duda. Tras su expulsión del Ouka Shichibukai los territorios de El Ejo, Foodvalten y Paradise Island habían sido tomados por el floreciente imperio pirata de Blue Rose... No se había autoproclamado, simplemente había surgido porque sí.
Escuchó atentamente las palabras de Zane mientras le respondía, y alzó la petaca al mismo tiempo para brindar. Al parecer se había dado cuenta del mismo problema que él, y era que no había nadie indicado para ocupar el puesto. De hecho, quitando a Arribor, él era el más indicado.
-Un aliado es justo lo que quiero. Pero sólo cuando yo te lo pida, y nunca antes. ¿Entendido? Y si ves la oportunidad antes, asegúrate de demostrar al mundo que puedes estar a mi nivel.
Sacó la bandera del interior de sus pantalones y se la tiró. La mesa y la silla desaparecieron mientras él se levantaba.
-No lo olvides. Sólo cuando te lo pida- repitió mientras se alejaba, buscando algún lugar al que entrar.
- Resumen:
- Chanchullos con Zane. Largarme a por banderas.
Dharkel Asrai Nymraif
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- ¿En serio? – Respondí abandonando el tono de indiferencia y pasotismo que me caracterizaba para, al igual que mi compañero, adoptar uno frío y serio -. Desde el momento en el que tu capitán decidió hacerme parte de su tripulación, de invitarme a participar en esta absurda prueba sabíais a lo que os exponíais. Siempre, o casi siempre – puntualicé – he sido sincero con mis intenciones. ¿O acaso te crees que disfruto estando en la misma isla que grandes y peligrosas personalidades de la piratería? No. Mi trabajo aquí es conseguir banderas para la alianza, y eso es lo que he hecho y seguiré haciendo. Tus queridos amigos han pecado de imprudencia. Esta vez he sido yo, ¿pero y si se hubiesen adelantado otros? Al fin y al cabo, ¿qué importa quién lleve las banderas a la meta? Todos sabemos que irán para Syxel y Zane. Aun así, te empeñas en juzgarme con tu falso ideal de moral superior. Si te fuese desleal o a cualquier otro integrante de la tripulación, ¿te crees que habría accedido a esto? ¿En serio creías que estaba dispuesto a poner en peligro la alianza con un supernova por un simple trozo de tela? – Cuestioné mientras negaba con la cabeza, decepcionado -. Mi arma es la mente, no la fuerza. Y por si no ha quedado claro…
Me vi obligado a parar mi discurso al escuchar un gran estruendo proveniente de la puerta con el símbolo del aire. Tras ignorar a Balagus, me acerqué con cautela para contemplar lo que parecía ser un combate entre Syxel y una de las personas de las que nos había advertido previamente. Mi corazón se aceleró y tragué saliva, todo a mi alrededor se tornó en silencio. ¿Qué diablos habría hecho ahora? ¿O aquello lo habría iniciado el segundo? Fuese cual fuese la pregunta correcta, y sin necesidad de hacer uso del haki, sabía que no podía quedarme allí, y menos con su rostro. Busqué a Arduin y al exhibicionista por el puente. Al observar como huían no pude evitar maldecir para mis adentros.
- Si quieres descargar tu frustración con alguien, deberías ayudar a Syxel. Yo despertaré a tus amigos, pero no les devolveré la bandera – dije recobrando ligeramente el aire de indiferencia mientras doblaba y guardaba la bandera en uno de los bolsillos como buenamente podía. El semigigante tendría que tomar una decisión. Ayudar a su capitán y confiar una vez más en mí, o por el contrario dejar a Syxel a su suerte y socorrer a nuestros aliados.
Para mi sorpresa, Balagus me indicó que dejase la puerta abierta, recorrió la distancia que nos separaba de los que descansaban plácidamente bajo la sombra del árbol y con la misma rapidez, probablemente debido a sus grandes zancadas, los depositó junto a mí. Éste no tardo en gritar y lanzarse a la carga para socorrer a Syxel. Por mi parte, me crují los dedos, alcé el brazo y les propiné al gyojin y al semigigante dos guantazos con la mano abierta a cada uno.
- Ya habéis perdido demasiado tiempo – dije una vez se despertaron.
Me vi obligado a parar mi discurso al escuchar un gran estruendo proveniente de la puerta con el símbolo del aire. Tras ignorar a Balagus, me acerqué con cautela para contemplar lo que parecía ser un combate entre Syxel y una de las personas de las que nos había advertido previamente. Mi corazón se aceleró y tragué saliva, todo a mi alrededor se tornó en silencio. ¿Qué diablos habría hecho ahora? ¿O aquello lo habría iniciado el segundo? Fuese cual fuese la pregunta correcta, y sin necesidad de hacer uso del haki, sabía que no podía quedarme allí, y menos con su rostro. Busqué a Arduin y al exhibicionista por el puente. Al observar como huían no pude evitar maldecir para mis adentros.
- Si quieres descargar tu frustración con alguien, deberías ayudar a Syxel. Yo despertaré a tus amigos, pero no les devolveré la bandera – dije recobrando ligeramente el aire de indiferencia mientras doblaba y guardaba la bandera en uno de los bolsillos como buenamente podía. El semigigante tendría que tomar una decisión. Ayudar a su capitán y confiar una vez más en mí, o por el contrario dejar a Syxel a su suerte y socorrer a nuestros aliados.
Para mi sorpresa, Balagus me indicó que dejase la puerta abierta, recorrió la distancia que nos separaba de los que descansaban plácidamente bajo la sombra del árbol y con la misma rapidez, probablemente debido a sus grandes zancadas, los depositó junto a mí. Éste no tardo en gritar y lanzarse a la carga para socorrer a Syxel. Por mi parte, me crují los dedos, alcé el brazo y les propiné al gyojin y al semigigante dos guantazos con la mano abierta a cada uno.
- Ya habéis perdido demasiado tiempo – dije una vez se despertaron.
- Resumen:
- *Aclaraciones: Lo que pongo que hace Balagus, es porque él mismo me lo comentó, no me lo he sacado de la manga ni nada.
- Responder a Balagus (y probablemente, cabrearle más).
- Sugerirle a Balagus que ayude a Syxel.
- Intentar despertar de dos guantazos a Luka y a Marc.
Balagus
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La reacción del mendigo, a quien no había dejado de considerar como el más cobarde y artero de nuestra tripulación, con excepción, quizás, de Jish, consiguió sorprenderme momentáneamente y hacerme vacilar unos momentos.
Y a medida que soltaba su severo discurso, a mi mente volvieron la rabia y la desconfianza, mezclados con el respeto que el mendigo había ganado repentinamente al plantarme cara. No podía negarle que tenía razón: siempre había sido sincero en sus procedimientos e intenciones. Sin embargo, sí que me encantaría haberle recriminado el negarles ayuda a nuestros aliados.
Pese a las ganas que tenía de gritarle un par de cosas y darle unas cuantas tortas, controlé mi ira y la dejé concentrarse como el río en una presa. Darle a Dharkel la satisfacción de tener razón recurriendo a la violencia gratuita era lo último que quería conseguir. "¿Que si creo que pondrías en peligro la alianza y a la propia tripulación? Por salvar tu patético culo mohoso, por supuesto".
Mi compañero se disponía a seguir recriminándome mi actitud tras una pequeña pausa para menear la cabeza cuando una interrupción en forma de ruido masivo le negó ese derecho. La puerta del aire, que había permanecido cerrada hasta que el tipejo de la ropa interior la abrió, dio paso a una encarnizada lucha bajo el suelo enrejado de la nueva estancia. La identidad de los participantes en la reyerta me hizo chasquear la lengua y apretar los dientes.
"Esperaba que pudiéramos durar más sin que algunos de los "Syxeles" la liara."
Nuestros improvisados aliados, por su parte parecían batirse en retirada. Durante un segundo estuve tentado de lanzarles el hacha, pero no quería perderla en la habitación del fuego hacia la que se dirigían y tampoco es que se merecieran tal castigo. A fin de cuentas, ya no tenían bandera.
Y entonces la voz de Dharkel regresó a mis oídos como una mala exnovia infiel que seguía con afán de molestar hasta morirse. Su propuesta no estaba desprovista de lógica y sentido común, pero todavía quedaban sectores bastante amplios de mi cerebro muy reacios a dar su brazo a torcer.
- Espera aquí y mantenme la puerta abierta. -Le hice saber a mi compañero tras subyugar a las neuronas rebeldes.
Activando toda la fuerza de mis piernas y marcando su musculatura, me lancé a la carrera hacia el gyiojin y el semigigante yacientes en la sala de la tierra. Asegurándome a ambos sobre los brazos, regresé tan rápido como pude, pues el peso de ambos no era ninguna tontería aun teniendo en cuenta mi titánica fuerza.
Tan pronto como hube traspasado el umbral, dejé en el suelo junto a Dharkel a ambos y continué corriendo hacia la sala del aire, desenfundando las hachas en el proceso. Mientras pasaba sobre los puentes, no perdí detalle del extraño líquido que empezaba a llenar el piso inferior y de que las escaleras se habían desplomado.
- ¡Despiértalos a ambos y corre! -Grité al mendigo disfrazado, cuando apenas me quedaban unos metros para alcanzar mi destino.- ¡Hay que seguir subiendo, no nos esperes!
Y volviendo la vista al frente, enarbolé mis armas y bramé un grito de guerra terminado en una risa salvaje. Fuera cual fuera la situación allí dentro, estaba más que dispuesto a ayudar a mi capitán y, por extensión, a su irritante acompañante, aunque aquello pudiera costarme la vida.
Y a medida que soltaba su severo discurso, a mi mente volvieron la rabia y la desconfianza, mezclados con el respeto que el mendigo había ganado repentinamente al plantarme cara. No podía negarle que tenía razón: siempre había sido sincero en sus procedimientos e intenciones. Sin embargo, sí que me encantaría haberle recriminado el negarles ayuda a nuestros aliados.
Pese a las ganas que tenía de gritarle un par de cosas y darle unas cuantas tortas, controlé mi ira y la dejé concentrarse como el río en una presa. Darle a Dharkel la satisfacción de tener razón recurriendo a la violencia gratuita era lo último que quería conseguir. "¿Que si creo que pondrías en peligro la alianza y a la propia tripulación? Por salvar tu patético culo mohoso, por supuesto".
Mi compañero se disponía a seguir recriminándome mi actitud tras una pequeña pausa para menear la cabeza cuando una interrupción en forma de ruido masivo le negó ese derecho. La puerta del aire, que había permanecido cerrada hasta que el tipejo de la ropa interior la abrió, dio paso a una encarnizada lucha bajo el suelo enrejado de la nueva estancia. La identidad de los participantes en la reyerta me hizo chasquear la lengua y apretar los dientes.
"Esperaba que pudiéramos durar más sin que algunos de los "Syxeles" la liara."
Nuestros improvisados aliados, por su parte parecían batirse en retirada. Durante un segundo estuve tentado de lanzarles el hacha, pero no quería perderla en la habitación del fuego hacia la que se dirigían y tampoco es que se merecieran tal castigo. A fin de cuentas, ya no tenían bandera.
Y entonces la voz de Dharkel regresó a mis oídos como una mala exnovia infiel que seguía con afán de molestar hasta morirse. Su propuesta no estaba desprovista de lógica y sentido común, pero todavía quedaban sectores bastante amplios de mi cerebro muy reacios a dar su brazo a torcer.
- Espera aquí y mantenme la puerta abierta. -Le hice saber a mi compañero tras subyugar a las neuronas rebeldes.
Activando toda la fuerza de mis piernas y marcando su musculatura, me lancé a la carrera hacia el gyiojin y el semigigante yacientes en la sala de la tierra. Asegurándome a ambos sobre los brazos, regresé tan rápido como pude, pues el peso de ambos no era ninguna tontería aun teniendo en cuenta mi titánica fuerza.
Tan pronto como hube traspasado el umbral, dejé en el suelo junto a Dharkel a ambos y continué corriendo hacia la sala del aire, desenfundando las hachas en el proceso. Mientras pasaba sobre los puentes, no perdí detalle del extraño líquido que empezaba a llenar el piso inferior y de que las escaleras se habían desplomado.
- ¡Despiértalos a ambos y corre! -Grité al mendigo disfrazado, cuando apenas me quedaban unos metros para alcanzar mi destino.- ¡Hay que seguir subiendo, no nos esperes!
Y volviendo la vista al frente, enarbolé mis armas y bramé un grito de guerra terminado en una risa salvaje. Fuera cual fuera la situación allí dentro, estaba más que dispuesto a ayudar a mi capitán y, por extensión, a su irritante acompañante, aunque aquello pudiera costarme la vida.
- Resumen:
- - Escuchar a Dharkel en su verborrea mientras mantengo a raya mis instintos asesinos.
- Regresar a por Marc y Luka en la sala haciendo uso de mi Explosión de Velocidad.
- Dejar a los dormilones con Dharkel y continuar la carrera hacia la sala del aire para ayudar a Syxel e Ivan, con ambas hachas prestas.
*Aclaración: Doy fe, Dharkel me preguntó antes de postear.
- Dato técnico:
- Explosión de velocidad:
- Balagus concentra su fuerza en las piernas y se lanza a la carrera a una velocidad muy superior a la habitual, un 500%, exactamente. Esta velocidad persiste durante dos turnos, pero cuando se acaba no se puede volver a usar hasta pasados dos turnos.
Fue una sorpresa. Dexter había decido tener a Zane como aliado, en un principio en el evento, aunque el pelirrojo esperaba que fuera algo a largo plazo, no solo en esa ocasión. Sin embargo, remarcó mucho y con un tono que le hizo tragar saliva que solo cuando él lo requiriera.
-Entendido –asintió Zane con asombro, al ver como dejaba su bandera sobre la mesa. Entre tanto, la ilusión que conformaba la mesa y las sillas se desvaneció y cayó al suelo de culo. Rápidamente se levantó, pero el yonkou ya estaba algo alejado, pero su fiel mascota continuaba cerca-. ¡Eh, tú! ¡Bicho! –le dijo al mapache, lanzándole justo después uno de sus den den Zane-. Dáselo a tu capitán, ¿entendido? Dile que cualquier cosa que me lo comunique por ahí.
Haciendo un apaño, escondió la bandera que le entregó Dexter junto a la suya, en el lugar donde un hombre decente no osaría tocar, bien atada y sin que se note. Y tras ello se acercó a Therax.
-Socio, llama a Luka y dile que no se meta en la cuestiones de los Blue Dragons, la banda de Dexter. Ahora son nuestros aliados, así que intente no liarla mucho con ellos como en la taberna. Ya le contaremos todo cuando lo tengamos frente por frente.
Una vez el rubio hizo aquello, se fue en busca de una puerta o escalera que le lleve a un piso superior. Esperaba no tener que hacerse paso por un ano para ascender, pues no sería muy agradable.
-Entendido –asintió Zane con asombro, al ver como dejaba su bandera sobre la mesa. Entre tanto, la ilusión que conformaba la mesa y las sillas se desvaneció y cayó al suelo de culo. Rápidamente se levantó, pero el yonkou ya estaba algo alejado, pero su fiel mascota continuaba cerca-. ¡Eh, tú! ¡Bicho! –le dijo al mapache, lanzándole justo después uno de sus den den Zane-. Dáselo a tu capitán, ¿entendido? Dile que cualquier cosa que me lo comunique por ahí.
Haciendo un apaño, escondió la bandera que le entregó Dexter junto a la suya, en el lugar donde un hombre decente no osaría tocar, bien atada y sin que se note. Y tras ello se acercó a Therax.
-Socio, llama a Luka y dile que no se meta en la cuestiones de los Blue Dragons, la banda de Dexter. Ahora son nuestros aliados, así que intente no liarla mucho con ellos como en la taberna. Ya le contaremos todo cuando lo tengamos frente por frente.
Una vez el rubio hizo aquello, se fue en busca de una puerta o escalera que le lleve a un piso superior. Esperaba no tener que hacerse paso por un ano para ascender, pues no sería muy agradable.
- Resumen:
- Terminar de hacer cosas turbias con Dex y darle un den den Zane a Rocket para que se lo entregue. Guardar su bandera a buen recaudo y buscar una puerna/escalera/salida que nos lleve a un piso superior. Además de pedirle a Therax que llame a Luka por den den
Nailah
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Nailah empujó con fuerza la puerta una vez más. El tamaño de esta era pesado y resultaba difícil moverla sin hacer ningún tipo de esfuerzo. En cuanto la abrió de todo miró como era la sala. Era completamente redonda y no muy grande, en comparación con las anteriores debía ser la más pequeña hasta el momento. Se detuvo antes de seguir avanzando, pues ante ella se extendía una enorme piscina de agua.
Asomó la cabeza, tratando de ver en las profundidades del agua pero estaba demasiado oscuro como para apreciarlo. Se frotó la barbilla, pensando qué hacer y miró al techo. ¿Otra puerta? A este paso se acabaría convirtiendo en una experta de abrir puertas. ¿Cuántas llevaba ya? Perdió la cuenta con esta última. El problema de la puerta de arriba es que no sería capaz de llegar hasta ella debido a la distancia de altura. Pensó en lanzar a Biscuit o decirle que intentara llegar hasta la puerta de arriba, pero el problema era la gran altura que los separaba y, si lo hacía, ella seguiría estando abajo.
Nailah dio un primer salto a una de las plataformas de madera. No parecían muy estables, pero continuó despacio por estas hasta llegar a la puerta de enfrente, la cual no tenía manillar para abrirla. Estiró los brazos y probó a empujarla con fuerza haciendo que resonara el metal. En caso de que no se abriera, le diría a Biscuit si era capaz de tirarla abajo.
La pirata volvió a asomarse al agua y se planteó de nuevo no bucear. El hecho de no ver las profundidades le hacía desconfiar y parecía que era la única a la que le tocaba mojarse desde que había empezado ese evento. Que injusto.
Asomó la cabeza, tratando de ver en las profundidades del agua pero estaba demasiado oscuro como para apreciarlo. Se frotó la barbilla, pensando qué hacer y miró al techo. ¿Otra puerta? A este paso se acabaría convirtiendo en una experta de abrir puertas. ¿Cuántas llevaba ya? Perdió la cuenta con esta última. El problema de la puerta de arriba es que no sería capaz de llegar hasta ella debido a la distancia de altura. Pensó en lanzar a Biscuit o decirle que intentara llegar hasta la puerta de arriba, pero el problema era la gran altura que los separaba y, si lo hacía, ella seguiría estando abajo.
Nailah dio un primer salto a una de las plataformas de madera. No parecían muy estables, pero continuó despacio por estas hasta llegar a la puerta de enfrente, la cual no tenía manillar para abrirla. Estiró los brazos y probó a empujarla con fuerza haciendo que resonara el metal. En caso de que no se abriera, le diría a Biscuit si era capaz de tirarla abajo.
La pirata volvió a asomarse al agua y se planteó de nuevo no bucear. El hecho de no ver las profundidades le hacía desconfiar y parecía que era la única a la que le tocaba mojarse desde que había empezado ese evento. Que injusto.
- Resumen:
- -Atravesar con cuidado las plataformas de madera.
-Intentar abrir la puerta mediante un empujón fuerte y en caso de no funcionar pedirle a Biscuit que la tire abajo.
Sorprendentemente, el yonkou aceptó la proposición de Zane. Bueno, mejor dicho pensaba de un modo similar a él y ambos habían llegado a una conclusión parecida. Sin comerlo ni beberlo, y sin saber si su capitán había previsto algo como aquello o todo había sido fruto del azar y la improvisación, los Arashi se habían convertido en algo así como los aliados de los Blue Rose. No. "Algo así como" no, sus oídos habían captado la palabra "aliado" perfectamente. En realidad Dexter sólo se había referido al pelirrojo, pero aquel acuerdo implicaba irremediablemente a la tripulación del segundo.
Si Therax se hubiese encontrado bebiendo en esos momentos, con toda seguridad lo habría puesto todo perdido de licor. Sin hacer ninguna exigencia más, el que se había convertido en su anfitrión en la sala de culos se levantó y entregó su bandera. «¿Así sin más?», se preguntó el rubio, esperando alguna demanda. No obstante, nada de eso sucedió. Simplemente se alejó.
Cuando Zane se dirigió a él aún seguía perplejo. Se giró para observar a su capitán. ¿Desde cuándo era tan alto? Entonces se dio cuenta: la mesa y las sillas habían desaparecido y él había caído al suelo.
-¿Ahora soy tu secretaria? -bromeó mientras se ponía en pie y caminaba junto a Zane en dirección a la puerta por la que habían accedido a aquella sala. Mientras lo hacían, sacó de uno de sus bolsillos un molusco con un inquietante parecido al pelirrojo y trató de establecer comunicación.
En caso de que Luka respondiese, reproduciría las palabras del supernova, remarcando que había llegado a una especie de acuerdo con Dexter y que no debían entrometerse en los asuntos de los Blue Rose. No tendría tiempo de explayarse con sus explicaciones, pero se aseguraría de que el gyojin tuviese una idea más o menos clara de lo que sucedía.
Una vez llegaron a la sala en la que se encontraban anteriormente, se detuvo a contemplar los alrededores. El corpulento tripulante de Syxel ya no se encontraba allí, y un gran número de puertas permanecían cerradas. La curiosidad volvió a hacer acto de presencia y, tras situarse frente a otro de los posibles caminos, le dirigió una mirada a Zane.
-¿Qué te parece ésta? Aunque siempre podemos subir -añadió, señalando a la escalera que ascendía en espiral en torno al pilar central.
Si Therax se hubiese encontrado bebiendo en esos momentos, con toda seguridad lo habría puesto todo perdido de licor. Sin hacer ninguna exigencia más, el que se había convertido en su anfitrión en la sala de culos se levantó y entregó su bandera. «¿Así sin más?», se preguntó el rubio, esperando alguna demanda. No obstante, nada de eso sucedió. Simplemente se alejó.
Cuando Zane se dirigió a él aún seguía perplejo. Se giró para observar a su capitán. ¿Desde cuándo era tan alto? Entonces se dio cuenta: la mesa y las sillas habían desaparecido y él había caído al suelo.
-¿Ahora soy tu secretaria? -bromeó mientras se ponía en pie y caminaba junto a Zane en dirección a la puerta por la que habían accedido a aquella sala. Mientras lo hacían, sacó de uno de sus bolsillos un molusco con un inquietante parecido al pelirrojo y trató de establecer comunicación.
En caso de que Luka respondiese, reproduciría las palabras del supernova, remarcando que había llegado a una especie de acuerdo con Dexter y que no debían entrometerse en los asuntos de los Blue Rose. No tendría tiempo de explayarse con sus explicaciones, pero se aseguraría de que el gyojin tuviese una idea más o menos clara de lo que sucedía.
Una vez llegaron a la sala en la que se encontraban anteriormente, se detuvo a contemplar los alrededores. El corpulento tripulante de Syxel ya no se encontraba allí, y un gran número de puertas permanecían cerradas. La curiosidad volvió a hacer acto de presencia y, tras situarse frente a otro de los posibles caminos, le dirigió una mirada a Zane.
-¿Qué te parece ésta? Aunque siempre podemos subir -añadió, señalando a la escalera que ascendía en espiral en torno al pilar central.
- Resumen:
- Flipar un poco con el trato entre Zane y Dexter, intentar llamar a Luka para ponerle al tanto de lo sucedido (condicionado a que despierte y pueda contestar, claro), volver a la sala de la que veníamos antes de la de los culos y proponer ir por otra de las puertas cerradas.
Ivan Markov
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Parecía que aquel día nada le salía al derecho. No sólo el Manto de Sombras había salido dañado al evitar la llamarada, sino que Deathstroke le había malinterpretado totalmente. Tal vez debería haber pensado mejor las palabras antes de soltarlas... al fin y al cabo estaba en un momento delicado. Para más inri parecía que ahora era un poco tarde para rectificar o tratar de explicar el malentendido, pues podía sentir tanto en el tono del pirata como en su presencia ira y hostilidad. ¿Qué tocaba ahora? Estaba en una situación cuanto menos difícil, y se le ocurrían pocos escenarios en los que salieran airosos o enteros. Unas de sus pocas posibilidades era aguantar hasta que llegase ayuda... "O hasta que ocurra un milagro" pensó, un tanto pesimista. En fin, esa había sido su elección y ahora tendría que aguantar con ella hasta sus últimas consecuencias. Esbozó una sonrisa nerviosa, mientras una gota de sudor le caía por el rostro. "Syxel, ¿me estás oyendo aún? Tengo un plan." Le explicó a rasgos generales la idea que tenía en mente, procurando dejarle claro que no comenzase con su parte hasta que él hubiese hecho la suya. En menudo lío se habían ido a meter...
- Si hubieras escuchado realmente mis palabras, entenderías que ni te he hablado de manera arrogante ni te he llamado insensato. Pero si es guerra lo que quieres... - su cuerpo comenzó a cambiar mientras entraba en forma completa, sin abandonar el aspecto de Syxel - ...guerra tendrás.
Su piel se había vuelto muy pálida y sus ojos de color dorado intenso, que parecía brillar con luz propia. Además el pelo se le volvió de color blanco plateado. Empuñó la katana con ambas manos y una mirada seria, mientras la misma llama blanca de antes comenzaba a fluir por toda la hoja. Sin embargo el Ju Senshi no estaba para tonterías, y transformándose él también en un ser monstruoso que parecía medio humano y medio pájaro, se abalanzó sobre él, apareciendo a su lado en apenas un instante. Fue tan insultantemente rápido que por un instante una nota de temor se reflejó en la mirada del vampiro, demasiado acostumbrado a abusar de su habitualmente superior velocidad. Sin embargo que este no fuera el caso no significaba que todo estuviera perdido, y su verdadero problema fue otro. Cuando Deathstroke chasqueó los dedos, notó un impacto en su torso y retrocedió varios metros derrapando, con el viento aullando en sus oídos mientras la presencia del otro le envolvía, inmensa y sobrecogedora. Se sintió totalmente sobrepasado y ahogado como si un gigante estuviera estrujándolo con una mano. Tan débil e indefenso como cuando el propio Derian había usado su haoshoku contra él.
- ¿Tercer... strike? - se tambaleó, al borde de la inconsciencia - Tú... eres el que no sabe con quién habla...
Algo latía en su interior. Una sensación familiar que ya había acudido a él en otras ocasiones, como un viejo aliado confiable. Era una determinación casi obsesiva, una férrea voluntad de no dejarse doblegar. Sobreponiéndose, apretando los dientes con tanta fuerza que le dolió, dirigió una furiosa mirada al ser que tenía enfrente. Su presencia estalló en una onda de haki que, aunque más pequeña, se contrapuso a la del Ju Senshi con ferocidad. Las voluntades de ambos chocaron violentamente, haciendo retroceder de nuevo al vampiro un único paso, tras lo cual se forzó a mantener la posición con una pose estoica. Con el pelo agitado por el fuerte viento, clavó sus ojos en los de Deathstroke mientras se centraba en su instinto asesino y toda la furia que en él había despertado. Se centró totalmente en una única imagen mental: él mismo apareciendo a la izquierda del pirata y cortándolo por la mitad, esforzándose en cada detalle e imaginándose la sensación de su acero cortando su carne. Mientras lo hacía, sus pupilas se tiñeron de rojo intenso. Levantó la katana y se preparó.
- Ahora - le dijo telepáticamente a Syxel.
A toda la velocidad que pudo, cargó de frente contra Deathstroke lanzándole una estocada directa al pecho. ¿Una táctica arriesgada? Tal vez. Sin embargo, si su Mirada había funcionado y Syxel había seguido sus instrucciones, tal vez perdiera la concentración en su kenbunshoku por la presión mental o la confusión por las predicciones contradictorias entre sí (la falsa que intentaría implantar con su poder y las verdadera de su ataque y el de su compañero). Mientras realizaba su ataque, escuchó un feroz grito de batalla tras él.
- Al fin llega la caballería - sonrió.
- Si hubieras escuchado realmente mis palabras, entenderías que ni te he hablado de manera arrogante ni te he llamado insensato. Pero si es guerra lo que quieres... - su cuerpo comenzó a cambiar mientras entraba en forma completa, sin abandonar el aspecto de Syxel - ...guerra tendrás.
Su piel se había vuelto muy pálida y sus ojos de color dorado intenso, que parecía brillar con luz propia. Además el pelo se le volvió de color blanco plateado. Empuñó la katana con ambas manos y una mirada seria, mientras la misma llama blanca de antes comenzaba a fluir por toda la hoja. Sin embargo el Ju Senshi no estaba para tonterías, y transformándose él también en un ser monstruoso que parecía medio humano y medio pájaro, se abalanzó sobre él, apareciendo a su lado en apenas un instante. Fue tan insultantemente rápido que por un instante una nota de temor se reflejó en la mirada del vampiro, demasiado acostumbrado a abusar de su habitualmente superior velocidad. Sin embargo que este no fuera el caso no significaba que todo estuviera perdido, y su verdadero problema fue otro. Cuando Deathstroke chasqueó los dedos, notó un impacto en su torso y retrocedió varios metros derrapando, con el viento aullando en sus oídos mientras la presencia del otro le envolvía, inmensa y sobrecogedora. Se sintió totalmente sobrepasado y ahogado como si un gigante estuviera estrujándolo con una mano. Tan débil e indefenso como cuando el propio Derian había usado su haoshoku contra él.
- ¿Tercer... strike? - se tambaleó, al borde de la inconsciencia - Tú... eres el que no sabe con quién habla...
Algo latía en su interior. Una sensación familiar que ya había acudido a él en otras ocasiones, como un viejo aliado confiable. Era una determinación casi obsesiva, una férrea voluntad de no dejarse doblegar. Sobreponiéndose, apretando los dientes con tanta fuerza que le dolió, dirigió una furiosa mirada al ser que tenía enfrente. Su presencia estalló en una onda de haki que, aunque más pequeña, se contrapuso a la del Ju Senshi con ferocidad. Las voluntades de ambos chocaron violentamente, haciendo retroceder de nuevo al vampiro un único paso, tras lo cual se forzó a mantener la posición con una pose estoica. Con el pelo agitado por el fuerte viento, clavó sus ojos en los de Deathstroke mientras se centraba en su instinto asesino y toda la furia que en él había despertado. Se centró totalmente en una única imagen mental: él mismo apareciendo a la izquierda del pirata y cortándolo por la mitad, esforzándose en cada detalle e imaginándose la sensación de su acero cortando su carne. Mientras lo hacía, sus pupilas se tiñeron de rojo intenso. Levantó la katana y se preparó.
- Ahora - le dijo telepáticamente a Syxel.
A toda la velocidad que pudo, cargó de frente contra Deathstroke lanzándole una estocada directa al pecho. ¿Una táctica arriesgada? Tal vez. Sin embargo, si su Mirada había funcionado y Syxel había seguido sus instrucciones, tal vez perdiera la concentración en su kenbunshoku por la presión mental o la confusión por las predicciones contradictorias entre sí (la falsa que intentaría implantar con su poder y las verdadera de su ataque y el de su compañero). Mientras realizaba su ataque, escuchó un feroz grito de batalla tras él.
- Al fin llega la caballería - sonrió.
- resumen y cosas usadas:
- - Blablabla
- Utilizo mi haki del rey para contrarrestar la técnica de Deathstroke
- Ataco a Death
Jäger schauen: Cuando activa este poder, los ojos de Ivan se vuelven rojos. Todo el que le mire a los ojos sentirá miedo hacia él, este es un efecto escénico y a interpretar por el jugador, pero perdurará durante un rato después a que se corte el contacto visual. Además las personas que tengan al menos diez niveles menos que él sabrán al momento que están ante alguien más poderoso que ellos. De manera activa y no más de una vez cada dos posts por persona, puede hacer que alguien a quien esté mirando a los ojos sienta su sed de sangre en toda su intensidad, y tendrá una premonición como las del haki de observación en que verá a Ivan atacándole de acuerdo a la manera en que este esté pensando en dañarle.
Ámbito: Dritter Mond, Boreas [Manual de Canalización]: Con este poder Ivan canaliza el frío de la técnica base del "Estilo de las Doce Lunas" para generar una llama fría en torno a un arma, sus manos o munición de una pistola. Esta llama está a -20º, y congela en vez de quemar. Como componente escénico, es capaz de generar una desagradable sensación de frío al tocar a alguien.
Velocidad x10 pasivo (tabla de akuma+PU)
Katana de Ugetsu: Una katana de kairoseki del 25% de pureza.
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Mientras ascendía por aquella inmensa estancia, ahora desolada, no podía dejar de darle vueltas en mi cabeza a lo sucedido una y otra vez. Cómo si buscase alguna forma de concebir lógica alguna en lo que había sucedido. Pero también continuaba repitiéndome a mí mismo que ya era demasiado tarde para lamentaciones, y que cómo siempre, tan solo quedaba una opción: avanzar.
Ya había recorrido más de la mitad del camino que me separaba del lugar donde había comenzado el enfrentamiento, cuándo me detuve al escuchar la voz de Ivan en mi cabeza. Desde donde me encontraba ya podía ver lo que parecían ser unas rejas que separaban las dos habitaciones, y la abertura en las mismas que probablemente hubiesen causado ellos mismos. Escuché con atención el plan que mi compañero proponía, y aún sin pasar por alto que todo aquello era una locura, fui consciente de que tampoco teníamos alternativa.
"Está bien" Me limité a responderle.
Ascendí algunos metros más, situándome cerca de la plataforma sobre la que se encontraban, y utilizando el haki para ubicarles sobre esta. Manteniéndome suspendido en el aire desenvainé mi espada y, empuñando esta con ambas manos, pulsé el botón rojo. Al instante la hoja del arma comenzó a calentarse, adquiriendo su peculiar tono incandescente. Cerré los ojos, dejé escapar el aire de mis pulmones lentamente y esperé.
Los segundos transcurrieron tan lentos que parecían horas, y la espera resultaba interminable. Desde donde me encontraba ya podía escuchar la conversación entre el Ju Senshi y el cazador, y no pasé por alto la presencia de Balagus acercándose a gran velocidad.
"Ahora" Escuché el aviso de mi compañero, y al instante actué. Sin perder ni un segundo reanudé el ascenso, acometiendo en línea recta a tanta velocidad como pudiese. Imbuyendo una vez más mis brazos y espada en haki, descargaría un poderoso corte justo al llegar a las rejas para abrirme camino a través de estas. Y si había logrado ubicar a Deathstroke correctamente, surgiría justo bajo sus pies acompañando la ofensiva de mis camaradas con un tajo diagonal ascendente.
Fuese como fuese el ataque, continuaría ascendiendo hasta situarme un par de metros por encima de sus cabezas y, encarándome, me prepararía para recibir un más que probable ataque por la criatura alada en la que se había convertido nuestro oponente.
Ya había recorrido más de la mitad del camino que me separaba del lugar donde había comenzado el enfrentamiento, cuándo me detuve al escuchar la voz de Ivan en mi cabeza. Desde donde me encontraba ya podía ver lo que parecían ser unas rejas que separaban las dos habitaciones, y la abertura en las mismas que probablemente hubiesen causado ellos mismos. Escuché con atención el plan que mi compañero proponía, y aún sin pasar por alto que todo aquello era una locura, fui consciente de que tampoco teníamos alternativa.
"Está bien" Me limité a responderle.
Ascendí algunos metros más, situándome cerca de la plataforma sobre la que se encontraban, y utilizando el haki para ubicarles sobre esta. Manteniéndome suspendido en el aire desenvainé mi espada y, empuñando esta con ambas manos, pulsé el botón rojo. Al instante la hoja del arma comenzó a calentarse, adquiriendo su peculiar tono incandescente. Cerré los ojos, dejé escapar el aire de mis pulmones lentamente y esperé.
Los segundos transcurrieron tan lentos que parecían horas, y la espera resultaba interminable. Desde donde me encontraba ya podía escuchar la conversación entre el Ju Senshi y el cazador, y no pasé por alto la presencia de Balagus acercándose a gran velocidad.
"Ahora" Escuché el aviso de mi compañero, y al instante actué. Sin perder ni un segundo reanudé el ascenso, acometiendo en línea recta a tanta velocidad como pudiese. Imbuyendo una vez más mis brazos y espada en haki, descargaría un poderoso corte justo al llegar a las rejas para abrirme camino a través de estas. Y si había logrado ubicar a Deathstroke correctamente, surgiría justo bajo sus pies acompañando la ofensiva de mis camaradas con un tajo diagonal ascendente.
Fuese como fuese el ataque, continuaría ascendiendo hasta situarme un par de metros por encima de sus cabezas y, encarándome, me prepararía para recibir un más que probable ataque por la criatura alada en la que se había convertido nuestro oponente.
- Resumen:
- Escucho el plan de Ivan mientras me dirijo hacia ellos y accedo a seguir su idea. Espero y me preparo, hasta que recibo la señal. Momento en el que atravieso el suelo (cortándolo previamente) y acompaño su ofensiva con mi propio ataque.
Características: Fuerza 6, Resistencia 6, Poder de destrucción 4, Agilidad 4, Reflejos 2 // Fuerza y resistencia x6; agilidad y reflejos x4; velocidad x2.
Espada misteriosa: Equipo legendario; hoja a 1500º.
Haki: Armadura desarrollado y observación entrenado.
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La cosa se ponía más interesante por momentos, parecía ser que mis palabras habían ofendido al hombre que tenía delante de mí, quien, retrocedió unos metros tras el chasquido de dedos, sintiendo en ese momento además la voluntad de mi oponente evitando de esa forma caer inconsciente por el ataque. “Parece que no es un don nadie” pensé al ver como se levantaba. Mientras lo hacía noté que la presencia del gemelo que se había quedado abajo y había provocado la explosión, estaba subiendo y acercándose.
De pronto un aura asesina me hizo desviar la atención del tipo que subía nuevamente al gemelo con haki del rey, de quien provenía. Miré al hombre y de pronto una imagen apareció en mi cabeza de él intentando cortarme por la mitad desde la izquierda. Dicha visión imaginé que había sido obra del haki de observación. Sin que mi oponente lo notara hice una ilusión de mi justo en el punto en el que estaba una vez hecha, di un par de pasos hacia atrás camuflando mediante la ilusión, esperaría a que estuviese en el aire para que cuando intentase cortarme, romperle los huesos del brazo y que no pudiese seguir usando el arma.
Una presencia más comenzó a acercarse hacia nuestra posición, la fiesta se hacía conocida, no sabía si sería amigo o enemigo, y eso no me importaba en estos momentos, esperaba el momento oportuno para el contraataque. Sin embargo, mientras observaba al joven, pude ver como la electricidad que recorría su cuerpo del cerebro a los músculos, no lo hacía de la forma que debería para hacer lo que había visto, “un engaño, interesante” pensé cuando mi oponente saltó sobre mí.
Justo cuando estaba a punto de golpear la ilusión con una estocada el suelo comenzó a resquebrajarse desde el suelo y una punta comenzaba a subir. No lo había detectado con el mantra, algo que sin duda me extrañó bastante teniendo en cuenta que lo había notado con anterioridad, debía de andarme con cuidado con esos dos. Salté hacia mi ilusión, pero por encima del chico que había intentado darme una estocada, una vez estuviese por encima de él le intentaría golpear dándole un puñetazo en mitad de la espalda con el aguijón que tenía en la armadura. Si conseguía golpearle, además de inocularle veneno con el aguijón, el poder del golpe quizás le hiciese caer lo suficiente como para que su hermano le atravesase con la espada. Además, aproveché el ataque para comenzar a cargar el brazo derecho en caso de que necesitase el escudo.
De pronto un aura asesina me hizo desviar la atención del tipo que subía nuevamente al gemelo con haki del rey, de quien provenía. Miré al hombre y de pronto una imagen apareció en mi cabeza de él intentando cortarme por la mitad desde la izquierda. Dicha visión imaginé que había sido obra del haki de observación. Sin que mi oponente lo notara hice una ilusión de mi justo en el punto en el que estaba una vez hecha, di un par de pasos hacia atrás camuflando mediante la ilusión, esperaría a que estuviese en el aire para que cuando intentase cortarme, romperle los huesos del brazo y que no pudiese seguir usando el arma.
Una presencia más comenzó a acercarse hacia nuestra posición, la fiesta se hacía conocida, no sabía si sería amigo o enemigo, y eso no me importaba en estos momentos, esperaba el momento oportuno para el contraataque. Sin embargo, mientras observaba al joven, pude ver como la electricidad que recorría su cuerpo del cerebro a los músculos, no lo hacía de la forma que debería para hacer lo que había visto, “un engaño, interesante” pensé cuando mi oponente saltó sobre mí.
Justo cuando estaba a punto de golpear la ilusión con una estocada el suelo comenzó a resquebrajarse desde el suelo y una punta comenzaba a subir. No lo había detectado con el mantra, algo que sin duda me extrañó bastante teniendo en cuenta que lo había notado con anterioridad, debía de andarme con cuidado con esos dos. Salté hacia mi ilusión, pero por encima del chico que había intentado darme una estocada, una vez estuviese por encima de él le intentaría golpear dándole un puñetazo en mitad de la espalda con el aguijón que tenía en la armadura. Si conseguía golpearle, además de inocularle veneno con el aguijón, el poder del golpe quizás le hiciese caer lo suficiente como para que su hermano le atravesase con la espada. Además, aproveché el ataque para comenzar a cargar el brazo derecho en caso de que necesitase el escudo.
- resumen:
- Ver la reacción de Iván, Notar la presencia de Syxel acercándose, notar el efecto de la mirada de Ivan, Crear una ilusión de mí en el sitio en el que estoy mientras el yo real se mueve hacia atrás y se camufla con una ilusión. cuando atacan (una vez empiezo a ver el real), saltar por encima de Ivan e intentar golpearlo con un puñetazo en la espalda (con un aguijón) para que quede ensartado en la espada de Syxel. Comenzar a cargar el brazo derecho.
- Cosas usadas:
- -Haki de observación nivel 4.
-Habilidad de akuma de crear ilusiones.
-Ojo cyborg (visión de impulsos eléctricos, he deducido cosas por ser un médico también).
-Antebrazo derecho de la armadura (posee un aguijón con veneno mortal para una persona de 75kg, si no es paralizante).
- Equipo Pollo en su tinta y the naig:
- Seguís luchando a vuestra bola. Syxel, un proyectil pasa a tu lado y hace un bonito agujero en el techo (Sin hacer llegar hasta el piso superior). Por cierto, ¿Ese que viene por abajo no es Arribor?
- Equipo morsa sangrienta:
- Con el mantra notas varias presencias. Justo arriba tres, y no muy lejos de estas, hay más pero no sabes muy bien su número, puede que sea por las gruesas paredes. Sales de la nube de humo y, en efecto encima de tu cabeza, no muy lejos de donde estás hay tres personas luchando encima de una reja metálica (la cual ha agujereado tu proyectil, llegando al techo y dejando un agujero, aunque no se ve que haya abierto un hueco), una de ellas es Deathstroke y está luchando contra dos Syxel, aunque uno es un poco diferente al otro.
En fin, ahí tienes bulla para rato.
- Equipo Willi-pantsu:
- Te escabulles y te separas de tus "compañeros" para entrar en la sala del fuego. El calor es asfixiante,
casi que agradeces llevar encima menos ropa de lo normal. El centro de la sala es una superficie plana de roca negra, surcada por alguna grieta brillante y con algunas piedras del tamaño de una persona en medio. Los bordes son más escarpados, imitando las laderas de un volcán con algunas cascadas de lava que forman pequeños ríos que discurren rodeando la planicie del centro.
Las puertas se cierran a tus espaldas. Tu compañero te ha seguido hasta la sala. Os adentráis un poco y en el centro puedes ver algo.
Es un trozo de tal, una bandera tirada. Aunque parece sospechoso con el mantra no detectas nada fuera de lo normal.
- Equipo Chis-Fish:
- El anciano parece estar dispuesto a dialogar con vosotros. Pero de pronto su cara cambia.
-Parece que nos hemos quedado sin tiempo, en fin, ha sido un placer. No os preocupéis por mi jóvenes, tengo mis medios.
Mientras habla todo se empieza a oscurecer y a desmoronar, poco a poco regresáis al mundo de los despiertos justo a tiempo para ver como Syxel (Dharkel) os cruza la cara a bofetadas.
- La compañía del gatito:
- - Veníamos de una sala que parecía recrear la costa del mar, con su playa con mar y todo, allí derrotamos a un par de tipos que no tenían ninguna bandera. - Dice el "enano"
- Pero cuando vimos que en esta sala no había nadie decidimos volver. Para nuestra sorpresa, al abrir la puerta nos encontramos con unas escaleras. Nos pusimos a discutir porque pensábamos que nos habíamos perdido y decidimos quedarnos para ver si por aquí pasaba gente con banderas. - Continúa el rubio.
El líquido empieza a cubrir rápidamente la sala mientras más agujeros se abren en el techo. Parece una buena idea intentar lo de las escaleras. Os llevan a la puerta que mencionaron (más que nada porque a ellos también les interesa salir de ahí). Al Abrirla, en efeto hay unas escaleras de caracol que suben. La pregunta es ¿Os fiáis? Vuestro mantra por ahora no os avisa de ninguna jugada sospechosa por parte de esos dos.
- Equipo Roqueto-polloh:
- Terminadas las negociaciones os disponéis a salir por la única puerta-culo que hay. La sala central ha cambiado bastante desde la última vez que estuvisteis. Para empezar el suelo no estaba cediendo y la sala no se estaba llenando de un líquido extraño, viscoso, denso y apestoso de lo-que-sea. Este parece rezumar también de debajo de alguna de las puertas, incluso sale más de este de unas salas que de otras. Puede que la opción sabia sea subir al piso de arriba. Aunque bueno, vosotros sabréis lo que hacéis.
- Equipo ouyea:
- Nada, la puerta no cede, es metálica y muy robusta, de hecho, por el marco de metal y los seguros más grandes que tú deduces que es una especie de puerta de contención. El enano trata de golpearla, liberando golpe tras golpe devastador, pero logra hacer más mella en la pared alrededor que en la puerta en sí.
Al lado de la puerta hay un panel con un botón rojo, el cual tiene una flecha apuntando hacia arriba y otro botón con una flecha apuntando hacia abajo.
Rainbow662
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Arribor notó tres presencias justo encima de su cabeza. Una de ella era especialmente interesante, pues poseía un poder considerable. Sin duda sería un oponente duro, por lo que debía tener alguna bandera. Los otros dos, aunque fuertes, no le resultaban tan estimulantes. Les atizaría, claro, pero solo por sus banderas.
El techo se hizo pedazos ante su proyectil, y el pirata atravesó el agujero pensando ya en cuántos premios obtendría de una sola vez. Se suponía que solo ganaban dos, por lo que más le valía hacerse con un buen montón de esos estúpidos trozos de tela. Y sino, al menos se aseguraría de destrozar las de los demás. Era demasiado competitivo como para plantearse siquiera la idea de perder.
En el piso superior se topó con un curioso espectáculo: gemelos. Casi gemelos, en realidad. No le extrañaba que fuesen gemelos, aunque no entendía el rollo ese de vestirse igual. ¿No querían que se les diferenciase? Bueno, eso no era un problema para Arribor. No le importaba a quien golpeaba primero de los dos. El otro le sonaba de algo. Recordaba haberlo visto en algún lugar, pero era malísimo para las caras.
"Están peleando", observó mientras seguía ascendiendo casi hasta el techo de la estancia. Qué interesante. Las peleas a tres siempre eran divertidas. ¿A por quién debería ir primero? Los más débiles podían intentar escabullirse, pero seguramente tanto él como el otro tipo se darían cuenta. Por otro lado, si atacaba primero al fuerte, los otros podían entrometerse y complicarle la vida. Cómo odiaba las decisiones difíciles... Al final eligió lo más obvio.
"Maldito imbécil, ve a por todos a la vez".
En menos de un segundo, Arribor hizo varias bolitas con su sangre, las imbuyó con haki y las dejó flotando frente a él. Entonces empezó a golpear. Sacudió el aire con fuerza salvaje, superando la barrera del sonido y provocando continuas ondas de choque de gran poder. Pensaba acabar con los tres al mismo tiempo con un ataque a gran escala, y las esferas de sangre volarían hacia ellos como metralla. Ya lidiaría luego con quien quedase en pie.
- Resumen:
- Blablabla lanzar un montón de súper ondas de choque junto con proyectiles de sangre para atacarlos a los tres a la vez.
- Usado:
- Breaker Soul: Usando esta técnica puede lanzar ataques extremadamente rápidos y fuertes que rompen la barrera del sonido. Al romper la barrera del sonido se forma una onda expansiva y otra onda aún más fuerte al impactar contra algo, lo que amplifica su poder destructivo.
Luka Rooney
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El viejo nos estaba escuchando pacientemente, incluso parecía convencido de lo que le estábamos contando y proponiendo. Pero todo aquello quedó en nada justo cuando nos comentó que nuestro tiempo se había acabado. Fueron unos segundos en los que la oscuridad empezó a reinar sobre la luz, apagándose todas y cada una de las luces hasta dejarlo todo en la más absoluta de las tristezas. Negro.
Desperté notando cierto calor en el lateral derecho de la cara. Durante un par de segundos pensé si era por el contundente golpe de Marc, o si por el contrario alguien en el mundo real me había golpeado para despertarme.
Mierda, Marc. ¿Dónde estás?
Miré a mi alrededor y le vi tumbado, aunque también intentaba levantarse. Parecía que los dos estábamos bien. Justo delante mía estaba Syxel, quien casi con total seguridad era la persona que nos había despertado. Me crují el cuello y estiré mis extremidades lentamente, aquella siesta, pese a durar demasiado, me hubiera sentado mucho mejor de ser en otras condiciones. Activando mi haki de observación pude darme cuenta que el aura que Syxel desprendía era bastante más débil que cuando se enfrentó contra el diminuto enemigo en Jaya, quizá estaba herido, o puede que contra el diminuto ser usara toda su fuerza, aún así, era un tanto extraño.
- Gracias, compañero. ¿Qué ha pasado durante todo este tiempo? -pregunté palpándome de nuevo la mejilla mientras miraba al que parecía ser nuestro salvador- ¿Y el gigantón enfadado?
Esperando su respuesta, me acerqué a Marc para ayudarle a incorporarse, aunque en aquél momento sentí en la lejanía una serie de presencias mucho más fuertes que yo. Tras girar el cuello y mirar, divisé a dos Syxels luchando contra otras dos bestias. Una me pareció la persona que estaba cerca del lobo en la taberna; Arribor, según comentó Syxel, y era uno de los más fuertes junto con Dexter. Además, también estaba uno de los integrantes de la banda del propio Dexter, de cuyo nombre no me acordaba a pesar de que lo habían mencionado en la taberna en Jaya. Entonces me dí cuenta de algo.
- Hay tres Syxels, y el único que percibo que realmente no es él por nivel de fuerza es este de aquí. Los otros dos están bastante más parejos, por lo que no te sabría decir quién es quién. Así que ándate con ojo -susurré asegurándome de que sólo él pudiera escucharme-. Por cierto, hazme un poco más de queso, que el del sueño no me ha quitado el hambre.
Una vez Marc se hubo reincorporado, me palpé todo el cuerpo buscando la bandera, miré también en la mochila, pero los malos augurios del viejo eran ciertos. La bandera no estaba por ninguna parte. Alguien me la había robado. Le hice una señal a Marc para que me acompañase, yendo en la dirección opuesta a la pelea. La verdad es que los estruendos provocados por aquellas bestias me hicieron pensar si era buena idea mantenerse en el mismo edificio. Seguramente, si seguían así, todo cediese y hubiera bastantes víctimas sepultadas entre los restos del edificio.
Cuando habíamos salido por la puerta opuesta, me sonó el den den Zane, siendo el domador quien estaba al aparato. Me comentó que ahora teníamos una especie de trato con los Blue Rose, banda de Dexter. No pude evitar una gran sorpresa, ni tan poco un para nada sutil comentario sobre cómo y dónde tenían que haber puesto el culo la pareja de espadachines para lograr conseguirlo.
- Prometo no meterme en líos con la banda de Dexter, siempre y cuando ellos no me peguen primero -comenté con una ligera carcajada-. Viendo el nivel de la competición, ni Marc ni yo tenemos mucho que hacer en cuanto a peleas, pero intentaré recoger el máximo de banderas para tí, Zane, siempre que me estés escuchando. Por cierto, en nuestra ubicación hay tres Syxels, también está Balagus, Arribor y uno de los de la banda de Dexter, no me acuerdo de su nombre. Vamos a ir en otra dirección mientras se pegan todos. ¡Por cierto! Un tipo nos durmió y nos han despertado después, pero sólo estaba uno de los Syxels, el que menos fuerza tenía. Y justo nos desaparece la bandera… Zane, ¿Realmente nos podemos fiar de tu alianza con su banda? No sé si alguno de ellos habrá sido el que nos la ha quitado… No sabemos quiénes se esconden bajo los rostros de Syxel, pero supongo que al final lo veremos. Si alguno de ellos es quien me ha robado la bandera, te prometo que me dará igual el tipo de alianza que tengas, le pienso matar allí mismo, y espero no sólo que no me intentes detener, si no que frenes a quien quiera interferir en el combate.
No podía evitar pensar en una traición viendo que sólo uno de los integrantes de la alianza estaba presente en la sala, además que, de los que estaban cerca luchando, todos eran integrantes de la alianza a excepción del miembro de la banda de Dexter. Todo ello contando que Arribor llegase después y no hubiera vuelto tras haber estado en nuestra sala anteriormente. Y teniendo en cuenta que entre que sentimos que nos estaban robando hasta que nos levantamos transcurrieron unos pocos minutos, la probabilidad de que fuese alguien de la alianza superaba con creces la de que fuese otro ser. ¿Qué habría pasado realmente?
- No te voy a engañar, siento muchísima ira porque nos hayan robado. Y realmente creo que han sido alguno de esos Syxels… Descarto al gigante, ya no sólo por su honradez, si no por su tamaño. Sentí unas manos pequeñas en el sueño aunque… Igual eran parte de la ilusión. No sé, Marc, realmente ya no sé qué pensar. Estoy hecho un lío, y tengo mucha rabia… Ojalá esta vez no nos volvamos a dormir. Es curioso que para ser un sueño haya sido tan aburrido -comenté dando un puñetazo al aire lleno de furia y caminando junto al que hasta ahora era mi inseparable amigo en esta aventura. Estaría al tanto con el haki de observación, intentando detectar cualquier presencia que nos siguiese o estuviese cerca de nosotros.
Desperté notando cierto calor en el lateral derecho de la cara. Durante un par de segundos pensé si era por el contundente golpe de Marc, o si por el contrario alguien en el mundo real me había golpeado para despertarme.
Mierda, Marc. ¿Dónde estás?
Miré a mi alrededor y le vi tumbado, aunque también intentaba levantarse. Parecía que los dos estábamos bien. Justo delante mía estaba Syxel, quien casi con total seguridad era la persona que nos había despertado. Me crují el cuello y estiré mis extremidades lentamente, aquella siesta, pese a durar demasiado, me hubiera sentado mucho mejor de ser en otras condiciones. Activando mi haki de observación pude darme cuenta que el aura que Syxel desprendía era bastante más débil que cuando se enfrentó contra el diminuto enemigo en Jaya, quizá estaba herido, o puede que contra el diminuto ser usara toda su fuerza, aún así, era un tanto extraño.
- Gracias, compañero. ¿Qué ha pasado durante todo este tiempo? -pregunté palpándome de nuevo la mejilla mientras miraba al que parecía ser nuestro salvador- ¿Y el gigantón enfadado?
Esperando su respuesta, me acerqué a Marc para ayudarle a incorporarse, aunque en aquél momento sentí en la lejanía una serie de presencias mucho más fuertes que yo. Tras girar el cuello y mirar, divisé a dos Syxels luchando contra otras dos bestias. Una me pareció la persona que estaba cerca del lobo en la taberna; Arribor, según comentó Syxel, y era uno de los más fuertes junto con Dexter. Además, también estaba uno de los integrantes de la banda del propio Dexter, de cuyo nombre no me acordaba a pesar de que lo habían mencionado en la taberna en Jaya. Entonces me dí cuenta de algo.
- Hay tres Syxels, y el único que percibo que realmente no es él por nivel de fuerza es este de aquí. Los otros dos están bastante más parejos, por lo que no te sabría decir quién es quién. Así que ándate con ojo -susurré asegurándome de que sólo él pudiera escucharme-. Por cierto, hazme un poco más de queso, que el del sueño no me ha quitado el hambre.
Una vez Marc se hubo reincorporado, me palpé todo el cuerpo buscando la bandera, miré también en la mochila, pero los malos augurios del viejo eran ciertos. La bandera no estaba por ninguna parte. Alguien me la había robado. Le hice una señal a Marc para que me acompañase, yendo en la dirección opuesta a la pelea. La verdad es que los estruendos provocados por aquellas bestias me hicieron pensar si era buena idea mantenerse en el mismo edificio. Seguramente, si seguían así, todo cediese y hubiera bastantes víctimas sepultadas entre los restos del edificio.
Cuando habíamos salido por la puerta opuesta, me sonó el den den Zane, siendo el domador quien estaba al aparato. Me comentó que ahora teníamos una especie de trato con los Blue Rose, banda de Dexter. No pude evitar una gran sorpresa, ni tan poco un para nada sutil comentario sobre cómo y dónde tenían que haber puesto el culo la pareja de espadachines para lograr conseguirlo.
- Prometo no meterme en líos con la banda de Dexter, siempre y cuando ellos no me peguen primero -comenté con una ligera carcajada-. Viendo el nivel de la competición, ni Marc ni yo tenemos mucho que hacer en cuanto a peleas, pero intentaré recoger el máximo de banderas para tí, Zane, siempre que me estés escuchando. Por cierto, en nuestra ubicación hay tres Syxels, también está Balagus, Arribor y uno de los de la banda de Dexter, no me acuerdo de su nombre. Vamos a ir en otra dirección mientras se pegan todos. ¡Por cierto! Un tipo nos durmió y nos han despertado después, pero sólo estaba uno de los Syxels, el que menos fuerza tenía. Y justo nos desaparece la bandera… Zane, ¿Realmente nos podemos fiar de tu alianza con su banda? No sé si alguno de ellos habrá sido el que nos la ha quitado… No sabemos quiénes se esconden bajo los rostros de Syxel, pero supongo que al final lo veremos. Si alguno de ellos es quien me ha robado la bandera, te prometo que me dará igual el tipo de alianza que tengas, le pienso matar allí mismo, y espero no sólo que no me intentes detener, si no que frenes a quien quiera interferir en el combate.
No podía evitar pensar en una traición viendo que sólo uno de los integrantes de la alianza estaba presente en la sala, además que, de los que estaban cerca luchando, todos eran integrantes de la alianza a excepción del miembro de la banda de Dexter. Todo ello contando que Arribor llegase después y no hubiera vuelto tras haber estado en nuestra sala anteriormente. Y teniendo en cuenta que entre que sentimos que nos estaban robando hasta que nos levantamos transcurrieron unos pocos minutos, la probabilidad de que fuese alguien de la alianza superaba con creces la de que fuese otro ser. ¿Qué habría pasado realmente?
- No te voy a engañar, siento muchísima ira porque nos hayan robado. Y realmente creo que han sido alguno de esos Syxels… Descarto al gigante, ya no sólo por su honradez, si no por su tamaño. Sentí unas manos pequeñas en el sueño aunque… Igual eran parte de la ilusión. No sé, Marc, realmente ya no sé qué pensar. Estoy hecho un lío, y tengo mucha rabia… Ojalá esta vez no nos volvamos a dormir. Es curioso que para ser un sueño haya sido tan aburrido -comenté dando un puñetazo al aire lleno de furia y caminando junto al que hasta ahora era mi inseparable amigo en esta aventura. Estaría al tanto con el haki de observación, intentando detectar cualquier presencia que nos siguiese o estuviese cerca de nosotros.
- Resumen:
- ******He editado el post tras saber, de mano de Arthur (Vía MP con Marc), que la bandera que nos han quitado es la real******
- Despertar y ver a uno de los Syxels e interactuar con él.
- Ayudar a incorporarse a Marc y contarle mis sospechas.
- Alejarme por la parte opuesta a la pelea y llevarme conmigo a Marc.
- Responder a Therax y cuestionar, sin muchas pruebas, la alianza con Syxel.
- Alejarme cabreado porque me hayan robado la bandera
- Despertar y ver a uno de los Syxels e interactuar con él.
Marc Kiedis
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Daba la sensación de que el hombre barbudo tenía interés en la oferta que Luka le había hecho, pero por desgracia el semigigante y el gyojin no tuvieron tiempo de comprobarlo. De repente el mundo alrededor del grandullón comenzó a moverse y a cambiar a gran velocidad. Oyó la voz de su compañero, preguntándole qué pasaba, pero no fue capaz de contestar. Cuando se quiso dar cuenta, se encontró tendido en el suelo. La mejilla izquierda le dolía como si alguien le hubiese dado una bofetada. ¿Sería aquello lo que le habría despertado?
Cuando se incorporó un poco, aun un tanto mareado, pudo ver a Luka a su lado, en una situación muy similar a la suya. Sin embargo, lo que más le sorprendió fue encontrarse a Syxel frente a ellos. Marc supuso que habría sido él quien los había sacado de aquel extraño mundo onírico, así que le dio educadamente las gracias.
El semigigante aceptó la mano que el gyojin le ofreció para ayudarle a terminar de levantarse, esperando que su peso no le desequilibrara demasiado. En ese momento, su compañero miró repentinamente a lo lejos. Cuando hizo lo propio, el grandullón se sorprendió enormemente al ver a otros dos Syxels - Es verdad, que había tres al empezar la prueba, no me acordaba - luchando con un tipo que creía haber visto con el Yonkou Dexter Black, y con el famoso Arribor Neus. No sabía por qué habría empezado aquella pelea, si es que había algún motivo a parte de las banderas, claro. De lo que no le quedaba ninguna duda era de que a alguien como él no le convenía mucho permanecer cerca de aquellos monstruos.
Cuando Luka le hizo saber que percibía el poder de los tres Syxels, y que estaba seguro de que el que tenían enfrente no era el verdadero, Marc se alarmó durante un momento. No obstante, a los pocos segundos cayó en la cuenta de que los tres piratas con el mismo aspecto iban juntos al comenzar todo aquello, por lo que debían ser aliados. Justo después, su compañero le pidió un trozo de queso, ya que el que le había dado mientras dormían no había calmado, como era de esperar, su hambre. Con una sonrisa, el semigigante creó un pedazo bastante grande en la palma de su mano, y se lo tendió a su amigo.
Después de comer, y de buscar y rebuscar la bandera sin encontrarla entre sus pertenencias, el gyojin sugirió avanzar en dirección contraria a la brutal pelea. El grandullón, totalmente de acuerdo con él, aplaudió su decisión y se apresuró a seguirle.
En cuanto cruzaron la puerta, alguien llamó a Luka a través de un extraño Den Den Mushi que llevaba. Al parecer, era uno de los miembros de su banda, quien le contó que su capitán acababa de firmar una alianza con la tripulación de Dexter. Marc no entendía nada. Si eran sus aliados, ¿por qué uno de ellos estaba luchando contra dos de los Syxels, que también lo eran?
Por último, cuando el gyojin le contó sus sospechas sobre lo ocurrido con su bandera, el grandullón no pudo reprimir el escalofrío que recorrió su enorme cuerpo. Uno de los Syxels, probablemente el que habían encontrado junto a ellos al despertar, se la había robado. A menos, claro, que alguien más hubiera pasado por allí sin que ellos lo supieran. No podía creerlo, la banda de Syxel era aliada suya, no podían haberles traicionado. Aunque claro, aquello explicaría por qué uno de sus nuevos aliados estaba enfrentándose a ellos. Toda aquella situación era realmente confusa, y Marc no pudo evitar pensar en Balagus, su congénere, que era uno de los hombres de confianza de Syxel. Le parecía imposible que alguien tan honorable como él pudiese participar en una traición así. Pero desde luego, si les habían traicionado no podría volver a fiarse nunca de ellos.
- No sé, Luka, yo también estoy confuso y rabioso. No puedo entender qué podría haber llevado a alguno de los Syxels a traicionarnos y a engañarnos. No logro comprender qué ha ocurrido y por qué. Solo espero que averigüemos pronto la verdad.
Cuando se incorporó un poco, aun un tanto mareado, pudo ver a Luka a su lado, en una situación muy similar a la suya. Sin embargo, lo que más le sorprendió fue encontrarse a Syxel frente a ellos. Marc supuso que habría sido él quien los había sacado de aquel extraño mundo onírico, así que le dio educadamente las gracias.
El semigigante aceptó la mano que el gyojin le ofreció para ayudarle a terminar de levantarse, esperando que su peso no le desequilibrara demasiado. En ese momento, su compañero miró repentinamente a lo lejos. Cuando hizo lo propio, el grandullón se sorprendió enormemente al ver a otros dos Syxels - Es verdad, que había tres al empezar la prueba, no me acordaba - luchando con un tipo que creía haber visto con el Yonkou Dexter Black, y con el famoso Arribor Neus. No sabía por qué habría empezado aquella pelea, si es que había algún motivo a parte de las banderas, claro. De lo que no le quedaba ninguna duda era de que a alguien como él no le convenía mucho permanecer cerca de aquellos monstruos.
Cuando Luka le hizo saber que percibía el poder de los tres Syxels, y que estaba seguro de que el que tenían enfrente no era el verdadero, Marc se alarmó durante un momento. No obstante, a los pocos segundos cayó en la cuenta de que los tres piratas con el mismo aspecto iban juntos al comenzar todo aquello, por lo que debían ser aliados. Justo después, su compañero le pidió un trozo de queso, ya que el que le había dado mientras dormían no había calmado, como era de esperar, su hambre. Con una sonrisa, el semigigante creó un pedazo bastante grande en la palma de su mano, y se lo tendió a su amigo.
Después de comer, y de buscar y rebuscar la bandera sin encontrarla entre sus pertenencias, el gyojin sugirió avanzar en dirección contraria a la brutal pelea. El grandullón, totalmente de acuerdo con él, aplaudió su decisión y se apresuró a seguirle.
En cuanto cruzaron la puerta, alguien llamó a Luka a través de un extraño Den Den Mushi que llevaba. Al parecer, era uno de los miembros de su banda, quien le contó que su capitán acababa de firmar una alianza con la tripulación de Dexter. Marc no entendía nada. Si eran sus aliados, ¿por qué uno de ellos estaba luchando contra dos de los Syxels, que también lo eran?
Por último, cuando el gyojin le contó sus sospechas sobre lo ocurrido con su bandera, el grandullón no pudo reprimir el escalofrío que recorrió su enorme cuerpo. Uno de los Syxels, probablemente el que habían encontrado junto a ellos al despertar, se la había robado. A menos, claro, que alguien más hubiera pasado por allí sin que ellos lo supieran. No podía creerlo, la banda de Syxel era aliada suya, no podían haberles traicionado. Aunque claro, aquello explicaría por qué uno de sus nuevos aliados estaba enfrentándose a ellos. Toda aquella situación era realmente confusa, y Marc no pudo evitar pensar en Balagus, su congénere, que era uno de los hombres de confianza de Syxel. Le parecía imposible que alguien tan honorable como él pudiese participar en una traición así. Pero desde luego, si les habían traicionado no podría volver a fiarse nunca de ellos.
- No sé, Luka, yo también estoy confuso y rabioso. No puedo entender qué podría haber llevado a alguno de los Syxels a traicionarnos y a engañarnos. No logro comprender qué ha ocurrido y por qué. Solo espero que averigüemos pronto la verdad.
- Resumen:
- - Narrar lo ocurrido al despertar.
- Escuchar las sospechas de Luka y observar la pelea a lo lejos.
- Ir con Luka en dirección contraria mientras me pregunto qué habrá pasado en realidad mientras dormíamos.
William White
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Las puertas se cerró a nuestras espaldas, al parecer tanto el semigigante como su compañero aún tenían asuntos que atender, parecía que finalmente había logrado de zafarse de aquel par de sujetos, eso si a costa de una bandera. La sensación agridulce, por un lado había perdido la “mercancía” por otro lado había evitado la pelea. Por lo que el balance presuponía que había sido positivo, más teniendo en cuenta la nula cooperación de mi mudo acompañante. Desconocía todo de aquel hombre, ¿Por qué me lo habían recomendado? ¿Por qué no respondía a mis preguntas? ¿Cual habían sido sus motivaciones? Tal vez podría entender que quisiera reservarse el hablar de ciertos temas, después de todo no eramos compañeros ni nada parecido, más teniendo en cuenta como era nuestro oficio. Pero siempre en este tipo de empresas era necesaria un mínimo de confianza entre los participantes, pero al menos podía haberme dado alguna forma de referirse a él, un apodo.
-Seré franco- arranqué a hablar mientras nos adentrábamos -Si pretendemos que superar la prueba vamos a tener que coordinarlos y compenetrarnos mejor, así que empecemos por una forma de referirnos el uno al otro, mi nombre ya lo sabes ¿No?- pregunté retóricamente al hombre, ya que me había presentado a él al principio de la prueba -Como quieres que me refiera a ti, enmascarado- finalicé, después de todo no quería un nombre, ya que resultaría irónico preguntar el nombre a un hombre enmascarado, ¿No?
Realmente aquel era una especie de último intento de entablar conversación con el hombre, si no respondía desistiría y tan solo volvería a dirigirle la palabra para comunicarle mis decisiones. Entre tanto el entorno volcánico se hizo más y más caluroso, casi agradecía haberme quitado aquella capas y capas de ropa que llevaba Zaphir. Dejando de lado la conversación de mi compañero me centre en la planicie que teníamos ante nuestros ojos, un llano en centro el cual parecía estar rodeado por ríos de lava que discurrían por la laderas del volcán.
Lo más curioso de la planicie resulto ser un trozo de bandera que andaba ahí tirado, porque era una bandera ¿No? Frené el ritmo de mis pasos, aunque sin llegar a pararme en seco, después de todo hacer eso no me dejaría otra cosa salvo expuesto. Lo primero que hice fue examinar la sala detenidamente, tratando de localizar la puerta y de encontrarla trazar una posible ruta de escape desde donde se encontraba la bandera y donde estaba la ruta, después de todo era algo a lo que me había acostumbrado desde que robaba carteras. Lo siguiente que hice fue examinar con mantra la sala, a la vez que indicaba al compañero lo propio, después del encuentro de los almacenes había dejado de confiar tanto en aquel ya no tan poco común don.
-¿Ves eso? Trata de aplicar haki de observación, me parece muy oportuna, en especial en las rocas y cavidades de la planicie – musité al compañero, sin hacer un gesto con la mano, después de todo al llevar pañuelo en la boca no haría falta tapar mis labios de miradas u oídos indiscretas.
-Seré franco- arranqué a hablar mientras nos adentrábamos -Si pretendemos que superar la prueba vamos a tener que coordinarlos y compenetrarnos mejor, así que empecemos por una forma de referirnos el uno al otro, mi nombre ya lo sabes ¿No?- pregunté retóricamente al hombre, ya que me había presentado a él al principio de la prueba -Como quieres que me refiera a ti, enmascarado- finalicé, después de todo no quería un nombre, ya que resultaría irónico preguntar el nombre a un hombre enmascarado, ¿No?
Realmente aquel era una especie de último intento de entablar conversación con el hombre, si no respondía desistiría y tan solo volvería a dirigirle la palabra para comunicarle mis decisiones. Entre tanto el entorno volcánico se hizo más y más caluroso, casi agradecía haberme quitado aquella capas y capas de ropa que llevaba Zaphir. Dejando de lado la conversación de mi compañero me centre en la planicie que teníamos ante nuestros ojos, un llano en centro el cual parecía estar rodeado por ríos de lava que discurrían por la laderas del volcán.
Lo más curioso de la planicie resulto ser un trozo de bandera que andaba ahí tirado, porque era una bandera ¿No? Frené el ritmo de mis pasos, aunque sin llegar a pararme en seco, después de todo hacer eso no me dejaría otra cosa salvo expuesto. Lo primero que hice fue examinar la sala detenidamente, tratando de localizar la puerta y de encontrarla trazar una posible ruta de escape desde donde se encontraba la bandera y donde estaba la ruta, después de todo era algo a lo que me había acostumbrado desde que robaba carteras. Lo siguiente que hice fue examinar con mantra la sala, a la vez que indicaba al compañero lo propio, después del encuentro de los almacenes había dejado de confiar tanto en aquel ya no tan poco común don.
-¿Ves eso? Trata de aplicar haki de observación, me parece muy oportuna, en especial en las rocas y cavidades de la planicie – musité al compañero, sin hacer un gesto con la mano, después de todo al llevar pañuelo en la boca no haría falta tapar mis labios de miradas u oídos indiscretas.
- resumen:
- Me acerco lentamente a la planicie tratando de aparentar que no me he percatado de la bandera, trato de ver si el lugar no esta rodeado por lava y esas cosas(la descripción del sitio me resulta algo vaga), así mismo trato de localizar la salida. Durante el camino trato de entablar conversación con "El bragas", así como le pido que utilicé haki observacion/mantra sobre la planicie, asi como le indico lo "oportuno" de la localización de la bandera, para descartar la trampa, ya que no confió en el mio desde el suceso de los almacenes.
Maze
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Mura suspiró aliviada al ver que de momento no iban a intentar nada raro, sino que prefirieron contarles lo que sabían, y dirigirse hacia el lugar con ellos, entre otras cosas porque si se quedaban abajo lo mismo acababan ahogados por ese limo extraño. Les siguieron y avanzaron hasta la puerta dicha, abriéndola para encontrarse con una escalera de caracol. Bueno, ellos pretendían subir... y tampoco tenían nada más que hacer en esa zona, así que. -Supongo que es la mejor opción.- Comentó, antes de subir un par de escalones, para girarse y mirar a Berthil. -Creo que lo mejor será que vaya yo en cabeza y tu quedes atrás, si subimos por aquí.- Comentó, esperando que entendiese sus motivos. No se había fijado aún en cuan amplio era el espacio, pero suponía que su compañero no podía subirles volando, así que la mejor forma de evitarse disgustos con sus nuevos compañeros ni sorpresas por ninguno de los lados era que ella encabezase, los otros dos estuvieran en medio y Aka cubriese su espalda. Además, creía ser la que mejor oído poseía del grupo... Y olfato. Si algo se acercaba, no debería suponer mucho problema para ella el anteponerse al peligro. O eso esperaba.
Independientemente de que accediese o no, ella se adelantaría escaleras arriba. No le apetecía esperar a ver como la sustancia de aquella sala llegaba a donde se encontraban. La sola idea de ensuciarse con esa cosa le provocaba arcadas. Además, tenía curiosidad por ver cual sería su siguiente prueba o si se encontrarían con más caras, esta vez conocidas.
"Oye, Kouga." Dijo en su mente, mientras seguía avanzando, recibiendo como respuesta un sonido perezoso. "¿Crees qué estén los demás cerca?"
"Si te refieres a tu grupo de amiguitos humanos, puede." Contestó, con un tono que indicaba pereza o aburrimiento. La felina soltó un bufido. "A veces eres peor que la lagartija". Se quejó en su mente, antes de considerar la idea de llamarles. Quizás lo lograra, aunque podía haber interferencias por culpa de Viktor. -Pero por probar no pierdo nada.- Dijo para sí misma antes de llevar la mano al oído, encendiendo el comunicador de sus auricular. Haría una llamada a todo el grupo, para ver como se encontraban, aunque imaginaba que si estaban en medio de un combate la ignorarían...Otra vez. Una vez contestarán les preguntaría por su ubicación y situación. Dudaba que necesitasen algún tipo de ayuda, pero mejor asegurarse. Por mucho que estuvieran jugando bajo el nombre de "demons", ahora eran parte de Blue Rose al fin y al cabo.
Independientemente de que accediese o no, ella se adelantaría escaleras arriba. No le apetecía esperar a ver como la sustancia de aquella sala llegaba a donde se encontraban. La sola idea de ensuciarse con esa cosa le provocaba arcadas. Además, tenía curiosidad por ver cual sería su siguiente prueba o si se encontrarían con más caras, esta vez conocidas.
"Oye, Kouga." Dijo en su mente, mientras seguía avanzando, recibiendo como respuesta un sonido perezoso. "¿Crees qué estén los demás cerca?"
"Si te refieres a tu grupo de amiguitos humanos, puede." Contestó, con un tono que indicaba pereza o aburrimiento. La felina soltó un bufido. "A veces eres peor que la lagartija". Se quejó en su mente, antes de considerar la idea de llamarles. Quizás lo lograra, aunque podía haber interferencias por culpa de Viktor. -Pero por probar no pierdo nada.- Dijo para sí misma antes de llevar la mano al oído, encendiendo el comunicador de sus auricular. Haría una llamada a todo el grupo, para ver como se encontraban, aunque imaginaba que si estaban en medio de un combate la ignorarían...Otra vez. Una vez contestarán les preguntaría por su ubicación y situación. Dudaba que necesitasen algún tipo de ayuda, pero mejor asegurarse. Por mucho que estuvieran jugando bajo el nombre de "demons", ahora eran parte de Blue Rose al fin y al cabo.
- Spoiler:
- Decidir que al subir deberían ir ella delante, los otros dos en medio y Aka detrás, para vigilarles y cubrir sus espaldas. El puede hacerlo o no. Subir las escaleras atenta, aunque divagando a ratos y decidir que sería buena idea llamar al resto de Blue Roses para ver que tal les iba y esas cosas.
Deathstroke
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Tras mi ataque retrocedí un poco manteniéndome en el aire mientras veía como se acercaba un semi-gigante mientras gritaba, era la presencia que había notado antes acercarse y no le había prestado atención. Comenzaba a haber bastante gente en el lugar, no me preocupaba, pero rara vez había coincidido con tantos oponentes a la vez. Sin embargo, la cosa cambió, comencé a notar una presencia poderosa que se acercaba desde abajo, y, usando el ojo ciborg, pude ver con claridad que se acercaba nada más y nada menos que Arribor, el tipo contra el que se había enfrentado Berthil en la ronda anterior.
-Esto mejora por momentos – dije en un tono irónico.
Levé mi mano al auricular del oído e intenté contactar con el resto de miembros de la banda. Debía de explicarles lo que había pasado con Barbazul.
-Chicos, Barba ha muerto, un listillo ha provocado una explosión en una sala llena de bombas de gran tamaño, no me dio tiempo a sacarlo de las llamas- Lo siento capitán, ha sido un error mío, me ando enfrentando a el culpable de ello y a un par de tipos más que se le han unido, aunque uno venía con él. – volví a mirar hacia abajo para ver al nuevo integrante del combate – por cierto, Berthil, intentaré acabar lo que empezaste en la ronda anterior, que ha llegado alguien inesperado. – Supuse que lo entendería y no necesitaría más palabras.
De pronto, mi haki me advirtió de un ataque proveniente del nuevo oponente, comencé a girar con velocidad y del viento generado creé un tornado que hice que se desplazase hacia Arribor un poco y así que se desviase el proyectil que había lanzado. Tras esto, saqué de la capa los dos filos de Aeglos, los junté y giré formando la nagita de doble filo, sin duda la necesitaría para enfrentarme a este nuevo oponente,
-Esto mejora por momentos – dije en un tono irónico.
Levé mi mano al auricular del oído e intenté contactar con el resto de miembros de la banda. Debía de explicarles lo que había pasado con Barbazul.
-Chicos, Barba ha muerto, un listillo ha provocado una explosión en una sala llena de bombas de gran tamaño, no me dio tiempo a sacarlo de las llamas- Lo siento capitán, ha sido un error mío, me ando enfrentando a el culpable de ello y a un par de tipos más que se le han unido, aunque uno venía con él. – volví a mirar hacia abajo para ver al nuevo integrante del combate – por cierto, Berthil, intentaré acabar lo que empezaste en la ronda anterior, que ha llegado alguien inesperado. – Supuse que lo entendería y no necesitaría más palabras.
De pronto, mi haki me advirtió de un ataque proveniente del nuevo oponente, comencé a girar con velocidad y del viento generado creé un tornado que hice que se desplazase hacia Arribor un poco y así que se desviase el proyectil que había lanzado. Tras esto, saqué de la capa los dos filos de Aeglos, los junté y giré formando la nagita de doble filo, sin duda la necesitaría para enfrentarme a este nuevo oponente,
- resumen:
- retroceder un poco, identificar a Balagus, ver la entrada de Arribor,
informar de lo sucedido a los Blue Roses, intentar desviar el proyectil de Arribor con un tornado, desenfundar mi arma Aeglos.- cosas usadas:
- -Haki de observación perfecto.
-Tornado (por tabla de akuma) de gran tamaño y durará unos 9 turnos
-2º turno de carga del brazo derecho.
Nailah
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-¡Joder! - Dijo Nailah frustrada.
Su empujón contra la gran puerta no tuvo ningún efecto. Se fijó en los grandes mecanismos que estaban adosados a ella. Parecía ser una puerta de contención... pero ¿para qué? ¿Qué habría al otro lado de esta? Fuere lo que fuere no estaba dispuesta a quedarse mirando o esperando a una solución que no parecía llegar.
Los golpes de Biscuit tampoco parecieron funcionar. Resultaron ser tan fuertes que provocaron pequeñas grietas alrededor de la puerta. En cuanto hubo terminado, la pirata se acercó hasta la pared y pasó la mano por las mellas que ocasionó el tontatta. No era seguro seguir dándole tajos a la pared. A saber como estaba la estructura de la fortaleza para que resistiera aquellos golpes devastadores.
La morena se fijó en un pequeño aparato que había al lado de la puerta. Contenía dos botones rojos que llamaban la atención. El primer botón indicaba una flecha para arriba y, el segundo, una flecha para abajo. La muchacha se separó un poco de la caja y miró hacia arriba, para fijarse en la puerta y, luego, se puso de cuclillas por si podía ver alguna trampilla o puerta en el fondo, pero aun así seguía demasiado oscuro como para distinguir las cosas del fondo.
-¿Sabes qué? Estoy harta de esperar. A lo mejor si le damos para arriba el agua sube y logramos llegar a la puerta, quizás para abajo... el agua se vaya por los sumideros. Prefiero subir, llevamos demasiado tiempo metidos aquí abajo.
Nailah, tras eso, apretó el botón rojo con la flecha hacia arriba. Esperaba que su plan funcionase y si no, trataría de buscar otra alternativa. Tras eso, al apretarlo, miró hacia los lados esperando a ver que ocurría.
Su empujón contra la gran puerta no tuvo ningún efecto. Se fijó en los grandes mecanismos que estaban adosados a ella. Parecía ser una puerta de contención... pero ¿para qué? ¿Qué habría al otro lado de esta? Fuere lo que fuere no estaba dispuesta a quedarse mirando o esperando a una solución que no parecía llegar.
Los golpes de Biscuit tampoco parecieron funcionar. Resultaron ser tan fuertes que provocaron pequeñas grietas alrededor de la puerta. En cuanto hubo terminado, la pirata se acercó hasta la pared y pasó la mano por las mellas que ocasionó el tontatta. No era seguro seguir dándole tajos a la pared. A saber como estaba la estructura de la fortaleza para que resistiera aquellos golpes devastadores.
La morena se fijó en un pequeño aparato que había al lado de la puerta. Contenía dos botones rojos que llamaban la atención. El primer botón indicaba una flecha para arriba y, el segundo, una flecha para abajo. La muchacha se separó un poco de la caja y miró hacia arriba, para fijarse en la puerta y, luego, se puso de cuclillas por si podía ver alguna trampilla o puerta en el fondo, pero aun así seguía demasiado oscuro como para distinguir las cosas del fondo.
-¿Sabes qué? Estoy harta de esperar. A lo mejor si le damos para arriba el agua sube y logramos llegar a la puerta, quizás para abajo... el agua se vaya por los sumideros. Prefiero subir, llevamos demasiado tiempo metidos aquí abajo.
Nailah, tras eso, apretó el botón rojo con la flecha hacia arriba. Esperaba que su plan funcionase y si no, trataría de buscar otra alternativa. Tras eso, al apretarlo, miró hacia los lados esperando a ver que ocurría.
- resumen:
- -Apretar el botón con la flecha hacia arriba.
-Aunque bueno, pensándolo mejor tal vez sea buena idea subir, ¿no? -comentó Therax en voz alta mientras contemplaba la extraña sustancia. Salía de cualquier lugar al que dirigiese su vista, acumulándose a un ritmo para nada esperanzador y amenazando con colmar la sala. La puerta que había designado como posible alternativa no era una excepción, de manera que el asqueroso compuesto viscoso también manaba de allí.
Por si no fuese poco, el suelo bajo sus pies comenzaba a ceder. No había que ser un experto para darse cuenta de que, poco a poco, la sala en la que se encontraban comenzaba a derrumbarse. ¿Sería todo a causa de aquella cosa, o la construcción estaría diseñada para venirse abajo poco a poco sin importar si el líquido estaba presente? Quizás fuese una buena pregunta para hacerle al tal Viktor, pero para ello tendría que salir de allí.
Sin dejar de observar con el ceño fruncido el motivo de que no pudiese satisfacer su curiosidad, dejó que un par de alas de color azulado brotaran en su espalda. Un manto de un color similar recubrió todo su cuerpo y, una vez hubo asumido su forma híbrida por completo, aleteó una única vez para alejar sus pies de aquello.
-Está claro que quieren hacernos subir -dijo en dirección a su capitán mientras se dirigía hacia las escaleras que conducían al piso superior-, pero no entiendo por qué. ¿Qué más le dará al que controla esto cuánto tardemos llegar al final?
Reflexionando sobre su propias palabras y escuchando lo que tuviera que decir Zane -si realmente tuviese algo que opinar-, se dirigió hacia la escalera que, rodeando el pilar central que había en la sala, conducía hasta el siguiente nivel. En caso de poder colocarse sobre los peldaños de la misma sin tocar el material viscoso, lo haría y recuperaría su forma humana. De no ser así, haría el recorrido por aire y haría desaparecer sus alas en cuanto se supiese a salvo.
Por si no fuese poco, el suelo bajo sus pies comenzaba a ceder. No había que ser un experto para darse cuenta de que, poco a poco, la sala en la que se encontraban comenzaba a derrumbarse. ¿Sería todo a causa de aquella cosa, o la construcción estaría diseñada para venirse abajo poco a poco sin importar si el líquido estaba presente? Quizás fuese una buena pregunta para hacerle al tal Viktor, pero para ello tendría que salir de allí.
Sin dejar de observar con el ceño fruncido el motivo de que no pudiese satisfacer su curiosidad, dejó que un par de alas de color azulado brotaran en su espalda. Un manto de un color similar recubrió todo su cuerpo y, una vez hubo asumido su forma híbrida por completo, aleteó una única vez para alejar sus pies de aquello.
-Está claro que quieren hacernos subir -dijo en dirección a su capitán mientras se dirigía hacia las escaleras que conducían al piso superior-, pero no entiendo por qué. ¿Qué más le dará al que controla esto cuánto tardemos llegar al final?
Reflexionando sobre su propias palabras y escuchando lo que tuviera que decir Zane -si realmente tuviese algo que opinar-, se dirigió hacia la escalera que, rodeando el pilar central que había en la sala, conducía hasta el siguiente nivel. En caso de poder colocarse sobre los peldaños de la misma sin tocar el material viscoso, lo haría y recuperaría su forma humana. De no ser así, haría el recorrido por aire y haría desaparecer sus alas en cuanto se supiese a salvo.
- Resumen:
- Asegurarme de no tocar la cosa con pinta de hacer pupa y subir al siguiente nivel.
-Me da miedo cuando Luka dice que intentará no meterse en líos.
Zane mostró una amplia sonrisa tras sus palabras. La verdad era que Luka era una persona, mejor dicho un pez, muy orgulloso e irascible, el cual no dejaba pasar ni una si hacía daño a su honor de pescado. Sin embargo, no era tonto. Seguramente sabía que tener de aliado a un yonkou y su banda era algo bueno y no lo desaprovecharía, o eso esperaba el capitán de los Arashi.
Con la mano apoyada en el suave mango de una de sus preciadas espadas, salió de la sala pisando una extraña sustancia pestilente. Era viscosa como la baba de gigante, ¿cómo sabía eso? Pues porque en el pasado, hacía ya más de un lustro, el pelirrojo tuvo la genial idea de intentar robar a un gigante mientras dormía, algo que terminó con él huyendo por patas al tiempo que evitaba ser aplastado por su perseguidor. «Fue divertido» se dijo, recordando aquel día.
-Es simple, Therax –dijo Zane, clavando sus heterocromados ojos sobre los azulados de su compañero-. Esto es una carrera donde solo puede quedar uno. Nos ha colocado a cada pareja en una puerta concreta, ¿por qué? Para que nos encontremos con otras parejas y obligarnos a combatir, seguramente. ¿Quién no te dice que ahora mismo no nos está vigilando por cámara? ¿O qué tiene infiltrado a alguno de sus hombres de confianza haciéndose pasar por piratas? Nadie. Nos obliga a ir por el camino que nos señala, y eso es lo que haremos. Después de todo, eso es lo que le da vidilla a este juego.
Dicho aquello, aún con una sonrisa en el rostro, acompañó a Therax hacia el piso superior sin saber que le deparaba aquello.
Zane mostró una amplia sonrisa tras sus palabras. La verdad era que Luka era una persona, mejor dicho un pez, muy orgulloso e irascible, el cual no dejaba pasar ni una si hacía daño a su honor de pescado. Sin embargo, no era tonto. Seguramente sabía que tener de aliado a un yonkou y su banda era algo bueno y no lo desaprovecharía, o eso esperaba el capitán de los Arashi.
Con la mano apoyada en el suave mango de una de sus preciadas espadas, salió de la sala pisando una extraña sustancia pestilente. Era viscosa como la baba de gigante, ¿cómo sabía eso? Pues porque en el pasado, hacía ya más de un lustro, el pelirrojo tuvo la genial idea de intentar robar a un gigante mientras dormía, algo que terminó con él huyendo por patas al tiempo que evitaba ser aplastado por su perseguidor. «Fue divertido» se dijo, recordando aquel día.
-Es simple, Therax –dijo Zane, clavando sus heterocromados ojos sobre los azulados de su compañero-. Esto es una carrera donde solo puede quedar uno. Nos ha colocado a cada pareja en una puerta concreta, ¿por qué? Para que nos encontremos con otras parejas y obligarnos a combatir, seguramente. ¿Quién no te dice que ahora mismo no nos está vigilando por cámara? ¿O qué tiene infiltrado a alguno de sus hombres de confianza haciéndose pasar por piratas? Nadie. Nos obliga a ir por el camino que nos señala, y eso es lo que haremos. Después de todo, eso es lo que le da vidilla a este juego.
Dicho aquello, aún con una sonrisa en el rostro, acompañó a Therax hacia el piso superior sin saber que le deparaba aquello.
- Resumen wey:
- Relleno del bueno sobre el liquido raro del suelo + hablar con Therax + subir al piso superior
Ivan Markov
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¿Cómo podría expresar todo en pocas palabras? Estaba jodido. Así, sin más. En el momento en que en medio de su estocada vio que su oponente no estaba reaccionando se alarmó y trató de detenerse. No lo suficientemente rápido, pues notó una amenaza inminente que le iba a golpear desde atrás. Trató de girarse, pero cuando estaba en mitad del movimiento recibió un fuerte golpe en el brazo derecho junto con un dolor punzante. El golpe lo empujó contra Deathstroke, al que simplemente atravesó como si fuese aire justo en el momento en que la espada de Syxel subía. Un salvaje aullido de dolor salió de sus labios cuando la espada al rojo vivo del pirata comenzó a cortar desde el lateral de su costado izquierdo hasta el omóplato. Cayó sobre las rejas temblando ligeramente. Había pocas cosas capaces de herirle seriamente, pero el calor y el fuego eran precisamente una de ellas. Esa herida tardaría demasiado en regenerarla... iba a necesitar algo más que sus poderes de vampiro en aquella ocasión. Frunció el ceño y se concentró en sus reservas de energías, activando su Verstärkung. La carne comenzó a regenerarse rápidamente, pasando de una herida profunda a un corte aparatoso, pero que al menos no sería tan severo.
- Joder... estamos en una buena.
Su brazo también le dolía y aunque considerablemente menos, se dio cuenta de que se le había dislocado el hombro cuando trató de moverse y la molestia se convirtió en un gruñido de tormento. Llevándose la otra mano al lugar, apretó los dientes y comenzó a hacer fuerza hasta recolocárselo con un desagradable ruido de huesos. Recogió su katana y se levantó con una mirada furiosa, observando al pirata. Sin embargo, este no le miraba a él, sino hacia el suelo a varias decenas de metros bajo ellos. Cuando le imitó, una expresión de estupefacción y temor se dibujó en su rostro. Sólo por un instante, pues fue rápidamente sustituida por una sonrisa sarcástica mientras se reía internamente de su mala suerte.
- De la sartén al fuego. Hoy no es mi día.
El puto Arribor Neus, ni más ni menos. Y parecía estar ya preparando su ataque. Centrándose en su mantra, se elevó varios metros y se preparó para defenderse. Sin embargo Deathstroke se le adelantó formando un poderoso tornado que bloqueó la mayor parte de aquellos proyectiles, poniéndole su defensa mucho más fácil. O eso pensó al principio, pues el problema no fueron las bolitas rojas. Fue la enorme onda de choque que reventó el suelo y lo golpeó de lleno, enviándolo directo hacia el techo y estampándolo contra este. Con un gruñido, comenzó a volar erráticamente hasta dejarse caer en la pequeña plataforma que había sobre el suelo de rejas. Allí avanzó a cuatro patas hasta la puerta tratando de ignorar el dolor que sentía y trató de abrirla. "Demasiado para mí... necesito unos minutos para regenerarme." Le dijo mentalmente a Syxel.
- Joder... estamos en una buena.
Su brazo también le dolía y aunque considerablemente menos, se dio cuenta de que se le había dislocado el hombro cuando trató de moverse y la molestia se convirtió en un gruñido de tormento. Llevándose la otra mano al lugar, apretó los dientes y comenzó a hacer fuerza hasta recolocárselo con un desagradable ruido de huesos. Recogió su katana y se levantó con una mirada furiosa, observando al pirata. Sin embargo, este no le miraba a él, sino hacia el suelo a varias decenas de metros bajo ellos. Cuando le imitó, una expresión de estupefacción y temor se dibujó en su rostro. Sólo por un instante, pues fue rápidamente sustituida por una sonrisa sarcástica mientras se reía internamente de su mala suerte.
- De la sartén al fuego. Hoy no es mi día.
El puto Arribor Neus, ni más ni menos. Y parecía estar ya preparando su ataque. Centrándose en su mantra, se elevó varios metros y se preparó para defenderse. Sin embargo Deathstroke se le adelantó formando un poderoso tornado que bloqueó la mayor parte de aquellos proyectiles, poniéndole su defensa mucho más fácil. O eso pensó al principio, pues el problema no fueron las bolitas rojas. Fue la enorme onda de choque que reventó el suelo y lo golpeó de lleno, enviándolo directo hacia el techo y estampándolo contra este. Con un gruñido, comenzó a volar erráticamente hasta dejarse caer en la pequeña plataforma que había sobre el suelo de rejas. Allí avanzó a cuatro patas hasta la puerta tratando de ignorar el dolor que sentía y trató de abrirla. "Demasiado para mí... necesito unos minutos para regenerarme." Le dijo mentalmente a Syxel.
- resumen:
- Recibo una buena paliza por parte de Deathstroke y Arribor y me voy por la puerta de arriba con el rabo entre las piernas.
Verstärkung [Manual Micaiah]: Ivan se centra en potenciar su regeneración, curando algo más rápido una herida. Esta, en el mismo turno, bajará un nivel. Herida grave > Herida moderada > Herida leve > Herida superficial.
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El moreno se rascó la nuca mientras escuchaba el relato de la dispar pareja. Según lo que le contaban, sumado a la desagradable experiencia que habían sufrido en el extraño jardín y lo peculiar de la sala en la que se encontraban, el edificio debía presentar una variedad bastante extensa de escenarios a lo largo de sus pisos. Lejos de preocuparle, sí que le puso sobre aviso para las futuras habitaciones. Estaba claro que no podían estar seguros de que cada nueva puerta que abriesen fuera a dar con algún entorno similar al que se encontrasen, lo cual complicaba las cosas. Suspiró con pesadez, encogiéndose de hombros y decidiendo seguir al enano y al rubio hasta la supuesta escalera de caracol. No tardaron mucho en llegar hasta la misma.
─ Y supongo que ni idea de hacia dónde sube, ¿verdad? -Preguntó de forma retórica, pues ya había deducido la respuesta.
Se quedó mirando a la pelirroja mientras esta se adelantaba, indicando que sería quien fuera en la línea delantera. El plan era hacer un sandwitch entre los cuatro, dejando a la pareja en el centro y quedando ellos en los extremos de la fila. Evitarían que pudieran escapar, ¿pero realmente querían mantenerles con ellos? Que supieran que no podían enfrentarles en combate no implicaba que estuvieran dispuestos a rendirse sin dar guerra. Bien podrían estar intentando conducirles a una trampa o esperando una situación favorable para escaparse con alguna bandera. De hecho, el azabache volvió a mirar su propia bandera para asegurarse de que seguía ahí. Tomaría esa costumbre a partir de ese momento, como medida preventiva... Si no se le olvidaba, claro.
Si bien él habría preferido ir delante, no puso pega alguna y, por una vez, dejó que fuera su compañera quien tomara las decisiones. No estaría de más darle algo de cancha, aunque fuera tan solo por una vez.
─ Vosotros la seguís, yo cierro la fila. Vamos -les instó, esperando a que siguieran a Mura antes de comenzar a ascender tras ellos.
Pudo fijarse en que comenzaban a generarse más y más aperturas en el techo de la sala, de las cuales no dejaba de manar aquella extraña sustancia. No tenía la menor intención de quedarse a ver qué narices era aquello. De hecho, comenzaba a sentirse algo agobiado. Necesitaba alcanzar algún piso mejor ventilado. Los cimientos del edificio, más aún cuando parecía que la estructura se venía abajo, no eran el lugar más agradable para alguien que detestaba los espacios cerrados. Por el momento no parecía percibir nada, más allá del eco doble de la voz del gato hablando por el comunicador.
─ Y supongo que ni idea de hacia dónde sube, ¿verdad? -Preguntó de forma retórica, pues ya había deducido la respuesta.
Se quedó mirando a la pelirroja mientras esta se adelantaba, indicando que sería quien fuera en la línea delantera. El plan era hacer un sandwitch entre los cuatro, dejando a la pareja en el centro y quedando ellos en los extremos de la fila. Evitarían que pudieran escapar, ¿pero realmente querían mantenerles con ellos? Que supieran que no podían enfrentarles en combate no implicaba que estuvieran dispuestos a rendirse sin dar guerra. Bien podrían estar intentando conducirles a una trampa o esperando una situación favorable para escaparse con alguna bandera. De hecho, el azabache volvió a mirar su propia bandera para asegurarse de que seguía ahí. Tomaría esa costumbre a partir de ese momento, como medida preventiva... Si no se le olvidaba, claro.
Si bien él habría preferido ir delante, no puso pega alguna y, por una vez, dejó que fuera su compañera quien tomara las decisiones. No estaría de más darle algo de cancha, aunque fuera tan solo por una vez.
─ Vosotros la seguís, yo cierro la fila. Vamos -les instó, esperando a que siguieran a Mura antes de comenzar a ascender tras ellos.
Pudo fijarse en que comenzaban a generarse más y más aperturas en el techo de la sala, de las cuales no dejaba de manar aquella extraña sustancia. No tenía la menor intención de quedarse a ver qué narices era aquello. De hecho, comenzaba a sentirse algo agobiado. Necesitaba alcanzar algún piso mejor ventilado. Los cimientos del edificio, más aún cuando parecía que la estructura se venía abajo, no eran el lugar más agradable para alguien que detestaba los espacios cerrados. Por el momento no parecía percibir nada, más allá del eco doble de la voz del gato hablando por el comunicador.
- Resumen:
- Dejar que sea el gato quien guíe. Instar a la pareja a subir la escalera tras Mura para seguirles él, cerrando la fila. De paso, asegurarse de que la bandera continúa en su sitio.
No se fía mucho.
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- [Diario Evento] La misteriosa reunión pirata
- [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento
- De Byron el mejor pirata y el puto amo de todos los tiempos en este foro, el mas guapo y el mas cuadrado ademas de chetao para Legim, un no se que cualquiera
- [Isla]Un pirata para dos personas. ¿quien capturará al pirata? [Privada ShakiDale y Drake]
- Locura suelta. TODOS vs TODOS
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