León Zaid
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El sonido de la batalla era demasiado molesto, en todos lados podía oírse disparos, gritos, el acero de las espadas chocando, y un sin fin de ruido molesto, desde luego no estaba de humor en el día de hoy, demasiado tenía ya en mente como para aguantar un combate en el día de hoy, sin embargo un suceso inesperado me sacó de mis pensamientos, alguien estaba corriendo a una velocidad impresionante por el lugar, saliendo de un edificio cercano, y a decir verdad parecía demasiado emocionado, extraordinariamente feliz dirigiéndose hacia el sur, desconocía que clase de persona era, si aliado o enemigo, pero la velocidad que tomaba requeriría de una persecución veloz que no estaba dispuesta a realizar, además, donde acudía estarían miembros de nuestro bando suficientemente poderosos, ellos se encargarían de la sombra si era peligrosa, al fin y al cabo no estaba confirmado siquiera si era enemigo, quizás fuese aliado y la persecución sería en vano además de vergonzosa.
Volví a suspirar escuchando como la alarma extravagante de Mariejoa sonaba con gran fuerza, desde luego era escandalosa, seguro que no era realmente necesario tanta potencia de sonido. Por si fuese poco Kasan desobedeció mis ordenes, tratando de crear algo que no parecía funcionar tal y como se esperaba, con lo que me llevé la mano a la cara resoplando, pero en ese mismo instante se avecinaba algo, con lo que di un paso hacia atrás indicando al resto que hiciese lo mismo, para a continuación ver como un bloque metálico caía sobre nuestros pies. Estaba ciertamente curioso por este, pero no estaba realmente preocupado percibiendo el poder de la persona que estaba dentro, así que lentamente me alejé apoyándome en una columna para que el resto interactuasen con esa persona que iba a salir de allí.
Pronto sentí una gran fuente de calor recorriendo todo mi cuerpo al escuchar las palabras del joven que salió del bloque rodando para presentarse efusivamente como un Tenryubitto, desde luego sus palabras eran propias de uno de ellos, aunque se le notaba algo más cuidadoso con sus palabras, sabía la situación aunque no lo dijese, era evidente, si no podría habernos tratado peor. Iba a tomar la palabra cuando Kasan comenzó a hablarle en un tono bastante imponente, usando términos como enano, e incluso amenazándole de muerte si no le obedecía, lo que me hizo nuevamente llevar la mano a mi cara resoplando, estaba cavando su propia tumba en este instante, y más dando su verdadero nombre.
Esto era demasiado para mi, no me podía creer lo que estaba escuchando, con lo que me llevé un cigarro a la boca rápido sin intervenir aún al ver como otro compañero intervenía, decidido, iba a dejar que todos se suicidasen con sus palabras y actos limitándome a observar mientras daba una larga calada a mi cigarro, el cuál me salvó la cordura en este instante permitiéndome ver todo más claro nada más disiparse la espesa y blanca nube de humo. El agente 666 también se ofrecía a protegerlo, los dos primeros habían dicho de protegerle pero amenazando de matarlo el primero y de dejarlo a su suerte en la batalla el segundo, mientras que el agente 666 decidió que era buena idea ponerse a discutir con el tenryubitto enfrente, regañando a sus compañeros, estaba harto, era el momento de intervenir.
- Que nadie le dirija una sola palabra más al Tenryubitto ¿Entendido?- Dije tomando la palabra con una mirada seria y firme que miraba al Tenryubitto.
- Parece que no sois conscientes de la situación actual, una sola mirada mal y acaréis deseando estar muertos. El único que va a hablarle soy yo, a mi no me pasará nada mientras no le haga un daño real, al contrario que con ustedes, si le toséis, sufriréis las consecuencias...
Acto seguido me giré hacia mis compañeros tratandolos de la misma forma en la que les había tratado hasta el momento, tomando la iniciativa y el liderazgo.
- Soy el miembro de más alto rango en este grupo, por lo que yo decido que hacer ¿Entendido? Las ordenes eran claras, ir a apoyar a los Shichibukais, con lo que el Kasanova y Nova, puesto que vuestros nombres son parecidos y riman marchar a cumplir la orden, apoyar al Shichibukais. Estos están divididos, en la zona del nuevo mundo y la del Grand Line, por lo que decidid si quereis dividiros o acudir juntos a un único terreno. El Tenryubitto correría un gran peligro incluso con nosotros, por lo que la mejor opción es llevarlo a esa zona. - Dije mirando a los grandes jardines. - Allí estará seguro con ellos, y ellos serán los que digan que deben de hacer, yo lo escoltaré hasta allí junto al agente 666, no podemos permitir que nada le pase al joven Tenryubitto, por lo que él vendrá conmigo. Cuando le dejemos allí volveremos a este lugar, si los Gyojins han pasado nos quedaremos a darles la bienvenida en nombre del gobierno como solo nosotros podemos darle la bienvenida, en caso negativo iremos a cumplir la orden primaria, apoyar al Shichibuaki. ¿Alguna duda señores?
Tomé un respiro nada más terminar dando una nueva y profunda calada al cigarro observando el rostro de todos, para acto seguido darme la vuelta con el Tenryubitto delante de mi e indicando al agente 666 que se pusiese delante de él, dirigiendo mis últimas palabras a nuestros compañeros.
- Kasanova, si le digo que realice granizada, lluvia y vientos, es por algo. Los gyojins estarán a gusto con el agua y con el suelo firme, pero no pisando bloques resbaladizos de hielo, en caso de que avancen hasta nuestra posición ese sería el mejor escenario para acabar con la vida de todos ellos. - Carraspee un poco la voz sonriendo tras tanta seriedad en mis palabras. - Buena suerte chicos, os deseo lo mejor y que nos volvamos a ver, no quisiera lamentar la muerte de ninguno de ustedes, y disculpar mi tono, pero estamos en medio de una guerra, necesitamos rapidez y eficacia sin dilaciones. Hasta la vista.
Una vez finalizada la conversación proseguí mi camino junto al agente 666 y el Tenryubitto, camino a los jardines, donde estarían ellos, los únicos capaces de encargarse de él, y hasta de tomar una decisión correcta con respecto a que hacer con él, y aunque no pensaba cometer ninguna locura por el momento, me serviría para memorizar también los jardines, aunque con suerte habrá algunos guardias fuertes vigilando la entrada para soltar cuanto antes al Tenryubitto, tan solo con acercarme a la entrada ya había avanzado mucho en mis planes.
- Por cierto señor Kyros, mi nombre es León, León Zaid. - Dije en el camino al Tenryubitto para que supiese como dirigirse hacia mi. - No tiene de que preocuparse, pronto estará junto a ellos, y podrá estar a salvo, la situación es realmente drástica, y el resto de Tenryubittos están lejos ya con los suyos, y por si no lo sabe, es usted el más débil en toda Mariejoa y alrededores en cuanto a niveles bélicos, solo dos o tres son de su mismo nivel de fuerza, pero como ya dije no debe de preocuparse, está con nosotros y pronto con las personas más fuertes del mundo.
Volví a suspirar escuchando como la alarma extravagante de Mariejoa sonaba con gran fuerza, desde luego era escandalosa, seguro que no era realmente necesario tanta potencia de sonido. Por si fuese poco Kasan desobedeció mis ordenes, tratando de crear algo que no parecía funcionar tal y como se esperaba, con lo que me llevé la mano a la cara resoplando, pero en ese mismo instante se avecinaba algo, con lo que di un paso hacia atrás indicando al resto que hiciese lo mismo, para a continuación ver como un bloque metálico caía sobre nuestros pies. Estaba ciertamente curioso por este, pero no estaba realmente preocupado percibiendo el poder de la persona que estaba dentro, así que lentamente me alejé apoyándome en una columna para que el resto interactuasen con esa persona que iba a salir de allí.
Pronto sentí una gran fuente de calor recorriendo todo mi cuerpo al escuchar las palabras del joven que salió del bloque rodando para presentarse efusivamente como un Tenryubitto, desde luego sus palabras eran propias de uno de ellos, aunque se le notaba algo más cuidadoso con sus palabras, sabía la situación aunque no lo dijese, era evidente, si no podría habernos tratado peor. Iba a tomar la palabra cuando Kasan comenzó a hablarle en un tono bastante imponente, usando términos como enano, e incluso amenazándole de muerte si no le obedecía, lo que me hizo nuevamente llevar la mano a mi cara resoplando, estaba cavando su propia tumba en este instante, y más dando su verdadero nombre.
Esto era demasiado para mi, no me podía creer lo que estaba escuchando, con lo que me llevé un cigarro a la boca rápido sin intervenir aún al ver como otro compañero intervenía, decidido, iba a dejar que todos se suicidasen con sus palabras y actos limitándome a observar mientras daba una larga calada a mi cigarro, el cuál me salvó la cordura en este instante permitiéndome ver todo más claro nada más disiparse la espesa y blanca nube de humo. El agente 666 también se ofrecía a protegerlo, los dos primeros habían dicho de protegerle pero amenazando de matarlo el primero y de dejarlo a su suerte en la batalla el segundo, mientras que el agente 666 decidió que era buena idea ponerse a discutir con el tenryubitto enfrente, regañando a sus compañeros, estaba harto, era el momento de intervenir.
- Que nadie le dirija una sola palabra más al Tenryubitto ¿Entendido?- Dije tomando la palabra con una mirada seria y firme que miraba al Tenryubitto.
- Parece que no sois conscientes de la situación actual, una sola mirada mal y acaréis deseando estar muertos. El único que va a hablarle soy yo, a mi no me pasará nada mientras no le haga un daño real, al contrario que con ustedes, si le toséis, sufriréis las consecuencias...
Acto seguido me giré hacia mis compañeros tratandolos de la misma forma en la que les había tratado hasta el momento, tomando la iniciativa y el liderazgo.
- Soy el miembro de más alto rango en este grupo, por lo que yo decido que hacer ¿Entendido? Las ordenes eran claras, ir a apoyar a los Shichibukais, con lo que el Kasanova y Nova, puesto que vuestros nombres son parecidos y riman marchar a cumplir la orden, apoyar al Shichibukais. Estos están divididos, en la zona del nuevo mundo y la del Grand Line, por lo que decidid si quereis dividiros o acudir juntos a un único terreno. El Tenryubitto correría un gran peligro incluso con nosotros, por lo que la mejor opción es llevarlo a esa zona. - Dije mirando a los grandes jardines. - Allí estará seguro con ellos, y ellos serán los que digan que deben de hacer, yo lo escoltaré hasta allí junto al agente 666, no podemos permitir que nada le pase al joven Tenryubitto, por lo que él vendrá conmigo. Cuando le dejemos allí volveremos a este lugar, si los Gyojins han pasado nos quedaremos a darles la bienvenida en nombre del gobierno como solo nosotros podemos darle la bienvenida, en caso negativo iremos a cumplir la orden primaria, apoyar al Shichibuaki. ¿Alguna duda señores?
Tomé un respiro nada más terminar dando una nueva y profunda calada al cigarro observando el rostro de todos, para acto seguido darme la vuelta con el Tenryubitto delante de mi e indicando al agente 666 que se pusiese delante de él, dirigiendo mis últimas palabras a nuestros compañeros.
- Kasanova, si le digo que realice granizada, lluvia y vientos, es por algo. Los gyojins estarán a gusto con el agua y con el suelo firme, pero no pisando bloques resbaladizos de hielo, en caso de que avancen hasta nuestra posición ese sería el mejor escenario para acabar con la vida de todos ellos. - Carraspee un poco la voz sonriendo tras tanta seriedad en mis palabras. - Buena suerte chicos, os deseo lo mejor y que nos volvamos a ver, no quisiera lamentar la muerte de ninguno de ustedes, y disculpar mi tono, pero estamos en medio de una guerra, necesitamos rapidez y eficacia sin dilaciones. Hasta la vista.
Una vez finalizada la conversación proseguí mi camino junto al agente 666 y el Tenryubitto, camino a los jardines, donde estarían ellos, los únicos capaces de encargarse de él, y hasta de tomar una decisión correcta con respecto a que hacer con él, y aunque no pensaba cometer ninguna locura por el momento, me serviría para memorizar también los jardines, aunque con suerte habrá algunos guardias fuertes vigilando la entrada para soltar cuanto antes al Tenryubitto, tan solo con acercarme a la entrada ya había avanzado mucho en mis planes.
- Por cierto señor Kyros, mi nombre es León, León Zaid. - Dije en el camino al Tenryubitto para que supiese como dirigirse hacia mi. - No tiene de que preocuparse, pronto estará junto a ellos, y podrá estar a salvo, la situación es realmente drástica, y el resto de Tenryubittos están lejos ya con los suyos, y por si no lo sabe, es usted el más débil en toda Mariejoa y alrededores en cuanto a niveles bélicos, solo dos o tres son de su mismo nivel de fuerza, pero como ya dije no debe de preocuparse, está con nosotros y pronto con las personas más fuertes del mundo.
- Resumen:
- Evito que mis compañeros del CP metan más la pata, les ordeno a Kasanova y a Nova que se marchasen a apoyar a los Shichibukais y me llevo al Tenryubitto y al agente 666 a los jardines, donde supongo que estará el Gorosei, las personas ante las cuales pretendo dejar al Tenryubitto con idea de asegurar su seguridad y de paso ver los jardines, seguro que son preciosos.
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Una canción con una gran voz se empezó a escuchar en aquel lugar, mientras la niebla se levantaba desde el mar, sin dejar que la brigada tuviese una buena visión del lugar. Genos dirige su mirada hacia el lugar de donde proviene esa voz y se da cuenta que es alguien importante. Según su información clasificada, aquel hombre de increíbles músculos era Drake, el mismo que mató al líder de los Trilobites. Si eso era cierto, lo estarían buscando para darle muerte, así que debía protegerlo, era su deber.
El hombre saltó del barco con fuerza, mientras todos nos reuníamos. Al fin otro de los miembros de la brigada había despertado y ya era hora de proteger Mariejoa. Miles de burbujas salían a la superficie y una masa oscura se acercaba a la costa. De pronto, cientos de gyojin salieron como cohetes desde el agua, para empezar a atacar a todos, mientras un sonido de alarma se escuchaba en todo el puerto.
Genos apoyó sus manos en las katanas, mientras que Drake decía de ayudar, eso le gustaba. Varios gyojin volvieron al agua tras ser recibidos por una gran descarga de plomo. Era la hora del ataque y el capitán de la brigada sacó sus dos katanas principales. Una era negra y roja, la otra negra y azul. Empezó a lanzar hoces cortantes a varios gyojin, con amplios movimientos de sus katanas y dedos, mientras que Drake lanzaba ondas de choque.
- Gracias por ayudar, Drake. Si tu fuiste quien mató al capitán, debo protegerte. Es muy seguro que vayan a por ti.
Aquellas palabras salieron casi al instante, estar en medio de una masacre se olvidó de su vergüenza para hablar con las personas desconocidas. Apuntó con su cañón de calor a varios gyojin y soltó unas ráfagas de calor, dispuesto a disecar la piel de aquellos hombres peces.
El hombre saltó del barco con fuerza, mientras todos nos reuníamos. Al fin otro de los miembros de la brigada había despertado y ya era hora de proteger Mariejoa. Miles de burbujas salían a la superficie y una masa oscura se acercaba a la costa. De pronto, cientos de gyojin salieron como cohetes desde el agua, para empezar a atacar a todos, mientras un sonido de alarma se escuchaba en todo el puerto.
Genos apoyó sus manos en las katanas, mientras que Drake decía de ayudar, eso le gustaba. Varios gyojin volvieron al agua tras ser recibidos por una gran descarga de plomo. Era la hora del ataque y el capitán de la brigada sacó sus dos katanas principales. Una era negra y roja, la otra negra y azul. Empezó a lanzar hoces cortantes a varios gyojin, con amplios movimientos de sus katanas y dedos, mientras que Drake lanzaba ondas de choque.
- Gracias por ayudar, Drake. Si tu fuiste quien mató al capitán, debo protegerte. Es muy seguro que vayan a por ti.
Aquellas palabras salieron casi al instante, estar en medio de una masacre se olvidó de su vergüenza para hablar con las personas desconocidas. Apuntó con su cañón de calor a varios gyojin y soltó unas ráfagas de calor, dispuesto a disecar la piel de aquellos hombres peces.
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Llegamos cientos de Gyojins al puerto oeste del Mariejoa. Parecía ser que el maldito agobia que había pasado bajo el agua con tanto Gyojin no iba a ser lo peor. En la superficie nos esperaban las defensas de Mariejoa, algo nada agradable. La cosa se ponía fea, en la lucha no sabia que hacer, defender a mi raza o a Mariejoa, finalmente vi como un marine atacaba al tipo que había dado la charla en el bar y fui a ayudarle, no se si seria la mejor opción, pero era lo que debía hacer en ese momento. Le di un derechazo en el estomago al marine, el cual contraataco con un fuerte movimiento de su espada, que si no llego a esquivarlo por los pelos me partía el cráneo en dos, en vez de eso me hizo un leve corte en el hombro izquierdo. El Gyojin al que ayude me dio las gracias y seguidamente me tiro al suelo, pues un marine casi me clava la espada en la espalda. Vi como ambos forcejeaban cuando note que llevaba algo en el bolsillo, metí la mano y saque un Den-Den mushi ``Ostia es verdad, hace poco tiempo me uní a un gremio de cazadores y su líder me dio un Den-Den mushi para contactar con ellos ´´.
Cuando me disponía a contactar con ellos salieron del agua como un gran geiser, dos enormes monstruos marinos con un parecido a una serpiente, era enormes. Esto hizo que me viniera a la cabeza una duda mas ``¿Son amigos o enemigos?´´, aunque tenia claro que iban a ser un problema. Durante un rato contemplando a aquellos gigantescos seres me acorde de mi equipo.
-Oye chicos ¿me recibís? Soy Tyrion, el novato. Aquí se esta armando una de la ostia, me encuentro en el puerto del Nuevo Mundo, ¿Dónde estáis vosotros?-
Nada mas terminar de hablar iba esperar un rato haber si recibía respuesta alguna pero un marine me vio y vino hacia mí con su espada en alto, tan rápido como pude, metí el Den-Den en el bolsillo y antes de que el marine pudiera atacarme me abalance sobre él y le tire al suelo. Estuvimos en el suelo forcejeando, yo no quería matarlo, así que simplemente le quite la espada y de un puñetazo lo deje K.O.
Me intente alejar de la pelea, pero allá donde iba estaba rodeado peleas entre Gyojins, piratas, marines y cazadores. No me quedaba otra, tenia que resistir hasta recibir respuesta de mi equipo y si no, ya se me ocurriría algo.
Cuando me disponía a contactar con ellos salieron del agua como un gran geiser, dos enormes monstruos marinos con un parecido a una serpiente, era enormes. Esto hizo que me viniera a la cabeza una duda mas ``¿Son amigos o enemigos?´´, aunque tenia claro que iban a ser un problema. Durante un rato contemplando a aquellos gigantescos seres me acorde de mi equipo.
-Oye chicos ¿me recibís? Soy Tyrion, el novato. Aquí se esta armando una de la ostia, me encuentro en el puerto del Nuevo Mundo, ¿Dónde estáis vosotros?-
Nada mas terminar de hablar iba esperar un rato haber si recibía respuesta alguna pero un marine me vio y vino hacia mí con su espada en alto, tan rápido como pude, metí el Den-Den en el bolsillo y antes de que el marine pudiera atacarme me abalance sobre él y le tire al suelo. Estuvimos en el suelo forcejeando, yo no quería matarlo, así que simplemente le quite la espada y de un puñetazo lo deje K.O.
Me intente alejar de la pelea, pero allá donde iba estaba rodeado peleas entre Gyojins, piratas, marines y cazadores. No me quedaba otra, tenia que resistir hasta recibir respuesta de mi equipo y si no, ya se me ocurriría algo.
- resumen :
- Entre el bullicio de la pelea llamo a mis compañeros de gremio a traves del Den-Den. Aguanto mi posicion y espero su respuesta.
Garland Blain
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El capitán estuvo apunto de desatar su ira contra el batallón de reclutas. Pero vio como un marine, de un rango mayor a estos, se acercó a él. Era Joseph, un tipo extraño pero que se ganó su respeto por lo que hizo. Actuó de forma madura, haciéndole ver la razón de tantas risas hacia su persona y le ofreció un pañuelo para limpiarse. En aquel momento el grandullón se sintió bastante estúpido. Había estado echando la bronca a aquellos hombres con un excremento de gaviota sobre su cabeza. Aunque no era motivo para ser el centro de sus burlas, ni mucho menos. -Muchas gracias, chico. Da gusto ver como aún quedan marines que muestran respeto y madurez.- Agradeció al pelirrojo su amabilidad y se limpió la defecación, dejando brillante su calva. Después de todo, aquella deposición había servido de algo. Ahora su piel estaba mucho más suave y resplandeciente. ¡Ahora la calva de Garland es un 50% más brillante!
-Permíteme que lo lave y te lo devuelva cuando esté limpio. Creo que no sería agradable hacerlo ahora con el pañuelo en este estado.- Dijo Garland, guardándolo en un bolsillo de su chaqueta. Portaba el típico atuendo de marine, pero sin la gorra, sin el pañuelo y con una chaqueta de manga larga, blanca y con bordes de pelo marrón tanto en las muñecas como al rededor del cuello. Esta tenía un par de bolsillos, uno a cada lado a la altura del estómago y los kanjis de la marina en la espalda. El marine estaba a punto de poner un poco de orden cuando una explosión, muy cercana tuvo lugar en un navío. Se estaba hundiendo y de su cubierta salía gran cantidad de humo negro que indicaba una posible fogata en su interior. -¿¡Qué ha sido eso!?- Preguntó Garland preocupado. Se mantuvo alerta y ordenó a los demás que se preparasen ante cualquier imprevisto. Kaishi fue el primero en dirigirse al lugar de la explosión. Era un gran soldado y seguramente podría ocuparse solo de aquel asunto. Así que Garland se mantuvo a la espera.
No debían abandonar el puerto sin una orden clara de Krauser. Sería una falta de respeto hacia su líder y una insensatez, aunque el "imprevisto" llegó más pronto de lo esperando, en forma de gyojins. Una multitud de ellos que empezaron a surgir del mar y alcanzar el puerto. Por no mencionar un par de reyes marinos de tamaño colosal que podrían arrasar el puerto con tan solo tumbarse sobre él. No obstante, había luchadores increíblemente poderosos dispuestos a defender aquella isla. Tanto es así que la guerra no tardó en empezar. Consiguieron reducir el avance de los hombre del mar e incluso enfrentar a semejantes bestias serpentiformes a pesar de su tamaño. -Discúlpeme, almirante Krauser, pero no puedo quedarme de brazos cruzados mientras los demás hacen nuestro trabajo. ¡Debo luchar!- Dijo este, pensando en voz alta y sabiendo que su líder no podría escucharle.
-¡Escuchadme soldados! ¡El almirante Krauser Redfield aún no ha llegado, pero no podemos esperar por siempre mientras la amenaza avanza y nosotros no hacemos nada por detenerla! ¡Vamos a salir ahí, a luchar y darlo todo! ¡Puede que sintáis temor, incluso puede que muráis, pero no será en vano y si no lucháis, no podréis aseguraros un futuro, ni a vosotros ni a vuestras familias! ¡Tenemos que proteger esta isla con la vida!- El discurso de Garland fue breve, pero suficiente para motivar a un batallón de reclutas. No quería que muriesen, pero alistarse a la marina significaba algo más que quedarse en la cubierta de un barco. Él mismo se aseguraría de proteger a tantos como pudiese. Salió del navío en cabeza, agarrando su martillo. Y pegó un buen salto, cayendo sobre un par de gyojins que corrían en un flanco abierto. -¡Deteneos en nombre de la justicia!- Gritó este, golpeando a uno de ellos con su arma, con un golpe descendente. El gyojin cayó al suelo y el otro no tuvo tiempo de reaccionar. Un segundo ataque del capitán, esta vez a las costillas, lo mandó de nuevo al mar.
-Permíteme que lo lave y te lo devuelva cuando esté limpio. Creo que no sería agradable hacerlo ahora con el pañuelo en este estado.- Dijo Garland, guardándolo en un bolsillo de su chaqueta. Portaba el típico atuendo de marine, pero sin la gorra, sin el pañuelo y con una chaqueta de manga larga, blanca y con bordes de pelo marrón tanto en las muñecas como al rededor del cuello. Esta tenía un par de bolsillos, uno a cada lado a la altura del estómago y los kanjis de la marina en la espalda. El marine estaba a punto de poner un poco de orden cuando una explosión, muy cercana tuvo lugar en un navío. Se estaba hundiendo y de su cubierta salía gran cantidad de humo negro que indicaba una posible fogata en su interior. -¿¡Qué ha sido eso!?- Preguntó Garland preocupado. Se mantuvo alerta y ordenó a los demás que se preparasen ante cualquier imprevisto. Kaishi fue el primero en dirigirse al lugar de la explosión. Era un gran soldado y seguramente podría ocuparse solo de aquel asunto. Así que Garland se mantuvo a la espera.
No debían abandonar el puerto sin una orden clara de Krauser. Sería una falta de respeto hacia su líder y una insensatez, aunque el "imprevisto" llegó más pronto de lo esperando, en forma de gyojins. Una multitud de ellos que empezaron a surgir del mar y alcanzar el puerto. Por no mencionar un par de reyes marinos de tamaño colosal que podrían arrasar el puerto con tan solo tumbarse sobre él. No obstante, había luchadores increíblemente poderosos dispuestos a defender aquella isla. Tanto es así que la guerra no tardó en empezar. Consiguieron reducir el avance de los hombre del mar e incluso enfrentar a semejantes bestias serpentiformes a pesar de su tamaño. -Discúlpeme, almirante Krauser, pero no puedo quedarme de brazos cruzados mientras los demás hacen nuestro trabajo. ¡Debo luchar!- Dijo este, pensando en voz alta y sabiendo que su líder no podría escucharle.
-¡Escuchadme soldados! ¡El almirante Krauser Redfield aún no ha llegado, pero no podemos esperar por siempre mientras la amenaza avanza y nosotros no hacemos nada por detenerla! ¡Vamos a salir ahí, a luchar y darlo todo! ¡Puede que sintáis temor, incluso puede que muráis, pero no será en vano y si no lucháis, no podréis aseguraros un futuro, ni a vosotros ni a vuestras familias! ¡Tenemos que proteger esta isla con la vida!- El discurso de Garland fue breve, pero suficiente para motivar a un batallón de reclutas. No quería que muriesen, pero alistarse a la marina significaba algo más que quedarse en la cubierta de un barco. Él mismo se aseguraría de proteger a tantos como pudiese. Salió del navío en cabeza, agarrando su martillo. Y pegó un buen salto, cayendo sobre un par de gyojins que corrían en un flanco abierto. -¡Deteneos en nombre de la justicia!- Gritó este, golpeando a uno de ellos con su arma, con un golpe descendente. El gyojin cayó al suelo y el otro no tuvo tiempo de reaccionar. Un segundo ataque del capitán, esta vez a las costillas, lo mandó de nuevo al mar.
- Resumen:
- Garland le agradece a Joseph el pañuelo y se limpia con él. Se percata de la explosión a causa de Elkilian y se mantiene a la espera de cualquier percance, dejando dicha situación en manos de Kaishi. Cuando llegan los gyojin y los reyes marinos, viendo como todo el mundo empieza a luchar contra estos, decide actuar por su cuenta y le echa un discurso a los reclutas para que luchen en nombre de la marina. Sale del barco con su martillo y le pega a un par de gyojins irrelevantes que avanzaban por una zona desprotegida.
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El niño seguía corriendo de lado a lado gritando y llorando, mientras por dentro parecía que le iba a dar un ataque de risa. Los esclavos eran liberados y los soldados fueron alertados por los gritos de Ushi. De repente, soltaron una descarga de plomo sobre los vongola, para acabar con ellos, mientras Ushi se sorprendía de lo que había provocado. Eso no era lo que quería, que matasen a sus aliados, aunque por suerte para él eran fuertes. Uno de los soldados se puso a perseguir al niño, intentando cogerle, pero éste no pensaba dejarse. Ambos corrían de un lado a otro sin parar, la velocidad de aquel chiquitín no era normal para alguien de su edad y el soldado parecía empezar a cansarse.
- ¡Muajajajaja! No ve mas a atrapar, idiota. - Decía mientras seguía corriendo, esta vez con unas carcajadas.
De repente, aquel niño tropezó y cayó de boca al suelo, tragando algo de tierra. Se hizo daño, por lo que empezó a llorar y a patalear en el suelo y entonces, el soldado le cogió en brazos. Los pies de Ushi flotaban en el aire mientras sus lágrimas salían de sus ojos. No tenía tiempo ni para llorar, aquel soldado le estaba molestando y él debía pararlo. Entre gritos y quejidos de dolor, su puño derecho empezó a rodearse de rayos, mientras seguía llorando. Lanzó un puñetazo al antebrazo de aquel soldado, que recibió una descarga eléctrica y un fuerte dolor, soltando al pequeñín.
- ¡Toma! ¡¡Te lo tienes merecido!! - Decía al soltarse mientras sus ojos volvían a llenarse de lágrimas. - ¡Kiogre! ¡Este hombre malo quiere matarme!
Tras aquel golpe empezó a correr mientras seguía llorando, pidiendo a Kiogre que le defendiese de aquel soldado que le había agarrado. Seguramente el soldado, tras los gritos anteriores de socorro, intentó ayudar al chiquitín, pero él no lo veía así. Kiogre estaba rezando mientras los otros dos seguían peleando. Se acercó a su compañero y saltó a su espalda, para agarrarse como una lapa y que le protegiese.
- ¡Muajajajaja! No ve mas a atrapar, idiota. - Decía mientras seguía corriendo, esta vez con unas carcajadas.
De repente, aquel niño tropezó y cayó de boca al suelo, tragando algo de tierra. Se hizo daño, por lo que empezó a llorar y a patalear en el suelo y entonces, el soldado le cogió en brazos. Los pies de Ushi flotaban en el aire mientras sus lágrimas salían de sus ojos. No tenía tiempo ni para llorar, aquel soldado le estaba molestando y él debía pararlo. Entre gritos y quejidos de dolor, su puño derecho empezó a rodearse de rayos, mientras seguía llorando. Lanzó un puñetazo al antebrazo de aquel soldado, que recibió una descarga eléctrica y un fuerte dolor, soltando al pequeñín.
- ¡Toma! ¡¡Te lo tienes merecido!! - Decía al soltarse mientras sus ojos volvían a llenarse de lágrimas. - ¡Kiogre! ¡Este hombre malo quiere matarme!
Tras aquel golpe empezó a correr mientras seguía llorando, pidiendo a Kiogre que le defendiese de aquel soldado que le había agarrado. Seguramente el soldado, tras los gritos anteriores de socorro, intentó ayudar al chiquitín, pero él no lo veía así. Kiogre estaba rezando mientras los otros dos seguían peleando. Se acercó a su compañero y saltó a su espalda, para agarrarse como una lapa y que le protegiese.
Rainbow662
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¿Hielo? Vaya, se había olvidado de la curiosa habilidad de Rose. Tal vez había exagerado un poco, aunque en su defensa tenía que decir que se acababa de levantar y su mente no funcionaba con la rapidez habitual, la cual tampoco era precisamente excesiva. En cualquier caso, habían evitado que el barco se estrellase contra la Red Line y lo mejor de todo, se habían ahorrado tener que buscar uno nuevo. De todas formas, dejaron caer el bote al hielo creado por la pelirroja y esta lo empujó hasta el agua. Desde su posición se oían los primeros compases de la batalla. Los disparos resonaban con fuerza, amortiguados por la potencia de la alarma. La verdad era que le parecía innecesario un pitido así, si alguien no se enteraba de que el ataque había empezado con solo el ruido de los cañonazos, de poco le iba a servir la sirena.
Durante el camino, Arribor se recostó tranquilamente, intentando recuperar parte del sueño perdido. Aun así, una parte de su ser le decía que llegasen cuanto antes o no podría siquiera subir a la ciudad. Cuando quisieran llegar seguramente solo quedasen los restos, aunque no parecía que Rose tuviese mucha prisa. Más bien estaba más preocupada por ocultar su identidad con una máscara. -¿A qué viene lo de la máscara? ¿Y de qué bosque hablas? -preguntó planteándose donde diablos iba a encontrar un bosque en un pedazo de piedra roja. Pero no sería él quien cuestionase la eficacia de una identidad falsa. Y tenía bastante con acordarse del nombre falso.
En ese momento, el fragor de la lucha llegó a sus oídos con más claridad. Estaba deseando entrar en acción. seguro que había alguien fuerte a quien enfrentarse, aunque no podía evitar preguntarse qué eran esas serpientes que sobresalían del agua. En cualquier cosa ahora le tocaba a él remar y no iba a andarse con tonterías. Dejó a la morsa-dial en la proa del bote en su forma de concha y se preparó para llegar lo más rápido posible. -Bien, agárrate Shi... lo que sea. ¡Aquí vamos! ¡OHHHHH! -De inmediato, el pirata comenzó a remar con todas sus fuerzas, avanzando a una absurda velocidad y sin dejar de gritar como un loco para darse ánimos. El bote avanzaba a gran velocidad, esquivando los malditos peces que no hacían más que salir del agua a toda velocidad. Pero daba igual cuantos se cruzasen, de vez en cuando golpeaba a alguno con los remos y al resto los ignoraba haciendo gala de su fuerza desmedida.
Estaba entusiasmado, parecía que el mundo se había vuelto loco allí y notaba como la adrenalina se apoderaba de él. No tardarían mucho en llegar al caótico muelle, de hecho ya tenía pensado donde podría atracar el bote, aunque seguramente no sobreviviría a la lucha y tendrían que coger otro prestado. Sin embargo todo se fue al garete en un instante. Cuando quiso darse cuenta Franklin se transformó de nuevo en su forma animal, adoptando el aspecto de una morsa albina de cientos de kilos de peso. La velocidad a la que iban era tal que debido al enorme peso del maldito engendro el bote se volcó hacia su lado tremendamente rápido. Fue como si una catapulta les hubiera disparado hacia el muelle, aunque por suerte no iban en dirección al mar sino a la zona de lucha. Lo peor de todo era que la maldita morsa había adoptado su forma híbrida y se había agarrado a él antes de hundirse. Sin duda mataría a ese bicho algún día, pero de momento tendría que concentrarse en aterrizar bien.
Durante el camino, Arribor se recostó tranquilamente, intentando recuperar parte del sueño perdido. Aun así, una parte de su ser le decía que llegasen cuanto antes o no podría siquiera subir a la ciudad. Cuando quisieran llegar seguramente solo quedasen los restos, aunque no parecía que Rose tuviese mucha prisa. Más bien estaba más preocupada por ocultar su identidad con una máscara. -¿A qué viene lo de la máscara? ¿Y de qué bosque hablas? -preguntó planteándose donde diablos iba a encontrar un bosque en un pedazo de piedra roja. Pero no sería él quien cuestionase la eficacia de una identidad falsa. Y tenía bastante con acordarse del nombre falso.
En ese momento, el fragor de la lucha llegó a sus oídos con más claridad. Estaba deseando entrar en acción. seguro que había alguien fuerte a quien enfrentarse, aunque no podía evitar preguntarse qué eran esas serpientes que sobresalían del agua. En cualquier cosa ahora le tocaba a él remar y no iba a andarse con tonterías. Dejó a la morsa-dial en la proa del bote en su forma de concha y se preparó para llegar lo más rápido posible. -Bien, agárrate Shi... lo que sea. ¡Aquí vamos! ¡OHHHHH! -De inmediato, el pirata comenzó a remar con todas sus fuerzas, avanzando a una absurda velocidad y sin dejar de gritar como un loco para darse ánimos. El bote avanzaba a gran velocidad, esquivando los malditos peces que no hacían más que salir del agua a toda velocidad. Pero daba igual cuantos se cruzasen, de vez en cuando golpeaba a alguno con los remos y al resto los ignoraba haciendo gala de su fuerza desmedida.
Estaba entusiasmado, parecía que el mundo se había vuelto loco allí y notaba como la adrenalina se apoderaba de él. No tardarían mucho en llegar al caótico muelle, de hecho ya tenía pensado donde podría atracar el bote, aunque seguramente no sobreviviría a la lucha y tendrían que coger otro prestado. Sin embargo todo se fue al garete en un instante. Cuando quiso darse cuenta Franklin se transformó de nuevo en su forma animal, adoptando el aspecto de una morsa albina de cientos de kilos de peso. La velocidad a la que iban era tal que debido al enorme peso del maldito engendro el bote se volcó hacia su lado tremendamente rápido. Fue como si una catapulta les hubiera disparado hacia el muelle, aunque por suerte no iban en dirección al mar sino a la zona de lucha. Lo peor de todo era que la maldita morsa había adoptado su forma híbrida y se había agarrado a él antes de hundirse. Sin duda mataría a ese bicho algún día, pero de momento tendría que concentrarse en aterrizar bien.
- Acciones:
- Arribor rema a toda velocidad en dirección al puerto - Franklin se transforma en su forma de morsa y hace que el bote se vuelque repentinamente y los lance a todos hacia el muelle como si fuera una catapulta hacia el puerto (la zona de aterrizaje ya es cosa tuya, pero no nos tires al agua maldita sea xD)
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Akuma no mi
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El plan parecía haber funcionado, nadie sospechaba que aquellos tres fuesen revolucionarios y eso les daba algo de ventaja. Mezclándose entre los marines, avanzaban hacia su próximo destino, hasta salir de aquel barco. Salieron hacia el puerto mientras la niebla cubría las calles y miles de burbujas salían a la superficie del agua, como si estuviese en ebullición. Aquello era extraño, pero poco le importaba a Virginia, que seguía a lo suyo, tocando los músculos y los traseros de los marines. Cientos de gyojin salieron a la superficie como balas, mientras algunos de ellos volvían al agua al recibir una descarga de plomo sobre ellos. Eso no le gustaba a la pobre dama, los gyojin eran feos a pesar de sus músculos, no les interesaban y al parecer, a su líder, tampoco.
Empezó a alejarse de todo el embrollo mientras esquivaba y cortaba con sus hulahops a algunos de los gyojin para poder moverse mejor. Sus pasos de nuevo eran como los de ballet, con gran coordinación entre sus pies y sus brazos, creando iros con su arma mientras provocaba un baño de sangre, siguiendo a su capitán.
Empezó a alejarse de todo el embrollo mientras esquivaba y cortaba con sus hulahops a algunos de los gyojin para poder moverse mejor. Sus pasos de nuevo eran como los de ballet, con gran coordinación entre sus pies y sus brazos, creando iros con su arma mientras provocaba un baño de sangre, siguiendo a su capitán.
Fear Liath
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Estaba a punto de asaltar el barco, cuando una gran cantidad de gyojin y una enorme criatura salieron de agua. Los gyojin asaltaron el barco haciendo que los civiles comenzaran a gritar y los revolucionarios echaran mano a sus armas. Esos gritos, esa inminente masacre, me hacía gozar, el caos alimentaba mi cuerpo a cada segundo que pasaba y saber que ya mismo la sangre correría por el suelo a través de mi disparos, hacía que no pudiera parar de sonreír. La enorme criatura atacó a los miembros del cp que estábamos allí reunidos, pero en un momento, vi que Minato, al cual no había visto llegar, paro el ataque de la gran bestia, algo que por mucho que me pesase, agradecí interiormente.
Después de eso, soltó un rollo sobre la fuerza de grupo y blablablá.... aquella palabrería no me interesaba para nada, por lo que cuando terminó y vi que los gyojin no habían hecho caso a su advertencia, puse a bailar a mis pequeñas. "Muerte" disparo a la cabeza de un gyojin 3 disparos, "Caos" disparo a otros dos en las rodillas, algo que me hizo disfrutar al escuchar sus grito de dolor. Uno de los gyojin me atacó con su espada, parándola con mi brazo derecho ciborg, pero siguió el camino de mi brazo con la espada, por lo que me hizo un corte en la máscara y por consiguiente a mi cara. Note, como la dulce sangre caía por mi rostro tras la máscara, por lo que con mi lengua pude saborearla y disfrutar de su espesor. - Gracias por darme un motivo, aunque no necesite ninguno - tras decir esto, me lace hacía el gyojin y mientras alzaba la espada para volver a golpearme, dispararía a sus ojos con sendas pistolas, quería ver como caía su cuerpo sin vida.
Observe que había un gyojin gigante y si había acabado con mi rival, le dispararía mi energía a la cabeza - Purificación Oscura - dije con una sonrisa, mi cuerpo empezaría a emitir un aura rojiza, de la que irían saliendo pequeñas esferas compactas, las cuales se introducirían en el cargador de la pistola y se lanzarían como balas, que se fragmentaran en el aire y dichos fragmentos explotaran al impactar contra la cabeza del gyojin, con explosiones de 1 metro de radio. haría que esa enorme cabeza explotara, haciendo que la sangre cayera por todos lados. Si no había acabado con el gyojin que estaba peleando, le dispararía hasta que yaciera muerto.
Después de eso, soltó un rollo sobre la fuerza de grupo y blablablá.... aquella palabrería no me interesaba para nada, por lo que cuando terminó y vi que los gyojin no habían hecho caso a su advertencia, puse a bailar a mis pequeñas. "Muerte" disparo a la cabeza de un gyojin 3 disparos, "Caos" disparo a otros dos en las rodillas, algo que me hizo disfrutar al escuchar sus grito de dolor. Uno de los gyojin me atacó con su espada, parándola con mi brazo derecho ciborg, pero siguió el camino de mi brazo con la espada, por lo que me hizo un corte en la máscara y por consiguiente a mi cara. Note, como la dulce sangre caía por mi rostro tras la máscara, por lo que con mi lengua pude saborearla y disfrutar de su espesor. - Gracias por darme un motivo, aunque no necesite ninguno - tras decir esto, me lace hacía el gyojin y mientras alzaba la espada para volver a golpearme, dispararía a sus ojos con sendas pistolas, quería ver como caía su cuerpo sin vida.
Observe que había un gyojin gigante y si había acabado con mi rival, le dispararía mi energía a la cabeza - Purificación Oscura - dije con una sonrisa, mi cuerpo empezaría a emitir un aura rojiza, de la que irían saliendo pequeñas esferas compactas, las cuales se introducirían en el cargador de la pistola y se lanzarían como balas, que se fragmentaran en el aire y dichos fragmentos explotaran al impactar contra la cabeza del gyojin, con explosiones de 1 metro de radio. haría que esa enorme cabeza explotara, haciendo que la sangre cayera por todos lados. Si no había acabado con el gyojin que estaba peleando, le dispararía hasta que yaciera muerto.
- Resumen:
- Veo que Minato para a la gran criatura y suelta un rollo de discurso, después ataco a varios gyojin y peleo con uno de ellos en combate cerrado, si acabo con él, disparare mi técnica Purificación Oscura, contra la cabeza del gyojin gigante
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La voz melódica y la canción que tocaba Crock con su espada, hacía que llegaran a los corazones de los humanos que estaban por ahí cerca. La borrachera le hizo olvidar donde estaban y que venían a hacer, ya no le importaba nada, solo su música. Miles de burbujas salían del agua como si estuviese en ebullición y un montonazo de gyojin salían de allí. La guerra ya iba a comenzar y Kyofu estaba preparado para defenderse, menos el borracho de turno, que ni se había enterado de que tenían compañía. Tal vez fuese por su aspecto de cocodrilo o por estar tocando una melódica canción, pero los gyojin preferían atacar a los humanos que al guitarrista.
Madara y los demás empezaron a pelear, pero el cocodrilo no se enteraba de nada, ni siquiera de las palabras que el líder le había dicho. Seguía a lo suyo, aunque entonces la calma para Crock se disipó. Varios gyojin llegaron al barco y eso le hizo entrar en razón. Dos de los hombres peces fuero a atacarle de frente mientras tocaba una melódica canción y eso era algo que odiaba, que le interrumpiesen mientras tocaba. Su mirada se volvió sádica y la cola pasó por detrás de su espalda, mientras levantaba el sombrero y dejaba ver sus ojos llenos de furia. Dejó de tocar en cuanto los gyojin estaban cerca, y potenciando el filo de su arma con Osmio, lanzó un corte en horizontal, cortando los cuellos de dos de los hombres pez, haciendo que sus cabezas volasen.
- ¿Que se han creído esta escoria? Los reptiles somos mejores que la maldita escoria pez, idiotas.
Tras aquellas palabras bajó del barco de un salto, mientras se ponía en posición con sus compañeros, quitándose la gabardina. Lo mejor era pelear, rebanar brazos y piernas de los malditos peces, con los cuales al final del día se haría una buena cena, lo tenía decidido. Iba a acabar con aquella escoria, pero de pronto, una sensación extraña le entró en el cuerpo, parecía miedo, sus piernas se paralizaron y su cuerpo no respondía a la perfección.
Madara y los demás empezaron a pelear, pero el cocodrilo no se enteraba de nada, ni siquiera de las palabras que el líder le había dicho. Seguía a lo suyo, aunque entonces la calma para Crock se disipó. Varios gyojin llegaron al barco y eso le hizo entrar en razón. Dos de los hombres peces fuero a atacarle de frente mientras tocaba una melódica canción y eso era algo que odiaba, que le interrumpiesen mientras tocaba. Su mirada se volvió sádica y la cola pasó por detrás de su espalda, mientras levantaba el sombrero y dejaba ver sus ojos llenos de furia. Dejó de tocar en cuanto los gyojin estaban cerca, y potenciando el filo de su arma con Osmio, lanzó un corte en horizontal, cortando los cuellos de dos de los hombres pez, haciendo que sus cabezas volasen.
- ¿Que se han creído esta escoria? Los reptiles somos mejores que la maldita escoria pez, idiotas.
Tras aquellas palabras bajó del barco de un salto, mientras se ponía en posición con sus compañeros, quitándose la gabardina. Lo mejor era pelear, rebanar brazos y piernas de los malditos peces, con los cuales al final del día se haría una buena cena, lo tenía decidido. Iba a acabar con aquella escoria, pero de pronto, una sensación extraña le entró en el cuerpo, parecía miedo, sus piernas se paralizaron y su cuerpo no respondía a la perfección.
Joseph Leto
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El joven pelirrojo acaba de prepararse mientras el capitán Garlan le agradece por el aviso y lo alaga diciendo que es un marine que muestra respeto y madurez. Lleva puesta ya la chaqueta negra que heredó de su difunto padre, la cual atesora como los ojos que cuelgan de su cuello. Sus ojos son los de alguien dispuesto a salir vivo de la guerra cueste lo que cueste y las palabras alentadoras del capitán le recordaron las palabras que le decía su padre cuando lo ayudaba con sus entrenamientos y sus estudios. El capitán se guarda el pañuelo diciendo que se lo devolverá al teniente ya limpio, algo que a Joseph no le importa ya que por lo menos el pañuelo sirvió para algo. El joven Joseph lleva ya su enorme pistola a espaldas y los yo yos bien sujetos en sus manos para no perderlos ya que no son simples yo-yos, pero eso solo lo saben unos pocos.
Sobre la zona donde estaría el corazón del marine con multipersonalidad se halla un bolsillo con el símbolo de la marina, lo cual unido al recuerdo de su padre que portó esa chaqueta con orgullo de ser marine. El joven guarda el colgante bajo su ropa, se coloca las gafas en la frente y se gira para ir junto al capitán cuando escucha una explosión cercana que hace que sospeche de que algún criminal esté cerca causando estragos. Está a punto de salir cuando ve a otro capitán, esta vez Kaishi, ir a ver el motivo de la explosión por lo que su marcha no es necesaria ya. Se queda esperando a que el almirante Krauser les dé una orden pero algo provoca que el capitán y el teniente se piensen el marchar sin esperar a su líder de flota, varios gyojin salen del agua acompañados por dos enormes bestias pero en tierra hay grandes luchadores que comienzan una batalla contra los mismos para echarlos de aquél lugar.
El teniente está prestes a gritar cuando el capitán dice que debe desobedecer al almirante y suelta un discurso que motiva a todo el pelotón de reclutas. Tras eso Garland salta del barco con su martillo en mano golpeando a un gyojin desde arriba y luego a otro en la costilla. El teniente salta detrás del capitán y empieza a “jugar” con sus yo-yos lanzándolos a los gyojins los cuales son cortados en pedazos por las cuchillas de los yo-yos que giran en muchas direcciones dirigidos por un marine que pese a parecer que está jugando sabe perfectamente donde apunta con los yo-yos mientras grita Qué fastidio de guerra, espero al menos que esto sirva de algo.
Sobre la zona donde estaría el corazón del marine con multipersonalidad se halla un bolsillo con el símbolo de la marina, lo cual unido al recuerdo de su padre que portó esa chaqueta con orgullo de ser marine. El joven guarda el colgante bajo su ropa, se coloca las gafas en la frente y se gira para ir junto al capitán cuando escucha una explosión cercana que hace que sospeche de que algún criminal esté cerca causando estragos. Está a punto de salir cuando ve a otro capitán, esta vez Kaishi, ir a ver el motivo de la explosión por lo que su marcha no es necesaria ya. Se queda esperando a que el almirante Krauser les dé una orden pero algo provoca que el capitán y el teniente se piensen el marchar sin esperar a su líder de flota, varios gyojin salen del agua acompañados por dos enormes bestias pero en tierra hay grandes luchadores que comienzan una batalla contra los mismos para echarlos de aquél lugar.
El teniente está prestes a gritar cuando el capitán dice que debe desobedecer al almirante y suelta un discurso que motiva a todo el pelotón de reclutas. Tras eso Garland salta del barco con su martillo en mano golpeando a un gyojin desde arriba y luego a otro en la costilla. El teniente salta detrás del capitán y empieza a “jugar” con sus yo-yos lanzándolos a los gyojins los cuales son cortados en pedazos por las cuchillas de los yo-yos que giran en muchas direcciones dirigidos por un marine que pese a parecer que está jugando sabe perfectamente donde apunta con los yo-yos mientras grita Qué fastidio de guerra, espero al menos que esto sirva de algo.
- Resumen:
- Salir del barco para degollar gyojins y quejarme de la guerra
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Una mujer, de cabello rubio como el oro, ojos azules y labios rosados y sensuales, cara fina y algo pálida estaba en mitad de una guerra. Su cuerpo era realmente sensual, vistiendo un traje negro que parecía de neopreno, que se ajustaba en cada una de las partes de la portentosa figura sexual. Sus senos eran grandes y su trasero digno de un diez. En su mano derecha llevaba una katana de empuñadura negra, con neones azules y un filo largo y, en su otra mano, una pistola futurista de color negra y neones también azules. Estaba peleando contra lo que parecían ser unos seres extraños, mitad hombres mitad alitas de pollo, junto a su querido hermano. Sus cortes eran veloces como el viento, mientras con la pistola lanzaba pequeñas ondas de choque que empujaban a sus adversarios.
Pero entonces, despertó. Era un sueño extraño, o eso parecía. Aquella mujer era Xira y su hermano, Xemnas. Estaban en mitad de una guerra contra estúpidos gojin, se habían prestado de voluntarios para acabar con aquel lío, pero eso no era el trabajo de Xira, realmente. Su trabajo consistía en matar a uno de los miembros del gorosei o a un almirante. Si lo conseguía, se llevaría la gran suma de 1.000.000.000 de berries por completarla, pero claro, deberían traer una prueba del asesinato. El dinero le llamaba la atención a Xira, con eso podría darle una gran vida a su querido hermano, la persona que más apreciaba del mundo y, tal vez la única.
Miles de burbujas empezaban a aparecer en la superficie, mientras varios gyojin salían como cañones, siendo recibidos varios de ellos por una gran descarga de plomo que los devolvía al agua. Aquello se estaba transformando en una gran masacre y Xira y su hermano debían hacer algo. ¿Tal vez ayudar, o seguir con su misión? Fuese lo que fuese, Xemnas ya había tomado una decisión. Empezó a prepararse para la pelea, mientras sacaba su gran espada para cortar cabezas y extremidades de aquellos gyojin. Xira abrazó a su hermano mientras le dirigía unas palabras al oído.
- Hermanito, mejor vayamos hacia Mariejoa. - Decía su voz dulce.
Empezó a agarrar del brazo a su hermano y a estirar de él. Xira llevaba dos katanas en su cintura, una pistola negra futurista en su pierna izquierda y una escopeta futurista en su espalda, estaba preparada para acción y no iba a dejar que nadie tocase a su hermano.
Pero entonces, despertó. Era un sueño extraño, o eso parecía. Aquella mujer era Xira y su hermano, Xemnas. Estaban en mitad de una guerra contra estúpidos gojin, se habían prestado de voluntarios para acabar con aquel lío, pero eso no era el trabajo de Xira, realmente. Su trabajo consistía en matar a uno de los miembros del gorosei o a un almirante. Si lo conseguía, se llevaría la gran suma de 1.000.000.000 de berries por completarla, pero claro, deberían traer una prueba del asesinato. El dinero le llamaba la atención a Xira, con eso podría darle una gran vida a su querido hermano, la persona que más apreciaba del mundo y, tal vez la única.
Miles de burbujas empezaban a aparecer en la superficie, mientras varios gyojin salían como cañones, siendo recibidos varios de ellos por una gran descarga de plomo que los devolvía al agua. Aquello se estaba transformando en una gran masacre y Xira y su hermano debían hacer algo. ¿Tal vez ayudar, o seguir con su misión? Fuese lo que fuese, Xemnas ya había tomado una decisión. Empezó a prepararse para la pelea, mientras sacaba su gran espada para cortar cabezas y extremidades de aquellos gyojin. Xira abrazó a su hermano mientras le dirigía unas palabras al oído.
- Hermanito, mejor vayamos hacia Mariejoa. - Decía su voz dulce.
Empezó a agarrar del brazo a su hermano y a estirar de él. Xira llevaba dos katanas en su cintura, una pistola negra futurista en su pierna izquierda y una escopeta futurista en su espalda, estaba preparada para acción y no iba a dejar que nadie tocase a su hermano.
Isma
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Al parecer ninguno haría caso de su sugerencia. Pero eso no fue lo peor. La lluvia cedió poco a poco y el mar empezó a burbujear como si el agua hirviera. Era un suceso demasiado extraño, pero que terminó por explicarse gráficamente con la llegada de un increíble ejército de gyojins. Ya no había escapatoria. Estaban allí y seguramente entrarían por todas partes y no solo por aquel puerto. Isma se debatía entre sus pocas posibilidades cuando Shun soltó un discurso, más enfocado a él que para los demás probablemente, asegurando que el miedo era algo normal pero que debía luchar contra él si quería ser un gran guerrero. De un modo u otro consiguió emocionar al castaño, que dejó su miedo a un lado y se preparó para luchar. Estaba dispuesto a todo, sabía que solo necesitaba confiar en sí mismo. El samurai detuvo a un gyojin que intentó atacarlo y derrotó a varios más en un abrir y cerrar de ojos. Fue un movimiento digno de elogio. Tras esto ordenó que defendiéramos la tortuga, que estaba sufriendo un abordaje por parte de nuestros enemigos.
-(Vamos Isma... Puedes hacerlo. ¡Tan solo es golpear a unos cuantos peces, no es tan difícil!)- Pensaba este, dándose algunas bofetadas así mismo para conseguir algo de valor. Fue en dirección al gran animal, esperando que los demás hiciesen lo mismo para no ser el único y se preparó para combatir. Aquella vez iba a ser valiente. Tenía que serlo. Debía proteger al reptil acorazado. Empezó a correr, gritando y cargando con su puño para golpear a alguno de los gyojin que se cruzase, cuando el agua empezó a moverse. Dos enormes reyes marinos, de un tamaño sin igual salieron a la superficie, y uno de ellos parecía dispuesto a comerse a la tortuga. El corazón de Isma empezó a latir muy rápidamente. El miedo volvía a apoderarse de su cuerpo. Empezó a sudar y se quedó parado, con las manos por delante y gritó por temor. La boca se le abrió tanto que parecía como si la mandíbula se le hubiese desencajado. Sus ojos eran dos platos enormes y su cuerpo bailaba como un flan.
Shun decidió encargarse de aquella bestia. Creando un enorme tornado de viento envuelto en llamas y aparentemente con la cabeza de un dragón al frente. Era un ataque de increíble poder, pero aquel ser era muy grande ¿Sería suficiente? Otro sujeto, probablemente usuario de logia también, apoyó al comandante de Lupus Custos con una extraña habilidad, dando vueltas al animal. Aquello le dio algo más de confianza al cazador cobarde que, a pesar de estar temblando, podía moverse otra vez. -(Tranquilo, ellos se encargarán de ese enorme bicho. Tú tan solo tienes que derrotar unos pocos gyojin...)- Pensó, intentando animarse a sí mismo una vez más. De repente, un gran grupo de gyojins empezó a correr hacia él. Eran enormes, parecían enfadados y portaban todo tipo de armas. -¡Voy a morir! ¡Voy a morir! ¡Voy a moriiiiiiiiir!- Gritaba Isma mientras corría en dirección contraria a ellos y sus ojos se bañaban en un río de lágrimas.
Tras abandonar a la tortuga, empezó a correr en círculos. Evitando la pelea contra cualquier gyojin o tritón que intentaba atacarle. En un momento dos se abalanzaron sobre él. Uno para cada lado, no podía huir. ¡Tenía que armarse de valor de una vez y luchar! O agacharse e intentar pasar desapercibido. Se tiró al suelo y se puso las manos sobre la cabeza. Segundos después, se levantó, viendo como aquellos agresores se habían atravesado mutuamente. -Si no me llego a agachar a tiempo...- Al parecer había sido una buena estrategia. Poco calculada y bastante improvisada, pero todo un éxito. Aún seguía cerca de sus compañeros, y una explosión se llevó toda su atención. Una gran humareda cubría a uno de los dos seres más grandes que habían aparecido recientemente. El estruendo fue palpable y la explosión hizo un pequeño seísmo que provocó la caída de Isma. Este se llevó la mano al pecho y notó como el corazón bombeaba a una velocidad vertiginosa. Parecía como si estuviese a punto de estallar.
-(Vamos Isma... Puedes hacerlo. ¡Tan solo es golpear a unos cuantos peces, no es tan difícil!)- Pensaba este, dándose algunas bofetadas así mismo para conseguir algo de valor. Fue en dirección al gran animal, esperando que los demás hiciesen lo mismo para no ser el único y se preparó para combatir. Aquella vez iba a ser valiente. Tenía que serlo. Debía proteger al reptil acorazado. Empezó a correr, gritando y cargando con su puño para golpear a alguno de los gyojin que se cruzase, cuando el agua empezó a moverse. Dos enormes reyes marinos, de un tamaño sin igual salieron a la superficie, y uno de ellos parecía dispuesto a comerse a la tortuga. El corazón de Isma empezó a latir muy rápidamente. El miedo volvía a apoderarse de su cuerpo. Empezó a sudar y se quedó parado, con las manos por delante y gritó por temor. La boca se le abrió tanto que parecía como si la mandíbula se le hubiese desencajado. Sus ojos eran dos platos enormes y su cuerpo bailaba como un flan.
- Descripción gráfica:
Shun decidió encargarse de aquella bestia. Creando un enorme tornado de viento envuelto en llamas y aparentemente con la cabeza de un dragón al frente. Era un ataque de increíble poder, pero aquel ser era muy grande ¿Sería suficiente? Otro sujeto, probablemente usuario de logia también, apoyó al comandante de Lupus Custos con una extraña habilidad, dando vueltas al animal. Aquello le dio algo más de confianza al cazador cobarde que, a pesar de estar temblando, podía moverse otra vez. -(Tranquilo, ellos se encargarán de ese enorme bicho. Tú tan solo tienes que derrotar unos pocos gyojin...)- Pensó, intentando animarse a sí mismo una vez más. De repente, un gran grupo de gyojins empezó a correr hacia él. Eran enormes, parecían enfadados y portaban todo tipo de armas. -¡Voy a morir! ¡Voy a morir! ¡Voy a moriiiiiiiiir!- Gritaba Isma mientras corría en dirección contraria a ellos y sus ojos se bañaban en un río de lágrimas.
- Descripción gráfica 2:
Tras abandonar a la tortuga, empezó a correr en círculos. Evitando la pelea contra cualquier gyojin o tritón que intentaba atacarle. En un momento dos se abalanzaron sobre él. Uno para cada lado, no podía huir. ¡Tenía que armarse de valor de una vez y luchar! O agacharse e intentar pasar desapercibido. Se tiró al suelo y se puso las manos sobre la cabeza. Segundos después, se levantó, viendo como aquellos agresores se habían atravesado mutuamente. -Si no me llego a agachar a tiempo...- Al parecer había sido una buena estrategia. Poco calculada y bastante improvisada, pero todo un éxito. Aún seguía cerca de sus compañeros, y una explosión se llevó toda su atención. Una gran humareda cubría a uno de los dos seres más grandes que habían aparecido recientemente. El estruendo fue palpable y la explosión hizo un pequeño seísmo que provocó la caída de Isma. Este se llevó la mano al pecho y notó como el corazón bombeaba a una velocidad vertiginosa. Parecía como si estuviese a punto de estallar.
- Resumen:
- Se arma de coraje tras las palabras de Shun y se va a la tortuga a combatir. Se vuelva a acobardar en cuanto ve a los reyes marinos pero le alivia ver que va gente a combatirlos. Una vez más intenta ser valiente y se va corriendo tras ver a un grupo de gyojins armados que van a por él. Empieza a correr en círculos, cerca de sus compañeros y se agacha en un ataque de dos gyojins que acaban matándose a sí mismos. Tras esto ve la explosión de Asder y se cae al suelo por el pequeño seísmo que debería formar. Se agarra el pecho y siente como su corazón late muy rápido.
Le da un paro cardíaco.No se percata de Karl ni de ningún otro suceso. Está ocupado pensando que va a morir.
Dark Satou
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Ahora realmente empezaba lo de verdad. Shun se tiró delante de nosotros y los demás cargaron o se movieron, dejando un margen de distancia enorme y provocando que me quedase solo en el sitio sin reaccionar. Guerra, yo ya había estado en dos guerras, y las odiaba. Realmente no sabía dónde habíamos venido a parar, pero era justamente aquí, y lo peor, era mi condición física. Era inútil, lento, débil en comparación a antes de que cayera en coma y no podía conseguir reunir el valor o la esperanza para poder atacar por mi propia cuenta.
Solía haber ignorado a la muerte y ser un despreocupado con ella, pero esta vez realmente sí me importaba, debía resolver mis cabos antes de poder morir en paz. Las palabras de Shun se vinieron dirigidas hacia mi mente y vi cómo Isma mató dos de los gyojin sin querer.
Cerré mi puño con fuerza y me giré, comenzando a correr hacia un gyojin que estaba desprevenido por la espalda para saltar por encima de ella apoyándome con luz y soltarle una patada con todas mis fuerzas en la boca. No le hizo demasiado; su altura y peso eran mayores a los míos, y pude lograr ver que su fuerza física era también superior a la mía tras intentar parar sin éxito un puñetazo dirigido hacia mi persona. Retrocedí unos pasos hacia atrás agitando los brazos con una mueca de dolor por haberlo parado con estos y pude llegar a darme cuenta de que cinco gyojin más me habían rodeado, dejándome en un uno contra uno contra aquel tipo que me sacaba un metro de altura. Intenté saltar para salir de esa situación pero me agarraron del pie y me volvieron a tirar en aquel "ring" de gyojins. Retrocedí unos pasos mirando hacia mi espalda mientras mi enemigo cargaba con todas sus fuerzas ante mí.
Me desvanecí en luz y el puñetazo me traspasó, provocando que el puño de mi atacante impactase contra la cabeza de uno de sus aliados, estallándosela ahí mismo, salpicando de sangre a todos. Menos mal que eso no fue para mí, cosa el cual, me provocó un pequeño deja vu, como si lo hubiese vivido o visto antes. Ignoré la situación y agarré de la cabeza de uno, sorprendido para pegársela contra uno de sus aliados ya que se encontraban muy cerca y se clavaron las sierras de sus cabezas solos, provocando una muerte instantánea para ellos. Tras comprobar que tres estaban fuera, me puse en posición de combate y miré vacilante a los tres que quedaban.
-Qué estúpidos sois, no conozco lo que sois los gyojin bien todavía, pero parece ser que tenéis menos inteligencia que un reno, incluso que una foca -dije provocando muy seguro de mis habilidades tras el éxito de abatir a tres gyojin.
Pero por abrir la boca, recibí un puñetazo del que parecía ser el más rápido de los tres, provocando que me cayera hacia atrás varios metros rodando. Me levanté escupiendo sangre de la boca y me abalancé pegando un destello de luz que provocó que los tres se cegaran en ese mismo instante. Tras recuperar los tres la vista, me encontraba por encima de ellos aguantándome en plataformas de luz, y comenzaron a buscarme cabreados. Una vez decidieron parar y continuar su marcha contra sus enemigos, caí en picado del cielo soltando un puñetazo en la nuca a uno que debido a la altura, velocidad y fuerza de la caída provocó que se le rompiera ésta inmediatamente. Tras quedar solo dos, girados y extrañados de una inmensa explosión que por su puesto, no iba dirigida hacia ellos, corrieron hacia el foco, ignorándome totalmente. Por suerte para mí, los dos más fuertes se habían ido, así que pasé la mano por mi frente y fui corriendo hacia Isma, no parecía muy bien parado y estaba todo blanco. Si le daba un infarto por el miedo de la batalla, íbamos a perder un aliado importante... o por lo menos, una carnaza... ¿segura? Pensé mientras corrí hacia él soltando puñetazos y patadas a los gyojin que se me acercaban para apartarlos o atravesándolos desvaneciéndome en luz.
Solía haber ignorado a la muerte y ser un despreocupado con ella, pero esta vez realmente sí me importaba, debía resolver mis cabos antes de poder morir en paz. Las palabras de Shun se vinieron dirigidas hacia mi mente y vi cómo Isma mató dos de los gyojin sin querer.
Cerré mi puño con fuerza y me giré, comenzando a correr hacia un gyojin que estaba desprevenido por la espalda para saltar por encima de ella apoyándome con luz y soltarle una patada con todas mis fuerzas en la boca. No le hizo demasiado; su altura y peso eran mayores a los míos, y pude lograr ver que su fuerza física era también superior a la mía tras intentar parar sin éxito un puñetazo dirigido hacia mi persona. Retrocedí unos pasos hacia atrás agitando los brazos con una mueca de dolor por haberlo parado con estos y pude llegar a darme cuenta de que cinco gyojin más me habían rodeado, dejándome en un uno contra uno contra aquel tipo que me sacaba un metro de altura. Intenté saltar para salir de esa situación pero me agarraron del pie y me volvieron a tirar en aquel "ring" de gyojins. Retrocedí unos pasos mirando hacia mi espalda mientras mi enemigo cargaba con todas sus fuerzas ante mí.
Me desvanecí en luz y el puñetazo me traspasó, provocando que el puño de mi atacante impactase contra la cabeza de uno de sus aliados, estallándosela ahí mismo, salpicando de sangre a todos. Menos mal que eso no fue para mí, cosa el cual, me provocó un pequeño deja vu, como si lo hubiese vivido o visto antes. Ignoré la situación y agarré de la cabeza de uno, sorprendido para pegársela contra uno de sus aliados ya que se encontraban muy cerca y se clavaron las sierras de sus cabezas solos, provocando una muerte instantánea para ellos. Tras comprobar que tres estaban fuera, me puse en posición de combate y miré vacilante a los tres que quedaban.
-Qué estúpidos sois, no conozco lo que sois los gyojin bien todavía, pero parece ser que tenéis menos inteligencia que un reno, incluso que una foca -dije provocando muy seguro de mis habilidades tras el éxito de abatir a tres gyojin.
Pero por abrir la boca, recibí un puñetazo del que parecía ser el más rápido de los tres, provocando que me cayera hacia atrás varios metros rodando. Me levanté escupiendo sangre de la boca y me abalancé pegando un destello de luz que provocó que los tres se cegaran en ese mismo instante. Tras recuperar los tres la vista, me encontraba por encima de ellos aguantándome en plataformas de luz, y comenzaron a buscarme cabreados. Una vez decidieron parar y continuar su marcha contra sus enemigos, caí en picado del cielo soltando un puñetazo en la nuca a uno que debido a la altura, velocidad y fuerza de la caída provocó que se le rompiera ésta inmediatamente. Tras quedar solo dos, girados y extrañados de una inmensa explosión que por su puesto, no iba dirigida hacia ellos, corrieron hacia el foco, ignorándome totalmente. Por suerte para mí, los dos más fuertes se habían ido, así que pasé la mano por mi frente y fui corriendo hacia Isma, no parecía muy bien parado y estaba todo blanco. Si le daba un infarto por el miedo de la batalla, íbamos a perder un aliado importante... o por lo menos, una carnaza... ¿segura? Pensé mientras corrí hacia él soltando puñetazos y patadas a los gyojin que se me acercaban para apartarlos o atravesándolos desvaneciéndome en luz.
- Resumen:
- Me preocupo por la guerra, recuerdo las palabras de Shun y me cargo de coraje para luchar contra seis gyojin. Uno muere por el puñetazo del más grande gracias a un hábil esquive de Dark para que éste lo asesinara, los otros dos por un ataque de Dark atravesando sus propias cabezas. Dark distrae a los tres que quedan cegándolos y cae del cielo para cargarse uno, mientras que los dos más fuertes se van corriendo hacia la explosión de Asd. Al final me voy a comprobar si Isma está bien.
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Una vez abajo del barco, la cosa empezó a ponerse fea. Un montón de gyojins salieron del agua y rodearon a la banda. Por no mencionar que Crock aún seguía cantando y tocando sin hacer caso de su líder. La borrachera hacía mella en aquel reptil. -(Tssh. Ni si quiera sabe beber.)- Pensó la samurai, rechistando al ver como actuaba su compañero. Sus compañeros empezaron a luchar y Madara ordenó que adoptaran una táctica de combate y se protegieran todos mutuamente, después de dejar sin acabar una frase en la que mencionaba la importancia de aquella mujer. Sin duda, la belleza de semejante hembra no había pasado desapercibida, aunque ella no hacía nada para evitarlo. Incluso todo lo contrario, siempre provocaba a los hombres. Seducir era una de sus pasiones, y una posibilidad de arma gracias a su fruta del diablo.
-Pero qué tenemos aquí... Un belleza humana que está pidiendo a gritos una buena sacudida.- Dijo uno de los gyojin, de una estatura baja para su raza, de piel grisácea y un pañuelo tapando su cabello. Se acercó a ella a escasos centímetros. -Seguro que ningún humano podrá hacerte disfrutar tanto como yo. Qué dices ¿Te vienes conmigo y te hago pasar un buen rato?- Insistió este con una sonrisa sádica y agarrando el mentón de la chica para mirarla a los ojos.
Aún si embelesar a los demás era algo que le encantaba, a veces podía ser insoportable tener que lidiar con tantos babosos. Muchas veces pensó que su cuerpo era un castigo más que una bendición y que ser tan hermosa conllevaba demasiada responsabilidad. Suspiró levemente y apartó la mano de aquel gyojin. Retrocedió un poco y se dio un beso en su dedo índice mientras le guiñaba un ojo. -Puede que tengas razón, pero nunca lo sabremos. Sería una pena que alguien petrificase tu miembro...- Tras estas palabras, apuntó a su entrepierna y lanzó un fino rayo rosado que convirtió dicha parte del cuerpo. El gyojin gritó sobre exaltado y Ayane aprovechó la ocasión para brindar una patada en el rostro de este, hincando su tacón para hacer más daño.
Ryuma aún seguía inconsciente, así que debía protegerlo. Lo mantenía detrás de ella y no dejaría que nadie lo tocase. ¡Solo ella podía golpear a su estúpida y pervertida foca tortuga! Desenvainó su katana y se mantuvo a la espera del siguiente adversario. Esta vez uno bastante grande, probablemente de unos dos metros y medio. Su piel era roja y con algunas rajas naranjas. Su cabeza era bastante pequeña en relación al cuerpo y sus ojos casi invisible. No obstante, su nariz era enorme y parecía ser su principal sustento para guiarse. Ayane solo necesitó un par de cortes. No dejó que se acercara ni que actuase. Un corte en diagonal, ascendente que llegó desde el vientre hasta su hombro derecho y un segundo corte en horizontal en el estómago que hizo que la bestia carmesí cayera agonizando.
Poco después se percató de la aparición de dos enormes bestias marinas que no tardaron en ser el centro de atención. Ayane procuró no quitarles la vista para mantenerse a raya y continuó combatiendo junto a sus compañeros, hasta que en cierto momento una extraña sensación recorrió su cuerpo. ¿Era miedo? ¿Desde cuando sentía miedo una espadachín de Wano? No entendía la razón, pero su cuerpo temblaba y le costaba sostener su katana. Era como si una presencia monstruosa se hubiese hecho presente. ¿Quién o qué podía tener semejante poder? Poco después una explosión se hace presente y retumba por todo el puerto. Aquella batalla se ponía interesante, demasiado.
- Resumen:
- Combate con un par de gyojins y ve a los monstruos marinos. Sigue luchando sin perderlos de vista (Cosa no muy difícil) y siente el haki del rey de Nat y Karl. Luego siente la explosión de Asder.
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Cuando me di la vuelta no me podía creer lo que veían mis ojos. del agua salieron una multitud impresionante de Gyojins dispuesto a atacar a Mariejoa. Es más, dos como serpientes gigantes aparecieron junto a estos para atacar al muelle. Con miedo a que me tiraran al mar gateé por el suelo hacia el interior para evitar mojarme. Gateé debido a que todavía me dolía la caída junto con el impacto de todo lo sucedido anteriormente. Una vez en una zona más o menos segura
Habían unas cuantas personas luchando contra las serpientes, otras tantas luchando contra la interminable oleada de Gyojins, un chico corriendo hacia mi.
" Un chico corriendo hacia mi ... no creo que sea para abrazarme "
Así que me puse a caminar rápido, ya que todavía no estaba en unas condiciones como para correr, hacia el interior del muelle. Yo no quería ningún problema con nadie. Tan solo me hacía ilusión ir a Mariejoa a ver como es la gente allí. No puede tachar a toda una población tan solo conociendo a dos o tres rumores y anécdotas. Tenía que verlo con mis propios ojos antes de dar un juicio.
- Acciones (Kaishi sales aquí ; ) :
- Vendarme. Observar ami alrededor. Ver a Kaishi. Adentrarme en el muelle
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Hacia ya varios días que estábamos en la deriva con una barca. Edward, Kirk y yo nos dirigíamos a Mariejoa, ya que habíamos oído rumores de que una gran guerra tendría lugar allí. Por razones las cuales no podía recordar, nuestro preciado barco había sufrido daño, razón por la que íbamos en barca. El capitán nos dijo una alentadoras palabras que respondimos con una sonrisa. En esa batalla esperaba encontrar algún buen espadachín con el cual medirme.
De repente una extraña sensación de peligro me acechó. Una fuerte presencia se cernía bajo nosotros. Como si de un géiser se tratara, el agua bajo nosotros se elevó con nuestra barca encima.
- ¡GIGANTE!
Gracias al grito del capitán, supe de que se trataba. Desenvainé rápidamente mis sables, con la intención de matar a ese monstruo, pero por mi desgracia, Edward se me adelantó. Con sus armas de fuego especiales, disparó una carga de balas perforantes a la cabeza del enemigo. Esas balas eran verdaderamente peligrosas, pero al fin y al cabo nuestro objetivo era un gigante. Sin esperar ni un segundo, salté hacía atrás, hacía el mar que se encontraba peligrosamente lejos. Puse mis espadas sobre mi cabeza y las bajé a media distancia. Con la caída, esperaría rajar de arriba a bajo al gigante, y finalmente caer al mar.
- ¡Descenso del Halcón!
Este era uno de mis mejores ataques, y sumado al poder de las balas de Edward y lo que podría hacer Kirk, dudaba de que el gigante saliera con vida. Llegaríamos a Mariejoa costará lo que costará.
Ataque usado: Descenso del Halcón [AF]
De repente una extraña sensación de peligro me acechó. Una fuerte presencia se cernía bajo nosotros. Como si de un géiser se tratara, el agua bajo nosotros se elevó con nuestra barca encima.
- ¡GIGANTE!
Gracias al grito del capitán, supe de que se trataba. Desenvainé rápidamente mis sables, con la intención de matar a ese monstruo, pero por mi desgracia, Edward se me adelantó. Con sus armas de fuego especiales, disparó una carga de balas perforantes a la cabeza del enemigo. Esas balas eran verdaderamente peligrosas, pero al fin y al cabo nuestro objetivo era un gigante. Sin esperar ni un segundo, salté hacía atrás, hacía el mar que se encontraba peligrosamente lejos. Puse mis espadas sobre mi cabeza y las bajé a media distancia. Con la caída, esperaría rajar de arriba a bajo al gigante, y finalmente caer al mar.
- ¡Descenso del Halcón!
Este era uno de mis mejores ataques, y sumado al poder de las balas de Edward y lo que podría hacer Kirk, dudaba de que el gigante saliera con vida. Llegaríamos a Mariejoa costará lo que costará.
Ataque usado: Descenso del Halcón [AF]
- RESUMEN:
- hago una presentación de la situación y ataco al gigante después de que Bale D. Edward lo haga. Después del ataque caigo en dirección al mar.
AlexEmpanadilla
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SITUACIÓN GENERAL
15:25, Puerto Paraíso
Parece que los Gyojin que han atacado el puerto hasta ahora, solo eran una pequeña avanzadilla. Veis dos enormes sombras a través de la niebla, una en el norte y otra en el sur, acercándose al puerto. Oís un lastimero sonido proveniente de esta última. Según se acerca, veis que se trata de una enorme Ballena Isla, con una especie de coraza o algo así en su cabeza. Mal rollo. La otra sombra es más humanoide, y parece una mezcla entre un gigante y un Gyojin. Los que tengan una vista impresionante (o un haki asombroso) detectarán una barca anclada en su cabeza cubierta de pelo rizado (con tres personas dentro). La ballena llega al puerto y abre la boca. En su interior, un sinfín de pequeños seres verdes empiezan a desfilar por su boca y caminan hacia el muelle por la larga lengua del animal.
Al mismo tiempo, en la zona norte del muelle hay una serie de enormes explosiones, provenientes de una zona de almacenes. Por otro lado, unas suaves ráfagas de viento empiezan a recorrer las calles, rizando perezosamente las aguas del mar. Sobre vosotros, a 10000 metros de altura se ha generado un cúmulo de corrientes, pero la diferencia de altitud las ha convertido en poco más que una molesta brisa.
15:25, Puerto Nuevo Mundo
Explosión de llamas y muerte, y de repente una de las serpientes (la de cabeza amarilla) se hunde en el agua, con el rostro chamuscado. No parece derrotada, pero el fuego tal vez le haya molestado un poco. Al mismo tiempo, el otro animal sigue dando guerra, moviéndose hacia el puerto. Parece que uno de los Shichibukai está peleando contra ella. Sin embargo, los gyojin no dejan de salir del agua. De repente, el suelo empieza a agrietarse a unos treinta metros del agua. De bajo la tierra emerge una especie de taladro gigante, que deja de girar de pronto, para mostrar una especie de ser rosado, con manchas azuladas y la cabeza con una corona de lo que parecen ser algas. Al mismo tiempo, entre los barcos del puerto surge un ser blanco con largos tentáculos, que agarra un navio y lo destroza con sus enormes mandíbulas. ¿Qué clase de locura es esta? Por último una especie de langosta de siete u ocho metros de largo aparece en el muelle y empieza a provocar el caos entre las filas de marines y cazadores. Las tres criaturas se reparten por las calles del puerto.
15:25, Mariejoa
Bueno, parece que sigue habiendo sol. Aunque gracias al control del clima de Kasanova, las nubes de ambos lados del continente han formado una especie de sifón, como si de un sumidero se trataran. Impresionante, sin duda. Los usuarios de mantra (nivel 2 o mayor) sentís como la presencia se mueve a toda velocidad al norte. ¿Qué estará haciendo?
15:25, Paso marítimo
Una ráfaga de viento recorre el paso mientras más y más Gyojin empiezan a salir del agua. Su número hace la situación crítica. La gente del barco empieza a correr intentando subir por el túnel en su mayor parte, tratando de huir del agua. Una sombra llega a toda velocidad pasando entre los seres acuáticos, derribando a varias decenas. Se para frente al Almirante Minato y le sonríe.
- Almirante… -dice con una sonrisita-. Veo que no lleváis mal eso de defender este agujero. Bien, solo pasaba a supervisar que todo fuera bien. –un instante después, el enano desaparece, volando a toda velocidad.
VAMOS POR PARTES...
MAPAS
NOTA: La gente que tenga links a batallas, por favor, absteneos de comentar en el capítulo, hacedlo directamente en los links dados.
15:25, Puerto Paraíso
Parece que los Gyojin que han atacado el puerto hasta ahora, solo eran una pequeña avanzadilla. Veis dos enormes sombras a través de la niebla, una en el norte y otra en el sur, acercándose al puerto. Oís un lastimero sonido proveniente de esta última. Según se acerca, veis que se trata de una enorme Ballena Isla, con una especie de coraza o algo así en su cabeza. Mal rollo. La otra sombra es más humanoide, y parece una mezcla entre un gigante y un Gyojin. Los que tengan una vista impresionante (o un haki asombroso) detectarán una barca anclada en su cabeza cubierta de pelo rizado (con tres personas dentro). La ballena llega al puerto y abre la boca. En su interior, un sinfín de pequeños seres verdes empiezan a desfilar por su boca y caminan hacia el muelle por la larga lengua del animal.
- Aspecto de la ballena y los seres:
Al mismo tiempo, en la zona norte del muelle hay una serie de enormes explosiones, provenientes de una zona de almacenes. Por otro lado, unas suaves ráfagas de viento empiezan a recorrer las calles, rizando perezosamente las aguas del mar. Sobre vosotros, a 10000 metros de altura se ha generado un cúmulo de corrientes, pero la diferencia de altitud las ha convertido en poco más que una molesta brisa.
15:25, Puerto Nuevo Mundo
Explosión de llamas y muerte, y de repente una de las serpientes (la de cabeza amarilla) se hunde en el agua, con el rostro chamuscado. No parece derrotada, pero el fuego tal vez le haya molestado un poco. Al mismo tiempo, el otro animal sigue dando guerra, moviéndose hacia el puerto. Parece que uno de los Shichibukai está peleando contra ella. Sin embargo, los gyojin no dejan de salir del agua. De repente, el suelo empieza a agrietarse a unos treinta metros del agua. De bajo la tierra emerge una especie de taladro gigante, que deja de girar de pronto, para mostrar una especie de ser rosado, con manchas azuladas y la cabeza con una corona de lo que parecen ser algas. Al mismo tiempo, entre los barcos del puerto surge un ser blanco con largos tentáculos, que agarra un navio y lo destroza con sus enormes mandíbulas. ¿Qué clase de locura es esta? Por último una especie de langosta de siete u ocho metros de largo aparece en el muelle y empieza a provocar el caos entre las filas de marines y cazadores. Las tres criaturas se reparten por las calles del puerto.
- Aspecto de los bichos:
15:25, Mariejoa
Bueno, parece que sigue habiendo sol. Aunque gracias al control del clima de Kasanova, las nubes de ambos lados del continente han formado una especie de sifón, como si de un sumidero se trataran. Impresionante, sin duda. Los usuarios de mantra (nivel 2 o mayor) sentís como la presencia se mueve a toda velocidad al norte. ¿Qué estará haciendo?
15:25, Paso marítimo
Una ráfaga de viento recorre el paso mientras más y más Gyojin empiezan a salir del agua. Su número hace la situación crítica. La gente del barco empieza a correr intentando subir por el túnel en su mayor parte, tratando de huir del agua. Una sombra llega a toda velocidad pasando entre los seres acuáticos, derribando a varias decenas. Se para frente al Almirante Minato y le sonríe.
- Almirante… -dice con una sonrisita-. Veo que no lleváis mal eso de defender este agujero. Bien, solo pasaba a supervisar que todo fuera bien. –un instante después, el enano desaparece, volando a toda velocidad.
- El enano:
VAMOS POR PARTES...
- 1) Ryuta, Roy, Max, Mellanie:
- Ryuta cae al agua, justo al lado del barco, aplastando en el proceso a un pobre desgraciado que intentaba salir a flote, con un grito. Por suerte no te has hecho mucho daño, aunque te duele un poco la pierna. Logras agarrarte al barco y subir a bordo. Mientras tanto, el golpe del Gyojin logra partir la espada de Max, y le hace un feo corte en el pecho, cerca del pezón derecho. Aunque entre Mellanie y Roy lo logran detener antes de que el Gyojin acabe con el capitán, esa cicatriz posiblemente le quede como marca. El hombre pescado cae de espaldas al agua, llevándose la mano libre a la herida, y se hunde con su arma. La próxima vez tal vez no deberías intentar parar el ataque de una criatura diez veces más fuerte que un humano solo con tu espada. Aunque parece que al menos podéis llegar al puerto sin más contratiempos. ¿Qué haréis al llegar?
- 2) Kodama, Flea, Erik:
- Lo siento, arbolito, parece que el ataque de esa armadura de combate ha sido demasiado para tu defensa. De hecho, las bellotas que has lanzado se han cargado la mayoría de los misiles, y los restantes se han estrellado contra la burbuja. Pero el disparo del rifle ha sido demasiado potente para que pudieras pararlo. Es más, el diminuto proyectil ha atravesado tu burbuja y el techo del almacén de forma espectacular, abriendo un boquete de casi 20 metros de diámetro. Menos mal que no te disparó directamente o ahora mismo no lo estarías contando. Es más, ese arma… acaba de atravesar un techo de 3 metros de espesor de titanio puro. Es una aberración. De pronto, los tres podéis oír un sonido mecánico, y una voz metálica y apersonal que dice:
- AMENAZA DETECTADA. INICIANDO PROCESO DE PURGA.
Un rayo el triple de grande que el del rifle del armatoste que se ha cargado el techo sale del interior del almacén, reventando parte de la armadura en el proceso. En ese momento, los restos del techo empiezan a derrumbarse, levantando una polvareda y del interior del edificio sale una gigantesca figura, que empequeñece a la armadura voladora.- Erik:
- - ¡SISTEMAS DAÑADOS! –resuena una voz en la cabina. Parece ser que el láser ha dañado de algún modo el sistema de eyección, por lo que estás atrapado dentro de tu armadura. Además, el lado derecho de tu cuerpo mecánico ha sido dañado. Tu módulo lanzamisiles ha quedado temporalmente inutilizado, además del propulsor del pie derecho, por lo que te encuentras propulsado solo por tu pie izquierdo y tu espalda. Además, hay dos problemas más. El primero: tu acelerador lineal se ha desintegrado en tu mano, con parte del brazo robótico. Y lo peor es la radio, que se ha vuelto loca y empieza a poner una extraña música que no consigues apagar.
- 3) Bleyd:
- El marine te ve y pega un respingo al ver el uniforme que llevas:
- ¡Po-por supuesto, señor! –inmediatamente se pone en posición de firme y vuelve a disparar a los Gyojin que empiezan a salir del agua. Parece que te ha confundido con un alto rango. Tal vez esa chaqueta sea el motivo.
El caso es que desde tu posición ves una zona más o menos segura para huir, entre todas las zonas de resistencia de los marines. Tal vez puedas abrirte paso sin muchos problemas. Un par de reclutas se paran frente a ti y se llevan la mano a la frente haciendo un saludo marcial. Sí, si que debes parecer un alto cargo en la Marina. Deberías aprovechar esta ventaja. La calle que hay frente a ti, aún defendida por los marines, parece llevar a los muros exteriores de Mariejoa, donde se encuentran los ascensores a la ciudad.
- 4) Derian:
- Bueno, la sangre de Gyojin no es el mejor de los manjares, sabe ligeramente salada, pero siempre es mejor que la embotellada. Parece que no estás solo, el título de Shichibukai trae fama con él, y ser famoso en medio de las fuerzas enemigas puede no ser siempre lo mejor. Parece que una especie de ser con dos enormes hachas y una pesada armadura dorada. No parece amistoso, y sus dos hachas empiezan a brillar, una con un color naranja y la otra con un color azul.
https://www.onepiece-definitiverol.com/t12415-derian-vs-gold-armor
- 5) Asderdeker:
- Vaya, esa explosión ha tenido que dolerle… o no tanto como esperabas. Ese maldito bichejo debe estar blindado.
https://www.onepiece-definitiverol.com/t12416-asderdeker-vs-rey-marino
- 6) Meneror:
- Empiezas a conseguir lo que te proponías, asfixiar a la serpiente, cuando una ráfaga de viento te zarandea. Al mismo tiempo sientes un calor abrasador, aunque en tu forma de piroclasto ni siquiera te molesta. Lo que de verdad te está molestando son esas ondas cortantes imbuídas en haki. Sientes como te desgarran el traje y la carne. La falangina de tu dedo meñique se separa del resto de la mano y cae al mar, hundiéndose en las profundidades, aunque no sangras, pues el calor cauteriza la herida al instante. Por suerte parece que la serpiente ha acabado quemada ante aquel doble ataque. Sin embargo, con tu cuerpo has parado parte del viento cortante. Tu cara ropa está destrozada, y ahora te falta un trozo de dedo. Además, tienes tres cortes profundos en la espalda, formando una especie de triángulo en ella, y multitud de cortes y rasguños. Además crees que has perdido un trozo de la oreja derecha. Posiblemente el triángulo te quede marcado de por vida, y eso te cabrea. ¿Quién ha sido el insolente que te ha atacado? El ataque venía del puerto. Tal vez el culpable siga allí. Ves a alguien flotando sobre los barcos. Un hombre que conoces: el samurái Shun. También ves a un hombre vestido de Almirante volando y golpeando al monstruoso rey marino. La verdad es que estás en un estado un poco lamentable, pero por suerte, el Almirante Karl te agarra y te lleva al muelle.
- 7) Yumiko:
- Un gran tiro, detienes al gyojin en seco y logras huir por las calles del puerto. Parece que estás llegando a la zona de los ascensores. Rhaegel se ha quedado algo atrás. Sin embargo, con tu haki de visión detectas algo impresionante frente a ti, una poderosa aura que destaca sobre las demás. Enorme y poderosa, parece un foco de luz en medio de la noche. Cuando llegas cerca ves que son dos personas: una mujer y un hombre. Este es el que parece ser el foco de tan impresionante poder. Tal vez ellos también vayan hacia la parte alta de Mariejoa. O tal vez no. Y si tienen tanto poder como desprenden sus auras, posiblemente estés más a salvo con ellos que sola. Mientras tanto, te cruzas con un hombre un tanto extraño.
- 8) Rhaegel:
- Gracias a Yumiko te has librado de una buena. Aunque los Gyojin son muchos, parece que te has rodeado de un grupo de gente fuerte. Es más, en un momento de calma, la mujer de los dibujos se acerca a ti con una sonrisa amplia y se te presenta:
- Oh, hola. Parece que estos malditos peces deformes no dejan de venir… -te dice mientras lanza un cuchillo impregnado en una sustancia verde esmeralda a un Gyojin. El hombre pez cae derrumbado al suelo- Encantada, me llamo Kaara. –dice. Tras eso, corre hacia el Gyojin y recoge el cuchillo.
Mientras esos cazadores atraen el grueso de los Gyojin, consigues escabullirte a un callejón cercano. Es posible que sea un buen momento para planear una estrategia, ya que has perdido de vista a Yumiko.
- 9) Kaede:
- Logras reventar una de las lámparas y la lluvia de vidrios cae sobre el hombre pez, que se cubre con los brazos, pillado por la sorpresa. Logras, por lo tanto, darle con relativa facilidad en el brazo, y deja caer la espada al suelo, soltando maldiciones. Cuando pasas por su lado a toda prisa para poderte escapar, logra enganchar el fino camisón que llevas, que se desgarra, dejándote la espalda al descubierto, y la ropa interior que llevabas anoche. Mierda, y con toda esta niebla. La verdad es que ha sido una suerte que llevaras las pistolas, pero ir por ahí en ropa interior y pantalones no debe ser lo mejor del mundo, menos con una guerra en pleno curso. Observas unas sombras acercándose al puerto. Eso no puede ser bueno. Tu lobo llega a tu lado, tras haber mordido al Gyojin en la yugular. Deberías encontrar algo que ponerte más… adecuado. Bueno, hay muchas casas en la calle, tal vez alguna tenga algo útil dentro.
- 10) Kaito, Guldrik, Sinclair, Furukawa:
- Parece que los Gyojins han dejado de atacar el barco, pero permanecer mucho más tiempo ahí es un suicidio con lo que viene por el mar. Debéis elegir qué hacer, aunque el puerto ya no parece un sitio seguro (como si en algún momento lo hubiera sido, ¿verdad?)
- 11) Krauser, Alex:
- Vaya, no ha sido un gran desafío. En cuanto habéis empezado a repartir candela, la mayoría de los Gyojin han decidido retirarse del lugar y atacar otros puntos. Sin embargo, los dos gigantones que se acercan a vosotros… esos sí que parecen un buen desafío. La enorme ballena acorazada abre su boca y podéis ver en primera plana cómo un ejército de pequeños seres caminan hacia vosotros. Hay… muchos. Tal vez hasta demasiados. Y caminan hacia vosotros sin miedo. Pero son adorables.
https://www.onepiece-definitiverol.com/t12417-alex-y-krauser-contra-el-ejercito-verde
- 12) Kaishi Tora, Garland, Joseph Leto:
- De pronto aparece una especie de calamar gigante blanco con enormes mandíbulas y pinta de enfado. Tras deleitarse atrapando a tres reclutas al azar y lanzarlos lejos, hacia el mar, se fija en la compañía. Vaya… tal vez estéis en problemas.
https://www.onepiece-definitiverol.com/t12418-la-elite-vs-calamardo
- 13) Midorima, Hinori:
- En vuestra lucha con los Gyojins, habéis ido moviéndoos por el puerto hasta llegar a un lugar aislado. En ese lugar solo hay un montón de cuerpos de marines, gyojins y otras personas tiradas por el suelo. Hay sangre y cuerpos, el combate ha sido atroz. Pero más atroz es lo que aparece frente a vosotros. El suelo empieza a quebrarse mientras una especie de cono acorazado con púas gira a toda velocidad. Tras detenerse, de su interior sale el enorme monstruo rosa con cabeza de algas.
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- 14) Deathstroke, Worgulv, Uracha:
- Bien, habéis llegado al ascensor. Y de repente, Uracha parece hundirse en el suelo, y desaparece de golpe. Cuando observáis con más detenimiento, veis que ha caído en una especie de hoyo de varios metros de profundidad, unos diez metros. No parece haberse muerto… aunque ese brazo tiene una posición extraña, ciertamente antinatural. Uy. Frente a vosotros está el ascensor, aunque el suelo está plagado de trampas ocultas. Por suerte, el tipo que las diseñó las señaló apropiadamente con mantas de vivos colores, así que es bastante fácil llegar a la torre de elevadores que llevan a la Tierra Sagrada.
- Uracha:
- Con tus conocimientos médicos sabes que te has jodido el brazo. Se te ha dislocado el codo y el hombro, de ahí el extraño ángulo que forman. Una vez te los hayas puesto en el sitio (lo cual duele bastante) es posible que tengas que buscar la forma de salir.
- 15) Vongola, Kyogre, Ugetsu, Ushi:
- Lográis vencer a los guardias, aunque la bala partida en dos explota levantando una nube de polvo y tierra como si de un mortero doble se tratase. El hombre trata de detener el ataque de Ryohei, pero es imposible para él moverse tan rápido, y acaba cayendo al suelo, con un hilillo de sangre saliéndole de la boca. A unos cientos de metros veis los muros de la ciudad de los Nobles Mundiales. Tal vez sea buena idea buscar una salida. El caso es que todos los esclavos que habéis liberado se acercan a Ryohei, plenamente agradecidos. Un hombre viejo y encorvado, se inclina frente a él y le dice:
- ¿Podemos saber el nombre de nuestro salvador? Le seguiremos hasta el fin del mundo si hace falta, amo.
Hay aproximadamente unos 50 esclavos, todos ellos con azadones, palas y rastrillos, y ataviados con ropas de tejido basto. Algunos no parecen en muy buenas condiciones, y todos ellos están sucios.
- 16) Kyros, Kasan, Kogato, Vagadus, León:
- Estás pensando en qué podéis hacer, cuando escucháis el bramido de alguien al sur. Cuando veis hacia allí, podéis observar un enorme hombre tratando de derrumbar el muro de la zona central de la ciudad. Estabais tan ocupados discutiendo que ni lo habéis visto pasar. Además, alguien vuela por el cielo hacia vosotros. Viste un esmoquin negro y tiene un rostro joven y las facciones suaves. Os mira con calma y os dice:
- Me envía Ivanovich. Os ordena moveros cuanto antes, la situación es crítica en los puertos. Y son diez kilómetros de descenso para llegar. –su serenidad es impresionante para la situación en la que os encontráis. Observa al gigante-. Yo me encargaré de ese estorbo. Se dirige allí volando con Geppou.- Kasan:
- Ufff... ha sido agotador hacer ese cambio. Por el momento, tal vez tengas que tomarte un respiro.
- 17) Wistheria, Deivid, Issei, Hiren, Kidah, Leoshiro, Minato, Shiroi, Fear:
- Tras la aparición del enano vestido de negro, la situación ha quedado en stand-by. Mucha gente ha empezado a correr despavorida. Por suerte, el coloso gyojin ha sido derrotado, pero ahora mismo la situación es un descontrol total. Y los Gyojin no dejan de salir del agua. Si queréis mantener la posición, es posible que tengáis que hacer algo rápido. El barco de la marina empieza a ser abordado por los Gyojin, mientras los marines empiezan a luchar valientemente.
- Shiroi:
- Ostras… ese tío del pelo raro, al que has golpeado con la espada… ¿no es acaso…? Sí, parece ser el revolucionario Wistheria. Dos por uno, oye.
- Issei:
- Ahora que has descubierto tu bando tal vez deberías ir a por los revolucionarios del barco. Recuerdas que había unos doce en total, contando contigo. Tal vez encuentres a alguno, aunque con el caos que hay armado, va a ser difícil llevarlos contigo.
- 18) Eoghan, Rowan:
- Lográis encontrar una zona de callejuelas más o menos tranquila. Los sonidos de la batalla quedan más o menos aislados. Es difícil que os descubran donde estáis, pero por otro lado, tampoco podéis ver lo que ocurre a vuestro alrededor. Tal vez sea buena idea quedarse ahí, pero con todo el movimiento que hay a vuestro alrededor posiblemente tarde o temprano os acaben encontrando.
- 19)Elkilian:
- Bueno, parece que esas calles del puerto son más laberínticas de lo que parecían en un principio. En cualquier caso, te has encontrado con un grupo de Gyojins de aspecto bastante violento frente a ti… y no parecen amistosos. En cuanto te ven, te intentan atrapar con una cadena del cuello [AID]. Luego, los cinco te atacan con sus espadas [AMF].
Son 5 espadachines samurai nivel 23
- 20) Vrask:
- Sigues en tu barco mientras escuchas sonidos afuera. ¿Qué serán? Tal vez deberías moverte y ver qué ocurre.
- 21) Dranser, Lugh Feargas, Virginia:
- Lográis abriros paso por las callejuelas de la ciudad. Veis la enorme mancha de la ballena acercándose. Joder, eso no puede ser bueno. Al menos estáis en la zona del puerto y ya podéis libraros de esos uniformes de marine.
- Virginia:
- Mmmm… que bien huele esa camisa de marine. Debía de ser de un apuesto joven musculoso… ¿en serio quieres quitártela?
- 22) Goliat:
- Llegas a la zona del muro, enfadado por completo. Tras liarte a golpes con el muro durante un rato, te das cuenta de que así no llegas a ninguna parte. Maldita sea, ¿por qué tiene que ser tan resistente? Escuchas una voz en tu oreja. Parece que tienes a alguien subido al hombro. Es un hombre vestido de negro, que te mira con unos penetrantes ojos azules:
- Deja de intentar destruir este muro, o te atravesaré el corazón y morirás, gigante. –su voz es tan calmada que te da miedo.
https://www.onepiece-definitiverol.com/t12420-david-y-goliat
- 23) Bale, Kirk y Liam:
- Mala idea disparar al gigante. De pronto lleva la mano a la cabeza mientras grita. Parece que ha notado el disparo, aunque para él debe haber sido tan molesto como una pequeña picadura de mosquito. Empieza a rascarse con ganas en la zona donde la bala ha impactado. El gigante grita con su poderosa voz:
- ¡ME HAN PICADO!¡TENGO PIOJOS! –entonces se queda quieto y mueve la mano justo sobre vosotros, extendiéndola-. ¡LOS APLASTO! –deja caer la mano sobre vosotros a toda velocidad. [AS]
Mientras tanto, Liam cae al agua desde una altura exagerada. El impacto con la superficie hace que le crujan los huesos de las piernas. El gigante suelta un quejido, mientras se lleva la otra mano al arañazo que ahora le baja por la espalda. Un grupo de gyojins rodean a Liam. Tal vez esa no ha sido la mejor idea del mundo. Los híbridos le atacan, moviéndose como torpedos y lanzando tajazos con sus espadas al pasar a su lado. [AMF]
- 24) Jack Dralion Stark:
- Vaya, esa presentación del Almirante ha sido rápida. No te ha dado tiempo ni a responderle. Ah, el delicioso vino añejo. Los placeres de la vida… y la guerra afuera. La verdad, ¿Qué más da? Si los gyojin se ponen muy pesados, siempre puedes salir y matarlos a todos… Aunque tal vez afuera necesiten tu ayuda. Escuchas los cristales reventar cerca de ti.
- ¡EH! ¡AQUÍ HAY UNO! –escuchas los gritos de varios Gyojins. Abren la puerta de una patada y se lanzan sobre las mesas para saltar sobre ti, armados con hachuelas, espadas, porras y uno con una especie de escopeta.
Puedes hacer acciones cerradas contra los NPC`s, la diferencia de nivel es demasiado absurda.
- 25) Drako, Noc, Genos, Johnny Raikov, Drake:
- Bueno, habéis dado una paliza a esos Gyojin. Y ahora se aproximan esas dos monstruosidades al puerto. Y por muy fuertes que seáis esas mierdas son enormes. Una retirada a tiempo es una victoria, ¿no? Además, pelear cerca del agua contra los Gyojin no parece ser la mejor de las estrategias.
- 26) Kaín:
- De pronto, Yazori parece quedarse en estado de shock. Murmura un nombre: “Kaana…” y empieza a correr hacia el puerto. Al mismo tiempo, un hombre aparece en el cielo, bajando hacia ti. Tiene dos esplendorosas alas en la espalda. Aterriza a tu lado: es Byakuro, y aún lleva el extraño collarín verde en el cuello. Te mira con los ojos vacíos de toda expresión y habla:
- Bien... vamos a matar a esos Gyojin
- 27) Karl:
- Vaya, todos esos Gyojins... se han caído redondos al suelo. Demasiado fácil. Ves a la serpiente marina y ¡PUM! Das una palmada destroza-islas. Bien, has logrado golpear al animal con tu ataque. Y parece bastante resentido. Pero Meneror no está precisamente bien, el ataque que ha recibido ha sido brutal. Vas hacia él a toda velocidad cuando una onda de fuego azul te golpea en la pierna. Sientes un dolor agudo, te ha hecho un corte, aunque el calor del fuego lo cauteriza al instante… otra herida más para la colección. Al menos logras agarrar a Meneror y llevarlo al puerto.
- 28) Nemo:
- Fuego, calor, y muerte frente a ti. De pronto, un hombre con una chaqueta de Almirante lanza una onda expansiva bajo ti, hacia el animal, que se resiente antes de caer. Y lo intentas rematar con tu corte. Vaya… pero tu corte se dirige a… oh, mierda. Acabas de lanzar la onda hacia la serpiente marina, cuando de pronto el tío se mete en medio. Acabas de golpear al Almirante con tu ataque, y no creo que le guste. Aunque parece ocupado llevando a otro hombre al puerto.
- 29) Jesaix:
- Bien, has encontrado un pequeño remanso de paz. Pero no parece que vaya a durar mucho. Al menos parece que los marines empiezan a retroceder a toda velocidad.
- 30) Thanatos, Shun, Satou, Isma:
- Vaya, el samurái ha hecho algo impresionante, aunque parece bastante cansado después de eso. Al menos la tortuga parece a salvo. Bueno, siempre podéis moveros de ahí, ahora que la serpiente ha caído ante el enorme ataque combinado.
- Shun:
- Ese tío que se ha interpuesto en medio de tu ataque… ¿no es Il Bianco?
- 31) Sawn:
- Bueno, has vencido a los Gyojin. ¿Qué tal si ahora haces algo interesante y buscas un buen rival? Oh, parece que más bien el rival te ha encontrado a ti… Una enorme aberración de la naturaleza aparece en un cruce con una calle lateral. Es una especie de langosta gigante. Y no parece amistosa.
https://www.onepiece-definitiverol.com/t12421-sawn-contra-sebastian
- 32) Rob Marney:
- Bien, bien… parece que la casa no era precisamente de un pobre esclavo. Tal vez fuera de un administrador de uno de los Tenryubittos. El caso es que te ha tocado el premio gordo. Llegas a una sala llena de sillones de cuero negro, aunque alguno un poco desgastado. Oh, ¿qué es eso que hay en esa especie de mesa? Parece una cachimba. Ironías del destino. La verdad es que tiene pinta de ser cara. Con esos adornos en oro y brillantes. Aunque lo que hay entre tú y ella no te gusta tanto. Un enorme perro negro, un doberman. Mierda, parece un poco enfadado, tal vez tenga hambre. El caso es que se ha lanzado contra ti, tratando de morderte en la entrepierna [AF].
El doberman es un “luchador del mono” nivel 25.
- 33) Kurotabo:
- Bueno, han pasado de ti y han seguido disparados… ¿vas a hacer algo? (si saltas al barco o similares, mira su entrada)
- 34) Madara, Ayane, Etsu, Akai, Al Naion, Crock:
- Oh, dios mio, la formación pentágono es súper eficaz. Pero lo que viene por ahí no parece precisamente gracioso. Una oleada de… ¿cuántos?¿cien?¿doscientos? hombres pez muy cabreados. Podéis seguir peleando (y posiblemente morir) o meteros por las calles.
Esta vez no podéis hacer acciones cerradas. Los niveles de los Gyojin van del 20 al 55
- 35) Rainbow, Rose:
- Vaya, eso ha sido… ¡UNA PASADA! Aunque el aterrizaje ha sido un poco forzoso. Rainbow ha salido disparado boca arriba contra un Gyojin, derribándolo en el proceso, y luego, los generosos pechos de Rose han acabado justo sobre el rostro del pirata. Bueno, el caso es que estáis “a salvo” mientras a vuestro alrededor cunde el caos. Os parece ver un marine con una máscara de oso panda corriendo hacia un grupo de Gyojins con una espada. Tres segundos después, huye soltando el arma mientras la turba furiosa le persigue.
- 36) Abel:
- Bueno, ese Gyojin tal vez esté delicioso a la parrilla, pero te da la sensación de que ya no van a necesitar tu comida. Ante ti, las calles de la ciudad. Apúrate a encontrar algo que hacer en medio de todo el caos. Tal vez en la ciudad sobre el continente haya un montón de lugares interesantes a dónde ir. Bibliotecas, museos y un sinfín de lugares donde satisfacer tu curiosidad.
- 37) Date Musashi, Anglesey:
- Bueno, estáis frente a los ascensores. Hay una palanca bastante grande que suponéis que es la que enciende el cacharro que hay frente a vosotros. Solo os queda tirar de ella y empezar a ascender los 10.000 metros hasta la Ciudad Santa.
- 38) Haine, Eris, Ban Midou, Mark:
- Oh, genial. Os disponéis a empezar a explorar el lugar, cuando un aura alegre y traviesa se sitúa frente a vosotros. Lo podéis ver: es un hombre bajito y pálido con una leve sonrisa y unos ojos expresivos y oscuros. Os habla con una voz aguda:
- Oh… unos intrusos. Qué genial. ¿Qué hacéis en la Ciudad Santa? No parecéis precisamente Tenryubittos… y el acceso está vedado para la gente como vosotros.
https://www.onepiece-definitiverol.com/t12422-morgenstern-contra-el-pequeno-tipo-de-negro
- 39) Kaiser, Cánabar, Bisutomaru, Sawaki, Lugh Eibhear, Abraham, Shio Kamemaru, Habu:
- A excepción de esos dos samuráis, el resto de guardias (y el noble) caen como moscas. Los dos gorilas con espadas, al ver esto, realizan un corte doble [AMF] a Cánabar antes de saltar hacia atrás, sobre el agua. Sin embargo, antes de caer al mar, los dos empiezan a… “correr” por el aire, dirigiéndose al muelle.
No queda mucho para vosotros en ese barco. ¿Os unís a la fiesta o vais a dejar toda la diversión a los Trilobite?
- 40) Etsu Rui, Aileen:
- Voláis al puerto, justo antes de que la armadura mariposa pierda todas sus fuerzas y vuelva a su estado normal. Posiblemente no puedas volver a usarla en un tiempo.
- Aileen:
- Tu armadura ha usado toda su energía. Mientras no se recargue, no puede volver a entrar en modo híbrido.
- 41)Break:
- Vaya, ha sido bastante fácil, ¿no? Aunque antes de caer, el samurái de las dos espadas logra saltar hacia atrás, saliendo del rango de tu habilidad. Tal vez sea impresión tuya, pero ese movimiento ha sido bastante rápido… son una gran velocidad. El Gyojin empieza a lanzarte una serie de catorce ondas cortantes cruzadas. Avanzan a gran velocidad. Parece que lo has enfadado un poco [AMF].
Las ondas van imbuidas en haki, y a la distancia a la que estáis, tienen una longitud de 4 metros.
- 42) Xira, Xemnas:
- Bien, os habéis logrado esconder en una calle cercana al puerto. Hora de pensar en vuestra misión. Esos 1.000.000.000 berries serán vuestros.
- 43) Shiki, Gyreed:
- Bueno… ya saldréis de cama mañana… si eso. Os cubrís con la manta y seguís a lo vuestro.
- 44) Olivia:
- Roncas. Mucho. Pero no parecen oírte.
- 45) Sora:
- Al fin has llegado al almacén para ver… ¿QUÉ COJONES HA SIDO ESE RAYO? Ha salido del techo del almacén, donde por otra parte está el cabeza-brócoli. Y hay una armadura voladora y… ¡OH, QUÉ COJONES ESTÁ SALIENDO DEL TECHO DEL ALMACÉN!
- 46) Seryu Erunan:
- Huyendo de los Gyojin, te has refugiado en una casa abandonada. Te has parapetado tras una mesa y ves a los hombres pez correr por la calle. A ver si no te ven…
- 47) Shi, Dexter:
- Una… ¿fruta? Es de color marrón grisáceo. Y está llena de espirales. Que buena pinta tiene, ¿no? Seguro que está deliciosa. Oyes ruidos de batalla cerca. Tal vez deberías moverte. A tu lado pasa corriendo un hombre de pelo negro y blanco. ¿Quién será?
(ignora la marca de agua)
MAPAS
NOTA: La gente que tenga links a batallas, por favor, absteneos de comentar en el capítulo, hacedlo directamente en los links dados.
Ryusen Higure
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El joven gato se encuentra en un grupo de callejuelas más o menos tranquilas junto a su amigo Rowan y se detiene a pensar un momento. El bullicio de la guerra se nota aislado y lejano pero el astuto gato sabe que tarde o temprano entrarán en esas callejuelas y los espacios pequeños son contraproducentes para el estilo de lucha del gato. Eoghan mira atentamente por todos lados y busca un camino que pueda usar para avanzar evitando conflictos innecesarios. El felino empieza a correr por las callejuelas buscando algún camino que lo lleve a donde pueda estar oculta la receta que tanto busca, para ello viajará hasta el corazón de la ciudad más protegida del mundo si hace falta.
- Resumen:
- Corro por las callejuelas buscando un camino al centro de Mariejoa.
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La cosa se estaba complicando bastante, las palabras del rubio hicieron al chico lobo sonreír amistosamente, cierto era que podían ir a por él por lo que había hecho. El matar a Krabbo había desencadenado todo aquello y eso podía haber sido un error fatal por su parte, pero ahora no había nada que poder hacer en contra. De repente su haki de observación pudo notar la presencia de algo grande, una jodida ballena se acercaba al puerto dejando salir pequeños bichos verdes. Además otras presencias se acercaban, decidió ignorar esas y centrarse en la ballena, ahora frunció el ceño y miró al resto de marines.
- Será mejor que os alejéis de aquí, esa cosa es enorme y podríais correr peligro, yo intentare ocuparme de ella si es necesario.
Ahora el chico lobo pegó otro puñetazo en el suelo empezando a gruñir sacando su energía. Las venas de su frente empezaron a palpitar mientras su musculatura empezaba a crecer, rápidamente alcanzó el tamaño de dos metros. Sus ojos se volvieron blancos perdiendo las pupilas, pero aún así podía ver perfectamente, su piel no tardó en coger un tono rojizo intenso, como si estuviese quemado. Estaba en el primer nivel de su berserker, los pectorales y abdominales eran impresionantes al igual que los brazos, era toda una bestia y hacia honor a su apodo. De su cuerpo salía un aura negra y ahora rugía con fuerza mientras las venas de sus brazos palpitaban también, acto seguido miró a la enorme ballena y gritó dejando salir más de su poder. La temible aura de su SN1 creció y de repente empezó a aumentar de nuevo su fuerza y poder creciendo hasta los dos metros y veinte centímetros, era una locura o eso parecía y eso era una pequeña muestra solo.
Sus músculos volvieron a aumentar al subir al nivel dos, empezando a parecer inhumanos incluso para un culturista. Los ojos blancos del chico observaban todo a la perfección y ahora se relamió despacio mientras apretaba los dientes y empezaba a volar. Salió disparado hacia aquella cosa parecida a una ballena pero más monstruosa. Se dirigió lo más rápido posible hacia la parte superior de la cabeza, tratando de llegar por su punto ciego, sin pensárselo echó el puño hacia atrás y cuando estaba llegando gritó con fuerza tratando de impactarle en todo el cráneo y hacerlo pedazos. Su brazo estaba imbuido en un tono morado azabache y usó toda la potencia que pudo.
- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!
Zan Nin Na: Wolf Furious. [Haki armadura Nvl3] [Haki observación Nvl3] [Berserker Nvl2] [AIF]
- Será mejor que os alejéis de aquí, esa cosa es enorme y podríais correr peligro, yo intentare ocuparme de ella si es necesario.
Ahora el chico lobo pegó otro puñetazo en el suelo empezando a gruñir sacando su energía. Las venas de su frente empezaron a palpitar mientras su musculatura empezaba a crecer, rápidamente alcanzó el tamaño de dos metros. Sus ojos se volvieron blancos perdiendo las pupilas, pero aún así podía ver perfectamente, su piel no tardó en coger un tono rojizo intenso, como si estuviese quemado. Estaba en el primer nivel de su berserker, los pectorales y abdominales eran impresionantes al igual que los brazos, era toda una bestia y hacia honor a su apodo. De su cuerpo salía un aura negra y ahora rugía con fuerza mientras las venas de sus brazos palpitaban también, acto seguido miró a la enorme ballena y gritó dejando salir más de su poder. La temible aura de su SN1 creció y de repente empezó a aumentar de nuevo su fuerza y poder creciendo hasta los dos metros y veinte centímetros, era una locura o eso parecía y eso era una pequeña muestra solo.
Sus músculos volvieron a aumentar al subir al nivel dos, empezando a parecer inhumanos incluso para un culturista. Los ojos blancos del chico observaban todo a la perfección y ahora se relamió despacio mientras apretaba los dientes y empezaba a volar. Salió disparado hacia aquella cosa parecida a una ballena pero más monstruosa. Se dirigió lo más rápido posible hacia la parte superior de la cabeza, tratando de llegar por su punto ciego, sin pensárselo echó el puño hacia atrás y cuando estaba llegando gritó con fuerza tratando de impactarle en todo el cráneo y hacerlo pedazos. Su brazo estaba imbuido en un tono morado azabache y usó toda la potencia que pudo.
- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!
Zan Nin Na: Wolf Furious. [Haki armadura Nvl3] [Haki observación Nvl3] [Berserker Nvl2] [AIF]
- Resumen:
- Hablar con la brigada, transformacion y atacar a la ballena
El perezoso capitán de la Marina llevaba un ritmo de actividad impropia en él. Se había levantado, había golpeado a un hombre pez y había corrido al ver un par de serpientes gigantes que surgieron de lo más profundo del océano. No podía creerse que estuviera realizando tantas acciones, hasta que se dio cuenta de que en realidad no había hecho ninguna. Pero era por culpa de los Gyojins, que estaban invadiendo el pequeño pueblo que vivía a las sombras de Mariejois y hacía las veces de puerto y centro de abastecimiento para la gran capital del mundo civilizado. No estaba en absoluto de acuerdo con las costumbres de la Nobleza Mundial, pero sabían, dentro de su dictadura, mantener el orden y separar el mundo del caos, apoyadas por fuerzas militares como la Marina, y ahí entraba su papel. Al Naion, el servicial Marine amante de los sofás, era la última línea que separaba la Tierra sagrada de una turba de peces furiosos.
-Y aún no he evacuado a esta gente- dijo, mirando hacia los cinco locos que trataban de espantar a aquel grupo de rabiosos, cuando de repente sintió una poderosísima presencia, y miró hacia la vanguardia-. Almirante Kurotora- su sorpresa se reflejaba en los ojos del capitán. Si hubiera conocido la presencia del Terror del East Blue no se habría retirado por unos simples Reyes Marinos. Aunque, tal vez, sí por lo que veía en aquel momento.
Cientos de Gyojins con aspecto bastante más poderoso que los anteriores, así como un par de ellos asemejaban verdaderos vigoréxicos de la talla del archiconocido Lion D. Karl. Lo peor de todo era que aquella panda de locos aún se veía con intención de lanzarse a la batalla. Por suerte estaba a poca distancia de ellos, y por una vez su Akuma no mi sería útil más allá de tratar hematomas. Posó momentáneamente su pano derecha en el suelo, y miró hacia los cinco luchadores. A su alrededor el suelo comenzó a escarcharse y un cable de hielo recorrió lo que los separaba, para una vez adelantada la formación formar un muro de espinas de hielo, que salían disparadas según aparecían en un arco casi semicircular. No era ni mucho menos definitivo, pero entorpecería a los enemigos y con suerte empalaría a los que no fueran atentos. Pero aquello no era lo único. Sobre las espinas comenzó a alzarse una pared casi vertical, ligeramente inclinada hacia la costa, de tal vez unos siete u ocho metros de altura, puede que más. De esa manera deberían tomar un camino distinto o arriesgarse a que la gran pared se derrumbara sobre ellos.
-¡Venid aquí, panda taraos!- gritó a esos cinco, previendo que no le harían ni puñetero caso, al tiempo que se levantaba y se retiraba a una zona de calles, unos metros por detrás de su posición. Allí podría levantar una defensa mejor con menos esfuerzo. Era la primera vez que usaba su fruta hasta tal extremo, y aunque no se sentía cansado, la sensación de descanso se había desvanecido.
Muro de espinas [AF]
-Y aún no he evacuado a esta gente- dijo, mirando hacia los cinco locos que trataban de espantar a aquel grupo de rabiosos, cuando de repente sintió una poderosísima presencia, y miró hacia la vanguardia-. Almirante Kurotora- su sorpresa se reflejaba en los ojos del capitán. Si hubiera conocido la presencia del Terror del East Blue no se habría retirado por unos simples Reyes Marinos. Aunque, tal vez, sí por lo que veía en aquel momento.
Cientos de Gyojins con aspecto bastante más poderoso que los anteriores, así como un par de ellos asemejaban verdaderos vigoréxicos de la talla del archiconocido Lion D. Karl. Lo peor de todo era que aquella panda de locos aún se veía con intención de lanzarse a la batalla. Por suerte estaba a poca distancia de ellos, y por una vez su Akuma no mi sería útil más allá de tratar hematomas. Posó momentáneamente su pano derecha en el suelo, y miró hacia los cinco luchadores. A su alrededor el suelo comenzó a escarcharse y un cable de hielo recorrió lo que los separaba, para una vez adelantada la formación formar un muro de espinas de hielo, que salían disparadas según aparecían en un arco casi semicircular. No era ni mucho menos definitivo, pero entorpecería a los enemigos y con suerte empalaría a los que no fueran atentos. Pero aquello no era lo único. Sobre las espinas comenzó a alzarse una pared casi vertical, ligeramente inclinada hacia la costa, de tal vez unos siete u ocho metros de altura, puede que más. De esa manera deberían tomar un camino distinto o arriesgarse a que la gran pared se derrumbara sobre ellos.
-¡Venid aquí, panda taraos!- gritó a esos cinco, previendo que no le harían ni puñetero caso, al tiempo que se levantaba y se retiraba a una zona de calles, unos metros por detrás de su posición. Allí podría levantar una defensa mejor con menos esfuerzo. Era la primera vez que usaba su fruta hasta tal extremo, y aunque no se sentía cansado, la sensación de descanso se había desvanecido.
Muro de espinas [AF]
- Resumen:
- Me cago de miedo, intento salvar a los mercenarios, me repliego.
Yumiko Mei
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El tiro pareció haber funcionado, pues al poco tiempo, sentí como el aura de ese hombre pez, se había debilitado enormemente, por no decir que casi había desaparecido. Yo seguía mi camino hacia lo que parecían ser los ascensores, pero la espesa nube de humo y polvo seguía disminuyendo mi visibilidad y solo podía dirigirme por lo que parecían ser las almas de la gente. Sentía los ataques a diestra y siniestra e intentaba evitar cualquier persona o bicho cercano, por ello me tomó bastante ir esquivándolos. Pero al final conseguí llegar bastante cerca de estos y podía ver algo a lo lejos, más bien, sentir algo. Dos auras enormemente puras y fuertes parecían provenir de un área muy cercano al que me estaba dirigiendo. Esas auras parecían ser fuertes y poderosas, así que sin más preámbulos y sin pensármelo dos veces, fui corriendo hacia estas, esquivando algunas balas perdidas que conseguí detectar y manteniendo en todo momento mi haki de observación activo. La verdad es que me cansaba un poco sentir tantas almas juntas y muchas de ellas desapareciendo de un momento a otro, pero era necesario de querer prevenir los ataques cercanos y las almas malévolas.
Una vez cerca de los imponentes ascensores, que eran edificios bastante grandes, podía distinguir el muro de la ciudad de Mariejoa, era imponente y parecía alcanzar el cielo. Me acerqué a lo que parecían ser un hombre y una mujer y decidí dirigirles la palabra. Las auras que había podido sentir antes provenían de estas dos personas y parecían querer ir hacia el mismo lugar que yo, hacia la ciudad sagrada, Mariejoa.
-Buenas tardes, aunque de buenas no tiene nada, esto está infestado de hombres pez. Supongo que vais a subir a la ciudad y parecéis tener bastante prisa en hacerlo. Me presento, soy Yumiko Mei y no tengo la más mínima intención de atacaros, vengo en busca de una pequeña alianza, al menos hasta llegar a la ciudad.-Dije con voz suave y esbozando una sonrisa, se podía notar pureza en mi, puesto que mis mentiras eran torpes y en ese caso no estaba mintiendo, por lo cual parecía bastante más inocente de lo que quería ser.
Tras hablar con estos dos me uní a ellos y pude observar algo interesante, mi oso de peluche, estaba brillando fuertemente, tenía a mi alrededor varios usuarios, aunque quien sabe, podrían ser estos dos o podrían ser los otros seres de mi alrededor, que por lo visto, no sentía. No había ninguna persona más cerca, así que me sentí mucho más en confianza y me quedé con el hombre y la mujer. Era el momento perfecto para entablar una pequeña amistar, o una pequeña alianza, pero mi intención no era la de unirme a ellos durante todo el tiempo que pasara en la ciudad, puesto que necesitaba curiosear en solitario por las casas de los tenryuubitos y los otros edificios gubernamentales. Sería una divertida travesía en compañía, pero no sería una alianza total, aunque yo no tenía intención de herir a nadie, a menos que me hiriesen a mi o a mis compañeros y amigos.
-Es un placer estar con gente tan poderosa como vosotros y más aún saber que no hay ninguna persona más cerca, esos hombres pez son un estorbo a veces. Están plagando todo el puerto y algunos son bastante fuertes, aunque no sabría distinguirlos en este momento debido a la distancia. La ciudad sacra nos espera, ¿vosotros tenéis algún plan en el que necesitéis ayuda?-Dije sonriendo y mostrando como siempre, una voz inocente y suave.
Una vez cerca de los imponentes ascensores, que eran edificios bastante grandes, podía distinguir el muro de la ciudad de Mariejoa, era imponente y parecía alcanzar el cielo. Me acerqué a lo que parecían ser un hombre y una mujer y decidí dirigirles la palabra. Las auras que había podido sentir antes provenían de estas dos personas y parecían querer ir hacia el mismo lugar que yo, hacia la ciudad sagrada, Mariejoa.
-Buenas tardes, aunque de buenas no tiene nada, esto está infestado de hombres pez. Supongo que vais a subir a la ciudad y parecéis tener bastante prisa en hacerlo. Me presento, soy Yumiko Mei y no tengo la más mínima intención de atacaros, vengo en busca de una pequeña alianza, al menos hasta llegar a la ciudad.-Dije con voz suave y esbozando una sonrisa, se podía notar pureza en mi, puesto que mis mentiras eran torpes y en ese caso no estaba mintiendo, por lo cual parecía bastante más inocente de lo que quería ser.
Tras hablar con estos dos me uní a ellos y pude observar algo interesante, mi oso de peluche, estaba brillando fuertemente, tenía a mi alrededor varios usuarios, aunque quien sabe, podrían ser estos dos o podrían ser los otros seres de mi alrededor, que por lo visto, no sentía. No había ninguna persona más cerca, así que me sentí mucho más en confianza y me quedé con el hombre y la mujer. Era el momento perfecto para entablar una pequeña amistar, o una pequeña alianza, pero mi intención no era la de unirme a ellos durante todo el tiempo que pasara en la ciudad, puesto que necesitaba curiosear en solitario por las casas de los tenryuubitos y los otros edificios gubernamentales. Sería una divertida travesía en compañía, pero no sería una alianza total, aunque yo no tenía intención de herir a nadie, a menos que me hiriesen a mi o a mis compañeros y amigos.
-Es un placer estar con gente tan poderosa como vosotros y más aún saber que no hay ninguna persona más cerca, esos hombres pez son un estorbo a veces. Están plagando todo el puerto y algunos son bastante fuertes, aunque no sabría distinguirlos en este momento debido a la distancia. La ciudad sacra nos espera, ¿vosotros tenéis algún plan en el que necesitéis ayuda?-Dije sonriendo y mostrando como siempre, una voz inocente y suave.
- Resumen:
- Voy hacia los ascensores y siento el aura de muchos gyojins cercanos, intento esquivar cualquier combate innecesario y me acerco a Date y Anglesey, aunque no los conozco de momento. Me presento ante ellos y les pregunto por sus planes, además de pedirles una alianza hasta que subamos a Mariejoa.
Steve
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Al parecer mi intento por llegar al barco se quedo en un pequeño fallo pues caí al mar, que se tornaba rojo, sobre una persona que intentaba salir, cuando sentí el impacto con la persona me preocupe, pero no por ella si no porque pude encontrar el fedora negro que llevaba siempre encima, mas al verlo colgando de un trozo de madera del barco, así que empecé a subir al barco, para agarrarlo en el viaje de subida, sintiendo como tenía un leve dolor en la pierna izquierda, sin pensar en la pobre persona que se había hundido por mi culpa. Cuando termine de subir, mire el agua para pedir disculpas y ayudarle a subir, pero tonto de mí, no recordaba que había caído de espaldas y no le había visto el rostro, así que me encogí de hombros y mire hacía dentro del barco. Había tres personas allí, dos hombres y una mujer, uno de estos con una clara herida en el pecho.
Me acerque a estos, con interés por ver que había pasado, poniendo un dedo bajo mi labio inferior y mirando al herido, mientras inclinaba el torso, con una expresión de interés, para darme cuenta de que podría ser raro hacer eso, sin conocerlos de nada, así que me puse firme y ajustándome el sombrero, comencé a hablar.
-Encantado, iba en el barco enorme que se acaba de hundir justo aquí al lado ¿no me oísteis gritar en pleno salto?-Pregunte esbozando una sonrisa.-Aunque creo que ahora eso no es lo más importante, vuestro amigo está herido, así que lo mejor sería que un médico lo mirase.-Sugerí al grupo de extraños.-Ah, ¿Dónde tengo mis modales? Se me deben haber caído cuando saltaba, mi nombre es Ryuta.
Y antes de empezar a moverme por el barco, sentí un pequeño golpe en el barco, para fijarme que ya habíamos llegado al puerto, aunque no parecía muy… acogedor. Lo primero que vi al girar la cabeza, fue un lugar lleno de fuego y gente moviéndose, o más bien peleando, enormes bichos pasando de un lado a otro y otros más pequeños batallando a los anteriores. Pero lo que más me impresiono, fue como una enorme presencia se extendía sobre aquella batalla campal, era algo increíble, dado que te helaba la sangre y cristalizaba los músculos aún sin verlo, era como si mi instinto animal se hubiera reactivado, tenía ganas de salir huyendo y perderme, pero trague un poco de saliva, intentando evitar que el escalofrío que recorría mi espalda parase, para volver a girarme al grupo de personas que había allí. Los mire atentamente, en este caso para analizarlos, seguramente no me entendieran si hablaba como el programador me había enseñado, así que me volví a dirigir a ellos, mirando sucesivamente los ojos de los que estaban “intactos”.
-Parece que tendremos que salir, pero… Uno de vosotros esta herido, eso reduce vuestras capacidades de batalla si no se puede mover bien y aun así aquí hay mucha gente.-Hice una pausa para tragar saliva, mientras oía un enorme griterío como sonido de fondo, una estática extraña, acompañada de sonidos de disparos, choques de espada y fuego.-Siendo directo, sería más seguro si fuéramos juntos, aunque tampoco quiero obligar a nadie, pero estaremos más seguro juntos.-Termine de decir, mientras esperaba su respuesta y en caso afirmativo, empezar a seguirles. En caso de ser una negativa, saldría del barco, en busca de refugio a la enorme batalla que sucedía a pocos metros de nosotros.-
Me acerque a estos, con interés por ver que había pasado, poniendo un dedo bajo mi labio inferior y mirando al herido, mientras inclinaba el torso, con una expresión de interés, para darme cuenta de que podría ser raro hacer eso, sin conocerlos de nada, así que me puse firme y ajustándome el sombrero, comencé a hablar.
-Encantado, iba en el barco enorme que se acaba de hundir justo aquí al lado ¿no me oísteis gritar en pleno salto?-Pregunte esbozando una sonrisa.-Aunque creo que ahora eso no es lo más importante, vuestro amigo está herido, así que lo mejor sería que un médico lo mirase.-Sugerí al grupo de extraños.-Ah, ¿Dónde tengo mis modales? Se me deben haber caído cuando saltaba, mi nombre es Ryuta.
Y antes de empezar a moverme por el barco, sentí un pequeño golpe en el barco, para fijarme que ya habíamos llegado al puerto, aunque no parecía muy… acogedor. Lo primero que vi al girar la cabeza, fue un lugar lleno de fuego y gente moviéndose, o más bien peleando, enormes bichos pasando de un lado a otro y otros más pequeños batallando a los anteriores. Pero lo que más me impresiono, fue como una enorme presencia se extendía sobre aquella batalla campal, era algo increíble, dado que te helaba la sangre y cristalizaba los músculos aún sin verlo, era como si mi instinto animal se hubiera reactivado, tenía ganas de salir huyendo y perderme, pero trague un poco de saliva, intentando evitar que el escalofrío que recorría mi espalda parase, para volver a girarme al grupo de personas que había allí. Los mire atentamente, en este caso para analizarlos, seguramente no me entendieran si hablaba como el programador me había enseñado, así que me volví a dirigir a ellos, mirando sucesivamente los ojos de los que estaban “intactos”.
-Parece que tendremos que salir, pero… Uno de vosotros esta herido, eso reduce vuestras capacidades de batalla si no se puede mover bien y aun así aquí hay mucha gente.-Hice una pausa para tragar saliva, mientras oía un enorme griterío como sonido de fondo, una estática extraña, acompañada de sonidos de disparos, choques de espada y fuego.-Siendo directo, sería más seguro si fuéramos juntos, aunque tampoco quiero obligar a nadie, pero estaremos más seguro juntos.-Termine de decir, mientras esperaba su respuesta y en caso afirmativo, empezar a seguirles. En caso de ser una negativa, saldría del barco, en busca de refugio a la enorme batalla que sucedía a pocos metros de nosotros.-
- ¡Atención Roy, Max y Mellanie!:
- Leer el post, esta relacionado con vosotros.
- Resumen:
- Subir al barco. Gastar un poco el tiempo hablando con Roy/Max/Mellanie. Cagarme vivo al ver el panorama, ¡no quiero ir solo mama! Pero con los que iban en el barco, si se niegan, tendré que volverme un niño mayor :c
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Logramos vencer al Gyojin pero algo que no me esperaba sucedió. Una de las espadas de Maximilian se partió por la fuerza del hombre pez y fue herido en el pecho poco antes de que lanzáramos al Gyojin al mar. Una vez que ese ser desapareció miré a Maximilian y me acerque rápidamente a donde estaba, quitándome la mochila de la espalda. Le quite la gabardina y luego la camisa para ver su herida y afortunadamente no era tan profunda pero aun así era de consideración. La traté de inmediato, cosiéndola y poniendo un apósito limpio para que no se infectara. Luego cubrí el pecho con vendas y cuando terminé miré al chico que recién había llegado al bote.
-Hola, mmm lamento no darte la bienvenida pero andamos en una situación complicada – le dije mientras le ayudaba a Maximilian a vestirse nuevamente – soy Mellanie y soy doctora. Tienes razón debemos ir haya y buscar refugio, nuestro compañero esta malherido y debe descansar un poco.
Enseguida Maximilian se puso de pie a pesar de la herida y apoyó también la idea del muchacho.
-¿Disculpen ustedes pero saben que está pasando allá? – dije mirando con los ojos abiertos al frente.
Parecía el fin del mundo ya que veía como gente te luchaba entre ellos y algunas criaturas atacaban a algunos otros. No entendía que pasaba pero de lo que estaba seguro de que debíamos salir de donde estábamos y tratar de sobrevivir
-Hay que mantenernos juntos, será mejor, no se preocupen si algo les pasa yo estoy aquí para atenderlos – dije tratando de darle seguridad a nuestro variado grupo. Caminé y me coloqué al lado de Maximilian para ayudarlo abajar del velero.
-Hola, mmm lamento no darte la bienvenida pero andamos en una situación complicada – le dije mientras le ayudaba a Maximilian a vestirse nuevamente – soy Mellanie y soy doctora. Tienes razón debemos ir haya y buscar refugio, nuestro compañero esta malherido y debe descansar un poco.
Enseguida Maximilian se puso de pie a pesar de la herida y apoyó también la idea del muchacho.
-¿Disculpen ustedes pero saben que está pasando allá? – dije mirando con los ojos abiertos al frente.
Parecía el fin del mundo ya que veía como gente te luchaba entre ellos y algunas criaturas atacaban a algunos otros. No entendía que pasaba pero de lo que estaba seguro de que debíamos salir de donde estábamos y tratar de sobrevivir
-Hay que mantenernos juntos, será mejor, no se preocupen si algo les pasa yo estoy aquí para atenderlos – dije tratando de darle seguridad a nuestro variado grupo. Caminé y me coloqué al lado de Maximilian para ayudarlo abajar del velero.
- Resumen:
- Luego de vencer al Gyojin, curo la herida de Maximilian debido a mis habilidad de medico y apoyó la idea de Ryuta de ir a tierra. Seré el apoyó de Maximilian hasta que pueda descansar en algún lugar
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