Mientras esperaba que Henry descendiera sentí como los engranes del Soldier Dock system que tenía integrado nuestra imponente embarcación, y solo unos momentos luego de eso pude apreciar como mi subordinaba descendía a generosa velocidad montado en el Waver modificado que le había dado oportunidad de conducir durante nuestra primera misión juntos...
Solo sonreí conforme, mientras le daba una ultima y prolongada aspirada a mi cigarrillo, acto seguido usé mi mano izquierda para rodar el mango del manubrio y de esa forma arrancar el motor de la motocicleta, con el freno bien agarrado para que no partiera de inmediato levanté un poco de polvo con la fricción de la rueda trasera y cuando el vehículo de Henry estaba por alcanzarme usé mis dedos indice y pulgar para lanzar lo que quedaba de mi mal-terminado cilindro de tabaco lo más lejos posible, en ese instante acabé por soltar el freno de la de la moto, lo que dio como resultado un abrupto y veloz arranque, con suerte esto me pondría a la par con la velocidad que traía mi compañero con su waver y nos adentraríamos paralelamente en la misteriosa y neblinosa isla.
No avanzamos muchos metros antes de que la espesa y calurosa neblina comenzara a rodearnos nuevamente, por lo cual la temperatura comenzó a aumentar rápidamente a nuestro al rededor, ¡tsk! ¡Es un fastidio!, murmuré luego de sumergirme con todo y montura en el denso nubarrón anaranjado, si bien no me preocupaba colisionar con algún árbol oculto entre el vapor dadas las características blindadas de la parte frontal de mi vehículo motorizado, Henry no contaba con esa suerte, por otro lado, apostaría todas mis fichas a que los árboles entrometidas era el menor de los peligros ocultos dentro la extraña aberración climática. Por suerte para nosotros eso no sería un problema al menos por ahora... con una semi-sonrisa de confianza implantada en mi cara activé la función de una de las cientos de centenares de cartas que cargo entre mis ropajes, absorbiendo toda la niebla en 80 metros a la redonda, y despejando así nuestro camino, al menos hasta que el circulo de aire libre vuelva a rellenarse con la pantalla de sofocante niebla, pero para ese entonces solo tendría que repetir la operación, y así constantemente, mientras avanzábamos a toda velocidad a través de la isla hasta encontrar alguna construcción sospechosa o algo que nos de un indicio del arma que venimos a buscar, o de alguno de sus creadores.
¡ILUSOS! Puedo seguir así todo el día vociferé a viva voz mitras alzaba un naipe por sobre mi cabeza para absorber por segunda, vez toda la niebla en un radio de 80 metros y despejando así nuevamente toda el área para apreciar todo el entorno. Si seguíamos avanzando a ese ritmo gracias a la velocidad de nuestros motores no tardaríamos en recuperar el tiempo perdido y remontar los avances de la revolución para lograr nuestro indispensable y noble objetivo.
Solo sonreí conforme, mientras le daba una ultima y prolongada aspirada a mi cigarrillo, acto seguido usé mi mano izquierda para rodar el mango del manubrio y de esa forma arrancar el motor de la motocicleta, con el freno bien agarrado para que no partiera de inmediato levanté un poco de polvo con la fricción de la rueda trasera y cuando el vehículo de Henry estaba por alcanzarme usé mis dedos indice y pulgar para lanzar lo que quedaba de mi mal-terminado cilindro de tabaco lo más lejos posible, en ese instante acabé por soltar el freno de la de la moto, lo que dio como resultado un abrupto y veloz arranque, con suerte esto me pondría a la par con la velocidad que traía mi compañero con su waver y nos adentraríamos paralelamente en la misteriosa y neblinosa isla.
No avanzamos muchos metros antes de que la espesa y calurosa neblina comenzara a rodearnos nuevamente, por lo cual la temperatura comenzó a aumentar rápidamente a nuestro al rededor, ¡tsk! ¡Es un fastidio!, murmuré luego de sumergirme con todo y montura en el denso nubarrón anaranjado, si bien no me preocupaba colisionar con algún árbol oculto entre el vapor dadas las características blindadas de la parte frontal de mi vehículo motorizado, Henry no contaba con esa suerte, por otro lado, apostaría todas mis fichas a que los árboles entrometidas era el menor de los peligros ocultos dentro la extraña aberración climática. Por suerte para nosotros eso no sería un problema al menos por ahora... con una semi-sonrisa de confianza implantada en mi cara activé la función de una de las cientos de centenares de cartas que cargo entre mis ropajes, absorbiendo toda la niebla en 80 metros a la redonda, y despejando así nuestro camino, al menos hasta que el circulo de aire libre vuelva a rellenarse con la pantalla de sofocante niebla, pero para ese entonces solo tendría que repetir la operación, y así constantemente, mientras avanzábamos a toda velocidad a través de la isla hasta encontrar alguna construcción sospechosa o algo que nos de un indicio del arma que venimos a buscar, o de alguno de sus creadores.
¡ILUSOS! Puedo seguir así todo el día vociferé a viva voz mitras alzaba un naipe por sobre mi cabeza para absorber por segunda, vez toda la niebla en un radio de 80 metros y despejando así nuevamente toda el área para apreciar todo el entorno. Si seguíamos avanzando a ese ritmo gracias a la velocidad de nuestros motores no tardaríamos en recuperar el tiempo perdido y remontar los avances de la revolución para lograr nuestro indispensable y noble objetivo.
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Soñaba con grandes prados con comida a su alrededor cuando de repente todo ese prado comenzó a inundarse, era extraño pero poco a poco la comida empezó a desaparecer hasta que el agua logró alcanzarme por más que corrí no lograr esquivarla.
Desperté de un sobresalto estaba algo aturdida ya que estaba en el mar en mi pequeña barca bastante dañada, pero me di cuenta de que el agua de mi sueño realmente me acechaba se encontraba en mi pequeña barca, no se como ni porque había una grieta en la barca y el agua empezaba a entrar, al altura del agua de la barca por suerte solo eran mis pies, aunque suerte no era mucha ya que en poco estaría hundido, me saqué el chaleco lo doblé y lo presione contra la grieta, sabía que esto no iba a hacer mucho pero no se me ocurría otra idea mejor.
Si mal no recuerdo había salido de una isla y entre ola y ola del mar me deje llevar tanto por la marea que al final me dormí, y bueno acabé así.
Alcé la vista y vi como enfrente mía solo había una espesa niebla, ¡Genial! no había nada mejor que estar en una barca hundiéndose en medio de una niebla, y si no fuera todo y bastante unos ruidos algo no muy reconfortantes oía de vez en cuando en forma de un pequeño susurro, quizás porque estaba lejos, pero definitivamente en este lugar no empezaba con buen pie.
Agarré un palo, que se suponía que eso tenía que ser el remo pero ha dado demasiadas aventuras, mientras que con mi mano izquierda presionaba en la grieta, la cual aun seguía echando agua, y con la derecha a duras penas remar de una forma u otra empujando hacia adelante, pero claro sin mucha suerte.
Desperté de un sobresalto estaba algo aturdida ya que estaba en el mar en mi pequeña barca bastante dañada, pero me di cuenta de que el agua de mi sueño realmente me acechaba se encontraba en mi pequeña barca, no se como ni porque había una grieta en la barca y el agua empezaba a entrar, al altura del agua de la barca por suerte solo eran mis pies, aunque suerte no era mucha ya que en poco estaría hundido, me saqué el chaleco lo doblé y lo presione contra la grieta, sabía que esto no iba a hacer mucho pero no se me ocurría otra idea mejor.
Si mal no recuerdo había salido de una isla y entre ola y ola del mar me deje llevar tanto por la marea que al final me dormí, y bueno acabé así.
Alcé la vista y vi como enfrente mía solo había una espesa niebla, ¡Genial! no había nada mejor que estar en una barca hundiéndose en medio de una niebla, y si no fuera todo y bastante unos ruidos algo no muy reconfortantes oía de vez en cuando en forma de un pequeño susurro, quizás porque estaba lejos, pero definitivamente en este lugar no empezaba con buen pie.
Agarré un palo, que se suponía que eso tenía que ser el remo pero ha dado demasiadas aventuras, mientras que con mi mano izquierda presionaba en la grieta, la cual aun seguía echando agua, y con la derecha a duras penas remar de una forma u otra empujando hacia adelante, pero claro sin mucha suerte.
Batmana
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Las palabras del friki de Derian solo habían hecho que Amy se molestara un poco, ella no estaba salvando el ángel con la intención de que le debiera un favor… ¿Por qué todo el mundo debía de esperar algo de otra persona? ¿Acaso los favores sin esperar nada a cambio ya no existían? A pesar de todo la chica se mantuvo callada, no era momento de contestarle...más que nada porque la joven de orbes celestes se quedó observando las heridas que él poseía, sin dudas se veían graves pero el friki con aires de aristócrata parecía no sentir molestias por ellas. Derian era una persona bastante rara…
Por otro parte el Ángel parecía entender la situación en la que se encontraba ¿En qué situación se encontraba? Dios, sin dudas Amy se había molestado… no quería pedirle nada al ser alado y tampoco deseaba que se preocupara, pero en fin.. el shichibukai era cruel.
Al cabo de unos minutos Amy quedó seriamente sorprendida por lo que estaba viendo, pues en Ángel parecía ser un doctor muy hábil, él mismo se había curado las heridas, cosa que llamó la atención de Alex porque se acercó y le ofreció una tarjeta. Ante esa acción ella miró hacia el cielo, tratando de contener su expresión de “no puedo creerlo…” pero se llevó una sorpresa cuando varios rayos comenzaron a caer sobre la tierra, logrando que la chica se pusiera bastante alerta… si bien no era climatología poseía conocimientos sobre tormentas eléctricas, después de todo era una científica… los científicos necesitaban conocer un poco de todos los temas. O por lo menos eso siempre le decían a ella.
Entre sus pensamientos terminó perdiéndose, causando que mirara con sorpresa al Ángel que de un momento al otro la tomó para elevarse en los aires. Cuando Happy vio que su amiga comenzaba a ascender junto al “chico con alas” nos dudo en dar un salto y aferrarse de la pierna de la peliazul.
Una sonrisa bastante emocionante comenzó a posarse en los labios de Amy cuando se dio cuenta que estaba volando, esa sensación era hermosa… sin dudas se trataba de lo más hermoso que había experimentado en su vida. Amy creía que aquellos seres que tenían alas eran capaces de ir a cualquier parte del mundo, poseían la verdadera libertad… sin lugar a dudas ella estaba disfrutando de ese corto viaje, ya que durante el vuelo ladeaba la cabeza para varios lados mientras sus hebras azules caían de un lado hacia el otro, balanceando entre el aire y la gravedad.
-¡Gracias!-
Le dijo Amy al ángel mientras sus palabras escapaban con una pequeña risilla y una expresión relajada, estaba sin dudas agradecida… no podía creer que después de que los humanos le hicieran algo tan feo-apresarlo- no sintiera resentimientos, sin dudas eso demostraba que era un ser celestial. La situación provocaba que Amy estuviera muy agradecida, sin dudas estaba feliz por encontrarse con él y poder ayudarle… era algo realmente reconfortante para la científica que quería que todos fueran libres en el mundo.
Cuando finalmente llegaron al barco que estaba de buen estado, y pertenecía a Alex, ambos descendieron cerca de Derian; Amy por su lado se quedó emocionada mientras sonreía y observaba que Kyle (así se llamaba el ángel) curaba las heridas del friki. A pesar de todo el momento eufórico, Amy poseía muchas preguntas guardadas para hacerle al “emplumado”...pero no sabía cómo realizarlas pues el muchacho seguramente estaba agobiado por la situación que había vivido.
De todas formas vio como Alex se acercó a ella para tenderle la mano, cosa que acepto y estrechando la suya con la de él. Parecía que su superior no la odiaba, eso de cierta forma hacia que la jovencita se alegrara aun mas y cierta incomodidad hacia él desapareciera… se podría decir que Alex a ella no le caía mal. A todo esto Happy comenzó a jalarla de su ropa para después apuntar donde estaba el ángel… que ahora era interrogado por “Buscando a Nemo”... eso sin dudas causó que la chica se acercara con un paso rápido y ojos decididos, iba a terminar en aquel momento aquella situación, el ser celestial posiblemente acabaría espantandose y a decir verdad Amy no quería que se vaya asi por asi...sin haber estrechado una buena relación con él; no todo los días se conocía a un enviado de Dios.
Aunque la situación se desfiguro cuando llego a donde estaba Nemo y Kyle¿Por qué? Fácil, Nemo le había pedido que trajera una bebida… y que si lo hacía le daría dinero. Ante aquella proposición la chica ladeó la cabeza hacia el costado derecho, dejando que algunos mechones cayeran balanceándose en el aire por la acción, mientras tanto sus orbes parecían que no podían creer la situación; aquel ofrecimiento había provocado que la chica sonriera incrédula ¿Por qué? Pues… ella era una Noble Mundial a pesar de su condición actual era la de una joven sin dinero, pero la cuestión era que Amy no sentía apego por las “fortunas” o billetes… la chica sabía perfectamente que el dinero no servía para nada en aquel mundo, después de todo sus padres y ella pertenecía a un buen linaje y terminó siendo secuestrada de niña.
-Mister Nemo, traeré la bebida… pero no me pague por ello, no hacía falta el ofrecimiento...lo hubiese hecho aunque me lo pidiera de forma más amena.-
Sus palabras trataron de sonar lo más respetuosas posibles, después de todo el muchacho le había pedido de manera cortés...solo que el dinero… sin dudas ese ofrecimiento estaba de más, pero bueno… algunas personas pedían favores de esa forma ¿No? Eso le molestaba porque no queria vivir ni estar en un ambiente en el cual las riquezas movían a las masas… eso no estaba bien, por dinero la chica fue secuestrada y esclavizada… por dinero se cometieron los peores pecados en el mundo…
Con un pequeño suspiro se dio vuelta y se dirigió a donde estaban las provisiones… no había podido librar a Kyle de aquella situación pero también debía pensar que seguramente él estaba hambriento y con sed.
Cuando finalmente llegó en el lugar donde estaban los alimentos sacó un paquete de galletas que ella misma había llevado porque eran de sabor dulce y tenían membrillo por encima (pepas), las colocó en un plato y en unos rápidos movimientos calentó un poco de té para ponerle azúcar… llevando ambas cosas hacía donde estaba el Angel, cuando se acerco las depositó sobre una mesa y le sonrió con tranquilidad.
-Come, debes de estar hambriento y con sed, si quieres una bebida fría avísame ¿Si?-
Preguntó la joven que… aca habia algo ¿Por que? Pues Amy odiaba a los hombres, de por si no le gustaba estar cerca de ellos y Kyle parecía ser hombre… ¿Por qué ella no se alejaba? Fácil, era un ser mitológico/alado/ lo que fuera… no era técnicamente un hombre ni un humano… de otra forma no seria tan amable.
Por otra parte ella se quedó al lado del emplumado mientras Happy se colaba hacia la mesa para sacar algunas galletas del plato y comerlas… acción que la ojiscelestes dejó pasar.
-Kyle… ¿Vendrás con nosotros a la isla? Sé que dijiste que era peligrosa y debíamos alejarnos pero… debemos ir porque se ha informado que hay un arma capaz de atentar contra el mundo, la situación es que no podemos dejar las cosas asi por asi… en el caso que sea usada puede ser que varias personas salgan heridas…-
La cabeza de la chica comenzó a descender para posar sus orbes en el suelo, la situación era esa… y la cuestión era que Amy se ponía ansiosa y nerviosa al pensar las cosas que podrían ocurrir, por eso trataba de no desanimarse… y en todo caso lo tenía a Happy que siempre se daba cuenta de todo. Justo en ese momento el felino maulló mientras le tendía una galleta a su amiga, acción que Amy agradeció mientras tomaba el alimento.
Por otra parte el gato agarró otra galleta más para ofrecersela al Ángel, de cierta forma Happy no sabía del todo lo que significaba un “Ángel” pero aquellas alas le daban un pensamiento de que era un hombre pájaro…
-Tampoco quiero ponerte en una situacion dificil, osea… sé lo que es ser una prisionera y bueno… si no quieres venir no hay resentimiento, yo no te libere con la intención de que me pagues por el favor, lo hice porque todo ser vivo debe ser libre… así que no te sienta obligado de venir con nosotros.-
Sus palabras fueron claras ¿No? Bueno eso era lo de menos, Amy quería que él entendiera que ella no había hecho las cosas para realizar un intercambio de favores… y que a la vez no se sintiera presionado por ayudar aquel grupo disfuncional.
Por otro parte el Ángel parecía entender la situación en la que se encontraba ¿En qué situación se encontraba? Dios, sin dudas Amy se había molestado… no quería pedirle nada al ser alado y tampoco deseaba que se preocupara, pero en fin.. el shichibukai era cruel.
Al cabo de unos minutos Amy quedó seriamente sorprendida por lo que estaba viendo, pues en Ángel parecía ser un doctor muy hábil, él mismo se había curado las heridas, cosa que llamó la atención de Alex porque se acercó y le ofreció una tarjeta. Ante esa acción ella miró hacia el cielo, tratando de contener su expresión de “no puedo creerlo…” pero se llevó una sorpresa cuando varios rayos comenzaron a caer sobre la tierra, logrando que la chica se pusiera bastante alerta… si bien no era climatología poseía conocimientos sobre tormentas eléctricas, después de todo era una científica… los científicos necesitaban conocer un poco de todos los temas. O por lo menos eso siempre le decían a ella.
Entre sus pensamientos terminó perdiéndose, causando que mirara con sorpresa al Ángel que de un momento al otro la tomó para elevarse en los aires. Cuando Happy vio que su amiga comenzaba a ascender junto al “chico con alas” nos dudo en dar un salto y aferrarse de la pierna de la peliazul.
Una sonrisa bastante emocionante comenzó a posarse en los labios de Amy cuando se dio cuenta que estaba volando, esa sensación era hermosa… sin dudas se trataba de lo más hermoso que había experimentado en su vida. Amy creía que aquellos seres que tenían alas eran capaces de ir a cualquier parte del mundo, poseían la verdadera libertad… sin lugar a dudas ella estaba disfrutando de ese corto viaje, ya que durante el vuelo ladeaba la cabeza para varios lados mientras sus hebras azules caían de un lado hacia el otro, balanceando entre el aire y la gravedad.
-¡Gracias!-
Le dijo Amy al ángel mientras sus palabras escapaban con una pequeña risilla y una expresión relajada, estaba sin dudas agradecida… no podía creer que después de que los humanos le hicieran algo tan feo-apresarlo- no sintiera resentimientos, sin dudas eso demostraba que era un ser celestial. La situación provocaba que Amy estuviera muy agradecida, sin dudas estaba feliz por encontrarse con él y poder ayudarle… era algo realmente reconfortante para la científica que quería que todos fueran libres en el mundo.
Cuando finalmente llegaron al barco que estaba de buen estado, y pertenecía a Alex, ambos descendieron cerca de Derian; Amy por su lado se quedó emocionada mientras sonreía y observaba que Kyle (así se llamaba el ángel) curaba las heridas del friki. A pesar de todo el momento eufórico, Amy poseía muchas preguntas guardadas para hacerle al “emplumado”...pero no sabía cómo realizarlas pues el muchacho seguramente estaba agobiado por la situación que había vivido.
De todas formas vio como Alex se acercó a ella para tenderle la mano, cosa que acepto y estrechando la suya con la de él. Parecía que su superior no la odiaba, eso de cierta forma hacia que la jovencita se alegrara aun mas y cierta incomodidad hacia él desapareciera… se podría decir que Alex a ella no le caía mal. A todo esto Happy comenzó a jalarla de su ropa para después apuntar donde estaba el ángel… que ahora era interrogado por “Buscando a Nemo”... eso sin dudas causó que la chica se acercara con un paso rápido y ojos decididos, iba a terminar en aquel momento aquella situación, el ser celestial posiblemente acabaría espantandose y a decir verdad Amy no quería que se vaya asi por asi...sin haber estrechado una buena relación con él; no todo los días se conocía a un enviado de Dios.
Aunque la situación se desfiguro cuando llego a donde estaba Nemo y Kyle¿Por qué? Fácil, Nemo le había pedido que trajera una bebida… y que si lo hacía le daría dinero. Ante aquella proposición la chica ladeó la cabeza hacia el costado derecho, dejando que algunos mechones cayeran balanceándose en el aire por la acción, mientras tanto sus orbes parecían que no podían creer la situación; aquel ofrecimiento había provocado que la chica sonriera incrédula ¿Por qué? Pues… ella era una Noble Mundial a pesar de su condición actual era la de una joven sin dinero, pero la cuestión era que Amy no sentía apego por las “fortunas” o billetes… la chica sabía perfectamente que el dinero no servía para nada en aquel mundo, después de todo sus padres y ella pertenecía a un buen linaje y terminó siendo secuestrada de niña.
-Mister Nemo, traeré la bebida… pero no me pague por ello, no hacía falta el ofrecimiento...lo hubiese hecho aunque me lo pidiera de forma más amena.-
Sus palabras trataron de sonar lo más respetuosas posibles, después de todo el muchacho le había pedido de manera cortés...solo que el dinero… sin dudas ese ofrecimiento estaba de más, pero bueno… algunas personas pedían favores de esa forma ¿No? Eso le molestaba porque no queria vivir ni estar en un ambiente en el cual las riquezas movían a las masas… eso no estaba bien, por dinero la chica fue secuestrada y esclavizada… por dinero se cometieron los peores pecados en el mundo…
Con un pequeño suspiro se dio vuelta y se dirigió a donde estaban las provisiones… no había podido librar a Kyle de aquella situación pero también debía pensar que seguramente él estaba hambriento y con sed.
Cuando finalmente llegó en el lugar donde estaban los alimentos sacó un paquete de galletas que ella misma había llevado porque eran de sabor dulce y tenían membrillo por encima (pepas), las colocó en un plato y en unos rápidos movimientos calentó un poco de té para ponerle azúcar… llevando ambas cosas hacía donde estaba el Angel, cuando se acerco las depositó sobre una mesa y le sonrió con tranquilidad.
-Come, debes de estar hambriento y con sed, si quieres una bebida fría avísame ¿Si?-
Preguntó la joven que… aca habia algo ¿Por que? Pues Amy odiaba a los hombres, de por si no le gustaba estar cerca de ellos y Kyle parecía ser hombre… ¿Por qué ella no se alejaba? Fácil, era un ser mitológico/alado/ lo que fuera… no era técnicamente un hombre ni un humano… de otra forma no seria tan amable.
Por otra parte ella se quedó al lado del emplumado mientras Happy se colaba hacia la mesa para sacar algunas galletas del plato y comerlas… acción que la ojiscelestes dejó pasar.
-Kyle… ¿Vendrás con nosotros a la isla? Sé que dijiste que era peligrosa y debíamos alejarnos pero… debemos ir porque se ha informado que hay un arma capaz de atentar contra el mundo, la situación es que no podemos dejar las cosas asi por asi… en el caso que sea usada puede ser que varias personas salgan heridas…-
La cabeza de la chica comenzó a descender para posar sus orbes en el suelo, la situación era esa… y la cuestión era que Amy se ponía ansiosa y nerviosa al pensar las cosas que podrían ocurrir, por eso trataba de no desanimarse… y en todo caso lo tenía a Happy que siempre se daba cuenta de todo. Justo en ese momento el felino maulló mientras le tendía una galleta a su amiga, acción que Amy agradeció mientras tomaba el alimento.
Por otra parte el gato agarró otra galleta más para ofrecersela al Ángel, de cierta forma Happy no sabía del todo lo que significaba un “Ángel” pero aquellas alas le daban un pensamiento de que era un hombre pájaro…
-Tampoco quiero ponerte en una situacion dificil, osea… sé lo que es ser una prisionera y bueno… si no quieres venir no hay resentimiento, yo no te libere con la intención de que me pagues por el favor, lo hice porque todo ser vivo debe ser libre… así que no te sienta obligado de venir con nosotros.-
Sus palabras fueron claras ¿No? Bueno eso era lo de menos, Amy quería que él entendiera que ella no había hecho las cosas para realizar un intercambio de favores… y que a la vez no se sintiera presionado por ayudar aquel grupo disfuncional.
Yoko Littner
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El calor era cada vez más fuerte. Intentaba con las sombras que nos diese menos el sol, sin embargo parecía nulo. Pasé la mano por la frente y suspiré. Caminamos y caminamos un buen rato hasta que llegamos a una especie de casa. Me quedé un poco parada cuando vi una casa solitaria en un lugar como este. ¿Habría civilización entonces?
En cuanto nos pusimos delante de ella retiré las sombras y dejé de usar mi poder. Observé todo lo que hizo Byakuro-sensei hasta que logramos entrar. Dentro hacía demasiado fresco y no se comparaba con lo de afuera. Entré junto con él y dentro vi varios movimientos hasta que el animalito salió a la luz. Por un momento me asusté, pero luego parecía ser inofensivo e incluso adorable.
-¡Oh que monada! - Exclamé sonriendo. Tras miré a todos y luego me dirigí hacia Byakuro. - ¿Cuánto tiempo estaremos aquí?
En cuanto nos pusimos delante de ella retiré las sombras y dejé de usar mi poder. Observé todo lo que hizo Byakuro-sensei hasta que logramos entrar. Dentro hacía demasiado fresco y no se comparaba con lo de afuera. Entré junto con él y dentro vi varios movimientos hasta que el animalito salió a la luz. Por un momento me asusté, pero luego parecía ser inofensivo e incluso adorable.
-¡Oh que monada! - Exclamé sonriendo. Tras miré a todos y luego me dirigí hacia Byakuro. - ¿Cuánto tiempo estaremos aquí?
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Aquella silueta que minutos atrás veíamos entre la niebla se tornó e lo que parecía una casa, aquella estructura parecía de principios de siglo porque era una casa muy deteriorada y marchita.
- Supongo que estarán dentro de esta casa, dije mientras me acercaba a la puerta.
Tanto el "jefe" como Nagato se encontraban a escasos pasos de mi pues los tres habían avanzado d a una marcha ligera y habían llegado a aquel lugar en unos pocos minutos.
Al empujar aquella puerta vieja se produjo un chirrido bastante molesto que acabó cuando la puerta terminó de abrirse. Ante mi se hallaban dos personajes conocidos, pero la imagen era un tanto cómica. El capitán se encontraba con la cabeza metida en un cofre y Murasaki saltando sobre los tablones del suelo.
- Prefiero no preguntar qué estáis haciendo, dije en un tono un tanto burlesco.
Murasaki sostenía una botella de agua en la mano y aparentemente el aumento progresivo del calor había hecho que a mi cuerpo se le olvidase por completo aquel trago de agua que había tomado minutos antes. Me acerqué a Murasaki y le pedí amablemente que me dejase dar un trago dejando posteriormente la botella sobre una de aquellas baldosas de madera viejas que formaban el suelo.
Por dentro la casa estaba tan decrépita como por fuera, no había apenas iluminación pero a cambio la temperatura había disminuido un par de grados debido a que la niebla no se concentraba tanto dentro de la casa como fuera. Tras varios minutos contemplando como ambos seguían intentando buscar algo con la excepción de que el capitán ya no tenía la cabeza metida dentro del cofre sino que había cambiado a su pierna. Alcé un poco la voz y pregunté:
- ¿Se puede saber que narices estáis buscando?
Ante la contestación del capitán solo pude quedarme sentado y de brazos cruzados pues en aquella casa no había absolutamente nada a excepción de unos cuantos muebles y claro estaba el suelo. Tras varios minutos viendo a Murasaki pasar por aquellas baldosas de madera del suelo, me pareció una buena idea ayudarla, y así de paso me divertía como un niño,
y comencé a saltar de baldosa en baldosa por las zonas en las que aún no había pisado.
- Supongo que estarán dentro de esta casa, dije mientras me acercaba a la puerta.
Tanto el "jefe" como Nagato se encontraban a escasos pasos de mi pues los tres habían avanzado d a una marcha ligera y habían llegado a aquel lugar en unos pocos minutos.
Al empujar aquella puerta vieja se produjo un chirrido bastante molesto que acabó cuando la puerta terminó de abrirse. Ante mi se hallaban dos personajes conocidos, pero la imagen era un tanto cómica. El capitán se encontraba con la cabeza metida en un cofre y Murasaki saltando sobre los tablones del suelo.
- Prefiero no preguntar qué estáis haciendo, dije en un tono un tanto burlesco.
Murasaki sostenía una botella de agua en la mano y aparentemente el aumento progresivo del calor había hecho que a mi cuerpo se le olvidase por completo aquel trago de agua que había tomado minutos antes. Me acerqué a Murasaki y le pedí amablemente que me dejase dar un trago dejando posteriormente la botella sobre una de aquellas baldosas de madera viejas que formaban el suelo.
Por dentro la casa estaba tan decrépita como por fuera, no había apenas iluminación pero a cambio la temperatura había disminuido un par de grados debido a que la niebla no se concentraba tanto dentro de la casa como fuera. Tras varios minutos contemplando como ambos seguían intentando buscar algo con la excepción de que el capitán ya no tenía la cabeza metida dentro del cofre sino que había cambiado a su pierna. Alcé un poco la voz y pregunté:
- ¿Se puede saber que narices estáis buscando?
Ante la contestación del capitán solo pude quedarme sentado y de brazos cruzados pues en aquella casa no había absolutamente nada a excepción de unos cuantos muebles y claro estaba el suelo. Tras varios minutos viendo a Murasaki pasar por aquellas baldosas de madera del suelo, me pareció una buena idea ayudarla, y así de paso me divertía como un niño,
y comencé a saltar de baldosa en baldosa por las zonas en las que aún no había pisado.
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Mientras escalábamos la montaña algo repentino ocurrió, y es que mi cuerpo empezó a perder energía, algo que denotaba que estaba cansado pero no sabía el motivo de este cansancio a parte del hecho de que estuviésemos disminuyendo la presión atmosférica al subir. No podía seguir subiendo sin hacer algo al respecto por lo que de un bolsillo saqué un paquete de empanadillas y le entregué una a Rowan diciendo Rowan, comete eso para recuperar un poco de energía. Al mismo tiempo me comí yo otra de esas empanadillas para seguir subiendo con tranquilidad mientras miraba con cautela y atención a los lados sin perder de vista la sombra que había en lo alto de la montaña por si resultaba ser una amenaza actuar a tiempo.
Mientras caminábamos vi un enorme edificio negro con extraños aparatos por todos lados y una gran puerta, lo cual llamó mi atención por lo que me dirigí directamente a la puerta y la miré con detenimiento buscando alguna pista sobre lo que podría haber dentro pero no había nada similar. Seguía algo cansado y seguir subiendo así sería un tanto insensato por lo que miré atentamente la puerta y dije Vamos a entrar a ver si encontramos algo y así descansamos. Tras eso abrí la puerta y entré con las manos en las rapiers por si acaso.
Mientras caminábamos vi un enorme edificio negro con extraños aparatos por todos lados y una gran puerta, lo cual llamó mi atención por lo que me dirigí directamente a la puerta y la miré con detenimiento buscando alguna pista sobre lo que podría haber dentro pero no había nada similar. Seguía algo cansado y seguir subiendo así sería un tanto insensato por lo que miré atentamente la puerta y dije Vamos a entrar a ver si encontramos algo y así descansamos. Tras eso abrí la puerta y entré con las manos en las rapiers por si acaso.
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Tras un rato largo llegamos a lo que aparecía borroso en la lejanía, una casa. El calor me estaba matando y no sabía si eso era una alucinación o literalmente alguien estaría tan loco como para poner una casa en medio de la nada. Miré su fachada, con ojo inquisidor, mientras mi furia crecía poco a poco, al mismo tiempo que lo hacía la temperatura, que había ido en aumento desde hacía un buen rato. Al quedarme quieto por fuera durante unos instantes uno de los hombres que me acompañaban se adelantó, entrando en la casa, a quien seguí solo por sí las moscas y echándole una mirada al otro, acompañado de un gesto con la mano para que entrará con nosotros.
En el interior estaban el lagarto y Mura, pero lo divertido era ver al hombre que había entrado justo antes que yo. Me froté los ojos para ver si no estaba teniendo una alucinación ¿estaba saltando sobre las maderas del suelo? “Vaya, el calor sí que le había dado duro en la cabeza” me dije sin abrir la boca, solo esbozando una pequeña sonrisa ante lo absurdo de la situación.
Un escalofrío recorrió mi columna vertebral, como si una mano congelada hubiera acariciado esta de abajo a arriba. Tenía sed, así que cogí la botella que había en el suelo, esperando que nadie se quejara de eso y le di un trago a esta. Ahora estaba mejor, aunque no sé cuánto duraría si nos poníamos a saltar como locos por el suelo de una casa desconocida.
Me senté en una pequeña silla que había por allí, abandonada, igual que parecía estarlo aquella casa. Desde aquel asiento, podía ver a la pelirroja mirando al suelo y el hombre saltando y a su capitán ni le hice caso, una escena preciosa si no tenías un contexto, como estaba yo ahora mismo.
-Bueeeeeeeno, ya estamos todos juntitos ¿Qué hacemos ahora? Tendríamos que buscar una zona más fresquita que esta, para evitar cosas como morirnos por el calor y eso, pero solo es una idea.
En el interior estaban el lagarto y Mura, pero lo divertido era ver al hombre que había entrado justo antes que yo. Me froté los ojos para ver si no estaba teniendo una alucinación ¿estaba saltando sobre las maderas del suelo? “Vaya, el calor sí que le había dado duro en la cabeza” me dije sin abrir la boca, solo esbozando una pequeña sonrisa ante lo absurdo de la situación.
Un escalofrío recorrió mi columna vertebral, como si una mano congelada hubiera acariciado esta de abajo a arriba. Tenía sed, así que cogí la botella que había en el suelo, esperando que nadie se quejara de eso y le di un trago a esta. Ahora estaba mejor, aunque no sé cuánto duraría si nos poníamos a saltar como locos por el suelo de una casa desconocida.
Me senté en una pequeña silla que había por allí, abandonada, igual que parecía estarlo aquella casa. Desde aquel asiento, podía ver a la pelirroja mirando al suelo y el hombre saltando y a su capitán ni le hice caso, una escena preciosa si no tenías un contexto, como estaba yo ahora mismo.
-Bueeeeeeeno, ya estamos todos juntitos ¿Qué hacemos ahora? Tendríamos que buscar una zona más fresquita que esta, para evitar cosas como morirnos por el calor y eso, pero solo es una idea.
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Akuma no mi
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Entré en la casa tras mis otros dos acompañantes. Todos bebían de una botella como si llevaran meses sin probar una sola gota de agua. Al menos el interior de la casa estaba fresco ya que sus materiales lo hacían posible. Tal vez solo descendían un par de grados pero se sentía como si la diferencia fuera abismal. No me importaría tumbarme en ese suelo fresco.
Me senté en el suelo dejando salir un suspiro de alivio. A pesar de que la caminata no fue de las más largas el calor lo hacía mucho más dificil de lo que ya era de por sí.
Les miré a todos algo incrédulo por la escena que estaban montando. Tal vez no se habían dado cuenta de mi presencia pero si realmente creían que había algo en el suelo o paredes mi fruta me permitía ayjudarles en eso. -¿Qué tal si dejais de jugar y buscamos en serio?- Invoqué 4 fantasmas a los cuales mandé en busca de algo extraño que pudieran encontrar en la casa. Paredes, detrás de muebles e incluso el suelo. Si allí había algo lo tendría que encontrar seguro. Mientras me recosté sobre la pared a descansar y reponer las fuerzas.
Me senté en el suelo dejando salir un suspiro de alivio. A pesar de que la caminata no fue de las más largas el calor lo hacía mucho más dificil de lo que ya era de por sí.
Les miré a todos algo incrédulo por la escena que estaban montando. Tal vez no se habían dado cuenta de mi presencia pero si realmente creían que había algo en el suelo o paredes mi fruta me permitía ayjudarles en eso. -¿Qué tal si dejais de jugar y buscamos en serio?- Invoqué 4 fantasmas a los cuales mandé en busca de algo extraño que pudieran encontrar en la casa. Paredes, detrás de muebles e incluso el suelo. Si allí había algo lo tendría que encontrar seguro. Mientras me recosté sobre la pared a descansar y reponer las fuerzas.
Johnny Raikov
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Akuma no mi
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Seguía gritando con alguna que otra pausa, en uno de ellos hombre abrió la puerta de mi habitación, llevaba unas gafas de pasta, pocas veces veía a gente con ellas. Este se identificó como el médico de la tripulación. De inmediato me ofreció un tipo de té medicinal que según él me calmaría los dolores.
-Gracias…- le dije mientras tomaba la taza donde se encontraba la bebida y la tomaba de un trago, tenía un sabor amargo que te dejaba la garganta seca. También sentía que en mi estómago se estaban moviendo cosas, algo hinchado. Me levante de la cama y me dirigí al baño en puntillas ya que si caminaba normal a lo mejor soltaba todo.
Tras un rato en el baño, pude salir tras lavarme las manos:
-Chico, ¿sabes que tenemos que hacer ahora?- le dijo al médico.
-Gracias…- le dije mientras tomaba la taza donde se encontraba la bebida y la tomaba de un trago, tenía un sabor amargo que te dejaba la garganta seca. También sentía que en mi estómago se estaban moviendo cosas, algo hinchado. Me levante de la cama y me dirigí al baño en puntillas ya que si caminaba normal a lo mejor soltaba todo.
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-Chico, ¿sabes que tenemos que hacer ahora?- le dijo al médico.
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Akuma no mi
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Genial, ahora estaba contribuyendo con mis acciones al racismo entre humanos y gigantes. Como tantos otros, supuse, por las palabras que el grandullón. De verdad, qué podía ser tan malo como para asustar a alguien tan enorme... Si hubiera podido sentir desesperación, en ese instante estaría mordiéndome las uñas y caminando en círculos sin parar. Podía ser paciente, pero odiaba no entender las cosas. Información, información, información. Eso era lo que necesitábamos y me sentía inútil por no saber cómo ni dónde conseguirlo.
Su barriga, no demasiado lejos del pecho donde yo estaba sentada, empezó a vibrar con cierta violencia. Las tripas se quejaban produciendo un ruido infernal, no en vano habíamos interrumpido su caza. O su pesca. Meh, lo que fuera. Me levanté tambaleante puesto que la vibración se extendía y llegaba hasta mí, y bajé hasta quedar cerca de su cabeza, donde estaba el chico con la katana que me había ayudado antes. Este, ni corto ni perezoso, ya sacaba un cacho de pan para darle a nuestro herido, a pesar de que para él el pedazo fuera lo que para nosotros una migaja. La intención es lo que cuenta, ¿no? Parecía un buen hombre, o eso decían sus actos.
-Desde luego te debo una. O unas cuantas... -susurré al posicionarme a su lado. Me dirigí al gigante: -¿Ves? No somos tan malos, es sólo que a veces nos equivocamos; yo soy la primera en admitir que errores cometo demasiados. Te ayudaremos a conseguir más comida si nos dices lo que sucede en la isla -intenté convencerlo para que soltara prenda y nos indicara el camino a seguir. Incluso traté de sonreírle, pero no estaba muy claro que me viera. -De hecho... -me giré hacia mis compañeros- algo habrá en el barco que podamos darle, ¿no? Como compensación. Aunque de todos modos no le llegará a mucho. Además, si hay algún médico quizás debería echarle un vistazo, sólo por si acaso.
Me iban a matar por todo eso, estaba claro. El médico no podría curar a tan gran escala y menos sin los materiales necesarios, lo único que conseguiríamos era quedarnos sin tiritas. Y la comida... Bueno, de alguna forma había que compensarlo. Todavía tenía la esperanza de que le sirviera con que cazáramos para él, o algo así.
Su barriga, no demasiado lejos del pecho donde yo estaba sentada, empezó a vibrar con cierta violencia. Las tripas se quejaban produciendo un ruido infernal, no en vano habíamos interrumpido su caza. O su pesca. Meh, lo que fuera. Me levanté tambaleante puesto que la vibración se extendía y llegaba hasta mí, y bajé hasta quedar cerca de su cabeza, donde estaba el chico con la katana que me había ayudado antes. Este, ni corto ni perezoso, ya sacaba un cacho de pan para darle a nuestro herido, a pesar de que para él el pedazo fuera lo que para nosotros una migaja. La intención es lo que cuenta, ¿no? Parecía un buen hombre, o eso decían sus actos.
-Desde luego te debo una. O unas cuantas... -susurré al posicionarme a su lado. Me dirigí al gigante: -¿Ves? No somos tan malos, es sólo que a veces nos equivocamos; yo soy la primera en admitir que errores cometo demasiados. Te ayudaremos a conseguir más comida si nos dices lo que sucede en la isla -intenté convencerlo para que soltara prenda y nos indicara el camino a seguir. Incluso traté de sonreírle, pero no estaba muy claro que me viera. -De hecho... -me giré hacia mis compañeros- algo habrá en el barco que podamos darle, ¿no? Como compensación. Aunque de todos modos no le llegará a mucho. Además, si hay algún médico quizás debería echarle un vistazo, sólo por si acaso.
Me iban a matar por todo eso, estaba claro. El médico no podría curar a tan gran escala y menos sin los materiales necesarios, lo único que conseguiríamos era quedarnos sin tiritas. Y la comida... Bueno, de alguna forma había que compensarlo. Todavía tenía la esperanza de que le sirviera con que cazáramos para él, o algo así.
Theo Thawne
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Akuma no mi
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Al final, Bya derrumbó la puerta. Theo entró tras él y vieron la criatura que roncaba. Era... era... ¿Qué era? Theo no sabía lo que era, pero sin duda... era...
- ¡¡¡OOOOOOOOH!!! -Dijo poniéndose las manos en la mejillas, mostrando su lado mas femenino al ver a una criatura tan mona.
Bya le dejó algo de comer y Theo se acercó, con mucho cuidado. Se puso de cuclillas a una distancia razonable de la criatura, por si acaso era peligrosa, aunque era bien bonita. Tras observar un rato a la criatura se levantó y se dispuso a preguntar a Bya que harían ahora, pero se encontró a este con el torso desnudo. Theo recordó cierta noche y momento, se sonrojó y se puso las manos en la cara, intentando no mirarle.
"Ay, dios..."
Miró al techo y luego a Yoko la cual preguntó cuanto tiempo estarían. Theo quiso añadir su duda a aquella pregunta, pero se calló y apartó la mirada. Ya no le caía bien a Yoko como para hablar después de ella. Seguro que se lo tomaba a mal y le caería peor...
- ¡¡¡OOOOOOOOH!!! -Dijo poniéndose las manos en la mejillas, mostrando su lado mas femenino al ver a una criatura tan mona.
Bya le dejó algo de comer y Theo se acercó, con mucho cuidado. Se puso de cuclillas a una distancia razonable de la criatura, por si acaso era peligrosa, aunque era bien bonita. Tras observar un rato a la criatura se levantó y se dispuso a preguntar a Bya que harían ahora, pero se encontró a este con el torso desnudo. Theo recordó cierta noche y momento, se sonrojó y se puso las manos en la cara, intentando no mirarle.
"Ay, dios..."
Miró al techo y luego a Yoko la cual preguntó cuanto tiempo estarían. Theo quiso añadir su duda a aquella pregunta, pero se calló y apartó la mirada. Ya no le caía bien a Yoko como para hablar después de ella. Seguro que se lo tomaba a mal y le caería peor...
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Akuma no mi
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Al observó con detenimiento a aquel hombre. Al igual que Arthur, también hablaba solo. Sin embargo, una voz le respondía, al parecer desde su tupé. Era una completa y total incoherencia médica que un tupé hablara, aunque no era la única en aquel tipo. Por algún motivo, tenía la boca en una mejilla, dando un aspecto grotesco a lo que en un principio parecía un completo y total ser supremo. Pero sólo era un engendro clínico o un extraño usuario de Akuma no mi que... ¿Le permitía mover partes de su cuerpo a otros lados? A saber, teniendo en cuenta su estructura corporal era posible, aunque era tremendamente raro y daba muy mal rollo.
Podría haber sido peor... Y lo fue. Al parecer el tipo era completamente hostil, pero por suerte era contra Jack, que terminó peinado gracias a un lanzamiento de peine asombrosamente preciso. Parecía que el aspecto pirata de Jack no era excesivamente agradable para el resto de la gente, aunque en cierto modo era normal; Jack sólo se arreglaba de pascuas a ramos, si es que lo hacía, y llegaba a parecer un verdadero filibustero... Bueno, más o menos. La cuestión era que todo el mundo sentía hostilidad al principio por Jack, algo que no estaba mal del todo pero robaba protagonismo a Arthur. Aquello era imperdonable. Desenvainó un par de centímetros de Kujaku O, preparando su mano izquierda para alcanzar a Fuego.
-Tú, identifícate. Has agredido a un miembro de la marina y eso implica una afrenta contra el artículo 1234 párrafo 5 línea 6, apéndice 7 del código penal del Gobierno Mundial, penado con multas de entre medio millón y tres millones de Berries, y prisión de 6 meses a dos años, además de enfrentarte al caballito- hizo una pausa, recuperando aire y mirando a Arthur con una sonrisa. Sí, el caballito-. Pero tienes una oportunidad de librarte de todo salvo el caballito. ¿Qué haces en esta isla? ¿Dónde está el arma? ¿Por qué desprendes un aura de gloria tan poderosa?
Se quedó pensando un momento, esperando reacción de su tropa. ¿Qué pasaría a continuación?
Podría haber sido peor... Y lo fue. Al parecer el tipo era completamente hostil, pero por suerte era contra Jack, que terminó peinado gracias a un lanzamiento de peine asombrosamente preciso. Parecía que el aspecto pirata de Jack no era excesivamente agradable para el resto de la gente, aunque en cierto modo era normal; Jack sólo se arreglaba de pascuas a ramos, si es que lo hacía, y llegaba a parecer un verdadero filibustero... Bueno, más o menos. La cuestión era que todo el mundo sentía hostilidad al principio por Jack, algo que no estaba mal del todo pero robaba protagonismo a Arthur. Aquello era imperdonable. Desenvainó un par de centímetros de Kujaku O, preparando su mano izquierda para alcanzar a Fuego.
-Tú, identifícate. Has agredido a un miembro de la marina y eso implica una afrenta contra el artículo 1234 párrafo 5 línea 6, apéndice 7 del código penal del Gobierno Mundial, penado con multas de entre medio millón y tres millones de Berries, y prisión de 6 meses a dos años, además de enfrentarte al caballito- hizo una pausa, recuperando aire y mirando a Arthur con una sonrisa. Sí, el caballito-. Pero tienes una oportunidad de librarte de todo salvo el caballito. ¿Qué haces en esta isla? ¿Dónde está el arma? ¿Por qué desprendes un aura de gloria tan poderosa?
Se quedó pensando un momento, esperando reacción de su tropa. ¿Qué pasaría a continuación?
Rocket Raccoon
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- Subiré si me da la gana, estúpido simio.
El mapache se movió tras él, no sin antes echar una última mirada hacía atrás. Entró por la puerta y empezó a subir las escaleras a cuatro patas, adelantando a Sansu bajo sus piernas y subiendo a toda velocidad. En un momento, paró y miró hacía abajo en las escaleras.
- ¿Subes o qué?
Rió y miró arriba, aún preguntándose de que demonios habría arriba y que harían si era algo peligroso. Rocket lo sabía muy bien. Destruirlo. O dominarlo. Sí, dominarlo era lo mejor.
El mapache se movió tras él, no sin antes echar una última mirada hacía atrás. Entró por la puerta y empezó a subir las escaleras a cuatro patas, adelantando a Sansu bajo sus piernas y subiendo a toda velocidad. En un momento, paró y miró hacía abajo en las escaleras.
- ¿Subes o qué?
Rió y miró arriba, aún preguntándose de que demonios habría arriba y que harían si era algo peligroso. Rocket lo sabía muy bien. Destruirlo. O dominarlo. Sí, dominarlo era lo mejor.
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-Parezco... una puta... ¡Prostituta!- grito, en medio del bosque, mientras avanzo por la maleza junto al imbécil de mi hermano y mi futura amiguita. No me importa ir por el bosque, y mis tacones de aguja son perfectamente funcionales en terreno escarpado, además de que ir tan fresca es gratificante, especialmente en el escote, que siempre me acaloro lo innombrable, pero estoy en ¡puta lencería de encaje por el puto monte! Sin embargo será gracioso cuando Derek se de cuenta de que su hermanita va medio desnuda por ahí. Nunca me había interesado ir más allá en este aspecto, pero la verdad es que casi tengo ganas de soltar una carcajada por la ara que pondrá ese inútil.
Y cuando la situación no podía ser más absurda, aparece una lechuga con patas. maravilloso. Lu intenta acercarse a olisquear, pero no le dejo. Quién sabe las enfermedades que traerá ese bicho encima. Y además el muy asqueroso pone cara de enfado. Me da repelús. Enfadada tendría que estar yo, que Derek me quita las ganas hasta de echar un polvo. En fin, necesito desfogar este desasosiego interno que tengo con algo, así que me preparo para darle una patada. Me voy acercando lentamente, levanto la pierna derecha y trato de darle un puntapié en el último momento, transformando mi pierna en titanio. Darle a Derek, claro. Ese bicho es peligroso, y yo no me llevo bien con los animales, claro está con Derek. Apunto a su mano intentando rompérsela o algo. quién sabe. En fin, hora de actuar. Tengo que parecer dulce e inocen...
-¿Pero se puede saber qué cojones te pasa, enano mental? ¿Por qué te pones en medio cuando intento apartar al bicho? ¿Es que quieres que nos mate y nos viole? Ni que el adicto al sexo fueras tú. ¡Pedazo de anormal!
Dicho eso me marcho, o lo intento, tratando de ignorar al perro fruta que hay por ahí. Lu está a mi lado, aunque sigue con curiosidad por el bicho ese... Tal vez luego le deje olerlo, cuando ese estúpido se lo cargue. Qué duro es ayudar al inepto de mi hermano.
-¿Vamos o qué? Me va a coger el frío.
Al menos llevo ropa interior, eso ya es algo.
Y cuando la situación no podía ser más absurda, aparece una lechuga con patas. maravilloso. Lu intenta acercarse a olisquear, pero no le dejo. Quién sabe las enfermedades que traerá ese bicho encima. Y además el muy asqueroso pone cara de enfado. Me da repelús. Enfadada tendría que estar yo, que Derek me quita las ganas hasta de echar un polvo. En fin, necesito desfogar este desasosiego interno que tengo con algo, así que me preparo para darle una patada. Me voy acercando lentamente, levanto la pierna derecha y trato de darle un puntapié en el último momento, transformando mi pierna en titanio. Darle a Derek, claro. Ese bicho es peligroso, y yo no me llevo bien con los animales, claro está con Derek. Apunto a su mano intentando rompérsela o algo. quién sabe. En fin, hora de actuar. Tengo que parecer dulce e inocen...
-¿Pero se puede saber qué cojones te pasa, enano mental? ¿Por qué te pones en medio cuando intento apartar al bicho? ¿Es que quieres que nos mate y nos viole? Ni que el adicto al sexo fueras tú. ¡Pedazo de anormal!
Dicho eso me marcho, o lo intento, tratando de ignorar al perro fruta que hay por ahí. Lu está a mi lado, aunque sigue con curiosidad por el bicho ese... Tal vez luego le deje olerlo, cuando ese estúpido se lo cargue. Qué duro es ayudar al inepto de mi hermano.
-¿Vamos o qué? Me va a coger el frío.
Al menos llevo ropa interior, eso ya es algo.
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De golpe, el hombre del bañador se levantó y tumbó al oso de una hostia. Me quedé con la boca abierta en algo que parecía un eterno:
- Eeeeeeeeeeeeh...
Y aquello no fue todo. El hombre se acercó a mí, me golpeó el hombro y un dolor atroz me recorrió el brazo seguido de un fuerte grito de mi persona.
"Será... bruto... Seguro que lo ha dislocado..."
Y así era. Era algo novato en medicina pero había hecho ya mis pequeños pasos y conocía los síntomas de un brazo dislocado. Mi brazo estaba colgando y el mínimo intento de moverlo hacía que doliese horrores y ni siquiera lo conseguía. En efecto, estaba dislocado. Incluso pensé en recolocarmelo yo mismo pero... Mi experiencia era muy poca y, un mal movimiento, podría joderme aún mas el brazo. Miré alrededor, no había ningún peligro, así que podía buscar ayuda. Me acerqué al tipo del bañador, con cuidado y la guadaña en la mano buena, la derecha. Me puse la guadaña en la espalda y le pregunté:
- Perdona. Gracias por su ayuda. Me presento, soy Mist Legim Sbun. ¿Sabe usted donde puedo encontrar un médico?
- Eeeeeeeeeeeeh...
Y aquello no fue todo. El hombre se acercó a mí, me golpeó el hombro y un dolor atroz me recorrió el brazo seguido de un fuerte grito de mi persona.
"Será... bruto... Seguro que lo ha dislocado..."
Y así era. Era algo novato en medicina pero había hecho ya mis pequeños pasos y conocía los síntomas de un brazo dislocado. Mi brazo estaba colgando y el mínimo intento de moverlo hacía que doliese horrores y ni siquiera lo conseguía. En efecto, estaba dislocado. Incluso pensé en recolocarmelo yo mismo pero... Mi experiencia era muy poca y, un mal movimiento, podría joderme aún mas el brazo. Miré alrededor, no había ningún peligro, así que podía buscar ayuda. Me acerqué al tipo del bañador, con cuidado y la guadaña en la mano buena, la derecha. Me puse la guadaña en la espalda y le pregunté:
- Perdona. Gracias por su ayuda. Me presento, soy Mist Legim Sbun. ¿Sabe usted donde puedo encontrar un médico?
Rylanor
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Kai se llevó una mano a la cara y suspiró. Tenía a un Vicealmirante idiota que se inventaba códigos penales y castigos absurdos, un recluta despeinado, un chiflado con un tupé y Arthur. Sin duda Arthur era el peor de todos, joder, ¿cómo se podía llegar a ser tan bajito? Aquella figura... ese pelo... claramente rezumaba maldad. ¿Cómo se podía acumular tanto en un espacio tan reducido sin estallar? Kai sacudió la cabeza y apartó la mirada del pelirrojo. "Deja de distraerte." Aquel tipo debía ser hostil, así que era hora de poner en marcha su plan. Dio un salto hacia atrás y se situó a tres metros de su posición original. Se agarró el brazo derecho con la mano izquierda y dijo:
- ¡Cubridme! Si se pone violento, me encargaré de él. Emplearé mi nueva técnica.
Comenzó a canalizar energía hacia su mano, concentrándose. Al tiempo que lo hacía, la imbuyó en haki de manera preventiva. Red Sword era una técnica de doble filo... literalmente. Imbuía la mano en energía cortante de alta potencia, tanto que dañaba la propia mano del usuario. El busoushoku ayudaba a reducir los daños... pero durante poco tiempo. Para maximizar la potencia de la técnica, debía canalizar su haki a través de la energía, lo que hacía que esta le dañara igualmente. El truco consistía en hacerlo sólo en el momento del golpe. Sin embargo, hasta aquello instantes bastarían para que saliera dañado.
- Tú, el del tupé, te he hablado. ¡Identifícate y contéstanos, o asumiremos que eres un enemigo!
La actitud del marine había cambiado. Ahora su mirada se había vuelto seria, y hasta parecía que su cuerpo era más esbelto. Y de hecho, así era. Estaba activando su Segundo Camino, que sacrificaba parte de su fuerza para aumentar su velocidad y agilidad. Un aura rojiza comenzó a brotar de su cuerpo, adoptando una forma que recordaba a la de una llama. Aquella otra técnica era su Flaming Mode, un estado del Sokudan que potenciaba todas las cualidades físicas ligeramente. De repente de su mano derecha comenzaron a brotar chispas rojas. Pronto su técnica estaría lista. De hecho, de haber querido, podría haberla lanzado ya. Sin embargo prefería esperar y lanzarla en cuanto estuviera a máxima potencia. De repente, los ojos de Kai se volvieron dorados, y su expresión serena. Era su Sexto Camino.
- Es tu última oportunidad - dijo, con voz calmada - Si nos obligas a emplear la fuerza, no garantizo tu supervivencia.
Su voz sonó totalmente diferente. ¿Sería sólo el tono, o habría algo más? Parecía más maduro y confiado que antes.
- ¡Cubridme! Si se pone violento, me encargaré de él. Emplearé mi nueva técnica.
Comenzó a canalizar energía hacia su mano, concentrándose. Al tiempo que lo hacía, la imbuyó en haki de manera preventiva. Red Sword era una técnica de doble filo... literalmente. Imbuía la mano en energía cortante de alta potencia, tanto que dañaba la propia mano del usuario. El busoushoku ayudaba a reducir los daños... pero durante poco tiempo. Para maximizar la potencia de la técnica, debía canalizar su haki a través de la energía, lo que hacía que esta le dañara igualmente. El truco consistía en hacerlo sólo en el momento del golpe. Sin embargo, hasta aquello instantes bastarían para que saliera dañado.
- Tú, el del tupé, te he hablado. ¡Identifícate y contéstanos, o asumiremos que eres un enemigo!
La actitud del marine había cambiado. Ahora su mirada se había vuelto seria, y hasta parecía que su cuerpo era más esbelto. Y de hecho, así era. Estaba activando su Segundo Camino, que sacrificaba parte de su fuerza para aumentar su velocidad y agilidad. Un aura rojiza comenzó a brotar de su cuerpo, adoptando una forma que recordaba a la de una llama. Aquella otra técnica era su Flaming Mode, un estado del Sokudan que potenciaba todas las cualidades físicas ligeramente. De repente de su mano derecha comenzaron a brotar chispas rojas. Pronto su técnica estaría lista. De hecho, de haber querido, podría haberla lanzado ya. Sin embargo prefería esperar y lanzarla en cuanto estuviera a máxima potencia. De repente, los ojos de Kai se volvieron dorados, y su expresión serena. Era su Sexto Camino.
- Es tu última oportunidad - dijo, con voz calmada - Si nos obligas a emplear la fuerza, no garantizo tu supervivencia.
Su voz sonó totalmente diferente. ¿Sería sólo el tono, o habría algo más? Parecía más maduro y confiado que antes.
Xiba Jundo
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___________________________________________________________________________________________*Clic* Aunque tal vez el sonido sea como *Spun*, como sea, imagináis el sonido que se produciría en cuanto el marine saque unas esposas y las estire. Porque es lo que hizo, al parecer no se creyó ni un pelo de la milonga que le solté. Era de esperar, nadie con dos dedos de frente se lo creería, además de que ese muchacho llevaba gafas... Y la gente con gafas suele ser más lista... No eso no es así, en realidad la gente con gafas suelen tender a ser más irresponsables por causarles problemas a los ojos hasta el punto de necesitar lentes para poder diferenciar una manzana de una pistola. Pero también debo aclarar que muchas veces no es culpa de la persona, así que no podemos meter a todo el mundo en el mismo saco... Dejemos el tema de la gente con gafas por ahora, es un misterio del cual podemos prescindir respuesta por un tiempo, aunque, ¿por qué estábamos hablando de la etiqueta que tiene la gente que porta unos cristales para ver? Volvamos a lo que estábamos.
Pues bien el marine tenía toda la pinta de querer arrestarme. -Oye amigo, esto se podría solucionar de otra manera... -Le dije con las dos manos levantadas a la altura de mi cara a modo de intentar hacerle ver que no tenía ganas de pelear. Sin embargo aquello no pareció importarle y se empezó a dirigir hacia mi. Al notar su impasividad, la cara inocente me cambió, y me puse serio -sí, a veces puedo ponerme serio-. Chasqueé los dedos y de entre una oscuridad formada por mis manos, de manera casi invisible salió mi vara. La necesitaría en caso de pelea. Me puse en posición, no me gustaría alargar esto mucho, y me ayudaría de la niebla que se encontraba en el ambiente desde hacía ya unos minutos. Me dispuse a dar el primer paso, o el segundo, cuando de pronto, cayó un rayo.
Un rayo, ¿de dónde carajos había salido? ¿iba a haber tormenta? Ni papa, ni me había enterado. Debería de hacerle más caso a la meteorología. Lo malo no es que cayera un rayo o que fuese a haber alguna tormentita o lluvia -bueno, un poco sí-, lo malo era que ese rayos había tocado parte de la cubierta dejándola destrozada, a la vez que hacía ceder el mástil del barco haciendo que este se viniera abajo. -Oh, mierda. -Mascullé en cuanto lo vi. Esto nos iba a traer bastantes problemas. Faltaba nah y menos para llegar a tierra, pero hasta que nos lleguemos bien a tierra yo no podré llegar a la isla, mis habilidades me impedían nadar. Tenía que hacer algo con esto. No sólo por mi, sino porque había muchos inocentes en el barco que podrían acabar mal si esto no se arreglaba. Podría intentar arreglar parte de la cubierta con el material del otro lado que aún residía en en interior de mi boca oscura -así es como lo llamo-. Lo jodido realmente era lo del mástil. -Escucha, dejemos lo de puta detención para más tarde, tenemos que ponernos con lo que acaba de pasar, o sino todos tendremos problemas. ¿Hay velas de repuesto? Deben de estar en alguna parte del navío, el problema es que no sé dónde están. Mira, puedes creerme o no, pero quiero ayudar, y mi me trajeras esas velas serías de una gran ayuda. Avisa a tus compañeros para que se reúnan en el mástil y en cubierta, y también para que te ayuden a traer todo tipo de vela que tengáis. No te voy a decir más, estamos perdiendo tiempo, nos vemos en el mástil caído. -Dije antes de salir corriendo hacia la dirección citada. ¿Que para qué quería las velas? Puede que no tenga muchas luces y que no sea lo mejor, pero las aguas del Nuevo Mundo siempre son peligrosas, y por poco que quede hasta la isla preferiría no tener que ir en bote y arreglar esto. Y para eso las velas, tenía pensado levantar el mástil con los marines y unirlo con su otra parte mediante las velas. De esta forma se podría sobrevivir hasta llegar a tierra, donde ahí el verdadero carpintero del barco debería de hacer sus "trucos de magia". La cubierta iré arreglándola mientras tanto como pueda con el material que saqué del otro lado.
Llegué al lugar donde el rayó hizo de las suyas. El estropicio en cubierta era demasiado grande, y no me iba a bastar con lo que tenía. -Bueno, lo haré por el bien de todos... -Murmuré para mi, y dándome la vuelta volví a absorber parte del piso del barco hacia mi interior, hasta dejar un boquete aún mayor que el primero que hice. Me "tragué" de nuevo mi vara, y a continuación me dispuse a absorber los destrozos que era irreversibles y que hacían tapones e impedían mi buen funcionamiento, para ahora ya expulsar con mi otro brazo los trozos del piso del barco, uniendo poco a poco lo que se destruyó en la cubierta. Si todo iba bien, y los marines tenían un poco de fe en mi, podríamos solucionar las dos cosas.
Pero también tendría que pensar en cómo escapar una vez las cosas se calmen... Seguramente me toque salir por patas, pero esperemos que no. En fin, diosito, ayúdanos a salir de esta, ya empezaba a notar bastante movimiento en el barco, tambaleos y juegos de equilibrio me ayudaban a quedarme de pie...
Pues bien el marine tenía toda la pinta de querer arrestarme. -Oye amigo, esto se podría solucionar de otra manera... -Le dije con las dos manos levantadas a la altura de mi cara a modo de intentar hacerle ver que no tenía ganas de pelear. Sin embargo aquello no pareció importarle y se empezó a dirigir hacia mi. Al notar su impasividad, la cara inocente me cambió, y me puse serio -sí, a veces puedo ponerme serio-. Chasqueé los dedos y de entre una oscuridad formada por mis manos, de manera casi invisible salió mi vara. La necesitaría en caso de pelea. Me puse en posición, no me gustaría alargar esto mucho, y me ayudaría de la niebla que se encontraba en el ambiente desde hacía ya unos minutos. Me dispuse a dar el primer paso, o el segundo, cuando de pronto, cayó un rayo.
Un rayo, ¿de dónde carajos había salido? ¿iba a haber tormenta? Ni papa, ni me había enterado. Debería de hacerle más caso a la meteorología. Lo malo no es que cayera un rayo o que fuese a haber alguna tormentita o lluvia -bueno, un poco sí-, lo malo era que ese rayos había tocado parte de la cubierta dejándola destrozada, a la vez que hacía ceder el mástil del barco haciendo que este se viniera abajo. -Oh, mierda. -Mascullé en cuanto lo vi. Esto nos iba a traer bastantes problemas. Faltaba nah y menos para llegar a tierra, pero hasta que nos lleguemos bien a tierra yo no podré llegar a la isla, mis habilidades me impedían nadar. Tenía que hacer algo con esto. No sólo por mi, sino porque había muchos inocentes en el barco que podrían acabar mal si esto no se arreglaba. Podría intentar arreglar parte de la cubierta con el material del otro lado que aún residía en en interior de mi boca oscura -así es como lo llamo-. Lo jodido realmente era lo del mástil. -Escucha, dejemos lo de puta detención para más tarde, tenemos que ponernos con lo que acaba de pasar, o sino todos tendremos problemas. ¿Hay velas de repuesto? Deben de estar en alguna parte del navío, el problema es que no sé dónde están. Mira, puedes creerme o no, pero quiero ayudar, y mi me trajeras esas velas serías de una gran ayuda. Avisa a tus compañeros para que se reúnan en el mástil y en cubierta, y también para que te ayuden a traer todo tipo de vela que tengáis. No te voy a decir más, estamos perdiendo tiempo, nos vemos en el mástil caído. -Dije antes de salir corriendo hacia la dirección citada. ¿Que para qué quería las velas? Puede que no tenga muchas luces y que no sea lo mejor, pero las aguas del Nuevo Mundo siempre son peligrosas, y por poco que quede hasta la isla preferiría no tener que ir en bote y arreglar esto. Y para eso las velas, tenía pensado levantar el mástil con los marines y unirlo con su otra parte mediante las velas. De esta forma se podría sobrevivir hasta llegar a tierra, donde ahí el verdadero carpintero del barco debería de hacer sus "trucos de magia". La cubierta iré arreglándola mientras tanto como pueda con el material que saqué del otro lado.
Llegué al lugar donde el rayó hizo de las suyas. El estropicio en cubierta era demasiado grande, y no me iba a bastar con lo que tenía. -Bueno, lo haré por el bien de todos... -Murmuré para mi, y dándome la vuelta volví a absorber parte del piso del barco hacia mi interior, hasta dejar un boquete aún mayor que el primero que hice. Me "tragué" de nuevo mi vara, y a continuación me dispuse a absorber los destrozos que era irreversibles y que hacían tapones e impedían mi buen funcionamiento, para ahora ya expulsar con mi otro brazo los trozos del piso del barco, uniendo poco a poco lo que se destruyó en la cubierta. Si todo iba bien, y los marines tenían un poco de fe en mi, podríamos solucionar las dos cosas.
Pero también tendría que pensar en cómo escapar una vez las cosas se calmen... Seguramente me toque salir por patas, pero esperemos que no. En fin, diosito, ayúdanos a salir de esta, ya empezaba a notar bastante movimiento en el barco, tambaleos y juegos de equilibrio me ayudaban a quedarme de pie...
Sawn
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Akuma no mi
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No nos podíamos deshacer de la niebla que había dejado KO a casi todos los compañeros que nos acompañaban en la misión. Por ese tema me entretuve ayudándolos a que la niebla no acabase con ellos. Cuando terminé pulse un botón en el timón que abrió una compuerta que sacó un Waver, cual utilicé en mi primera misión. No podía compartir palabras con mi capitán en esos momentos, me sentía mal haberle hecho esperar. Suspiré, salté del barco y subí al Waver. Lo encendí y aceleré sin superar la velocidad de mi capitán. Por el camino Pude ver que la niebla que había conseguido absorber mi capitán volvió a inundar el espacio, volviendo al mismo tiempo el calor, menos mal que había cogido un par de botellas de agua.
Las gotas de sudor no paraban de brotar de mi frente, no podía soportar que alguna rozase la parte del ojo sin llegar a entrar. Me limité a seguir los pasos de mi capitán hasta nuevas órdenes, no me encontraba en estado de hacer muchas cosas.
Las gotas de sudor no paraban de brotar de mi frente, no podía soportar que alguna rozase la parte del ojo sin llegar a entrar. Me limité a seguir los pasos de mi capitán hasta nuevas órdenes, no me encontraba en estado de hacer muchas cosas.
Gareth Silverwing
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-¡Lo sabía es la gomina! Me llamaste loco, pero tenía razón - Exclamó Zinogre.
-Si, y puede que también sean locuras de ese tío raro ¿Tu lo has visto? habla con su tupé.- Le contesté con voz escéptica.
-Y tú estás hablando con tu colgante no sé quien parece el más loco de los dos.- Me dijo con una voz más calmada.
-"En fin, me dejaré de tonterías y los ayudaré, parece que la situación se está descontrolando y Al ya está amenazando con el caballito"- Le dije mentalmente, hace poco que sabía que le podía hacer eso, pasó bastante tiempo hasta que descubrí que no me hacía falta hablar en voz alta para que me escuchase.
Con actitud serena me situé entre mi grupo y el rubio extraño que estaba delante de nosotros. Su actitud les había parecido hostil y eso les había alterado un poco, Jack había intentado peinarse con unos resultados bastante pobres, Al se empezaba a inventar el código penal incluido el castigo del caballito (Castigo el cual no me agradaba mucho pero admitía que era... eficaz) y Kai comenzaba a echar chispas... literalmente.
-Muy bien muchachos, Señor, con el debido respeto, será mejor que nos calmemos un poco, no creo que esto se pueda considerar agresión, si podemos evitar un conflicto mejor.- Dije con una actitud serena impropia de mí.
Me di la vuelta para encarar al rubio del tupé, mirando directamente a los ojos que suponía que se encontraban detrás de las gafas de sol con una expresión severa. Me acerqué unos pasos hasta quedar a escasos dos metros de él, haciendo todavía más patente la diferencia de altura entre nosotros.
-Como dicen mis compañeros será mejor que te... os identifiquéis si no queréis tener problemas. En caso contrario me veré obligado a enfrentarte, no necesito el poder de la gomina, mi estilo... es mas que suficiente.- Dije con una voz serena y confiada.
Acto seguido me lleve las manos al pelo, enfriándolas para acumular la humedad del ambiente en ellas. Me peiné hacia atrás todo el pelo que cubría parte de mi cara mostrando todo mi rostro hasta la frente, mientras tanto usaba la humedad del pelo como gomina y la congelaba parcialmente a modo de fijador, dejando en mi pelo un brillo y un estilo envidiable.
-Sin duda estás loco- Dijo Zinogre en mi cabeza.
-Si quiere enfrentarse con estilo lo enfrentaré con todo el que tengo- Contesté mentalmente.
-Si, y puede que también sean locuras de ese tío raro ¿Tu lo has visto? habla con su tupé.- Le contesté con voz escéptica.
-Y tú estás hablando con tu colgante no sé quien parece el más loco de los dos.- Me dijo con una voz más calmada.
-"En fin, me dejaré de tonterías y los ayudaré, parece que la situación se está descontrolando y Al ya está amenazando con el caballito"- Le dije mentalmente, hace poco que sabía que le podía hacer eso, pasó bastante tiempo hasta que descubrí que no me hacía falta hablar en voz alta para que me escuchase.
Con actitud serena me situé entre mi grupo y el rubio extraño que estaba delante de nosotros. Su actitud les había parecido hostil y eso les había alterado un poco, Jack había intentado peinarse con unos resultados bastante pobres, Al se empezaba a inventar el código penal incluido el castigo del caballito (Castigo el cual no me agradaba mucho pero admitía que era... eficaz) y Kai comenzaba a echar chispas... literalmente.
-Muy bien muchachos, Señor, con el debido respeto, será mejor que nos calmemos un poco, no creo que esto se pueda considerar agresión, si podemos evitar un conflicto mejor.- Dije con una actitud serena impropia de mí.
Me di la vuelta para encarar al rubio del tupé, mirando directamente a los ojos que suponía que se encontraban detrás de las gafas de sol con una expresión severa. Me acerqué unos pasos hasta quedar a escasos dos metros de él, haciendo todavía más patente la diferencia de altura entre nosotros.
-Como dicen mis compañeros será mejor que te... os identifiquéis si no queréis tener problemas. En caso contrario me veré obligado a enfrentarte, no necesito el poder de la gomina, mi estilo... es mas que suficiente.- Dije con una voz serena y confiada.
Acto seguido me lleve las manos al pelo, enfriándolas para acumular la humedad del ambiente en ellas. Me peiné hacia atrás todo el pelo que cubría parte de mi cara mostrando todo mi rostro hasta la frente, mientras tanto usaba la humedad del pelo como gomina y la congelaba parcialmente a modo de fijador, dejando en mi pelo un brillo y un estilo envidiable.
-Sin duda estás loco- Dijo Zinogre en mi cabeza.
-Si quiere enfrentarse con estilo lo enfrentaré con todo el que tengo- Contesté mentalmente.
- Peinado de Arthur:
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Conforme subía en su forma híbrida el joven de gafas comenzaba a notar algo de cansancio en el cuerpo, algo poco habitual en él, sobre todo en tan poco tiempo. El chico lo achacó a la altura y a la escasa asimilación de oxígeno a esas alturas por culpa por el descenso de la presión atmosférica y a la mayor fuerza de la gravedad, pero no era para agotarse tan repentinamente. Entre medias de sus pensamientos su capitán, Frang, le da una especie de empanadilla, sin fijarse siquiera en la apariencia de Holden, pues no hace comentario alguno más que se coma esa empanadilla para recuperar fuerzas, al mismo tiempo que alcanzan una zona en la que se puede ver un edificio de color negracon una gran puerta a la que Eoghan se acercó buscando seguramente alguna pista sobre lo que guardaría el edificio, pero no pareció encontrar nada que le indicara lo que guardaba.
Ante las palabras de su capitán el joven vuelve a su forma humana y se une a su capitán internándose con él en el edificio, allí podrían descansar algo más relajados pues no estarían a la merced de las inclemencias climáticas de la zona, al menos no tanto como si descansaran en el exterior. Pero Rowan no entró como así, sino con una mano en las cercanias de su hacha por si la necesitara.
Ante las palabras de su capitán el joven vuelve a su forma humana y se une a su capitán internándose con él en el edificio, allí podrían descansar algo más relajados pues no estarían a la merced de las inclemencias climáticas de la zona, al menos no tanto como si descansaran en el exterior. Pero Rowan no entró como así, sino con una mano en las cercanias de su hacha por si la necesitara.
Derian Markov
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Derian se quedó quieto mientras el ángel le sanaba las heridas. Aquello era bueno. Y mejor noticia era aun que parecía que al beber sangre sus heridas se habían empezado a regenerar ligeramente más rápido de lo habitual. No era un ritmo suficiente como para ser de gran utilidad en combate, pero tal vez sí para recuperarse entre batalla y batalla si cazaba al número de presas suficientes. "Debería hacer un experimento. Tal vez un número entre veinticinco y quinientas estaría bien." La verdad, había tenido suerte de encontrarse a aquel ángel. Conociendo a Alex, tal vez le hubiese metido una colmena en el estómago antes de cosérselo, o algo peor. Había hecho un trabajo muy bueno con el médico. Tal vez demasiado bueno. A veces era sádico hasta para la opinión del vampiro. "Y pensar que cuando lo recogí era una presa normal y corriente que se asustaba al ver peleas... ay, qué rápido crecen." pensó, con cierta nostalgia que no transmitió con su actitud. Observó al doctor hablar con el ángel, con cierta indiferencia. Como acostumbraba, comenzó a atacar verbalmente a Derian. Alex era de las pocas personas junto con Nat a las que toleraba aquella clase de actitud.
- Os doy las gracias por vuestra ayuda, Kyle. Nuestra deuda está saldada. De todos modos, si algún día visitáis la isla de Hallstat, seréis bien recibido. Lord Derian no olvida a quienes le ayudan.
Observó la destrozada coraza por unos momentos, con una mirada un tanto frustrada. "Necesito una armadura de verdad ya, no estas baratijas. Ha llegado un punto en que rompo una por combate." Pensó. Observó su destrozada chaqueta, y suspiró. No es que le molestase ir exhibiendo su esbelto cuerpo o la temperatura en sí, pero había una serie de convenciones sociales que debía cumplir. Sin ropa, el tronco del vampiro se revelaba tan pálido como el resto de su piel, y dejando a parte las heridas en proceso de curarse, tenía la piel totalmente tersa y sin imperfecciones. No era corpulento, de hecho era más bien delgado y bien proporcionado, con los músculos ligeramente marcados. Entró en el interior del barco, y se dirigió a la maleta donde guardaba su equipaje. "Una chaqueta menos" pensó, algo enfadado. Como noble que era estaba acostumbrado vivir teniendo siempre ropa, dinero y comodidades. Por otro lado, como viajero y aventurero se había acostumbrado a carecer de las tres cosas. Pero una cosa era carecer de ello sabiendo que en el siguiente puerto podría obtenerlas de nuevo, y otra haberse convertido en un vagabundo sin castillo, tierras ni barco. De hecho empezaba a quedarse sin ropa, a medida se le iba rompiendo o quedando inservible de manchas de sangre (normalmente de otros). Finalmente optó por una camisa algo vieja pero elegante, con una chaqueta de frac por encima y su última gabardina. Ya había asumido que se rompería. En fin, tendría que ir a comprar ropa en el siguiente puerto, costara lo que costara. Se cambió también los pantalones y la ropa interior, pues estaban empapados de sangre, pero se dejó los botines. De ponerse otro calzado no tendría dónde ocultar su cuchillo.
Salió de nuevo a fuera, alisándose con cuidado la ropa para que le quedase bien puesta. Se colocó también a Vanator bien. La espada le daba un aire elegante y señorial con aquella ropa... lo que le gustaba mucho. Había tenido que hacer un esfuerzo voluntario para dejar de mirar al espejo. Fuese como fuese, llevar un aspecto presentable era importante para alguien de su clase. Es decir, para un cazador cualquiera el aspecto podía ser algo de menor importancia, y Derian podía respetar eso, pero él era un noble. Debía mantener cierta imagen y algo de decoro. Estaba sumido en aquellos pensamientos cuando Nemo se le acercó y le insinuó que si estaba cansado podía llevarlo volando él. El vampiro no le contestó inmediatamente. Clavó sus ojos en los del empresario, dedicándole una mirada fría como el hielo, cargada del más profundo desprecio y desdén. La mantuvo durante unos tensos segundos, mientras una niebla tétrica comenzó a inundar el barco, y la sombra del vampiro se alargó. Derian estaba quieto y en calma, pero si alguien se fijaba en su sombra vería en que esta mostraba al vampiro con una espada en la mano.
- ¿Ayuda? - dijo, con cortesía cargada de frialdad - Pronto veréis, mi buen Nemo, que por más que combata posiblemente acabaríais vos antes inmóvil de puro agotamiento de tan sólo caminar que yo de pelear. No necesitaré de vuestra asistencia, gracias.
Se dio la vuelta, ignorando al hombre, y la niebla desapareció. Su sombra también volvió a la normalidad. Acercándose a la borda, observó el espectáculo de relámpagos. A pesar de la niebla, podía ver las luces de estos y escuchar los truenos. Se dedicó a medir el tiempo que pasaba entre el relámpago y el trueno por puro entretenimiento, mientras esperaba a que el resto terminara sus quehaceres. Desconocía cómo calcular la distancia en base al tiempo que tardaba en llegar el sonido, pero era consciente de que cuanto más tardara, implicaba que más lejos estaba. Algunos sonaban lejos, pero otros peligrosamente cerca. Recordando Mariejoa y su encontronazo con el hombre pez de la armadura eléctrica, siseó molesto y se alejó de la borda. Nemo se acercó nuevamente a él y le preguntó si había detectado algo. Esta vez no intentó castigarlo con su indiferencia. Antes le había ofendido la insinuación de que semejante combate de calentamiento podía cansarlo, pero ahora se había dirigido a él con educación.
- Poder. Percibo un enorme poder sobrevolándonos. Esta en todas partes: en toda la niebla. Y en los cielos. En algunos momentos ha pasado muy cerca de nosotros - el vampiro entrecerró los ojos - No estoy seguro de si me gustaría toparme con el dueño de semejante aura - declaró, en un tono siniestro - Ni siquiera yo soy tan fuerte como él. Ni tampoco él - declaró, señalando a Kyle - cuya aura es prácticamente tan intensa como la mía, si no más.
El vampiro se cayó. También notaba algo más. Una conciencia apagándose no muy lejos de ellos. Junto a esa presencia moribunda, había otras dos. Una débil que no merecía su atención, y otra que no sólo era intensa... si no que la reconoció como familiar. Hizo memoria, frunciendo el ceño, y entonces el recuerdo de un desagradable día de piscinas y sol llegó a su mente. "Dark D. Rose... así que anda por aquí. Tal vez le haga una visita. No estaría mal tener otro aliado más." De hecho... reconocía al moribundo. Era Midorima. ¿Qué habría hecho ahora ese moribundo peliverde? De repente, el aura se apagó.
- Alex, he detectado las auras de Midorima y Rose no muy lejos de aquí. Y Midorima está morib... olvídalo. Ha muerto - dijo, restándole importancia al asunto, pero con una expresión pensativa - Oh, vienen hacia aquí. En fin, iré a saludarles y me dirigiré ya hacia la isla. Vamos, Nemo. Alex, si no vienes aun, nos veremos a la vuelta. Puedes quedarte con los órganos de ese tipo - dijo, señalando el cadáver de Surok - Hasta más tarde.
El vampiro se elevó en el aire, dirigiéndose hacia las dos presencia. La última vez que había visto a Rose esta era tan débil que Derian podría haberla derrotado y haberse alimentado de ella sin problemas. Ahora podía detectar un gran poder emanando de ella. Seguía sin compararse al suyo, pero podía sentir... sí, una akuma no mi. Tras unos segundos volando, vio una figura surgir de entre la oscura niebla, y entonces vio a una enorme tigresa. A lomos de esta, había un hombre de pelo oscuro.
- Saludos, Benihime - dijo, en un tono impersonal - Ha pasado un largo tiempo desde nuestro último encuentro... os noto cambiada - añadió una mueca irónica a su comentario, algo poco habitual en él - En este momento me dirijo a la isla a explorarla en busca del científico que dicen trabaja en este lugar. Sois libre de acompañarme, si así lo deseáis. Si no es así... el barco de Alex está allá abajo.
El vampiro se despidió con leve gesto de la mano, y de inmediato puso rumbo hacia la isla. Estaba harto de más esperas. Quería desembarcar ya. Siempre que había guerras o grandes eventos era igual: se acababa encontrando a enemigos que lo retrasaban y se perdía a los peces gordos. En Loguetown le había pasado. En Sunaba el maldito liche lo había dejado casi fuera de combate. Y en Mariejoa tanto el tipo de la armadura como la Fauce Abisal se habían metido en su camino, apartándolo de los premios gordos.
- Esta vez no - murmuró para sí - Esta vez no perderé el tiempo con menudencias más de lo que ya lo he hecho.
- Os doy las gracias por vuestra ayuda, Kyle. Nuestra deuda está saldada. De todos modos, si algún día visitáis la isla de Hallstat, seréis bien recibido. Lord Derian no olvida a quienes le ayudan.
Observó la destrozada coraza por unos momentos, con una mirada un tanto frustrada. "Necesito una armadura de verdad ya, no estas baratijas. Ha llegado un punto en que rompo una por combate." Pensó. Observó su destrozada chaqueta, y suspiró. No es que le molestase ir exhibiendo su esbelto cuerpo o la temperatura en sí, pero había una serie de convenciones sociales que debía cumplir. Sin ropa, el tronco del vampiro se revelaba tan pálido como el resto de su piel, y dejando a parte las heridas en proceso de curarse, tenía la piel totalmente tersa y sin imperfecciones. No era corpulento, de hecho era más bien delgado y bien proporcionado, con los músculos ligeramente marcados. Entró en el interior del barco, y se dirigió a la maleta donde guardaba su equipaje. "Una chaqueta menos" pensó, algo enfadado. Como noble que era estaba acostumbrado vivir teniendo siempre ropa, dinero y comodidades. Por otro lado, como viajero y aventurero se había acostumbrado a carecer de las tres cosas. Pero una cosa era carecer de ello sabiendo que en el siguiente puerto podría obtenerlas de nuevo, y otra haberse convertido en un vagabundo sin castillo, tierras ni barco. De hecho empezaba a quedarse sin ropa, a medida se le iba rompiendo o quedando inservible de manchas de sangre (normalmente de otros). Finalmente optó por una camisa algo vieja pero elegante, con una chaqueta de frac por encima y su última gabardina. Ya había asumido que se rompería. En fin, tendría que ir a comprar ropa en el siguiente puerto, costara lo que costara. Se cambió también los pantalones y la ropa interior, pues estaban empapados de sangre, pero se dejó los botines. De ponerse otro calzado no tendría dónde ocultar su cuchillo.
Salió de nuevo a fuera, alisándose con cuidado la ropa para que le quedase bien puesta. Se colocó también a Vanator bien. La espada le daba un aire elegante y señorial con aquella ropa... lo que le gustaba mucho. Había tenido que hacer un esfuerzo voluntario para dejar de mirar al espejo. Fuese como fuese, llevar un aspecto presentable era importante para alguien de su clase. Es decir, para un cazador cualquiera el aspecto podía ser algo de menor importancia, y Derian podía respetar eso, pero él era un noble. Debía mantener cierta imagen y algo de decoro. Estaba sumido en aquellos pensamientos cuando Nemo se le acercó y le insinuó que si estaba cansado podía llevarlo volando él. El vampiro no le contestó inmediatamente. Clavó sus ojos en los del empresario, dedicándole una mirada fría como el hielo, cargada del más profundo desprecio y desdén. La mantuvo durante unos tensos segundos, mientras una niebla tétrica comenzó a inundar el barco, y la sombra del vampiro se alargó. Derian estaba quieto y en calma, pero si alguien se fijaba en su sombra vería en que esta mostraba al vampiro con una espada en la mano.
- ¿Ayuda? - dijo, con cortesía cargada de frialdad - Pronto veréis, mi buen Nemo, que por más que combata posiblemente acabaríais vos antes inmóvil de puro agotamiento de tan sólo caminar que yo de pelear. No necesitaré de vuestra asistencia, gracias.
Se dio la vuelta, ignorando al hombre, y la niebla desapareció. Su sombra también volvió a la normalidad. Acercándose a la borda, observó el espectáculo de relámpagos. A pesar de la niebla, podía ver las luces de estos y escuchar los truenos. Se dedicó a medir el tiempo que pasaba entre el relámpago y el trueno por puro entretenimiento, mientras esperaba a que el resto terminara sus quehaceres. Desconocía cómo calcular la distancia en base al tiempo que tardaba en llegar el sonido, pero era consciente de que cuanto más tardara, implicaba que más lejos estaba. Algunos sonaban lejos, pero otros peligrosamente cerca. Recordando Mariejoa y su encontronazo con el hombre pez de la armadura eléctrica, siseó molesto y se alejó de la borda. Nemo se acercó nuevamente a él y le preguntó si había detectado algo. Esta vez no intentó castigarlo con su indiferencia. Antes le había ofendido la insinuación de que semejante combate de calentamiento podía cansarlo, pero ahora se había dirigido a él con educación.
- Poder. Percibo un enorme poder sobrevolándonos. Esta en todas partes: en toda la niebla. Y en los cielos. En algunos momentos ha pasado muy cerca de nosotros - el vampiro entrecerró los ojos - No estoy seguro de si me gustaría toparme con el dueño de semejante aura - declaró, en un tono siniestro - Ni siquiera yo soy tan fuerte como él. Ni tampoco él - declaró, señalando a Kyle - cuya aura es prácticamente tan intensa como la mía, si no más.
El vampiro se cayó. También notaba algo más. Una conciencia apagándose no muy lejos de ellos. Junto a esa presencia moribunda, había otras dos. Una débil que no merecía su atención, y otra que no sólo era intensa... si no que la reconoció como familiar. Hizo memoria, frunciendo el ceño, y entonces el recuerdo de un desagradable día de piscinas y sol llegó a su mente. "Dark D. Rose... así que anda por aquí. Tal vez le haga una visita. No estaría mal tener otro aliado más." De hecho... reconocía al moribundo. Era Midorima. ¿Qué habría hecho ahora ese moribundo peliverde? De repente, el aura se apagó.
- Alex, he detectado las auras de Midorima y Rose no muy lejos de aquí. Y Midorima está morib... olvídalo. Ha muerto - dijo, restándole importancia al asunto, pero con una expresión pensativa - Oh, vienen hacia aquí. En fin, iré a saludarles y me dirigiré ya hacia la isla. Vamos, Nemo. Alex, si no vienes aun, nos veremos a la vuelta. Puedes quedarte con los órganos de ese tipo - dijo, señalando el cadáver de Surok - Hasta más tarde.
El vampiro se elevó en el aire, dirigiéndose hacia las dos presencia. La última vez que había visto a Rose esta era tan débil que Derian podría haberla derrotado y haberse alimentado de ella sin problemas. Ahora podía detectar un gran poder emanando de ella. Seguía sin compararse al suyo, pero podía sentir... sí, una akuma no mi. Tras unos segundos volando, vio una figura surgir de entre la oscura niebla, y entonces vio a una enorme tigresa. A lomos de esta, había un hombre de pelo oscuro.
- Saludos, Benihime - dijo, en un tono impersonal - Ha pasado un largo tiempo desde nuestro último encuentro... os noto cambiada - añadió una mueca irónica a su comentario, algo poco habitual en él - En este momento me dirijo a la isla a explorarla en busca del científico que dicen trabaja en este lugar. Sois libre de acompañarme, si así lo deseáis. Si no es así... el barco de Alex está allá abajo.
El vampiro se despidió con leve gesto de la mano, y de inmediato puso rumbo hacia la isla. Estaba harto de más esperas. Quería desembarcar ya. Siempre que había guerras o grandes eventos era igual: se acababa encontrando a enemigos que lo retrasaban y se perdía a los peces gordos. En Loguetown le había pasado. En Sunaba el maldito liche lo había dejado casi fuera de combate. Y en Mariejoa tanto el tipo de la armadura como la Fauce Abisal se habían metido en su camino, apartándolo de los premios gordos.
- Esta vez no - murmuró para sí - Esta vez no perderé el tiempo con menudencias más de lo que ya lo he hecho.
Viole
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La puerta se abrió, propinando un sonoro ruido contra la pared que me alertó y despertó de mi ensueño. Todos entraron, mas yo me quedé un poco más de tiempo fuera, observando la niebla. Claramente, el calor me afectaba bastante e iba a empezar a sudar, así que me quité la camisa y me la coloqué en la cabeza, simulando uno de los gorros que se llevan en el desierto para evitar que te den los rayos solares. Cogí el dial de agua, del cual saqué un poco de agua que bebí al momento. Entré a la casa para no sufrir más esa humedad que se encontraba fuera, y el cambio fue muy gratificante respecto al exterior. Allí no hacía calor, ni humedad. Solté un suspiro y miré a un pequeño animal que se encontraba en una esquina y estaba siendo observado por todos los presentes, con notable miedo. Simplemente, me quedé apoyado en una pared a la espera de que hicieran algo ''productivo''. Podíamos mirar el interior de la casa, quizás había algo de utilidad o siquiera una fuente de agua para aprovechar.
Miré fuera de la puerta, observando que siquiera se llegaba a divisar el barco desde esta lejanía. Menos mal que sabíamos la dirección que habíamos tomado para llegar hasta aquí y no iba a ser muy difícil de encontrar. Incluso siguiendo la costa podíamos encontrarlo.
Miré fuera de la puerta, observando que siquiera se llegaba a divisar el barco desde esta lejanía. Menos mal que sabíamos la dirección que habíamos tomado para llegar hasta aquí y no iba a ser muy difícil de encontrar. Incluso siguiendo la costa podíamos encontrarlo.
Joseph Leto
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Ya había bajado hasta la parte más baja de aquella trampilla y había llegado a una zona bastante iluminada con baldosas blancas en suelo y paredes. Había luces tanto en el suelo como en el techo y frente a mí se extendía un pasillo bastante largo. Por si eso no fuese suficientemente extraño a mi derecha se podía observar una sala que estaba repleta de máquinas y botones, como si fuese la sala de máquinas de un barco de alta tecnología. Mi mente volvió a sumirse en una feroz batalla de personalidades. Para una persona que me viera simplemente vería a alguien con aspecto de tener problemas mentales, pero yo lo veía como una feroz batalla entre un niño usando dos yoyos de forma muy ingeniosa y una especie de shinobi empuñando lo que parecía ser una ninjato.
El niño y el ninja pelearon de forma sangrienta hasta que el niño salió victorioso y con ello la personalidad que predominaría sería una personalidad infantil y curiosa. Mientras mi mirada vagaba por la sala mientras caminaba en una pared vi un botón claramente mayor que los demás de un color rojo llamativo y con un cartel que advertía que solo debía pulsarlo en caso de emergencia. Mis ojos brillaron como los de un niño pequeño al entrar en una tienda de golosinas mientras me acercaba al botón y lo pulsaba con total naturalidad como si fuese algo que haría cualquiera.
El niño y el ninja pelearon de forma sangrienta hasta que el niño salió victorioso y con ello la personalidad que predominaría sería una personalidad infantil y curiosa. Mientras mi mirada vagaba por la sala mientras caminaba en una pared vi un botón claramente mayor que los demás de un color rojo llamativo y con un cartel que advertía que solo debía pulsarlo en caso de emergencia. Mis ojos brillaron como los de un niño pequeño al entrar en una tienda de golosinas mientras me acercaba al botón y lo pulsaba con total naturalidad como si fuese algo que haría cualquiera.
Pato Tamashi
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Varios
Tras terminar de comer, me levanté y empecé a cargar a mi espalda únicamente lo necesario, lo pesado o que no hiciese falta sería mejor dejarlo aquí. En caso de batallar, a Hulk le gusta hacer muchas monerías y salvajadas, así pues cuanto más libre uno, mejor. Y mientras que los demás nos encontrábamos haciendo más o menos lo mismo, alguien decidió hablar. Se trataba de la viscosidad denominada como Gyojin. No parecía estar muy de acuerdo con mis planes, y no contenta con ello, alardeó de experiencia y de saberes alegando que no tenía ni idea de lo que me hacía. Por mi parte intenté contener a Hulk, pues quería salir para discutir. Pero siendo sincero, no me agradaba bastante que me faltasen, y tal vez Hulk sea algo mejor que yo a la hora de...
Un enorme brillo blanco se encontraba en mi cuerpo, me iluminaba entero, y a la par que me giraba y agarraba mi arma Hulk iba tomando poco a poco mi cuerpo. Cambiaba el cabello, pasando de un negro carbón a un blanco nieve, mi piel dejaba de ser blanca cual albino para tener una tez algo más morena, mis ropas dejaban la camiseta blanca y los vaqueros azules para pasarse de nuevo a una sudadera de color abeja y otros vaqueros de un tono granate. Hulk sacaba el arma a la par que rápidamente se acercaba hacia la gyojin. En un abrir y cerrar de ojos se encontraba apuntando con el filo de la forma de guadaña el cuello de "gelatina" de la mencionada. La sonrisa sádica de Hulk lo decía todo. Todos quedaron con una cara de shock, o eso parecía, lo normal. Lo que Hulk miraba era transmitido hacia mi. Tal vez era hora de hacerlo volver, ya había hecho suficiente. -¿Me la puedo cargar? -Dijo Hulk en alto, haciendo que todos le escuchasen. Este imbécil lo decía de broma, pero sí es cierto que tenía muchas ganas de pelear. Con un tajante no le obligué a volver. -Tienes suerte de que L sea un debilucho... Jejejeje. Pero como vuelvas a decirnos algo como eso, volveré a salir... Y tal vez L no pueda contenerme... -Dijo con su sonrisa peculiar, antes de guardar la guadaña volviéndola a su modo compacto, y haciéndome volver a mi. Volví a iluminar el lugar con una inquietante e impactante luz.
Volvía a estar yo, de nuevo. El estúpido de Hulk siempre hacía lo que le daba en gana, imbécil. Al menos, en mi cabeza tenía la certeza de que algo de miedo habrá impartido. Y esperaba que por el bien de estos marines, se hayan informado de quién soy yo y mi condición, porque sino, no iban a entender nada de lo que acababa de suceder, y pocas ganas de explicaciones tenía. -Tu eres quién dice que no hable de cosas que desconozco. Sin embargo, irónicamente fue usted quién habló dese la ignorancia. Esta no es la primera misión de reconocimiento a la cual voy, no es la primera vez que dirijo un pelotón, y no soy ningún novato. Me sorprenden esas palabras, porque me da a entender que no conoce nada de mi, y créame, eso le puede traer bastantes problemas para que trabajemos juntos en una misión.
Con una cara seria, y medianamente de desprecio me dirigí hacia la gyojin. Me parecía increíble lo que estaba sucediendo. Pero tenía la certeza de que ya no se producirían estas cosas, porque sino podría enfadarme. John decidió acabar con esto con una pequeña frase, mientras se empezaba a dirigir a "la boca del lobo". Con una antorcha improvisada de nuestro intrépido compañero, comenzamos a bajar lentamente por las escaleras. Se sentía algo de tensión en el ambiente, más de lo que ya había. A mi no me importaba, sin embargo tantos años me han dado a ser más sensato, y deber de tener una mejor relación con mis compañeros. Tal vez debí de haber dicho algo, para romper el hielo, mas preferí callarme. Hulk que era consciente de lo que por mi mente se paseaba, me dijo con voz interior -Te estás ablandando. -Tal vez tuviera razón. -Tu cada vez te vuelves más imbécil.- Le decía con algo de desdén.
Volviendo a donde nos encontrábamos, tras una pequeña caminata, gracias a la antorcha pude divisar algo. Se trataba de algo que brillaba. No eran piedras preciosas, ni lentejuelas. Se encontraba en el piso y aquello parecía ser de material metálico. Un frescos empezaba a pasearse por mi cuerpo a la par que descendíamos por las escaleras. Esto empezaba a tener toda la pinta de tratarse de unas instalaciones, y con aire acondicionado. -Parece que ya estamos cerca. -Dije mientras miraba hacia el punto metálico. Al darse cuenta de esto, John decidió hacer de buen líder, alegando que bajaría para inspeccionar si no había peligro más abajo. Apagó la antorcha y se dispuso a adelantarnos, sin esperar a que le diésemos nuestro apoyo o le denegásemos el que se separe de nosotros.
Ya comenzábamos con las tonterías. En fin, no iba a decir nada. Si esto se tratase de una película de terror, sería John el primero en desaparecer de entre las sombras, y tal vez se usase la oscuridad para atacarnos. ¿Deberíamos de hacer luz? No, John tampoco ha sido tonto, apagó la antorcha seguramente para poder sorprender a malhechores, en caso de haberlos. No es un marine por nada. El resto continuábamos la caminata, pero se podía sentir que era a un paso más lento y pausado, no es usual que gente pueda ver perfectamente en la oscuridad, debían de dilatarse nuestros medios oculares para que pudiese entrar más luz y ya entonces poder bajar con más fluidez.
Ag... En el proceso de descender hacia lo desconocido... Empecé a sufrir una especia de mareo... Muy fuerte. Sin quererlo caí parcialmente por las escaleras, para acabar recostado en la pared. Esto causó un pequeño ruido y alarme a mis compañeros. -Necesito un minuto. -Dije muy seriamente y sin dar explicaciones alguna de lo sucedido. ¿Por qué me había pasado esto tan repentinamente? ¿Será el cambio de temperatura? No, no ha sido tan brusco... ¿Tal vez no me hube hidratado lo suficiente? No, no tenía entendido que fuese eso. Esto fue raro.
Un enorme brillo blanco se encontraba en mi cuerpo, me iluminaba entero, y a la par que me giraba y agarraba mi arma Hulk iba tomando poco a poco mi cuerpo. Cambiaba el cabello, pasando de un negro carbón a un blanco nieve, mi piel dejaba de ser blanca cual albino para tener una tez algo más morena, mis ropas dejaban la camiseta blanca y los vaqueros azules para pasarse de nuevo a una sudadera de color abeja y otros vaqueros de un tono granate. Hulk sacaba el arma a la par que rápidamente se acercaba hacia la gyojin. En un abrir y cerrar de ojos se encontraba apuntando con el filo de la forma de guadaña el cuello de "gelatina" de la mencionada. La sonrisa sádica de Hulk lo decía todo. Todos quedaron con una cara de shock, o eso parecía, lo normal. Lo que Hulk miraba era transmitido hacia mi. Tal vez era hora de hacerlo volver, ya había hecho suficiente. -¿Me la puedo cargar? -Dijo Hulk en alto, haciendo que todos le escuchasen. Este imbécil lo decía de broma, pero sí es cierto que tenía muchas ganas de pelear. Con un tajante no le obligué a volver. -Tienes suerte de que L sea un debilucho... Jejejeje. Pero como vuelvas a decirnos algo como eso, volveré a salir... Y tal vez L no pueda contenerme... -Dijo con su sonrisa peculiar, antes de guardar la guadaña volviéndola a su modo compacto, y haciéndome volver a mi. Volví a iluminar el lugar con una inquietante e impactante luz.
Volvía a estar yo, de nuevo. El estúpido de Hulk siempre hacía lo que le daba en gana, imbécil. Al menos, en mi cabeza tenía la certeza de que algo de miedo habrá impartido. Y esperaba que por el bien de estos marines, se hayan informado de quién soy yo y mi condición, porque sino, no iban a entender nada de lo que acababa de suceder, y pocas ganas de explicaciones tenía. -Tu eres quién dice que no hable de cosas que desconozco. Sin embargo, irónicamente fue usted quién habló dese la ignorancia. Esta no es la primera misión de reconocimiento a la cual voy, no es la primera vez que dirijo un pelotón, y no soy ningún novato. Me sorprenden esas palabras, porque me da a entender que no conoce nada de mi, y créame, eso le puede traer bastantes problemas para que trabajemos juntos en una misión.
Con una cara seria, y medianamente de desprecio me dirigí hacia la gyojin. Me parecía increíble lo que estaba sucediendo. Pero tenía la certeza de que ya no se producirían estas cosas, porque sino podría enfadarme. John decidió acabar con esto con una pequeña frase, mientras se empezaba a dirigir a "la boca del lobo". Con una antorcha improvisada de nuestro intrépido compañero, comenzamos a bajar lentamente por las escaleras. Se sentía algo de tensión en el ambiente, más de lo que ya había. A mi no me importaba, sin embargo tantos años me han dado a ser más sensato, y deber de tener una mejor relación con mis compañeros. Tal vez debí de haber dicho algo, para romper el hielo, mas preferí callarme. Hulk que era consciente de lo que por mi mente se paseaba, me dijo con voz interior -Te estás ablandando. -Tal vez tuviera razón. -Tu cada vez te vuelves más imbécil.- Le decía con algo de desdén.
Volviendo a donde nos encontrábamos, tras una pequeña caminata, gracias a la antorcha pude divisar algo. Se trataba de algo que brillaba. No eran piedras preciosas, ni lentejuelas. Se encontraba en el piso y aquello parecía ser de material metálico. Un frescos empezaba a pasearse por mi cuerpo a la par que descendíamos por las escaleras. Esto empezaba a tener toda la pinta de tratarse de unas instalaciones, y con aire acondicionado. -Parece que ya estamos cerca. -Dije mientras miraba hacia el punto metálico. Al darse cuenta de esto, John decidió hacer de buen líder, alegando que bajaría para inspeccionar si no había peligro más abajo. Apagó la antorcha y se dispuso a adelantarnos, sin esperar a que le diésemos nuestro apoyo o le denegásemos el que se separe de nosotros.
Ya comenzábamos con las tonterías. En fin, no iba a decir nada. Si esto se tratase de una película de terror, sería John el primero en desaparecer de entre las sombras, y tal vez se usase la oscuridad para atacarnos. ¿Deberíamos de hacer luz? No, John tampoco ha sido tonto, apagó la antorcha seguramente para poder sorprender a malhechores, en caso de haberlos. No es un marine por nada. El resto continuábamos la caminata, pero se podía sentir que era a un paso más lento y pausado, no es usual que gente pueda ver perfectamente en la oscuridad, debían de dilatarse nuestros medios oculares para que pudiese entrar más luz y ya entonces poder bajar con más fluidez.
Ag... En el proceso de descender hacia lo desconocido... Empecé a sufrir una especia de mareo... Muy fuerte. Sin quererlo caí parcialmente por las escaleras, para acabar recostado en la pared. Esto causó un pequeño ruido y alarme a mis compañeros. -Necesito un minuto. -Dije muy seriamente y sin dar explicaciones alguna de lo sucedido. ¿Por qué me había pasado esto tan repentinamente? ¿Será el cambio de temperatura? No, no ha sido tan brusco... ¿Tal vez no me hube hidratado lo suficiente? No, no tenía entendido que fuese eso. Esto fue raro.
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Akuma no mi
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Tiembla, tierra.
Situación Global:
La misma situación para todos. 7:38 PM. Las presencias que se sentían en la niebla, están desapareciendo poco a poco… Es extraño.
De pronto algo sacude la isla, y el agua del mar comienza a bajar de nivel. Los canales de agua de la isla, se secan… Algo extraño está pasando, y todo por culpa de que alguien ha pulsado un botón.
Niebla verde: Los rayos comienzan a dejar de caer, tan solo se pueden escuchar tres estruendos, nada más… El cielo comienza a despejarse y la niebla, poco a poco, va desapareciendo, haciendo que la visión sea mejor.
Niebla azul: Por suerte la temperatura comienza a subir, poco a poco. La granizada se ha transformado en pequeñas gotas de agua que caen desde el cielo.
Niebla naranja: La temperatura está bajando, la niebla desapareciendo, aunque aún dificulta la visibilidad. Sigue haciendo calor, aunque ya no tanta.
- 1 (Dexter, Death y Worgulv):
Seguís peleando.
- 2 (Bleyd):
Sigues caminando por el desierto, cuando de pronto ves algo delante de ti. Es un tipo extraño, flacucho, con vendas por todo su cuerpo. Tiene contados pelos en la cabeza, casi parece totalmente calvo. Lleva un escudo enorme de color rojo con pinchos y a su espalda un frasco enorme, con una especie de gas verdoso… Tiene protectores de cuero y hombreras y pechera roja. ¿Qué será esa cosa?
De pronto empieza a caminar hacia ti… A su espalda va dejando un rastro de gas verde que sale de la botella. Se para en frente de ti y tuerce la cabeza. – Vaya, vaya… Un mocoso en mi desierto. ¿Qué pasaría si te derrito? – Tras esas palabras lanza algo desde su boca, una especie de vómito marrón que va hacia ti. Si te cae encima te quedarás pegado y tu movimiento se verá ralentizado, por mucho.
http://2.bp.blogspot.com/-MMV-GUD3TTU/UDglzKxhK7I/AAAAAAAAA_o/G_4EB55bZe0/s1600/singed.png
- 3 (Kasan):
Cada vez estás más débil, y caes al suelo, desmayándote.
- 4.a (Mura, Akagami, Ryuta, Rhapsodia, Nagato):
Mura empieza a investigar, pisando cada tablón de madera, pero no parece ocurrir nada… Akagami en cambio parece más listo, al apartar el baúl con el pie…
¡Bingo! ¡Justo debajo del baúl hay una trampilla! Aunque lo peor de todo es que está cerrada con llave… No parece que vayáis a poder abrirla por las buenas… ¿Cómo se podrá abrir esa cosa? No parece que haya ninguna llave ni nada cerca…
- 4.b (Max):
Empiezas a beber del líquido que sale. No tiene un buen sabor, para nada. Sabe como si estuvieses bebiendo sangre e hígados, pero te sientes cada vez mejor. Te has hidratado, mucho. No tienes para nada sed, no sientes calor… No sientes nada.
Parece que tu cuerpo entero se ha dormido, a pesar de poder moverte. Sientes que todo se mueve y empiezas a ver cosas extrañas.
Algo va hacia ti a una gran velocidad, es una sombra en mitad de la niebla… ¿Qué es? Entonces, contra más se acerca, mejor lo ves. Vaya, estás en problemas.
Un enorme dragón naranja con una llama al final de su cola vuela hacia ti. Cuando está a solo unos metros, empieza a lanzar llamas por su boca. En ese momento sientes calor y ves como aquello va hacia ti. ¿Qué piensas hacer?
- 5 (Flea):
Las flores te han atacado y te han herido el brazo izquierdo. Debes pelear, o morir.- Spoiler:
- 6 (Heaten y Kuro):
Empiezas a curar como puedes esa herida, y tras tu pregunta, el recluta te contesta. – No creo que sea necesario tener un alto rango para cambiar el mundo. A parte, tener un alto rango solo significaría más problemas. – Dice mientras posa su mano en el hombro. – Me gusta acatar órdenes. Por cierto, soy Rek’Sai. – De pronto un aura verdosa emana de su mano y su heriza comienza a cicatrizar.
Justo desde cubierta podéis ver algo interesante. Habéis llegado a la isla. Hay una zona boscosa enfrente de vosotros y el capitán salta desde el barco hacia ahí. Parece haceros una señal, no hay moros en la costa.
- 7 (Etsu):
Sigues peleando
- 8 (Gajeel):
Sigues peleando
- 9.a (Leonel y Sawn):
Has despejado la niebla y durante unos instantes ves que al norte hay un edificio y al oeste una caseta en mitad del desierto. Parece que por fin habéis encontrado algo. Podéis ir hacia la caseta o hacia el edificio, aunque… ¿Qué es eso del este? Parece ser que cuando disipas la niebla, hay una especie de cueva, aunque está lejos.
Puedes ir hacia una de las tres direcciones… Parece que la suerte os empieza a sonreír.
- 10 (Nolan):
- 11 (Al, Arthur, Jack y Kai):
El hombre recibe el peine y empieza a peinarse. - ¡Oh, shit! ¡This is my early! ¿O era easy? – Dice con un extraño acento forzado. - ¡Lo siento, lo siento! ¡I’m sorry, my Darling! – Parece que se inventa las frases, pero eso le da igual. Es un tipo raro, sin duda. – Yo no querer atacar a la marina, yo pagar si ser necesario. – De pronto saca un papel del bolsillo y un boli. Parece un talonario y empieza a escribir.
Tras terminar arranca un papel y se lo da a Al. En dicho papel hay un número. “1.000.000.000.000”. Parece que ahora eres rico, aunque la hoja es rosa y tiene una firma extraña, con una cruz. Por si fuera poco, el sello que tiene es de color azul perlado y tiene unas palabras extrañas escritas. “¿Serius? ¡I’m the beast! ¡Bitchets!”. Parece estar escrito con mala letra…
Al parecer ese tipo tan raro parece pasar de las amenazas de Kai, casi no le da importancia. De pronto le dirige una mirada mientras le apunta con el peine. - ¡Tú, magdito bagstardo! ¡Ese peignado debegía estar proigbido! – Dice con otro acento forzado… Parece francés… - ¡Pog ciegto. Soy Johny! – Tras esas palabras, comienza a caminar en dirección contraria a vosotros. Muy bien, os ha tocado un loco más loco que vosotros.
- 12 (Bya, Theo, Yoko y Viole):
Al darle de comer, el extraño animal acepta. Empieza a acabar con todo a una gran velocidad, como si nunca hubiese comido, o llevase días sin comer. De pronto el animal se acerca a Bya y empieza a estirarle del pantalón, pidiendo más. Al parecer se ha encariñado con él.- Spoiler:
- 13 (C.K):
- Tienes razón, CK, eres inteligente. El problema es que desde hace un rato no noto sus presencias… Ni siquiera la de nuestros compañeros. – Aclara. – Pero, hay algo interesante, algo extraño en este lugar… -De pronto se agacha y empieza a tocar la sangre.
Comienza a caminar, siguiendo pequeñas gotas de sangre en la nieve. Cada vez se van cubriendo más por los copos que caen desde el cielo, el granizo cubre la única pista y Mathew empieza a correr. Emplea el soru a gran velocidad, siguiendo aquello, hasta que delante de él hay un edificio enorme. Es negro y grande, con ventanas, pero estas están tapiadas con metal. Una puerta delante, grande y azul, con el pomo manchado de ese líquido carmesí… Parece que ahí hay algo, la sangre le ha llevado hasta ahí.
- 14 (Frog):
Te acercas a la gran sombra que hay entre la espesura de la niebla. Aquello era una cabaña en un árbol. Se puede subir por unas lianas y no parece haber nadie cerca. Aunque si te fijas bien, está abandonada. Está rodeada de musgo… ¿Tal vez sea la estética? El caso es que una puerta entreabierta parece estar invitándote a entrar.
http://thumbs.dreamstime.com/z/caba%C3%B1a-vieja-casa-de-madera-vieja-con-el-musgo-entre-%C3%A1rboles-29822834.jpg
- 15 (Der, Reira y Rebeka):
Al ofrecerle la mano, aquel animal o planta, lo que fuera, muerde con fuerza a Der. No parece fiarse de vosotros. De pronto, de entre las plantas parece que hay algo que se mueve. Es una especie de erizo blanco, del mismo tamaño que el otro animal, donde en lugar de pinchos tiene hierba, a parte de una flor rosa a un lado de la cabeza.
Podéis saber que es muy probable que el sapoperro esté defendiendo a ese animal. Aunque si os fijáis bien… Estáis rodeados. Por los árboles hay gusanos grandes y verdes, otros son marrones y con un aguijón en la cabeza. A parte, cuelgan de las ramas lo que parecen ser unos capullos extraños…
¿Y si ese sapo extraño es el protector del bosque?
Y no solo eso, al noreste podéis ver, que en lo alto de un saliente, en un bosque, hay lo que parecen ser… ¿Llamas? Sí, son llamas. Al parecer el bosque por esa parte se está quemando.
- 16 (Empa, Deri, Nemo, Amy):
- Soy de Skypeia, por eso estas alas. – Cuenta el ángel a Empa. – Si queréis ir, adelante… Pero debéis tener cuidado. Allí hay cosas que se le escapan a cualquiera. Aunque para un científico es el paraíso. – En cuanto a lo que hay en esa isla… No se puede expresar con palabras, hay que verlo para creerlo.
De pronto se dirige hacia Amy, que le ofrece comida y bebida, y él no duda en rechazar. Tras las palabras de la joven, Kyle cierra los ojos por unos instantes. – El arma no es lo que todos piensan… - Dice con un tono preocupado. – El gobierno no nos ha contado todo lo que sabían. – Aclara mientras enseña una marca. – Hace muchos años, el gobierno envió a sus mejores hombres a una misión, recuperar el arma… Yo formaba parte de ese grupo privilegiado, era el médico del CP9… - Hace una breve pausa y cierra sus manos. – Si no nos hubieran mentido… Tal vez todos ellos estuvieran vivos… - Una lágrima brota de uno de sus ojos, cayendo lentamente por su mejilla. – Nos han traicionado. – Tras esas palabras se calla, y no cuenta nada más.
Mientras tanto Derian vuela hacia la isla y entre la niebla su olfato desarrollado puede percatarse de algo, humo. Parece ser que algo se está quemando cerca y, hacia el sur, en lo alto de un saliente, hay un bosque en llamas. Mientras tanto, los demás están detrás, lejos.
- 17 (Rose, Mido y Kabil):
Aterrizáis en el barco y podéis ver que los que antes había, han salido volando. (Si conocíais a Empa, Derian o Nemo, sabéis quienes eran).
A parte de eso, Derian te ha saludado, Rose. Podéis seguirles, parece que Derian va delante. También, en el barco, hay una especie de ángel y una chica de pelo azul...
De pronto cae un segundo rayo en vuestro barco, recorriendo la electricidad un breve tiempo, calcinando el corazón de Mido. Ya no puede revivir.
- 18 (Johnny):
Ya te sientes mejor, menos mal. – Yo tan solo soy el médico, no se mucho más. – Te dice el tipo extraño.
De pronto puedes escuchar un grito que viene desde cubierta. Al parecer ya habéis encontrado la isla. Parece ser que solo sois tres personas en el barco, contándote a ti y al médico. Hay un desierto delante vuestro, y hace demasiado calor.
- 19 (Akashi):
De pronto, mientras caminas, el colgante empieza a parpadear, cada vez más rápido. ¿Qué será eso? Aunque parece que solo sucede cuando vas en una dirección concreta… Cada vez es más rápido el parpadeo, hasta que una luz se enciende completamente en el copo de nieve rojo. Una especie de altar empieza a salir del suelo.
Tiene una ranura con forma de copo de nieve, pero no sólo eso… Tiene algo inscrito, pero no se entiende bien, no está en un idioma reconocible.
Parecen unas especies de jeroglíficos, algo fuera de lo común.
El primero parece un hombre con lentes, el segundo una explosión, el tercero una especie de bestia voladora y, el cuarto y último, parece sangre.
¿Qué piensas hacer?
- 20 (Teobaldo):
Parece que el hombre dragón te ha dejado ahí dentro, calentito… Pero deberías hacer algo. Ahora ese tipo ha salido volando.
- 21 (Keth):
Empiezas a sentir hambre.
- 22 (Kuroi y Kaede):
Empezáis a tener hambre y os duele el estómago a ambos… Habréis comido algo en mal estado.
- 23 (Pato):
La Gyojin saca una daga y te la pone en el cuello. – Me da igual que seas un marine, si vuelves a amenazarme… Te cortaré el cuello.
De pronto comienza a caminar hacia abajo, pasando de ti. Al parecer hay una sala blanca, totalmente. Hay cuadros por las pareces y una puerta metálica al fondo, con tres botones. Uno verde, otro naranja y el último azul. John no está… Parece haber desaparecido.
- Genial… Encima ahora el otro no está… Me toca cuidar del novato.
- 24 (Drake Ray):
Sigues peleando.
- 25 (Rocket y Xanxus):
Xanxus sube hacia arriba, y puede ver que no hay nada interesante, o eso cree. Hay artilugios por todos lados, ordenadores viejos y también veis un montón de cajas. Por si fuera poco, una de ellas es diferente… Es de color azul, mientras las demás son marrones. También tiene alguna que otra pegatina y dentro hay un montón de manzanas. Hay algunas rojas, otras verdes, otras amarillas… Algunas parecen estar podridas, ya que tienen manchas negras, otras parece ser que tienen gusanos. Hay una manzana de color tanto roja como amarilla, otra que es roja con círculos verdes y bordes amarillos, otra es verde y amarilla y también hay una última manzana que es de color morada.
- 26 (Acaelus):
No hay nadie que parece que pueda salvarte…
- 27 (Drako y Saske):
¡Muy bien! ¡Esa explosión ha conseguido acabar con todas esas plantas malignas! Aunque al parecer no era la mejor opción… De pronto, de una simple chispa, empiezan a surgir unas llamas. Vais a tener que correr si queréis salvaros… ¿A quién se le ocurriría crear una explosión en mitad del bosque? Aix… Estos marines locos…
Aunque por suerte, a lo lejos, podéis ver una casa, aunque es de madera. Las llamas empiezan a rodearlo todo y si no hacéis algo, parece que la isla entera se va a consumir.
Para colmo, cae un rayo en el bosque, haciendo que las llamas broten con más fluidez…
- 28 (Drake Kyra):
De pronto, en una de las pantallas, puedes ver como hay unos hombres extraños… Parece una sala blanca donde hay jaulas con animales y, justo ahí, una niña de pelo verde que grita con los ojos en blancos para caer al suelo. Está la chica de pelo verde, un chico con cara de pocos amigos, otro asustadizo y pelirrojo y dos más. Debajo de la pantalla hay un teclado, un botón rojo y una especie de micrófono.
Por si fuera poco, en otra de las pantallas puedes ver un tipo semidesnudo, un tipo de pelo negro, una gyojin y una chica. Con su respectivo teclado y micro, a parte del botón rojo.
También, en otra pantalla, sin contar el micro, teclado y botón rojo, hay un tipo pelirrojo y con el pelo largo, con unas extrañas gafas. Ese tipo está pulsando un botón rojo enorme.
- 29 (Esmejit):
Cada vez más oscuro y cuando preguntas a ese tipo, no parece contestarte. Aquel lugar es siniestro. De pronto al final se puede ver una luz y entonces el espadachín baja corriendo. Entonces, al llegar, puedes ver algo que haría arder de rabia a cualquiera. Es una sala enorme, con una puerta al final. En dicha sala puedes ver jaulas con animales. Perros, ardillas y más animales extraños. Están desganados, asustados y no parecen tener mucho espacio para moverse.
Las paredes, el techo y el suelo son completamente blancos, con luces en cada esquina. La niña peliverde está sorprendida, no puede creer aquello. De sus ojos empiezan a brotar lágrimas y de repente cae al suelo. – E-Esto es igual… Es igual que mi sueño… - Dice mientras se lleva las manos a la cabeza. De pronto sus ojos se vuelven completamente blancos y empieza a gritar con fuerza. Los animales se alborotan con ese grito, gruñiendo con escasas fuerzas. La niña se ha desmayado.
La chica de la pistola ha conseguido sujetarla a tiempo, antes de que cayera al suelo. – Esto es extraño… Me da mala espina…
Al lado de la puerta hay tres botones. Uno es de color verde, otro naranja y el último azul.
- 30 (Roy):
Comienzas a caminar, cuando de pronto ves delante de ti un lugar estrecho entre dos montañas. Parece que no hay otro camino, y que no se ve nada al final de ese lugar, es oscuro… Podrías volver hacia atrás, aunque también podrías seguir hacia delante…
- 31(Kaito, Edward y Sinclair):
Seguís peleando.
- 32 (Rong):
Sigues peleando
- 33 (Rowan y Eoghan):
El edificio parece extraño. Dentro hay maquetas de cohetes, barcos y demás. También hay cajas llenas de piezas sueltas para maquetas, y una mesa grande con algo encima, que parece la maqueta de una ciudad. Podéis ver que es una maqueta de una isla gigante, con enormes edificios modernos y demás, protegida con láser y todo tipo de armas, a parte de una muralla enorme.
Por si fuera poco, hay una pequeña mesa con una fruta extraña. Es una especie de albaricoque marrón, con círculos plateados y bordes negros. A parte, al final de la sala, al lado derecho, hay unas escaleras de mano que suben.
- 34 (Desconocido):
Alguien viaja por el cielo de una u otra manera, pocos pueden verlo, pocos pueden sentirlo.
- 35 (Angle):
De pronto, la chica que llevaba el rifle, entra al barco. Tras unos minutos sale con un barril, lleno de manzanas. Se lo ofrece al gigante, que se lo come tras abrir la tapa. El gigante se levanta del suelo y empieza a caminar. – Vosotros dar comida, yo también dar algo.
Habéis llegado a una cueva enorme. Dentro hay un montón de ramas con hojas, como si fuese una cama gigantesca. A parte, con troncos de árboles hay varias mesas y sillas… Gigantes. El grandullón saca armas de tamaño humano. Dos katanas, armas de fuego… Todos empiezan a recoger armas y tan solo queda una, que es una katana. Es de color rosa con estampado de flores de varios colores en la vaina. El mango también es rosa, con una especie de gato blanco dibujado, con un lazo en la cabeza. El filo es fucsia, con rayas amarillas y corazones rojos… Es algo extravagante esa arma…
De pronto puedes escuchar como un rayo cae cerca de vosotros a la entrada de la cueva. Por suerte no os ha dado, pero ha derrumbado la cueva, dejándoos dentro.
- 36 (Sandor):
El grandullón te amenaza con una daga en en cuello, parece que quiere matarte.
- 37 (Sbun):
El hombre en bañador tuerce su cabeza, mirándote raro tras el grito y tu pregunta. - ¿Un médico, por aquí? Si no hay nadie… - Empieza a acariciarse el mentón mientras piensa. – Espera, creo que yo era médico… Creo… No recuerdo bien. – Entonces de una patada en tu puño, hace que tu brazo se levante hacia arriba, colocándote el hombro. Sientes un dolor insoportable, es demasiado, te arde el brazo… Pero al menos no te lo has roto. – Yo soy… ¿Cómo me llamaba? ¡Lucus!. – Tras ese grito, el loco comienza a correr, pero de una forma extraña…
Se puso a hacer el pino y a correr con las manos, a gran velocidad. Justo en frente de él hay un edificio, pero parece que no va a parar… De pronto un sonido se escucha, un estruendo y el tipo del bañador se carga la pared, entrando por al lado de la puerta. Ahora hay un boquete, aunque no parece haber nadie cerca… Dentro de dicho edificio no hay nada… ¡Nada! – Vaya… Parece que me he estampado, aunque… Solo lo parece. – Dice mientras se sienta en el suelo y se pone a beber té… Imaginariamente. - ¿Toma, quieres un poco? – Te pregunta.
Puedes ver que hay una zona de escalada al final de la sala, que va hacia arriba. Dudo que puedas usar bien el brazo para poder escalar, ya que aún te duele…
- 38 (Xiba):
Parece que no has conseguido usar tus poderes, todo ha sido parte de tu imaginación. Como has ignorado las esposas… El tío te las ha colocado, parecía no importarle tus palabras. ¡Ah, y son de Kairo! En menudo problema te has metido… Tal vez lo mejor hubiese sido esquivar a ese tipo o irte… Y no ignorarlo.
Por suerte todos se están apañando con el barco. Algunos están intentando arreglar lo más rápido posible el mástil y demás… Genial.
De pronto el marine te lleva hasta lo que parece ser el capitán de la flota, y te entrega. - ¡He encontrado a este chico merodeando por el barco, señor! – Dice mientras se pone firme y coloca su mano en la frente, a modo de saludo.
El capitán, un tío grande y con una capa a su espalda, empieza a mirarte de arriba abajo, con los brazos cruzados. – Veamos… ¿Qué hacías en mi flota, chico? ¿Sabes que esto es un delito y que puede estar castigado? – Te dice con una voz seria.
Habéis llegado a la isla, y todos empiezan a bajar en botes, rodeando un pequeño islote y llegando a una playa. El capitán te tiene agarrado, y no parece tener cara de buenos amigos. – Mantente cerca de mí, ya hablaremos de esto más tarde.
- 39 (Joseph):
Pulsas el botón y empiezas a escuchar un ruido extraño. Parece como si miles de sistemas hidráulicos se estuviesen encendiendo, pero no ves nada. Es más, ahí abajo no ocurre nada, o eso piensas.
Empiezas a escuchar un sonido, como si una estampida de animales se acercaran a tu posición y de pronto aparece algo realmente extraño. Parece un humano, pero dudas de que lo sea. Tiene un tono de piel extraño, deformaciones por todo el cuerpo y sus venas parecen estar hinchándose. Tiene algo en su mano izquierda, una especie de biga.
De pronto escuchar una voz, como si al pulsar ese botón hubiese sucedido algo.
- Autodefensas activadas.
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- 40 (Quién sabe):
Nadie sabe quién es, pero viaja desde el cielo por un lugar nevado. Sus tripas rugen con fuerza y está algo cansado.
- 41 (Alguien):
Algo vuela entre la niebla naranja y caliente. ¿Qué será?
- 42 (Mercedes):
Has conseguido llegar a una zona donde el canal de agua termina y comienza un pequeño bosque. No parecen haber animales cerca, tan solo plantas y… Nada más. Al menos podrás dejar de preocuparte de tu barca.
- 43 (Maximillian):
Estás en un barco, solo. No parece haber nadie cerca. Parece que al sur hay una costa por donde puedes dejar el barco. Hay una extraña niebla en el ambiente que parece estar disipándose.
NOTA1: Todos deberían mirar la situación global.
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