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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Vie 5 Feb 2021 - 20:34}

Incluso el propio emperador del nuevo mundo había quedado asombrado con lo bien que había salido su improvisado y poco meditado plan. No solo había pillado por sorpresa a Blackhole y Henry —al cual miró para tener una leve descripción de él—, si no que se había convertido en el centro de atención de un grupo de gente que jamás había visto. Dedicó un guiño a un sujeto de corta estatura y tez morena que lo observaba y, con dos katanas y un tanto en sus manos, salió de allí despedido a gran velocidad. Era incapaz de apartar la mirada de Blackhole, pues parecía haber empequeñecido. «¿Cuál será tu verdadero poder?», se preguntó, desviando la mirada de nuevo a su otro compañero, el cual hizo algo que no le gustó.

Sin más dilación, salió por una de las chimeneas del monte Fuji soltando un grito que cualquiera que estuviera cerca lo iba a escuchar, completamente envuelto en fuego y se quedo sobre los cielos. Respiró hondo y pudo sentir la pureza del aire de Wano, para luego fijarse en un grupo de gente que estaba a los pies de la montaña. Usó su visión mejorada de ave rapaz y pudo distinguir a más de un preso que había dejado escapar. No obstante, lo que verdaderamente llamó su atención fue un sujeto de cabellos rubios excesivamente sedosos y un semigigante con cara de bonachón que se encontraba junto a ellos. No cabía duda… Eran Therax y Marc. Descendió a gran velocidad y aterrizo a pocos metros de ellos, volviendo a su forma humana y abrazándolos simultáneamente como pudo.

—Me alegro de veros, chicos —dijo, notándose en su tono de voz alegría y desahogo—. No sabéis la tranquilidad que me da saber que estáis de una pieza. Decidme, ¿sabéis algo del resto? ¿Sabéis algo de mi familia? ¿Os habéis puesto en contacto con el resto de flotas?  

Eran un montón de preguntas, pero sus compañeros también tenían preguntas para él. Se dispuso a contarles todo lo que había ocurrido desde su última llamada por den den mushi, pero entonces fueron interrumpidos, irónicamente, por otra llamada procedente de Katharina.

—Pásamela —le dijo a Therax, que era el que tenía del aparato en mano—. Katharina, aquí Zane —comentó, observando como su mano estaba manchada de negro. Al parecer las katana estaban manchadas, «¿tinta?», pensó mientras la bruja hablaba—. ¿Qué tramas? —le preguntó con cierto desconcierto—. Bueno, no importa. Si bien proteger Wano está dentro de mis prioridades por encima de cualquier cosa…, ahora mismo mi mente solo está enfocada en buscar información, y como veo que no has estado perdiendo el tiempo quizás puedas ayudarme —prosiguió, haciendo una leve pausa por si la bruja tenía que decir algo al respecto—. Tengo dos cosas que decirte, la primera es que si sabes algo sobre una organización llamada Estrella Oscura. Puedo asegurar que la fuerza bruta de alguno de sus miembros puede equipararse a la de cualquiera de nosotros, y tengo una cuenta pendiente con ellos. Y la segunda es que no esperaba que tu tripulante, por… ¿Kayadako? La chavalita de los cabellos violáceos, que estás profundamente enamorada de mí. La verdad me siento halagado, por que estás cañón, pero no creo que seamos compatibles más allá de una relación puramente platónica.

El pelirrojo esperó a que la conversación cesara, pero entonces de nuevo le preguntó algo.

—Oye, Katharina, ¿sabes si han llevado a los habitantes de Wano a algún lugar seguro? —preguntó. Su tono de voz se tornó serio, mientras que en sus heterocromados ojos podía notarse incertidumbre—. Está bien. Muchas gracias.

Colgó el aparato y se lo lanzó de nuevo a Therax. Y esa a vez sí que le narró todo lo que le había ocurrido sin interrupción alguna; al menos por el momento. Les dijo todo lo que había ocurrido, la reunión que había presenciado, que el líder de estrella oscura le quería vivo, la sonrisa extraña de ese sujeto llamado Henri antes de marcharse y, por último, la forma en la que había sido derrotado.

—Bueno, shurmanos, ¿qué ha ocurrido en estas dos semanas? ¿Estáis todos bien? —inquirió nuevamente, observando de nuevo la tinta de sus manos.—. ¿Sabéis de algún sitio en el que poder ducharme y comer algo? Llevo sin tomar nada decente desde que salimos del barco

Y el estómago de Zane rugió como una fiera.

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Aki D. Arlia
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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Sáb 6 Feb 2021 - 20:28}

Le habría gustado quedarse y hablar más tiempo con él, pero los ejércitos no tardaron en aproximarse y las prioridades resurgieron. En cuestión de segundos la expresión de la pelirroja se volvió seria, inmediatamente después de guiñarle un ojo a Dexter. Todo iría bien. No sabía cómo, pero iban a conseguirlo. Su postura cambió también y con un aire un tanto más regio, se agachó para mirar a Hitomi a los ojos.

-No deben saber quién eres. Todavía no. Será solo por un rato.

Le pasó la mano por delante, a unos centímetros de ella, y a medida que la recorría una ilusión cubría su cuerpo, disfrazándola de una niña totalmente anodina. Sus ropas se volvieron casuales y la ira en su mirada, si bien no se apagó, se ocultó tras un par de ojos marrones completamente sosos. Sabía que no le gustaba, pero había vidas en juego. Demasiadas.

Dejó que Dexter le dijera lo que precisaba a la heredera, antes de bajar con ella del edificio. No iba a dejarla sola y era el momento de tomar arduas decisiones. Miró alrededor de Datebaio y se dio cuenta de que había más gente de la que había supuesto en un principio. Su corazón se encogió al divisar a Ivan. Mentiría si dijera que no había tenido tiempo de llamarle, lo que le había faltado era coraje. Y ahora, el tiempo había terminado de escurrirse y cualquier explicación que fuera a darle sabría pobre, hecha con el lenguaje de las excusas. Se conformó con acercarse a él y decirle con toda la sinceridad que pudo reunir en el transcurso de un segundo, que no era poca:

-Lo siento. Prometo contártelo todo, en cuanto tengamos un respiro.

Intuía que iba a sumarse a Hitomi en la lista de personas cabreadas con ella y desde luego no le faltaban motivos. Darle la espalda le dolió, pero fue en ese instante cuando escuchó la voz proveniente del corazón de los ejércitos.

Frunció el ceño, examinando la situación. Estaban rodeados. Osuka había logrado llegar, pero a juzgar por lo que podía ver a esa distancia, estaba un tanto entretenido. Tan solo esperaba que no hubiera demasiadas bajas. Necesitaban mantener la moral de los suyos tan alta como fuera posible.

Era una tarea difícil y se volvió casi imposible cuando el enemigo mostró a sus rehenes. Aki apretó los dientes. Quien fuera que hablaba ni siquiera se dejaba ver y pese a que estaba clarísimo que no era alguien que le llegara a la suela de los talones a ninguno de los allí presentes, no podían llegar hasta él. Un paso en falso y dispararían, segando no pocas vidas.

Entregarse tampoco era una opción. En cuanto los caballos llegaron portando las cadenas, supo que había que actuar rápido. Fue la primera en recibirlos, con una sonrisa relajada y ojos que batían seductores como mariposas. Rápida como el rayo, utilizó el poder de su fruta para que los cinco caballeros le hicieran caso. Para que le desearan. Alzó la mano y la posó en la del primero, dedicándole una sonrisa especial. O, al menos, para él lo sería.

-De acuerdo.- dijo simplemente. - Dadme las cadenas, yo las distribuiré entre mis compañeros.

Presionó un poco más con su fruta y fue de uno en uno con intención de recogerlas. Agarró el borde de su falda, protegiéndose las manos con ella para poder coger las cadenas.

-Me colocaré las mías en cuanto termine.- Añadió con un pequeño guiño de ojos.- Quizá tenga que convencer a alguien y no queremos que tenga que sentarme antes, ¿verdad?

Una vez las tuviera todas, miraría a su alrededor e iría con aquellos que supuestamente deberían ser presos. Tan pronto se diera la vuelta su expresión volvería a ser seria y formal. No quería que pensasen que realmente pretendía que se entregaran. Una vez estuviera con ellos, hablaría en voz baja y rápida.

-Katharina, ¿es así? Creo que nunca nos hemos cruzado, pero he oído hablar de ti. Diría que un placer, pero la situación es peliaguda. En cualquier caso, tengo un plan. Sé que no soy la única aquí que puede hacer aparentar algo que no es. Esconderé las cadenas. Iré uno por uno, que parezca que os las ponéis.

Hizo eso mismo, confiando en que le harían caso. No tenía mucho más que la fe de su parte, pero el tiempo apremiaba. El último al que trató de encadenar fue Dexter, pero en lugar de hacer como que le atrapaba, comenzó a hacer como que se las colocaba.

-Tú no vas a entregarte. Vas a negociar la libertad de los rehenes. Una vez todos estén a salvo con nosotros, te colocarás las cadenas e irás pacíficamente a donde te manden. Teóricamente.- Esbozó una pequeña sonrisa traviesa.- Una vez les hayan liberado, podremos liderar el ataque.

Una vez esbozado el plan, solo quedaba esperar. Esperar y ver cómo se desarrollaba todo. Aguardó, contando los segundos y conteniendo la respiración a ratos, resistiendo la tentación de cruzar los dedos.

Todo iría bien. No había una segunda opción.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Dom 7 Feb 2021 - 1:41}

Antes de emprender el vuelo…

Ignoró convenientemente la primera pregunta del pelirrojo pues, desde su punto de vista, no aportaba a la negociación. A partir de ahora todo sería para «proteger Wano». Por otra parte, seleccionó rápidamente la información dispuesta a entregarle a Zane. Si bien había muchísimos otros secretos, tenía una noción bastante acertada de quiénes eran los de la Estrella Oscura. Sin embargo...

—¡¿Que Kayadako ha dicho qué?! —rugió como si fuera a comerse al caracolófono—. Esa maldita arpía no se cansa de difamarme… Escucha, no estoy enamorada de ti y probablemente seas uno de los últimos hombres en el que me fijaría. Como dices, somos absolutamente incompatibles. ¿Podemos hablar de asuntos más importantes? —le preguntó. Estaba hecha un tomate de lo roja que estaba, lo único blanco eran sus ojos. Le tomó tiempo tranquilizarse, y cuando lo hizo volvió a hablar—: La Estrella Oscura porta el estandarte de una tripulación pirata famosa hace doscientos años, más o menos. Fueron contratados por Berthil para proteger la isla, pero intuyo que han estado aliados con Hipatia y C. Zar desde mucho antes.

¡¿Cómo se le ocurría mentir así a esa perra venenosa?! Le había perdonado más que a ninguna otra persona, pero ya no más. Siempre se burlaba de su supuesto peso e incluso había escrito un estudio histórico para decir que Katharina era una gorda idiota. La trataría como el animal que era y, por su bien, esperaba que no se quejara en las noches de las palizas diarias.

—¿A un lugar seguro…? Mis chicos acaban de liberar un pueblo dominado por unos gyojins y, si extrapolamos esa situación a un plano general, diría que Udon está bajo el yugo de los peces de Hipatia —contestó la última pregunta de Zane—. Si tienes información sobre la Estrella Oscura y sus miembros me la comentas luego. Ahora voy camino a hablar con Dexter Black. —Iba a cortar, pero justo se acordó de un detalle importante—. Ah, ten cuidado con la tinta. Adiós.

Una vez en los cielos de Datebaio…

Las sospechas fueron comprobadas cuando vio a los ejércitos marchar hacia el pueblo de Datebaio. Primero, C. Zar estaba aliado con Hipatia; segundo, su ejército continuaba operando en la península. La idea de infiltrarse a Onigashima tomaba más fuerza que antes, pero primero se ocuparía de los preparativos para la Gran Guerra: una alianza con Dexter Black. Si contaba con el respaldo de fuerzas tan considerables como la del Ejército Revolucionario y la flota del Emperador Kenshin, la Marina se lo pensaría dos veces antes de darle una puñalada.

Los aldeanos miraron con asombro y espanto en partes iguales a los piratas que acababan de llegar. Puede que el mundo conociera a Katharina como una persona con más buenas que malas acciones, pero Ivan era completamente lo opuesto. Como las miradas de unos extras le daban igual, las ignoró y avanzó dejándose arrastrar por la escandalosa presencia de Black.

Y allí lo vio.

Estaba acostumbrada a tratar con gente innecesariamente alta, por lo que los más de dos metros de altura de Black no le sorprendieron. Ni el brillo de sus ojos ni su cabello bicolor le importaban. Estudió sus marcas de expresión y su postura, lo analizó como si fuera un objeto merecedor de tanta atención. Si tuviera que asociar a Black con una palabra, escogería «fuerza». Y no se refería al tamaño de sus músculos, sino a la templanza escondida tras su mirada. El «hombre más fuerte» tenía que poder soportar el peso de ese título sobre sus hombros con todo lo que conllevaba. Y, pese a todo ello, distinguió un atisbo de miedo que le hizo pensar una cosa: Dexter Black todavía era un hombre.

También reconoció al que estaba junto a Black, lo había visto en los periódicos hacía unos meses. Era un simple teniente del Ejército Revolucionario, alguien llamado Prometeo al que se le acusaba de destruir una fábrica armamentística. No obstante, esa mirada rebosante de inocencia que alcanzaba la ternura… ¿En serio había estado implicado en algo así? Bueno, el Gobierno Mundial era un experto en tergiversar la realidad y moldearla a su conveniencia. Para que ese chico, quien era incluso más alto que Black, pudiera estar ahí significaba que tenía una fuerza a considerar.

Había una chica con cuernos, una famosa y apuesta pirata y, por último, el buen amigo de su excapitán: el revolucionario Osuka Sumisu. ¿Cómo podía haber tanta gente importante en un pueblo tan pequeño? Tenía que hacer algo para que su presencia se notara por encima de la del resto, aunque, siendo sinceros, tampoco hacía demasiada falta. El único que estaba a su altura era Black.

—Debes saber quién soy, pero considerando la situación en la que estamos me saltaré las presentaciones. Para combatir la triple alianza entre Julius C. Zar, La Estrella Oscura y la Reina Gyojin, Hipatia, he venido a hablar contigo para hacerles frente —le dijo con tono serio, mirando incómodamente hacia arriba—. Te ayudaré a enfrentar los ejércitos que se reúnen alrededor del pueblo y luego nos sentaremos a negociar los términos.

Eso era. Había tomado la iniciativa y se había mostrado ligeramente dominante, aunque sin llegar a ser prepotente ni altanera. Sí que se había apresurado en tomar una decisión por todos, pero tampoco estaba tan mal, ¿verdad? Convertiría el campo de batalla en un auténtico infierno y aniquilaría brutalmente al enemigo. La situación no podía ser más conveniente.

Sin embargo, el que hubiera tantos rehenes cambió por completo el panorama. Ya no podía hacer llover fuego sobre el enemigo, no porque le importasen las vidas de esos hombres, sino porque el Ejército Revolucionario estaba en la obligación de ayudarlos. Además, Black no se aliaría con alguien capaz de abandonarlos con tal facilidad. Ahora le tocaba pensar en una manera de salvar a los malditos rehenes. Y algo se le había ocurrido: aniquilación total.

Los caballos llegaron y la pirata que había hablado con Ivan los recibió con una tranquilidad sospechosa. Esa mujer… Había pensado algo, podía verlo, así que guardó silencio cuando recibió tan campantemente las cadenas. Se le acercó y le explicó en pocas palabras el plan: quería engañar a los hombres de C. Zar. Bueno, podía hacerlo por ella. Tampoco es que se sentiría culpable si es que los rehenes morían. Ahora bien, ¿qué les impedía matarlos una vez se entregasen?

—De acuerdo, pero debemos ir un paso por delante —respondió sin ninguna expresión, y entonces sus ojos emitieron un brillo azulado: había comenzado a canalizar magia—. ¡Escúchenme, malditas ratas! —gritó hacia el exterior, desde una posición visible, y comenzó a formar una bola de fuego encima de ella que crecía a un ritmo vertiginoso, la cual ascendía cada vez más—. ¡Me he tomado las molestias de preparar este gran juego para ustedes! —Una sonrisa de villana se dibujó en su rostro—. ¡Dentro de esta bola de fuego hay un hechizo muy poderoso condicionado a la promesa de liberar a los rehenes! ¡Nos entregaremos, pero si rompen su palabra una lluvia de fuego caerá sobre ustedes! Y, por favor, no se preocupen: es solo una advertencia.

La esfera de fuego continuaría creciendo hasta alcanzar un tamaño absurdo, aunque a un ritmo cada vez más lento. Tenía que seguir el plan de Aki y hacer parecer que estaba encadenando a los que quería el enemigo. Para ello crearía una serie de ilusiones, manteniendo la textura medianamente áspera de la aleación, estando más caliente arriba que abajo (por la presencia de la bola de fuego), intentando coordinarse a la perfección con la pirata para que nadie sospechara. Llegado el momento, ella también se colocaría los grilletes.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Dom 7 Feb 2021 - 13:56}

No estaba a una gran altura, pero desde allí se veía todo con más claridad, aunque fuera solamente porque libre de edificios semiderruidos y escombros podía ver el horizonte tranquilamente. No era una visión agradable, pero pese a todo le transmitía cierta paz: Los ejércitos avanzando a paso firme por la llanura, altos los pendones y tambores tocando atronadoras marchas de guerra, enmudecidos por el ruido seco de una infinidad de pasos perfectamente coordinados. Las marchas militares eran sobrecogedoras, más a cada minuto que pasaba, más con cada metro que se acercaban.

Apenas sí se dio cuenta a medida que todos iban llegando. Prometeo lo había hecho poco antes desde el norte, pero Aki llegó como el amanecer por el este, envuelta en su disfraz de Lysbeth y cargada con una niña que era, asimismo, la pieza clave en todos los conflictos que asolaban Wano, tal vez incluso en el que estaba tan cerca de producirse.

En realidad, aunque entendía sus miedos, de una manera racional no eran sino sandeces; ningún ejército osaría atacar mientras Aki y él estuviesen en el lugar, mucho menos tras la adición de Osuka. Sin embargo, la pirata optó por arengar al pequeño ejército con relativo éxito, asegurándose poco después de, por si él no se había dado cuenta, ir a saludarlo personalmente. No de manera protocolaria, pero tampoco es que hubiese protocolo válido que pudiesen utilizar tras tanto tiempo. Sin embargo, no era momento de mencionar el pavo. De hecho, el pavo no quería ser mencionado en esa situación.

- Ojalá fuesen buenos -contestó, sin levantarse. Tampoco desvió la mirada de la amenaza, cada vez más cercana-. Hitomi, por favor, ¿podrías sentarte a mi lado?

Aunque no se dirigió a la pirata acarició su pierna, invitándola también a ponerse al otro lado. Se mantuvo a la espera por un momento, también por dos y por tres más. El ejército estaba ya muy cerca, al punto de que un choque frontal era ya posible, pero se mantuvo impertérrito hasta pasados un par de minutos. Entonces, habló:

- Creo que nos hemos visto antes, aunque nunca desde tan cerca. -Había visto al antiguo Shogun tres veces en su vida. Era probable que hubiese sucedido-. También va a ser la primera vez que hablemos. Esperaba que si este día llegaba alguna vez fuese una visita de cortesía, pero parece que el destino tenía otros planes. Fíjate en los ejércitos, y mira a toda la gente que hay debajo de ti. Temerosos, pero no cobardes; están dispuestos a dar la vida por su tierra. No son soldados; no son tus soldados. No luchan por ti, sino por tu país que es tan suyo como tuyo. Pero tú ya sabes eso, imagino.

Se detuvieron. También calló Dexter, viendo con horror cómo un cordón de rehenes se extendía por todo el círculo. Así que ese era su plan. Suspiró, tratando de calmarse, por un par de segundos, y con toda la paz de la que pudo armarse, siguió hablando:

- Tienes un poder del que cualquiera de ellos carece: Tu linaje, tu voz, la justicia y el honor en el que te has educado... Sin ti, o sin alguien que pueda guiarlos a la victoria, están condenados. Necesitan un líder que erradique el miedo de sus corazones, que cuide las heridas de su alma, alguien que pueda escuchar sus necesidades sin oírlas, y que pueda cubrirlas antes de que surjan. Tu padre lo sabía, pero ahora tu pueblo necesita que lo sepas tú. Yo puedo llevarlos a la batalla, pero pronto abandonaré estas tierras. Por eso, Hitomi, debo pedirte un favor muy importante: Sálvalos a todos. Hazles escuchar quién eres, y conviértete en la líder que necesitan. Dales esperanza.

Puso una mano en su hombro, y se levantó. No necesitaba guardias mientras él pudiese protegerla, pero estaban en la situación más precaria imaginable: Para completar el cuadro de horrores que se trazaba en el lugar, apareció desde el sur Katharina. Se plantó frente a él, altiva como había escuchado que era, y dio por sentado que iban a negociar sin temor a una negativa. No estaba acostumbrado a que una persona tan pequeña le mirase por encima del hombro, pero al menos respiró tranquilo sabiendo que no venía a provocar una nueva masacre; no podría haberle parado los pies sin arrasar la región de Udon al completo, probablemente.

- No hay nada que negociar -respondió, con tono severo-. Ayudar a expulsar a la Estrella Oscura es tu deber, y arreglar este desastre también. Por lo menos me alegra saber que te has puesto del lado correcto.

Dirigió a Ivan la misma mirada de desaprobación que a la bruja. De no ser por su intromisión la Estrella habría sido barrida -o dañada- por la Marina seriamente, y no podría haber sucedido semejante catástrofe. No iba a tolerar triunfalismos en esa situación, mucho menos que nadie le vendiera que estar allí era hacerle un favor. Mucho menos teniendo en cuenta el volátil carácter de la bruja, su afición por el fuego y su falta de remordimientos ante verdaderas atrocidades.

- Toda ayuda es bienvenida, en cualquier caso, si tienes claro qué implica ayudar al bien de Wano.

Habría dicho más, pero el mensaje de Zar estaba claro y sus opciones limitadas. Por suerte, Aki había sido ágil de mente y no había tardado en actuar. Tenía un plan sencillo que, en verdad, resultaba tener pocas fisuras. Aunque una de ellas era la que todos esperaban: Mientras la pelirroja le explicaba que no debía ponerse las cadenas hasta el final, Katharina comenzó a iluminar el cielo con una bola de fuego cada vez más grande, mientras gritaba que tenía un juego listo. Tras eso, fingió ponerse las cadenas.

No ocultó su incomodidad, pero asumiendo que la estrategia de Aki hubiese dado sus frutos tomó un par de grilletes con las manos. Podía calibrar su pureza con un par de pruebas algo vagas, y la primera era el efecto sobre sí mismo. Era bueno, una gran adición a su colección. Bajó del edificio de un salto, haciendo una reverencia a Hitomi desde el suelo, y echó a andar hacia Osuka.

- Prepárales una sorpresa para cuando liberen a los rehenes.

Tiró los grilletes por una de las ventanas, haciendo un gesto a uno de los críos para que lo recogiese. Sin embargo, en sus manos apareció la ilusión de unos exactamente iguales, así como alrededor de las muñecas de Aki, Osu y Ivan. Esperaba que se comportasen de manera acorde para que la ilusión no se quebrase, pero caminó lentamente hacia el pasillo que habían formado los ejércitos. La esfera de fuego emitía un brillo cegador; se alegraba de estar de espaldas a ella.

- ¡Hay algo de ejército en vuestra inmoralidad! -rugió, buscando a los oficiales-. ¡Pero también una apuesta muy arriesgada en vuestras manos! Sin embargo, hoy me siento generoso. ¡¿Cuántos de vosotros, ejército del gran Hemperador, sois asesinos?! ¡¿Cuántos, hombres del mar, buscáis la destrucción en el odio de vuestra reina enajenada?! ¡Miles de hombres al servicio de una idea, ¿verdad?! ¡Soldados, ¿cuándo vuestra causa se volvió tan injusta?! Si buscabais en Iulius al magnánimo líder que el mundo tanto necesita, decidme: ¡¿Cómo entra en el mundo que soñáis usar al débil como escudo?! -No era concebible que un ejército tan bien organizado estuviese formado enteramente por piratas, o no al menos piratas bañados en el caos-. ¡¿Todos vosotros estáis orgullosos de ocultaros tras tanta ruindad?! ¡¿Y qué me decís vosotros, guerreros de las profundidades?! ¡Lucháis porque el hombre durante siglos os lo ha arrebatado todo, pero, ¿qué culpa tienen ellos?! ¡Respondeos a vosotros mismos por qué os revolvéis contra la opresión tiránica del Gobierno Mundial asesinando a gente que no puede defenderse de vuestro poder! ¡Decidme por qué vuestra emperatriz os ha traído a luchar y a morir en una tierra que no es, ni se acerca, a la raíz de vuestros males! ¡¿Estáis seguros de que peleáis en el lado correcto?!

Observó el panorama frente a él. Dos ejércitos, centenares de rehenes, millares de soldados. Algunos podían creer en sus líderes, pero igual que sus muchachos luchaban por la tierra, muchos otros perseguían una idea. Y, si bien una idea no podía morir ni ser herida, era precisamente por esa naturaleza que las traiciones se acometían: Por una simple idea.

- ¡Sé que pensaréis en ello esta noche, pero no hay tiempo que perder! ¡Si buscáis un mundo justo, deponed las armas y uníos a mí! ¡Juntos lograremos el sueño que compartimos! ¡Pero si solo buscáis sangre y destrucción, las vidas de vuestros rehenes ya se han perdido! ¡Tenéis un minuto para liberar a todos los rehenes! ¡Los soldados que quieran venir con ellos serán bienvenidos, y sus crímenes perdonados! -Dejó que su eco resonase por un instante antes de continuar, en voz mucho más baja-. Si lo hacéis, terminaré de ponerme las esposas. Si no... -Sonrió por un instante-. Ya sabéis lo que os espera; por eso los habéis traído.

Tras eso, esperó.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Dom 7 Feb 2021 - 17:10}

Aquel era un tipo también muy hábil en el combate, algo esperable dado que mataba por gusto. Estaba seguro de que eso le daba mucha más experiencia en combate que la que tenía yo. A lo mejor no conocía mis habilidades, pero la experiencia era un factor clave a la hora del combate. Cuando iba a atacarle en contra con mis uñas este se giró y chocamos los ataques.

El impacto provocó un sonido algo estridente. Como si dos cosas tremendamente duras se hubiesen rayado. Tras eso con un movimiento rápido giró sobre sí mismo para intentar darme en la cabeza con el talón cubierto por algo blanco. Era posible que me hubiese dado tiempo a esquivar o por lo menos defenderme, pero dejé que aquella patada me impactase, aunque antes de que eso sucediese todo el azúcar de mi cuerpo se volvió lo más dura y tenaz de lo que era capaz.

Salí volando unos cuantos metros hasta chocar contra una pared en la que quedé ligeramente incrustado, haciendo como que me encontraba en mal estado. Como me esperé mi oponente no se hizo esperar y apareció rápidamente delante de mí y cruzando sus brazos me dio un zarpazo con cada mano en el cuello.

Al igual que cuando chocamos las manos con el impacto de sus manos en mi cuello sonó un ruido chirriante y bastante molesto para los oídos. Moví el cuello como si lo tuviese tenso y levanté el brazo para dejar a la altura de mis ojos la mano. La miré ahora de rasgos más angulosos y con el mismo tono blanquecino que le había visto en su talón. La cerré en un puño. Luego relajé el brazo y volví a abrir la mano para prepararme para el siguiente embiste.

-¿Qué opinas? ¿No está mal para un médico verdad? – le pregunté al preso. – Curioso poder el que tienes.

Antes de que pudiese volver a saltar al ataque avancé tan rápido como pude e intenté darle un par de arañazos, el primero en diagonal desde su pierna derecha hacia su hombro izquierdo y luego continué dando un giro rápido para coger inercia e intentar clavar mis dedos en su pecho, pero sabía que no serviría de mucho.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Lun 8 Feb 2021 - 3:53}

Se mostró impertérrito ante la respuesta del gran comandante. Si bien no había escuchado mucho sobre Dexter Black, más allá de que poseía un poder inconmensurable, jamás imaginó que sería un hombre pragmático. No era un rasgo malo, por supuesto que no, sino más bien todo lo contrario: era una cualidad apropiada para el líder de la Armada Revolucionaria. Entendía las palabras del comandante, incluso las compartía. Todos los seres humanos merecían ser ser salvados y, pese a que la parte más oscura de sí rechazaba a los hombres de C. Zar, la humanidad estaba compuesta por los buenos y por los malos. Y si había de estos últimos, era porque todos habían fallado.

—Tampoco sé si el día de mañana estaré con vida —comenzó a responder con una sonrisa apagada y su mano buscó inconscientemente su pecho. Estaba enfermo y, de acuerdo a sus cálculos, le quedaban unos diez meses; quizás menos—, pero lo desconocido jamás ha detenido a la humanidad. Le devolvimos la esperanza al señor Kagemusha, le permitimos que pueda creer una vez más, porque no todas las batallas se libran con espadas. —Prometeo buscó la mirada de Dexter—. Los salvaremos a todos, comandante —sentenció, apretando con determinación el puño—. Cuando esta guerra termine los hombres podrán volver con sus familias.

Guardó silencio cuando Hitomi-sama, como le llamaban los samuráis de Hakumai, se reunió con el comandante. «Dales esperanza». Prometeo sonrió y se sintió orgulloso de pertenecer al Ejército Revolucionario. No estaba seguro de si había elegido el bando correcto, pero ¿importaba? Mientras pudiera ayudar a la gente, a todos aquellos que lo necesitaban, no se lamentaría de su decisión porque, después de más de un año, por fin podía decir que él también decidió unirse a la Armada. Haría todo lo posible para encender la antorcha de la esperanza, haría todo lo posible para mantenerla viva, haría…

El teniente frunció el ceño cuando sintió una pesada y poderosa presencia. Sus ojos se detuvieron en el hombre que había conocido hacía dos semanas. Ivan Markov era un hombre extraordinariamente poderoso, y también amable. Sin embargo, la señora que estaba a su lado… La había visto en los carteles de Se busca, aunque nunca esperó que fuera tan pequeña. Caminó hacia donde estaban ellos sin prestar atención a los aldeanos y se dirigió únicamente al comandante, como si el resto no existiera. Había escuchado… cosas. Katharina había intentado estudiar el pasado, esa parte prohibida de la historia, y el Gobierno Mundial le acusó de traición. Quería creer que era una buena persona al ofrecer su ayuda, pero la frialdad de sus ojos le decían lo contrario.

—No puede entregarse, comandante, los hombres de C. Zar jamás cumplen su palabra y una vez lo haga, atacarán a los rehenes —le dijo Prometeo, ignorando la intervención de la señora pequeña—. Si vamos a luchar, permítame estar en la retaguardia. Como médico he jurado salvar vidas, no quitarlas —continuó, y enseguida esbozó una sonrisa mientras una llama azul con lenguas doradas bailaba en su mano—. Montaré una enfermería y sanaré a todos los que pueda con este poder.

A continuación, le preguntaría a la gente de Datebaio por algún edificio lo suficientemente grande como para montar un hospital temporal. Si había otro médico en el pueblo, podrían salvar muchas más vidas. También lo preguntaría. Su intención era usar las llamas del fénix para cuidar a los heridos. Era consciente del trabajo que tenía por delante, pero, si de verdad quería ser de ayuda, no podía ceder ante el cansancio. Así como todos se estaban esforzando, él también lo haría.

—¡Todos los que no puedan luchar, acompáñenme, por favor! —diría al final. Necesitaría voluntarios para trasladar a los heridos.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Lun 8 Feb 2021 - 13:12}

Realmente no tenía nada claro de lo que estaba hablando su mujer. ¿Al final ponía huevos o no? ¿Y a las sirenas les duraba el embarazo nueve meses, como les pasaba a las cebras? Era todo sumamente confuso, porque a Hipatia siempre le había gustado hablar con enigmas y metáforas complicadas. Menos cuando le amenazaba. En cuanto a eso, aún tendría que dar gracias por que no hubiese soltado a ese tiburón sierra que se compró para que le mordiera.

-¿Nuestro pueblo... es tu hijo? ¿ O es el mundo? ¿O Wano? Estoy confuso. -”¡No, Augustus, un samurái no debe mostrarse débil”-. Oh, sí, claro, tiene mucho sentido.

Para nada. Ella le estaba contando cosas muy raras, pero algo le decía a Maki que iban por buen camino. El hecho de que hablasen sin que él acabase llorando era una buena señal, aunque también podía ser que estuviese planeando alguna maldad más enrevesada y cruel y solo estuviera intentando que se confiara.

-Pero entonces ¿el bebé cuándo llega?

Maki no se imaginaba como padre de un niño o una niña, pero menos aún de un país entero. ¿No podían irse a su casa sin más? Tenían un palacio esperándoles y un reino entero que modelar a imagen de la filosofía revolucionaria del neomakisianismo moderado. No se le había perdido nada en ese sitio tan raro.

Lo bueno era que estaba ya todo preparado. Los Centellas le hacían señas desde el escenario que habían montado en el jardín. Ya estaban todos disfrazados. Podían comenzar con la obra cuando quisieran, aunque les vendría bien algo más de público.

-He preparado algo para reconquistarte y convencerte, esposa. Si me lo permites, la Compañía Teatral Rebelde-chan entra en acción. ¡Konoyarús, lanzad los fuegos artificiales! Vamos a montar un espectáculo que nunca se olvidará.

Y si no se aclaraba sobre lo que su señora le estaba diciendo, siempre podía volver a la estrategia inicial y salir de allí por patas con ella en brazos.
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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Lun 8 Feb 2021 - 20:12}

Incomprensiblemente aquellos dos soldados parecían hechos de una pasta especial. Estaban lo suficiente locos, o tenían su propia vida en una estima lo suficientemente baja como para no haber cedido ni un ápice a su bravata. Aquello no le había pasado prácticamente nunca. Su labia y su talento para ganarse a las personas muy rara vez fallaban, y más aún con simples soldados, personas de nivel sociocultural en principio no demasiado alto y no especialmente versados en los entresijos de la interacción social.

Por el contrario, la situación parecía estar tornándose muy peligrosa. Los dos vigilantes exigieron de nuevo saber su nombre y destacamento. El joven, que tenía muy claros los detalles que debía dar, no perdió ni un momento en contestar:

- Como os he dicho mi nombre es Roy Hodgson, miembro del tercer destacamento. Actualmente no tengo asignado un lugar donde dormir, pues he llegado hoy a la capital en solitario. Llevo dos semanas separado de mi unidad camino de la Capital y he entregado hoy mismo en palacio un mensaje urgente para Su Majestad de mi oficial al mando, Amadeus Swordmeister. Y tras entregárselo la reina en persona me encargó esta tarea. Entended que se trata de una situación de máxima excepcionalidad, así como de información clasificada al más alto nivel, y que ese es el motivo de que no porte conmigo ningún documento. Solo os pido, ya no por vosotros, sino por mí propia salud, que me permitáis dirigirme a palacio con uno de los médicos. Solo así, una vez haya cumplido con mi deber, podré al fin dormir en una cama.

La voz del samurái trataba de reflejar en aquellos momentos un profundo cansancio mezclado con sentido del deber y un toque de desesperación. Su postura transmitía también agotamiento, así como ausencia de ganas de pelear o discutir y cierta tristeza. Sabía que el nombre del líder de aquel destacamento era muy conocido y respetado y que no se tenían noticias suyas desde hacía dos semanas, algo lógico por otra parte, pues había muerto a sus manos. También era consciente de que probablemente hubieran escuchado acerca de la llegada a la ciudad de un mensajero de Amadeus para la reina. Probablemente, imaginando muy malas noticias y una situación desesperada y viendo el aspecto cansado y abatido del supuesto mensajero comenzaran a creer en sus palabras.

La confrontación no era la estrategia a seguir en aquellos momentos, por lo que el paso atrás que había dado era probablemente lo más inteligente. Aún así, y aunque no se notara a simple vista, los nervios comenzaban a atenazar su corazón. ¿Conseguiría sacar a un médico de allí a tiempo para salvar la vida de su maestro? No podía fallar, se jugaba demasiado.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Lun 8 Feb 2021 - 20:28}

Las palabras de aquellos hombres con respecto a un lugar que llamaban "La Floristería" eran muy extrañas. Tanto que incluso Marc, con nula capacidad para leer entre líneas lo que se le decía, creyó entender que sí que habían visto a Zane aunque dijeran lo contrario. Algunos de ellos continuaron su persecución, pero aquello pasó rápidamente a un segundo plano ante la llegada desde las alturas de su capitán.

- ¡Zane! - Exclamó Marc, que ante el vano intento del pelirrojo de abrazarles a ambos al mismo tiempo rodeó a sus dos amigos con los brazos y los levantó en volandas durante unos segundos en un abrazo lleno de cariño y de alivio por estar los tres juntos de nuevo.

Una vez le soltó se vieron interrumpidos por la llamada de una antigua miembro de su banda. Katharina, a quien el semigigante echaba de menos desde que se fue pese a que no habían llegado a hacerse tan íntimos amigos. Al parecer tanto ella como Zane tenían noticias importantes que compartir acerca de una alianza entre el Yonkou Julius C Tzar y la reina gyojin, así como una organización de la que Marc no había oído hablar nunca llamada "La Estrella Oscura".

Tras terminar su conversación con la bruja su capitán les puso al día, contándoles sus peripecias desde que se separaron. Así mismo el semigigante le contó lo que habían hecho él y Therax aquellas dos semanas, peleando por la resistencia de Wano, liberando territorios ocupados y contribuyendo al retroceso del ejército gyojin hacia la Capital de las Flores.

- Y ahora, ¿qué hacemos? - Preguntó a sus amigos una vez los tres estuvieron enterados de todo lo que cada uno de ellos sabía.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Lun 8 Feb 2021 - 20:58}

Agradecía el buen gesto de Ivan, pero Xandra iba a cagarse en todo lo que se menea. Su discurso perdía potencia si la gente echaba a correr y, sin duda, los zombies cumplían muy bien esa función de espantar al personal. La científica suspiró y se tranquilizó rápido, vale, a ver, estaba Ino ya intentando calmar a los habitantes de la aldea, ella podía ponerse a dirigir a los zombies. Por suerte aquella jovenzuela, Rose, no tardó en llegar, entregándole los planos de las murallas de Katharna.

Rose, ¿te importa ser nuestra vigía? Hemos levantado las cruces para mandar un mensaje a los gyojin pero puede que intenten atacarnos de vuelta. Creo que puedo ocuparme de los aldeanos cuando ponga a trabajar a los zombies en esto. Gracias por echarnos una mano, por cierto —pidió y, después, se dirigió hacia el tropel de zombies que estaban ahí esperando como pasmarotes. Con los planos en la mano y suponiendo que Katharina los habría diseñado para que Xandra pudiera leerlos, se acercó a la muchedumbre medio podrida.

¡Eh, eh, prestadme un poco de atención, sé que podéis oirme! —exclamó. Ahora que tenía su atención, extendió el plano frente a ellos y empezó a dar instrucciones.
Tú, tú, tú, tú, tú y tú ahí, vosotros por allí, os encargáis de esta parte de aquí. Esto quedaría mejor con piedra pero lo único que hay es madera, ahora os la conseguiré. La otra mitad de vosotros hará lo mismo pero en el otro lado, ¿preguntas? ¿no? No, "hadueihauidhea" y "blaaaaargh" no son preguntas válidas, todavía no os entiendo así que venga, con brío, hop hop. Cuando os consiga la madera os daré instrucciones algo más detalladas, de momento os quiero en posición —las dotes de liderazgo de Alexandra solo eran comparables a su estupidez selectiva. Fue señalándoles dónde tenían que estar y, acto seguido, recogió los planos y se fue hacia los aldeanos. Supuso que Ivan les había dicho que la obedecieran -porque de no ser así al vampiro le esperaba una colleja- así que los dejó a su aire y fue con Ino.

Tranquilizáos, no vienen a comeros, son... —no sabía bien cómo explicar que los había enviado un compañero bandido mientras un proyecto de Yonkō preparaba una invasión, así que hizo una de las cosas que llevaba haciendo desde que llegó a Wano: mentir como una bellaca —. Son almas que buscan proteger su tierra aún después de fallecer protegiéndola, no descansarán en paz hasta que vuelva la normalidad a vuestras tierras —bua, niquelado, esperaba que el aspecto de los dos -Ino y Xandra- ayudara a que se creyeran esa pantomima, eran un cabeza-jabalí y una especie de oni rosa, después de todo —. El caso es que son buena gente y van a ayudar a fortificar vuestra aldea. ¿Tenéis madera que podamos usar para construir barricadas y murallas? ¿tenemos permiso para usar la madera de las casas que estén destrozadas? —pidió.

Si tenían madera pues se volvería con los zombies para empezar a dar órdenes de recolectarla y empezar a usarla para... bueno, intentaría reproducir los planos, pero no sabía cómo de precisa era la mano de obra zombie.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Lun 8 Feb 2021 - 21:10}

Nick y Yaiza... Vile memorizó los nombres. Si quería salir beneficiado de este negocio, más le valía ser lo más cabal posible en esta ocasión. Ahora necesitaba aliados. Nox no parecía muy conforme con el plan, más que nada, porque desconocía sus pormenores... Y también las líneas generales. De hecho, si se lo hubiera contado, ya se habría llevado el tan prometido coscorrón. Pero la flota de C. Zar seguía en la costa de Wano, pidiendo ser obtenida por un mejor dueño... ¿Y qué mejor dueño sino Vile, a través de la gracia de Kenshin, que vería en sus manos una nueva flota de la que disfrutar? Por ahora, solo debía ser educado con Berthil y los suyos. Estaba más que seguro de que ellos también aborrecían la presencia del Emperador.

Antes de poder inventarse historias de lo más estrafalarias que probasen su amplio abanico de habilidades, e inflase aun más las de su camarada enmascarado, algo estalló en la lejanía. El estruendo fue horroroso, tanto que alteró la paz del altanero Berthil, consiguiendo que este dejase su pabellón. Vile habría sonreído si aquello no le hiciera parecer más sospechoso. ¡Su oportunidad! Yaiza ni siquiera tuvo que terminar su frase antes de que Vile tomase un semblante heroico que acompañó de una pose solemne.

-¡No te preocupes, Yaiza! -exclamó el músico-. ¡Mi intrépido compañero y yo no tenemos reparos en hacer frente a cualquier horror que nos espere! ¡Hemos visto cosas peores! ¡Vamos, Nox!

El joven pirata desenvainó su nueva espada y apuntó al lugar de la explosión, esperando a que el veterano, un guerrero más avezado, le acompañase. Sin pensárselo demasiado, fue a toda velocidad al epicentro de la misma. Una vez se acercase al cráter en el que el estallido había tenido lugar, frenaría y pondría su ojo bueno a escanear la zona. Desde luego que no querían caer en una trampa.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Lun 8 Feb 2021 - 21:55}

Si de alguna manera hubiese tenido que describir la seguridad de aquel lugar, habría dicho sin asomo de duda ni temor, que era deficitaria. Apenas me había topado con guardias en mi camino, mucho menos con uno decente. Parecía como si la seguridad de Oc no importase, o no hubiese ningún riesgo de verse comprometida. O sea, pude haberme topado con la seguridad de vez en cuando, pero los turnos resultaban cuanto menos predecibles una vez comprendido el patrón, y tampoco era que me resultase difícil ocultarme casi a simple vista de esa gente si no trataban activamente de buscarme. Sin embargo, humildad por un instante, algún susto puede que me hubiera llevado. Sin embargo, no parecía haber nada especial en su custodia más allá de la presencia de su acompañante en aquella reunión. Cómo no, llevado casi por una curiosidad malsana, poniendo todo mi empeño en no hacer ruido con mis pisadas -y por ende, no transmitir apenas vibraciones al suelo-, me acerqué a mirar. Sí, tal vez me hubiese detectado hace tiempo con su Haki, pero un poco de precaución nunca estaba de más; al fin y al cabo, si quisieran detenerme ya me habrían detenido.

Allí estaba él, o ella. No sabría decir cómo, ni por qué, pero sin duda aquel ser de género ambiguo era la tercera cosa más bonita que había visto en mi vida, por detrás de mí y de Zaina. Aunque no andaba lejos de Zaina, indudablemente aún estaba lejos de poder compararse conmigo, si bien había que decir a su favor que poseía una belleza terrenal, mientras que la naturaleza de mi atractivo era cuasi-divina. Escuchándolo hablar supe que era un hombre. Tenor, casi con total seguridad. Muy adecuado.

Parecía estar aliado con Hipatia. No, parecía ser la verdadera niñera de la caprichosa reina. Estaba delante de uno de los oficiales de Terra Kepler, de eso estaba seguro, y si no fuera porque al igual que yo, estaba seguro de que las fotografías no le harían justicia alguna a sus delicados rasgos, habría adivinado quién era, aunque tenía ya una cierta teoría, aunque lo que estaba claro era que, sin ninguna duda, tenía autoridad sobre el pequeño despojo. ¿Cuánta? No podía saberlo, pero sí podía darse cuenta de que, de una forma u otra, las piezas iban encajando: Oc escuchaba.

Podía ser sordo, y aunque lo dudaba estaba seguro de que había aprendido a interpretar las vibraciones en el suelo a modo de sonido. No tenía muy claro cómo eso podría funcionar mientras no estaba en el suelo, o se apoyaba en un cojín, o simplemente cuando cualquier persona se movía mientras "escuchaba". Pero, de algún modo, estaba claro que su mente asociaba el sonido a un determinado mecanismo neuronal que le permitía desencriptar las sutilezas del lenguaje. Cada vez tenía más ganas de diseccionarlo, pero era un momento muy malo para intentar nada en su contra; en el caso de que pudiese acercarme, marchar dependería de asesinar a uno de los pocos seres humanos que se podían comparar, aunque fuese en algo tan aleatorio y sin mérito como la belleza, conmigo. Como mínimo se cuidaba.

En cualquier caso debía actuar con prudencia. Lo más peligroso de Oc no estaba en poder o no afectarle con mis poderes, que ya lo había confirmado. Su verdadera fuerza estaba en que, de alguna forma, hasta dos veces había anulado mi influjo sobre esa perra, y aún no sabía a través de qué mecanismo lo hacía. Podía estar dotado de algún sentido innato para leer mis intenciones y se lo comunicaba para ponerla alerta, pero eso solo podría prevenir el trance, no revertirlo. Trabajaba con mecanismos que no entendía y eso hacía de él el ser más peligroso para mis intereses.

Si me habían detectado no tenía sentido esconderme, pero si no lo habían hecho no debía darme a ver tan fácilmente. Por ello opté por buscar a los guardias que acababa de evitar, pero sondeando las zonas con un gato por delante. En cuanto me los encontrase, dominados bajo el influjo del serv. Me estaba volviendo algo monotemático con esa técnica, pero mi vida estaba en juego y necesitaba a alguien que estuviese a mi favor.

En ningún momento desactivé mi Haki, estando firmemente atento a cuando el humano abandonase a Oc, porque la visita iba a hacerse llevase lo que llevase. Ya luego me encargaría de él.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Lun 8 Feb 2021 - 22:21}

¿Un honor conocer a un representante del clan Yamamoto…? ¡Oh, tal vez ese hombre conocía a los familiares del maestro! Yo adopté su apellido en un arrebato de arrogancia, pero lo cierto era que no tenía ninguno. Fui abandonada por mis padres y nunca supe nada de ellos. Inflé el pecho y levanté el pulgar, indicando que todo estaría bien. No es como si nunca hubiera peleado con un ejército que me superase doce a uno… Había conseguido la victoria en batallas imposibles de ganar, pero entonces contaba con mucha más información de la que contaba en Datebaio.

—¡Sí, haré todo lo posible!

Al poco tiempo llegó una pareja que se acercó al comandante a ritmo apresurado. Fue entonces que llevé la mano a mi nariz, intentando ignorar el olor que provenía de ese hombre. Era una putrefacta combinación entre maldad y muerte que opacaba al resto de los aromas. Jamás había sentido algo así, y su sola presencia era tal que permanecer en pie me resultaba difícil. Por culpa del hombre que más tarde conocería como Ivan Markov no pude sentir el aroma de la chica que le acompañaba. Y había una sola justificación para tan vil olor…

—¡A-Akuma! —le espeté en la cara al hombre, lanzándole un puñado de sal a la cara y preparando el agua sagrada—. ¡A-Abandona e-este cu-cuerpo y vuelve al infierno, demonio!

Tenía miedo, pero era mi deber como sacerdotisa. Las manos y las rodillas me temblaban. El corazón dentro de mi pecho parecía una bomba. Tucum, tucum, tucum. Podía oír mis propios latidos. Los demonios más poderosos eran inmunes a la sal, incluso había algunos que resistían el agua sagrada proveniente del manantial de Onigashima. Y como temía, no había funcionado. Masaka, ¡¿tendré que usar eso?!. Saqué una cantimplora (una caña de bambú bien trabajada) con un contenido muy especial que vertería sobre el demonio, pero…

—¿Qué crees que estás haciendo? —me preguntó la chica de la espada, dedicándome una mirada que me dejó tan helada como las ventiscas del Arbuda, que me quitó el aliento—. Vamos, Ivan, ignórala. Hemos venido a hablar con Black, no debemos buscar problemas con él.

Cuando giró la mirada por fin pude volver a respirar. Estaba sudando y las manos continuaban temblándome. Eres valiente pero estúpida, Shinobu, me dijo Shuten Douji con tono burlesco. ¿Por qué había estado tan callado? Como sea, intenté voltearme para ver lo que estaban haciendo, pero una mano cálida y amigable se posó en mi hombro. Era Tori-san.

—¿Me ayudas? Montaré una enfermería para los heridos —me dijo y, por increíble que sonara, sus palabras me tranquilizaron.

—Uhm, sí, está bien. Pero tengo que organizar la defensa y…

—Aún no es el momento. Un movimiento sospechoso de nuestra parte y matarán a los rehenes.

Y así hice.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Lun 8 Feb 2021 - 23:14}

La verdad es que visto desde fuera, la escena debería como mínimo esperpéntica. Un hombre patinando sobre hielo alrededor de una lombriz que vomita magma hasta hacerlo estallar y otro más pequeño aberronchado contra el rocaje vivo de la otra serpiente, sorbiendo el calor cual sanguijuela, mientras esta se retuerce en pánico como el brazo de un veraneante tratando de espantar un mosquito. Pero qué mejor momento para hacer cucaracha humana. Al fin y al cabo una piel de roca es fácil de agarrar, y si obviamos las constantes sacudidas y convulsiones, no era tan difícil maniobrar usando unas manos capaces aplastar una bala de cañón como si fuera una manzana.

Sin duda la visión de algo más pequeño reptando por el enorme cuerpo de la serpiente debía dar un poco de asco, pero tal y como me hizo entender el golpe que había dado contra el techo, no era buena idea quedarse en el mismo sitio durante mucho tiempo. Y hablando del sitio, había notado algo que debía comunicar a Al.

- Sigue tratando de encerrarla. Parece que tienen menos vitalidad conforme se enfrían. Si ha salido no es sólo porque quiera atacarte , necesita estar en contacto con algo caliente para vivir. Haz varias capas para aisl... ¡Macahoen! - Grité al morderme la lengua.

Era mala idea dar explicaciones complejas mientras hacías un rodeo extremo de serpientes ígneas en medio de las tripas de un volcán bajo un país en guerra. Podría resumir más la situación pero sería una explicación menos precisa. Por mi parte seguiría aferrado a la serpiente, tratando de absorber todo lo que pudiera mientras la mantenía aislada. Nada de ese calor volvería a su cuerpo. A lo mejor se volvía dócil si entendía quien mandaba, quien tenía control sobre su vida y su muerte. Con suerte hasta nos enseñaba la salida, o una ciudad subterránea con tesoros inimaginables. Había pasado demasiado tiempo sin ver el sol.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Lun 8 Feb 2021 - 23:57}

Había llegado a tiempo a la base de Datebaio, pero las buenas noticias se terminaron ahí, pues el cerco entre los piratas abanderados de C.Zar y los hombres pez los habían encerrado.

Por suerte, Lysbeth e Hitomi habían llegado sanos y a salvo en aquel momento estaban con el Zafiro. Ya era de dominio público de que Dexter tenía un don de gentes inigualable, por lo que estaba seguro que la joven heredera ya tenía que estar encantada con el yonkou de pelo dicromático.

En este barco simbólico al que el revolucionario se había montado, también estaban dos figuras conocidas; Katarina y Ivan Markov. La mujer era conocida por tener los poderes propios de una bruja, capaz de crear bolas de fuegos como soles y levantar hordas de muertos, al menos con la demostración que hizo de su poder, podía asegurar lo primero. Sobre Ivan, bueno, era un Markov. Había que estar viviendo bajo una piedra para conocer el nombre de la “aquelarre de la noche” como solía referirse el revolucionario a la familia vampírica. Nunca lo había visto en persona. Esperaba algo más de colmillos. Y palidez. Y orejas puntiagudas.

Cuando los atacantes comenzaron con sus exigencias, no se anduvieron con chiquitas. El revolucionario podría aguantar solo contra esa marea de malnacidos meses si hacía falta, pero chantajearlos con rehenes era jugar muy sucio. La sangre del oficial le hervía, hasta el punto de entrarle ganas de tirarse de cabeza y empezar a partir cabezas.
Esos pensamientos se desvanecieron cuando el zafiro capto su atención. Tenía un plan sencillo, pero eficaz, cosa que le gustaba al revolucionario. Viendo que Dexter le parecía darle permiso para desatar toda su mala leche cuando llegase el momento, el general sonrió de la misma manera que un niño va a una tienda de juguetes.

- Me encantan las sorpresas –le contesto a su vez que unos grilletes ilusorios aparecían en sus muñecas-. Estoy deseando ver qué cara ponen.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Mar 9 Feb 2021 - 0:49}

Sabía que la puntuación era solo en su cabeza. De haber habido jueces, estos habrían dado una puntuación máxima de seis, como dictaban los estándares internacionales del patinaje artístico. Sin embargo, agradeció mentalmente ser capaz de realizar movimientos tan perfectos como para montarse una película tan sublime en su cabeza. Al fin y al cabo, solía ser muy autocrítico una vez decidía trabajar -por eso solía posponerlo, en parte-. Aun así, había momentos en los que todo hombre, mujer o niño debía, fuera cual fuese su situación, raza o credo, trabajar: Salvar el mundo de la devastación era otra. Unir a todos los pueblos en una sola nación seguramente también, claro, pero sonaría a lema de villanos de segunda clase, tal vez acompañados por un gato. Odiaba a los gatos.

Sin embargo, si bien su ejercicio de patinaje había sido inolvidable, su idea de amantar en hielo a la pobre serpiente-lombriz-zurullo de magma para que no pasase demasiado calor no había dado el resultado esperado. Más bien, sí que produjo un efecto esperable, pero totalmente indeseado: El calor no tardó en hacer estallar la corteza en infinitos cristales. No se derretía, claro que no, su hielo era de calidad; pero dejó de concentrar energías en mantenerlo sólido y se hizo vapor al instante, ascendiendo como humedad que no tardó en congelarse, bajando más y más la temperatura de la sala.

Por un lado le daba miedo hacerlo, pues sin una temperatura estable pronto el pelirrojo no tendría fuente de calor a la que acudir, pero por el otro dejó que una gruesa capa de hielo a casi doscientos grados bajo cero se extendiese por todo el piso, paredes y techo. Arthur le había explicado una vez que subir la temperatura era mucho más fácil cuanto mayor era la temperatura, y menor cuanto más bajo caía el mercurio. Eso implicaba que calentar el ambiente en una tundra congelada resultaba mucho más complicado, y que los grados tenderían a descender poco a poco o, tal vez, a igualar la subida que los bichos estaban provocando. Además, tenía un plan.

- ¡Dicho y hecho! -gritó. Iba a amantarlas de nuevo.

Esa vez amantaría ambas a la vez, pero no de la misma forma. Se concentró en dibujar un ocho en su mente que corriera desde una a otra, rodeándolas, y empezó a generar hielo en partículas tan finas que se movían casi libremente. Podía generar la estructura, pero era tan frágil que se deshacía casi al momento, pero en lugar de una gruesa corteza de hielo impactaba en sus pétreos cuerpos con una fina lámina de hielo que iba rozando sus cuerpos, robándoles temperatura y, a medida que volvía cerca de él, volvía a enfriarlo. Esos bichos tenían el tiempo contado.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Mar 9 Feb 2021 - 1:18}

Therax asistió atónito a la conversación más surrealista que sus ojos jamás habían tenido el placer de contemplar. Habían hecho una pregunta sencilla y directa, la cual estaba siendo respondida con un sinfín de rodeos, innumerables negativas que ocultaban un mal disimulado sí. En definitiva, Zane se encontraba en el lugar que aquel grupo de maltrechos sujetos dejaba atrás. Se dispuso a pedir alguna indicación más, aun teniendo que someterse de nuevo a aquel espectáculo. No obstante, un grito familiar proveniente de los cielos atrajo su atención y le aisló por completo de todo lo que sucedía a su alrededor. El pelirrojo estaba en los cielos, y a juzgar por la dirección que seguía su mirada también les había visto.

El Descamisetado aterrizó junto a Marc y él, respondiendo a la conversación que acababa de iniciar Katharina a través del Den Den Mushi que portaba el rubio y contándoles todo lo que había vivido y averiguado durante las últimas dos semanas. El grandullón tomó la palabra antes de que el espadachín siquiera pensase en hacerlo, respondiendo a la información de su capitán con sus experiencias propias.

-Me puse en contacto con todas ellas antes de salir en tu busca, pero no han respondido ni una sola de las veces que he intentado pedir un informe de situación. Empiezo a temerme lo peor... Tal vez no fue buena idea dejarles atrás. ¿Habrán atacado la caravana? Les dije que no lo hiciesen si veían que la situación no era favorable, pero ya sabes cómo es la gente de aquí. De tu familia no hemos podido averiguar nada.

Los ojos de Therax habían dejado de analizar a los sujetos que habían interceptado, pasando a quedar fijos en la estructura natural que había abandonado el Emperador del Mar. Si allí dentro había personas capaces de atrapar a Zane no sólo eran un problema para los Hermanos de la Tormenta, sino para todo Wano. Por otro lado, la existencia de la Estrella Oscura arrojaba mucha luz sobre el por qué de los conflictos que habían estado asediando Wano antes de que todo estallase. Maldijo en su fuero interno, preguntándose si el devenir de los acontecimientos no podría haber sido bien diferente de no haber tenido que abandonar la tierra de los samuráis en el momento clave.

Hizo de nuevo de su Den Den Mushi para intentar establecer contacto con alguno de los suyos. Comenzó con Tushido, pues era por los habitantes del lugar por quienes estaba más preocupado al sentirse responsable directo de su destino. Los Piratas Colosos, el Escuadrón Marino y todos los demás habían demostrado suficiente poder en el pasado como para defenderse por sí mismos, pero no lo tenía tan claro con la resistencia a la que con tanto esfuerzo había dado forma.

Respondiesen o no, por primera vez en bastante tiempo, miraría a Zane con gesto inquisitivo y cierto destello de adrenalina en sus ojos. ¿Preferiría enfrentarse a los tipos de los que acababa de escapar o marcharse de allí para quemar las raíces de los males de su hogar?
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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Miér 10 Feb 2021 - 0:23}

Normas del capítulo:


  • Se moderará los martes entre las 22:00 y las 23:59.
  • No se puede postear los martes antes de la moderación.
  • Hay un reloj que marca el tiempo restante. Cuando acaba los temas se cierran.
  • Está prohibido metarrolear, powerrolear y demás actitudes tóxicas.
  • A más riesgo, más premio.
  • Como es tradición, el barco de Sons of Anarchy se hundirá en algún momento.
  • Cada post debe ocupar entre 250 y 1.200 palabras. Si no se está en estos límites, el post podría ser ignorado.
  • Es responsabilidad de un usuario comunicarse con la gente con la que interactúa.
  • Si un post tiene más de 15 faltas ortográficas por párrafo podría ser ignorado.
  • Hacer un resumen de acciones relevantes es obligatorio independientemente de la extensión.
  • La ley del plot no es a prueba de idiotas.


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Arashi, assemble:
Vile y Nox:
Inosuke, Xandra y Kaya:
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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Vie 12 Feb 2021 - 15:08}

El pelirrojo notaba como la tinta se propagaba por su mano derecha, llegando a envolver parte de su dorso como si tuviera vida propia. Entonces, vino a su mente el crío extraño que estaba con la tripulante de Katharina y de como hablaba de que le curase una mancha negra que no se iba. «¿Será lo mismo?», se preguntó cierta duda, sintiendo incomodidad en la mano. Era como cuando de niño metía el dedo en el fondo del posavelas después de una copiosa cena familiar, que notaba como tomaba forma alrededor de él. Rápidamente, se quitó el haori y lo puso sobre el suelo, poniendo las espadas en él y haciendo un paquete bien cerradito, tal y como le había enseñado su madre cuando era pequeño, el cual sujetó con su mano derecha como pudo.

—Veo que has hecho nuevos amigos —comentó en voz alta, mientras suspiraba—. Chicos creo que tenemos un pequeño problema… —Zane no pudo evitar mostrar una sonrisa tímida, seguida de una risotada nerviosa que, claramente, dejaba ver que estaba preocupado. ¿La razón? Su cabeza tan solo hacía evocar la sonrisa de ese sujeto llamado Henry—. La tinta que cubría la palma de mi mano ha empezado a propagarse por el dorso, y algo me dice que no va a parar ahí. Tengo algunas de ideas de como quitarme la cosa, pero antes me gustaría que llamaras a Nox. Aunque se aceptan ideas.

Espero a que sus compañeros dijeran su opinión, y luego sujetó el del den mushi con la mano limpia, pero no lo cogía. «Si alguien sabe cómo disolver tinta ese es Nox»

—Estará ocupado —comentó con cierto desdén—. Intentemos otros métodos.

Primero creó una llamarada portentosa en la palma de su mano, generando una llama tan intensa que superaba con creces los mil grados centígrados. El pelirrojo desconocía de que estaba compuesta la tinta en concreto, pero era un fluido, y los fluidos tendían a evaporarse a altas temperaturas —también lo haría sobre las armas si era eficaz—. Si no funcionaba, intentaría su segunda opción: orinarse encima. Zane una vez escucho que había una isla perdida por el nuevo mundo que usaba la orinaterapia como método para curar algunas enfermedades. ¿Verdad o simple bulo? No quería saberlo, pero si ayudaba con las picaduras de las medusas, ¿por qué no con la tinta? Es por eso, que se sacó la manguera por encima de los pantalones, alejándose unos metros de Therax y Marc y meó sobre su mano. Estaba calentito, pero no podía decir que le gustase mancharse la mano de esa forma.

De funcionar, lo haría también sobre las espadas, y les diría a Marc y Therax de ir hacia la columna de humo que se elevaba en el horizonte. En caso contrario, les diría también de ir hacia el humo, y habiendo surcado unos pocos metros diría lo siguiente:

—Tan solo tengo tres opciones… Kairoseki, un potente disolvente que nos recomiende Nox o derrotar al miembro de estrella oscura que genera tinta —Y la sonrisa de Henry volvió a su cabeza, como si fuera algo que no pudiera olvidar tan despreocupadamente.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Sáb 13 Feb 2021 - 12:36}

Cuánta gente reunida. El Jefe yakuza-samurái-kabuki-ninja-sushiman Augustus Makintosh-sama nunca había tenido problemas con hablar en público, pero era muy distinto cuando tantas cosas dependían de hacerlo bien. Su matrimonio, el futuro de Wano, el prestigio de su compañía teatral... ¡Su propia reputación estaba en juego! ¿Qué pensaría Sonrisas si lo hacía mal?

A pesar de la educada negativa de Hipatia, que solo quería ahorrarle esfuerzos pero que pronto estaría aplaudiendo la que más, fue a prepararse para el que sería el mayor acontecimiento en la Capital de las Flores.

******

Acto I - Los treinta y siete samuráis

Escena I - Exterior noche, jardín de aguacates

Fruto Seco Hamlet, príncipe de Dinamarca, contempla las estrellas mientras juguetea con su cascanueces. De repente, un espectro se materializa.

FRUTO SECO HAMLET: ¡Oh, pardiez, cuán inesperada visita! Debo haberme vuelto loco, mas no es la demencia excusa para la descortesía. Sentíos mi invitado hasta que mis guardias vengan a mataros. ¿Quién sois, pues, transparente aparición?

AUGUSTUS EL FANTASMA MISTERIOSO: Soy el fantasma misterioso. He venido para avisarte de que alguien aquí va a recuperar a su esposa.

Augustus el fantasma misterioso guiña el ojo hacia el público.

FRUTO SECO HAMLET: ¿Os referís a mí? Me duele vuestra chanza, espectro, pues bien debéis saber, gracias a las artes oscuras del otro lado del velo de la vida, que mi único amor es la mar.

AUGUSTUS EL FANTASMA MISTERIOSO: Esta Dinamarca no tiene mar, príncipe.

FRUTO SECO HAMLET: Ya... bueno, lo nuestro es más platónico, ¿sabéis? Ella no me moja y no le orino.

AUGUSTUS EL FANTASMA MISTERIOSO: Mas no me refiero a vos, sino a un hombre que ha venido aquí a reconquistar el corazón de su amada.

Augustus el fantasma misterioso vuelve a guiñar el ojo y dirigirse a alguien del público diciendo “¿Lo has pillado, eh, lo has pillado?”

AUGUSTUS EL FANTASMA MISTERIOSO: Y siguiendo con mi profecía, he tenido un sueño esta noche de verano: vais a morir antes de la salida del sol. Vuestro propio padre el rey de... ¿Francia? Lo que sea. Vuestro propio padre os dará de comer a un león.

Entran los guardias, treinta y siete samuráis. Son presentados uno a uno y todos tienen nombres muy parecidos.

FRUTO SECO HAMLET: ¡Pero eso no puede ser! Mis guardias me salvarán de tan aciago destino. ¡Destruid a este enviado de la muerte!

El espectro desaparece en una nube de humo. Todos tosen, incluso el espíritu.

SAMURÁI TREINTA Y DOS: ¡Ha huido, mi señor!

FRUTO SECO HAMLET: No podemos hacer nada al respecto, pues. ¡Bailemos!

Bailan.

******

-¿Crees que debimos meter una escena de desnudos? -preguntó Héctor el Comeabejas una vez concluyó el primer acto con la trágica muerte del rey de los gnomos a manos de Superman.

-De es eso nada. Eso es erotismo barato para mentes débiles -sentenció Maki. Un verdadero actor kabuki nunca se avergonzaba de su obra una vez comenzada-. ¡Preparad mi pelucón! Me toca volver a salir.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Dom 14 Feb 2021 - 11:52}

No pudo evitar soltar una carcajada, aunque pareció más un bufido entrecortado. La situación resultaba tan compleja como simple podía llegar a parecer: Ellos, desde su aldea sitiada, capaces de arrasar con ejércitos enteros, se encontraban frente a una fuerza que no podían sobrepasar, habida cuenta de las vidas inocentes que todo eso podía costar. A Katharina le daban igual esas vidas, claro, por eso se permitía una amenaza tan descabellada cuando la situación pedía a gritos un talante conciliador del que, si bien él no era estandarte, ella carecía completamente.

En realidad comprendía la posición del enemigo, aunque contaba con que ello le confiriese cierta ventaja. Si liberaban a los rehenes antes de sentirse a salvo la bola de fuego caería de todas formas, calcinándolos hasta no dejar más que una pila de huesos humeantes, en el mejor de los casos. Sin embargo, estaba seguro de que ellos eran conscientes del peligroso juego al que jugaban: Los rehenes eran lo único que separaba a su ejército de la total aniquilación, por lo que pese a todo no podían matar a ninguno, o no podrían garantizar que los demás se salvasen. El primero que diese un paso al frente estaría perdiendo la batalla. Por suerte, a él no le importaba perder.

Tiró los grilletes al suelo, que levantaron una nube de polvo ilusorio al caer, y un rayo salió disparado al cielo. La nube que impactó no tardó en ennegrecer y expandirse, mientras venosidades de un rutilante destello blanco iluminaban una bóveda que poco a poco, y cada vez más, se iba oscureciendo. La sombra no tardaría en rodear el pueblo, y poco más le llevaría extenderse más allá de las filas enemigas. La única iluminación que quedó fue el brillo mortecino de la bola de fuego, que hacía su sombra extenderse tan larga como profunda era la hilera.

- Creo que no tenéis claro con quién estáis hablando -sentenció. Su tono era bajo, y sus palabras, quedas, se extendieron como un eco distante hacia el infinito-. Cualquiera de los aquí presentes podría acabar con vuestra formación antes siquiera de que pudieseis verlo venir. -Miró hacia los lados, buscando cualquier asomo de duda en los rostros del enemigo; cualquier atisbo de disconformidad con las órdenes, aun si no fuesen suficientes para dar un paso adelante. Solo necesitaba una llama; solo eso-. ¿Os dais cuenta de que sois un ejército de hormigas invadiendo la mesa de los gigantes? Este movimiento solo podría ser más suicida si Zane D. Kenshin estuviese aquí también. ¿Y sabéis lo peor? -Dejó la pregunta resonar mientras detectaba a Aki, Osuka y Katharina, generando la pequeña ilusión de sí mismo sobre su hombro-. Lo peor de todo es que vosotros también sois gigantes; gigantes amenazando a hormigas con vuestras mejores armas. Gente que no puede defenderse de vosotros. ¿Sabéis lo fácil que sería acabar con todo? ¿Esconderme detrás del bien mayor y dejar que toda esa gente muriese porque su sacrificio salvará a miles más? Si relativizamos, vuestra muerte vale para mí más que cualquiera de las vidas que estáis usando para frenarme. ¿De verdad os parece buena idea?

Dejó de hablar por un momento, concentrándose en que las ilusiones diesen un mensaje. Podía transmitirlo independientemente, pero cada conversación adicional restaba elocuencia al discurso que pretendía dar frente a la peor audiencia en años. Todos los pequeños Dexter comenzaron con un sencillo "no te molestes en responder, esto es una ilusión", pero marcaron órdenes específicas para cada uno de los tres. Para Aki y Osuka, entregarse junto a él. Para Katharina, desvanecer el sol y marcharse. Trató de convencerla con la promesa de una reunión cuando se encontrasen de nuevo, habida cuenta de lo que había llegado buscando era una suerte de negociación.

- Yo no quiero ser como vosotros. -Chasqueó los dedos, y las nubes comenzaron a separarse dejando ver tímidos rayos de sol mientras el color negro dejaba paso a un blanco algodonado-. Yo no pienso jugar con las vidas de nadie hoy, pero tampoco me voy a ir de aquí firmándoos un cheque en blanco. Katharina von Steinhell y su segundo abandonarán Wano junto a su tripulación -era mentira, pero piadosa-, mientras Osuka Sumisu y Aki D. Arlia se unen a mí, que iremos con vosotros. Pero no lo vamos a hacer gratis. Primero Aki y Osuka, que se unirán a vuestra marcha cuando la mitad de los rehenes deben ser liberados. -La ilusión que había sobre Osu lo conminó a estar atento; era probable que tuviese que levantar un muro entre civiles y soldados-. Una vez Katharina haya abandonado el lugar, liberaréis a todos los demás, y yo me pondré los grilletes. Ahora bien, es momento de tomar una decisión, tanto soldados como oficiales. Dejad atrás vuestros miedos, porque si aún creéis que queremos acabar con vosotros esta conversación no tiene ningún sentido. Necesito que confiéis en mí; no vamos a permitir que nadie más muera injustamente, sea del bando que sea.

Tenía la esperanza de que los soldados entendieran eso último y no temieran alzar las armas por él cuando llegase el momento, pero tenía el mal presentimiento de que los oficiales tratarían de salvaguardar su peso en la negociación. Sin embargo, debían comprender cuanto antes que, aunque lo creyesen, no tenían ninguno.

Mandó un último mensaje a Aki. Necesitaba que el amor -o la lujuria, si no quedaba más remedio- se extendiese por los soldados. Al fin y al cabo, la pelirroja era la única que podía decir, con todo el derecho, "haz el amor y no la guerra". En cualquier caso, una vez comenzasen a acercarse cada pequeño Dexter se disiparía.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Dom 14 Feb 2021 - 13:30}

Pudo sentir las  miradas de todos los que habían posado sus esperanzas en ellos atravesándole como dagas  mientras recogía las cadenas. Ni los revolucionarios ni el pequeño ejército improvisado que había reunido Dexter eran conscientes del plan que se traían entre manos. A sus ojos, era una traición. Pero sus vidas valían tanto como las de los rehenes del enemigo y no iba a dejar que un malentendido lo echase todo a perder.

Dejó que los caballos volvieran con sus dueños y para cuando estuvieron a salvo entre las filas enemigas, el plan estuvo en marcha. Vio la enorme bola de fuego de Katharina alzarse sobre sus cabezas y frunció el ceño. ¿No les diría eso que las cadenas no habían funcionado? Quizá su magia trabajaba de otra manera. ¿Valía la pena arriesgarse? Tendría que valerla.

Escuchó el primer discurso de Dexter sin intervenir. Era una bonita idea, pero no estaba segura de que fuera a surtir efecto. El honor y la lealtad eran ingredientes peligrosos. Mezclados con no pocas dosis de miedo, gente corriente haría lo que fuera necesario para conseguir los objetivos de su reina.  

Se hizo el silencio y poco después llegó el juicio. No iban a soltar a los rehenes, ni siquiera a cambio de su sumisión. Chasqueó la lengua, algo decepcionada. No podía ser tan fácil, pero no por eso iban a rendirse.

De repente, la luz cambió. Poco a poco la penumbra los envolvió mientras la nube de Dexter cogía más y más volumen extendiéndose sobre las filas enemigas. Le escuchó insistir, pero para que el coraje se impusiera al miedo hacía falta algo más. Una garantía. Que Katharina e Ivan se apartaran por el momento podía servir, pero no iba a esperar al desenlace. Escuchó al pequeño Dexter que se posó en su hombro de repente y esbozó una pequeña sonrisa. Eso ya le gustaba más. Tras darle un pequeño beso en la cabeza, más para ella que para él, que no iba a notarlo, comenzó a caminar. La ilusión se desvaneció antes de que la pelirroja apareciera a la vista de todos.

Hizo una pequeña parada antes de unirse al dragón, localizando a Prometeo y Shinobu. Iban a ocuparse de los heridos y ella no podía ir al corazón del bando enemigo cargando con la llave de la guerra. Tras encontrar a Shinobu, se agachó a su lado y le pasó a Hitomi, todavía camuflada.

-Protege bien a la princesa.- le susurró, mirándola a los ojos.- Volveré una vez todo se haya calmado.

O al menos, eso esperaba. Les dedicó una última sonrisa y tras desearles suerte, siguió su camino. Mientras se acercaba, grilletes falsos en las manos, se aseguró de ir mirando uno por uno a todos los soldados en los que podía posar la vista. Dejó que el poder de su akuma se extendiera como fuego por el campo, esquivando a aquellos que parecían altos cargos y centrándolo en todos los soldados de a pie a los que Dexter trataba de infundir coraje.

-El Dragón Azul dice la verdad.- Habló en voz alta, haciéndose escuchar. Caminaba sin prisa pero sin pausa y solo se detuvo al llegar a su altura. Dio un par de pasos mas y abrió los brazos, haciendo  a las falsas cadenas relucir al sol.- Esto debe acabar. De continuar, mañana no habrá gente a la que proteger ni Wano que salvar. ¡Mirad a vuestro alrededor! Convertir esta isla en un páramo desolado no beneficia a nadie. Nadie debe morir si puede evitarse. Iremos con vosotros de buen grado, encadenados y bajo la promesa de no tocar ni un solo pelo a ninguno de los presentes, siempre y cuando respetéis nuestras condiciones. - Esbozó una pequeña sonrisa, aumentando el tirón de su akuma solo un poco. Debía parecer natural.- Podemos arreglarlo. Tan solo debemos… colaborar.

Aguardó. Era lo que había que hacer a partir de ahora. Cruzar los dedos para que Ivan y su capitana les ayudaran apartándose, para haber tocado el corazón – u otra cosa, no iba a ponerse exigente – de alguno de los presentes. Para que les dieran una oportunidad. Una vez los rehenes estuvieran a salvo, podrían decidir qué hacer.

En el peor de los casos, tan solo tenía que evitar las cabelleras. Al fin y al cabo, no iba a faltar a su palabra.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Lun 15 Feb 2021 - 0:40}

¡Había respondido! Therax no podía creer que al fin hubiese ocurrido y que, casi contra todo pronóstico, los habitantes de Wano que se habían unido a Marc y a él verdaderamente siguiesen a salvo. Mientras Zane hacía a saber qué lejos para intentar desprenderse de la tinta que cubría su cuerpo, el rubio puso al día a Tushido acerca de los nuevos acontecimientos, como que habían rescatado a Zane y que esperaba haberse ganado parte del favor de un oficial del ejército de Wano. ¿Quién sabía? Quizás lo conociese y todo. Acto seguido preguntó por la situación del grupo y acerca de la supuesta llegada de los refuerzos. No habían respondido a su llamada -salvo Nailah, que aparentemente estaba en serios problemas-, pero aún quedaba la mínima esperanza de que simplemente no le hubiesen escuchado.

Cuando la conversación hubo finalizado, y dado que el pelirrojo ya se había puesto en contacto con Nox y Vile, emprendió el vuelo rumbo al humo que nacía a lo lejos. En ningún momento había dudado que encontrar al pelirrojo sólo sería el punto de inflexión hacia la multiplicación de sus problemas, así que simplemente se dejó llevar.

-Por cierto, Zane -comentó después de que el Emperador del Mar anunciase en voz alta las posibilidades que se le ocurrían para eliminar la tinta de su cuerpo-, de camino hacia aquí ayudamos a un grupo de samuráis que luchaban contra parte del ejército gyojin. Su general fue quien nos dijo que no había nada en el Monte Fuji que se pareciese a una prisión, y cuando le dijimos que íbamos en tu busca reaccionó como si te conociese bastante bien. Bueno, a tu padre más que a ti... ¿Le conoces o tienes alguna idea de quién puede ser?

Dejó el tiempo suficiente como para que su capitán le respondiese en un sentido o en otro y pasó a convertir la tinta en el motivo principal de la conversación. Era cierto que su comportamiento no era para nada común, y algo así de raro en un contexto como el que les había tocado vivir sólo podía significar más problemas. De esos andaban sobrados, pero lo cierto era que toparse con uno que naciese directamente de Zane podía resultar particularmente molesto.

-¿Y agua de mar? Si crees que el kairoseki puede ser una solución supongo que será porque sospechas que puede ser el poder de alguna fruta... ¿No podría funcionar el agua marina? También podemos ir en busca del responsable y arrojarlo desde el cielo sobre el océano para que beba un poco.
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Inosuke Dru-zan
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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Lun 15 Feb 2021 - 17:59}

La gente se asusta, y mucho. El desconcierto se extiende como una enfermedad, y prospera allá por donde pasa. Los no muertos habían causado un gran impacto, los aldeanos corrían como locos, y yo apenas podía contenerlos; al fin y al cabo no eran reces. Y mi especialidad nunca había sido dirigir un rebaño, sino comérmelo. Sin embargo, que mis intentos por intentar mantener la calma fracasasen me importaba poco. Lo único que ocupaba mis pensamientos en aquel momento era una sola pregunta: ¿qué son los yokais?

¿Tú referir a mí? —pregunté, apuntándome con mi propio dedo, sin estar seguro—. Yo ser chamán.

Entonces mi atención se desvió a otro hombre que destacaba aún más que el anterior. Vestía los ropajes de un samurai, y su porte era envidiable. Era más grande y fuerte que sus vecinos, tenía el don de la palabra, y desde luego debía ser el sueño de cualquier doncella, pero lo que a mí me importaba era su espada. Su discurso sobre demonios, carceleros y dominación me resultaba casi incomprensible, pero parecía enervar a las masas con su perorata y aquello no era bueno para nosotros. Incluso yo podía darme cuenta.

Me bajé de Kashigami y me rasqué la nuca. Miré al cielo, esperando ver a la pequeña pterodáctilo. Estaba comenzando a preocuparme que tardara tanto. ¿Y si le había ocurrido algo en el trayecto? En cuanto las chicas y yo consiguiéramos aplacar los ánimos de los aldeanos, estaba decidido a ir en su busca, pero primero había que acabar con el numerito. Íbamos a empezar una guerra, si es que no había empezado ya, y debíamos asentar una base decente en la que la gente no se rebelara continuamente, sin contar con que no podíamos perder a los no muertos que hacían de soldados. El olor a carne podrida quemada empezó a llenar el lugar cuando los zombies empezaron a sucumbir ante las llamas, y me vi rodeado por una cantidad inusitada de furiosos y armados campesinos. Algunos con horcas, otros con las espadas típicas de la isla, y otros tantos con antorchas.

Salté, esquivé, bloqueé, golpeé, bailé y ataqué tanto como fue necesario. Tuve cuidado de no herir a nadie de gravedad, y mucho menos matarlos, pero mi objetivo fue en todo momento alcanzar al líder de aquella revuelta, e hice lo que debía para llegar enfrente suyo. Si nadie oponía resistencia, en cuanto le alcanzara le señalaría con Colmillo de Lobo, que se encontraría en mi mano derecha, y le retaría.

¡COMBATE UNO CONTRA UNO! —grité, rugiendo para hacerme oír—. ¡Duelo por control de villa, duelo por futuro de isla! Si yo perder, nosotros ir y no volver. Pero si yo ganar, nosotros quedar aldea —apunté al cielo con la espada—. ¡Oh, Dioses, dar fuerza a espada de guerrero más bravo y guiar su camino hasta victoria! —volví a dirigir mi arma contra el espadachín—. ¿Tú tener valor para hacer frente a mí?

Realmente aquella situación podía compararla a una enfermedad. Una enfermedad que no podía curarse con hierbas, ungüentos, emplastes ni ningún otro remedio casero. La única forma de deshacerse la enfermedad era buscar su origen y eliminarlo. O como decía la Yaya Magi: «corta la cabeza al perro y se acabó la rabia».

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {Lun 15 Feb 2021 - 18:52}

¿Niña bruja? Eso me duele. Ahora va a ser culpa mía que esta gente no sepa controlar a sus pilluelos y evitar que metan mano en cocinas ajenas. Vale, los mochis sí se los he dado yo, pero estoy casi segura de que no hacen nada peligroso. Aunque con estas cosas nunca se sabe. La cocina es una ciencia un tanto caprichosa a veces.

Comida a parte, la cosa empieza a irse de madre. Como la jefa no aparezca pronto a lo mejor ya no queda mucho pueblo que cante nuestras alabanzas por salvarlos. La multitud va tornándose en turba según se dan cuenta, un poco tarde, creo yo, de la cantidad de gente rara que ha llegado a sus vidas de repente. Supongo que hacer la vista gorda ante Ino y Xan cuando la amenaza de ser asesinados por peces pendía sobre sus cabezas era más fácil. Ahora que ya no están, tienen tiempo como para venir todos a por nosotros. La naturaleza humana es una puta lata. Y admito que lo de los zombies no ayuda mucho.

-Escuchad, son inofensivos -proclamo mientras me acerco a uno de ellos. No pondría la mano en el fuego por la mansedumbre de las mascotas de Ivan, pero a veces una tiene que jugársela un poco. Descanso la mano en la cabeza de uno de los muertos, sin tocarlo y conteniendo la respiración-. ¿Lo veis? Son como cachorritos. Solo tened cuidado con que no les muerda el perro. Oye, tú, ¿qué haces?

Lo que faltaba. Una chalada se ha puesto a soltar de las cruces a los gyojin. El sindicato de los peces en acción. No es que me guste tenerlos ahí como macabra advertencia, pero ya que están no vamos a moverlos, ¿no?

-Eh, hermana, deja esa espada y no mates a mis muertos tan cerca de mi comida. Dame  el arma antes de que el cerdo se dé cuenta y quiera pelear contigo. Es muy picajoso con esas cosas.

Mejor no le digo que a puede que también se la coma. Ese tipo de cosas no ayudan a que nos hagamos una buena imagen, dentro de nuestras escasas posibilidades. Lo único bueno es que el muerdecuellos se ha ido a destripar a los niños de otros, no a los de este pueblo. Ojos que no ven...

Me parece que no va a darme la espada. Llamémoslo intuición. ¿Sería muy impopular que se la quitara a la fuerza? Bueno, si no me la da yo pruebo y ya vemos luego.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] - Página 6 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Wano] {}

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