Meneíllos
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*Meneror quedó sorprendido por aquella acción , pues su lengua había funcionado de nuevo. A pesar de esto escuchó a Altair en la otra celda y Meneror pensó que sería de buen grado tenerle como aliado antes que dejarlo hecho un cadáver por parte de los marines al fin y al cabo eran ambos piratas, pero Meneror al no verlo no lo sabía*
*Tras observar como se deslizaban las llaves envueltas en la nota Meneror usando sus manos las cogió. Una risa maliciosa surcó sus labios para luego decir por lo bajo*
-Buena elección Marine....
*Se dispuso , esposado, a abrir la puerta de la celda con sumo cuidado sin hacer apenas ruido, pues, el marine seguía durmiendo. Il Bianco se acercó a Marine por la espalda, para luego, pasar su garfio por su cuello, y de un movimiento rápido, rajarle la garganta cayendo el marine con los ojos en blanco al suelo.*
-Eso por no dejarme fumar....
*Meneror Rebuscó en los bolsillos del guardia y encontró en su peto, las llaves de las esposas del Kairoseki. Logró quitárselas para luego mirar el punto de encuentro en la nota con el marine corrupto. *
*Tras eso Meneror se acerca a la celda de Altair*
-Seréis libre, podéis ayudarme si le deseais.....Ayudémonos a salir de este lugar...o bien podéis criar malvas en esta cloaca para siempre.
*Tras decir aquello Meneror le lanza las llaves de la celda a Altair y las llaves de las esposas de kairoseki, las cuales cogió del manojo del marine muerto.Miró de nuevo la nota "Frente al almacén", sin dudarlo, Meneror corrió hacia dicho lugar a recuperar sus pertenencias y a cambio le pagaría*
*Tras observar como se deslizaban las llaves envueltas en la nota Meneror usando sus manos las cogió. Una risa maliciosa surcó sus labios para luego decir por lo bajo*
-Buena elección Marine....
*Se dispuso , esposado, a abrir la puerta de la celda con sumo cuidado sin hacer apenas ruido, pues, el marine seguía durmiendo. Il Bianco se acercó a Marine por la espalda, para luego, pasar su garfio por su cuello, y de un movimiento rápido, rajarle la garganta cayendo el marine con los ojos en blanco al suelo.*
-Eso por no dejarme fumar....
*Meneror Rebuscó en los bolsillos del guardia y encontró en su peto, las llaves de las esposas del Kairoseki. Logró quitárselas para luego mirar el punto de encuentro en la nota con el marine corrupto. *
*Tras eso Meneror se acerca a la celda de Altair*
-Seréis libre, podéis ayudarme si le deseais.....Ayudémonos a salir de este lugar...o bien podéis criar malvas en esta cloaca para siempre.
*Tras decir aquello Meneror le lanza las llaves de la celda a Altair y las llaves de las esposas de kairoseki, las cuales cogió del manojo del marine muerto.Miró de nuevo la nota "Frente al almacén", sin dudarlo, Meneror corrió hacia dicho lugar a recuperar sus pertenencias y a cambio le pagaría*
Date Musashi
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Cuando estaba a punto de descubrir qué había detrás de la puerta que había tratado de abrir una fuerza la empujó hacia él, la de alguien que trataba de salir por donde él quería entrar. Por buena educación, o mejor dicho, por simple curiosidad, dejo que la otra persona entrara primero a la sala donde él se encontraba para descubrir que no era sino el líder de los pasteleros el que se había encontrado, notando inmediatamente un gesto de preocupación que no era muy común en él por lo que había visto en los días anteriores. Le contó la situación y cómo tres de sus hombres habían caído, pero él solo podía pensar en la extraña música que venía del interior de la habitación de la que había salido Brack. No obstante su atención fue atrapada cuando el hombre le ofreció una de las tres armas que allí fabricaban pues ahora no tenían dueño.
Con curiosidad observó a aquellos extraños animales, y descartando la lagartija de fuego y la tortuga de planta, optó por la batería con forma de ratoncito que lo miraba con rasgos afilados. No es como si las considerara excesivamente útiles y, probablemente, si fueran más fuertes no habrían perdido sus anteriores dueños pero... Si tuviera que enseñarle una a Ame Sora creía que el ratón sería la más... "adecuada". Levantó su dedo con confianza acercándolo a la mano de Brack y aquel extraño objeto trepó por él hasta situarse a la altura de su hombro izquierdo, mirándole con casi admiración mientras él alzaba una ceja preguntándose qué sería capaz de hacer. Le había ordenado que atacara a los Cipher Pol con aquel animal pero... Aunque tuviera intención de hacerlo no sabría cómo lo haría, solo se le ocurría tratar de escalabrar a alguien con él y no parecía que fuera la idea para la que había sido concebida. En cualquier caso y una vez se fue Brack, clavó la mirada en el objeto-animal y sin mediar una sola palabra le dijo "Más te vale no meterte en mi camino, ahora somos tú y yo", solo con aquella mirada. Pareció entenderlo perfectamente, pues se escondió entre sus ropajes y Musashi pudo notar como algo pesado caía en su bolsillo, probablemente la batería en su estado original.
Abrió la puerta con decisión de nuevo, preguntándose si quedaría alguien más en el interior del edificio que pudiera entrometerse. Tenía varias escusas en caso de que le pillaran, las había pensado detenidamente para tratar de mantener su tapadera mientras buscaba los laboratorios donde creaban aquellos objetos, lo tenía todo preparado para cualquier situación. Pero nunca se era demasiado precavido y él lo sabía, por lo que estaba preparado para luchar en caso de que fuera descubierto. Confiaba en que Brack se hubiera alejado a defender la zona de los miembros del Cipher Pol, y confiaba en que estos fueran suficiente fuertes para detenerlo por un tiempo y que pudiera cumplir su misión. Avanzaría rápido pero cuidadoso, y en caso de ser atrapado aquello no se convertiría en una simple pelea de mascotas zoan y le clavaría la cabeza en el suelo al primero que le amenazara con dar la alarma.
Con curiosidad observó a aquellos extraños animales, y descartando la lagartija de fuego y la tortuga de planta, optó por la batería con forma de ratoncito que lo miraba con rasgos afilados. No es como si las considerara excesivamente útiles y, probablemente, si fueran más fuertes no habrían perdido sus anteriores dueños pero... Si tuviera que enseñarle una a Ame Sora creía que el ratón sería la más... "adecuada". Levantó su dedo con confianza acercándolo a la mano de Brack y aquel extraño objeto trepó por él hasta situarse a la altura de su hombro izquierdo, mirándole con casi admiración mientras él alzaba una ceja preguntándose qué sería capaz de hacer. Le había ordenado que atacara a los Cipher Pol con aquel animal pero... Aunque tuviera intención de hacerlo no sabría cómo lo haría, solo se le ocurría tratar de escalabrar a alguien con él y no parecía que fuera la idea para la que había sido concebida. En cualquier caso y una vez se fue Brack, clavó la mirada en el objeto-animal y sin mediar una sola palabra le dijo "Más te vale no meterte en mi camino, ahora somos tú y yo", solo con aquella mirada. Pareció entenderlo perfectamente, pues se escondió entre sus ropajes y Musashi pudo notar como algo pesado caía en su bolsillo, probablemente la batería en su estado original.
Abrió la puerta con decisión de nuevo, preguntándose si quedaría alguien más en el interior del edificio que pudiera entrometerse. Tenía varias escusas en caso de que le pillaran, las había pensado detenidamente para tratar de mantener su tapadera mientras buscaba los laboratorios donde creaban aquellos objetos, lo tenía todo preparado para cualquier situación. Pero nunca se era demasiado precavido y él lo sabía, por lo que estaba preparado para luchar en caso de que fuera descubierto. Confiaba en que Brack se hubiera alejado a defender la zona de los miembros del Cipher Pol, y confiaba en que estos fueran suficiente fuertes para detenerlo por un tiempo y que pudiera cumplir su misión. Avanzaría rápido pero cuidadoso, y en caso de ser atrapado aquello no se convertiría en una simple pelea de mascotas zoan y le clavaría la cabeza en el suelo al primero que le amenazara con dar la alarma.
Rylanor
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El Vicealmirante le hizo una leve inclinación de cabeza respetuosa al Almirante de Flota, en agradecimiento a la oportunidad que le había dado, y se cuadró ante él. Sin pararse a darle más vueltas a aquel asunto, se dirigió a su barco. Era como un navío de guerra marine cualquiera, con la diferencia de que en la vela mayor bajo la palabra "Marina" en letras azules, había algo más en color rojo. Ponía "Brigada Disciplinaria", y bajo estas palabras había un puño del mismo color que estas. Con una sonrisa, Karl subió a la embarcación y comenzó a dar órdenes a diestro y siniestro para que sus hombres se aprestasen a salir del puerto.
- ¡Vamos, patanes! ¡Esos perros piratas no se van a derrotar solos! ¡Soltad amarras!
Una vez hubo comprobado que todo estaba en marcha, dejó al contramaestre encargándose de la situación en cubierta y entró en su camarote. Depositó la funda de la guitarra en una esquina y se sentó en su escritorio. Sacó la botella que le había dado Nat y recordó las palabras que le había dicho al dársela. Esbozó una leve sonrisa y pensó "Al menos La Vega disfrutará de un último vino antes de que Nat lo liquide. Pagará por todas las que me ha hecho a lo largo de estos años. El fin de esta triste y cutre obra de teatro está cerca, Irvin. Si no te puedo matar con mis propias manos, al menos me encargaré de ser el desencadenante de tu muerte, cerdo asqueroso." Con una mirada de rabia, se guardó la botella y comenzó a pasearse por el camarote, impaciente por que partieran de nuevo. Volvió a salir a cubierta y observó el puerto de Marineford para ver el resto de la flota.
- ¡Vamos, patanes! ¡Esos perros piratas no se van a derrotar solos! ¡Soltad amarras!
Una vez hubo comprobado que todo estaba en marcha, dejó al contramaestre encargándose de la situación en cubierta y entró en su camarote. Depositó la funda de la guitarra en una esquina y se sentó en su escritorio. Sacó la botella que le había dado Nat y recordó las palabras que le había dicho al dársela. Esbozó una leve sonrisa y pensó "Al menos La Vega disfrutará de un último vino antes de que Nat lo liquide. Pagará por todas las que me ha hecho a lo largo de estos años. El fin de esta triste y cutre obra de teatro está cerca, Irvin. Si no te puedo matar con mis propias manos, al menos me encargaré de ser el desencadenante de tu muerte, cerdo asqueroso." Con una mirada de rabia, se guardó la botella y comenzó a pasearse por el camarote, impaciente por que partieran de nuevo. Volvió a salir a cubierta y observó el puerto de Marineford para ver el resto de la flota.
pannini69
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La noche estaba al caer, Hiren se habia pasado dentro de la taberna varias horas, pareciéndole que no transcurriera el tiempo allí dentro, como pasa a menudo en los casinos.
Salió del tuburio tambaleándose para ir a parar a apoyarse en la pared. Estaba mareado y no se encontraba muy bien, así que se dobló para vomitar y echó todo lo que tenía dentro. Pasaron los minutos y se encontraba mejor, pero nuevamente tenía mucha hambre. Se dirigió a un puesto de comida rápida que estaba a punto de cerrar para comprar algo.
-Un poco de...esa carne-pidió Hiren.
El tendero le dio una bolsa con un poco de carne asada. En cuanto se la comió se sintió nuevamente con fuerzas. -"Es raro que me haya afectado la bebida, cuando normalmente soy inmune al alcohol". De pronto volvió a sentirse mal. Le apretaba el estómago y la cabeza le daba vueltas. Todo lo que veía y sentía se tambaleaba, como si estuviera dentro de una lavadora. Se dobló por las rodillas y quedó medio tendido en el suelo, inhalando grandes cantidades de aire para después expulsarlas bruscamente. -"Me han envenando" pensó. Un grupo de personas vestidas de negro se acercaban a él, blandiendo espadas, arcabuces y otro tipo de armas. Iban atavíadas con capuchas, por lo que solo se les veía una amplía sonrisa con dientes blancos como perlas. Hiren vomitó otra vez, y al ver que estaba en peligro trató de ponerse de pie.
-Si creéis que vais a acabar conmigo tan...facilmente-tragó saliva y se limpió los sudores frio. Desenvainó su arma y se puso en posición de combate, lo mas recto posible.
-Adelante pues, bailemos.
Uno de los enemigos atacó de frente, blandiendo una enorme maza por encima de su cabeza. No fue demasiado complicado de esquivar para Hiren, que sintió un pinchazo al rodar a un lado. Lanzó varias y rápidas estocadas al costado, atravesándolo como si fuera puré. Otro dos enemigos trataron de empalarlo por la espalda mientras Hiren se ocupaba del primero, pero gracias a su haki lo preevio y creó una especie de muro fino de petróleo, que al ser atravesado por los atacantes los empapó por completo. Rapidamente Hiren sacó su mechero y lo acercó al líquido, que comenzó a arder como un joven desfogándose en un lupanar.
Los gritos se sintieron en todo el pueblo, por lo que muchos de los atacantes salieron huyendo despavoridos del poder de Hiren. Los quemados huían en dirección al mar, tratando de mojarse para salvar la vida, pero les fue imposible. Una multitud se congregó junto al rubio, gritándole cosas e insultándole.
-¡Te atreves a venir a nuestra ciudad a matar a ciudadanos indefensos! ¿Tu eres de la armada revolucionaria? ¡Verguenza debería darte!-gritaban algunas personas, lanzándole multitud de verduras y huevos podridos, siendo estos detenidos por una especie de burbuja que paraba todos los objetos lanzados.
Hiren se acercó al cadáver del primer atacante y le retiro la capa para ver quien era el agresor.
-No...no puede ser...es imposible...-se decía a sí mismo. Vestía una capa de color marrón, botas negras y llevaba una chapa con una especie de estrella en la que rezaba "Ejército del pueblo".
Aquello sentó como un jarro de agua fría. Era cierto, había traidores en la armada. Recordó lo de Jack Silvers y se dirigió a la playa. Un pequeño esquife de apenas tres metros de largo por dos de ancho estaba amarrado al embarcadero. Hiren se acercó y le pidió amablemente al pescador que se la prestara.
-Ni hablar, con ella me gano la vida-sentenció el hombrecillo.
No tenía tiempo para hacer el imbécil. Sacó unas cuantas monedas de plata y una tarjeta de color rojo, se las lanzó a la cara y sin previo aviso empujó al pescador hacia un lado, se montó en la embarcación, que iba equipada con unos cuantos sacos de fruta y unos caracoles incorporados a la parte de debajo de la barca, haciendo que esta se impulsará hasta 6 nudos por hora. Hiren sacó la mano y despedió al pescador, gritándole unas ultimas palabras.
-¡ALGÚN DÍA TE SERÁ DEVUELTO ESTE GRATO FAVOR!
El pescador miró las monedas y pensó "-Esto no llega ni para pagar la mitad", pero al mirar la tarjeta roja leeyó unas cuantas inscripciones que lo enfurecieron.
"El ejército del pueblo, a su servicio". El hombre masculló varias palabrotas y observó como el ladrón se marchaba por el horizonte...
Salió del tuburio tambaleándose para ir a parar a apoyarse en la pared. Estaba mareado y no se encontraba muy bien, así que se dobló para vomitar y echó todo lo que tenía dentro. Pasaron los minutos y se encontraba mejor, pero nuevamente tenía mucha hambre. Se dirigió a un puesto de comida rápida que estaba a punto de cerrar para comprar algo.
-Un poco de...esa carne-pidió Hiren.
El tendero le dio una bolsa con un poco de carne asada. En cuanto se la comió se sintió nuevamente con fuerzas. -"Es raro que me haya afectado la bebida, cuando normalmente soy inmune al alcohol". De pronto volvió a sentirse mal. Le apretaba el estómago y la cabeza le daba vueltas. Todo lo que veía y sentía se tambaleaba, como si estuviera dentro de una lavadora. Se dobló por las rodillas y quedó medio tendido en el suelo, inhalando grandes cantidades de aire para después expulsarlas bruscamente. -"Me han envenando" pensó. Un grupo de personas vestidas de negro se acercaban a él, blandiendo espadas, arcabuces y otro tipo de armas. Iban atavíadas con capuchas, por lo que solo se les veía una amplía sonrisa con dientes blancos como perlas. Hiren vomitó otra vez, y al ver que estaba en peligro trató de ponerse de pie.
-Si creéis que vais a acabar conmigo tan...facilmente-tragó saliva y se limpió los sudores frio. Desenvainó su arma y se puso en posición de combate, lo mas recto posible.
-Adelante pues, bailemos.
Uno de los enemigos atacó de frente, blandiendo una enorme maza por encima de su cabeza. No fue demasiado complicado de esquivar para Hiren, que sintió un pinchazo al rodar a un lado. Lanzó varias y rápidas estocadas al costado, atravesándolo como si fuera puré. Otro dos enemigos trataron de empalarlo por la espalda mientras Hiren se ocupaba del primero, pero gracias a su haki lo preevio y creó una especie de muro fino de petróleo, que al ser atravesado por los atacantes los empapó por completo. Rapidamente Hiren sacó su mechero y lo acercó al líquido, que comenzó a arder como un joven desfogándose en un lupanar.
Los gritos se sintieron en todo el pueblo, por lo que muchos de los atacantes salieron huyendo despavoridos del poder de Hiren. Los quemados huían en dirección al mar, tratando de mojarse para salvar la vida, pero les fue imposible. Una multitud se congregó junto al rubio, gritándole cosas e insultándole.
-¡Te atreves a venir a nuestra ciudad a matar a ciudadanos indefensos! ¿Tu eres de la armada revolucionaria? ¡Verguenza debería darte!-gritaban algunas personas, lanzándole multitud de verduras y huevos podridos, siendo estos detenidos por una especie de burbuja que paraba todos los objetos lanzados.
Hiren se acercó al cadáver del primer atacante y le retiro la capa para ver quien era el agresor.
-No...no puede ser...es imposible...-se decía a sí mismo. Vestía una capa de color marrón, botas negras y llevaba una chapa con una especie de estrella en la que rezaba "Ejército del pueblo".
Aquello sentó como un jarro de agua fría. Era cierto, había traidores en la armada. Recordó lo de Jack Silvers y se dirigió a la playa. Un pequeño esquife de apenas tres metros de largo por dos de ancho estaba amarrado al embarcadero. Hiren se acercó y le pidió amablemente al pescador que se la prestara.
-Ni hablar, con ella me gano la vida-sentenció el hombrecillo.
No tenía tiempo para hacer el imbécil. Sacó unas cuantas monedas de plata y una tarjeta de color rojo, se las lanzó a la cara y sin previo aviso empujó al pescador hacia un lado, se montó en la embarcación, que iba equipada con unos cuantos sacos de fruta y unos caracoles incorporados a la parte de debajo de la barca, haciendo que esta se impulsará hasta 6 nudos por hora. Hiren sacó la mano y despedió al pescador, gritándole unas ultimas palabras.
-¡ALGÚN DÍA TE SERÁ DEVUELTO ESTE GRATO FAVOR!
El pescador miró las monedas y pensó "-Esto no llega ni para pagar la mitad", pero al mirar la tarjeta roja leeyó unas cuantas inscripciones que lo enfurecieron.
"El ejército del pueblo, a su servicio". El hombre masculló varias palabrotas y observó como el ladrón se marchaba por el horizonte...
Worick L. Arcangelo
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Llegué a la playa y parece que al fin pude observar al mis nakamas que se suponía que habían venido a recibirme... " ¿ Qué cojones habrá pasado para que el barco haya acabado en semejantes condiciones ? " Me preguntaba mientras observaba desde la altitud de la meseta a Kryword en la playa. Al parecer algunos de nuestros nakamas se habían dirigido hacia el bosque pues podía ver unas siluetas en la entrada de este, eso o era un grupo de enemigos que se disponían a atacar a Kryoword. Yo rápidamente bajé a la carrera hasta la playa en la que me encontré con Kryword.
- ¡ Hery Kryword ! - Le chillé entre jadeos. - Me cago en todo lo que se menea. - Dije justo antes de volver a hacer una pausa para coger aire. - No se suponía que veníais a recogerme en el Red Love Machine, y cuando me encuentro con vosotros lo único que queda del barco son estos restos... - Hice una pausa para observar el panorama, el barco totalmente destruido, restos por todas partes y... ¡ Huellas ! - Estas huellas no pueden ser de otros, tienen que haber sido Ika, Abyss, Sting o alguno de los demás. Entonces las siluetas que vi en el bosque tenían que ser ellos. - Hice una pausa girándome hacia el bosque y cogí una gran bocanada de aire. - ¡ Chicos daos prisa no tenemos todo el día hay que asistir a una ejecución, os esperamos en la playa !
Tras decir esto tomé una caja que estaba por la playa y la puse derecha para sentarme sobre esta. Saqué la caja de cigarros y la vacíe sobre mi mano, solo me quedaban tres. Saqué el mechero y prendí uno para echármelo a la boca y pegarle una larga calada. La playa estaba en total tranquilidad de no ser porque tras unos segundos de absoluto silencio un grito emergió a nuestras espaldas entre los restos del barco. " Pero que mierda... " Pensé mientras desenvainaba la guadaña y me giraba para ver que era aquello. Para mi sorpresa no era otro que Rainbow que por lo visto había quedado sepultado bajo los restos del Red Love Machine. Justo cuando me acercaba a socorrerle para sacarlo de allí fui parado en seco por otro grito que oí algo más allá en la playa. Esta era sin duda la voz de Midorima así que me dispusé a llamar su atención para traerlo junto al resto.
- Maldito que hacías tu en medio del mar ven aquí estamos esperando al resto. - Tras decir esto me acerqué a Rainbow y empecé a ayudarle a salir de los restos del barco. -
- ¡ Hery Kryword ! - Le chillé entre jadeos. - Me cago en todo lo que se menea. - Dije justo antes de volver a hacer una pausa para coger aire. - No se suponía que veníais a recogerme en el Red Love Machine, y cuando me encuentro con vosotros lo único que queda del barco son estos restos... - Hice una pausa para observar el panorama, el barco totalmente destruido, restos por todas partes y... ¡ Huellas ! - Estas huellas no pueden ser de otros, tienen que haber sido Ika, Abyss, Sting o alguno de los demás. Entonces las siluetas que vi en el bosque tenían que ser ellos. - Hice una pausa girándome hacia el bosque y cogí una gran bocanada de aire. - ¡ Chicos daos prisa no tenemos todo el día hay que asistir a una ejecución, os esperamos en la playa !
Tras decir esto tomé una caja que estaba por la playa y la puse derecha para sentarme sobre esta. Saqué la caja de cigarros y la vacíe sobre mi mano, solo me quedaban tres. Saqué el mechero y prendí uno para echármelo a la boca y pegarle una larga calada. La playa estaba en total tranquilidad de no ser porque tras unos segundos de absoluto silencio un grito emergió a nuestras espaldas entre los restos del barco. " Pero que mierda... " Pensé mientras desenvainaba la guadaña y me giraba para ver que era aquello. Para mi sorpresa no era otro que Rainbow que por lo visto había quedado sepultado bajo los restos del Red Love Machine. Justo cuando me acercaba a socorrerle para sacarlo de allí fui parado en seco por otro grito que oí algo más allá en la playa. Esta era sin duda la voz de Midorima así que me dispusé a llamar su atención para traerlo junto al resto.
- Maldito que hacías tu en medio del mar ven aquí estamos esperando al resto. - Tras decir esto me acerqué a Rainbow y empecé a ayudarle a salir de los restos del barco. -
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De nuevo me encontraba en Loguetown, la verdad era una isla la cual tenia mucho cariño, y aunque nunca me había preocupado por aquel lugar, no sabia bien por que esta vez tenia un pequeño presentimiento y algo me decía que debería tener mas cuidado -vamos este lugar siempre me a traído buenas aventuras y la verdad tengo buenos recuerdos, veremos que me deparara hoy.-
Sin pensarlo demasiado salí del barco y comencé a caminar por el puerto, podía notar como la brisa movía levemente mi pelo y la verdad era bastante agradable, mientras paseaba observaba como algunos piratas salían del puerto y algunos barcos mercantes, como siempre escuchaba como vendían sus mercancías, la verdad me encantaba esta isla, pero el presentimiento no aun seguía rondando por mi mente, y no por eso estaba mas pendiente de todo lo que ocurría en mi alrededor
-Quizás debería aprovechar hoy, llamar la atención un poco mas de lo normal- dije mientras una pequeña sonrisa aparecía en mi rostro...
-MMMM me pregunto si hoy conoceré a alguien nuevo- dije mientras mire hacia el cielo y bostezaba.
Sin pensarlo demasiado salí del barco y comencé a caminar por el puerto, podía notar como la brisa movía levemente mi pelo y la verdad era bastante agradable, mientras paseaba observaba como algunos piratas salían del puerto y algunos barcos mercantes, como siempre escuchaba como vendían sus mercancías, la verdad me encantaba esta isla, pero el presentimiento no aun seguía rondando por mi mente, y no por eso estaba mas pendiente de todo lo que ocurría en mi alrededor
-Quizás debería aprovechar hoy, llamar la atención un poco mas de lo normal- dije mientras una pequeña sonrisa aparecía en mi rostro...
-MMMM me pregunto si hoy conoceré a alguien nuevo- dije mientras mire hacia el cielo y bostezaba.
Derian Markov
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El conde se permitió una leve sonrisa de triunfo ante el resultado combinado de sus palabras y las de Alex. Observó como las hordas campesinas ponían rumbo hacia la capital, gritando enfurecidas. Pero en ese momento llegó a caballo un hombre con la enseña de la casa real de Hallstat acompañado de diez soldados. Entonces Alex comenzó a pronunciar un discurso agresivo y poderoso que hizo estar orgulloso a Derian. "Aprende rápido. Dudo que hubiese reaccionado así cuando lo encontré en la selva. De un salto, descendió de la ventana al suelo del patio. A pesar de que era una caída de más de cinco metros en la que un humano normal se hubiese matado o llevado heridas graves, el vampiro cayó grácilmente. Avanzó velozmente hacia las masas, a paso rápido, y se dirigió directamente hacia Alex. Se puso junto a él y le susurró al oído.
- Te voy a confiar la situación en Hallstat. Toma las medidas que consideres apropiadas para mantener la lealtad y buena voluntad de las gentes del condado, y procura perjudicar al rey todo lo que puedas. Tienes carta blanca para actuar según consideres oportuno, mientras procures que las gente de Markovia no salgan dañadas. Yo partiré con Drake a Loguetown.
Aquello era lo correcto. Un condado muerto o en rebeldía no le servía de nada, de ahí sus instrucciones. No era que se preocupase realmente por sus gentes. Tras eso, se acercó al emisario, clavando sus fríos ojos azules en él. Le dirigió una mirada tan fría e inhumana que hubiese helado la sangre en las venas al más valiente. Entonces tomó aire lentamente y comenzó a hablar:
- ¿Quién sois que avanzáis por el condado de los Markov con tropas armadas y cabalgando bajo la enseña real? No es necesario para un gobernante legítimo que trata con sus justicia y rectitud a su pueblo y vasallos enviar tropas a los territorios de sus hombres. ¿Lo es nuestro Rey? - dijo, con mordacidad. Entonces, se giró hacia su pueblo - Hombres de Markovia. Recordad el pasado glorioso de nuestra gente, cuando nuestra villa era tres veces más grande y los mejores artesanos de todo el reino venían a ejercer su arte aquí. Cuando los sabios reyes de la dinastía Markov gobernaban sobre toda Hallstat y la llevaron a una edad de oro próspera y pacífica. ¿Qué tenemos ahora? Una isla débil y dividida, azotada por cientos de guerras internas entre barones, condes y duques. ¿Y qué hace nuestro rey? Holgazanear en su trono mientras bucaneros y bandidos desangran a nuestro pueblo. ¡Yo digo que ya basta! ¡Nunca las buenas gentes de Markovia ni la altísima casa de los Markov han tolerado semejante desorden! Ni lo haremos ahora. ¡¿Estáis conmigo, mi pueblo?! Es hora de pedirle al rey que rinda cuentas.
Se giró hacia el mensajero y lo miró con cierto asco y superioridad. Entonces le dijo, colocando una mano sobre Vanator:
- Decidme lo que tengáis que decir rápido y marchaos. Y no tentéis a la suerte. Si no me gusta vuestro tono o vuestra respuesta, vos y vuestros muñecos de resorte moriréis - dijo, en referencia a la pequeña patrulla.
- Te voy a confiar la situación en Hallstat. Toma las medidas que consideres apropiadas para mantener la lealtad y buena voluntad de las gentes del condado, y procura perjudicar al rey todo lo que puedas. Tienes carta blanca para actuar según consideres oportuno, mientras procures que las gente de Markovia no salgan dañadas. Yo partiré con Drake a Loguetown.
Aquello era lo correcto. Un condado muerto o en rebeldía no le servía de nada, de ahí sus instrucciones. No era que se preocupase realmente por sus gentes. Tras eso, se acercó al emisario, clavando sus fríos ojos azules en él. Le dirigió una mirada tan fría e inhumana que hubiese helado la sangre en las venas al más valiente. Entonces tomó aire lentamente y comenzó a hablar:
- ¿Quién sois que avanzáis por el condado de los Markov con tropas armadas y cabalgando bajo la enseña real? No es necesario para un gobernante legítimo que trata con sus justicia y rectitud a su pueblo y vasallos enviar tropas a los territorios de sus hombres. ¿Lo es nuestro Rey? - dijo, con mordacidad. Entonces, se giró hacia su pueblo - Hombres de Markovia. Recordad el pasado glorioso de nuestra gente, cuando nuestra villa era tres veces más grande y los mejores artesanos de todo el reino venían a ejercer su arte aquí. Cuando los sabios reyes de la dinastía Markov gobernaban sobre toda Hallstat y la llevaron a una edad de oro próspera y pacífica. ¿Qué tenemos ahora? Una isla débil y dividida, azotada por cientos de guerras internas entre barones, condes y duques. ¿Y qué hace nuestro rey? Holgazanear en su trono mientras bucaneros y bandidos desangran a nuestro pueblo. ¡Yo digo que ya basta! ¡Nunca las buenas gentes de Markovia ni la altísima casa de los Markov han tolerado semejante desorden! Ni lo haremos ahora. ¡¿Estáis conmigo, mi pueblo?! Es hora de pedirle al rey que rinda cuentas.
Se giró hacia el mensajero y lo miró con cierto asco y superioridad. Entonces le dijo, colocando una mano sobre Vanator:
- Decidme lo que tengáis que decir rápido y marchaos. Y no tentéis a la suerte. Si no me gusta vuestro tono o vuestra respuesta, vos y vuestros muñecos de resorte moriréis - dijo, en referencia a la pequeña patrulla.
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Émile se mordió el labio inferior, nervioso. No podía seguir esperando mucho más tiempo. Debía estar presente en Loguetown, por no hablar de que era posible que Drake se hubiese encontrado con contratiempos... y no estaba en posición de ayudarle. Quedándose allí parado no ayudaba a nadie. "Lo siento, capitán... pero debo marchar." Pensó "Le dejaré un mensaje." Sacó su cuchillo de caza de su botín y se acercó a un árbol. Entonces trató de arrancar un cacho grande de corteza para hacer un cartel improvisado. Tras unos cuantos intentos infructuosos, logró cortar un cacho de tamaño respetable en buenas condiciones. Sobre este grabó una única palabra, "Loguetown", y debajo puso una "e" mayúscula con una tilde. Esperaba que fuese suficiente. Tras eso, recogió un palo en el suelo. Clavó el palo en la arena posición diagonal con respecto al suelo, y apoyó la corteza sobre este hundiéndola ligeramente en la arena para que no se la llevara el viento. Tras eso, puso rumbo al puerto. Allí buscaría una barcaza rápida que pudiese coger para ir a Loguetown. "Supongo que robar será inevitable. El tiempo corre." Al fin y al cabo, no iba a ir en un bote de remos. Demasiado peligroso y lento.
Vagadus Vares
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Sentí el aura de Inaga acercándose, pero además de él no había nadie. Ya estaba acabando de cocinar, solamente faltaba que los camarones se cocieran bien. Llego a la cocina y me dijo que no iban a venir Kedra ni Dexter, “Kedra matando a diestra y siniestra mientras Dexter cuidándolo que no hiciera ninguna estupidez” pensé, conocía muy bien a Kedra como para adivinar que iba a hacer.
Menciono sobre la ruta que debíamos de tomar, la primera era donde los estruendos que hacían los cañones, que ya hacía rato me estaban molestando, o al este, a intentar a llegar a Loguetown, también comento sobre una ejecución, “¿ejecución?” me quede pensando por un momento y en eso me acorde “mierda, la ejecución de la yonkou”, le apure a cocinar.
-Ya está servido- le dije a Inaga, sirviendo la comida en la mesa, apague la estufa y me senté para comer, -primero la comida, después izaremos las velas y vamos al este, tal vez llegaremos a Loguetown y veremos la ejecución… ¿o la detenemos?- le pregunte a Inaga, me levante y me dirigí al refrigerador, de ahí saque una botella de vino blanco, que usualmente se meten al refrigerador mientras que el vino tinto se queda afuera.
Chasquee los dedos para saber dónde están las copas, las tome y los puse en la mesa, abrí la botella y serví el contenido en la copa, -vamos, come, que no tenemos mucho tiempo- le dije, empezando a tomar mi sopa de pescado.
Menciono sobre la ruta que debíamos de tomar, la primera era donde los estruendos que hacían los cañones, que ya hacía rato me estaban molestando, o al este, a intentar a llegar a Loguetown, también comento sobre una ejecución, “¿ejecución?” me quede pensando por un momento y en eso me acorde “mierda, la ejecución de la yonkou”, le apure a cocinar.
-Ya está servido- le dije a Inaga, sirviendo la comida en la mesa, apague la estufa y me senté para comer, -primero la comida, después izaremos las velas y vamos al este, tal vez llegaremos a Loguetown y veremos la ejecución… ¿o la detenemos?- le pregunte a Inaga, me levante y me dirigí al refrigerador, de ahí saque una botella de vino blanco, que usualmente se meten al refrigerador mientras que el vino tinto se queda afuera.
Chasquee los dedos para saber dónde están las copas, las tome y los puse en la mesa, abrí la botella y serví el contenido en la copa, -vamos, come, que no tenemos mucho tiempo- le dije, empezando a tomar mi sopa de pescado.
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Un tipo apareció por la zona, iba sobre un caballo blanco y sus palabras empezaron a provocar que el lado negociante de Alex saliera a la luz, el conde no tardó en saltar del balcón. Y dirigirse hacia Alex mientras empezaba a dar otro discurso, todo le resultaba aburrido al chico lobo que ahora estaba en forma completa observando todo. No le apetecía estar allí arriba y usar su técnica de levitación le daba una pereza increíble. Aprovechando que su líder estaba hablando, empezó a bostezar mientras se giraba entrando en los aposentos donde estaban anteriormente. Se acercó a los pasillos para observar si todo iba bien, no se fiaba de nada desde hacía tiempo y podían asaltar el lugar aprovechando un señuelo. El lobo al ver que todo iba bien empezó a bajar las escaleras, su olfato era increíble y podía detectar olores ajenos y rastrearlos incluso en días de lluvia.
Una vez hubo bajado las escaleras, se dirigió a la puerta del castillo y alzó la pata tratando de abrirla, sin embargo el animal no llegaba. “No me jodas” pensó mientras inflaba sus mofletes y gruñía despacio, desde allí podía escuchar la voz del vampiro todavía hablando. No le quedaba otro remedio y debía salir por el balcón. Volvió a subir las escaleras con una pereza increíble a paso muy lento mientras abría la boca todo lo que podía. Su cuerpo le pedía acción y se había comprometido a no matar a más marines o agentes por respeto a Derian. Aún estaba en la época del mono y a veces le costaba contenerse pero lo lograba. Aquella droga de matar era muy difícil de dejar, pero al fin y al cabo, el que se pone lo consigue. Una vez acabó de llegar al balcón, pudo notar que el moreno ya no hablaba, ahora estaba diciéndole unas palabras al tipo del caballo. En ese momento el lobo frunció el ceño “Ese tipo con un caballo blanco sintiéndose a gusto y Derian si su precioso lobo blanco al lado para intimidar, ese asno ridículo va a saber lo que es llorar”.
La sonrisa del lobo aumentó de forma sádica mientras tomaba un poco de carrerilla y saltaba del balcón en un elegante salto. En pleno aire activó su habilidad Learning To Fly para poder levitar, la fue desactivando muy lentamente hasta aterrizar en el suelo. Parecía como si hubiese volado, ahora sin perder más el tiempo, empezó a caminar a un ritmo tranquilo con una mirada calmada. No tardó mucho en llegar al lado de su maestro, este acababa de decir la palabra “Moriréis”. De repente los dorados ojos del lobo se fijaron en los del tipo del caballo mientras se mantenía pasivo, sin embargo no pudo evitar lo siguiente. Clavó su mirada en el caballo de color blanco para después arrugar el hocico dando una pose intimidatoria para después abrir la boca soltando un gruñido no muy alto para no alertar a la gente. Sus dientes afilados se pudieron ver perfectamente mientras esperaba de esa forma tratar de mostrar que incluso los animales allí, eran mucho más peligrosos y por supuestos preciosos.
- ¡Grrrr!
Una vez hubo bajado las escaleras, se dirigió a la puerta del castillo y alzó la pata tratando de abrirla, sin embargo el animal no llegaba. “No me jodas” pensó mientras inflaba sus mofletes y gruñía despacio, desde allí podía escuchar la voz del vampiro todavía hablando. No le quedaba otro remedio y debía salir por el balcón. Volvió a subir las escaleras con una pereza increíble a paso muy lento mientras abría la boca todo lo que podía. Su cuerpo le pedía acción y se había comprometido a no matar a más marines o agentes por respeto a Derian. Aún estaba en la época del mono y a veces le costaba contenerse pero lo lograba. Aquella droga de matar era muy difícil de dejar, pero al fin y al cabo, el que se pone lo consigue. Una vez acabó de llegar al balcón, pudo notar que el moreno ya no hablaba, ahora estaba diciéndole unas palabras al tipo del caballo. En ese momento el lobo frunció el ceño “Ese tipo con un caballo blanco sintiéndose a gusto y Derian si su precioso lobo blanco al lado para intimidar, ese asno ridículo va a saber lo que es llorar”.
La sonrisa del lobo aumentó de forma sádica mientras tomaba un poco de carrerilla y saltaba del balcón en un elegante salto. En pleno aire activó su habilidad Learning To Fly para poder levitar, la fue desactivando muy lentamente hasta aterrizar en el suelo. Parecía como si hubiese volado, ahora sin perder más el tiempo, empezó a caminar a un ritmo tranquilo con una mirada calmada. No tardó mucho en llegar al lado de su maestro, este acababa de decir la palabra “Moriréis”. De repente los dorados ojos del lobo se fijaron en los del tipo del caballo mientras se mantenía pasivo, sin embargo no pudo evitar lo siguiente. Clavó su mirada en el caballo de color blanco para después arrugar el hocico dando una pose intimidatoria para después abrir la boca soltando un gruñido no muy alto para no alertar a la gente. Sus dientes afilados se pudieron ver perfectamente mientras esperaba de esa forma tratar de mostrar que incluso los animales allí, eran mucho más peligrosos y por supuestos preciosos.
- ¡Grrrr!
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-Ah... Ah... ¡ACHÚS!-
Un largo escalofrío seguido de un casi involuntario estornudo fue lo único que logró sacarme de la profunda siesta en la que me había envuelto hacía... No sé, un par de horas, puede.
Miré hacia ambos lados desde lo alto del árbol en el que estaba, con los ojos aún entrecerrados y con un bostezo atragantado en la garganta. Antes de poder siquiera mirar hacia abajo el bostezo ya había hecho acto de presencia. Cuando logré posar la vista en el suelo me cegó la luz del sol reflejada en la arena de la playa casi blanca.
Volví a bostezar, aún medio muerto por el sueño; las siestas antes de la una de la tarde son malas. Eché un vistazo a la playa mientras intentaba recordar qué hacía exactamente ahí, sin éxito alguno. Un rato después conseguí divisar a una persona en la misma arena, que se estaba acercando hacia el árbol. No pude distinguir quién era debido a la claridad hasta que estuvo justo debajo el árbol, momento en el que casi por instinto supe quién era: Lion D. Émile, uno de los nuevos Yonkaikyos. No se había dado cuenta de que estaba ahí, o eso o no tenía pudor alguno a desnudarse en medio de un lugar público.
Émile se dirigió de nuevo a la playa y tras sacar una pistola disparó al aire. Al principio pensé que querría matar a un pájaro para comer, pero tras seguir el disparo con la mirada descubrí cómo la bala se descomponía en multitud de chispas que dibujaron en el cielo una extraña bandera.
-Ooooh. Fuegos artificiales. Será pirotécnico...- dije en casi un susurro para luego soltar una pequeña carcajada. -Eh, ¡que se va!- me asomé levemente separando la espalda del árbol, mirando fijamente al pelirrojo. No sabía que hacer; había estado presente en su último combate, el que hizo ganarse el título, pero no tuve la oportunidad de darle la enhorabuena por el combate tan espectacular que hizo.
-Eres un mierdas, Kyle.- resonó en mi cabeza como si del eco de una cueva se tratara: Nyre. Ya hacía tiempo que no molestaba, pero ahí estaba de nuevo. -¿Por qué no vas con él? Es un chico interesante, dentro de lo que cabe se parece a ti, y podría enseñarte a luchar como es debido.-
No había ganas ninguna de seguirle la corriente, pero de lo bueno que era a veces era gilipollas. -¿Cómo que se parece a mí? Si ni siquiera le conoces.-
-Eres un maldito crío aún, si no lo fueras, en su combate te habrías dado cuenta de que en su interior se encuentra algo como yo.
¿Otro pesado que no para de tocar la moral? Pobrecito entonces. Bueno,. estiré tanto brazos como piernas para ver si desaparecía el entumecimiento mientras, como de costumbre, ignoraba lo máximo posible a Nyre. -es hora de ponerse en marcha.
Me deslicé desde donde estaba sentado dejándome caer, hasta que toqué el suelo. Una tensión innecesaria recorrió mis piernas e hizo que me doliera lo suficiente como para perder el equilibrio y casi caerme. Me reí de mí mismo y me erguí. De nuevo, bostecé, y entonces miré a mi alrededor mientras caminaba, casi por intuición, por donde se había ido anteriormente Émile.
-Vale, tenía que ir a Logguetown... Pero... ¿Por dónde coño se iba?- de nuevo, y como si no hubiera dormido en días, volví a bostezar. -Joder, sé que era importante, pero que ganas de dormir un par de horitas más...
Y seguí caminando a lo largo de la playa, embriagado por la sensación tan agradable de la siesta.
Un largo escalofrío seguido de un casi involuntario estornudo fue lo único que logró sacarme de la profunda siesta en la que me había envuelto hacía... No sé, un par de horas, puede.
Miré hacia ambos lados desde lo alto del árbol en el que estaba, con los ojos aún entrecerrados y con un bostezo atragantado en la garganta. Antes de poder siquiera mirar hacia abajo el bostezo ya había hecho acto de presencia. Cuando logré posar la vista en el suelo me cegó la luz del sol reflejada en la arena de la playa casi blanca.
Volví a bostezar, aún medio muerto por el sueño; las siestas antes de la una de la tarde son malas. Eché un vistazo a la playa mientras intentaba recordar qué hacía exactamente ahí, sin éxito alguno. Un rato después conseguí divisar a una persona en la misma arena, que se estaba acercando hacia el árbol. No pude distinguir quién era debido a la claridad hasta que estuvo justo debajo el árbol, momento en el que casi por instinto supe quién era: Lion D. Émile, uno de los nuevos Yonkaikyos. No se había dado cuenta de que estaba ahí, o eso o no tenía pudor alguno a desnudarse en medio de un lugar público.
Émile se dirigió de nuevo a la playa y tras sacar una pistola disparó al aire. Al principio pensé que querría matar a un pájaro para comer, pero tras seguir el disparo con la mirada descubrí cómo la bala se descomponía en multitud de chispas que dibujaron en el cielo una extraña bandera.
-Ooooh. Fuegos artificiales. Será pirotécnico...- dije en casi un susurro para luego soltar una pequeña carcajada. -Eh, ¡que se va!- me asomé levemente separando la espalda del árbol, mirando fijamente al pelirrojo. No sabía que hacer; había estado presente en su último combate, el que hizo ganarse el título, pero no tuve la oportunidad de darle la enhorabuena por el combate tan espectacular que hizo.
-Eres un mierdas, Kyle.- resonó en mi cabeza como si del eco de una cueva se tratara: Nyre. Ya hacía tiempo que no molestaba, pero ahí estaba de nuevo. -¿Por qué no vas con él? Es un chico interesante, dentro de lo que cabe se parece a ti, y podría enseñarte a luchar como es debido.-
No había ganas ninguna de seguirle la corriente, pero de lo bueno que era a veces era gilipollas. -¿Cómo que se parece a mí? Si ni siquiera le conoces.-
-Eres un maldito crío aún, si no lo fueras, en su combate te habrías dado cuenta de que en su interior se encuentra algo como yo.
¿Otro pesado que no para de tocar la moral? Pobrecito entonces. Bueno,. estiré tanto brazos como piernas para ver si desaparecía el entumecimiento mientras, como de costumbre, ignoraba lo máximo posible a Nyre. -es hora de ponerse en marcha.
Me deslicé desde donde estaba sentado dejándome caer, hasta que toqué el suelo. Una tensión innecesaria recorrió mis piernas e hizo que me doliera lo suficiente como para perder el equilibrio y casi caerme. Me reí de mí mismo y me erguí. De nuevo, bostecé, y entonces miré a mi alrededor mientras caminaba, casi por intuición, por donde se había ido anteriormente Émile.
-Vale, tenía que ir a Logguetown... Pero... ¿Por dónde coño se iba?- de nuevo, y como si no hubiera dormido en días, volví a bostezar. -Joder, sé que era importante, pero que ganas de dormir un par de horitas más...
Y seguí caminando a lo largo de la playa, embriagado por la sensación tan agradable de la siesta.
Combate creado.
Simo VS Garland Blain
https://www.onepiece-definitiverol.com/t9532-empieza-una-nueva-era-garland-vs-sharp-d-drake
Edito con Spoilers calentitos. Perdonad el retraso.
Simo VS Garland Blain
https://www.onepiece-definitiverol.com/t9532-empieza-una-nueva-era-garland-vs-sharp-d-drake
Edito con Spoilers calentitos. Perdonad el retraso.
- Sons of Anarchy:
- Kuroi y Arribor siguen a Kryword, a ver con qué se encuentran. Finalmente Midorima los sigue, pues recuerda que a Sakura la obligó a quedarse en el West Blue para que no estuviera en peligro. Y llegan junto a Sting y Hardo, que sigue tirado en el suelo, con los ojos como platos. Debe de ser el estrés post-traumático. Si queréis moverlo, seguramente tengáis que llevarlo, aunque podría regresar en cualquier momento.
A unos metros de esa gente se encuentran Ikaru y Rose, fácilmente visibles entre los árboles. Qué bien, ya estáis juntos. Ahora necesitáis un barco que os lleve. Podríais buenamente robarlo en el puerto, o aprovechando el puesto de Rose, pedir a alguien de la Marina que os lleven a Loguetown.
De repente, Rose cae al suelo en un arranque de dolor. El extraño fruto de colores extraños estaba exageradamente picante, y casi siente a su paladar sangrar con el reflujo ardiente de un eructo por culpa de esa fruta. Al mismo tiempo, su cuerpo no sufre ningún cambio. La ardilla robó un Chily, al parecer (O eso conjeturas, Rose). Tal vez la tripulación debiera ayudar a su capitana.
- Vince Lauret e Inaga Castamere:
- Bien, ya habéis partido. Ahora queda lo más complicado. Encontrar el Este. ¿Por qué Dexter siempre tiene que andar jugando con sus imanes cerca de la brújula? No es divertido cuando la gente no sabe de navegación. En fin, por mucha suerte ponéis rumbo al Este, debido mayormente a que podéis divisar loguetown, aunque con dificultad. Lo mejor quizá sería orientarse hacia la batalla, imposible de no escuchar, y desde las cercanías ir a la ciudad. Aunque podría ser muy arriesgado, y si le pasa algo al barco, Kedra os mata.
- Abyss, Meneror, Dacren y Hyo:
- Meneror ha conseguido abrir las puertas de los presidiarios, de manera que ahora Abyss es libre, y el joven Hyo vio cumplida su misión, pese a que el marine no escuchó sus palabras y se marchó por donde vino. Así mismo, Dacren aparece por algún motivo de la existencia. Ahora estáis los cuatro juntos, y tanto Hyo como Meneror tienen una tarea que cumplir. Meneror debe pagar de alguna forma al corrupto, mientras que Hyo debe llevar a los supernovas y al nuevo incorporado, del que ni siquiera se había oído hablar, hasta Loguetown. Cuanto más escándalo se arme, mejor para la actuación. Ahora sólo queda que los cuatro decidáis qué haréis, si pagar al Marine, atacarlo o, por el contrario, largaros hacia Loguetown. Cuanto más estéis allí más podéis perder.
- Royal K. Hax:
- Tras tu escapada llegas a un Puerto, donde los “piratas de segunda” se enfrentan a algunos reclutas de la marina, aunque por suerte van ganando. Uno de ellos no está haciendo nada, sólo canta, y puedes oír en su tonadilla las frases sueltas “Salvar a Katrina”, “No es nombre de Rulfina”, “Pirata atrapadilla”. Sus habilidades para rimar son poco afortunadas, y su música está falta de ritmo, pero ya te imaginas para qué estás aquí. Distraer a la Marina mientras se pueda, para salvar a la pirata. Ahora es cosa de robar un barco o buscar otro medio de transporte. Tú eliges, pero hay un buque de la marina seguramente vacío a pocos metros de ti. No es muy grande, pero parece tener un casco de Kairoseki, y eso es muy valioso.
- Crimson:
- Ya que te cuesta decidirte, lo hago yo por ti. Eliges a las tres. Una de las rubias, con grandes pechos y una sonrisa de inocencia que te hace dudar de si es moralmente aceptable esto, la mulata que con su culete juguetón te dan ganas de tocar los tambores, y la pelirroja, envuelta en un aura de misterio. Te llevan a una habitación, donde comienzan a besarte, a desvestirte y a hacerte caricias donde sólo las mujeres saben. Poco a poco, comienzan a jugar entre ellas, a desvestirse, y notas un extraño bulto en la entrepierna de la pelirroja. Podría no ser nada, pero podrías acabar hecho un hombre si lo fuera. Es decisión tuya seguir allí o largarte. Para ayudarte a decidir, la pelirroja te abre la cremallera de la máscara, y, con una sensual voz, te dice:
-Hora de comer.
- Legim:
- -Soy tan amiga como cada mujer que compartió una vez su lecho- dice, con una carcajada-. Y él tan amigo como cualquier cliente habitual de una taberna. Y aún estoy con vida.
Moviéndose de forma sinuosa se acerca al despacho del barco, sin esperar tu respuesta. Parece que no tiene ningún respeto hacia el capitán Legan Legim, tal vez debieras de darle una lección. Aunque robar otro barco podría ser más factible. Hay al lado de este buque, y lo puedes ver desde estribor, un cáscara de nuez más digno de un pescador que de un pirata, pero te podría valer.
- Lion D. Émile:
- Tras un poco de caminar llegas al Puerto. Ahora la cuestión es elegir bien. Un bote pesquero, un barco de la Marina o un esquife. Estos últimos dicen que son bastante rápidos, aunque un barco de la marina tiene Kairoseki debajo, normalmente. Y si logras desvestirle el casco tienes una buena cantidad. En fin, cosas valiosas, rapidez, no llamar la atención… Sólo puedes elegir una, y debe ser rápido.
- Leonel Racovich (Spencer Vatch):
- Tras pasar parte de la mañana visitando trece buques, y dejando un cargamento de explosivos no muy potente, aunque sí lo suficiente como para abrir una brecha en el barco y que se vean en problemas, vuelves a tu posición en el puerto. Si miras al este puedes ver a cruenta batalla naval, y al Oeste un grupo de islas a las que se acercan buques, tanto piratas como marines. Están dando buen juego ambos bandos para abriros el camino, ciertamente. Ahora el caso es si deseas abandonar tu puesto de nuevo o prefieres quedarte vigilando las llegadas. Todo depende de lo que tú quieras. Aunque también podrías informar al comandante, que espera noticias cerca de Kumate.
- El Cid:
- Muy bien, parece que eran ciudadanos corrientes. Ese golpe los ha mandado volando hasta el agua del mar, a unos 50 metros hacia el sur. La próxima vez mide tus fuerzas, no queremos herir a nadie que no deba ser herido. El motivo de que tu camello bufara es la caja que tenían detrás. ¿Te atreverás a abrirla o preferirás llamar a tu superior? Tú eliges.
- Shiroi Shibou:
- -Permiso para proceder. Enviaremos refuerzos según se pueda.
Cuando escucha eso, el insurgente tira su guadaña al suelo, que se levanta como una mantis religiosa de gran tamaño, lista para atacar. Puedes fingir una retirada para volver con refuerzos o enfrentarte a él y dejar claro quién manda antes de que lleguen tus amigos.
Es un NPC nivel 4, y a todas luces esa mantis-guadaña es su arma. Sin duda es un pastelero.
- Raadi Vraask:
- -Suéltame ahora o me obligarás a hacer algo que no quiero- te dice, con tranquilidad-. ¿No? Tú lo has querido. Adelante Bulbosaurio.
Notas un movimiento en el interior de su ropa, y de su chaqueta aparece algún tipo de lagarto, con una cebolla sobre el lomo. Tiene unas raíces gigantes, y parece poder moverlas a voluntad. Sin duda es un pastelero. La gran pregunta es qué será capaz de hacer ese objeto si su dueño lo ordena. Puedes soltarlo o terminar tu intento de interrogatorio, pero el lagarto-cebolla no te quita ojo, y podría ser peligroso.
- Álika Ebediyet y Kodama:
- Vaya, qué pareja más rara hacéis. La psicópata y el hombre planta. O la planta hombre… Como sea. El caso es que os toca trabajar juntos, órdenes de arriba, y un poco más arriba de vuestra posición, en los tejados, donde debieran estar los Shichibukais sólo hay una panda de juerguistas montando follón. Podríais ir a mirar qué demonios está pasando, o podríais ir a quejaros a los dos que sí están, Yazori y Jack Drallion Stark, que guardan la única entrada a la plaza sin bloquear. También podéis desertar, armar follón, o lo que queráis. Yo sólo doy ideas…
- Date Musashi:
- La batería-ratoncito sale de tu bolsillo de vez en cuando, moviéndose por el interior de tu ropa, dándote cariñosos mordiscos de vez en cuando, algunos te dan una ligera descarga eléctrica, pero nada grave, sólo un cosquilleo. Lo que ves según bajas es que el lugar se oscurece más y más, llegando a estar alumbrado sólo por unas velitas. En un punto ves una puerta, también cerrada, que pone “Gold Roger”. Conoces el nombre, pero no qué querrá decir. Podrías seguir examinando el lugar, y entrar en las habitaciones, o subir por ahí. Tú eliges.
- Lion D. Karl:
- Junto a Krauser y Minato, comenzáis a avanzar. Los tres barcos de los almirantes, Buques insignia que no se pueden medir en tallas normales, os llevan algo de delantera. Comenzáis a avanzar mientras el himno de la marina suena en todos los barcos. Tu barco, imponente y enorme, comparable al barco de cada almirante, avanza raudo. La brigada disciplinaria rezuma poder allá donde va, parece ser. Entre el barco de Krauser barco, no tan grande, pero también admirable, y el tuyo viaja uno bastante más modesto, aunque a la vez digno de cualquier marine oficial. Es el de Minato, que llevará a la prisionera, y junto a él el Almirante de Flota estará dentro.
No tardáis mucho en alcanzar el Calm Belt, detrás de los almirantes, y la isla del East Blue que os interesa visitar es visible al Noroeste. Sin embargo los peligros abundan en el Grand Line, y se duplican en el Calm Belt. Y un rugido que llega desde las aguas os alerta. Tú, desde el flanco de babor, ves algo que te escama. Una serpiente gigante nadando bajo las aguas, y una llamada a tu Den Den Mushi.
-Vice-almirante, El barco destinado al capitán era otro. Ese aún está en construcción. No tiene sistema telefónico instalado ni fondo de kairoseki. Vuelvan al cuartel de inmediato.
Parece preocupante. Te toca hacer algo, relámpago Karl.
- Joseph Leto:
- Qué malencarada la muchacha. Le ofreces ayuda y te lanza una ardilla a la cara. En fin, empieza tu combate contra la ardilla, que se retuerce nerviosa mientras te ve como el enemigo, y no tarda mucho en arañarte la frente. No tardará en desaparecer la marca, pero escuece. De repente aparece a tu lado un perro negro, o un lobo. Parece uno de los familiares de Kaishi, que a la vez puedes ver de refilón persiguiendo a la muchacha que te ha lanzado la ardilla.
- Kaishi Tora:
- Parece que la chica no te ha oído, o por lo menos te ignora, aunque la sigues hasta que se para junto a un joven rubio, al que llama Ikaru. De ser su nombre la pelirroja es Dark D. Rose, y son los Sons of Anarchy. Puedes quedarte y tratar de ayudarlos, pues parece que, por la pérdida de su barco, están en problemas. También puedes ir a vigilar que tu amigo no mate a Joseph sin querer.
- Teravan Finger-Bullet:
- Vas hasta el almacén una vez termina tu turno, pero te quedas esperando un rato. Parece que no vienen. Así mismo, te llaman desde Loguetown. Te necesitan para reforzar las filas, pero… Es tu dinero. ¿Qué harás? Y si te vas… ¿Cómo llegarás? Eso lo decides tú.
- Krauser:
- Junto a Karl y Krauser, comenzáis a avanzar. Los tres barcos de los almirantes, Buques insignia que no se pueden medir en tallas normales, os llevan algo de delantera. Comenzáis a avanzar mientras el himno de la marina suena en todos los barcos. A una gran distancia avanza el barco de Karl, imponente y enorme, comparable al barco de cada almirante. La brigada disciplinaria rezuma poder allá donde va, parece ser. El de Krauser en absoluto, aunque más pequeño, desmerece la gloria del barco que pertenece al Vice-Almirante. En el medio, en un barco más modesto, estás tú. No es un mal barco, y de hecho para un oficial está bien, pero los del Contra-almirante y su amigo son de dimensiones pantagruélicas.
No tardáis mucho en alcanzar el Calm Belt, detrás de los almirantes, y la isla del East Blue que os interesa visitar es visible al Noroeste. Sin embargo los peligros abundan en el Grand Line, y se duplican en el Calm Belt. Y un rugido que llega desde las aguas os alerta. Deberías preocuparte de descubrirlo, aunque podría no ser nada.
- Minato Kazuo:
- Junto a Karl y Minato, comenzáis a avanzar. Los tres barcos de los almirantes, Buques insignia que no se pueden medir en tallas normales, os llevan algo de delantera. Comenzáis a avanzar mientras el himno de la marina suena en todos los barcos. A una gran distancia avanza el barco de Karl, imponente y enorme, comparable al barco de cada almirante. La brigada disciplinaria rezuma poder allá donde va, parece ser. Entre tu barco, no tan grande, pero también admirable, y el del Vice-almirante viaja uno bastante más modesto, aunque a la vez digno de cualquier marine oficial. Es el de Minato, que llevará a la prisionera, y junto a él el Almirante de Flota estará dentro.
No tardáis mucho en alcanzar el Calm Belt, detrás de los almirantes, y la isla del East Blue que os interesa visitar es visible al Noroeste. Sin embargo los peligros abundan en el Grand Line, y se duplican en el Calm Belt. Y un rugido que llega desde las aguas os alerta.
-Minato- Dice kurokku desde el interior del barco-. Ese sonido no es normal. Y me preocupa.
Te toca descubrir a qué se debe, o ignorarlo. Tú eliges.
- Kyle Aran:
- Menudo capulla tu voz interior. En fin, que me desvío. Tienes que ir a Loguetown, y tu barco está amarrado en el puerto. Aunque aquí cerca tienes un bote. Tú eliges lo que prefieres usar, Kyle. Aunque también podrías perseguir a Émile, que parece bastante seguro de lo que va a hacer, sea lo que fuere, y pedirle ayuda. Él, como tú, necesita llegar a Loguetown.
- Tahika Scarlet:
- Vaya, parece que tienes suerte. Con mucha habilidad, el hombre en poco más de media hora te lleva a la ciudad del principio y el fin. Ha atravesado una batalla naval que se va extendiendo por todo el East Blue para llevarte, podría merecer su recompensa… O no, eso lo decides tú. Aunque cuidado, se supone que los Yonkaikyos y Shichibukais guardarán el puerto y la ciudad. Ándate con ojo, si haces algo ilegal y te pillan, podría acabarse tu vida de cazarrecomensas.
- Takeshi Yamamoto y Furukawa:
- Bien, Takeshi ha subido al barco con el chiste más malo de su colección, y en su cabeza Jeff canta mientras Kai grita que lo maten. Pero delante de ti se encuentra algo verdaderamente divertido. Furukawa no puede evitar verlo tras asestar el golpe al pirata que tenía delante, terminando con su vida. Frente a Takeshi se alza el artillero de Opprimere, Fuego Cruzado “Doom”. Vuestras opciones son atacarlo o largaros antes de que se ponga violento en cuanto reconoza vuestras caras.
- Kaín, El Brujo del Norte:
- Tras tus palabras, el metre te lleva ante la sala del timón, donde un hombre ensangrentado y muerto te recibe. Me parece que si quieres hacer algo vas a tener que hacerlo tú solo. Sorprende al mundo, Brujo del Norte.
- The Starus:
- Vaya, parece que te has desmayado. Te despiertas un par de horas más tarde, en una cama al lado del anciano que antes gritaba. Parece bastante calmado y plácido.
-Por fin despiertas. Ten cuidado, los vendajes son recientes. Te he sacado la bala como he podido, pero tardarás un tiempo en estar bien del todo- hace una pausa, mirando unos sacos cerca de él-. Al atacarte huyeron, y puede recoger las cosas. Luego te encontré tirado en un callejón. Toma esto en agradecimiento.
El anciano extiende ambas manos, de forma que puedes ver una espada en su funda, de mango negro y vaina negra con detalles marrones. Es imposible no reconocerla como Shusui, la espada que portó un legendario espadachín. El anciano sonríe durante un instante mientras rasca su cabellera verde canosa, y te trae algo para comer. Ahora llega tu hora de decidir. Aceptar la espada, desayunar o marcharte ya. Tienes que llegar a loguetown, aunque estés débil. Es tu deber aunque te cueste la vida, o eso dicta tu moral. Pero nada dice que no puedas aceptar un regalo o recuperarte de unas heridas.
- Alex Drachen:
- Tu amigo no se confundió. Justo cuando vas a llegar a la ciudad encuentras a los forajidos saltando una gran valla. Por tu experiencia rastreando el terreno sabes que esa valla lleva a una zona sin vigilancia, pese a ser bastante rica en el distrito de Goa. Puedes ir corriendo a advertir a la marina o seguirlos, y ver qué pasa.
- Adam Windwalker:
- Abres los ojos, y te encuentras con algo sorprendente. El brillo proviene de una guarida subterránea. ¿Qué puede brillar con esa luz, y más ahí dentro? Puede haber cualquier peligro ahí dentro, me temo, desde explosivos hasta más bichos venenosos o desproporcionadamente violentos, pero es que también podría haber tesoros inimaginables. Las únicas preguntas son: ¿Cómo es que nadie se fijó en esto? Y ¿Bajarás o volverás al cuartel?
- Vongola Ryohei:
- Tras montarte en tu moto te tienes que detener ante un tipo. Para casualidad, tiene la pinta de pirata que tanto escasea entre la gente de esa profesión.
-Buenos días, soy Jeremy y me gusta tu moto. ¿Cuánto cuesta? Te la compro.
Parece honrado. Nada que ver con el tipo que acaba de golpearte, y reconoces la espada como una saijo o Wazamono, aunque no recuerdas su nombre.
-Voy de camino a Loguetown y me vendría bien compañía. Si quieres te llevo.
El hombre señala a un barco en la costa. Parece dispuesto a llevarte, aunque… ¿Te puedes fiar? Tú decides.
- Etsu Rui:
- Bueno, montas en el barco y zarpas sin mucha complicación, aunque un tipo sale de una taberna maldiciendo a tu abuela. Podrías tratar de acertarle entre ceja y ceja, pero ya estás muy lejos y ésta son la clase de cosas que te convierten en un criminal, y tú no quieres eso… ¿Verdad? Las aguas son tranquilas a este lado de la costa, aunque puedes ver una sangrienta batalla casi de frente a ti. Barcos y barcos se amontonan y se hunden, y el fuego pasa de un barco a otro como si de la viruela se tratara. Eres capaz de ver esto gracias a tus poderes oculares, pero estás realmente lejos. Aunque el barco es rápido y podrías llegar para unirte a algún bando. Sin embargo, hay más islas interesantes a tu alrededor. Cerca está el Yonkaikyo Lion D. Émile, y algo más adelante, al otro, en una isla hay un buque amarrado, donde distingues a alguien bastante famoso. Legim… ¿A dónde irás?
- Ugetsu Asari:
- Qué obsesión con matar, chico. Espero que sepas llevar bien el timón y te orientes correctamente. Aunque tal vez en lugar de loguetown prefieras un sitio más tranquilo, como Cocoyashi o Kumate. Podrían ser destinos interesantes, y más sabiendo que para llegar a Loguetown te toca atravesar una batalla naval.
- Yato:
- ¿No te has fijado en que no se ve la bala por ningún lado? Eso es porque ha atravesado el casco. Además hay agua que comienza a colarse por el agujero. El barco no tardaráa en hundirse. Podrías, si lo deseas, bajar todos los botes y subir a los vivos, aunque tal vez pierdas el tiempo y te hundas sin remedio. Sin embargo tu bote está ahí, listo para ser soltado. Tú verás…
- Akkai Ryu:
- Tomáis las riendas del barco, y pese a que Peporro no cumple las órdenes dadas por el capitán, parece que tenéis suerte y el barco va bien y sin contratiempos. Es una pena que el fondo del explorador rojo esté tan dañado que se le hayan caído tres planchas de Kairoseki. Si no podríais atravesar el Calm Belt sin mayor contratiempo, e ir desde el North Blue pasando por la Reverse Mountain. Qué afortundada coincidencia que, a la media hora de zarpar paséis cerca del G-5, donde está zarpando el barco de la Vice-almirante Bianca Black . ¿Tenéis tiempo para un abordaje rápido?
- Dark Ascension:
- Los soldados se ponen en posición, apuntándoos con sus lanzas ligeras y blandiendo el escudo, que les protege casi por completo. El mensajero se oculta tras ellos y comienza a hablar, desenrollando un papiro.
-Por orden y legislación del Rey de Halstat, Arnaldo Krastov III, señor de las tierras verdes, Derian Markov ha sido destituido de todos sus títulos y despojado de todas sus tierras, acusado de los delitos de Asesinato, Conspiración y Alta Traición. Así mismo, el traidor y sus seguidores serán juzgados y sentenciados a muerte.
Los aldeanos no hacen caso de las palabras del paje, y abandonan el lugar gritando y alzando sus armas. Sin embargo los hombres del rey os miran muy fijamente. Yo diría que la diplomacia está descartada, pero eso como veáis vosotros.
Soldados nivel 30, Paje Nivel 40.
- Takeru Shiromori:
- Siguiendo la ruta de evacuación llegas a la zona norte, y te escabulles ahí, entrando en una casa. Qué raro. Esta casa tiene una barra de bar, y un cartel medio roto, ajado en varios puntos, que reza “Taberna Gold Roger”. Estás en el centro de la ciudad, como quien dice. A tan sólo unos pasos del patíbulo, y en una taberna que, por algún motivo, está llena de explosivos. Parece un buen momento para llamar al comandante, o ponerte en contacto con alguno de los generales (Jack Silvers o Hiren), que tenían misiones en islas circundantes. Tal vez la pólvora y dinamita le dé una nueva tirada de dados a la batalla, aunque tal vez hayas pensado algo que te llene de gloria a ti solo.
- Flea Grohl:
- Has gritado demasiado fuerte, y no ha pasado de improviso. La palabra “Legim” es un tabú en el Gobierno Mundial, y según es captada por el Ciborg Jack Drallion Stark cae un rayo de luz desde el cielo, que deja hecho cenizas al hombre que saltó de un barco, recorrió kilómetros a nado pasando por una batalla naval de lo más violenta y escaló los muros de acantilado de la ciudad portuaria sólo para ser torturado y darte esa información. La próxima vez podría darte a ti.
En fin, tras el susto del rayo puedes seguir explorando. Al final del callejón se ve la salida, y allí la intersección de varias calles. Por la derecha está el cuartel de la Marina, un sitio lleno hasta las trancas de enemigos, y por la izquierda está la calle donde se encuentra la taberna “Gold Roger”. De frente está el bosque espeso, lo que te serviría para investigar e informar a Leonel de descubrir algo.
- Uracha:
- Increíblemente nadie se da cuenta de que Leonel te deja pasar, y entras tranquilamente, aunque algunos marines se extrañan y te señalan. Tienes un Wanted muy elevado, eso puede ser muy malo a veces. Tras un rato caminando te encuentras con que debes elegir caminos. Playa, bosque o de vuelta al puerto, a armarla en los buques de la Marina. Tú eliges.
- Hiren y Jack Silvers:
- Tras recorrer la distancia hasta Kumate y buscar la entrada secreta a la base, Hiren está a la espalda de Jack, que recuerda su aura y nota que no es hostil. Tal vez debierais ir juntos, aunque para eso Jack tal vez debiera confiar en su compañero y contarle qué siente. También repito lo anterior, podéis entrar a ver qué hay en el interior o largaros y avisar a Leonel de que hay gente en la base de Kumate, así como a Azumi. Seguramente estén ambos interesados, aunque si son aliados haréis el ridículo…
Flea
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Akuma no mi
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Todavía me temblaban las piernas. Un rayo cayó sobre el Marine aquél, sí, un rayo, y no es que el día estuviese lluvioso, o con muchas nubes negras, simplemente cayó. No creo que haya sido un factor natural, quizá alguien lo haya hecho, pero, supuse que sería alguien extremadamente fuerte, así que dejé de darle vueltas y seguí caminando hasta el final del callejón.
Había varias boca-calles, pero decidí ir por la que aparentaba ser la menos investigada, un extraño bosque, en el que entraba poca luz. Era eso, o auto-entregarme a la Marine, ya que quien sabe quienes podrían estar allí. Por más que me guste la sangre, ir a lo loco era muy en vano, y quién sabe quién podría estar allí.
Traté de ir por los árboles más bajos y con mayor cantidad de hojas, porque, de aparecer alguien, eso implicaría un enfrentamiento y no quería nada con nadie, y menos con alguien poderoso, que siempre puede pasar.
No había nada que pueda darme información sobre los puntos débiles de la Marine en Loguetown, lo cierto era que, éste bosque era un lugar deshabitado, bueno, por ahora lo era para mí, y era un lugar cerca de la Base Marine, por lo que podría ser un buen refugio, en caso de necesitarlo, y un buen lugar para organizar un contra-ataque hacia la base.
Saqué mi papel del bolsillo, me corté de nuevo, y con la sangre escribí "Bosque, refugio/contra-ataque". Luego de esto, continué en busca de alguna pista, o alguna planta con poderes, no lo sé, mientras no sea un Marine o un enemigo conocido, por ahora nada podía salir mal.
Había varias boca-calles, pero decidí ir por la que aparentaba ser la menos investigada, un extraño bosque, en el que entraba poca luz. Era eso, o auto-entregarme a la Marine, ya que quien sabe quienes podrían estar allí. Por más que me guste la sangre, ir a lo loco era muy en vano, y quién sabe quién podría estar allí.
Traté de ir por los árboles más bajos y con mayor cantidad de hojas, porque, de aparecer alguien, eso implicaría un enfrentamiento y no quería nada con nadie, y menos con alguien poderoso, que siempre puede pasar.
No había nada que pueda darme información sobre los puntos débiles de la Marine en Loguetown, lo cierto era que, éste bosque era un lugar deshabitado, bueno, por ahora lo era para mí, y era un lugar cerca de la Base Marine, por lo que podría ser un buen refugio, en caso de necesitarlo, y un buen lugar para organizar un contra-ataque hacia la base.
Saqué mi papel del bolsillo, me corté de nuevo, y con la sangre escribí "Bosque, refugio/contra-ataque". Luego de esto, continué en busca de alguna pista, o alguna planta con poderes, no lo sé, mientras no sea un Marine o un enemigo conocido, por ahora nada podía salir mal.
Roland von Klauswitz
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No podía creérselo, solo se había despistado un segundo y la tal Alika ya la había liado. No había tardado ni un minuto en comenzar una pelea con un grupo de hombres claramente bebidos. No tenía claro que había pasado, pero había llegado a ver como una de las botellas que llevaban esos tipos salían dirigidas hacia la joven agente. Realmente debían ser idiotas, habían cabreado a la chica más peligrosa que habían podido cruzase, de verdad que imaginaba lo que iba a ocurrir. Sin embargo, creía que habían sido ellos los que habían empezado el conflicto así que no se metería siempre que no se pasara demasiado.
Sin perder un segundo la chica rompió la botella contra la cabeza de uno de ellos haciendo huir al resto. Kodama suspiró resignado, se sentía como si fuera su niñera, niñera de una loca incontrolable con tendencias violentas. Para colmo le había dado por llamarle hombre-brócoli. El marine no pudo evitar llevarse la mano a la cabeza para tocar su cabello formado por hojas para comprobar si de verdad tenía esa forma.
En ese momento, un ruido de botellas y gritos llamó su atención. El ruido provenía de un amplio tejado cercano a ellos, a unos treinta metros de donde se encontraban y medio tapado por otro edificio. Ya pensaba acercarse a imponerles la evacuación cuando cayó en la cuenta de algo que le heló la sangre. Aquel tejado era una de las posiciones asignadas para dos de los miembros del Ouka Shichibukai, y sin embargo ahora estaba ocupado por un puñado de borrachos ruidosos. No podía creerlo, dos de las claves más importantes para la defensa de Loguetown habían abandonado su posición, eso con suerte. No quería ni pensar en que hubiesen sido derrotados, y menos aún por esa gente.
-Oi, oi, Alika. ¿Sabes algo sobre los Shichibukai que deberían estar en aquel tejado? -dijo el hombre-árbol todavía sopesando las posibles consecuencias de aquello. Aquel era un puesto de defensa importante y no podía quedar desprotegido. Sabía que aquella agente sabría tan poco como él de aquel asunto pero aun así no podía creérselo. Maldijo mentalmente su mala suerte y se puso serio. Tenían que afrontar aquella situación lo más rápido posible. -Yo iré a echar un vistazo al tejado. Ven conmigo y en caso de no obtener respuestas informarás a los superiores de la marina sobre esto. -Mientras hablaba ya había empezado a correr y, tras echar mano a una de sus espadas, generó una gruesa rama que se enganchó a un balcón justo debajo del tejado. -Por cierto si las cosas se complican, no te culparé por ser brusca. Aunque no te acostumbres.
Tras decir esto hizo uso de la rama para llegar hasta el balcón y en el mismo movimiento saltó al tejado con gran agilidad. No tenía claro que se iba a encontrar allí arriba, ni el motivo por el cual había dos Shichibukai fuera de su puesto. Solo esperaba que al comenzar la batalla, ya hubieran vuelto por que de lo contrario podrían tener serios problemas. Una vez aterrizó allí, desenvainó una de sus dos espadas y se preparó para el combate en caso de ser necesario.
-Buenos días caballeros. Espero que tengan una buena explicación para esto.
Sin perder un segundo la chica rompió la botella contra la cabeza de uno de ellos haciendo huir al resto. Kodama suspiró resignado, se sentía como si fuera su niñera, niñera de una loca incontrolable con tendencias violentas. Para colmo le había dado por llamarle hombre-brócoli. El marine no pudo evitar llevarse la mano a la cabeza para tocar su cabello formado por hojas para comprobar si de verdad tenía esa forma.
En ese momento, un ruido de botellas y gritos llamó su atención. El ruido provenía de un amplio tejado cercano a ellos, a unos treinta metros de donde se encontraban y medio tapado por otro edificio. Ya pensaba acercarse a imponerles la evacuación cuando cayó en la cuenta de algo que le heló la sangre. Aquel tejado era una de las posiciones asignadas para dos de los miembros del Ouka Shichibukai, y sin embargo ahora estaba ocupado por un puñado de borrachos ruidosos. No podía creerlo, dos de las claves más importantes para la defensa de Loguetown habían abandonado su posición, eso con suerte. No quería ni pensar en que hubiesen sido derrotados, y menos aún por esa gente.
-Oi, oi, Alika. ¿Sabes algo sobre los Shichibukai que deberían estar en aquel tejado? -dijo el hombre-árbol todavía sopesando las posibles consecuencias de aquello. Aquel era un puesto de defensa importante y no podía quedar desprotegido. Sabía que aquella agente sabría tan poco como él de aquel asunto pero aun así no podía creérselo. Maldijo mentalmente su mala suerte y se puso serio. Tenían que afrontar aquella situación lo más rápido posible. -Yo iré a echar un vistazo al tejado. Ven conmigo y en caso de no obtener respuestas informarás a los superiores de la marina sobre esto. -Mientras hablaba ya había empezado a correr y, tras echar mano a una de sus espadas, generó una gruesa rama que se enganchó a un balcón justo debajo del tejado. -Por cierto si las cosas se complican, no te culparé por ser brusca. Aunque no te acostumbres.
Tras decir esto hizo uso de la rama para llegar hasta el balcón y en el mismo movimiento saltó al tejado con gran agilidad. No tenía claro que se iba a encontrar allí arriba, ni el motivo por el cual había dos Shichibukai fuera de su puesto. Solo esperaba que al comenzar la batalla, ya hubieran vuelto por que de lo contrario podrían tener serios problemas. Una vez aterrizó allí, desenvainó una de sus dos espadas y se preparó para el combate en caso de ser necesario.
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Date Musashi
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Akuma no mi
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Mientras descendía por las escaleras la oscuridad se iba haciendo cada vez más constante y solo se podía percibir el camino a través de la luz de unas velas, haciendo que los pasos del semigigante fueran más lentos y cuidadosos por precaución de forma que sonaban ligeramente siniestros. Además de esto, podía percibir como aquella batería-ratón recorría su cuerpo entre sus ropajes y le daba pequeñas descargas como si estuviera feliz de haberse reunido con él, contento de tener un nuevo dueño. Lo ignoró por un momento, pero como si hubiera encendido una bombilla con la energía eléctrica que le daba al semigigante decidió activar un poder que le ayudaría en aquella semipenumbra y sobretodo en su tarea de infiltración. Activó su Haki Mantra y llegó a un pasillo con varias puertas donde no parecía haber nadie, por lo que siguió caminando a través del pasillo con calma pero siempre alerta.
Llegó hasta una puerta donde pudo leer "Gold Roger" en un letrero y se sorprendió bastante por su descubrimiento. ¿Qué pintaría el nombre de ese hombre en un pasillo de la base de los pasteleros? Estaba claro que ese hombre era motivo de inspiración para muchos de ellos, pero se le antojaba demasiado que en aquella habitación hubiera dormido alguna vez el que antaño fue el Rey de los piratas. Su mente se preguntaba qué aguardaría detrás de aquella puerta pero no podía dejar que su curiosidad fuera mayor a su labor, pues su único cometido era volver con Ame Sora y hacerse suficiente fuerte para sacarla de allí cuando llegara el momento. Decidió investigar el resto de puertas primero con el propósito de no dejarse nada que de verdad fuera valioso para la misión y, si se daba el caso de que aquella puerta se convertiría en la única vía sin investigar y no había encontrado nada más, entonces cruzaría la puerta y satisfacería su curiosidad. Al fin y al cabo no podía dejar nada sin investigar.
Sin embargo había algo que le preocupaba, y esa era la razón por la que no desactivaría el mantra para no ser pillado por sorpresa. Brack podía volver en cualquier momento o puede que detrás de aquellas puertas le aguardara un pastelero, por lo que no podía bajar la guardia. Investigaría todo lo que pudiera de todas las habitaciones del lugar y, de no encontrar nada, iría por la puerta "Gold Roger". Con calma se apretó el pecho cuidadosamente para detener al ratón y que se estuviera quieto durante unos segundos, debía concentrarse pues su poder para sentir a las personas todavía era muy débil. Se dispuso a abrir la primera puerta no sin antes mantenerse unos segundos en silencio al borde de esta, preparado para retroceder en caso de notar algo extraño.
Llegó hasta una puerta donde pudo leer "Gold Roger" en un letrero y se sorprendió bastante por su descubrimiento. ¿Qué pintaría el nombre de ese hombre en un pasillo de la base de los pasteleros? Estaba claro que ese hombre era motivo de inspiración para muchos de ellos, pero se le antojaba demasiado que en aquella habitación hubiera dormido alguna vez el que antaño fue el Rey de los piratas. Su mente se preguntaba qué aguardaría detrás de aquella puerta pero no podía dejar que su curiosidad fuera mayor a su labor, pues su único cometido era volver con Ame Sora y hacerse suficiente fuerte para sacarla de allí cuando llegara el momento. Decidió investigar el resto de puertas primero con el propósito de no dejarse nada que de verdad fuera valioso para la misión y, si se daba el caso de que aquella puerta se convertiría en la única vía sin investigar y no había encontrado nada más, entonces cruzaría la puerta y satisfacería su curiosidad. Al fin y al cabo no podía dejar nada sin investigar.
Sin embargo había algo que le preocupaba, y esa era la razón por la que no desactivaría el mantra para no ser pillado por sorpresa. Brack podía volver en cualquier momento o puede que detrás de aquellas puertas le aguardara un pastelero, por lo que no podía bajar la guardia. Investigaría todo lo que pudiera de todas las habitaciones del lugar y, de no encontrar nada, iría por la puerta "Gold Roger". Con calma se apretó el pecho cuidadosamente para detener al ratón y que se estuviera quieto durante unos segundos, debía concentrarse pues su poder para sentir a las personas todavía era muy débil. Se dispuso a abrir la primera puerta no sin antes mantenerse unos segundos en silencio al borde de esta, preparado para retroceder en caso de notar algo extraño.
Steve
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La labia de aquel hombre era increíble, había conseguido sobornar al marine con una facilidad pasmosa o puede que este fuese un corrupto redomado y ya ni le interesase la justicia, sea como fuere el hombre salió de su celda con las llaves que le había dado el corrupto y el acabo con el marine encargado de las celdas, para darme la llave de mi celda y las esposas de kairoseki, quitármelas me llevo un poco de tiempo el suficiente para que echase a correr diciéndome que si quería, que le ayudase, por supuesto que lo haría, no me gustaba deber favores a nadie, así que por ahora iría junto a él, al menos hasta que saldase su deuda.
Pero allí había otro sujeto, que nos quería sacar del nuestras celdas, como no conocía sus objetivos lo único que hice fue un gesto con la cabeza para que me siguiese cuando saliera, tenía que saber que estaba pasando por allí y ese gato enorme era realmente extraño por no hablar de sus objetivos.
Me levante y me frote las manos, cogí las llaves del suelo y abrí la puerta de la celda e iba a echar a correr cuando vi a alguien por el rabillo del ojo, lo que me hizo sobresaltarme, no había visto a ese tercer sujeto por ningún lado y parecía haberse materializado de la mismísima nada.
-¿Y tú de donde coño has salido?-Grite, pero no tarde en darme cuenta de lo peligroso que era eso y eche a correr-No os quedeis atrás ¡corred!-Le dije al sujeto misterioso y de paso al gato mientras iba a la zaga de aquel hombre que me había ayudado a salir, no sabía su nombre pero prefería preguntárselo cuando estuviese fuera de aquel tugurio.
Acelere mas el paso hasta ponerme a pocos metros del hombre, no sabía a dónde íbamos pero sí que tenía claro una cosa, me olvidaba de algún evento importante que mi mente no lograba recordar y eso me molestaba bastante, pero por un momento decidí pasar del tema, hasta que me encontrase un poco más a salvo, y sin fijarme si detrás mío estaban esos dos sujetos.
Pero allí había otro sujeto, que nos quería sacar del nuestras celdas, como no conocía sus objetivos lo único que hice fue un gesto con la cabeza para que me siguiese cuando saliera, tenía que saber que estaba pasando por allí y ese gato enorme era realmente extraño por no hablar de sus objetivos.
Me levante y me frote las manos, cogí las llaves del suelo y abrí la puerta de la celda e iba a echar a correr cuando vi a alguien por el rabillo del ojo, lo que me hizo sobresaltarme, no había visto a ese tercer sujeto por ningún lado y parecía haberse materializado de la mismísima nada.
-¿Y tú de donde coño has salido?-Grite, pero no tarde en darme cuenta de lo peligroso que era eso y eche a correr-No os quedeis atrás ¡corred!-Le dije al sujeto misterioso y de paso al gato mientras iba a la zaga de aquel hombre que me había ayudado a salir, no sabía su nombre pero prefería preguntárselo cuando estuviese fuera de aquel tugurio.
Acelere mas el paso hasta ponerme a pocos metros del hombre, no sabía a dónde íbamos pero sí que tenía claro una cosa, me olvidaba de algún evento importante que mi mente no lograba recordar y eso me molestaba bastante, pero por un momento decidí pasar del tema, hasta que me encontrase un poco más a salvo, y sin fijarme si detrás mío estaban esos dos sujetos.
Crimson
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La decisión era dura, muy dura. Tan dura que empezaban a apretarle los pantalones. Así que por el bien de las costuras de cuero de sus pantalones decidió poner un rápido fin a ese dilema que se le presentaba. Si una era buena, tres serían aún mejor. No era una deducción tan difícil. Las llamó y estas aceptaron rápidamente su oferta. Se lo llevaron a una habitación donde estarían los cuatro muy a gustito y pasarían una dulce y tórrida tarde y una más acalorada y única noche de pasión desenfrenada. Nunca se iba por las ramas cuando se trataba de ese tipo de temas.
Ellas no tardaron en complacer todos sus deseos, desnudándole tan deprisa que apenas se había dado cuenta de que ya nada le apretaba. Ahora esta mucho más libre y, por qué no decirlo, también mucho más cachondo. -"OH Yeah!"- pensó al ver como empezaban a jugar entre ellas. Esa tarde Crimson les devolvería la fé en Dios con el maravilloso monumento que tenía entre las piernas, digno de que le rindan pleitesía en los más sagrados altares. Aunque el fuese un cliente, tenía por norma nunca dejar insatisfecha a una mujer. Casi se regodeaba en el hecho de poder complacerlas.
Sin embargo algo que nunca había imaginado ver apareció frente a él. Primero lo vio y después lo sintió. Un enorme y abultado paquete debajo de las braguitas de la pelirroja rozaban con el muslo desnudo de Crimson. Toda la "felicidad" bajó de golpe. Se asustó. Empezó a sudar frío, pero las otras siguieron a los suyo, besándole, tocándole, lamiéndole y acariciándole. Era enorme, probablemente más grande que la suya propia, y eso que aún no había sido erigido. Casi se desmaya en ese instante. Pero recobró la compostura. Tenía que haber sido una ilusión, tenía que habérselo imaginado.
Los bosuqueos no se detuvieron y eso le devolvió a la realidad y su "Little Crim" volvió a la carga, apuntando más alto que nunca. Entonces la pelirroja, siendo quizás demasiado atrevida le abrió la cremallera de su boca y ella se colocó delante de él. Las palabras que salieron de los suaves y húmedos labios de ella le hicieron dudar. -"Hemos venido a jugar. Así que juguemos, pequeña niña sucia"- pensó mientras resoplaba. No podía negar que estab muy nervosio. -Primero enséñame que tienes debajo. No soy tan fácil, muñeca- dijo el pirata finalmente.
Ellas no tardaron en complacer todos sus deseos, desnudándole tan deprisa que apenas se había dado cuenta de que ya nada le apretaba. Ahora esta mucho más libre y, por qué no decirlo, también mucho más cachondo. -"OH Yeah!"- pensó al ver como empezaban a jugar entre ellas. Esa tarde Crimson les devolvería la fé en Dios con el maravilloso monumento que tenía entre las piernas, digno de que le rindan pleitesía en los más sagrados altares. Aunque el fuese un cliente, tenía por norma nunca dejar insatisfecha a una mujer. Casi se regodeaba en el hecho de poder complacerlas.
Sin embargo algo que nunca había imaginado ver apareció frente a él. Primero lo vio y después lo sintió. Un enorme y abultado paquete debajo de las braguitas de la pelirroja rozaban con el muslo desnudo de Crimson. Toda la "felicidad" bajó de golpe. Se asustó. Empezó a sudar frío, pero las otras siguieron a los suyo, besándole, tocándole, lamiéndole y acariciándole. Era enorme, probablemente más grande que la suya propia, y eso que aún no había sido erigido. Casi se desmaya en ese instante. Pero recobró la compostura. Tenía que haber sido una ilusión, tenía que habérselo imaginado.
Los bosuqueos no se detuvieron y eso le devolvió a la realidad y su "Little Crim" volvió a la carga, apuntando más alto que nunca. Entonces la pelirroja, siendo quizás demasiado atrevida le abrió la cremallera de su boca y ella se colocó delante de él. Las palabras que salieron de los suaves y húmedos labios de ella le hicieron dudar. -"Hemos venido a jugar. Así que juguemos, pequeña niña sucia"- pensó mientras resoplaba. No podía negar que estab muy nervosio. -Primero enséñame que tienes debajo. No soy tan fácil, muñeca- dijo el pirata finalmente.
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Ya estábamos todos reunidos en el barco y con bastante esfuerzo y una suerte endemoniada logramos avanzar bastante distancia en poco tiempo pero un ruido llama mi atención y algo que me temía acaba de ocurrir, el barco sufrió daños de alguna manera y las placas de kairouseki del barco se hundieron, lo que es una mala noticia dado que aún tenemos un largo viaje y poder cruzar el Calm Belt nos ahorraría mucho tiempo. Ese contratiempo me molesta bastante y me puede trastocar los planes por lo que tengo que pensar en una forma de ahorrar tiempo pero mi estado no me permite sobre esforzar mi cuerpo para empujar el barco a la velocidad necesaria por el Calm Belt para que los reyes marinos no nos devoraran enteros. Miro a todos lados esperando que la solución aparezca por arte de magia y de pronto veo como pasamos delante del G-5 y un barco marine sale de allí. No tenemos mucho tiempo para viajar pero más vale coger el barco de la marina y poder cruzar el Calm Belt que hacer el camino largo en el nuestro así que corrijo ligeramente el rumbo del barco y lo dirijo hacia el barco de la marina.
Una vez ladeado el barco mantengo el rumbo y grito Chicos al abordaje. Ese barco será nuestro y lo usaremos para nuestros propios fines. No puede quedar nadie vivo, salvo quizás el navegante para que lo maneje mientras yo oculto el Explorador Rojo en un lugar más seguro pero en caso negativo tendremos que conseguir un nuevo barco o quedarnos con el de la marina y modificarlo a nuestra voluntad. Sea como sea los mataremos a todos. Tras ese grito de guerra cojo las espadas que me acaba de traer Ace y las coloco en su lugar, ahora porto cuatro espadas, las dos meitous, Death Blade y Masamune. Las tres primeras en la espalda y Masamune en la cintura. En su dedo corazón se coloca el anillo de calavera negro que se convierte en Ace por si llega a necesitarlo. Teniendo todo listo se pone en marcha corriendo hacia el borde del barco y saltando al navío marine dispuesto a asaltarlo y tomar el control de éste.
Una vez ladeado el barco mantengo el rumbo y grito Chicos al abordaje. Ese barco será nuestro y lo usaremos para nuestros propios fines. No puede quedar nadie vivo, salvo quizás el navegante para que lo maneje mientras yo oculto el Explorador Rojo en un lugar más seguro pero en caso negativo tendremos que conseguir un nuevo barco o quedarnos con el de la marina y modificarlo a nuestra voluntad. Sea como sea los mataremos a todos. Tras ese grito de guerra cojo las espadas que me acaba de traer Ace y las coloco en su lugar, ahora porto cuatro espadas, las dos meitous, Death Blade y Masamune. Las tres primeras en la espalda y Masamune en la cintura. En su dedo corazón se coloca el anillo de calavera negro que se convierte en Ace por si llega a necesitarlo. Teniendo todo listo se pone en marcha corriendo hacia el borde del barco y saltando al navío marine dispuesto a asaltarlo y tomar el control de éste.
elkilian
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Finalmente conseguí llegar al Puerto. En el puerto habían algunos barcos piratas y algunos barcos de la marina. También había unos marines luchando contra algunos piratas seguramente capitaneados por el yonkou por lo que no deberían tener problemas así que no me preocupé por ellos. A su vez, no muy alejado del lugar, había un pirata "animando" al equipo con algunas rimas y músicas un tanto arrítmicas sobre una tal Katrina atrapada en algún lugar hasta que por último dijo que era en Loguetown. Allí conocí a Taiko, un Yonkaikyo en su momento hasta que dejó hace tiempo su puesto. Él me incitó a ser su heredero de su puesto regalandome unos guantes que tras modificarlos son los que llevaba puestos en ese momento. Ese encuentro en Loguetown fue un gran paso en mi vida y en mi forma de ver en que consiste la piratería de los mares. Por tanto, tenía ganas de volver a Loguetown e intentar cumplir lo que me encomendó ... ser Yonkaikyo. Ya había cumplido el deseo de aquel viejo tras regalarme aquel bote de madera, mi primer bote. Su deseo consistía en hacer que dicho barco viera el Nuevo Mundo y gracias a un viaje que hice con mi segundo Maestro pude hacer realidad su deseo pero aun así tengo que volver a casa para entregarle el bote.
Entre los barcos de la marina se podía observar un buque de la marina, esos barcos que tienen muchos cañones y poseen un casco de Kairoseki. Entonces me puse a pensar mi próximo movimiento.
" Debería coger un barco pirata o el barco ese de la marina ... si elijo el del pirata seguramente me atrapen antes de llegar a Loguetown .. pero ... el de la marina me evitaría ese problema, pero claro, puede que los otros piratas decidan destruir el barco tras verlo yendo a Loguetown ... aunque yo tengo experiencia manejando yo solo un barco, ese barco es demasiado grande para manejarlo yo solo ... ya sé ... "
Me dirigí hacia los piratas y reclutas marines que estaban luchando y yo, que seguía en mi forma gigante, intenté patear a los marines al mar. Y en caso de conseguirlo hablaría con los piratas para convencerles de que me ayudaran a manejar el barco para ir a Loguetown mientras el resto de sus compañeros entretenían a la marina aquí. Si fuera necesario esperaría a que hablaran con su Yonkou para saber que van a hacer. En caso de fallar me uniría a esos piratas para derrotar a esos marines para poder realizar el plan anteriormente citado.
Entre los barcos de la marina se podía observar un buque de la marina, esos barcos que tienen muchos cañones y poseen un casco de Kairoseki. Entonces me puse a pensar mi próximo movimiento.
" Debería coger un barco pirata o el barco ese de la marina ... si elijo el del pirata seguramente me atrapen antes de llegar a Loguetown .. pero ... el de la marina me evitaría ese problema, pero claro, puede que los otros piratas decidan destruir el barco tras verlo yendo a Loguetown ... aunque yo tengo experiencia manejando yo solo un barco, ese barco es demasiado grande para manejarlo yo solo ... ya sé ... "
Me dirigí hacia los piratas y reclutas marines que estaban luchando y yo, que seguía en mi forma gigante, intenté patear a los marines al mar. Y en caso de conseguirlo hablaría con los piratas para convencerles de que me ayudaran a manejar el barco para ir a Loguetown mientras el resto de sus compañeros entretenían a la marina aquí. Si fuera necesario esperaría a que hablaran con su Yonkou para saber que van a hacer. En caso de fallar me uniría a esos piratas para derrotar a esos marines para poder realizar el plan anteriormente citado.
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Midorima caminaba por la arena de la playa mientras se sacaba su camisa y le sacaba toda el agua que esta había absorbido por culpa de que su barco estaba destrozado, aunque ahora estaba mucho más tranquilo ya que quizás por culpa del accidente había tenido un pequeño lapsus en donde se le había olvidado que había dejado a Sakura bien lejos de este lugar para que no sufriera daño alguno en el desastre que estaba a punto de ocurrir, el choque de las tres fuerzas más importantes de Mundo, el Ouka Shichibukai, la Marina y la banda de una Yonkou cosa que sin duda marcaría un antes y un después en la historia de todos los participantes, incluyendo al joven pirata del pelo verde.
Se puso su camisa al hombro mientras avanzaba ya que había reconocido a esas dos personas que estaban en la playa, eran Arribor y Kuroi, ambos nakamas así que seguramente estarían bien así que apuro un poco su marcha para alcanzarlos y colocarse atrás de ellos dos, suspiro fuertemente para luego mirar por todos lados al parecer la isla solo tenía un bosque y también debería tener una ciudad, aun faltaba encontrar a la capitana, Ikaru y otras personas más que en este momento le costaba recordar, al parecer naufragar el golpe en la cabeza había sido algo fuerte y tenía que hacer ciertos esfuerzos para así recordar lo que había pasado esa noche…aunque lo dejo de lado rápidamente ya que elevó su vista para ver a Kryword, y todo indicaba que los tres lo estaban siguiendo así que al parecer era una buena señal para todos o por lo menos eso esperaba Shintaro.
Fue entonces que logro vislumbrar a Sting y a Hardo, que al parecer estaba inconsciente o algo ya que no se estaba moviendo, y eso hizo que una sonrisa de agrado se formara en la cara de Midorima ya que de a poco la banda se estaba agrupando aunque aún faltaban Crimson, Rose, Ikaru y a Abyss o por lo menos no estaban en los alrededores, así que aun tenían que encontrar a ese cuarteto de niños, suspiro por lo bajo para luego ver que el bosque estaba mucho más cerca que antes, sin darse cuenta habían avanzado un largo trecho en pocos minutos, y fue entonces que una sonrisa gigante se le hizo en la cara al ver las figuras inconfundibles de Rose e Ikaru entre los árboles, así que sin aguantar más la emoción gritó:
Midorima: ¡ROSE! ¡IKARU! ¡Por aqui!
Gritaba mientras levantaba una mano, y sin dudarlo un segundo echó a correr para acercarse a ellos, ya que al fin estaban todos o casi todos reunidos, así que era hora de irse de aquí y partir a Loguetown pero al parecer algo estaba saliendo mal, de repente la mirada del peli verde cambió, ante sus ojos Rose estaba cayendo al suelo al parecer algo le dolía, seguramente era un dolor de estómago tremendo o podría deberse al choque de antes, así que sin dudarlo ni un segundo, Shintaro la recoge y se la pone encima del hombro derecho, la agarraba suavemente por la cintura, suspiro de forma larga para luego caminar hacía donde estaban los demás dejando atrás a Ikaru ya que pensaba que se reuniría con ellos de inmediato, y fue entonces que en cuanto llegó les dijo a los demás, tomando algo así como la voz de mando:
Midorima: Bien, creo que estamos todos juntos, pero nuestra capitana está por el momento fuera de combate, así que para ir a Loguetown robaremos un barco del puerto, somos muchos y fuertes así que no sería mucho trabajo. Una vez allí, nos iremos a la ciudad del Alfa y el Omega a salvar a la Yonko…así que vamos, en marcha.
Dijo muy serio mientras se acomodaba a su capitana en su hombro, y fue entonces que se acordó de quien era el que faltaba, Crimson, según sabía era alguien muy antiguo en la banda y fue entonces que el destino jugó a favor del peli verde ya que un pequeño den den mushi cayó a los pies de este, así que sin dudarlo ni un solo segundo lo agarra y empieza a llamar esperando que nadie más escuchara la conversación. Midorima: Espero que funcione, maldito Crimson, más te vale responder o si no te pateare el trasero. pensó de forma fugaz, para acto seguido hablar por el den den mushi:
Midorima: Aquí Midorima, Crimson nos dirigimos al puerto, robaremos un barco y nos iremos a Loguetown, estamos casi todos, solo faltan tú y Abyss, así que si puedes tráelo contigo.
Acto seguido empezó a caminar rumbo al puerto para robar el barco tal piratas eran todos los de Sons Of Anarchy.
Se puso su camisa al hombro mientras avanzaba ya que había reconocido a esas dos personas que estaban en la playa, eran Arribor y Kuroi, ambos nakamas así que seguramente estarían bien así que apuro un poco su marcha para alcanzarlos y colocarse atrás de ellos dos, suspiro fuertemente para luego mirar por todos lados al parecer la isla solo tenía un bosque y también debería tener una ciudad, aun faltaba encontrar a la capitana, Ikaru y otras personas más que en este momento le costaba recordar, al parecer naufragar el golpe en la cabeza había sido algo fuerte y tenía que hacer ciertos esfuerzos para así recordar lo que había pasado esa noche…aunque lo dejo de lado rápidamente ya que elevó su vista para ver a Kryword, y todo indicaba que los tres lo estaban siguiendo así que al parecer era una buena señal para todos o por lo menos eso esperaba Shintaro.
Fue entonces que logro vislumbrar a Sting y a Hardo, que al parecer estaba inconsciente o algo ya que no se estaba moviendo, y eso hizo que una sonrisa de agrado se formara en la cara de Midorima ya que de a poco la banda se estaba agrupando aunque aún faltaban Crimson, Rose, Ikaru y a Abyss o por lo menos no estaban en los alrededores, así que aun tenían que encontrar a ese cuarteto de niños, suspiro por lo bajo para luego ver que el bosque estaba mucho más cerca que antes, sin darse cuenta habían avanzado un largo trecho en pocos minutos, y fue entonces que una sonrisa gigante se le hizo en la cara al ver las figuras inconfundibles de Rose e Ikaru entre los árboles, así que sin aguantar más la emoción gritó:
Midorima: ¡ROSE! ¡IKARU! ¡Por aqui!
Gritaba mientras levantaba una mano, y sin dudarlo un segundo echó a correr para acercarse a ellos, ya que al fin estaban todos o casi todos reunidos, así que era hora de irse de aquí y partir a Loguetown pero al parecer algo estaba saliendo mal, de repente la mirada del peli verde cambió, ante sus ojos Rose estaba cayendo al suelo al parecer algo le dolía, seguramente era un dolor de estómago tremendo o podría deberse al choque de antes, así que sin dudarlo ni un segundo, Shintaro la recoge y se la pone encima del hombro derecho, la agarraba suavemente por la cintura, suspiro de forma larga para luego caminar hacía donde estaban los demás dejando atrás a Ikaru ya que pensaba que se reuniría con ellos de inmediato, y fue entonces que en cuanto llegó les dijo a los demás, tomando algo así como la voz de mando:
Midorima: Bien, creo que estamos todos juntos, pero nuestra capitana está por el momento fuera de combate, así que para ir a Loguetown robaremos un barco del puerto, somos muchos y fuertes así que no sería mucho trabajo. Una vez allí, nos iremos a la ciudad del Alfa y el Omega a salvar a la Yonko…así que vamos, en marcha.
Dijo muy serio mientras se acomodaba a su capitana en su hombro, y fue entonces que se acordó de quien era el que faltaba, Crimson, según sabía era alguien muy antiguo en la banda y fue entonces que el destino jugó a favor del peli verde ya que un pequeño den den mushi cayó a los pies de este, así que sin dudarlo ni un solo segundo lo agarra y empieza a llamar esperando que nadie más escuchara la conversación. Midorima: Espero que funcione, maldito Crimson, más te vale responder o si no te pateare el trasero. pensó de forma fugaz, para acto seguido hablar por el den den mushi:
Midorima: Aquí Midorima, Crimson nos dirigimos al puerto, robaremos un barco y nos iremos a Loguetown, estamos casi todos, solo faltan tú y Abyss, así que si puedes tráelo contigo.
Acto seguido empezó a caminar rumbo al puerto para robar el barco tal piratas eran todos los de Sons Of Anarchy.
Minato Kazuo
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Un fuerte rugido fue el primer inconveniente de aquel viaje que aparentemente había arrancado sin dificultad. Habían comenzado el viaje sin complicaciones con los tres enormes barcos de los almirantes por delante y los barcos de Karl y de Krauser cubriendo los flancos en una formación que dejaba el pequeño barco de Minato cubierto de cualquier ataque pirata o revolucionario. Sin embargo había un flanco que no quedaba cubierto, y este era por debajo del propio barco. Minato imaginaba lo que estaba pasando y era que, al estar atravesando el Calm Belt y aunque llevara un recubrimiento de Kairoseki, si había un rey marino por la zona podía haber visto los barcos y haber querido satisfacer su hambre. Escuchó las palabras del almirante de flota que le indicaban que fuera a descubrir de qué se trataba, y de inmediato y tras despedirse con el saludo militar salió disparado de la sala hasta la cubierta principal. - Quiero dos hombres vigilando esa puerta y atendiendo todas las órdenes del almirante de flota, así como cumpliendo todas sus peticiones. Los demás reúnanse en cubierta y manténgase en guardia, a cubierto, no sabemos a qué nos enfrentamos. -
Acto seguido y con una agilidad pasmosa escaló el mástil del barco ayudándose de una cuerda y realizando saltos entre la estructura de madera para acabar en el punto más alto desde donde pudo observar todo el mar a su alrededor, y sobretodo el agua que le rodeaba a su propio barco. De esta forma podría ver por dónde atacaba el monstruo si es que en verdad era un rey marino, aunque sería lo más lógico de pensar. No contento con poder visualizar todo su alrededor decidió activar su Mantra, reconociendo de inmediato a un montón de auras que correspondían sin duda a sus compañeros marines. Lo mantuvo activo para detectar un aura invasora en caso de que decidiera atacar el barco, y anticipándose a lo que pudiera hacer dio unas pocas órdenes para mantener la seguridad.
- ¡¡Mantener el barco a toda vela!! ¡Si nos quedamos parados seremos un blanco fácil! ¡No os preocupéis, tan solo es un rey marino y tenemos todas las fuerzas de la marina aquí! ¡Preparad los cañones y aguardar mi señal! ¡Alejaos de los bordes para evitar caeros si ocurre alguna sacudida! ¡No sabemos si el monstruo atacará y a qué barco lo hará, pero lo más importante es nuestra defensa propia y la del almirante junto a la prisionera! - dijo tratando de organizarlos. Sabía que un monstruo como aquel quizás sintiera debilidad por los barcos más grandes pues supondrían un mayor alimento, así creía que serían los Reyes Marinos, por lo que en caso de ser necesario y de que el almirante de flota lo permitiera iría a ayudar a otro barco que necesitara su ayuda. Confiaba en que solo hubiera uno y que el poder de fuego que poseían fuera mucho más que suficiente.
Alzó la mirada un segundo y logró ver una isla, probablemente su destino. No les faltaba demasiado para llegar por lo que si se libraban de aquel obstáculo solo tendrían que avanzar por en medio de piratas, revolucionarios y quién sabe qué más... No era una misión fácil, o al menos así lo veía Minato que se mantenía alerta y preparado para reaccionar en cuanto viera cualquier indicio de peligro. - ¡¡Avisar a los almirantes por si no lo han escuchado!! ¡Necesitamos su potencia de fuego si algo pasara! - añadió de repente, como si temiera que fueran masacrados sin que el resto de la flota se enterara.
Acto seguido y con una agilidad pasmosa escaló el mástil del barco ayudándose de una cuerda y realizando saltos entre la estructura de madera para acabar en el punto más alto desde donde pudo observar todo el mar a su alrededor, y sobretodo el agua que le rodeaba a su propio barco. De esta forma podría ver por dónde atacaba el monstruo si es que en verdad era un rey marino, aunque sería lo más lógico de pensar. No contento con poder visualizar todo su alrededor decidió activar su Mantra, reconociendo de inmediato a un montón de auras que correspondían sin duda a sus compañeros marines. Lo mantuvo activo para detectar un aura invasora en caso de que decidiera atacar el barco, y anticipándose a lo que pudiera hacer dio unas pocas órdenes para mantener la seguridad.
- ¡¡Mantener el barco a toda vela!! ¡Si nos quedamos parados seremos un blanco fácil! ¡No os preocupéis, tan solo es un rey marino y tenemos todas las fuerzas de la marina aquí! ¡Preparad los cañones y aguardar mi señal! ¡Alejaos de los bordes para evitar caeros si ocurre alguna sacudida! ¡No sabemos si el monstruo atacará y a qué barco lo hará, pero lo más importante es nuestra defensa propia y la del almirante junto a la prisionera! - dijo tratando de organizarlos. Sabía que un monstruo como aquel quizás sintiera debilidad por los barcos más grandes pues supondrían un mayor alimento, así creía que serían los Reyes Marinos, por lo que en caso de ser necesario y de que el almirante de flota lo permitiera iría a ayudar a otro barco que necesitara su ayuda. Confiaba en que solo hubiera uno y que el poder de fuego que poseían fuera mucho más que suficiente.
Alzó la mirada un segundo y logró ver una isla, probablemente su destino. No les faltaba demasiado para llegar por lo que si se libraban de aquel obstáculo solo tendrían que avanzar por en medio de piratas, revolucionarios y quién sabe qué más... No era una misión fácil, o al menos así lo veía Minato que se mantenía alerta y preparado para reaccionar en cuanto viera cualquier indicio de peligro. - ¡¡Avisar a los almirantes por si no lo han escuchado!! ¡Necesitamos su potencia de fuego si algo pasara! - añadió de repente, como si temiera que fueran masacrados sin que el resto de la flota se enterara.
Vongola Ryohei
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Tras montar en mi moto no avanzo mucho antes de tener que detenerme delante de un sujeto que parece ser un pirata diferente a los demás. Sin más el sujeto dice Buenos días, soy Jeremy y me gusta tu moto. ¿Cuánto cuesta? Te la compro. Miro al sujeto mientras pienso cuidadosamente qué responderle, no quiero volver a arriesgar mi vida en un combate imposible y por la espada que lleva, que se nota que es una de las 12 más poderosas conocidas como Saijo O Wazamono, puedo saber que un combate contra él es lo mismo que un suicidio. Mi mirada no cambia mientras le digo Lo siento pero la moto no está en venta, me la dio alguien muy importante y no me separaré de ella con facilidad. Mantengo la mirada tranquila pese a estar más nervioso que un recluta en presencia de un almirante, pero mi abuelo me enseñó a mantener mis emociones ocultas para ser yo el que les sacara provecho y no el rival.
El hombre dice que va rumbo a Loguetown y podría llevarme ya que le vendría bien compañía, eso me hace pensar en si confiar en que no me hará nada y aceptar la invitación o ir por mi cuenta. Ambas opciones tienen su riesgo, la primera es que si voy con ese sujeto me puede matar sin problemas y la segunda es que debido a mi total desconocimiento de navegación y orientación además de no saber hacia dónde está Loguetown ni donde estoy. Tras un rato pensando miro al tal Jeremy y digo De acuerdo, iré contigo a Loguetown.
El hombre dice que va rumbo a Loguetown y podría llevarme ya que le vendría bien compañía, eso me hace pensar en si confiar en que no me hará nada y aceptar la invitación o ir por mi cuenta. Ambas opciones tienen su riesgo, la primera es que si voy con ese sujeto me puede matar sin problemas y la segunda es que debido a mi total desconocimiento de navegación y orientación además de no saber hacia dónde está Loguetown ni donde estoy. Tras un rato pensando miro al tal Jeremy y digo De acuerdo, iré contigo a Loguetown.
Baozar
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Inaga había terminado de degustar el manjar que Vince había preparado. Ya fuera cosa del destino, habíamos conseguido dirigirnos en la dirección correcta a lo lejos se podía vislumbrar difícilmente la isla de Loguetwon, el ruido de la batalla se escuchaba desde la lejanía.
Escucho como el cocinero decía -primero la comida, después izaremos las velas y vamos al este, tal vez llegaremos a Loguetown y veremos la ejecución… ¿o la detenemos?-
Inaga no sabía cuál era su objetivo, pues aunque no conocía a aquella emperatriz su tripulación había pedido la ayuda de todo aquel que pudiera ayudar y como buen monje que era no podía permitir que el gobierno mundial abusara tan descaradamente de su poder.
-Vince lo mejor sería no atracar el barco cerca de la batalla, imagina como se pondrá Kedra si se entera que nos cargamos el barco. No puedo decidir lo que tú harás, pero yo no pienso quedarme quieto viendo como la ejecutan.-
Inaga subió al nido de la vela mayor, lugar donde el monje tenía su austero camarote, el cual consistía en un cubículo de 3 metros cuadrados, una ventana a cada lado le proporcionaba una sensación de libertad que no podría tener al estar bajo cubierta. Nunca había necesitado un gran espacio para dormir, pero estaba acostumbrado a los espacios reducidos. Desde allí arriba esperaba ver mejor los acontecimientos a su alrededor.
Escucho como el cocinero decía -primero la comida, después izaremos las velas y vamos al este, tal vez llegaremos a Loguetown y veremos la ejecución… ¿o la detenemos?-
Inaga no sabía cuál era su objetivo, pues aunque no conocía a aquella emperatriz su tripulación había pedido la ayuda de todo aquel que pudiera ayudar y como buen monje que era no podía permitir que el gobierno mundial abusara tan descaradamente de su poder.
-Vince lo mejor sería no atracar el barco cerca de la batalla, imagina como se pondrá Kedra si se entera que nos cargamos el barco. No puedo decidir lo que tú harás, pero yo no pienso quedarme quieto viendo como la ejecutan.-
Inaga subió al nido de la vela mayor, lugar donde el monje tenía su austero camarote, el cual consistía en un cubículo de 3 metros cuadrados, una ventana a cada lado le proporcionaba una sensación de libertad que no podría tener al estar bajo cubierta. Nunca había necesitado un gran espacio para dormir, pero estaba acostumbrado a los espacios reducidos. Desde allí arriba esperaba ver mejor los acontecimientos a su alrededor.
El Cid
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El Cid observó como al golpear a ambos civiles estos llegaban hasta el mar que se encontraba a unos 50 metros, gracias a que no habían caído en tierra estos se salvaron por los pelos. Cuando el gigante se dio la vuelta comprobó como Babieca seguía bufando en la dirección donde habían estado los civiles, una caja de aspecto misterioso se encontraba en el camino.
El cid pensó que podría ser peligroso pero no lo suficiente como para dirigirse a su superior. Observo la situación a su alrededor desde su altura privilegiada, esperando encontrar algo o a alguien sospechoso. Arranco un poste de una señal de la calle, y con sumo cuidado se acercó a la caja.
Babieca apártate.
Con el extremo del palo intento abrir la caja, esperando que si era una explosión esta no le alcanzara de lleno.
El cid pensó que podría ser peligroso pero no lo suficiente como para dirigirse a su superior. Observo la situación a su alrededor desde su altura privilegiada, esperando encontrar algo o a alguien sospechoso. Arranco un poste de una señal de la calle, y con sumo cuidado se acercó a la caja.
Babieca apártate.
Con el extremo del palo intento abrir la caja, esperando que si era una explosión esta no le alcanzara de lleno.
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