Empieza una nueva Era. La caída de los Emperadores Pirata

Tras caminar durante un rato por el puerto pude observar como algunos marines y personas me reconocieron y señalaban pero no ocurrió nada, así que llegue hasta una bifurcación, la cual parecía que levaba al bosque de nuevo, a continuación en mi rostro apareció una sonrisa y salí hasta un grupo de marines parecían estar hablando.

-Vamos que ocurre, es que tengo que meterme con vosotros para que valláis detrás de mi-

Mientras decía esto le di a uno de ellos un gran puñetazo en la cara, -Hace tiempo que estoy aburrido- dije sacando le la lengua a los otros marines y comencé a correr, acto seguido estos fueron tras de mi  y vi un buque de la marina que estaba amarrado al puerto, nada mas llegar a el me cole dentro y observe como varios marines se dieron cuenta de mi presencia así que rápidamente fui hasta ellos y con dos movimientos rápidos y fuertes le deje tirados en el suelo a uno  le di un puñetazo en la boca del estomago y al otro una patada en la cara.

Acto seguido observe como unos 15 marines comenzaron a rodearme, y active mi modo velocidad y en cuestión de segundos me deshice de ellos sin ningún problema.

-¡No hay ningún marine que merezca la pena en todo este buque!- dije mientras disfrutaba peleando con los pocos marines que quedaban en pie.

Alex vio a lo que estaba llevando aquella situación. Esperando que los aldeanos se retirasen para no presenciar aquel combate, suspiró y se acercó con lentitud al paje y al grupo de soldados. Hizo un movimiento y metió su mano en el maletín, abriendo uno de los compartimentos mientras se lo descolgaba y lo depositaba en el suelo. Se puso la mano en la espalda, en forma gaseosa, mientras seguía acercándose:

- Me parece una absoluta falta de respeto el acto de acusación sin fundamento por el cual estáis arrebatándole las tierras y poderes que le corresponden por derecho a mi capitán. Creo que deberíamos hablar esto con calma todos juntos. -mientras pronunciaba estas palabras seguía caminando, dejando atrás el maletín.

Los soldados lo apuntaron con sus armas, el médico se detuvo, en el límite justo para evitar ser golpeado. Teniendo el haki de observación activo, observó al mensajero. Sentía el frío en su mano izquierda, que se encontraba en forma gaseosa, donde sostenía su arma.

- Alto, ¿qué llevas en esa mano? -le preguntó uno de los soldados. El médico sonrió de forma burlona y se llevó la mano a la boca de golpe, tragándose la píldora al tiempo que se volvía gaseoso. Sintió como el hidrógeno se expandía a toda velocidad por su cuerpo, mientras se transformaba en ácido. Aprovechando su forma gaseosa, se impulsó y atravesó a los guardias, tratando de colarse entre ellos y aparecer entre todo el grupo, al lado del mensajero. Una vez en el lugar, gritó mientras liberaba ácido clorhídrico en todas direcciones. El ácido empezó a quemarle los brazos y las piernas mientras se extendía a su alrededor, pero no se detuvo hasta que hubo impregnado a los once hombres con la mezcla corrosiva.

- ¡Si queréis un motivo de asesinato, aquí lo tenéis, cabrones!

Torbellino ácido [AMF]

Según me dirigía hacia el timón donde se encontraba el capitán del barco pude oír un sonido proveniente del interior del barco, así que busque el lugar del que provenía aquel sonido por lo que volví a introducirme en el interior del barco. Por suerte o por desgracia encontré el susodicho lugar, era el lugar en el que había impactado la bala de cañón, al parecer esta había provocado un agujero en el fondo del casco muy cerca de la quilla, quedando en aquel camarote una gran cantidad de agua en la que por suerte no entré.

Sin esperar ni un segundo, salí corriendo de nuevo a la cubierta del barco con la intención de informar a los encargados del barco de la avería que había.

-Disculpe he de decirle que el impacto anterior que hemos recibido ha abierto un agujero en el casco del barco, está entrando una gran cantidad de agua y no creo que tarde mucho en hundirse el barco- le dije al primer marinero que encontré por la cubierta.

-Eso no puede ser, ¿está usted seguro de eso?- me pregunto aquel hombre incrédulo ante lo que le acababa de decirle.

-Tanto como que lo he visto con mis propios ojos- le respondí.

El hombre corrió hacia uno de los mástiles en donde pude ver que se encontraba una campana, la cual comenzó a tocar con gran agitación para dar la alarma. Tras oír la campana la gente comenzó a agitarse y a correr de un lado para otro como pollos sin cabeza, hasta que el capitán del barco se hizo escuchar y comenzó a dar órdenes a sus marineros para llevar a cabo la evacuación del barco, yo por mi parte no quería arriesgarme a quedarme sin bote en el que poder escapar, por lo que disimuladamente me acerque al bote que había dejado preparado en caso de emergencia. Sin que nadie me viese cree una cadena con la madera del barco por la que bajé hasta situarme en el centro del bote. Preparé los remos y comencé mi travesía hacia la orilla más cercana que se encontraba a unas millas de distancia, pero por suerte en dirección contraria a la batalla naval que se desarrollaba delante de mí. Según remaba me fijaba de vez en cuando en el barco, el cual estaba ya casi hundido y por suerte en las veces que miré nadie me vio, estarían centrados en escapar como fuese de aquel barco por suerte para mí.

Despertar con en un lugar desconocido no es agradable, sobre todo si lo último que recuerdas es que te perseguían tres rateros. La primera reacción siempre es levantarte rápido y correr. Pero con un balazo no vas a ninguna parte. No fui capaz de levantarme con tremendo dolor, era como si me hubiera caído un rayo en el costado. Entonces escuché una voz a mi lado, miré y vi al viejo al que atracaron. “Por fin despiertas. Ten cuidado, los vendajes son recientes. Te he sacado la bala como he podido, pero tardarás un tiempo en estar bien del todo. Al atacarte huyeron, y puede recoger las cosas. Luego te encontré tirado en un callejón” agradecí que me encontrara el anciano y no cualquier persona que me pudiera robar o secuestrar. Vi que el señor cogía algo, “Toma esto en agradecimiento”. Me pareció imposible, ¿Estaba soñado o era una broma? Shusui tan cerca de mí. Había leído mucho de las aventuras “El cazador de piratas” Roronoa Zoro, tener una de sus espadas sería un sueño. Era un regalo irrechazable y al mismo tiempo sería un gesto muy feo llevarme una reliquia familiar de alguien que me ha salvado por ir de héroe. Estaba a punto de rechazar el regalo de un descendiente del legendario espadachín cuando mis manos se movieron por inercia. Cogí la espada, era increíblemente pesada. La saque un poco de su funda para ver su famosa hoja negra y morada. Estaba tan obnubilado con la espada que ni siquiera me di cuenta de que el anciano me había traído algo para comer. No pude aceptar nada más de aquella persona después de tremendo regalo. Estaba tan alterado que me levanté y me volvió a dar un trueno en el costado. Ese dolor me sacó de la hipnosis y me acordé de la ejecución. Supuse que era muy tarde si me había desmayado. Tenía que irme con prisas pero primero tenía que ocultar ese tesoro, le pedí al viejo trapo o pañuelo que pudiera ocultarla y con un cordón la envolví. No bastaron los agradecimientos que le di y él siempre se mantuvo humilde. Salí de su casa pensando que no era suficiente, pero mi deber me llamaba.

*Meneror  tras haber liberado a algunos de los presos del bloque y a Altair, no se detuvo a hablar con ellos, simplemente caminó hacia el fondo del pasillo diciendo*

-Si queréis vivir venir conmigo, salgamos de esta pocilga

*Mientras tanto iba abriendo con su garfio , forzando las cerraduras de las celdas de los presos para luego convencerles de que le ayudaran*

-Tengo dinero y mucha ira acumulada, sería harto meritorio que uniéramos fuerzas ahora para salir de este lugar....*Observa a Altair*

-Y vos si queréis venid, los guardias no tardarán en llegar...acompañadme y veréis luz en breve.


*A Meneror no le importaba realmente aquella gente, pero pensó que como escudos humanos o método de distracción le sería de mucha ayuda. Además salir de allí no iba a ser fácil. Il Bianco llegó hasta el lugar donde la nota le había indicado a la espera del Marine con sus pertenencias, era obvio que le pagaría lo acordado por su liberación. Meneror estuvo esperando un rato , el tiempo se acbaba pues la guardia se daría cuenta en poco tiempo*

-Venid ya..*pensaba*

*

Teravan aprovechó el cambio de turno para recuperar las pertenencias de Meneror. Fue hacia el almacén y observó al guardia, parecía aburrido, lo cual denotaba que no era de refresco, debía llevar allí un par de horas. Agradeció al destino por su buena fortuna y se acercó al susodicho guardia, con la seguridad que le aportaba su rango. - Cambio de turno, podéis marcharos ya, recluta. - Dijo al observar la insignia que cantaba su rango.

En cuanto el hombre salió por la puerta, abrió la puerta del almacén y buscó las pertenencias que buscaba. No le resultó muy difícil, pues el lujo de sus ropas le ayudó a encontrarlas fácilmente, estaba claro que ese hombre sabía cómo vivir... Lo metió todo en una maleta y salió de la estancia, con cuidado de no ser visto. Mas al salir vio algo que llamó su atención. Reclamaban a todas las tropas posibles, especialmente las de alto rango, para un asunto que se estaba fraguando en Loguetown. - Perfecto, así nadie hará preguntas sobre mi maleta. - Pensó el oficial.

Caminó todo lo deprisa que pudo hacia el lugar de encuentro, veía a marines corriendo en todas las direcciones, así que imaginó que el hombre que había liberado había hecho de las suyas. Cuando llegó al lugar abandonado, Meneror ya estaba esperando. Se acercó a él y dejó el maletín en el suelo, esperando su recompensa.

- Aquí tienes, espero que sepas recompensar mis esfuerzos, me he jugado mucho ahí dentro, no dejes que te vuelvan a pillar... - Sonrió de medio lado, pues bien poco le importaba el destino de su interlocutor.

Después de comer pusimos rumbo al este, donde una batalla se libraba a causa de la ejecución de la emperatriz. Inaga me dijo que no deberíamos de atracar, puesto a que le darían al barco y sabrá dios que nos haría Kedra si dañáramos su barco; su decisión ya estaba tomada, iba a interferir con la ejecución sin importar que, y, diciendo esto se retiró a su camarote.

Ordene toda la cocina, poniendo los platos en el lavadero y guardando las sobras por si se antojaban, del refrigerador saque otro vino, lo abrí y le di un gran sorbo, “¿qué demonios hare?” me cuestionaba, no podía permitir que la emperatriz muriera, aunque no la conociera, la respetaba por todos sus logros que había hecho en el Grand Line.

Salí de la cocina, -¿qué mierda estamos esperando?, vamos a comenzar la fiesta- le grite, expresando gran emoción; chasquee los dedos para ubicar los lugares, me dirigí a al timón y lo gire en dirección a la batalla.

-Nos vamos a acercar para poder desembarcar- le grite, tome otro trago a la botella, -me avisas cuando nos acerquemos a la batalla para desviarme, necesitamos abordar otro barco para entrar a la isla y no dañar esta preciosidad-, me podía guiar por el ruido que hacían los cañones, pero necesitaba orientación, aun estábamos lejos de la batalla, eso lo podía intuir, pero no sabía si chocaríamos con rocas o con otro barco, así que necesitaba un par de ojos para guiarme por los obstaculos que no podia sentir.

Karl, alarmado, supo que tenía que hacer algo. Si no actuaba con rapidez, el barco de Minato sería devorado por la bestia. Con un grito que pronto aumentó de volumen y se transformó en un rugido que rivalizó con el de la serpiente, se transformó en su forma híbrida. El hombre-quimera agarró uno de los mástiles del barco y lo arrancó de un tremendo tirón, ante los gritos de alarma e incomprensión de sus marineros. El suelo cercano se astilló y crujió, pero aquel era uno de los mástiles menores y el navío era demasiado grande para que aquello fuese un daño real. Sin perder más tiempo, ascendió cincuenta metros en el aire en menos de un segundo con un Lightning Shadow. Una estela amarilla apareció marcando su recorrido, y se desvaneció casi al momento. Activando su ojo cyborg, Karl comenzó a calcular la velocidad de desplazamiento de su cabeza y el tiempo y la velocidad a la que debía desplazarse para atravesarle la cabeza con el mástil. Los resultados fueron apareciendo en el ojo cyborg, junto con una cuenta atrás.

- Muere, bestia inmunda...

El Vicealmirante situó su arma improvisada con la parte superior apuntando hacia abajo. Entonces descendió de repente hacia las aguas a una velocidad sobrehumana empleando de nuevo el Lightning Shadow, frenándose a un escaso metro del agua. "Ha ido de un pelo. Sin las mejoras del ojo cyborg para calcular velocidades y distancias, tal vez me hubiese pasado y me hubiese hundido junto con el mástil." Poco más de dos metros del armatoste asomaban fuera de las mareas. Sin saber si había acertado o no a la bestia (pero esperando que sí) voló a toda velocidad hasta el barco de Minato. Entonces gritó desde el aire, volviendo a su forma humana:

- ¡Este no es el barco que iba a ser utilizado para el traslado! ¡El navío en el que estáis no tiene recubrimiento de kairoseki! Debemos volver al cuartel cuanto antes.

Que mala decisión habían tomado aquellos tipos armados, amenazar al vampiro delante del lobo. El animal de pelaje blanco empezó a colocarse en pie, su pelo fue desapareciendo dejando paso a su piel. Su pelo se volvió castaño y alborotado mientras sus ojos dorados se iluminaban en verde y su cuerpo salía a la luz dejando ver aquella bestialidad inhumana. Su sonrisa apareció mientras se relamía esperando la reacción de su líder para actuar, de repente el médico se adelantó y tras unas palabras realizó aquel torbellino. Algo que impresionó al castaño pues nunca le había visto luchar de esa forma, al parecer no era él, el único que había mejorado su poder de forma considerable. Estaba listo para lanzarse al ataque cuando de repente un pequeño calambre le recorrió los músculos y conocía muy bien aquella sensación. Era algo que odiaba “! No cabrón no!” Pensó mientras se llevaba una mano a la cabeza. De repente Drake empezó a pegar algunos quejidos, parecía un pequeño llanto de cachorro que en apenas tres segundos era una maldita risa sádica descontrolada.

- Slayer: ¡!!Jajajajajajajajaja!!! ¡Es hora de jugar! ¡ Jiahahahahahaha!

De repente los verdosos ojos del chico cambiaron a un color rojo intenso mientras ponía una expresión arrogante y enfermiza. De su brazo derecho comenzaron a surgir unas llamas tribales negras (tatuajes) que empezaron a extenderse por su cuello hasta ocupar la mitad de su rostro, exactamente la parte derecha. La risa paró durante unos segundos y dio paso a un aura negra alrededor del chico mientras una pequeña carcajada salía a la luz, una voz algo más chiflada salió de las cuerdas vocales del chico mientras abría sus brazos como si estuviera a punto de abrazar a alguien. Su mirada de loco observaba el ataque del chico empanadilla para después sin pensárselo volverse a reír de forma sádica.

- Slayer: ¡Voy a arrancaros la jodida cabeza! ¡Jiahahahahahahaha!

Sin pensárselo nada de nada, Slayer echó ambos puños hacia atrás mientras su lengua paseaba por sus labios relamiéndose. Después de apenas un par de segundos lanzó los puños al aire levantando una poderosa onda de choque que se dirigía hacia los soldados y el paje, le daba igual si estaban vivos o muertos, acto seguido lanzó dos ondas más (una con cada brazo) hacia ellos mientras su sonrisa macabra y su risa enfermiza continuaban.

- Slayer: ¡Jiahahahahaha! ¡Wolf Furious!

Wolf Furious: Impact Inferno (AIF)


Una vez realizó aquellas ondas de choque, aumentó su aura oscura, en aquella forma era más poderoso físicamente y su velocidad era superior, sin embargo no alcanzaba a poder usar formas como el Densetsu Okami. Sin embargo lo compensaba con su salvajismo, o más bien el salvajismo de Slayer que salía cuando el daba la gana. “Ya te has divertido, deja de liarla y más con esa risa” Dijo la voz del chico lobo en su interior mientras la mirada de Slayer ni se inmutaba. No tardó mucho en volver a reírse mientras observaba la escena  y pensaba. “Luego te doy el control, ahora déjame divertirme ¡jiahahaha!”

El barco ya se había desplazado junto a los demás, el marine estaba en cubierta, su mirada estaba perdida en el cielo. Sus pensamientos centrados sobre sus estrategias, planeando usar la espada más que la niebla pues una vez allí, si había algún ataque, podría cegar a los suyos. Sin duda alguna le daba muchas vueltas al asunto. De repente un rugido le sacó de sus pensamientos, no sabía qué demonios podría ser. Se acercó a la borda montándose en ella, los gritos de Minato llegaban hasta su barco debido a los increíbles berridos. Dijo algo de un rey marino o algo por el estilo, frunció el ceño mientras activaba su haki de observación (nivel 2) pudo notar el aura de personas, la poderosa aura e inconfundible de Karl además de la de Minato. Aquello le estaba costando mucho esfuerza, de repente notó una algo extraña y dirigió su mirada hacia la zona del rey marino.

- Hola, hijo de puta.

Dijo el marine de forma irónica mientras estiraba su brazo a un lado con la palma de la mano abierta. En esta comenzó a formarse una especie de energía blanca, su mirada estaba centrada en aquel ser y la energía de su mano estaba tomando la forma de una especie de shuriken que empezó a crecer. Sin embargo algo llamó su atención, un rugido que rivalizó con el de aquel ser, los ojos castaños del asesino se desviaron al barco de Karl y pudo ver tan solo un destello dorado salir del barco. Intentó seguirlo con la mirada pero fue totalmente imposible. Perdió de vista aquella especie de cometa y escuchó como un marine decía algo del cielo. En ese momento observó tan arriba como pudo y pudo ver una figura lejana. Algo más se acercaba, parecía ir hacia ellos  y el marine canceló su energía y sacó su enorme espadón mientras se preparaba para tratar de partir aquella cosa. De repente suspiró guardando el arma al ver que poco a poco iba dirigiéndose a la serpiente y era un mástil.

Sin duda alguna sospechaba que era cosa del marine Quimera. Se giró sin ni siquiera fijarse en la maldita serpiente y en si le había dado o no para después volver al centro de la cubierta. De repente pudo notar una presencia pasar rapidísimo de nuevo. “¿Cómo puede ser tan veloz Karl?” Se preguntó reconociendo al tipo veloz como su amigo debido al haki de observación. A continuación se acercó algo más al lado más pegado al barco de Minato para escuchar, pues el marine se paró en pleno aire. Krauser se quedó observando a Karl esperando a poder leerle los labios gracias a su buena habilidad de espía y a su buen oído. Escuchó algo de Kairouseki y de volver a por otro barco o algo así. El marine levantó una ceja mientras suspiraba, volver de nuevo era algo cansado y una pérdida de tiempo pero si no había más remedio debería hacerlo.  De repente miró a su navegante y le habló calmadamente mientras usaba un tono tranquilo.

- Parece ser que hay un problema. Si los demás barcos se dan la vuelta, haced lo mismo. No podemos permitirnos errores.