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Y las avestruces a mi lado no eran sino novatas en el noble arte del ocultamiento facial. Tras un infortuito encuentro con una amable, redonda, incrustada en el suelo e imperceptible piedra, fui a caer de bruces contra la arena de la playa. Me puse de rodillas escupiendo toda la arena que pude y sacudiéndomela de la cara mientras por la impresionante hostia me despertaba de golpe.
-Regla número uno. A la playa se va a dormir, no a caminar.
Me levanté y me aseguré de Yang, el martillo que tenía en el lado derecho de la cintura, siguiera ahí, bien sujeto para que no pasara nada extraño; no sería la primera vez que se me caía y causaba estragos, ni sería la última. Me sacudí las rodillas, que por llevar un pantalón corto me las había llenado de arena y seguí caminando. Tras haberse despertado casi por completo mi mente, noté que sin Umbra a la espalda uno iba mucho más liviano.
Casi no había empezado a caminar y el sol sí que había empezado a pegar fuerte, aunque quizá no fuera el sol sino mi camisa de manga larga y mi poca resistencia al calor. Gracias al Dios de la Siesta, el único ser todopoderoso en el que creo, ya estaba a dos pasos del puerto. Y por lo visto no era el único. Lion D. Émile parecía que se había dirigido al mismo sitio que yo. Hacía un tiempo que no entablaba conversación con él, al fin y al cabo, había que mantener las apariencias.
-Buenos días, Yonkaikyo. Felicidades por tu nuevo rango. Estuve en tu último combate, pero te fuiste antes de que pudiera acercarme a ti.- dije tras acercarme a él con una sonrisa amigable en el rostro.
-Oye, ¿tienes pensado coger algún barco?- señalé el que me habían asignado en el cuartel el día anterior y volví a esbozar otra sonrisa, más risueña si cabe. -Yo voy de camino a Logguetown, por si quieres acompañarme.
Con mi parsimonia habitual me dirigí a la cubierta y con mi, también habitual, excesiva alegría, solté un grito que seguramente se oyó a varios centenares de metros.
-¡Nos vamos ya! ¡Poned rumbo, que al final vamos a llegar tarde!
-Regla número uno. A la playa se va a dormir, no a caminar.
Me levanté y me aseguré de Yang, el martillo que tenía en el lado derecho de la cintura, siguiera ahí, bien sujeto para que no pasara nada extraño; no sería la primera vez que se me caía y causaba estragos, ni sería la última. Me sacudí las rodillas, que por llevar un pantalón corto me las había llenado de arena y seguí caminando. Tras haberse despertado casi por completo mi mente, noté que sin Umbra a la espalda uno iba mucho más liviano.
Casi no había empezado a caminar y el sol sí que había empezado a pegar fuerte, aunque quizá no fuera el sol sino mi camisa de manga larga y mi poca resistencia al calor. Gracias al Dios de la Siesta, el único ser todopoderoso en el que creo, ya estaba a dos pasos del puerto. Y por lo visto no era el único. Lion D. Émile parecía que se había dirigido al mismo sitio que yo. Hacía un tiempo que no entablaba conversación con él, al fin y al cabo, había que mantener las apariencias.
-Buenos días, Yonkaikyo. Felicidades por tu nuevo rango. Estuve en tu último combate, pero te fuiste antes de que pudiera acercarme a ti.- dije tras acercarme a él con una sonrisa amigable en el rostro.
-Oye, ¿tienes pensado coger algún barco?- señalé el que me habían asignado en el cuartel el día anterior y volví a esbozar otra sonrisa, más risueña si cabe. -Yo voy de camino a Logguetown, por si quieres acompañarme.
Con mi parsimonia habitual me dirigí a la cubierta y con mi, también habitual, excesiva alegría, solté un grito que seguramente se oyó a varios centenares de metros.
-¡Nos vamos ya! ¡Poned rumbo, que al final vamos a llegar tarde!
Rainbow662
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Por fin pudo ver el Sol. Tras un extenuante periplo por el interior del barco en ruinas, Arribor por fin llegó hasta el exterior y pudo volver a notar el refrescante aire de la costa. Se tomó unos segundos para recuperar el aliento y echó un vistazo alrededor para localizar a algunos de sus compañeros. Unos segundos después encontró al primero de ellos, Kuroi, o más bien Kuroi le encontró a él. Este se acercó a él sin duda alertado por su exclamación anterior y juntos se encaminaron en busca del resto.
No tardaron mucho en reunirse la mayoría de miembros de la tripulación, solo faltaban Crimson y Abyss aunque el estado de la banda distaba mucho de ser el idóneo. Hardo, el bufón de las marionetas había quedado inconsciente y Rose parecía afectada por algún dolor desconocido. Arribor no pudo evitar preguntarse si lograrían llegar a tiempo a Loguetown, al fin y al cabo los líderes de la tripulación no se encontraban en buenas condiciones. Fue entonces cuando dio comienzo la inevitable discusión sobre cuál sería su siguiente movimiento, ir a Loguetown o quedarse en aquella isla desconocida y buscar a su nakama Abyss, si es que estaba por allí. Arribor contempló pensativo como uno de sus compañeros, Sting, estuvo a punto de marcharse por su cuenta en busca del resto y como la capitana se levantaba a duras penas para alentarles a continuar juntos. Fue entonces cuando Arribor intervino.
-Oye Sting, deberías tener más confianza en que Abyss estará bien por su cuenta. Incluso si no sabemos dónde está se las arreglará, en eso debemos confiar. Tenemos un destino al que ir, ya sabíamos que sería arriesgado y no podemos echarnos atrás solo porque lo hayamos comprobado. Además, estoy con Midorima, el águila promiscua puede encargarse de buscarlo por aquí. -dijo refiriéndose a Crimson. Al fin y al cabo su habilidad le daría más posibilidades de hallarlo.
En ese momento, un nuevo invitado irrumpió en escena. Se trataba de un joven de pelo azul que amablemente se ofreció a echarles una mano. Realmente era un ofrecimiento extraño, ya que se veía a la legua que no eran ciudadanos normales. Aun así aquel tipo parecía no tener malas intenciones. Tal vez incluso tuviera un barco que pudiera prestarles.
-Oid, igual este tipo tiene un barco y nos ahorramos tener que robar uno. Podríamos pedírselo o simplemente hacernos con él. Al fin y al cabo tenemos que llegar a Loguetown de alguna manera y parece un tipo amable. -propuso Arribor en voz baja, aunque lo bastante alta para que el grupo le escuchara claramente.
Al decir esto avanzó un par de metros hacia el desconocido y comenzó a mostrar un lado simpático y educado que ni siquiera sabía que tenía. A pesar de lo que su aspecto pudiera sugerir, se le daba muy bien, o al menos eso le gustaba pensar, conseguir que la gente le hiciese favores y más con personas como aquella que se ofrecía a ayudarles sin ningún reparo.
-Vaya, es una suerte que hayas llegado. Justo ahora hemos tenido un pequeño problema con el barco y necesitamos un transporte. ¿Dices que puedes llevarnos? ¿Qué os parece? Por lo visto ya tenemos un barco listo. No te preocupes lo trataremos bien. -Arribor le estaba echando más morro que en toda su vida, especialmente autoinvitándose a él y sus compañeros a subir al barco de aquel tipo, quien ni siquiera les había mencionado nada de su embarcación. Solo esperaba que tuviera uno tal y como esperaba y que fuera capaz de convencerlo para llevarlos. De lo contrario, imaginaba que tendrían que buscar otro transporte o utilizar otro tipo de métodos más convincentes.
No tardaron mucho en reunirse la mayoría de miembros de la tripulación, solo faltaban Crimson y Abyss aunque el estado de la banda distaba mucho de ser el idóneo. Hardo, el bufón de las marionetas había quedado inconsciente y Rose parecía afectada por algún dolor desconocido. Arribor no pudo evitar preguntarse si lograrían llegar a tiempo a Loguetown, al fin y al cabo los líderes de la tripulación no se encontraban en buenas condiciones. Fue entonces cuando dio comienzo la inevitable discusión sobre cuál sería su siguiente movimiento, ir a Loguetown o quedarse en aquella isla desconocida y buscar a su nakama Abyss, si es que estaba por allí. Arribor contempló pensativo como uno de sus compañeros, Sting, estuvo a punto de marcharse por su cuenta en busca del resto y como la capitana se levantaba a duras penas para alentarles a continuar juntos. Fue entonces cuando Arribor intervino.
-Oye Sting, deberías tener más confianza en que Abyss estará bien por su cuenta. Incluso si no sabemos dónde está se las arreglará, en eso debemos confiar. Tenemos un destino al que ir, ya sabíamos que sería arriesgado y no podemos echarnos atrás solo porque lo hayamos comprobado. Además, estoy con Midorima, el águila promiscua puede encargarse de buscarlo por aquí. -dijo refiriéndose a Crimson. Al fin y al cabo su habilidad le daría más posibilidades de hallarlo.
En ese momento, un nuevo invitado irrumpió en escena. Se trataba de un joven de pelo azul que amablemente se ofreció a echarles una mano. Realmente era un ofrecimiento extraño, ya que se veía a la legua que no eran ciudadanos normales. Aun así aquel tipo parecía no tener malas intenciones. Tal vez incluso tuviera un barco que pudiera prestarles.
-Oid, igual este tipo tiene un barco y nos ahorramos tener que robar uno. Podríamos pedírselo o simplemente hacernos con él. Al fin y al cabo tenemos que llegar a Loguetown de alguna manera y parece un tipo amable. -propuso Arribor en voz baja, aunque lo bastante alta para que el grupo le escuchara claramente.
Al decir esto avanzó un par de metros hacia el desconocido y comenzó a mostrar un lado simpático y educado que ni siquiera sabía que tenía. A pesar de lo que su aspecto pudiera sugerir, se le daba muy bien, o al menos eso le gustaba pensar, conseguir que la gente le hiciese favores y más con personas como aquella que se ofrecía a ayudarles sin ningún reparo.
-Vaya, es una suerte que hayas llegado. Justo ahora hemos tenido un pequeño problema con el barco y necesitamos un transporte. ¿Dices que puedes llevarnos? ¿Qué os parece? Por lo visto ya tenemos un barco listo. No te preocupes lo trataremos bien. -Arribor le estaba echando más morro que en toda su vida, especialmente autoinvitándose a él y sus compañeros a subir al barco de aquel tipo, quien ni siquiera les había mencionado nada de su embarcación. Solo esperaba que tuviera uno tal y como esperaba y que fuera capaz de convencerlo para llevarlos. De lo contrario, imaginaba que tendrían que buscar otro transporte o utilizar otro tipo de métodos más convincentes.
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Era inevitable ver la estrategia provocativa de la vice-almirante, se limitaba a una ténica muy vieja y usada, provocar al rival para que falle en caliente muchos movimientos, lo cual llevaría a su derrota. Seguramente siempre le habrá funcionado, pero eso jamás pasaría conmigo, casi se podría decir que inventé esa técnica.
Mirandola a la cara me llevé la mano a la boca y reí con autosuficiencia mirandola de arriba a abajo, al principio era una risa forzada, pero con el tiempo se convirtió en una sincera ya que el solo pensar toda la cantidad de tonterías que había dicho provocaba esa reacción en mi.
- A ver, a ver si te entiendo.... por lo que has dicho, ¿Me acabas de confesar que eras una prostituta de taberna y mi madre cobraba tus servicios? JAJAJAJAJAJAJA Casi parece que hablas de mi muñeca Jajajajajajaja en serio, eso encaja más conmigo que con mi padre, pero claro... yo no recuerdo haberme tirado a una prostituta... y ese cuerpo tuyo... espero que fuese mejor hace unos años, sino eso explicaría porque ahora eres una vice-almirante, no pudiste vivir de la prostitución - Dije rascandome la cabeza pensativo.
- ¡Ya se que vamos a hacer! Te desnudaré y veré tu cuerpo desnudo, ¿Qué te parece? Ahí podre recordarte si verdaderamente lo hicimos... Ah, y luego te mato, claro, ya recuerdas lo que dije.... a no ser que la señorita vice-almirante decida hacerme un pequeño favor--Comenté al tiempo que me iba levantando los pantalones de manera sugerente.
Tras unos largos segundos así suspiré levemente apretando las empuñaduras de las katanas, poniendome más serio y carraspee un poco me voz al tiempo que iba guardando una de estas en su funda.
- Mira que te cedí el primer paso de este tango, pero nada, prefieres que vaya yo a por ti... así será... al fin y al cabo me gustan las chicas rebeldes, como tú Grrrr.
De la mano libre comenzó a salir alcohol a mansalva, este se extendió rápidamente alrededor de nosotros 2, aislandonos completamente del resto de marines en una especie de sala de 25 metros. El alcohol estaba a presión, de manera que atravesarlo sería más dificil que partir metal con una espada.
- Ya tenemos intimidad, elige, te mato, o haces buen uso de tu antiguo oficio señorita... y por favor te lo pido, escoge la primera, de la segunda me encargaré ya con tu cuerpo inerte antes de que se enfríe.
Mirandola a la cara me llevé la mano a la boca y reí con autosuficiencia mirandola de arriba a abajo, al principio era una risa forzada, pero con el tiempo se convirtió en una sincera ya que el solo pensar toda la cantidad de tonterías que había dicho provocaba esa reacción en mi.
- A ver, a ver si te entiendo.... por lo que has dicho, ¿Me acabas de confesar que eras una prostituta de taberna y mi madre cobraba tus servicios? JAJAJAJAJAJAJA Casi parece que hablas de mi muñeca Jajajajajajaja en serio, eso encaja más conmigo que con mi padre, pero claro... yo no recuerdo haberme tirado a una prostituta... y ese cuerpo tuyo... espero que fuese mejor hace unos años, sino eso explicaría porque ahora eres una vice-almirante, no pudiste vivir de la prostitución - Dije rascandome la cabeza pensativo.
- ¡Ya se que vamos a hacer! Te desnudaré y veré tu cuerpo desnudo, ¿Qué te parece? Ahí podre recordarte si verdaderamente lo hicimos... Ah, y luego te mato, claro, ya recuerdas lo que dije.... a no ser que la señorita vice-almirante decida hacerme un pequeño favor--Comenté al tiempo que me iba levantando los pantalones de manera sugerente.
Tras unos largos segundos así suspiré levemente apretando las empuñaduras de las katanas, poniendome más serio y carraspee un poco me voz al tiempo que iba guardando una de estas en su funda.
- Mira que te cedí el primer paso de este tango, pero nada, prefieres que vaya yo a por ti... así será... al fin y al cabo me gustan las chicas rebeldes, como tú Grrrr.
De la mano libre comenzó a salir alcohol a mansalva, este se extendió rápidamente alrededor de nosotros 2, aislandonos completamente del resto de marines en una especie de sala de 25 metros. El alcohol estaba a presión, de manera que atravesarlo sería más dificil que partir metal con una espada.
- Ya tenemos intimidad, elige, te mato, o haces buen uso de tu antiguo oficio señorita... y por favor te lo pido, escoge la primera, de la segunda me encargaré ya con tu cuerpo inerte antes de que se enfríe.
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Kaín suspiró y se resignó. No le podía salir nada bien sin mas, siempre tenía que haber complicaciones y problemas.
-Bien... Tu, camarero. Haz lo que te he pedido y apila cualquier cosa que arda o estalle en la proa de la bodega y, cuando lo haya hecho, avísame. Y recuerda, si se entera alguno de los piratas, estamos todos muertos.
Esperó a que le dejaran solo y, tras asegurarse de que la puerta estaba bien cerrada, adoptó el nivel tres de su forma híbrida y, utilizando tanto su haki como su percepción mejorada gracias a los poderes de su akuma y sus antenas, se mantuvo atento a si alguien se acercaba a aquella sala.
Se acercó al cadáver del timonel y le arrebató la brújula que llevaba en el bolsillo, para luego, siguiendo sus indicaciones, puso rumbo al oeste, pues Loguetown se encontraba muy cerca de la Red Line en el East Blue y Kaín tenía una idea aproximada de su ubicación, así que, rezando por que todo saliera bien, giró con firmeza el timón.
-Bien... Tu, camarero. Haz lo que te he pedido y apila cualquier cosa que arda o estalle en la proa de la bodega y, cuando lo haya hecho, avísame. Y recuerda, si se entera alguno de los piratas, estamos todos muertos.
Esperó a que le dejaran solo y, tras asegurarse de que la puerta estaba bien cerrada, adoptó el nivel tres de su forma híbrida y, utilizando tanto su haki como su percepción mejorada gracias a los poderes de su akuma y sus antenas, se mantuvo atento a si alguien se acercaba a aquella sala.
Se acercó al cadáver del timonel y le arrebató la brújula que llevaba en el bolsillo, para luego, siguiendo sus indicaciones, puso rumbo al oeste, pues Loguetown se encontraba muy cerca de la Red Line en el East Blue y Kaín tenía una idea aproximada de su ubicación, así que, rezando por que todo saliera bien, giró con firmeza el timón.
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Hiren caminó solo buscando al "renegado". El tema de la traición no había acabado todavía y debía encontrarlo para explicarle todo lo sucedido. "Es mi deber como miembro de la armada revolucionaria".
Estaba solo en la isla. Había llegado huyendo del anterior sitio y no tenía la más mínima idea de que hacer. Hiren utilizó su hacki mantra, tratando de encontrar a su aliado, pero no conseguía adivinar donde se econdía. "-Quizás ha sido ya apresado y por eso no lo veo" fue lo primero que le vino a la cabeza, pero tras la actuación del enmascarado en la huida de la cárcel no le cabía la más mínima duda de que eso era imposible.
Siguió andando por un camino estrecho lleno de árboles a los lados. Buscaba algún tipo de refugio donde podría estar escondido su aliado, pero no hallaba nada. Trás mucho investigar encontró una entrada accesible oculta por unas rocas y algo de maleza. Limpió el ramaje y usando la fuerza de sus brazos separó la entrada y se adentró en aquella especie de cueva. No veía nada, así que cogió un palo del suelo, le echó petroleo por la punta y lo prendió con su mechero. "-Esto está mejor". De repente, sonó su den-den-mushi, y se acordó de que todos los revolucionarios tenían uno. Se quedó con cara de tonto, anodadado por su estupidez. "Y yo aquí usando mi mantra de mierda cuando lo podría haber llamado" pensó enfadado. Recibió una llamada de otro miembro del cuerpo revolucionario, Takeru.
-He encontrado explosivos en una taberna cercaba al patíbulo de Loguetown-narró el revolucionario.
-Buen detective. Vigílalos, y si puedes, escóndelos. Quizás hayan sido puestos allí para distraer a la marina cuando se acerce la hora de la ejecución. Lo usaremos nosotros para intentar...rescatar a esa...a ese monstruo-contestó Hiren. Colgó el caracol y volvió a guardárselo en el bolsillo. Cuando avanzó un poco más encontró a Jack Silvers, sentado en la oscuridad, con una multitud de cuchillos girando a su alrrededor.
-Nos necesitan en loguetown, amigo, pero creo que será mejor encargarnos antes de este sitió-dijo Hiren con una sonrisa, mientras desenvainaba su estoque y se adentraba dentro de la base. -¿Me sigues?
Estaba solo en la isla. Había llegado huyendo del anterior sitio y no tenía la más mínima idea de que hacer. Hiren utilizó su hacki mantra, tratando de encontrar a su aliado, pero no conseguía adivinar donde se econdía. "-Quizás ha sido ya apresado y por eso no lo veo" fue lo primero que le vino a la cabeza, pero tras la actuación del enmascarado en la huida de la cárcel no le cabía la más mínima duda de que eso era imposible.
Siguió andando por un camino estrecho lleno de árboles a los lados. Buscaba algún tipo de refugio donde podría estar escondido su aliado, pero no hallaba nada. Trás mucho investigar encontró una entrada accesible oculta por unas rocas y algo de maleza. Limpió el ramaje y usando la fuerza de sus brazos separó la entrada y se adentró en aquella especie de cueva. No veía nada, así que cogió un palo del suelo, le echó petroleo por la punta y lo prendió con su mechero. "-Esto está mejor". De repente, sonó su den-den-mushi, y se acordó de que todos los revolucionarios tenían uno. Se quedó con cara de tonto, anodadado por su estupidez. "Y yo aquí usando mi mantra de mierda cuando lo podría haber llamado" pensó enfadado. Recibió una llamada de otro miembro del cuerpo revolucionario, Takeru.
-He encontrado explosivos en una taberna cercaba al patíbulo de Loguetown-narró el revolucionario.
-Buen detective. Vigílalos, y si puedes, escóndelos. Quizás hayan sido puestos allí para distraer a la marina cuando se acerce la hora de la ejecución. Lo usaremos nosotros para intentar...rescatar a esa...a ese monstruo-contestó Hiren. Colgó el caracol y volvió a guardárselo en el bolsillo. Cuando avanzó un poco más encontró a Jack Silvers, sentado en la oscuridad, con una multitud de cuchillos girando a su alrrededor.
-Nos necesitan en loguetown, amigo, pero creo que será mejor encargarnos antes de este sitió-dijo Hiren con una sonrisa, mientras desenvainaba su estoque y se adentraba dentro de la base. -¿Me sigues?
Entrega para el capitán Legan Legim, por haber enfadado a una vicealmirante:
- Legim:
- La mujer se da la vuelta, mosqueada, y puedes ver su cuerpo digno de una mujer más joven. Probablemente sea uno de los puntos que más duele a su ego, así que le has dado bien.
-Luchemos, Capitán- dice, sacando su Amenonuhoko-. Me haré un collar con tus dientes, y luego usaré otros elementos para satisfacer necesidades más primarias.
https://www.onepiece-definitiverol.com/t9561-empieza-una-nueva-era-legim-vs-izanami#103314
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La chica permaneció en el barco todo el tiempo, se dio cuenta de cómo el barco pasaba incluso por una batalla naval. Lástima, le habría gustado que algún pirata con buen precio atacara el barco, pero no puede ser todo. Todo el viaje estuvo pensando en una excusa para poder largarse de allí sin ningún problema. No creía que aquel hombre mereciese la muerte después de haberla llevado tan lejos, pero no pensaba hacer nada con él, al menos nada pervertido. Una vez llegaron a la ciudad del principio y el fin, la chica le cayeron dos gotas de sudor por la cabeza hasta que por fin di con la solución. Sus ojos pudieron divisar un pequeño bote de un tamaño de unos dieciocho centímetros, era un bote de salsa pero igualmente le iba a servir muy bien.
- Bueno…
Lentamente espero unos segundos para meterse el bote en el pantalón de modo que se le notara una especie de bulto. Con eso bastaría quizás, si no funcionaba simplemente saldría corriendo. Su sonrisa aumentó y empezó a caminar hasta el dueño del barco. La chica le puso una mano en el hombro para que se girara, de repente sus ojos estaban iluminados en rojos, sus colmillos estaban afilados y una mirada sádica inundaba su rostro. Ahora lo único que hizo fue deslizar la mano por el pecho de aquel tipo guiñándole el ojo y señalándose la entrepierna donde se veía el bulto de aquel tamaño, la voz de la chica ahora era grave debido a que parecía estar cambiando a la forma de su fruta.
- Tú y yo tenemos algo que hacer guapo, espero que no sea tu primera vez o te dolerá mucho, ahora ponte a cuatro patas y date la vuelta, mis dieciocho centímetros están listos amiguito.
La muy loca ahora mismo había improvisado un miembro masculino falso para asustar aquel tipo y que se echase atrás, si por el contrario le gustaba y se daba la vuelta, tendría su nuca en frente para dejarle durmiendo y si la forzaba usaría su forma zoan y se largaría corriendo tras golpearle. Tenía una excusa para todo y estaba claro que no era nada tonta, era una chica lista que habilidades de improvisación, pero ahora todo dependía de la respuesta de aquel tipo, la amenaza de violarlo estaba en el aire, pero no de la forma que el tipo planeaba.
- Bueno…
Lentamente espero unos segundos para meterse el bote en el pantalón de modo que se le notara una especie de bulto. Con eso bastaría quizás, si no funcionaba simplemente saldría corriendo. Su sonrisa aumentó y empezó a caminar hasta el dueño del barco. La chica le puso una mano en el hombro para que se girara, de repente sus ojos estaban iluminados en rojos, sus colmillos estaban afilados y una mirada sádica inundaba su rostro. Ahora lo único que hizo fue deslizar la mano por el pecho de aquel tipo guiñándole el ojo y señalándose la entrepierna donde se veía el bulto de aquel tamaño, la voz de la chica ahora era grave debido a que parecía estar cambiando a la forma de su fruta.
- Tú y yo tenemos algo que hacer guapo, espero que no sea tu primera vez o te dolerá mucho, ahora ponte a cuatro patas y date la vuelta, mis dieciocho centímetros están listos amiguito.
La muy loca ahora mismo había improvisado un miembro masculino falso para asustar aquel tipo y que se echase atrás, si por el contrario le gustaba y se daba la vuelta, tendría su nuca en frente para dejarle durmiendo y si la forzaba usaría su forma zoan y se largaría corriendo tras golpearle. Tenía una excusa para todo y estaba claro que no era nada tonta, era una chica lista que habilidades de improvisación, pero ahora todo dependía de la respuesta de aquel tipo, la amenaza de violarlo estaba en el aire, pero no de la forma que el tipo planeaba.
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La elección estaba clara para el Yonkaikyo. No quería meterse en problemas con la Marina aun, y quería llegar lo antes posible. Se iba a subir al esquife cuando escuchó una voz que le resultaba muy familiar. Con una sonrisa y una alegría que no le cabía en el pecho, Émile se giró hacia Kyle y le dio una palmada en el hombro al cocinero de la banda. Ya pensaba que iba a tener que ir solo a Loguetown, y era un alivio encontrarse con otro de los Kuzaku (por no hablar de el poder contar con el navío marine). Oficialmente Kyle seguía siendo marine, al igual que oficialmente Émile era yonkaikyo, pero ambos pertenecían en secreto a los Kuzaku Funnen (el primero como cocinero y el segundo como sub-capitán).
- ¡Kyle! Me alegro de verte, hombre - bajó el tono de voz y le susurró al oído - ¿Sabes dónde se ha metido el capitán? Debía encontrarme con él hace ya horas en una playa cercana.
El yonkaikyo se subió al navío marine y depositó su maleta contra el mástil, observando con una sonrisa el horizonte. Entonces de repente escuchó un sonido de un tiro a lo lejos, pero no logró identificar su proveniencia. Entonces vio a un chico de su edad corriendo hacia el navío con una pistola humeante en la mano. Émile se puso alerta y se preparó, acercándose hacia el lado del barco por el que se acercaba y llevándose la mano a la funda de Averno. La sonrisa que tenía se le borró de la boca. ¿Pretendía atacarles a caso? Eso parecía. Lo siguiente que hizo se le antojó al pirata temerario y estúpido. El chico dio un poderoso salto para subirse a la cubierta del barco. El otro simplemente se situó en el punto de la borde por el que iba a subirse, retrocedió medio metro y le embistió con el hombro hacia el estómago aprovechando el momento en que aun subía, aprovechando que aun no estaba en equilibrio. Esperaba tirarlo al agua de esa manera. Un buen chapuzón le enseñaría a no subirse a barcos ajenos.
Carga [AIF]
- ¡Kyle! Me alegro de verte, hombre - bajó el tono de voz y le susurró al oído - ¿Sabes dónde se ha metido el capitán? Debía encontrarme con él hace ya horas en una playa cercana.
El yonkaikyo se subió al navío marine y depositó su maleta contra el mástil, observando con una sonrisa el horizonte. Entonces de repente escuchó un sonido de un tiro a lo lejos, pero no logró identificar su proveniencia. Entonces vio a un chico de su edad corriendo hacia el navío con una pistola humeante en la mano. Émile se puso alerta y se preparó, acercándose hacia el lado del barco por el que se acercaba y llevándose la mano a la funda de Averno. La sonrisa que tenía se le borró de la boca. ¿Pretendía atacarles a caso? Eso parecía. Lo siguiente que hizo se le antojó al pirata temerario y estúpido. El chico dio un poderoso salto para subirse a la cubierta del barco. El otro simplemente se situó en el punto de la borde por el que iba a subirse, retrocedió medio metro y le embistió con el hombro hacia el estómago aprovechando el momento en que aun subía, aprovechando que aun no estaba en equilibrio. Esperaba tirarlo al agua de esa manera. Un buen chapuzón le enseñaría a no subirse a barcos ajenos.
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El conde abrió mucho los ojos, notoriamente impresionado. ¿Asesinato? ¿Alta traición? Técnicamente aun no había hecho nada en contra del Rey, y nadie fuera de Meneror o su tripulación sabía nada de sus objetivos. ¿O sí? Pero ese no era el caso en ese momento, de todos modos. Entrecerró los ojos y se llevó la mano a Vanator, agachándose ligeramente. A pesar de ser de día, estaban en Halstat. El tiempo casi siempre nublado jugaba a su favor, reduciendo la cantidad de luz de sol que le daba, y con lo cual, lo debilitado que estaba. De repente Drake pasó a su forma humana entre gritos salvajes y comenzó a generar ondas de choque contra el grupo a puñetazos.
- Bien hecho, Drake - dijo con una sonrisa sanguinaria.
Aprovecharía el caos que había causado su subordinado. Desenvainó a Vanator al tiempo que revelaba su forma vampírica y generaba una onda cortante de energía roja hacia la fila de soldados. Tras eso, dio un salto y voló hacia los aires, lanzando una segunda onda más potente hacia el paje.
- ¡El mensajero es mío! Alex, Drake, encargaos de esa escoria.
Doble onda [AF]
- Bien hecho, Drake - dijo con una sonrisa sanguinaria.
Aprovecharía el caos que había causado su subordinado. Desenvainó a Vanator al tiempo que revelaba su forma vampírica y generaba una onda cortante de energía roja hacia la fila de soldados. Tras eso, dio un salto y voló hacia los aires, lanzando una segunda onda más potente hacia el paje.
- ¡El mensajero es mío! Alex, Drake, encargaos de esa escoria.
Doble onda [AF]
Ya cansado de andar de buque en en buque, volví al muelle y rápidamente busqué un rincón poco transitado lejos de la presencia de cualquier persona y como si no fuera suficiente privacidad, solo por precaución absorbí mi propio cuerpo con uno de mis naipes para máxima seguridad, pues de ser oído por alguien, podría comprometer toda la misión.
Una vez que me acomodé en el reducido espacio que me otorgaba el as de corazones que me refugiaba, dejé sobre el suelo los 3 denden mushis que utilizaría, primero que todo levanté el más importante de aquellos, el que me comunicaría con el comandante Azumi Kento que se preparaba para atacar. Levanté el auricular acoplado a la caparazón del caracol y esperé que este contestara
SI?
Comandante Azumi soy el agente infiltrado Leonel Racovich ME comunico para avisar de mis avances...
procedí a darle las información de los baros que había cargado con explosivos, y que al detonar estos cada barco se hundiría inevitablemente en la costa, con un total de 13 de buques afectados la brecha que se abriría sería mas que suficiente para ocupar el muelle e invadir la isla sin problemas. y que esperaría a que le diera alguna señal para iniciar la detonación.
Esperaré su señal comandante, Leonel Racovich Fuera.
Colgué mientras mi corazón se aceleraba, la guerra estaba por empezar y yo debía apoyar a mi gente sin ser descubierto, estaba en suelo enemigo y al más mínimo error mi vida se vería amenazada, debía actuar con precaución. No podía continuar perdiendo el tiempo así que respiré profundamente y relajé mi ritmo cardíaco, no tenía todo el día para hacer esto, así que tomé el segundo caracol y llamé a Jack Silvers mi compañero revolucionario que aun debía estar lejos de aquí, le informé de la invasión que tenía planeada y le invité a acompañarme de encubierto, sería sencillo hacerlo pasar por mi subordinado si llegaba en solitario pero lo dejé a su sedición.
Por ultimo me comuniqué con mi subordinado Flea, el que conociéndolo estaría causando algún estrago por la isla y bebiendo la sangre de sus victimas indiscriminadamente... era un chico loco pero tenía talento.
Al contestarme le informé sobre el plan de invasión y demás datos, le pedí que continuara causando estragos lo que llamaría la atención y así disminuiría la cantidad de marines en puerto a la hora del desembarque, y luego su presencia sería requerida en puerto para unirse a las fuerzas de la armada durante el ataque.
luego salí de mi diminuto escondite y regresé al muelle para fingir que me patrullaba en busca de piratas que quisieran evitar la muerte de la yonkou
Una vez que me acomodé en el reducido espacio que me otorgaba el as de corazones que me refugiaba, dejé sobre el suelo los 3 denden mushis que utilizaría, primero que todo levanté el más importante de aquellos, el que me comunicaría con el comandante Azumi Kento que se preparaba para atacar. Levanté el auricular acoplado a la caparazón del caracol y esperé que este contestara
SI?
Comandante Azumi soy el agente infiltrado Leonel Racovich ME comunico para avisar de mis avances...
procedí a darle las información de los baros que había cargado con explosivos, y que al detonar estos cada barco se hundiría inevitablemente en la costa, con un total de 13 de buques afectados la brecha que se abriría sería mas que suficiente para ocupar el muelle e invadir la isla sin problemas. y que esperaría a que le diera alguna señal para iniciar la detonación.
Esperaré su señal comandante, Leonel Racovich Fuera.
Colgué mientras mi corazón se aceleraba, la guerra estaba por empezar y yo debía apoyar a mi gente sin ser descubierto, estaba en suelo enemigo y al más mínimo error mi vida se vería amenazada, debía actuar con precaución. No podía continuar perdiendo el tiempo así que respiré profundamente y relajé mi ritmo cardíaco, no tenía todo el día para hacer esto, así que tomé el segundo caracol y llamé a Jack Silvers mi compañero revolucionario que aun debía estar lejos de aquí, le informé de la invasión que tenía planeada y le invité a acompañarme de encubierto, sería sencillo hacerlo pasar por mi subordinado si llegaba en solitario pero lo dejé a su sedición.
Por ultimo me comuniqué con mi subordinado Flea, el que conociéndolo estaría causando algún estrago por la isla y bebiendo la sangre de sus victimas indiscriminadamente... era un chico loco pero tenía talento.
Al contestarme le informé sobre el plan de invasión y demás datos, le pedí que continuara causando estragos lo que llamaría la atención y así disminuiría la cantidad de marines en puerto a la hora del desembarque, y luego su presencia sería requerida en puerto para unirse a las fuerzas de la armada durante el ataque.
luego salí de mi diminuto escondite y regresé al muelle para fingir que me patrullaba en busca de piratas que quisieran evitar la muerte de la yonkou
Y Seguimos con el avance de nuestra historia. Se unen además Haine, Eris y Katrina.
- Sons of Anarchy y kaishi Tora:
- Tras la llegada del nuevo añadido, la banda está reunida, aunque Sting aún debe decidir si se queda o se va. Si se marcha tendrá que empezar la búsqueda en solitario, pues el resto debe lograr que Rose cumpla su deber como Yonkaikyo estando presenta guardando la ejecución. Para ello, la amable intervención de Kaishi podría ser vital. Atención a los heridos de forma urgente o que os ayude a conseguir un barco. Qué difícil decisión… Aunque encontrar un barco y luego atender a los heridos también podría ser una buena opción. Así pues, hay un hospital en la ciudad, cerca del centro, y un astillero en la zona noroeste, lindando el bosque. Elegid sabiamente.
- Vince Lauret e Inaga Castamere:
- Desde tu camarote, Inaga, puedes observar cómo poco a poco la batalla se va recrudeciendo. Las balas cada vez parecen más pesadas, y la sangre que baña el mar más roja. La violencia se apodera de todo. Aún siendo piratas podrías convencer a Vince de que la mejor opción es ayudar, creo yo.
Por tu parte, Vince, estás abstraído en tu cocina, sin pensar en otra cosa que encontrar un segundo barco. De repente detectas algo con tu poder. No aves si será verdad, pero notas un barco a tu derecha, y van dos personas en él.
- Abyss, Meneror, Dacren y Hyo:
- Tras que Meneror deja el maletín de Teravan oculto cerca de un barracón, podéis continuar. Ahora toca ir a Loguetown. Hyo, tu misión es llevarlos, y tal vez ellos quieran ir. Todos sabéis que estar ahí, en ese acontecimiento que se repite una vez cada sabe dios cuánto, es vuestra obligación. Si no por el acontecimiento en sí por vuestros intereses curiosos o mercantiles. Pero primero tenéis que escapar discretamente, pues los marines están algo nerviosos. A ver cómo hacéis.
- Royal K. Hax:
- Tienes suerte. Lanzas los marines a varias millas de distancia, y es probable que los hayas matado en el golpe. Y además consigues convencer a los piratas de que te ayuden con el barco de la Marina. Es hora de poner rumbo a la gran ciudad. O venderlos a la Marina a traición, eso es cosa tuya.
- Crimson:
- Esos juegos tan raros que te traes suelen ser peligrosos, Crimson. La chica, cuando le pides que te enseñe lo que guarda ahí abajo, comienza a quitarse su tanga naranja lentamente, y puedes ver un pubis lleno de vello, pero más abajo puedes ver la razón de que abultara tanto. Con voz juguetona, saca un polo de sabe dios dónde, y te lo intenta meter en la boca a la fuerza, mientras ríe y coquetea. ¿Te dejarás? Aunque ya se va haciendo tarde y tu sentido arácnido te hace presentir algún mal cercano.
- Leonel Racovich (Spencer Vatch):
- –Tienes total libertad, hermano Racovich. Cuando lo veas oportuno, explótalos.
Es momento de explorer la ciudad, camarada, o por lo menos de mirar las verdaderas debilidades del Puerto, para un ataque por parte de la revolución. Ahora tienes libertad total en todos los aspectos, aunque deberías ir yendo ya a tu puesto junto a los Shichibukais.
- El Cid:
- el contenido de la caja:
- Tus datos:
- Qué gracioso el niño que se las ingenió para gastarte la broma, ¿verdad? En fin, tu misión está cumplida por esta zona, ahora te queda decidir si apoyarás al CP en el bosque (no hay noticias de los destinados allí) o tal vez dirigirte ya a la plaza de la ciudad.
- Shiroi Shibou :
- El hombre te mira, y la mantis hace lo propio. No se hace mucho esperar el ataque del ser. Es un tajo doble dirigido a tu vientre, pero no excesivamente poderoso. Tras su ataque se acercan un par de compañeros, que lo han visto y no dudan en preguntarte cómo te encuentras y si necesitas ayuda. ¿La necesitas?
Tajo [AI]
- Raadi Vraask:
- Vaya, justo cuando tu ataque comienza una cebolla comienza a rodar. El bulbasaurio ha vuelto su forma original, y poco a poco se ha movido hacia la mano de su maestro, que yace semi inconsciente, aunque la abre, y cae una bola al suelo, que el animal come rápidamente. De repente, comienza a crecer, y la cebolla se abre en una flor de capas blanquecinas, dejando paso a una flor sobre la que se posa un bulbo gigantesco. Deberías tener más cuidado con lo que haces. Este hombre parece fuerte (Nivel 30) y su mascota está muy mosqueada por lo que ha hecho. De repente, comienzan a surgir raíces de todo su cuerpo, y comienza a agitarlas en dirección a Tyxa. Son unas 18 raíces, que se mueven como látigos y lanzan energía cortante a diestro y siniestro. Así y todo, cada vez que chocan las raíces generan una explosión de energía. A ti también podría darte, si no tienes cuidado.
Bulbasaurio+rumble ball (forma de saurio gigante)+Látigo raíz+energía cortante+energía explosiva [AB]
- Kodama:
- Parecen borrachos y fumados.
-Tranqui tío… Sólo estábamos aquí con unos petas y las litros del súper…
Ciertamente, están embriagados por los dones de Baco, pero igualmente no deben estar ahí. Para estas cosas sirve la brusquedad del Cipper Pol. Por lo menos los juerguistas desaparecen. Y hablando de Cipper Pol, Álika ha desaparecido. Así pues te toca actuar a ti. Puedes echarlos educadamente, con violencia, matarlos o unirte a la juerga. Tú eliges.
- Date Musashi:
- Abres la puerta y llegas tranquilamente a una habitación muy extraña. Está completamente vacía de gente, además de muy bien iluminada. Sin embargo hay unas máquinas que no se parecen en nada a lo que hayas podido ver en tu vida. Un lado hay varias cestas llenas de frutas, y al otro objetos. Una lista de inventario, entradas y salidas, las criaturas originadas en estos diabólicos procesos… Ahora sólo necesitas saber de dónde se sacan el flujo de frutas para poder introducirlas en ellos. Tal vez la presencia que detectas a tu espalda pueda ayudarte. Te das la vuelta y está Brack mirándote, con una sonrisa de satisfacción y sus ojos inexpresivos.
-¿Te gusta? La máquina se llama “madre”. Origina todos los animalillos que tenemos, incluido el ratoncito que te hace cosquillas- cuando dice eso, el animal se pone de alguna forma en tu hombro, y te da un pequeño lametón en la mejilla. Qué mono-. Creí haberte dicho que me siguieras. Te necesito ahí arriba.
Dicho eso, el hombre se marcha, sin mirar que lo sigas. Aunque ahora ya sabes que si no lo sigues volverá. Qué hacer es asunto tuyo. Yo sólo te digo que tienes libertad plena.
- Lion D. Karl, Krauser, Minato:
- Vaya suerte ha tenido Karl, de conseguir matar al Rey Marino de un golpe. Si éste hubiese fallado en su ataque desesperado, sería muy probable que los tres hubierais muerto, aunque mirando el lado positivo… Katrina también. Es demasiado tarde ya para retroceder, pues os queda menos distancia para terminar de cruzar el Calm Belt que para dar marcha atrás. Y no la dais…
Tras un rato conseguís dejar atrás el cinturón, y veis las aguas cristalinas del East Blue, manchadas de sangre… Sangre de piratas y marines. Qué Guerra más absurd, criminals luchando por una desertora de la marina. Ahora debéis decidir si seguís el rumbo marcado por los almirantes, o preferís dar apoyo en otras zonas. La información que llega a Krauser y Karl es de una gran pelea en una isla cercana a Loguetown, y de la presencia de Legim en una isla sureña. Sin embargo Minato no sabe nada de esto debido al barco que habéis elegido. Menudo error coger el que estaba aún a medio acabar. En fin, vosotros sabréis lo que hacéis.
- Joseph Leto:
- Mientras caminas, puedes notar cómo la cabeza de la ardilla se recompone y ésta vuelve a la vida, bastante cabreada contigo. Comienza a mordisquearte la mano y luego se escapa, hasta subirse a un árbol y sacarte la lengua obscenamente desde ahí. Por desgracia para ti, tu batalla contra la ardilla ha hecho que perdieras de vista a esta gente, aunque sin embargo puedes detectar las huellas, que son algo erráticas. Bosque, playa, acantilados, ciudad… Hacia cualquier lado pueden haber ido, y sólo oyes un sonido hacia el bosque, pero podría ser la ardilla. Arriésgate si quieres.
- Teravan Finger-Bullet:
- Te embarcan a Loguetown, o al menos lo intentan. El barco es muy pequeño, para todos los que intenan embarcar. Por tanto ahora tendrías que o bien hacer uso de galones y heroicidad suprema, para exigir ir tú primero, o ser bueno y ceder tu sitio, mientras recoges la pasta gansa que Meneror te dejó oculta en el lugar acordado. Te toca.
- Kyle Aran y Émile:
- Bueno, pues partís hacia Loguetown y no podéis evitar cruzaros con la batalla naval, y el barco que Drake alquiló en su momento para no llamar la atención. También hay una espada de presumible kairoseki clavada en él, y un melón roto. Este chico se mete en muchos líos. Pues ea, a buscarlo. Puede estar en el barco marine o pirata más cercano, o bajo el mar. Vosotros veréis cómo buscáis.
- Tahika Scarlet:
- Por un instante el hombre duda, aunque finalmente se da la vuelta mientras dice “Ya sabía yo que eras especial”, y hace un gesto de rodear sus labios con la lengua en un gesto de seducción que en ese ser queda ridículo. Ahora te queda cumplir o atizarle, y recuerda que podrían estar viéndote, y te convertirías en criminal. Pero es un depravado, y además bisexual, o vicioso simplemente. Mata a ese pecaminoso. O no, eso como tú veas.
- Takeshi Yamamoto y Furukawa:
- Con una facilidad pasmosa pese al ataúd de madera, Doom esquiva todos los ataques del cazador. Pese a ser tan poderoso, aún no ha llegado al límite de sus fuerzas y debe seguir entrenando para igualarlo. Por suerte para él, y su compañero de gremio Furukawa, una pesada bala le lleva la cabeza, cortesía de la marina. Ahora el samurái se enfrenta a un gran reto moral. Entregar el cuerpo como captura propia y hundirse en la deshonra, o declarar el cadáver de Doom como muerto por la marina, y esperar cobrar por el puesto de repartidor. Y lo mismo para el otro cazador. Furukawa, ¿Tú qué opinas?
- Kaín, El Brujo del Norte:
- Los camareros, con el mismo sigilo que una morsa haciendo Break Dance en una cristalería van moviendo todo, como has ordenado, en la bodega. Y tú has acertado el rumbo, de tal manera y forma que puedes ver la batalla naval entre Opprimere y la Marina desde la cabina de mando, pero con lo oscuro que está todo por el humo y la sangre no puedes distinguir los bandos. Sin embargo puedes ver el cúmulo de tierra a un lado, y estás seguro de que es Loguetown. Hora de jugar a la ruleta.
- The Starus:
- Tras el regalo sales corriendo de la casa, y de la felicidad casi saltas, aunque el dolor te agarrota, y lo sientes demasiado reciente. Aunque puedes ver claramente en la batalla naval que se divisa desde ahí que la ejecución no se ha realizado todavía. Así que aún podrías estar a tiempo, y hay un barco que parece a punto de zarpar hacia allí. Podrías coger ese, o ser un valiente y llevar tu pequeño bote de vela, aunque en tus circunstacias sería peligroso por si te da un ataque de debilidad o algo. No sé…
- Alex Drachen:
- Tus ondas parecen espantar a los bandidos, que cejan en su escalada y se giran para verte. Ahora te doy dos opciones muy simples. Son tres personas, y tienen malas pintas. Luchar o huir, es tu decisión.
- Adam Windwalker:
- Toda la luz de ese lugar viene de esto . Un pequeño Hámster, encerrado en una jaula de un material que, cuando tocas reconoces al instante. Sin embargo, tiene un asa de plástico. No había ninguna trampa, pero es muy raro que dediquen un sitio tan raro a retener un hámster. Sin duda es un enigma digno de resolver. Ya puedes volver a la superficie, sólo te queda decidir si te llevas o no al animal.
- Vongola Ryohei:
- Buena opción la de arrimarte a Jeremy. Parece un tipo poderoso a la par que simpático. El hombre se sube a un bote y te invita a subir. Perfecto para acercarse, aunque quizá prefieras ir en tu moto. Algo te dice que querrá negociar, o por lo menos conseguir unos esquemas. Al poco tiempo comienza a remar, contigo al lado (sea en la moto o en el bote) y llegáis al barco.
-Antes de ir a Loguetown igual te apetece algo de diversión. ¿Gustas de ello?- te pregunta.
Ahora debes decidirte entre Loguetown o la diversión. Lo desconocido suena interesante…
- Etsu Rui:
- Tu plan tuvo lagunas. Sí que se molestó, y bastante. Tanto que te ha tirado al mar. Por suerte para ti había un bote debajo, aunque el golpe en la espalda te deja dolorido, pero por lo menos sigues con vida. Hay que pensarlo mejor antes de hacer invasiones a la propiedad ajena. En fin, Loguetown o batalla. La barquita o robar un barco. Tú eliges.
PD: Fallaste el tiro, le diste en el ojo.
- Ugetsu Asari:
- En varios momentos estás a punto de ser derribado por balas de cañón, pero finalmente logras atravesar ese muro, y te acercas al puerto por la sección donde el Yonkaikyo no vigila. Ahora sólo queda decidir si prefieres destruir los barcos de la marina, que no parecen muy vigilados, o entrar discretamente a ver el espectáculo de dentro de unas horas.
- Yato:
- Consigues llegar a Loguetown. En el Puerto hay un famoso Yonkaikyo, Spencer Vatch, que te observa. Tal vez tengas que convencerle de que tienes derecho a pasar, o sobornarlo. Tal vez largarte corriendo a esconderte y así poder ver la ejecución de tapadillo… Lo que tú prefieras.
- Akkai Ryu:
- Según saltáis al barco, muchos reclutas tiemblan de miedo, sin darse cuenta de que sois “aliados”. Algunos de ellos comienzan a correr en círculos, golpeándose incluso entre ellos en ese dantesco espectáculo de huida, mientras Itami golpea a algunos. Los ruidos y el alboroto atraen la atención de Bianca, que mira hacia vosotros, y cuando se acerca para daros la mano, de repente, cae al suelo, fulminada. Ha sido una muerte súbita, y los marineros que la acompañaban, más asustados aún, saltan al mar. Y parece que uno por lo menos os ha reconocido. Es hora de explorar el barco, del doble de tamaño aproximadamente al Explorador. Examináis el barco, y os dais cuenta de que tiene un extraño sistema similar al SDS, aunque bastante más interesante. Automatizado y de salidas rectas, de modo que pueden usarse los cuatro canales útiles a la vez. Así mismo, para el navegante es fácil ver que el barco que acabáis de tomar ridículamente tiene un doble fondo de Kairoseki, de manera que no surgirán imprevistos como el del explorador. Podría ser un interesante barco para la tripulación. Pero ahora, dejando eso de lado, es hora de que vayáis a Loguetown. La tormenta vuelve a acercarse, de manera que podéis probar la táctica arriesgada de usarla en vuestro beneficio, o podéis cruzar el Calm Belt directamente. Cosa vuestra.
- Dark Ascension:
- Para resumir, vuestras potencias combinadas los dejan muertos, aunque Drake se ha emocionado mucho y ha dejado un par de moratones en Alex, nada grave. Pero ahora sois delincuentes en Halstat, hubierais hecho algo o no. Es hora de largarse, pues ahora todo el ejército tiene derecho a perseguiros, y se ha visto que no tienen mucho aprecio al conde por estos lares. También tenéis que estar en Loguetown en unas horas, para la ejecución de Bellatona, pero podríais iniciar la conquista de la gran isla. Moved ficha.
- Takeru Shiromori:
- Las órdenes que te han dado han sido vigilar, y si puedes, esconder. Explorando un poco la estancia descubres que hay una trampilla y escaleras secretas. Tal vez podrías bajarlo por ahí. O… Marcharte, explotarlo todo, o lo que prefieras.
- Flea Grohl:
- Parece que no hay nada interesante en ese bosque, excepto quizá un brillo azulado en medio de un árbol. ¿Un árbol que brilla azul? Podrías investigarlo, los brillos siempre tienen miga, aunque también podrías atraer la atención si el brillo pertenece a una fuerza del gobierno.
- Uracha:
- Parece que estás llamando la atención, y empieza a oírse algo por toda la ciudad. Debe ser la red pública de comunicación, lo que hace que todo el que esté en Loguetown tiene acceso a escuchar lo que se dirá a continuación.
-Atención, localizado peligroso Criminal Uracha D. Aretxo en medio del cuartel Marine. Presenten refuerzos cuanto antes.
Y repiten la cantinela una y otra vez, de modo que es probable que aparezca alguien, así pues toca darse el piro… O quedarse y combatir a lo que llegue. Tú decides, pero tu trabajo está hecho.
- Hiren y Jack Silvers:
- Tras las órdenes que Hiren le ha dado a Takeru, queda una última incógnita. Ya habéis bajado las escaleras, pero queda el último paso. Abrir la puerta. Si hay traidores en la revolución estaría bien saber quiénes son, sus caras y cómo matarlos lenta y dolorosamente. Pero puede suceder que sean aliados, y entrar sea perder un tiempo vital. Así pues, os toca decidir. ¿Loguetown o base?
- Cánabar y Kaiser:
- Según avanzaba la batalla, os habréis dado cuenta de que había más y más presencia marine, a la vez que gente de extrañas pintas se presenciaba en el lugar. En muy poco tiempo se puede ver cómo toda esa gente comienza a luchar, por lo que vuestro cometido se ha cumplido. Ahora podéis ir a armarla a Loguetown, mientras veis si finalmente la ejecución se lleva a cabo. O podéis volver a las pozas y disfrutar del sonido de la destrucción.
- Dave Taylor:
- Malditos peces. Pese al gran despliegue de poder, no han cedido ni un paso atrás, haciendo que esto se llene cada vez más de pirratas y marines, que ahora se sumen en una guerra total. A tu lado se materializa Sawn White, y te dice que te largues de ahí. Las tropas he Hayato están en el lugar, y destruirán todo lo que a su paso encuentren. Mejor que tú no seas parte de esa gente. Ahora la cosa es ir a Loguetown, o a otra isla donde te puedan necesitar. Se comenta que en Kumate hay un asentamiento revolucionario secreto. Toca elegir.
- Eris Takayama y Haine Rammsteiner:
- Bueno, pareja. Es un precioso día y despertáis en una habitación de posada de Loguetown. Ya es tan tarde que ha pasado la hora de evacuación, por lo que todos los ciudadanos que se queden ahí serán considerados criminales, pero eso os importa poco, ¿Verdad? Podéis quedaros en la cama remoloneando y retozando (espero sea de calidad) o bajar a la calle y encontrar qué os depara el mundo.
- Katrina Read:
- Recibes una llamada a tu Den Den Mushi.
-Agente Read. Se sabe que hay un gran número de explosivos en Loguetown, y es nuestro deber evitar que caiga en manos del gobierno. Por ello debemos solicitarle y ordenarle que vaya junto a Takeru Shiromori, a prestarle apoyo, en la taberna “Gold Roger”, al oeste del cuartel Marine.
Ya has oído tus órdenes. Estás en el Norte, en un bosquecillo, y debes decidir si bajas a la ciudad a ver qué demonios hay en esa taberna, y si el tal Takeru decía la verdad, o puedes quedarte intentando eliminar presencia gubernamental del entorno. Podrían aparecer CP’s sin aviso, y siempre es mejor estar alerta.
elkilian
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Akuma no mi
Varios
Tras la rápida estrategia planteada con anterioridad pude despejar el paso a los piratas de esos reclutas marines que estaban incomodando el muelle. Así que me dispuse a hablar con los piratas.
- Me han dicho que estamos aquí para entretener a la Marina - les dije - Ni que fuéramos carne de cañón - ahora me dirigí hacia ellos mirándoles atentamente - ¿Ustedes quieren ser carnes de cañón o demostrar que valen para algo y que sois los piratas más temibles de estos mares? - les pregunté con un tono un tanto sarcástico - Abordemos ese Buque de la Marina que está casi vacío. Seguro que vuestro capitán se encargará de los peligros de aquí, él es muy fuerte -
- Esta bien - me dijeron los piratas - ¡Vamos!
- ¡Loguetown nos espera! - les grité animandoles para que tuvieran fuerzas mientras nos dirigíamos hacia el barco
Empezamos a escalar la red que usan para escalar y descender los marines cuando vinieron por un lateral del barco. Una vez arriba nos encontramos con unos 9 reclutas debido a que la gran mayoría se había bajado para combatir a los piratas en tierra pero no fueron un gran inconveniente ya que los piratas que me acompañaron se encargaron de ellos luchando contra ellos y finalmente tirandolos al mar. Después de limpiar la cubierta del barco. Algunos piratas se pusieron a vigilar la cubierta mientras buscabamos posibles polizones en el barco. Lo único que encontramos fue Ron, comida y algunas armas normales de la marina como espadas y fusiles de asalto. Algunos de los piratas se pusieron a beber ron para celebrar el abordaje, otros cogieron armas y se pusieron a repartirlas. Yo, que estaba en cubierta pude ver como la ciudad ardía en llamas recordandome mis recuerdos pasados. Mientras seguía mirando la ciudad en llamas se podía ver reflejado el fuego en mis ojos y como apretaba mis puños con fuerza. Rápidamente me giro y empiezo a andar a la zona más elevada de la cubierta para dirigirme a los piratas.
- ¡El Buque es nuestro! - dije mientras levantaba mi brazo en señal de victoria
- AAAAAAAAhhhh - gritaron los piratas en señal de alegría
- Ahora ... ¡Partamos a Loguetown! - volví a gritar tras girarme y señalar con mi mano derecha y el dedo índice estirado hacia el mar. Tras estas palabras todos nos pusimos preparar el barco para partir. - ¡¡ Recoger anclas, izad velas, avante toda !! - dije esto tras ir y llegar al timón. Seguidamente los piratas se pusieron a realizar lo que les había dicho.
" Estos piratas me han servido de mucha ayuda pero una cosa tengo clara ... Si aparece la Marina ... La única cosa que me importa es salir con vida. Las vidas de estos piratas me las trae sin cuidado ya que seguro que han hecho atrocidades como las que vi en tierra hace unos segundos. Si fuera necesario matarlos para salirme ileso de un ataque marine lo haré. Mi trabajo en esta isla ha concluido, ahora, es momento de entretener a la Marina en Loguetown para liberar a esa tal Katrina que, ese fue el objetivo que realmente me dijo Azumi Kento que hiciera ... no sé porque el titán me mandó a esta isla mal parida "
- ¡Ey tú! - le dije a un pirata - ¿Hacia donde queda Loguetown? - le pregunté
Tras ponersele una cara de Pokér pues esperaba que con tanto discursito y tanto "¡A Loguetown!" yo supiera hacia donde es - Jejeje - se rió después - Es hacia allí - me dijo señalandome hacia Loguetown -
Tras ya estar bastante separado del muelle di un giro al timón y nos empezamos a dirigir a Loguetown.
- Me han dicho que estamos aquí para entretener a la Marina - les dije - Ni que fuéramos carne de cañón - ahora me dirigí hacia ellos mirándoles atentamente - ¿Ustedes quieren ser carnes de cañón o demostrar que valen para algo y que sois los piratas más temibles de estos mares? - les pregunté con un tono un tanto sarcástico - Abordemos ese Buque de la Marina que está casi vacío. Seguro que vuestro capitán se encargará de los peligros de aquí, él es muy fuerte -
- Esta bien - me dijeron los piratas - ¡Vamos!
- ¡Loguetown nos espera! - les grité animandoles para que tuvieran fuerzas mientras nos dirigíamos hacia el barco
Empezamos a escalar la red que usan para escalar y descender los marines cuando vinieron por un lateral del barco. Una vez arriba nos encontramos con unos 9 reclutas debido a que la gran mayoría se había bajado para combatir a los piratas en tierra pero no fueron un gran inconveniente ya que los piratas que me acompañaron se encargaron de ellos luchando contra ellos y finalmente tirandolos al mar. Después de limpiar la cubierta del barco. Algunos piratas se pusieron a vigilar la cubierta mientras buscabamos posibles polizones en el barco. Lo único que encontramos fue Ron, comida y algunas armas normales de la marina como espadas y fusiles de asalto. Algunos de los piratas se pusieron a beber ron para celebrar el abordaje, otros cogieron armas y se pusieron a repartirlas. Yo, que estaba en cubierta pude ver como la ciudad ardía en llamas recordandome mis recuerdos pasados. Mientras seguía mirando la ciudad en llamas se podía ver reflejado el fuego en mis ojos y como apretaba mis puños con fuerza. Rápidamente me giro y empiezo a andar a la zona más elevada de la cubierta para dirigirme a los piratas.
*^ Música de Ambiente ^*
- ¡El Buque es nuestro! - dije mientras levantaba mi brazo en señal de victoria
- AAAAAAAAhhhh - gritaron los piratas en señal de alegría
- Ahora ... ¡Partamos a Loguetown! - volví a gritar tras girarme y señalar con mi mano derecha y el dedo índice estirado hacia el mar. Tras estas palabras todos nos pusimos preparar el barco para partir. - ¡¡ Recoger anclas, izad velas, avante toda !! - dije esto tras ir y llegar al timón. Seguidamente los piratas se pusieron a realizar lo que les había dicho.
" Estos piratas me han servido de mucha ayuda pero una cosa tengo clara ... Si aparece la Marina ... La única cosa que me importa es salir con vida. Las vidas de estos piratas me las trae sin cuidado ya que seguro que han hecho atrocidades como las que vi en tierra hace unos segundos. Si fuera necesario matarlos para salirme ileso de un ataque marine lo haré. Mi trabajo en esta isla ha concluido, ahora, es momento de entretener a la Marina en Loguetown para liberar a esa tal Katrina que, ese fue el objetivo que realmente me dijo Azumi Kento que hiciera ... no sé porque el titán me mandó a esta isla mal parida "
- ¡Ey tú! - le dije a un pirata - ¿Hacia donde queda Loguetown? - le pregunté
Tras ponersele una cara de Pokér pues esperaba que con tanto discursito y tanto "¡A Loguetown!" yo supiera hacia donde es - Jejeje - se rió después - Es hacia allí - me dijo señalandome hacia Loguetown -
Tras ya estar bastante separado del muelle di un giro al timón y nos empezamos a dirigir a Loguetown.
Flea
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Agilidad
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Agudeza
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Akuma no mi
Varios
Azul, azul como el mar, azul como el color que representa a la Marine. Sí, azul era el brillo que había en un árbol. Me pareció muy extraño, y opté por acercarme. Ese gran brillo primero encandiló mis ojos, por lo que me vi obligado a cubrirme la cara con el antebrazo. Pareciera ser como si alguien me estuviera apuntando con un láser, ¿Pero quién?
Primero le dí unos golpes con el mango de mi espada al árbol, para ver si estaba hueco o no. Luego, pasé mi mano por todo el tronco, para ver si había alguna especie de botón, a ver si quizá se abría una puerta.
- Que extraño, ¿Por qué habría un brillo azul en medio de un bosque, en medio de un árbol? ¿Tiene esto algo de especial? - dije para mis adentros. Me agaché y lo observé más de cerca para sacar algo de información, pero nada.
Me quedé pensando parado un rato, pensando que podría ser ese brillo extraño. Desenvainé una de mis espadas, y corté el tronco del árbol en cinco pedazos distintos. A uno de los pedazos que cayeron lo corté en forma de palo, y lo froté con el trozo restante, para generar fuego.
Guardé mi espada, y con mi nueva antorcha, decidí investigar lo que había en el árbol, y el brillo que no paraba de joderme los ojos. Quería sacarme las dudas de lo que era esa luz extraña, así que, una vez más, saqué mi papel, me corte el dedo, y anoté: "Brillo azul en un árbol". Me chupe el dedo para detener el sangrado, envainé mi espada una vez más, y emprendí la búsqueda del origen del brillo, por donde estaba el árbol.
Sin embargo, antes de ver lo que habría allí, mi Den Den Mushi comenzó a sonar. Era mi jefe, Leonel Racovich, el cual me informaba del plan para invadir la ciudad, y que continuara haciendo estragos y destruyendo el alma de cual Marine se me aparezca. Luego de cortar, me dí cuenta de que no estaba en el lugar donde el jefe quería, si no que estaba en un bosque, buscando la razón de por qué había un brillo azul en medio de un árbol.
Sin embargo, en el puerto había mucha gente, y aunque necesitaban de mi presencia por allá, había bastante gente, y uno menos por ahora no sería problema. Me juré a mí mismo que estaría allí para el momento de la invasión, pero el brillo extraño todavía me atraía.
Primero le dí unos golpes con el mango de mi espada al árbol, para ver si estaba hueco o no. Luego, pasé mi mano por todo el tronco, para ver si había alguna especie de botón, a ver si quizá se abría una puerta.
- Que extraño, ¿Por qué habría un brillo azul en medio de un bosque, en medio de un árbol? ¿Tiene esto algo de especial? - dije para mis adentros. Me agaché y lo observé más de cerca para sacar algo de información, pero nada.
Me quedé pensando parado un rato, pensando que podría ser ese brillo extraño. Desenvainé una de mis espadas, y corté el tronco del árbol en cinco pedazos distintos. A uno de los pedazos que cayeron lo corté en forma de palo, y lo froté con el trozo restante, para generar fuego.
Guardé mi espada, y con mi nueva antorcha, decidí investigar lo que había en el árbol, y el brillo que no paraba de joderme los ojos. Quería sacarme las dudas de lo que era esa luz extraña, así que, una vez más, saqué mi papel, me corte el dedo, y anoté: "Brillo azul en un árbol". Me chupe el dedo para detener el sangrado, envainé mi espada una vez más, y emprendí la búsqueda del origen del brillo, por donde estaba el árbol.
Sin embargo, antes de ver lo que habría allí, mi Den Den Mushi comenzó a sonar. Era mi jefe, Leonel Racovich, el cual me informaba del plan para invadir la ciudad, y que continuara haciendo estragos y destruyendo el alma de cual Marine se me aparezca. Luego de cortar, me dí cuenta de que no estaba en el lugar donde el jefe quería, si no que estaba en un bosque, buscando la razón de por qué había un brillo azul en medio de un árbol.
Sin embargo, en el puerto había mucha gente, y aunque necesitaban de mi presencia por allá, había bastante gente, y uno menos por ahora no sería problema. Me juré a mí mismo que estaría allí para el momento de la invasión, pero el brillo extraño todavía me atraía.
Ikaru
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Finalmente, me encontré con Rose. Nada más vernos ella también grito mi nombre y fue directa a por mí, preguntándome donde estaban el resto de la banda y bueno, también hizo un leve comentario sobre mi pelo tras lo que comenzó a peinarlo con la mano durante un momento a lo que mostré un sonrisa y de justo después iba a comenzar a hablar para decirle donde se encontraban todos pero ella ya comenzó a correr en dirección a la playa como si ya supiese donde estaban todos. Comencé a seguirla, no era un sendero muy largo por lo que no nos llevaría mucho tiempo cruzarlo a si que tampoco fui corriendo como si me persiguiera algo peligroso. Pero el trayecto se nos hizo un poquito más largo. Cada cierto tiempo, Rose paraba de caminar o reducía su velocidad como si tuviese algún tipo de dolor o como si la costase respirar, me fije en ella todas las veces para saber si la pasaba algo, pero al no parar de correr y al ver que no me hacía mucho caso pensé que simplemente estaba demasiado cansada por el viaje o a lo mejor se había llevado un fuerte golpe por la colisión del barco con las rocas de la playa por lo que ya la preguntaría después cuando todos estuviésemos más tranquilos. El ruido de pisadas en nuestra dirección contraria fue creciendo, alguien se acercaba a nosotros, estuve pendiente por si era una amenaza pero cuando grito tanto mi nombre como el de Rose pude reconocer quien era por la voz y bueno ya por la vista pues se encontraba justamente al lado de nosotros aparte de que al gritar levantaba la mano para que nos fijásemos más en él. Era Midorima, un chico peliverde con el que tampoco había tenido mucho contacto en lo que era la banda pero como con Sting se agradecía que nos encontrásemos con él. Fuimos a continuar por el sendero pero entonces, Rose cayó al suelo desmayada con una gran muesca de dolor, bastante más grande que las que ya iba haciendo por el camino. Idiota de mi, tendría que haberla preguntado antes y así hubiese podido prevenir esto. Me agache para ver cómo estaba y así poder sacar un pequeño diagnostico de que la pasaba pero entonces a Midorima la cogió en hombros para llevarla hasta donde estaban todos los demás. Y si os digo la verdad, lo hizo pasando totalmente de mí por lo que tuve que perseguirle todo lo que quedaba de camino hasta que finalmente llegamos a donde estaban todos, aún con hardo en el suelo inmóvil aunque con los ojos abiertos como si dos enormes platos se tratasen.
A si que por fin estábamos "toda" la banda reunida. El único que no había visto aún era Abyss Y al parecer nadie sabía su paradero actual. Demasiado extraño, por lo demás nadie parecías tener graves heridas por el accidente y los únicos que no estaban de pie eran Rose y Hardo aunque casi me preocupaba más hardo que rose, pues al menos La mujer había estado despierta hasta ahora aunque se encontraba ahora mismo desmayada. Midorima empezó a hablar como si fuese el Capitán en funciones mientras que Rose se encontraba Inconsciente. Su plan era ir a robar un barco al puerto. Podría parecer algo suicida teniendo a dos de nuestros camaradas K.O y dos en paradero desconocido, pero viendo la poca seguridad que se vio en el bosque no me pareció tan descabellado, lo que si me lo pareció es que lo hiciésemos justo ahora, Rose necesitaba algo de atención médica cuanto antes y yo sin mis utensilios no podía hacer mucho y como que todos se quedaron hundidos por el estropicio del barco. Madre mía que dilema. Tras terminar de hablar el peliverde Sting comenzó a ser su polo opuesto. Parecía súper indignado ante tan plan y también que Midorima se pusiera como el "capitán" o el creador de planes y la verdad del lo que parecía un buen cabreo comenzó a andar hacia la ciudad pero entonces Rose tuvo un pequeño momento de lucidez despertándose de su desmayo e intento convencer a Sting de que no se fuera que si estábamos separadas seria imposible llegar a ningún lado. La verdad es que yo estaba con Rose, si nos separábamos ahora no podríamos hacer nada productivo y seguramente acabaríamos todos igual de mal de lo que ahora lo estaba Rose la cual se volvió a desmayar tras hablar un leve rato. Entonces fue mi turno.
- Chicos, Rose tiene razón, si ahora cada uno va por su lado no conseguiremos nada de nada y simplemente acabaríamos O muertos o encerrados, tenemos que Hallar un maldito plan para salir de esta isla y encontrar a Abyss. Pero primero tengo que tratar un momento con Rose, Por favor Midorima ¿Puedes bajarla un momento al suelo?
Espere a que la bajara y comencé a inspeccionarla un poco, La abrí la boca e intente verla la garganta, la cual tenia algo inflamada o quemada por una comida que hubiese ingerido hace poco, también la toque levemente el vientre y note como ya simplemente le ardía solamente la piel. Todo parecía apuntar a que había tomado algo demasiado picante o algún producto químico que produjera ardor. Podría ayudarla a suavizar bastante el ardor si tuviese algo más de tranquilidad y un cocinero cerca por lo que comencé de nuevo a hablar.
- Chicos, Necesito que todos colaboremos, Puedo ayudar a Rose con bastante facilidad si tengo las herramientas necesarias, parece que "solo" ha tomado algo demasiado picante a si que con la ayuda de un cocinero podríamos hacer que se le calmase el estomago, pero para ello necesitamos un barco con todo ese equipamiento a si que por favor hacerme caso, la mejor opción que tenemos ahora es ir al puerto y encontrar uno que nos sirva de verdad. Si puede que nos encontremos con Marines que no nos dejen cogerlo, pero Sting, eres un Logia puedes destrozarlos perfectamente y si viene alguien con Hakki somos más de cuatro personas, podríamos con él perfectamente, asi que hacerme caso... después ya en el barco me encargare de Ayudar a Hardo y a Rose, Vamos tenemos que estar todos juntos.
A si que por fin estábamos "toda" la banda reunida. El único que no había visto aún era Abyss Y al parecer nadie sabía su paradero actual. Demasiado extraño, por lo demás nadie parecías tener graves heridas por el accidente y los únicos que no estaban de pie eran Rose y Hardo aunque casi me preocupaba más hardo que rose, pues al menos La mujer había estado despierta hasta ahora aunque se encontraba ahora mismo desmayada. Midorima empezó a hablar como si fuese el Capitán en funciones mientras que Rose se encontraba Inconsciente. Su plan era ir a robar un barco al puerto. Podría parecer algo suicida teniendo a dos de nuestros camaradas K.O y dos en paradero desconocido, pero viendo la poca seguridad que se vio en el bosque no me pareció tan descabellado, lo que si me lo pareció es que lo hiciésemos justo ahora, Rose necesitaba algo de atención médica cuanto antes y yo sin mis utensilios no podía hacer mucho y como que todos se quedaron hundidos por el estropicio del barco. Madre mía que dilema. Tras terminar de hablar el peliverde Sting comenzó a ser su polo opuesto. Parecía súper indignado ante tan plan y también que Midorima se pusiera como el "capitán" o el creador de planes y la verdad del lo que parecía un buen cabreo comenzó a andar hacia la ciudad pero entonces Rose tuvo un pequeño momento de lucidez despertándose de su desmayo e intento convencer a Sting de que no se fuera que si estábamos separadas seria imposible llegar a ningún lado. La verdad es que yo estaba con Rose, si nos separábamos ahora no podríamos hacer nada productivo y seguramente acabaríamos todos igual de mal de lo que ahora lo estaba Rose la cual se volvió a desmayar tras hablar un leve rato. Entonces fue mi turno.
- Chicos, Rose tiene razón, si ahora cada uno va por su lado no conseguiremos nada de nada y simplemente acabaríamos O muertos o encerrados, tenemos que Hallar un maldito plan para salir de esta isla y encontrar a Abyss. Pero primero tengo que tratar un momento con Rose, Por favor Midorima ¿Puedes bajarla un momento al suelo?
Espere a que la bajara y comencé a inspeccionarla un poco, La abrí la boca e intente verla la garganta, la cual tenia algo inflamada o quemada por una comida que hubiese ingerido hace poco, también la toque levemente el vientre y note como ya simplemente le ardía solamente la piel. Todo parecía apuntar a que había tomado algo demasiado picante o algún producto químico que produjera ardor. Podría ayudarla a suavizar bastante el ardor si tuviese algo más de tranquilidad y un cocinero cerca por lo que comencé de nuevo a hablar.
- Chicos, Necesito que todos colaboremos, Puedo ayudar a Rose con bastante facilidad si tengo las herramientas necesarias, parece que "solo" ha tomado algo demasiado picante a si que con la ayuda de un cocinero podríamos hacer que se le calmase el estomago, pero para ello necesitamos un barco con todo ese equipamiento a si que por favor hacerme caso, la mejor opción que tenemos ahora es ir al puerto y encontrar uno que nos sirva de verdad. Si puede que nos encontremos con Marines que no nos dejen cogerlo, pero Sting, eres un Logia puedes destrozarlos perfectamente y si viene alguien con Hakki somos más de cuatro personas, podríamos con él perfectamente, asi que hacerme caso... después ya en el barco me encargare de Ayudar a Hardo y a Rose, Vamos tenemos que estar todos juntos.
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Las ondas de choque de Drake le golpearon de refilón, aunque debido a que estaba entre todos aquellos hombres, no fue gran cosa. Volvió a forma humana, y se miró el cuerpo. Tenía los brazos y piernas despellejados y en carne viva, además de que sentía una molestia en el pecho y otra en el hombro. Drake se había emocionado demasiado.
Suspiró y escupió al suelo. La comitiva estaba muerta. Dado que el mensajero había muerto, pronto el rey sabría del asesinato de su enviado. El médico masculló por lo bajo. Derian le había confiado el asunto en Hallstat, por lo que tenía que pensar en cómo sacarlos a todos de aquel lío. Miró al vampiro y le dijo:
- Derian, voy a viajar al palacio real. Y voy a matar al rey. Tu vete a Loguetown. Si termino a tiempo me reuniré con vosotros -lo miró con el semblante serio-. Pienso matar a ese hijo de puta. -mientras pronunciaba estas palabras, el rostro del médico fue calmándose hasta volverse tranquilo como siempre.
Observó los cadáveres de los hombres. El médico era el miembro de la tripulación menos conocido. No tenía recompensa ni poseía un puesto importante. Se agachó sobre uno de los guardias y empezó a quitarle la armadura que llevaba. Abrió las correas y desató los lazos. Cuando hubo desnudado al soldado, se empezó a vestir con su ropa. Su idea era acercarse al palacio vestido de soldado, y una vez allí, esperar a la noche para gasear al rey. De esa forma, eliminaría sospechas sobre Derian, al ser un soldado del propio rey el que lo había matado. Miró al vampiro y al chico lobo.
- Lo mejor será que metáis estos cuerpos en el castillo. No dan buena imagen a los visitantes. -suspiró y empezó a caminar, para acostumbrarse a la armadura. El problema era que no iba a poder llevar su maletín con él. Observó el cuerpo del paje. Llevaba una especie de zurrón. Seguramente podría servir como sustituto. Lo abrió y vacío lo que llevaba dentro el paje. Luego, abrió su maletín y pasó un par de bombas de cada tipo, sus pastillas y elixires, y el contenedor de Acid Balls. Observó a Drake y a Derian, y les dio una bolsita de lino pequeña:
- Ahí dentro hay unas cuantas Rumbles... tal vez las necesitéis -volvió a lo suyo, pasando los restantes ungüentos y objetos que tal vez fuera a necesitar-. Lo mejor será que desaparezcáis cuanto antes de aquí. Intentaré convencer al rey de que he sido el único superviviente. Eso nos ahorrará problemas. Si pide pruebas, les diré que atacasteis y que tuvimos que luchar. Drake huyó, y Derian se ha vuelto polvo, como vampiro que es. Estos supersticiosos se lo creerán, seguro.
Mientras acababa de traspasar cosas de su maletín, observó al vampiro de nuevo:
- Oficialmente estamos muertos. Procurad no llamar demasiado la atención. En cuanto haya acabado aquí, os lo haré saber. -mientras decía esto, se echó el zurrón al hombro y observó las grises colinas del país. Le esperaba un largo trayecto hasta el palacio real, y debía ser discreto. Empezó a caminar, con el sonido metálico sonando con cada paso que daba.
Suspiró y escupió al suelo. La comitiva estaba muerta. Dado que el mensajero había muerto, pronto el rey sabría del asesinato de su enviado. El médico masculló por lo bajo. Derian le había confiado el asunto en Hallstat, por lo que tenía que pensar en cómo sacarlos a todos de aquel lío. Miró al vampiro y le dijo:
- Derian, voy a viajar al palacio real. Y voy a matar al rey. Tu vete a Loguetown. Si termino a tiempo me reuniré con vosotros -lo miró con el semblante serio-. Pienso matar a ese hijo de puta. -mientras pronunciaba estas palabras, el rostro del médico fue calmándose hasta volverse tranquilo como siempre.
Observó los cadáveres de los hombres. El médico era el miembro de la tripulación menos conocido. No tenía recompensa ni poseía un puesto importante. Se agachó sobre uno de los guardias y empezó a quitarle la armadura que llevaba. Abrió las correas y desató los lazos. Cuando hubo desnudado al soldado, se empezó a vestir con su ropa. Su idea era acercarse al palacio vestido de soldado, y una vez allí, esperar a la noche para gasear al rey. De esa forma, eliminaría sospechas sobre Derian, al ser un soldado del propio rey el que lo había matado. Miró al vampiro y al chico lobo.
- Lo mejor será que metáis estos cuerpos en el castillo. No dan buena imagen a los visitantes. -suspiró y empezó a caminar, para acostumbrarse a la armadura. El problema era que no iba a poder llevar su maletín con él. Observó el cuerpo del paje. Llevaba una especie de zurrón. Seguramente podría servir como sustituto. Lo abrió y vacío lo que llevaba dentro el paje. Luego, abrió su maletín y pasó un par de bombas de cada tipo, sus pastillas y elixires, y el contenedor de Acid Balls. Observó a Drake y a Derian, y les dio una bolsita de lino pequeña:
- Ahí dentro hay unas cuantas Rumbles... tal vez las necesitéis -volvió a lo suyo, pasando los restantes ungüentos y objetos que tal vez fuera a necesitar-. Lo mejor será que desaparezcáis cuanto antes de aquí. Intentaré convencer al rey de que he sido el único superviviente. Eso nos ahorrará problemas. Si pide pruebas, les diré que atacasteis y que tuvimos que luchar. Drake huyó, y Derian se ha vuelto polvo, como vampiro que es. Estos supersticiosos se lo creerán, seguro.
Mientras acababa de traspasar cosas de su maletín, observó al vampiro de nuevo:
- Oficialmente estamos muertos. Procurad no llamar demasiado la atención. En cuanto haya acabado aquí, os lo haré saber. -mientras decía esto, se echó el zurrón al hombro y observó las grises colinas del país. Le esperaba un largo trayecto hasta el palacio real, y debía ser discreto. Empezó a caminar, con el sonido metálico sonando con cada paso que daba.
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Cuando Ikaru comenzó a hablar, Arribor se sorprendió con la facilidad con la que había realizado un diagnóstico sobre el estado de su capitana. Él pensaba que simplemente le había dado un golpe de calor o algo así, por lo que esperaba que se despertara en cuestión de minutos. Le resultó extraño el hecho de que hubiera caído desmayada debido a que había comido algo "demasiado picante". Le habría gustado encontrar lo que hubiese comido para ver de que se trataba pero no tenían tiempo para ponerse a buscar en el bosque. Por suerte para ellos, algo así tenía fácil solución, o al menos eso había dicho Ikaru, el único de allí con conocimientos médicos. Según había dicho solo necesitaban cocinar algo que le calmase el ardor y, por suerte, Arribor no solo era un idiota con músculos sino que también era cocinero.
-Yo podría preparar algo siempre y cuando el barco que usemos tenga una buena despensa. -En ese momento se giró hacia el recién llegado, el tipo al que intentaba convencer de llevarlos o al menos de ayudarles a hacerse con algo que flotara. -No debería ser demasiado difícil con los ingredientes adecuados.
Tras decir esto su mente se "fue" a otro lugar. Estaría un buen rato pensando en que tipo de plato podría cocinar y en que ingredientes debería usar, no solo para Rose, sino también para el resto del grupo. Supuso que el naufragio habría mermado sus fuerzas y pensaba en que podría cocinar para recuperar energías. Curiosamente, este trabajo mental le resultó bastante fácil, algo poco común cuando se trataba de concentrarse o incluso pensar en cualquier cosa más de diez segundos. Su capacidad de concentración era limitada y era extraño encontrarse en una situación en la que tuviera que hacer algún tipo de tarea mental, y aún más, que lograra hacerla.
Sin embargo, no era eso en lo único que pensaba, sino que también le daba vueltas a lo dicho por el médico sobre robar un barco usando la fuerza. Una idea que le parecía realmente atractiva y que no tendría problemas en cumplir, aunque eso dependería de que el tipo peliazul que se había ofrecido a ayudarles no contase con una embarcación. De cualquier forma poco más podía hacer aparte de intentar ayudar a su capitana y deleitarse con la idea de un posible e inminente combate.
-Yo podría preparar algo siempre y cuando el barco que usemos tenga una buena despensa. -En ese momento se giró hacia el recién llegado, el tipo al que intentaba convencer de llevarlos o al menos de ayudarles a hacerse con algo que flotara. -No debería ser demasiado difícil con los ingredientes adecuados.
Tras decir esto su mente se "fue" a otro lugar. Estaría un buen rato pensando en que tipo de plato podría cocinar y en que ingredientes debería usar, no solo para Rose, sino también para el resto del grupo. Supuso que el naufragio habría mermado sus fuerzas y pensaba en que podría cocinar para recuperar energías. Curiosamente, este trabajo mental le resultó bastante fácil, algo poco común cuando se trataba de concentrarse o incluso pensar en cualquier cosa más de diez segundos. Su capacidad de concentración era limitada y era extraño encontrarse en una situación en la que tuviera que hacer algún tipo de tarea mental, y aún más, que lograra hacerla.
Sin embargo, no era eso en lo único que pensaba, sino que también le daba vueltas a lo dicho por el médico sobre robar un barco usando la fuerza. Una idea que le parecía realmente atractiva y que no tendría problemas en cumplir, aunque eso dependería de que el tipo peliazul que se había ofrecido a ayudarles no contase con una embarcación. De cualquier forma poco más podía hacer aparte de intentar ayudar a su capitana y deleitarse con la idea de un posible e inminente combate.
Roland von Klauswitz
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Kodama torció el gesto, indignado, sorprendido y sobretodo asqueado. No estaba acostumbrado a pisar el vómito de nadie y haberlo hecho por primera vez le asqueaba, especialmente teniendo en cuenta que había arruinado la seriedad de su entrada y le había restado gran parte de su autoridad sobre aquella gente, algo a lo que su peculiar naturaleza no ayudaba en absoluto. Los tipos del tejado resultaron no ser más que un simple grupo de borrachos que habían tenido la "suerte" de librarse de la evacuación forzosa de los turbios agentes de la Cipher Pol.
El marine se limpió el zapato contra el borde del tejado y bajó la espada cuando vio que aquellos tipos no representaban una amenaza. Solo eran un grupo de jóvenes ebrios que estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado. No parecían saber que ese tejado sobre el que estaban era uno de los enclaves más importantes para la defensa de la ciudad, de hecho ni siquiera parecían ser conscientes de la situación ni de la batalla que se iba a desencadenar. Realmente debían ser idiotas. Unos idiotas a los que debía echar de allí de inmediato.
-Oye Alika, encárgate de que se marchen y vayan a... -El hombre-árbol se quedó boquiabierto. ¿Dónde demonios estaba la chica? Debería haberle seguido hasta lo alto del tejado pero en vez de eso se había largado. Realmente no podía fiarse de esa gente. Empezaba a estar furioso, todo aquello se estaba descontrolando y nada parecía salirle bien. Y el día solo acababa de empezar.
-Vaya debería dejar de beber, creo que empiezo a ver visiones. ¿Eso de ahí no es un árbol? Jajajaja, un árbol que habla, ¿es en serio? - dijo uno de los borrachos.
Eso era lo último que necesitaba oír en ese momento. No estaba de humor para aguantar las estupideces de aquella gente y menos aun para soportar las burlas sobre su curioso aspecto. Debía echarlos de allí y punto, sin alargar más la situación. Sin mediar palabra, generó varias ramas a partir de su cuerpo y sujetó con ellas a todos los del tejado, al mismo tiempo que los bajaba al suelo lentamente. Quería que supieran que no debían volver allí.
-Más os vale largaros de aquí. ¡Ahora! -dijo con el tono de voz más serio y grave del que fue capaz. -Y si volvéis, yo mismo me encargaré de poneros en un bote y lanzaros al mar. ¿Está claro?
Esperaba que con aquello bastara, de lo contrario tendría que emplear otro tipo de métodos más bruscos. Curiosamente empezaba a comprender en cierta medida algunos de los métodos que empleaban los agentes del CP para obligar a la gente a evacuar, algo que no le gustaba en absoluto. Y por si fuera poco todavía tenía que lidiar con el problema de que faltasen dos miembros del Ouka Shichibukai a pocas horas del comienzo de la ejecución. Hasta que llegasen los almirantes no podría informar a nadie sin arriesgarse a que cundiera el miedo entre las tropas. Supuso que no tendría más remedio que informar al resto de Shichibukais. Realmente estaba siendo un mal día.
El marine se limpió el zapato contra el borde del tejado y bajó la espada cuando vio que aquellos tipos no representaban una amenaza. Solo eran un grupo de jóvenes ebrios que estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado. No parecían saber que ese tejado sobre el que estaban era uno de los enclaves más importantes para la defensa de la ciudad, de hecho ni siquiera parecían ser conscientes de la situación ni de la batalla que se iba a desencadenar. Realmente debían ser idiotas. Unos idiotas a los que debía echar de allí de inmediato.
-Oye Alika, encárgate de que se marchen y vayan a... -El hombre-árbol se quedó boquiabierto. ¿Dónde demonios estaba la chica? Debería haberle seguido hasta lo alto del tejado pero en vez de eso se había largado. Realmente no podía fiarse de esa gente. Empezaba a estar furioso, todo aquello se estaba descontrolando y nada parecía salirle bien. Y el día solo acababa de empezar.
-Vaya debería dejar de beber, creo que empiezo a ver visiones. ¿Eso de ahí no es un árbol? Jajajaja, un árbol que habla, ¿es en serio? - dijo uno de los borrachos.
Eso era lo último que necesitaba oír en ese momento. No estaba de humor para aguantar las estupideces de aquella gente y menos aun para soportar las burlas sobre su curioso aspecto. Debía echarlos de allí y punto, sin alargar más la situación. Sin mediar palabra, generó varias ramas a partir de su cuerpo y sujetó con ellas a todos los del tejado, al mismo tiempo que los bajaba al suelo lentamente. Quería que supieran que no debían volver allí.
-Más os vale largaros de aquí. ¡Ahora! -dijo con el tono de voz más serio y grave del que fue capaz. -Y si volvéis, yo mismo me encargaré de poneros en un bote y lanzaros al mar. ¿Está claro?
Esperaba que con aquello bastara, de lo contrario tendría que emplear otro tipo de métodos más bruscos. Curiosamente empezaba a comprender en cierta medida algunos de los métodos que empleaban los agentes del CP para obligar a la gente a evacuar, algo que no le gustaba en absoluto. Y por si fuera poco todavía tenía que lidiar con el problema de que faltasen dos miembros del Ouka Shichibukai a pocas horas del comienzo de la ejecución. Hasta que llegasen los almirantes no podría informar a nadie sin arriesgarse a que cundiera el miedo entre las tropas. Supuso que no tendría más remedio que informar al resto de Shichibukais. Realmente estaba siendo un mal día.
Crimson
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Se quitó el finísimo tanga y Crimson pudo descubrir, por fin, que ocultaba aquella chica bajo su escasa indumentaria, si es que le podía llamar así. Una mata de pelo, digno del mejor de los afros, asomó de entre sus piernas y, sin saber muy de de dónde aunque se lo imaginaba, sacó un polo e intentó metérselo a la fuerza a la boca. -¡Eso sí que no!- gritó furioso. -Puedo soportar lo del polo, puedo aguantar lo de que me trates como a un juguete e incluso puedo tolerar el trabuco... ¡PERO MIRA QUE NO DEPILARTE!- estalló, furioso e indignado, la apartó de encima de él. Las otras le miraron extrañadas por todo lo sucedido.
Se fue directamente a por sus pertenencias, ignorando a las otras. Las recogió todas y se marchó del lugar todavía desnudo. Cerró la puerta y dejó a esas tres tras él y sin complacerlas. Entonces escuchó "brbrbrbrbrbrbrbrbrbrbrbrbrbrbr" de entre sus ropas. Era su den den mushi el que sonaba. -"¿Para qué me llamará Rose?"- pensó. Sin embargo al conntestar no fue su dulce voz la que escuchó, sino de la de uno de los nuevos tripulantes, el lechugo, Midorima. Este le contó su plan de robar un barco para dirigirse a Loguetown. Sin embargo de esa breve conversación hubo algo que le desconcertó "solo faltan tú y Abyss, así que si puedes tráelo contigo". El no recordaba a ver visto a Abyss, ni ayer por la noche cuando llegó al barco para festejar el reencuentro ni, ahora que lo pensaba más detenidamente, tampoco recordaba haberlo visto mientras sobrevolaba la isla. Lo cierto era que tampoco había visto a otros más, así que en parte le parecía hasta normal no encontrar a todos. ¿Dónde cojones se habría metido?Con esta información dada y puesto que no tenía ni idea de dónde se podría encontrar decidió no buscarlo, pues probablemente estaría perdido, como él, en algún local lleno de amables señoritas. Esperaba que al menos ahí sí estén depiladas.
Varias personas se alarmaron al verlo desnudo en el pasillo. También vio a par de jovencitas que se les escapaba una risilla que intentaban ocultar con sus manos mientras le escaneaban con la mirada. Se sentía orgulloso de su cuerpo y de la reacción que provocaba en muchas de ellas. Así pues, decidió ponerse el mono rojo, en lugar de sus ropas normales pararegodearse estar más cómodo, sin usar calzoncillos ni nada para que estos no sobresalieran . Y lo cierto era que realmente lo era. Estaba perfectamente entallado y le marcaba hasta el más sutil de sus músculos -"Ahora entiendo por qué a Deadpool le encantan tanto este tipo de trajes. No dejan nada a la imaginación"- pensó orgulloso mientras hacía poses típicas de físico-culturista. -"Encima es la ostia de elástico"- se puso su característico abrigo rojo por encima y decidió ir al puerto, que no quedaba demasiado lejos de su punto actual. Se preguntaba si encontrarían otro barco tan bueno como el Red Love Machine. -"Espero que por lo menos este tenga Jacuzzi"- se dijo a sí mismo mientras caminaba por las calles, no sin antes haber dejado algunos berries por los servicios no prestados, y se dirigía al puerto. Desde esa posición no tardaría ni cinco minutos. No necesitaba ir volando.
Se fue directamente a por sus pertenencias, ignorando a las otras. Las recogió todas y se marchó del lugar todavía desnudo. Cerró la puerta y dejó a esas tres tras él y sin complacerlas. Entonces escuchó "brbrbrbrbrbrbrbrbrbrbrbrbrbrbr" de entre sus ropas. Era su den den mushi el que sonaba. -"¿Para qué me llamará Rose?"- pensó. Sin embargo al conntestar no fue su dulce voz la que escuchó, sino de la de uno de los nuevos tripulantes, el lechugo, Midorima. Este le contó su plan de robar un barco para dirigirse a Loguetown. Sin embargo de esa breve conversación hubo algo que le desconcertó "solo faltan tú y Abyss, así que si puedes tráelo contigo". El no recordaba a ver visto a Abyss, ni ayer por la noche cuando llegó al barco para festejar el reencuentro ni, ahora que lo pensaba más detenidamente, tampoco recordaba haberlo visto mientras sobrevolaba la isla. Lo cierto era que tampoco había visto a otros más, así que en parte le parecía hasta normal no encontrar a todos. ¿Dónde cojones se habría metido?Con esta información dada y puesto que no tenía ni idea de dónde se podría encontrar decidió no buscarlo, pues probablemente estaría perdido, como él, en algún local lleno de amables señoritas. Esperaba que al menos ahí sí estén depiladas.
Varias personas se alarmaron al verlo desnudo en el pasillo. También vio a par de jovencitas que se les escapaba una risilla que intentaban ocultar con sus manos mientras le escaneaban con la mirada. Se sentía orgulloso de su cuerpo y de la reacción que provocaba en muchas de ellas. Así pues, decidió ponerse el mono rojo, en lugar de sus ropas normales para
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El joven leopardo está al junto a los fugitivos corriendo por la base militar hasta el punto de encuentro entre Meneror y el marine que les entregó las llaves para que pudieran huir. Hyo está pensando ya en la manera de huir de la base de forma discreta para que los marines que están nerviosos no nos vean y se desate un caos que solo nos perjudicaría, pero el problema es cómo convencerlos de que me acompañen a Loguetown pues el gato no tiene ni el poder ni la influencia para convencerlos por sí mismo así que tendrá que buscar algún argumento de peso para que lo acompañen. El gato mientras piensa mueve su cola creando imágenes como un signo de interrogación o un pequeño círculo inconscientemente.
El joven felino piensa hasta que finalmente dice Escuchad, si queréis divertiros he escuchado que habrá una especie de guerra en Loguetown donde podréis hacer lo que queráis sin importar lo que sea. Pero primero debemos salir de aquí cuanto antes y sin llamar la atención para que no nos retrasemos. Yo entré aquí por un campo de árboles que pueden servir para cubrirnos y creo que está por aquí cerca. Tras decir eso el revolucionario empieza a correr parando a cada esquina para comprobar si hay marines por los alrededores y si ve que no hay nadie sigue corriendo rumbo a la arboleda por la que entró.
El joven felino piensa hasta que finalmente dice Escuchad, si queréis divertiros he escuchado que habrá una especie de guerra en Loguetown donde podréis hacer lo que queráis sin importar lo que sea. Pero primero debemos salir de aquí cuanto antes y sin llamar la atención para que no nos retrasemos. Yo entré aquí por un campo de árboles que pueden servir para cubrirnos y creo que está por aquí cerca. Tras decir eso el revolucionario empieza a correr parando a cada esquina para comprobar si hay marines por los alrededores y si ve que no hay nadie sigue corriendo rumbo a la arboleda por la que entró.
Haine Rammsteiner
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- Detalles para Nat:
- Lamento la longitud del post, la mayoría es contenido no útil para la trama pero totalmente necesario para mi trama personal con Eris, y ya que se nos ha planteado la oportunidad queríamos aprovecharlo (Nótese que en ningún momento hay +18 ni nada así). Por tanto puede leerse muy por encima el post (el spoiler no es necesario) si anda con prisa, muchas gracias :3
La luz del Sol cegó al albino que no tardó en abrir los ojos y abandonar las tierras de morfeo mientras trataba de frenar aquella luminosidad que le traía dolor de cabeza. Se tapó con las sábanas blancas de su cama ocultando su cuerpo parcialmente desnudo, es decir, sin camiseta, mientras se revolvía sobre su cuerpo tratando de descubrir dónde narices se encontraba. La cabeza le dolía ligeramente, como si un trozo de metal helado se hubiera instalado en su cerebro haciendo presión hacia los lados e impidiéndole pensar con claridad. Volvió a girarse para observar a través del borde de la sábana una botella completamente vacía de algún licor caro que había sido el vasito de leche antes de dormir del peliblanco, y probablemente de la mujer aunque eso no lo recordaba. De pronto se dio cuenta, Eris, girándose de nuevo y alzando la mano para comprobar si seguía allí tocarle a la altura de la cintura el hueso de la pelvis en un costado. Suspiró mientras, en la otra mesilla, otra botella del mismo alcohol permanecía sin ningún tipo de contenido. Ahora la pregunta era clara, ¿habría bebido el albino por dos o habría sido la muchacha la que también se había desmelenado?
- Last Night (Flashback noche anterior):
- Dos botellas del vino más caro de aquel mar habían sido sustraidas con tremenda facilidad por el ratero de ojos rojos, obviamente utilizando su poder, y ahora estaban a punto de ser ingeridas por aquellos dos jóvenes que volvían a su habitación de hotel bastante animados. De hecho Haine ya había probado la suya haciendo que sus mejillas se sonrojaran ligeramente, caminando con un brazo por encima de su compañera mientras se reía buscando diversión. No estaba borracho, solo ligeramente animado. Entraron por la puerta principal del hotel con un fuerte porrazo producto de la pierna derecha de Haine, mas nadie pareció quejarse ni tampoco hubo ruidos que indicaran quejas mientras subían las escaleras como si uno de los dos hubiera contado un buen chiste, a carcajadas. En verdad no es que quedara mucha gente en aquel hotel.
Llegaron a la habitación que tenían reservada y tras varios intentos el peliblanco disistió, utilizando su poder para poseer la llave y que esta misma fuera la que abriera la cerradura mientras él le daba un nuevo trago a aquella botella. La puerta se abrio y fueron recibidos por un aparentemente cansado Shiro que los observaba como si se dijera a sí mismo que eran algo irresponsables. Para la tranquilidad de ambos muchachos, el perro había cuidado el lugar y el Gato se había quedado dormido y además había comido hacía bastante poco, por lo que era bastante probable que no se despertara en toda la noche. Haine le guiñó disimuladamente un ojo a Shiro que bufó durante unos segundos y se acurrucó en el otro extremo de la habitación cayendo dormido casi al instante. Con un simple movimiento de manos un mechero salió corriendo de su bolsillo y escaló de forma asombrosa la cama, saltando encima de las mesitas de noche una a una y encendiendo las velas como si le fuera la vida en ello, tras lo cual cayó inanimado sobre un cajón medio abierto. —Buen trabajo...— murmuró Haine mientras se quitaba las botas y abría la ventana para sentir la brisa nocturna golpear su rostro.
Cayó en la cama como un peso muerto y de espaldas, tras lo que se llevó la botella a los labios y dejó su interior a tan solo un tercio de su capacidad mientras el color de sus mejillas seguía intensificándose, sus párpados se entrecerraban y sus músculos tardaban cada vez más en reaccionar. Qué irresponsable. Dejó la botella encima de la mesa tambaleándose como si hubiera estado a punto de volcarse y buscó a su hermana adoptiva con la mirada, sonriéndole como si fuera un niño que acabara de realizar una travesura y todo esto boca arriba y de espaldas a ella. Todo estaba bien, si algo pasaba Shiro los protegería y Eris era una pila eléctrica por lo que no había que preocuparse. La noche continuó con risas, charlas y bromas hasta que la cera de las velas se consumió, el líquido de las botellas se acabó y parecía que el mundo volvía a iluminarse de nuevo por la salida del Sol, aunque aún quedaba un buen rato hasta que se hiciera verdaderamente de día.
Haine, cansado, bebido y sin camiseta, se había quedado dormido apoyado en ella y en su espalda como si hubieran dormido en esa posición a propósito. En verdad se apreciaban como para dormir así, pero el orgullo era algo que se lo habría impedido y que solo el alcohol había podido ahogar para permitírselo. Aunque había una cosa que ni el más poderoso de los orgullos podría ignorar, y era que borracho o no le encantaba como olía su cuello y su pelo.
Procedió a levantarse, no sin antes observar el cuello de su compañera que se le hizo extrañamente apetecible. Los efectos del alcohol habían pasado y no iba a ser él el que lanzara su orgullo por la borda, por lo que lo convirtió en un juego y se acercó lentamente hacia ella hasta colocarse a la altura de su cuello. Acto seguido le dio un suave mordisco con el que pretendía despertarla y al mismo tiempo satisfacer su curiosidad, tras el cual se levantó con una pequeña risa traviesa. —¡Arriba hermanita! Se nos han pegado las sábanas...— pronunció mientras observaba la habitación. En verdad parecía que había pasado un tifón por allí, pues había varios objetos decorativos y de las maletas de Haine y Eris por el suelo pero bien sabía el primero que por mucho que bebiera no habría realizado nada extraño con ella. Además parecía que el perro no se encontraba por allí y parecía como si hubiera ido a investigar, algo bastante curioso pues no tenía ni idea de la hora que era.
—No tienes tiempo para ducharte así que...— dijo deteniéndose durante un instante planteándose la posibilidad, girando la cabeza para mirarla y alzando una ceja. No obstante no cambió de parecer. —Así que date prisa y prepárate, saldremos en cuanto localice a Shiro. No quiero perderme la ejecución de la pirata, y por lo que he oído la zona no va a ser para nada segura.— decía mientras se colocaba la camisa y abrochaba los botones. El resto de prendas consistía en unos piratas vaqueros y unas botas, además de obviamente la ropa interior. Cuando estaba a punto de asomarse por la ventana para ver si localizaba al animal un ruido llamó su atención en la puerta de la habitación, dejando ver al susodicho cánido que había abierto el pomo que impedía la entrada con habilidad y astucia. Cargaba un arnés en el cual habia una pequeña bolsa donde estaba el felino. Gato, como aún lo seguía llamando Haine por costumbre, era el felino mascota de Eris, aunque tanto para ella con el felino como para Haine con el perro no eran mascotas, sino verdaderos nakamas.
Golpeó algo oculto bajo una tela con los nudillos y comenzó a bajar por las escaleras del hotel, haciendo que Shiro lo siguiera cargando con el felino y de debajo de la tela apareciera su ABR, la máquina de guerra que había diseñado y que era una auténtica torreta móvil. La iban a necesitar probablemente para garantizar su seguridad, por lo que era buena idea haberla traído hasta allí. En la recepción no se encontró a nadie, así como tampoco en la puerta de aquel hotel por lo que dedujo que la evacuación ya había terminado y allí solo quedaban marines, piratas, bandidos, revolucionarios y aquellos que tuvieran cojones para presenciar la ejecución esquivando a todos los anteriores. Haine, orgulloso, era uno de esos últimos. Había llegado hasta allí para contemplar aquel hecho histórico y, ya de paso, tratar de aprovechar la situación para su propio beneficio. Al fin y al cabo había grandes identidades por la zona y nunca se sabía la de cosas que se podían "encontrar".
Las habilidades del albino robando eran, debido al poder de su akuma no mi, extremadamente buenas. Había robado un banco sin que nadie lo detectara y aquello era lo que le había permitido construir la máquina que lo acompañaba, así como las armas que había comprado con los diferentes tipos de munición que había aprendido a crear. Pero su objetivo era más grande, sabía que había espadas muy poderosas que podían ser vendidas por una gran cantidad o que Eris podía utilizar, por lo que sería un paso más para poder cumplir algún día su sueño. Tan solo tenía que encontrar el momento. —¡¡Vamos Eris!! Joder, las mujeres siempre tarde...— gritó sin ningún tipo de cuidado y sin siquiera comprobar si la mujer había bajado ya o no, por lo que podía estar equivocado.
Tras unos segundos se asomó por la puerta y miró en las dos direcciones, sabía cuál le llevaría directamente hasta la plaza y esa sería la que tomarían. Irían con cuidado, con el mantra activado a pesar de que era muy poco efectivo tratando de detectar cuando alguien se les acercara para esconderse. No querían que los viera nadie, al menos no en un principio, por lo que caminarían por "la sombra" hasta que la oportunidad se diera intentando no ser alcanzados por la mirada de nada ni nadie, como perros callejeros escondiéndose entre los callejones.
[Acciones tomadas: Beber durante toda la noche, despertar con resaca, salir del hotel y avanzar rumbo a la plaza manteniendo las distancias y con precaución (Haki Mantra)]
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Una sonrisa se formo en los labios resecos de la Leona de Buchenwald. Permanecía sentada en un tronco, con el Den Den Mushi en una mano derecha y la correa de sus máscara recargada en su regazo, deslizándose entre los dedos de la otra mano. A su lado se hallaban abandonados su cuadernillo de anotaciones y sus gafas de lectura que recién se había quitado para responder. Las piernas, pese a ser una mujer, estaban acomodada de manera vaga y a su postura la acompañaba un aire apático. Chasqueó la lengua antes de contestar.
─Ah, pero si estaba muy cómoda, esperando ordenes aquí hace siete horas─ Rezongo a manera de juego a sus superiores y sin esperar recibir respuesta a sus típicas impertinencias escucho como se colgaba la llamada. Emitiendo un gruñido de cansancio se levanto y se dispuso a guardar sus cosas.
Al fin, tras horas de esperar ordenes sobre una misión de la que por ser soldado apenas no se le había hablado mucho, habría movimiento. Y bueno, ir a esa taberna era una ''Solicitud y orden'' Más bien una orden. ¿Pero quien era ella para reprochar los malos modos? Guardo su cuaderno bajo su chaqueta y miro la máscara tras pensar unos segundos en su encomienda.
No, ahora lo que le convenía era pasar desapercibida y en un pueblucho como Loguetown, una máscara de médico llamaría la atención. Sobre todo si había miembros de la Cipher Pol que se sabían todas y estaban en todo. Y Al parecer. el acontecimiento era lo suficientemente grande como para considerarse idiota si se buscaban problemas.
Era curioso como siempre habían problemas en la ciudad donde nació y murió el hombre más problemático de la historia. Quizá su espiritu seguía ahí, sonriendo e iniciando piratas para sacar de quicio al gobierno mundial.
Pero que pendejadas piensas, Katrina. Se dijo mientras cayo en cuenta que su mente se dispersaba más de lo necesario. Recogió su cabello dorado en una coleta alta y se puso sus gafas con la idiota pero válida idea de tener un aspecto más inofensivo. Llevaba unos shorts cortos, botas altas, una chaleco negro y una camisa blanca arremangada, si no parecía civil, bien podria hacerse pasar por una mesera, o algo así.
Entonces emprendió su camino a través del bosque hacia el norte para llegar a la ciudad y encontrarse en la taberna Gol D Roger con el susudicho Takeru Shiromori.
¿Quien podría sospechar de ella?
─Ah, pero si estaba muy cómoda, esperando ordenes aquí hace siete horas─ Rezongo a manera de juego a sus superiores y sin esperar recibir respuesta a sus típicas impertinencias escucho como se colgaba la llamada. Emitiendo un gruñido de cansancio se levanto y se dispuso a guardar sus cosas.
Al fin, tras horas de esperar ordenes sobre una misión de la que por ser soldado apenas no se le había hablado mucho, habría movimiento. Y bueno, ir a esa taberna era una ''Solicitud y orden'' Más bien una orden. ¿Pero quien era ella para reprochar los malos modos? Guardo su cuaderno bajo su chaqueta y miro la máscara tras pensar unos segundos en su encomienda.
No, ahora lo que le convenía era pasar desapercibida y en un pueblucho como Loguetown, una máscara de médico llamaría la atención. Sobre todo si había miembros de la Cipher Pol que se sabían todas y estaban en todo. Y Al parecer. el acontecimiento era lo suficientemente grande como para considerarse idiota si se buscaban problemas.
Era curioso como siempre habían problemas en la ciudad donde nació y murió el hombre más problemático de la historia. Quizá su espiritu seguía ahí, sonriendo e iniciando piratas para sacar de quicio al gobierno mundial.
Pero que pendejadas piensas, Katrina. Se dijo mientras cayo en cuenta que su mente se dispersaba más de lo necesario. Recogió su cabello dorado en una coleta alta y se puso sus gafas con la idiota pero válida idea de tener un aspecto más inofensivo. Llevaba unos shorts cortos, botas altas, una chaleco negro y una camisa blanca arremangada, si no parecía civil, bien podria hacerse pasar por una mesera, o algo así.
Entonces emprendió su camino a través del bosque hacia el norte para llegar a la ciudad y encontrarse en la taberna Gol D Roger con el susudicho Takeru Shiromori.
¿Quien podría sospechar de ella?
[Acciones tomadas: Ir hacia la taberna, moverse hacia el norte desde el oeste]
Date Musashi
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Una de las puertas que abrió le llevó a una habitación algo más iluminada que el oscuro pasillo por el que había estado. Era una habitación extraña y por lo que su ojo le mostró parecía que había dado en el clavo de toda aquella situación. El lugar donde se creaban aquellos extraños objetos como el que ahora recorría su cuerpo a través de sus ropajes y le daba pequeños calambres cariñosos, distrayéndolo parcialmente de su tarea. La máquina parecía muy complicada especialmente para alguien como Date Musashi que no tenía conocimiento alguno en maquinaría, robótica o nada por el estilo. Pudo ver también una cesta con varias frutas y por su mente se cruzó la posibilidad de que una de ellas fuera una akuma no mi, o incluso todas ellas. Sabía el precio que podían alcanzar en el mercado negro y la ayuda que podía proporcionarle, pero no estaba interesado en enfrentarse al gobierno por el momento y había que decir que aunque no le gustara nada aquello, era muy profesional en su trabajo. También había varios objetos, cosa que le hizo preguntarse al semigigante por qué elegían objetos como aquellos y no verdaderas máquinas de guerra, aunque quizás es que no podían hacerlo con objetos demasiado grandes.
En cualquier caso algo más llamó la atención, una lista de inventario con todas las creaciones de aquella máquina que sin duda sería una prueba maravillosa de todo aquello, junto al ratón eléctrico que ahora se había detenido durante unos segundos. Alzó una ceja con curiosidad mientras percibía una presencia a su espalda, dándose la vuelta para observar a un aparente animado Brack. Le explicó de qué iba todo aquello, quizás pensaba que el semigigante tenía curiosidad y le había dicho aquello para que fuera a ayudarle. Quizás lo mataría en cuanto saliera de la puerta, confiado, pues había sospechado de él desde que no cumplió su orden... No podía saberlo, solo seguir aquel juego de espionaje e infiltración. Le había pedido que lo siguiera pues lo necesitaba arriba, y es lo que haría a continuación. Pero antes de eso y cuando Brack se había alejado, tomó la lista del inventario y la guardó por dentro de sus ropajes en algún bolsillo interno para esconderlo.
Procedió a seguir a Brock dispuesto a mantener su tapadera todo lo que pudiera. Había pensado en investigar un poco más por aquella sala, pero la única pregunta que le faltaba por contestar era de dónde sacaban todas aquellas akumas no mis de tipo zoan, y no creía que fuera a encontrar la respuesta en la fábrica de producción sino que las akumas serían transportadas hasta allí de alguna forma. Por tanto, la idea de seguir de buen rollo con el líder de los pasteleros era la más segura por el momento, ya que con suerte le explicaría de dónde sacaban todas aquellas frutas si conseguía ganarse su confianza de nuevo o, en el caso de no haberla perdido, elevarla todavía más para que pudiera contarle sus más oscuros secretos. El Mantra seguía activo, preparado para reaccionar en caso de que Brack le esperara a la vuelta de la esquina para dejarlo K.o, lo seguiría hasta la entrada de la tienda y allí esperaría alguna orden más, pese a que sabía perfectamente que su trabajo consistiría en derrotar a sus compañeros del Cipher Pol. No tenía ningún problema en hacerlo para mantener su tapadera, solo esperaba que no fueran tan tontos como para echarla a perder.
[Acciones tomadas: Tomar la lista de inventario, seguir a Brack hasta la entrada de la tienda (Haki Mantra activo)]
En cualquier caso algo más llamó la atención, una lista de inventario con todas las creaciones de aquella máquina que sin duda sería una prueba maravillosa de todo aquello, junto al ratón eléctrico que ahora se había detenido durante unos segundos. Alzó una ceja con curiosidad mientras percibía una presencia a su espalda, dándose la vuelta para observar a un aparente animado Brack. Le explicó de qué iba todo aquello, quizás pensaba que el semigigante tenía curiosidad y le había dicho aquello para que fuera a ayudarle. Quizás lo mataría en cuanto saliera de la puerta, confiado, pues había sospechado de él desde que no cumplió su orden... No podía saberlo, solo seguir aquel juego de espionaje e infiltración. Le había pedido que lo siguiera pues lo necesitaba arriba, y es lo que haría a continuación. Pero antes de eso y cuando Brack se había alejado, tomó la lista del inventario y la guardó por dentro de sus ropajes en algún bolsillo interno para esconderlo.
Procedió a seguir a Brock dispuesto a mantener su tapadera todo lo que pudiera. Había pensado en investigar un poco más por aquella sala, pero la única pregunta que le faltaba por contestar era de dónde sacaban todas aquellas akumas no mis de tipo zoan, y no creía que fuera a encontrar la respuesta en la fábrica de producción sino que las akumas serían transportadas hasta allí de alguna forma. Por tanto, la idea de seguir de buen rollo con el líder de los pasteleros era la más segura por el momento, ya que con suerte le explicaría de dónde sacaban todas aquellas frutas si conseguía ganarse su confianza de nuevo o, en el caso de no haberla perdido, elevarla todavía más para que pudiera contarle sus más oscuros secretos. El Mantra seguía activo, preparado para reaccionar en caso de que Brack le esperara a la vuelta de la esquina para dejarlo K.o, lo seguiría hasta la entrada de la tienda y allí esperaría alguna orden más, pese a que sabía perfectamente que su trabajo consistiría en derrotar a sus compañeros del Cipher Pol. No tenía ningún problema en hacerlo para mantener su tapadera, solo esperaba que no fueran tan tontos como para echarla a perder.
[Acciones tomadas: Tomar la lista de inventario, seguir a Brack hasta la entrada de la tienda (Haki Mantra activo)]
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Midorima tuvo que retroceder un par de pasos al notar que Sting le estaba hablando, todo indicaba que no le gustaba el plan del peli verde pero tampoco importaba lo que decía, aunque se estuvo a punto de marchar cuando la capitana logró recuperar un rato la consciencia para decirle al cubo de hielo andante que lo mejor era estar juntos, y fue entonces que Ikaru dijo lo que había que hacer, conseguir un barco con una buena enfermería y también con una buena cocina, la idea de la cocina no era tan descabellada ya que a decir verdad si tenía un poco de hambre y al parecer Arribor estaba dispuesto a cocinarles algo. A fin de cuentas, todo indicaba que la idea de Shintaro no era tan descabellada. Así que al ver que Rose nuevamente se desmayaba, se la volvió a cargar al hombro para luego esperar a que alguien más hablara, tenía que hacerlo ya que por la reacción de Sting aun debían esperar que es lo que iba a hacer.
Pero algo le estaba incomodando al joven pirata y era la presencia de ese desconocido, un joven de pelo grisáceo, de una estatura baja y bastante joven, parecía todo un niño pero al parecer nadie de la banda le estaba prestando mucha atención excepto Arribor que le dijo un par de palabras, pero aun así al peli verde no le gustaba la idea de tenerlo tan cerca a ese sujeto, algo le decía que era una mala idea y un pésimo negocio, aunque quizás podrían aprovecharlo de alguna manera…esa buena voluntad era un punto débil a considerar, pero no quiso decir nada ya que no era el tipo de personas que se aprovechaba de la gente y menos si parecían niños y fue entonces que se acordó de Crimson, le había dicho que se fuera al puerto ya que ahí es donde todos lo iban a esperar así que les dijo a los demás:
Midorima: Entonces iremos a robar el barco, y aparte le dije a Crimson que lo esperaríamos ahí…aunque por ahora yo no estoy en condiciones de luchar por tener que llevar a la capitana, se los encargo chicos. Que sea un barco enorme y muy bueno.
Dijo con una sonrisa para luego esperar alguna respuesta de ellos o bien si el joven de pelo gris se unía a la acción pues era tan fácil de dejarlo en tierra y en el barco solo ir los de la banda, no es que fuera un problema tan grande así que todo estaba preparado, pero se quedó esperando alguna respuesta por parte de sus nakamas.
Pero algo le estaba incomodando al joven pirata y era la presencia de ese desconocido, un joven de pelo grisáceo, de una estatura baja y bastante joven, parecía todo un niño pero al parecer nadie de la banda le estaba prestando mucha atención excepto Arribor que le dijo un par de palabras, pero aun así al peli verde no le gustaba la idea de tenerlo tan cerca a ese sujeto, algo le decía que era una mala idea y un pésimo negocio, aunque quizás podrían aprovecharlo de alguna manera…esa buena voluntad era un punto débil a considerar, pero no quiso decir nada ya que no era el tipo de personas que se aprovechaba de la gente y menos si parecían niños y fue entonces que se acordó de Crimson, le había dicho que se fuera al puerto ya que ahí es donde todos lo iban a esperar así que les dijo a los demás:
Midorima: Entonces iremos a robar el barco, y aparte le dije a Crimson que lo esperaríamos ahí…aunque por ahora yo no estoy en condiciones de luchar por tener que llevar a la capitana, se los encargo chicos. Que sea un barco enorme y muy bueno.
Dijo con una sonrisa para luego esperar alguna respuesta de ellos o bien si el joven de pelo gris se unía a la acción pues era tan fácil de dejarlo en tierra y en el barco solo ir los de la banda, no es que fuera un problema tan grande así que todo estaba preparado, pero se quedó esperando alguna respuesta por parte de sus nakamas.
Steve
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Seguí al pirata a recuperar sus pertenencias y con un intercambio rápido, terminamos el objetivo que teníamos, tras hacer eso el minino se puso a hacer formas extrañas con la cola ¿Qué estaría pensando?
Al cabo de un tiempo acabo revelando lo que pensaba, quería llevarnos a Loguetown para una “guerra” y nos incitaba a ir para hacer lo que quisiésemos a parte de indicarnos un camino de huida de aquella instalación marine, era extraño y no conocía a ninguno de los allí presentes, cualquiera de ellos podía estar bajo las ordenes del gobierno mundial, pero aun así no sabía cómo salir de aquella prisión ¿Me arriesgaba a seguirle aun sabiendo que podría ser un aliado del gobierno o buscaba mi propio camino? Como no tenía mucho tiempo decidí seguir al gatete gigante que corría por el lugar parando a cada esquina e intentando ser los más sigiloso posible.
Yo seguía sus pasos lo más rápido que podía pero intentando hacer el menor ruido posible, pues al seguir en una base marine tendrían mi cara en varios carteles y varios de ellos se la sabrían de memoria y no quería acabar en una celda después de haber huido recientemente, aunque cuando saliésemos de la prisión quería saber sus nombres para ver qué rumbo tomar.
Al cabo de un tiempo acabo revelando lo que pensaba, quería llevarnos a Loguetown para una “guerra” y nos incitaba a ir para hacer lo que quisiésemos a parte de indicarnos un camino de huida de aquella instalación marine, era extraño y no conocía a ninguno de los allí presentes, cualquiera de ellos podía estar bajo las ordenes del gobierno mundial, pero aun así no sabía cómo salir de aquella prisión ¿Me arriesgaba a seguirle aun sabiendo que podría ser un aliado del gobierno o buscaba mi propio camino? Como no tenía mucho tiempo decidí seguir al gatete gigante que corría por el lugar parando a cada esquina e intentando ser los más sigiloso posible.
Yo seguía sus pasos lo más rápido que podía pero intentando hacer el menor ruido posible, pues al seguir en una base marine tendrían mi cara en varios carteles y varios de ellos se la sabrían de memoria y no quería acabar en una celda después de haber huido recientemente, aunque cuando saliésemos de la prisión quería saber sus nombres para ver qué rumbo tomar.
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