Steve
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Akuma no mi
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Al parecer el dragón había encontrado algo debajo del cofre en el que había estado rebuscando, o eso supuse, ya que no le había puesto la vista encima y solo mire cuando dijo que había encontrado algo. Así que además de dragón también eres un buen sabueso, que gran mascota serías o frases de ese estilo se formulaban en mi mente, con la clara intención de picar al pelirrojo que usualmente caía en esas cosas y respondía. Pero preferí no hacerlo, además de que un pequeño temblor, insuficiente como para mover mucho la silla en la que estaba sentado, aunque debido al extraño momento para aparecer sí que me sorprendió al principio.
En medio del terremoto, pude oír un gritito y ver como Mura caía de bruces al suelo, e hice un amago de levantarme pero cuando vi que no tenía ningún daño aparente me quedé quieto. ¿No tenían todos los felinos un equilibrio innato? Bueno, ahora había visto que no. La sombra de una sonrisa se me había dibujado en la cara durante unas pocas milésimas de segundo, lo suficiente como para que fuera imperceptible si no te fijabas.
Al parecer, lo que había encontrado el pelirrojo estaba cerrado y tendría que hacer gala de sus útiles para abrirla. “Absurdo” fue lo único que pensé mientras me quedaba sentado, apoyando mi cara sobre el puño cerrado, que a su vez estaba descansando en uno de los brazos de la silla de madera. Un pequeño temblor volvió a recorrer la casa, esta vez obra del puñetazo que le había asestado a lo que estuviera cerrado. Parecía haberse vuelto más fuerte desde nuestro último encuentro… quizás dentro de algún tiempo volviera a retarle, solo para ver como se desenvolvía.
Ahora sí, se podía ver una sonrisa completamente dibujada en mi cara, hacía mucho que no tenía una buena batalla, tanto que el solo pensar volver a batallar contra el pelirrojo me parecía hasta una buena idea. Lo deseché de mis pensamientos, pero solo porque estábamos ocupados, y volví a echar mano a la guadaña, la cual había guardado inconscientemente al entrar en la casa. Me levanté, esperando ver algún buen resultado ¿o se habría partido la mano al intentarlo? No había oído ningún grito de dolor, así que supuse que no.
En medio del terremoto, pude oír un gritito y ver como Mura caía de bruces al suelo, e hice un amago de levantarme pero cuando vi que no tenía ningún daño aparente me quedé quieto. ¿No tenían todos los felinos un equilibrio innato? Bueno, ahora había visto que no. La sombra de una sonrisa se me había dibujado en la cara durante unas pocas milésimas de segundo, lo suficiente como para que fuera imperceptible si no te fijabas.
Al parecer, lo que había encontrado el pelirrojo estaba cerrado y tendría que hacer gala de sus útiles para abrirla. “Absurdo” fue lo único que pensé mientras me quedaba sentado, apoyando mi cara sobre el puño cerrado, que a su vez estaba descansando en uno de los brazos de la silla de madera. Un pequeño temblor volvió a recorrer la casa, esta vez obra del puñetazo que le había asestado a lo que estuviera cerrado. Parecía haberse vuelto más fuerte desde nuestro último encuentro… quizás dentro de algún tiempo volviera a retarle, solo para ver como se desenvolvía.
Ahora sí, se podía ver una sonrisa completamente dibujada en mi cara, hacía mucho que no tenía una buena batalla, tanto que el solo pensar volver a batallar contra el pelirrojo me parecía hasta una buena idea. Lo deseché de mis pensamientos, pero solo porque estábamos ocupados, y volví a echar mano a la guadaña, la cual había guardado inconscientemente al entrar en la casa. Me levanté, esperando ver algún buen resultado ¿o se habría partido la mano al intentarlo? No había oído ningún grito de dolor, así que supuse que no.
Rei Arslan
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Antes de posarme en el barco me encontré con el shichibukai Derian Markov, tuve un encuentro hace años con él. Por ahora prefería no seguirlo a la isla, investigaría un poco el barco y si no encontraba nada en un rato iría tras él. Estaba sobre el barco que se mantenía a flote y al otro lado seguía hundiéndose la embarcación. Eso me hizo recordar la Dolce Vendetta. Miré hacia arriba y más rayos cayeron del cielo, pero finalmente la tormenta cesó.
Observé a los que estaban en el barco y un chico me llamó la atención. ¿Qué estaba diciendo? Espera... ¿Tetas, bikinis? ¡Un momento! Este tío fue quien me dejó desnuda en una piscina... Ya no lo recordaba, pero sé con seguridad que es él y sino lo es... pues ya pensaré que hago. De todas formas esto no se quedaría así ya que aún debo darle un leve castigo.
La muchacha que le acompañaba y él echaron a volar. Durante unos segundos me quedé sola en el barco. Decidí seguirles ya que iban dirección a la isla y en el barco no parecía haber nada.
-¡Eh, esperadme! - Grité mientras sacaba mis alas de hielo de nuevo y echaba a volar para alcanzarlos sin perderlos de vista.
Observé a los que estaban en el barco y un chico me llamó la atención. ¿Qué estaba diciendo? Espera... ¿Tetas, bikinis? ¡Un momento! Este tío fue quien me dejó desnuda en una piscina... Ya no lo recordaba, pero sé con seguridad que es él y sino lo es... pues ya pensaré que hago. De todas formas esto no se quedaría así ya que aún debo darle un leve castigo.
La muchacha que le acompañaba y él echaron a volar. Durante unos segundos me quedé sola en el barco. Decidí seguirles ya que iban dirección a la isla y en el barco no parecía haber nada.
-¡Eh, esperadme! - Grité mientras sacaba mis alas de hielo de nuevo y echaba a volar para alcanzarlos sin perderlos de vista.
Abby
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Akuma no mi
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Los muchachos nos hablaron de una casa, aquello debía ser que era la sombra que veíamos. No esperaba que fuese dentro. Tal era su osadía que decidieron entrar. Yo miré a Shi y me encogí de hombros siguiéndole. Esperaba que el viniese detrás. Nos adentramos en la casa. Era de piedra y parecía correr el fresco por ella. Dentro había unas escaleras que llevaban hacia arriba y otras hacia abajo.
Avancé unos pasos hacia adelante y me fijé en un póster de la pared. Ladeé un poco la cabeza y me quedé mirando. Hay que ver que cosas más raras tiene la gente... Pero que mal gusto. Dejé de contemplar esa imagen y tratar de borrarla de mi mente aunque sería un tanto difícil.
- Deberíamos bajar hacia el sótano ¿No creéis? - Dije asomándome. - Luego podemos ir hacia arriba o sino dejar la casa e ir hacia afuera. Aunque a saber lo que hay por ahí abajo. - Dije echando mi pelo hacia atrás.
Me apoyé en la pared y pasé la mano por mi vientre. Luego miré a Shi y me acerqué a él y en voz baja le dije. - Tengo hambre. ¿Habrá comida por aquí?
Avancé unos pasos hacia adelante y me fijé en un póster de la pared. Ladeé un poco la cabeza y me quedé mirando. Hay que ver que cosas más raras tiene la gente... Pero que mal gusto. Dejé de contemplar esa imagen y tratar de borrarla de mi mente aunque sería un tanto difícil.
- Deberíamos bajar hacia el sótano ¿No creéis? - Dije asomándome. - Luego podemos ir hacia arriba o sino dejar la casa e ir hacia afuera. Aunque a saber lo que hay por ahí abajo. - Dije echando mi pelo hacia atrás.
Me apoyé en la pared y pasé la mano por mi vientre. Luego miré a Shi y me acerqué a él y en voz baja le dije. - Tengo hambre. ¿Habrá comida por aquí?
Luke Golden Lion
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Akuma no mi
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La rana decidó arriesgarse, y desviar su camino acercándose hacia la sombra. Una vez más su curiosidad le daba impedimento a la continuación de su camino, pero quiza esto era parte de su destino y le sorprendiera lo que abría en aquel lugar. Al acercarse vio una cabaña, parecía estar abandonada durante mucho tiempo, estaba llena de un musgo, que le hacía parecer aun más tenebrosa de lo que era. Su curiosidad y la situación le invitaba a entrar, a averiguar que era lo que ocultaba aquel lugar. Pero ¿acaso era buena idea? Nadie le respondería esta pregunta, su única opción era averiguarlo con sus acciones. entonces empezaría a caminar lentamente hacia la entrada de aquel lugar.
" Espero que esto no sea nada...". Pensó.- ¡Ahhh!- Gritó de la nada, cayendo al suelo luego de oír un rayo caer en aquel lugar. Se levantó unos segundos después tan sólo para oír otros dos rayos. Quiza el mundo le decía que se detuviera, el advertía que no debía continuar. O tan sólo era una casualidad, pero de algo la rana estaba segura. Iba a entrar a aquella casa, y averiguar que había dentro de ella.
- Vamos Glenn, sólo unos pasos más.- Dijo en voz baja, para darse ánimo a sí mismo. Entonces se dispondría a ingresar a aquella cabaña, teniendo en mano su espada por si algo malo pasaba.
" Espero que esto no sea nada...". Pensó.- ¡Ahhh!- Gritó de la nada, cayendo al suelo luego de oír un rayo caer en aquel lugar. Se levantó unos segundos después tan sólo para oír otros dos rayos. Quiza el mundo le decía que se detuviera, el advertía que no debía continuar. O tan sólo era una casualidad, pero de algo la rana estaba segura. Iba a entrar a aquella casa, y averiguar que había dentro de ella.
- Vamos Glenn, sólo unos pasos más.- Dijo en voz baja, para darse ánimo a sí mismo. Entonces se dispondría a ingresar a aquella cabaña, teniendo en mano su espada por si algo malo pasaba.
Worick L. Arcangelo
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Akuma no mi
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Realmente no quería que ninguno de los otros entrara primero al edificio por los posibles peligros que hubieran en este, sin embargo, antes de que me diera cuenta todos ellos estaban dentro del edificio... ¿Cómo me había quedado ausente por tanto rato? ¿Aquella situación era la que me tenía tan preocupado y que me había hecho quedarme ensimismado? Tanto pensar había hecho que empezará a notar como se quejaba mi barriga, ¿acaso ya tenía hambre, o algo de lo que había comido hacía poco me había sentado mal? En cualquier caso no podía pensar en aquello por mucho rato más ya que todos habían entrado al edificio, seguí tan rápido como pude a Kaede para no quedarme más atrás.
Estábamos por fin dentro de aquel edificio y al contrario de lo que esperaba una pequeña corriente de aire fresco corría en su interior, no era especialmente fuerte, pero si lo suficiente como para ver la melena de Kaede moverse un poco. De pronto Kaede paro y depositó su mirada en la pared, un póster de tono algo subido y con cierto gusto extraño estaba colgado en la pared de la sala. Una chica de pelo naranja y cuerpo bastante sugerente era lo que se podía ver en ese póster, estaba claro que la chica estaba de buen ver y que las ropas que llevaban facilitaban verla, pero en realidad no me sentía especialmente atraído por aquella imagen. Aquellos extraños sentimientos que sentía por Kaede me hacían no poder fijarme en ninguna otra chica, ni yo mismo sabía bien porque, pero así era. Bueno, quizás hubiera una mujer más, pero la capitana era... La excepción supongo.
Tras aquel rápido vistazo al póster pude ver como Kaede proponía que fuéramos hacía abajo y si allí no encontrábamos nada siempre podríamos subir o salir de aquel lugar. La verdad es que necesitábamos encontrar algo de comer ya que el hambre empezaba a ser algo bastante notorio y por lo visto no solo para mí. Vi a Kaede tocándose la tripa, suponía que por el mismo motivo y lo que hizo justo después no hizo más que confirmar mis sospechas. Se acercó y me dijo en voz baja que ella también tenía hambre, parecía que aquella hambre estaba empezando a afectarnos a todos. Tras oír aquello me acerqué a Kaede y le susurré al oído. — La verdad es que yo también estoy hambriento.— Esas palabras salieron lentamente de mi boca que se dirigió a su cuello y tras apartar su bonito cabello con mi mano derecha, mordió suavemente su yugular. Tras unos segundos me despegue de su cuello y dejé de oler aquel aroma a vainilla que desprendía. — Deberíamos bajar al sótano a ver si hay algo que podamos comer o quizás algo de interés.— Dije para acto seguido tomar a Kaede de la mano y encaminarme por aquellas escaleras esperando a que nuestros acompañantes nos siguiera. —
Estábamos por fin dentro de aquel edificio y al contrario de lo que esperaba una pequeña corriente de aire fresco corría en su interior, no era especialmente fuerte, pero si lo suficiente como para ver la melena de Kaede moverse un poco. De pronto Kaede paro y depositó su mirada en la pared, un póster de tono algo subido y con cierto gusto extraño estaba colgado en la pared de la sala. Una chica de pelo naranja y cuerpo bastante sugerente era lo que se podía ver en ese póster, estaba claro que la chica estaba de buen ver y que las ropas que llevaban facilitaban verla, pero en realidad no me sentía especialmente atraído por aquella imagen. Aquellos extraños sentimientos que sentía por Kaede me hacían no poder fijarme en ninguna otra chica, ni yo mismo sabía bien porque, pero así era. Bueno, quizás hubiera una mujer más, pero la capitana era... La excepción supongo.
Tras aquel rápido vistazo al póster pude ver como Kaede proponía que fuéramos hacía abajo y si allí no encontrábamos nada siempre podríamos subir o salir de aquel lugar. La verdad es que necesitábamos encontrar algo de comer ya que el hambre empezaba a ser algo bastante notorio y por lo visto no solo para mí. Vi a Kaede tocándose la tripa, suponía que por el mismo motivo y lo que hizo justo después no hizo más que confirmar mis sospechas. Se acercó y me dijo en voz baja que ella también tenía hambre, parecía que aquella hambre estaba empezando a afectarnos a todos. Tras oír aquello me acerqué a Kaede y le susurré al oído. — La verdad es que yo también estoy hambriento.— Esas palabras salieron lentamente de mi boca que se dirigió a su cuello y tras apartar su bonito cabello con mi mano derecha, mordió suavemente su yugular. Tras unos segundos me despegue de su cuello y dejé de oler aquel aroma a vainilla que desprendía. — Deberíamos bajar al sótano a ver si hay algo que podamos comer o quizás algo de interés.— Dije para acto seguido tomar a Kaede de la mano y encaminarme por aquellas escaleras esperando a que nuestros acompañantes nos siguiera. —
Pato Tamashi
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Akuma no mi
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-¿Lo has sentido, Hulk? -Le preguntaba mentalmente mientras me recomponía yo solo de mi caída. -Sí... No es algo normal, pero tampoco grave. Es una ida del momento. Escucha listillo, podemos cambiar de cuerpo si deseas. -Me dijo, en un tono sereno y negociable. -¿Quién es el blando ahora, eh? -Le dije mientras soltaba una pequeña risa. Él refunfuñó y me mandó a tomar viento. No sabía bien qué me había pasado, pero tal vez debiera de comer algo y beber un poco. Así pues tras recomponerme no me lo pensé dos veces antes de coger de aquella pequeña mochila que me preparé.
Comencé a bajar las escaleras con cuidado, debía de llegar hacia el lugar de mis compañeros. Al parecer al final había una sala, completamente blanca cual huevo. Me reincorporé a las mujeres. Se encontraban observando unos cuadros que se colgaban de las paredes... No había ya duda alguna de que efectivamente esto se trataba de algo artificial. No me apasionaba el arte, sin embargo sí que era conocedor de pintores famosos y de sus obras, y ninguna me sonaba. Tal vez fuera de gente menos conocida, o puede que sean más nuevos de lo habitual, pues el arte clásico es el que suele llegar a todos los oídos.
Me pude dar cuenta de que John no se encontraba por aquí. Brillante, realmente pensé lo de las películas de terror a modo de broma, mas parecía ser que esto se estaba comenzando a ir. Lo mejor para todos era que nos encontrásemos y que permanezcamos todos juntos, quién sabe lo que habría a continuación, y a saber qué sería aquello que nos espera.
De pronto se sintió un temblor. Fue como una especie de sacudida... ¿Qué carajos fue eso? No parecía que proviniese de ningún sitio en particular, sino que se sintió por todo el piso, como si hubiera sido la isla entera. Aquello me daba un mal augurio, a ya la vez, más ganas de continuar con la investigación.
Tras haber inspeccionado un poco aquello con lo que nos habíamos encontrado, caminamos hacia una enorme puerta metálica. Seguía sin haber rastro de John. Al lado de la puerta había tres botones, cada uno con un color. Lo más probable es que John hubiera pasado por la puerta. -No creo que le encontremos por ahora, tengo la sensación de que esto viene grande. -Dije haciendo caso omiso a las palabras de la gyojin. -Tengo la sensación de que dependiendo del botón que pulsemos la puerta se abrirá y nos llevará a un lado u a otro. O también es posible que dependiendo del botón que se pulse se abrirá la puerta o no, y en caso segundo tengamos un castigo. Parece divertido. -Dije pensando en voz alta. Pensando en algo más rebuscado tal vez se trate de mi segunda opción y debamos de resolver algún acertijo con los cuadros para descubrir el correcto. Pero sin darme cuenta, al pensar en eso, mi mente me llevó al mundo artístico y una idea me impulsó por un momento.
Sin consultar, sin esperar, sin hablar, y sin nada, pulsé el botón verde. -Este es el único de estos tres colores encontrados que no es primario. Veamos qué nos espera. -Dije con una sonrisa en el rostro, mirando hacia la enorme puerta. Ahora era cuando empezaría la diversión.
Comencé a bajar las escaleras con cuidado, debía de llegar hacia el lugar de mis compañeros. Al parecer al final había una sala, completamente blanca cual huevo. Me reincorporé a las mujeres. Se encontraban observando unos cuadros que se colgaban de las paredes... No había ya duda alguna de que efectivamente esto se trataba de algo artificial. No me apasionaba el arte, sin embargo sí que era conocedor de pintores famosos y de sus obras, y ninguna me sonaba. Tal vez fuera de gente menos conocida, o puede que sean más nuevos de lo habitual, pues el arte clásico es el que suele llegar a todos los oídos.
Me pude dar cuenta de que John no se encontraba por aquí. Brillante, realmente pensé lo de las películas de terror a modo de broma, mas parecía ser que esto se estaba comenzando a ir. Lo mejor para todos era que nos encontrásemos y que permanezcamos todos juntos, quién sabe lo que habría a continuación, y a saber qué sería aquello que nos espera.
De pronto se sintió un temblor. Fue como una especie de sacudida... ¿Qué carajos fue eso? No parecía que proviniese de ningún sitio en particular, sino que se sintió por todo el piso, como si hubiera sido la isla entera. Aquello me daba un mal augurio, a ya la vez, más ganas de continuar con la investigación.
Tras haber inspeccionado un poco aquello con lo que nos habíamos encontrado, caminamos hacia una enorme puerta metálica. Seguía sin haber rastro de John. Al lado de la puerta había tres botones, cada uno con un color. Lo más probable es que John hubiera pasado por la puerta. -No creo que le encontremos por ahora, tengo la sensación de que esto viene grande. -Dije haciendo caso omiso a las palabras de la gyojin. -Tengo la sensación de que dependiendo del botón que pulsemos la puerta se abrirá y nos llevará a un lado u a otro. O también es posible que dependiendo del botón que se pulse se abrirá la puerta o no, y en caso segundo tengamos un castigo. Parece divertido. -Dije pensando en voz alta. Pensando en algo más rebuscado tal vez se trate de mi segunda opción y debamos de resolver algún acertijo con los cuadros para descubrir el correcto. Pero sin darme cuenta, al pensar en eso, mi mente me llevó al mundo artístico y una idea me impulsó por un momento.
Sin consultar, sin esperar, sin hablar, y sin nada, pulsé el botón verde. -Este es el único de estos tres colores encontrados que no es primario. Veamos qué nos espera. -Dije con una sonrisa en el rostro, mirando hacia la enorme puerta. Ahora era cuando empezaría la diversión.
Batmana
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Como siempre el gobierno parecía ser que le ocultaba cosas a los de menor rango, como Amy, pues el Ángel estaba hablando que ellos no habían expuesto toda la información referente al arma y ese lugar. De cierta forma aquel hecho provocaba que la muchacha mordiera su labio inferior de ansias, había escuchado mucha información que logro llamar su atención por momentos, pero debía de comportarse y tratar de entender.
El ser alado era del CP9, una organización del gobierno bastante peligrosa… pero de cierto modo a Amy él no le daba miedo, pues era un Ángel… era imposible que se tratara de una mala persona ¿Verdad? Si bien no tenía el 100% de certeza, la peliazul, prefería guiarse por sus instintos que le decían que Kyle era un “aliado”.
Lo siguiente a analizar era el hecho de que el arma parecía no ser lo que todos creían, eso era bastante extraño… mil y una dudas se formularon en su mente mientras trataba de encontrar hipótesis sobre ese problema.
Por último, el Ángel llegó a un estado emocional en el cual comenzó a derramar algunas lágrimas, ante ese hecho Amy solo logró sacar un pañuelo de su bolsillo mientras se lo ofrecía, a la vez que Happy comenzaba a hacer morisquetas enfrente del alado, para que no llorara.
Todo parecía concluir que ese Ángel había sido engañado por el gobierno y gracias a ello terminó siendo prisionero de los piratas, cosa que le hacía hervir la sangre a Amy cada vez que recordaba la imagen de él en una celda.
-¿Kyle, cuánto tiempo estuviste en el barco pirata?-
En su pregunta quería evitar las palabras como “prisionero”, “esclavo” o “privado de la libertad”... pues eran palabras que Amy odiaba y trataba de borrarlas de su diccionario. A todo esto ella logró escuchar un grito de Alex que se acercaba a donde estaba para tomarla del brazo y comenzar a elevarse por el aire. Amy no entendía nada.
Por un instante su mente se quedó en blanco, no entendía qué estaba ocurriendo, mientras tanto su amigo-Happy- se quedó viéndola sobre la mesa para después comenzar a desesperarse y dar un gran salto hacia la dirección de Alex... que se estaba elevando junto a Amy, para amarrarse en el pantalón del científico. Situación que hizo reír a la jovencita, pero al cabo de unos segundos al ver que se alejaba más del barco y del Ángel ella miró con algo de miedo hacia el rostro de Alex; no le daba pánico la altura, la situación era que ella quería seguir hablando con el Angel.
-¡Kylee, parece que mi superior ya quiere ir a la isla, fué un placer... !-
Ante esas palabras se vio un leve gesto de angustia en su rostro, sin dudas no quería alejarse del Ángel aún, sentía que lo entendía… porque de cierta forma ambos habían experimentado una situación similar y complicada.
Mientras tanto más se alejaba del barco, causando que su vista se posara en el entorno… la niebla estaba desapareciendo y al parecer el mar estaba bajando su marea, sin dudas esos hechos eran muy extraños y relevantes a la científica que miraba hacia todos lados, tratando de encontrar una respuesta… pero eso era casi imposible.
A pesar de que sus orbes veían el paisaje ella trataba de recordar las palabras de Alex… “el tapon” ¿Tapon?... eso era raro, no se le ocurría nada a Amy que tuviera que ver con un tapón, es más…¿Por qué su superior parecía huir? Sin dudas una gran cantidad de preguntas comenzaban a formarse en su cabeza mientras se alejaban del barco, logrando que la peliazul mordiera su labio inferior con algo de molestia; no era que no le gustara que los demás la llevaran a diferentes lugares...simplemente odiaba el hecho de que el Ángel se quedara solo…
-¡Kyle! ¡¿Quieres venir con nosotros?!-
Su grito fue bastante fuerte, mas que nada porque ya se estaban alejando un poco del barco y ella deseaba que sí o sí el Ángel la escuchara. A todo esto se vio como Happy bajó un poco sus orejas, de cierta forma él no soportaba los gritos que su amiga algunas veces daba… eran muy agudos.
Cuando la chica de orbes celestes hizo semejante pregunta comenzó a observar a sus alrededores, de cierta forma tenía miedo de que -en el caso de haber- piratas o gente alrededor supieran la localización de ella, debería de tener más cuidado la próxima vez.
Cuando sus orbes celestes miraron hacia todos lados… pudo observar cómo una mujer comenzaba a acercarse a ellos por el aire, gritando que la esperen. Amy en ese instante pensó que aquella persona los estaba siguiendo por culpa del grito, por lo tanto tomó el bastón que había colocado en su espalda para después zarandearlo en el aire.
Cuando el báculo estuvo activo comenzó a manipular el aire para que el viento diera a favor de la científica y Alex… ¿Su intención? Pues que su superior pudiera ir con mayor velocidad hacia la isla ¿Por qué? Pues… quien sabe si aquella chica no era una loca que quería matarlos. No se arriesgaría.
-Alex, aumenta la velocidad...la chica esa se acerca.-
Ya sea si sus palabras eran verdad o no… solo intentaba que su “sensei” fuera más rápido pues también parecía huir de forma desesperada de ella, posiblemente la conocía y tenía miedo por su fuerza o algo, de todas formas era mejor no arriesgarse.
Mientras tanto Amy seguía manejando el viento para que se impulsen con mayor velocidad, de vez en cuando ella movía su cabeza hacia los costados balanceando por el aire sus hebras azuladas, pues su intención era observar si Kyle los estaba siguiendo o había preferido quedarse en el barco.
-Alex, aun quería seguir hablando con Kyle.-
Su tono fue demandante… pues no entendía varias cosas, una de ellas era él porque su compañero se había puesto de forma tan loca para abandonar el barco y llevarla en el aire, la otra trataba sobre la localización de la chica pelirroja que al parecer estaba lo suficientemente cerca como para escuchar el grito de Amy que seguramente le dio la ubicación. Nada estaba saliendo como la científica quería, y eso le ponía de mal humor… sin mencionar que ahora parecían estar en peligro.
El ser alado era del CP9, una organización del gobierno bastante peligrosa… pero de cierto modo a Amy él no le daba miedo, pues era un Ángel… era imposible que se tratara de una mala persona ¿Verdad? Si bien no tenía el 100% de certeza, la peliazul, prefería guiarse por sus instintos que le decían que Kyle era un “aliado”.
Lo siguiente a analizar era el hecho de que el arma parecía no ser lo que todos creían, eso era bastante extraño… mil y una dudas se formularon en su mente mientras trataba de encontrar hipótesis sobre ese problema.
Por último, el Ángel llegó a un estado emocional en el cual comenzó a derramar algunas lágrimas, ante ese hecho Amy solo logró sacar un pañuelo de su bolsillo mientras se lo ofrecía, a la vez que Happy comenzaba a hacer morisquetas enfrente del alado, para que no llorara.
Todo parecía concluir que ese Ángel había sido engañado por el gobierno y gracias a ello terminó siendo prisionero de los piratas, cosa que le hacía hervir la sangre a Amy cada vez que recordaba la imagen de él en una celda.
-¿Kyle, cuánto tiempo estuviste en el barco pirata?-
En su pregunta quería evitar las palabras como “prisionero”, “esclavo” o “privado de la libertad”... pues eran palabras que Amy odiaba y trataba de borrarlas de su diccionario. A todo esto ella logró escuchar un grito de Alex que se acercaba a donde estaba para tomarla del brazo y comenzar a elevarse por el aire. Amy no entendía nada.
Por un instante su mente se quedó en blanco, no entendía qué estaba ocurriendo, mientras tanto su amigo-Happy- se quedó viéndola sobre la mesa para después comenzar a desesperarse y dar un gran salto hacia la dirección de Alex... que se estaba elevando junto a Amy, para amarrarse en el pantalón del científico. Situación que hizo reír a la jovencita, pero al cabo de unos segundos al ver que se alejaba más del barco y del Ángel ella miró con algo de miedo hacia el rostro de Alex; no le daba pánico la altura, la situación era que ella quería seguir hablando con el Angel.
-¡Kylee, parece que mi superior ya quiere ir a la isla, fué un placer... !-
Ante esas palabras se vio un leve gesto de angustia en su rostro, sin dudas no quería alejarse del Ángel aún, sentía que lo entendía… porque de cierta forma ambos habían experimentado una situación similar y complicada.
Mientras tanto más se alejaba del barco, causando que su vista se posara en el entorno… la niebla estaba desapareciendo y al parecer el mar estaba bajando su marea, sin dudas esos hechos eran muy extraños y relevantes a la científica que miraba hacia todos lados, tratando de encontrar una respuesta… pero eso era casi imposible.
A pesar de que sus orbes veían el paisaje ella trataba de recordar las palabras de Alex… “el tapon” ¿Tapon?... eso era raro, no se le ocurría nada a Amy que tuviera que ver con un tapón, es más…¿Por qué su superior parecía huir? Sin dudas una gran cantidad de preguntas comenzaban a formarse en su cabeza mientras se alejaban del barco, logrando que la peliazul mordiera su labio inferior con algo de molestia; no era que no le gustara que los demás la llevaran a diferentes lugares...simplemente odiaba el hecho de que el Ángel se quedara solo…
-¡Kyle! ¡¿Quieres venir con nosotros?!-
Su grito fue bastante fuerte, mas que nada porque ya se estaban alejando un poco del barco y ella deseaba que sí o sí el Ángel la escuchara. A todo esto se vio como Happy bajó un poco sus orejas, de cierta forma él no soportaba los gritos que su amiga algunas veces daba… eran muy agudos.
Cuando la chica de orbes celestes hizo semejante pregunta comenzó a observar a sus alrededores, de cierta forma tenía miedo de que -en el caso de haber- piratas o gente alrededor supieran la localización de ella, debería de tener más cuidado la próxima vez.
Cuando sus orbes celestes miraron hacia todos lados… pudo observar cómo una mujer comenzaba a acercarse a ellos por el aire, gritando que la esperen. Amy en ese instante pensó que aquella persona los estaba siguiendo por culpa del grito, por lo tanto tomó el bastón que había colocado en su espalda para después zarandearlo en el aire.
Cuando el báculo estuvo activo comenzó a manipular el aire para que el viento diera a favor de la científica y Alex… ¿Su intención? Pues que su superior pudiera ir con mayor velocidad hacia la isla ¿Por qué? Pues… quien sabe si aquella chica no era una loca que quería matarlos. No se arriesgaría.
-Alex, aumenta la velocidad...la chica esa se acerca.-
Ya sea si sus palabras eran verdad o no… solo intentaba que su “sensei” fuera más rápido pues también parecía huir de forma desesperada de ella, posiblemente la conocía y tenía miedo por su fuerza o algo, de todas formas era mejor no arriesgarse.
Mientras tanto Amy seguía manejando el viento para que se impulsen con mayor velocidad, de vez en cuando ella movía su cabeza hacia los costados balanceando por el aire sus hebras azuladas, pues su intención era observar si Kyle los estaba siguiendo o había preferido quedarse en el barco.
-Alex, aun quería seguir hablando con Kyle.-
Su tono fue demandante… pues no entendía varias cosas, una de ellas era él porque su compañero se había puesto de forma tan loca para abandonar el barco y llevarla en el aire, la otra trataba sobre la localización de la chica pelirroja que al parecer estaba lo suficientemente cerca como para escuchar el grito de Amy que seguramente le dio la ubicación. Nada estaba saliendo como la científica quería, y eso le ponía de mal humor… sin mencionar que ahora parecían estar en peligro.
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Akuma no mi
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No me sentía cómodo dejando a mis compañeros en su estado actual en el barco solo y con pocas botellas de agua. Por mi parte agarré el Waver y salí de barco siguiendo los pasos de mi capitán, quien una con un transporte parecido. El camino era difícil, la niebla impedía ver el terreno y analizarlo, un punto más el porque me encontraba nervioso. Por el camino, Leonel utilizaba su habilidad de cartas para absorber la niebla de nuestro alrededor, pero en cuestión de segundos se regeneraba, volviendo al principio de todo. Por lo menos podíamos ver algo.
Finalmente llegamos a tierra, caminábamos por los prados de aquella isla. Notaba como el calor era menor en esa zona, pero aún seguía haciendo calor y podía caer en momentos, necesitaba aguantar un poco. Me percaté que no le había preguntado a mi compañero como estaba, podía ser por que estaba más centrado en mis compañeros que en las demás personas. Suspiré fuertemente y me puse a mirar lo que podía a mi alrededor, solo era un prado sin cosas importantes.
Llegamos a un punto donde la niebla se había disipado un poco, paramos un momento ya que vimos algo: un edificio, una caseta y al oeste una cueva. a mi parecer la cueva podía ser muy peligrosa y podía existir una posibilidad de que perdiésemos el tiempo allí; ¿la caseta? No creía que un arma podía estar en una caseta, aunque descartaba la posibilidad de que encontrásemos algo interesante allí. La mejor opción en mi opinión era el edificio.
-Bueno amigo, iremos al edificio, sinceramente creo que es nuestra mejor opción, así que sígueme de cerca, la temperatura está disminuyendo pero aun queda algo de niebla, deberé seguir absorbiéndola para ver mas claramente el camino.
- Opino lo mismo. El edificio me da más tranquilidad que la cueva y demás. A propósito, ¿como te encuentras?
Cogimos nuestros transportes rápidamente al saber nuestro destino. Era muy agradable viajar con esos bichos, eran lo más rápido del mundo además de cómodo. Empezaba ya a cansarme de tanto calor, quería en esos momentos un lugar fresco y una buena valsa de agua muy fría para beber, no para bañarme. En cuestión de minutos llegamos a lo que era el edificio, bajamos los dos al mismo tiempo del transporte, guardando Leonel su transporte en un naipe de los suyos, bendito poder el suyo. Sentía curiosidad.
- Henry toma la delantera, yo te cuido la espalda, tenemos re registrar el edificio, si el arma o lo que sea está aquí tenemos que apoderarnos de ella cuanto antes y salir de aquí, tenemos que movernos rápido.
-Ya era hora de encontrar algo, sentía que me iba a caer al suelo en cualquier momento. A todo esto, toma una botella de agua que cogí del barco antes, de ahí que haya tardado en salir de allí. Vamos a prepararnos todo lo posible si el arma esta aquí, habrá mucha gente protegiéndola.
Tragué saliva y abrí la puerta del edifico lentamente.
Finalmente llegamos a tierra, caminábamos por los prados de aquella isla. Notaba como el calor era menor en esa zona, pero aún seguía haciendo calor y podía caer en momentos, necesitaba aguantar un poco. Me percaté que no le había preguntado a mi compañero como estaba, podía ser por que estaba más centrado en mis compañeros que en las demás personas. Suspiré fuertemente y me puse a mirar lo que podía a mi alrededor, solo era un prado sin cosas importantes.
Llegamos a un punto donde la niebla se había disipado un poco, paramos un momento ya que vimos algo: un edificio, una caseta y al oeste una cueva. a mi parecer la cueva podía ser muy peligrosa y podía existir una posibilidad de que perdiésemos el tiempo allí; ¿la caseta? No creía que un arma podía estar en una caseta, aunque descartaba la posibilidad de que encontrásemos algo interesante allí. La mejor opción en mi opinión era el edificio.
-Bueno amigo, iremos al edificio, sinceramente creo que es nuestra mejor opción, así que sígueme de cerca, la temperatura está disminuyendo pero aun queda algo de niebla, deberé seguir absorbiéndola para ver mas claramente el camino.
- Opino lo mismo. El edificio me da más tranquilidad que la cueva y demás. A propósito, ¿como te encuentras?
Cogimos nuestros transportes rápidamente al saber nuestro destino. Era muy agradable viajar con esos bichos, eran lo más rápido del mundo además de cómodo. Empezaba ya a cansarme de tanto calor, quería en esos momentos un lugar fresco y una buena valsa de agua muy fría para beber, no para bañarme. En cuestión de minutos llegamos a lo que era el edificio, bajamos los dos al mismo tiempo del transporte, guardando Leonel su transporte en un naipe de los suyos, bendito poder el suyo. Sentía curiosidad.
- Henry toma la delantera, yo te cuido la espalda, tenemos re registrar el edificio, si el arma o lo que sea está aquí tenemos que apoderarnos de ella cuanto antes y salir de aquí, tenemos que movernos rápido.
-Ya era hora de encontrar algo, sentía que me iba a caer al suelo en cualquier momento. A todo esto, toma una botella de agua que cogí del barco antes, de ahí que haya tardado en salir de allí. Vamos a prepararnos todo lo posible si el arma esta aquí, habrá mucha gente protegiéndola.
Tragué saliva y abrí la puerta del edifico lentamente.
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Akuma no mi
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Al parecer el capitán era todo un rastreador. Mis fantasmas seguían perdidos por la casa buscando entre las paredes. La casa no era muy grande para estar perdiendo tanto el tiempo pero sea como fuere al menos teníamos algo. Continué sentado en el suelo mientras el capitán lo golpeaba. Lo que fuera que hubiese encontrado no tenía pinta de ponerselo demasiado fácil.
La puma cayó lo cual me hizo bastante gracia y reí a carcajadas. No podía evitarlo. La puma, la gato, la que siempre cae de pie acababa de caer y no precisamente de pie. Decidí intentar que no se notara tanto mi risa a pesar de que me habían oido perfectamente. Bajé la cabeza y me quedé mirando hacia el capitán para esperar que dijera algo o hiciera algo que nos incluyera a los demás.
La puma cayó lo cual me hizo bastante gracia y reí a carcajadas. No podía evitarlo. La puma, la gato, la que siempre cae de pie acababa de caer y no precisamente de pie. Decidí intentar que no se notara tanto mi risa a pesar de que me habían oido perfectamente. Bajé la cabeza y me quedé mirando hacia el capitán para esperar que dijera algo o hiciera algo que nos incluyera a los demás.
Aoi Sasaki
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Tras la muerte de mis compañeros seguía avanzando por esa especie de selva. Cada paso que daba creía que iba a salir algo de entre los matorrales o de cualquier otra parte:
-Bueno, ahora que estoy solo esto será mas complicado- empecé a pensar mientras me tope con una especie de roca gigante. Alce la vista para ver si podría pasar por arriba, pero al parecer no, era una montaña y no tenia el material necesario para poder escalarla. Caminaba apoyado de la montaña para ver cuando se acababa cuando de pronto la isla empezó a moverse, me agarre a una roca hasta que paro, ¿Que habría sido eso? Decía en mi cabeza . Pude llegar a donde se acababa pero cuando lo encontré, empezaba otra. Que mala suerte. Solo había una especie de cueva, pero era muy estrecha, solo podría pasar una o dos personas, pero es suficiente. Active la visión nocturna de mi Roy Eye y empecé a adentrarme entre las dos montañas
-Bueno, ahora que estoy solo esto será mas complicado- empecé a pensar mientras me tope con una especie de roca gigante. Alce la vista para ver si podría pasar por arriba, pero al parecer no, era una montaña y no tenia el material necesario para poder escalarla. Caminaba apoyado de la montaña para ver cuando se acababa cuando de pronto la isla empezó a moverse, me agarre a una roca hasta que paro, ¿Que habría sido eso? Decía en mi cabeza . Pude llegar a donde se acababa pero cuando lo encontré, empezaba otra. Que mala suerte. Solo había una especie de cueva, pero era muy estrecha, solo podría pasar una o dos personas, pero es suficiente. Active la visión nocturna de mi Roy Eye y empecé a adentrarme entre las dos montañas
Johnny Raikov
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Al parecer a ese hombre no se le había informado de la misión, y yo no pude por estar en esta habitación con el dolor de barriga, así que no sabíamos nada. Un gritos desde la cubierta hizo que salga de la habitación para encaminarme hacia mi destino, pero antes de salir dije:
-Medico, te espero fuera.
Al abrir una puerta para poder llegar a la cubierta y poder ver la isla, pude notar como cambiaba el clima entre los dos lugares, en el barco se estaba fresco, pero aquí, hacia un montón de calor por el desierto que teníamos delante. Pude notar como el barco se movió un poco de manera extraña, aunque no le tome importancia. No pude ver a nadie mas, solo al hombre que grito, me puse al lado suya, era buenas idea ir a por botellas de agua por si la necesitábamos:
-¿Tenemos agua suficiente para desembarcar?- colgué mi espada en la cintura esperando la respuesta.
-Medico, te espero fuera.
Al abrir una puerta para poder llegar a la cubierta y poder ver la isla, pude notar como cambiaba el clima entre los dos lugares, en el barco se estaba fresco, pero aquí, hacia un montón de calor por el desierto que teníamos delante. Pude notar como el barco se movió un poco de manera extraña, aunque no le tome importancia. No pude ver a nadie mas, solo al hombre que grito, me puse al lado suya, era buenas idea ir a por botellas de agua por si la necesitábamos:
-¿Tenemos agua suficiente para desembarcar?- colgué mi espada en la cintura esperando la respuesta.
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La voz cansada de mi hermano resuena en mi cabeza como un martillo. Me da igual lo que diga, pero cuando habla de esa manera artificialmente anciana me hace hervir la sangre. Es un pesado, no hay otra forma de decirlo. Si sólo me preocupo por mí es porque soy la único que ha demostrado tener un poco de cerebro aquí. Tampoco mucho, porque he salido del barco en pelotas y no me había dado ni cuenta. Al menos es cómoda, y empiezo a sentir calorcito, a pesar de estar en ropa interior. Pero huele a fuego.
No soy yo ardiendo, pero también está caliente, y el humo empieza a ser molesto. De todas formas aún está lejos, ¿No? Por otro lado... ¡Estamos en la jodida vera del bosque! En fin, y que no se hayan dado cuenta todavía... En fin, voy a calmarme y tratar de ser simpática, ya que el imbécil se ha ido. No tengo nada que perder al fin y al cabo, y aunque odio ser la líder, teniendo al capitán que tengo... No queda otra.
-Reira, piensa por un momento. Estamos en la vera del bosque, si no no lo veríamos quemarse a tanta distancia. ¿Dónde tendrá mi hermano la cabeza?- hago un gesto de inocente condescendencia, fingiendo que es sólo una molestia, y que nuestras riñas son sólo riñas y no un verdadero odio... ¿De verdad odio a Derek? No creo, o tal vez sí. La verdad es que no me importa lo más mínimo, y sólo voy con él por las aventuras... Pero no me aporta nada, ni para bien ni para mal-. Vamos a acercarnos un poco a la costa, y ya verás cómo el fuego ni se acerca.
Sonrío con complicidad y llamo a Lu para sentarme en la playa, junto al mar, y le acaricio la cabeza mientras observo la situación. Cada vez las llamas lamen más bajo, acercándose. Por suerte, estando cerca del agua nos será fácil protegernos.
No soy yo ardiendo, pero también está caliente, y el humo empieza a ser molesto. De todas formas aún está lejos, ¿No? Por otro lado... ¡Estamos en la jodida vera del bosque! En fin, y que no se hayan dado cuenta todavía... En fin, voy a calmarme y tratar de ser simpática, ya que el imbécil se ha ido. No tengo nada que perder al fin y al cabo, y aunque odio ser la líder, teniendo al capitán que tengo... No queda otra.
-Reira, piensa por un momento. Estamos en la vera del bosque, si no no lo veríamos quemarse a tanta distancia. ¿Dónde tendrá mi hermano la cabeza?- hago un gesto de inocente condescendencia, fingiendo que es sólo una molestia, y que nuestras riñas son sólo riñas y no un verdadero odio... ¿De verdad odio a Derek? No creo, o tal vez sí. La verdad es que no me importa lo más mínimo, y sólo voy con él por las aventuras... Pero no me aporta nada, ni para bien ni para mal-. Vamos a acercarnos un poco a la costa, y ya verás cómo el fuego ni se acerca.
Sonrío con complicidad y llamo a Lu para sentarme en la playa, junto al mar, y le acaricio la cabeza mientras observo la situación. Cada vez las llamas lamen más bajo, acercándose. Por suerte, estando cerca del agua nos será fácil protegernos.
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Al observó a sus compañeros. ¿De verdad pretendían combatir contra un tipo que tenía la boca desconfigurada y los hombros tan grandes que correr y trotar se le haría gravitacionalmente inviable? Kai era demasiado temperamental, incluso para lo que el Vicealmirante entendía. Y mira que su idea de temperamento abarcaba muchos espectros, desde Arthur hasta Jack, pero Kai exorbitaba su concepto. "En fin...". Miró el cheque sin prestar mucha atención y observó a aquel tipo marchándose. ¿Qué? ¡No! Estaba castigado al caballito.
-Arthur, al caballito. ¡Ya!
Arthur decía que odiaba aquello, pero estaba seguro de que le encantaba en realidad. El muchacho siempre disfrutaba aunque lo negara, estaba convencido.
-Arthur, al caballito. ¡Ya!
Arthur decía que odiaba aquello, pero estaba seguro de que le encantaba en realidad. El muchacho siempre disfrutaba aunque lo negara, estaba convencido.
Xiba Jundo
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Aliados
___________________________________________________________________________________________Seguía con mis intentos de arreglar el navío para que no nos fuésemos a pique, ahora tenía que dirigirme hacia el mástil, tenía que repararlo. Sin embargo de pronto algo le dio una sacudida enorme al barco. Fue como si la isla entera hubiera mandado una especie extraña de impulso al mar, y este efecto nos diera. Yo no conseguí aguantar bien el equilibrio y caí por una de las grietas que no conseguí arreglar... O eso pensaba. Empecé a sospechar que algo andaba mal cuando tardaba mucho en llegar hacia el final, y cuando todo se tornó negro... Era un sueño.
Me desperté en medio de la cubierta. Estaba super extrañado. ¿Qué carajos había pasado? Aquello que soñé pareció muy real, sin embargo... Abrí mejor los ojos. Tenía unas esposas puestas en las muñecas. Y a parte de eso, estas mismas hacían que me sintiera ligeramente más débil. Había visto demasiadas veces este material como para no reconocerlo, era kairoseki. No era consciente de hasta cuánto ha sido verídico mi sueño, pues no sabía por qué en alguien me pondría esposas de kairoseki a menos que se hubieran visto mis poderes. Pero también es cierto que nos encontrábamos en el nuevo mundo, y aquí más vale prevenir que curar. Miré a mi alrededor, al parecer sí que había sucedido lo de la caída del mástil y lo ocurrido en el piso, sin embargo los propios marines y sin mi ayuda, consiguieron solucionar el tema y hacer que el barco pudiera sobrevivir hasta la costa...
-Vaya, parece que ya has vuelto en ti. Levántate, vamos a caminar un poco. -Me dijo una voz que provenía por encima de mi. Mi cara de asombro no se pudo cambiar por varios segundos. Se trataba de aquél marine al cual iba a enfrentarme en mis sueños... Eso me daba a entender que al menos hasta el momento de lo que sucede en el cubo de la basura, es verídico, y al parecer lo del rayo también, después no sé qué me pasó. Tal vez algo de lo que hube comido, se encontrase en mal estado... Y las esposas me las tuvo que poner en cuanto salí del cubo, antes de ponerme en guardia, y tuvo que ser en cuento empezaron mis alucinaciones... Sino jamás me hubiera dejado atrapar. También me di cuenta de que mi vara no la tenía en las manos, ni estaba cerca de mi, así que eso me hacía tener la certeza de que no llegué a sacarla. ¿Por qué lo sabía? Aunque la hubiese sacado tendría que estar por el lugar, nadie a excepción de mi podía levantarla, ni moverla. En fin, esto ya había pasado, así que deberé salir de esta de la mejor manera posible.
El muchacho me llevó hasta el capitán del navío. Un hombre grande, corpulento con una capa marine a la espalda, haciendo más señalada la posición que el hombre ocupaba frente a sus hombres. Con los brazos cruzados me analizó con la mirada, de arriba a abajo. El muchacho que me "atrapó" y me trajo hacia su presencia se despidió con el saludo marine y se marchó. El capitán me preguntó la razón por la cual me encontraba ahí, e incluso me avisó de que podía ser considerado delito -ser considerado no, lo era-. Me hablaba del tema con una voz seria. Sin embargo sentía de él un aura que no era maligno, o eso me daba a entender. Estaba seguido de que aún siendo delito querrá llegar al fondo del asunto, y se le veía como alguien razonable, aunque muy serio y con cara de antipático. Era lo que yo sentía de él, tal vez sea yo el loco. Y ya sabía perfectamente qué decirle.
Llegamos a la isla, y sin separarme de él ni un momento -más que nada porque personalmente se ocupaba de agarrarme- llegamos a la playa gracias a unos botes. Por fin había llegado a la isla. Tanto viaje y tanta tontería para esto, más me valí que el sacrificio valiese la pena. Y todo por no querer traer mi propia nave. Mis pies pudieron por fin rozarse con la arena, una vez más aquella sensación que me recorría el cuerpo por completo y que me agradaba tanto... Pero este no era el momento. Me puse delante del capitán marine, y le miré directamente a los ojos. -En fin, déjeme que le explique. Me llamo X. Y soy un mercenario. -Le dije con una mirada directa a sus ojos, que mostraban sin titubear que de lo que dije era verídico. Bueno vale, no me llamo X, pero es la inicial de mi nombre, así pues tampoco estaba mal dicho, y es que no me hacía gracia que conociesen mi nombre. -Conozco lo que esta isla contiene y abarca, y sé la razón por la cual ustedes, pelotón marine, están aquí. Verá ustedes no son los únicos a los que el gobierno a convocado. La información sobre lo que sucede aquí ha viajado por todo el mundo y me apuesto cualquier cosa a que en esta isla habrá más gente a parte de agentes del gobierno y marines. A mi el gobierno, o al menos una parte del mismo me mandó una invitación. Conocen de mis habilidades y de alguno de los trabajos que he realizado, y han pedido mi ayuda para acabar con este asunto tan peliagudo. -Le decía completamente serio, sin quitarle la vista de encima, manteniéndome firme. -Usted podrá creer lo que le digo, o no. Pero no soy ningún enemigo, tan sólo me muevo a cambio de algo para comer. No voy en contra de los marines o el gobierno, en esta ocasión trabajaremos juntos. Y debo decirle que de no ser por el "yuyu" que me dio antes, y del cual desconozco la causa, tal vez no llevaría estas esposas. -Comenté mientras levantaba las manos y se las mostraba. -Que conste que eso no se trataba de una amenaza. Y como último dato diré que si iba con ustedes como polizón era para llegar bien a la isla, con mi propio navío podría haber tardado más horas. -Le explicaba finalmente. En realidad aquello último era mentira, la realidad es que no me dio la gana ir en mi nave, pero bueno. -Y ya no tengo nada más que decir, ahora es usted el juez que decide, aunque si no me deja libre, o trabajando con ustedes, podría perder a un gran aliado, capitán del navío.
En fin, ya había hablado, ya se lo había contado. La verdad es que una corazonada me decía que acabaría trabajando con marines... Aunque con suerte podría seguir solo. Pero la cara de pocos amigos de ese tipo me avisaba que no me dejaría campar a mis anchas aunque no se cuestione mi historia. En fin, ya dije que este día sería divertido, ¿no? Pues empezaba aponerse mucho mejor la cosa de la manera en la cual me la imaginaba.
Me desperté en medio de la cubierta. Estaba super extrañado. ¿Qué carajos había pasado? Aquello que soñé pareció muy real, sin embargo... Abrí mejor los ojos. Tenía unas esposas puestas en las muñecas. Y a parte de eso, estas mismas hacían que me sintiera ligeramente más débil. Había visto demasiadas veces este material como para no reconocerlo, era kairoseki. No era consciente de hasta cuánto ha sido verídico mi sueño, pues no sabía por qué en alguien me pondría esposas de kairoseki a menos que se hubieran visto mis poderes. Pero también es cierto que nos encontrábamos en el nuevo mundo, y aquí más vale prevenir que curar. Miré a mi alrededor, al parecer sí que había sucedido lo de la caída del mástil y lo ocurrido en el piso, sin embargo los propios marines y sin mi ayuda, consiguieron solucionar el tema y hacer que el barco pudiera sobrevivir hasta la costa...
-Vaya, parece que ya has vuelto en ti. Levántate, vamos a caminar un poco. -Me dijo una voz que provenía por encima de mi. Mi cara de asombro no se pudo cambiar por varios segundos. Se trataba de aquél marine al cual iba a enfrentarme en mis sueños... Eso me daba a entender que al menos hasta el momento de lo que sucede en el cubo de la basura, es verídico, y al parecer lo del rayo también, después no sé qué me pasó. Tal vez algo de lo que hube comido, se encontrase en mal estado... Y las esposas me las tuvo que poner en cuanto salí del cubo, antes de ponerme en guardia, y tuvo que ser en cuento empezaron mis alucinaciones... Sino jamás me hubiera dejado atrapar. También me di cuenta de que mi vara no la tenía en las manos, ni estaba cerca de mi, así que eso me hacía tener la certeza de que no llegué a sacarla. ¿Por qué lo sabía? Aunque la hubiese sacado tendría que estar por el lugar, nadie a excepción de mi podía levantarla, ni moverla. En fin, esto ya había pasado, así que deberé salir de esta de la mejor manera posible.
El muchacho me llevó hasta el capitán del navío. Un hombre grande, corpulento con una capa marine a la espalda, haciendo más señalada la posición que el hombre ocupaba frente a sus hombres. Con los brazos cruzados me analizó con la mirada, de arriba a abajo. El muchacho que me "atrapó" y me trajo hacia su presencia se despidió con el saludo marine y se marchó. El capitán me preguntó la razón por la cual me encontraba ahí, e incluso me avisó de que podía ser considerado delito -ser considerado no, lo era-. Me hablaba del tema con una voz seria. Sin embargo sentía de él un aura que no era maligno, o eso me daba a entender. Estaba seguido de que aún siendo delito querrá llegar al fondo del asunto, y se le veía como alguien razonable, aunque muy serio y con cara de antipático. Era lo que yo sentía de él, tal vez sea yo el loco. Y ya sabía perfectamente qué decirle.
Llegamos a la isla, y sin separarme de él ni un momento -más que nada porque personalmente se ocupaba de agarrarme- llegamos a la playa gracias a unos botes. Por fin había llegado a la isla. Tanto viaje y tanta tontería para esto, más me valí que el sacrificio valiese la pena. Y todo por no querer traer mi propia nave. Mis pies pudieron por fin rozarse con la arena, una vez más aquella sensación que me recorría el cuerpo por completo y que me agradaba tanto... Pero este no era el momento. Me puse delante del capitán marine, y le miré directamente a los ojos. -En fin, déjeme que le explique. Me llamo X. Y soy un mercenario. -Le dije con una mirada directa a sus ojos, que mostraban sin titubear que de lo que dije era verídico. Bueno vale, no me llamo X, pero es la inicial de mi nombre, así pues tampoco estaba mal dicho, y es que no me hacía gracia que conociesen mi nombre. -Conozco lo que esta isla contiene y abarca, y sé la razón por la cual ustedes, pelotón marine, están aquí. Verá ustedes no son los únicos a los que el gobierno a convocado. La información sobre lo que sucede aquí ha viajado por todo el mundo y me apuesto cualquier cosa a que en esta isla habrá más gente a parte de agentes del gobierno y marines. A mi el gobierno, o al menos una parte del mismo me mandó una invitación. Conocen de mis habilidades y de alguno de los trabajos que he realizado, y han pedido mi ayuda para acabar con este asunto tan peliagudo. -Le decía completamente serio, sin quitarle la vista de encima, manteniéndome firme. -Usted podrá creer lo que le digo, o no. Pero no soy ningún enemigo, tan sólo me muevo a cambio de algo para comer. No voy en contra de los marines o el gobierno, en esta ocasión trabajaremos juntos. Y debo decirle que de no ser por el "yuyu" que me dio antes, y del cual desconozco la causa, tal vez no llevaría estas esposas. -Comenté mientras levantaba las manos y se las mostraba. -Que conste que eso no se trataba de una amenaza. Y como último dato diré que si iba con ustedes como polizón era para llegar bien a la isla, con mi propio navío podría haber tardado más horas. -Le explicaba finalmente. En realidad aquello último era mentira, la realidad es que no me dio la gana ir en mi nave, pero bueno. -Y ya no tengo nada más que decir, ahora es usted el juez que decide, aunque si no me deja libre, o trabajando con ustedes, podría perder a un gran aliado, capitán del navío.
En fin, ya había hablado, ya se lo había contado. La verdad es que una corazonada me decía que acabaría trabajando con marines... Aunque con suerte podría seguir solo. Pero la cara de pocos amigos de ese tipo me avisaba que no me dejaría campar a mis anchas aunque no se cuestione mi historia. En fin, ya dije que este día sería divertido, ¿no? Pues empezaba aponerse mucho mejor la cosa de la manera en la cual me la imaginaba.
Sasaki
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El hombre por fin procedió a comunicarse con nosotros, quizás fuese porque le devolví el peine, quizás por la amenaza de Kai con el poder que estaba acumulando, por mi parte me aparté ligeramente por si las moscas, antes ya se había comido y con un eructo había expulsado gas, quien sabe que haría ahora. El joven de pelo rubio con tupé que teníamos delante comenzó a hablar y sacó un taco de papeles rosas y un bolígrafo y escribió en el papel, cuando terminó de hacerlo, se lo entregó a Al, y tras esto se dio a conocer como Johny y se comenzó a marchar.
Al capitán del grupo no le pareció sentar bien pues sin que pareciese que lo pensó ni un momento le castigó al caballito, dándole la orden de forma directa a Arthur, el castigo consistía en que Arthur se suba a caballito encima del castigado, era una castigo de humillación en principio, si no estaba Arthur cabreado claro, en cuyo caso se le sumaba castigo físico y psíquico seguro.
Pasé de ver la escena tan bizarra que podía salir de ahí y miré a mi alrededor, cuando pude observar algo sumamente extraño, pues el barco ahora se encontraba fuera del agua, es decir que o la marea había bajado mucho o el barco se había metido en tierra.
-Dan-cho, dejamos bien anclado el barco ¿verdad? porque en cuestión de minutos la marea ha bajado muchos metros- dije en voz alta para mis compañeros.
Al capitán del grupo no le pareció sentar bien pues sin que pareciese que lo pensó ni un momento le castigó al caballito, dándole la orden de forma directa a Arthur, el castigo consistía en que Arthur se suba a caballito encima del castigado, era una castigo de humillación en principio, si no estaba Arthur cabreado claro, en cuyo caso se le sumaba castigo físico y psíquico seguro.
Pasé de ver la escena tan bizarra que podía salir de ahí y miré a mi alrededor, cuando pude observar algo sumamente extraño, pues el barco ahora se encontraba fuera del agua, es decir que o la marea había bajado mucho o el barco se había metido en tierra.
-Dan-cho, dejamos bien anclado el barco ¿verdad? porque en cuestión de minutos la marea ha bajado muchos metros- dije en voz alta para mis compañeros.
Gareth Silverwing
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Ese tío se volvía raro por momentos, tanto que su rareza eclipsaba a la totalidad de nuestro grupo... bueno, todavía no tanto, pero no iba mal encaminado. Hablaba con su tupé, y cuando se dirigía hacia nosotros lo hacía con extraños y forzados acentos. Parecía que su intención no era dar problemas, pero su comportamiento puede que los diera, no por mi parte, sino por lo rápido que se podía encender Kai, lo fácil que le podía seguir el rollo a Al y el factor inestable de Jack. Cuando por fin estaba a punto de irse y dejarnos seguir nuestro camino Al me dio la orden de ejecutar el protocolo disciplinario código "caballito".
-Pero Al, ¿Eso se puede aplicar a civiles?- Pregunté. Dada su insistencia accedí.
-¿En serio lo vas a hacer? Parece un idiota, pero su presencia denota que es alguien con quien debes tener cuidado- Dijo Zinogre en mi cabeza.
-Lo sé, pero si se muestra sumiso puede que sea la mejor opción, no tengo nada en su contra, pero ha provocado e ignorado a Kai, es mejor para todos que lo monte yo a que se arme una gorda.- Contesté mentalmente.
Tras eso me puse a correr detrás de aquel sujeto, al llegar a poco más de un metro de él salté con la intención de aterrizar en su espalda.
-No te lo tomes a mal, una orden es una orden. Además, agradece que hoy no me he traído ni la silla ni la mordaza- Dije antes de caer sobre él.
-Pero Al, ¿Eso se puede aplicar a civiles?- Pregunté. Dada su insistencia accedí.
-¿En serio lo vas a hacer? Parece un idiota, pero su presencia denota que es alguien con quien debes tener cuidado- Dijo Zinogre en mi cabeza.
-Lo sé, pero si se muestra sumiso puede que sea la mejor opción, no tengo nada en su contra, pero ha provocado e ignorado a Kai, es mejor para todos que lo monte yo a que se arme una gorda.- Contesté mentalmente.
Tras eso me puse a correr detrás de aquel sujeto, al llegar a poco más de un metro de él salté con la intención de aterrizar en su espalda.
-No te lo tomes a mal, una orden es una orden. Además, agradece que hoy no me he traído ni la silla ni la mordaza- Dije antes de caer sobre él.
William White
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La chica, Amy, atendió al joven skypean sin aceptarme el dinero, había sido un gesto. El cual tras terminar de hacer las curas al conde contó su historia ciertamente conmovedora. El un agente de la Cipher Pol 9, él era el médico de su escuadrón el cual parecía haber sido diezmado.
La tristeza de sus palabrs, la crueldad de los hechos que contó ciertamente me hicieron plantear si realmente estaba preparado para aquella campaña y más aún cuando no podría depender tanto de mi compañero. Mientras tanto la niebla verde llegó a su máximo apogeo precipitando una gran cantidad de rayos, en una tormenta climática de dimensiones apocalípticas.
Pero según discurría la charla, la tormenta iba amainando, junto antes de despegar el vuelo junto a Derian escuché unas palabras que provocarán un vuelco en el corazón. ¿Midorina había muerto? Pero como habría pasado eso, tampoco es que tuviera un gran aprecio al peliverde como podría tener al capitán, pero había coincidido con él y aunque no había tenido tiempo para conocerle sintió lastima por él. ¿Quién le comunicaría la noticia al capitán? Sin duda yo preferiría no hacer,y así evitarme el mal trago.
Pronto detectó una presencia familiar, sería posible que fuera Rose, la antigua schibukai, no estaba muy seguro de ello. Recordaba ligeramente su aura, pero era como un eco del pasado, un eco de cuando tenía dieciséis años. Pero que más daba a fin de cuentas seguramente la joven no se acordará de él y si se acordaba seguramente no le relacionara con aquel joven peliverde con aquella melena.
Tal vez fuera todo mejor así puesto que debí de reconocer que lo que aconteció en aquel duelo fue cuanto menos bochornoso.
Pero pronto todo eso daría igual ya se encontraba siguiendo a Derian, tratando de seguir su ritmo.
La tristeza de sus palabrs, la crueldad de los hechos que contó ciertamente me hicieron plantear si realmente estaba preparado para aquella campaña y más aún cuando no podría depender tanto de mi compañero. Mientras tanto la niebla verde llegó a su máximo apogeo precipitando una gran cantidad de rayos, en una tormenta climática de dimensiones apocalípticas.
Pero según discurría la charla, la tormenta iba amainando, junto antes de despegar el vuelo junto a Derian escuché unas palabras que provocarán un vuelco en el corazón. ¿Midorina había muerto? Pero como habría pasado eso, tampoco es que tuviera un gran aprecio al peliverde como podría tener al capitán, pero había coincidido con él y aunque no había tenido tiempo para conocerle sintió lastima por él. ¿Quién le comunicaría la noticia al capitán? Sin duda yo preferiría no hacer,y así evitarme el mal trago.
Pronto detectó una presencia familiar, sería posible que fuera Rose, la antigua schibukai, no estaba muy seguro de ello. Recordaba ligeramente su aura, pero era como un eco del pasado, un eco de cuando tenía dieciséis años. Pero que más daba a fin de cuentas seguramente la joven no se acordará de él y si se acordaba seguramente no le relacionara con aquel joven peliverde con aquella melena.
Tal vez fuera todo mejor así puesto que debí de reconocer que lo que aconteció en aquel duelo fue cuanto menos bochornoso.
Pero pronto todo eso daría igual ya se encontraba siguiendo a Derian, tratando de seguir su ritmo.
Viole
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El animal parecía aceptar las ofrendas de Byakuro, el cual había dejado unas golosinas suyas en el suelo para que comiera algo y le cogiera cariño. Y lo había conseguido, pues el pequeño estaba tirando del pantalón del chico, pidiendo más. Me acerqué un poco animal, con lentitud para no asustarle y que no quisiera hacer más contacto. Me puse de cuclillas a una distancia moderada de Byakuro, intentando divisar la cara del animal y que me respondiera, huyendo o mostrando curiosidad. Me senté en el suelo, para tumbarme y mirar a las afueras, donde la niebla se estaba disipando y se veía bastante mejor, divisando un poco más los alrededores de la casa. Un poco más emocionado, pues la diversión parecía que iba a comenzar ahora, miré a Byakuro a los ojos esperando que correspondiera, y le dije:
-Parece que hay menos niebla roja fuera. - Dije señalando la puerta con el pulgar.
-Parece que hay menos niebla roja fuera. - Dije señalando la puerta con el pulgar.
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¿Una fortaleza?
La misma situación para todos. 8:20 PM. La niebla ha desaparecido por completo. La temperatura en toda la isla es estable. Ha dejado de llover, el calor ha desaparecido y los rayos son historia. Pero de pronto, mientras el Sol se va escondiendo poco a poco, un terremoto aún más potente que el de antes, sacude la isla con fuerza, durante varios minutos. Como si nada, ésta empieza a levantarse del suelo, al igual que parte del mar. Al parecer todo se está elevando hacia el cielo. Una cúpula celeste empieza a rodear completamente la isla, haciendo que nada ni nadie pueda entrar ni salir. Pero, antes de cerrarse por completo, miles de aves entran a esa zona, sobrevolando la isla.
Parece que todos habéis caído en una trampa, todo eso ya estaba planeado. Ahora no sois más que animales enjaulados.
- 1 (Dexter, Death y Worgulv):
Seguís peleando.
- 2 (Bleyd):
Tras tus palabras, el hombre suelta unas carcajadas al aire. Comienza a mirarte de arriba abajo con desprecio y escupe lo que parece ser un gapo de pegamento al suelo. - ¡Negocios! ¿Crees que yo haría negocios con alguien que acabará derretido? – Dice mientras estira sus brazos en forma de cruz. – Este desierto es mi lugar de ocio, chico. No necesito hablar con alguien para la diversión. Así que te derretiré y después robaré todo lo que tengas, y a tu extraño animal me lo llevaré. – Se lleva la mano derecha a la barbilla mientras sujeta el escudo, para acariciársela. – Tal vez le interese a él…
Tras esas palabras un gas de color púrpura comienza a salir de su espalda. El extraño gas empieza a rodearle por completo, mientras avanza hacia ti. Si respiras eso, te encontrarás debilitado, cada vez más, perdiendo la fuerza. Así que tal vez lo mejor sea correr… Aunque el estar pegado al suelo es malo.
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- 3 (Kasan):
Entras en un profundo sueño, donde todo es lo que tu quieras.
- 4.a (Mura, Akagami, Ryuta, Rhapsodia, Nagato):
Tras tu golpe, Aka, la madera se rompe, cayendo por un enorme agujero oscuro. Podéis ver que hay unas escaleras de mano enormes en una especie de pozo oscuro de un metro de radio. Al parecer al fondo hay algo de luz. Si bajáis podréis ver algo fuera de lo común. Una especie de sala enorme hecha de roca con musgo. Puedes ver que al fondo hay una especie de puerta circular con unas inscripciones. En el medio de dicha puerta hay un círculo con una garra dibujada, con unos agujeros finos y, justo encima, tres dibujos en unos círculos. Al parecer se pueden mover como si se tratase de unos engranajes.
Los dibujos se tratan de una mariposa, un lobo, una serpiente y una ballena. Al parecer necesitáis una especie de combinación girando cada cosa, aunque la garra es sospechosa…
En la sala no hay mucho más. Hay velas y cuatro ataúdes, uno en cada esquina. También hay estanterías con libros viejos, aparte de vasos y cubertería vieja hecha de madera.- Puerta:
http://guides.gamepressure.com/theelderscrollsvskyrim/gfx/word/-2134475734.jpg
- 4.b (Max):
De pronto alto se estampa contra las grandes rocas, desmoronándolas. Es el dragón, te ha encontrado… Al parecer los sentidos súper desarrollados de esa bestia no son tan fáciles de engañar. Entonces sin que tú puedas moverte, ya que un miedo atroz te deja paralizado, el dragón va hacia ti. Abre su gran boca y con una velocidad terrible, imposible de seguir por el ojo humano, te alcanza con un mordisco.
Sientes un increíble dolor en tu brazo izquierdo, es como si te ardiera… Y entonces lo miras. Al parecer aquella bestia se ha llevado tu brazo y tan solo te queda el hombro, que sangra como un grifo abierto. El dragón no escapa, sino que vuelve a cargar hacia ti. Esta vez te lanza un coletazo con una fuerza sobrehumana, directo al estómago.
- 5 (Flea):
Por suerte la herida es superficial, y no ha sido mucho. Todas las plantas han acabado en el suelo muertas, y las que no, han escapado asustadas. – Vaya, veo que eres fuerte… - Dice mientras envaina dos espadas cortas. – Soy Elfpic, pero no puedo decir nada más. – De pronto comienza a caminar, arranca dos pequeñas ramas y hace una cruz con ellas, atándolas con un cordel, para así clavarla en el suelo. – Estas pobres criaturas tan solo son obras del diablo… No tienen la culpa de vivir asustadas, atacando a todo humano. – Dice mientras junta sus manos y cierra los ojos, mirando al cielo y soltando unas palabras difíciles de entender. De pronto se levanta del suelo y comienza a caminar hacia el sur. – Si quieres saber más, tan solo abre los ojos, pronto te darás cuenta. – Parece que no te dará mucha información… Al menos no más, ya que parece un hombre reservado.
- 6 (Heaten y Kuro):
Seguís avanzando por el bosque, juntos, cuando de repente, el recluta, levanta la mano y se queda quieto. – Hay algo cerca… Lo noto. – Entonces sigue adelante, despacio, tratando de no hacer ruido… De pronto algo en el cielo tapa por un momento el sol y se escucha un sonido, como el de un pájaro. El recluta crea una katana transparente en la palma de su mano derecha y justo cuando lo hace, delante de vosotros aparece algo increíble. Es una especie de ave enorme, de unos tres metros de altura. Es de un color oscuro con la panza y parte de la cara blanca. Tiene un pico naranja y puntiagudo, con la punta oscura y unos ojos rojos. Sobre su cabeza, un enorme flequillo oscuro que termina en una punta anaranjada.
El pájaro os mira de arriba abajo, con una mirada amenazadora. De pronto despliega sus alas y lanza un chillido ensordecedor. Parece furioso y que no os dejará pasar. El recluta se prepara para lo que pueda venir, está dispuesto a pelear. Mientras tanto, el capitán choca sus puños. - ¿No me digas que otra vez habrá que pelear? – Dice el capitán.
Al parecer unos ruidos, como pequeños chillidos, se escuchan desde los árboles.
- 7 (Etsu):
Sigues peleando
- 8 (Gajeel):
Consigues aprisionar al topo y acabar con él. Ahora está en el suelo, sangrando… Lo malo es que al colocarte el brazo y sin ser médico, te has astillado el hombro. Eso hace que no puedas moverlo. Tal vez deberías haberte esperado a encontrar un médico, fue una mala decisión.
Entonces aparece una de las chicas, llena de sangre. Es la rubia y parece asustada. – Todos están muertos… Todos han muerto… - Dice entre balbuceos.
- 9.a (Leonel y Sawn):
Entráis al edificio y podéis ver una sala. Hay unas escaleras que van hacia arriba, al fondo a la derecha. En dicha sala no hay mucha cosa, tan solo máquinas viejas y alguna que otra revista subidita de tono. No hay mucho que hacer, tal vez podríais investigar a ver si encontráis algo, o subir hacia arriba…
- 10 (Nolan):
Sigues peleando
- 11 (Al, Arthur, Jack y Kai):
Arthur, aterrizas en la espalda de aquel hombre, que ahora parece cabreado. De pronto da un bote y hace que caigas al suelo. - ¡Mamma mía! ¡Qué locura de marines! – Dice con un extraño acento italiano.
Entonces, cabreado, imbuye el peine en haki armadura lv 2 y se lo lanza a Arthur, directo al pecho, con fuerza. Parece que el combate comienza…
https://www.onepiece-definitiverol.com/t14987-batalla-entre-la-locura-al-arthur-jack-kai#148699
- 12 (Bya, Theo, Yoko y Viole):
Fuera parece que el calor ya se ha ido, y el pequeño pero gran animal parece hacer caso a lo que diga Bya. No hay nada más en esa pequeña casa, tal vez sea hora de salir y ver que hacer.
- 13 (C.K):
Tu jefe cierra los ojos e intenta concentrarse, pero sacude la cabeza. – No soy capaz de concentrarme, hay algo en ese edificio que es extraño… - Entonces abre la puerta lentamente. Hay una gran sala enorme, oscura, sin mucha luz y dentro no hay mucho. Parece una especie de gimnasio y entonces te das cuenta de algo. Un hombre de pelo largo y azul al igual que sus ojos golpeando un saco de boxeo que cuelga del techo. Al parecer tiene las manos ensangrentadas. En su frente unas gafas negras y naranjas. Porta una camiseta negra y naranja a juego con unos guantes y zapatos deportivos, y cubriendo sus piernas unos pantalones elásticos de color azules. Tiene la piel bronceada y oscura.
El hombre extraño deja de golpear el saco y os lanza una mirada, sádica. – Vaya, vaya… ¿Qué tenemos aquí? – Dice mientras cruje su cuello. – Parece que voy a poder divertirme más… Los dos tipos de antes no eran ni un calentamiento.
Entonces, a una gran velocidad, superior al soru, se mueve de lado a lado, avanzando hacia vosotros. Lanza un poderoso puñetazo directo al estómago de tu jefe, que lo lanza contra la pared con fuerza. Al parecer es fuerte y tiene velocidad, sin duda es un buen luchador. – Os enseñaré el arte del King Kun Boxing.
https://www.onepiece-definitiverol.com/t14988-batalla-en-el-gimnasio-de-lucha-ck
- 14 (Frog):
Subes por las lianas (ya que la cabaña está en lo alto de un árbol) y entras. No es muy grande ni es un lugar espacioso… Puedes ver que hay un cofre, pero no se puede abrir. Tiene una especie de cerradura por números con un botón. Al parecer debes introducir una clave de tres números y pulsar el botón, aunque nadie sabe qué pasará si no aciertas… El cofre es de madera de Adam, y parece que no se puede cortar o romper fácilmente. A la izquierda, en una pared, hay una estantería. Dicha estantería tiene nueve estantes.
El primero tiene cuatro figuras verdosas. El segundo tiene tres figuras verdosas. El tercero tiene seis figuras rojizas. El cuarto tiene nueve figuras rojizas. El quinto tiene dos figuras naranjas. El sexto tiene una figura rojiza. El séptimo tiene tres figuras verdosas. El octavo tiene dos figuras naranjas. El noveno tiene siete figuras naranjas.
Todas las figuras son peones de quince centímetros.
- 15 (Der, Reira y Rebeka):
Der, de pronto varios animales se pegan a ti, pero cuando lo hace el extraño sapo, de la flor a su espalda salen unos látigos verdes que se agarran a la rapa de un árbol, despegándose. Al parecer Gangplank está delirando, haciendo retratos de su amor, Reira. Incluso en el suelo está la cara dibujada, en grande. En cuanto llegas y traes a los animales, él les ofrece unas brochas para que pinten con él, aunque los animales parecen tener demasiado miedo, sobretodo el erizo extraño.
El sapoperro os persigue hasta la playa y empieza a gruñiros. Al parecer está cabreado por llevaros a sus compañeros y, en cuanto ve a Der, le lanza un latigazo desde lejos, directo a la pierna derecha.
- 16 (Empa, Deri, Nemo, Amy, Rose):
Todos acabáis llegando a la zona de las llamas. Kyle parece haberse quedado atrás, pero Derian y Empa pueden sentir que está cerca, vigilándoos. Tal vez deberíais tratar de apagar el fuego… Mucho más hacia el sur hay una casa.
- 17 (Kabil):
Te quedas en un barco, solo…
- 18 (Johnny):
El tercer hombre decide quedarse en el barco con el médico, ya que debe curar unos mecanismos de su cuerpo, así que solo estás tú. El médico se dirige a ti. – Parece que deberás ir solo, ahí abajo hay una barca.
Entonces puedes ir hacia el desierto, adentrarte entre las dunas de arena fina y aquel calor.
- 19 (Akashi):
Tras introducir el colgante, la nieve delante de ti comienza a abrirse, literalmente. Una grieta en el suelo se forma, haciendo que la nieve que se está derritiendo poco a poco, caiga por un enorme hueco de 5x5 metros. Ante ti, unas escaleras de roca. Están cubiertas de musgo verde, al igual que las paredes, que también son de roca. En el suelo, a los lados, puedes ver velas que se encienden mientras pasas y si avanzas por ese camino, llegarás a una sala.
Dicha sala es grande, enorme. Puedes ver que hay estanterías, con viejos libros y cazos de madera, entre otras cosas. Delante de ti, en el suelo, en medio de la sala, hay una roca enorme con forma de serpiente. Parece que se hubiese caído al suelo desde lo alto, y está un poco rota. Toda la sala está hecha de roca, con algunas plantas y musgo…
Puedes investigar la zona, o seguir de frente, por un pequeño pasillo que hay al fondo.- Estética:
- http://www.scharesoft.de/loesungen/images/skyrim_dungeon_quests_eine_schriftrolle_fuer_anska_02.jpg
- 20 (Teobaldo):
Estás solo en la cabaña… Aunque al menos no pasas frío.
- 21 (Keth):
Al comerte aquella fruta extraña, al principio parece que está bien, pero de pronto tus tripas rugen como si rechazasen aquello. Como si nada, un sabor amargo y asqueroso te viene a la boca, haciendo vomitar un charco de lo que parecen ser babas. De pronto todos ponen sus ojos en blanco y se apartan de ti. Notas un dolor en tu cuerpo y piel, y miras tus manos. Son de un color gris-verdoso, cubiertas por babas. Tu piel y carne parecen ser como de gelatina o algo raro y notas que tu altura aumenta unos centímetros.
Tus ojos… Tus ojos son extraños, tienes una visión más amplia y parece que puedes moverlos a voluntad, incluso mirar tu cara que ahora… Ahora parece la cara de un caracol. Todo es tan raro, aquello que has comido no era una fruta normal… Ni mucho menos. Y para colmo no parece ser que puedas volver a tu forma humana… Al menos por ahora.
El hombre simpático de antes está contra una pared, temblando de miedo, mientras los otros se han desmayado. Te mira con una cara disgustada, mientras sujeta entre sus manos una daga… - ¡¿Qué-Qué eres, monstruo?!- Tu físico actual:
- http://orig02.deviantart.net/d497/f/2009/185/a/e/hombre_caracol_by_ghostsymphony.jpg
- 22 (Kuroi y Kaede):
Subís por las escaleras en busca de algo que llevaros a la boca, pero el padre se queda abajo, tapando los ojos a su hijo mientras se queda embobado con el poster, como si estuviese hechizado.
Llegáis arriba. Hay una sala igual de grande que la anterior y al fondo, sobre una mesa, una fruta. Parece una especie de granada (fruta, no explosivo), de color roja. Tiene unas manchas circulares extrañas de color azules con borde dorado. Tal vez sea bueno comerla… O tal vez no. ¿Quién sabe de qué se trata? Es extraña, sin duda. Por si fuera poco también hay aparatos viejos y llenos de polvo.
NOTA: No hay sótano, así que vais hacia arriba.
- 23 (Pato):
Tras pulsar el botón la puerta comienza a abrirse hacia un lado. Hay un pasillo blanco e iluminado. La gyojina guarda su daga, la cual había sacado por si las moscas. – Parece que por una vez haces algo bueno.- Dice mientras camina por el pasillo.
Al fondo hay algo que nadie se espera… Un hombre de pelo corto y rubio, con un flequillo largo y azul que rodea casi su cabeza. Tiene unas gafas y viste como si fuese un científico. Parece que está leyendo una libreta que tiene en la mano. – Mm… Al parecer en la lista no están vuestros nombres… Parece que no tenéis hora para entrar a consulta, así que debéis iros, o acabaréis como el otro tipo. – Dice sin despegar ojo de la libreta.
De pronto os apunta con la otra mano, la derecha, y de su palma salen disparadas agujas de cristal. Varias de ellas impactan sobre la jovencita que permanece callada, dejándola en el suelo inconsciente. Otra impacta en el hombro derecho de la Gyojina y las demás las desvía con la daga, aunque al parecer… Algunas de ellas se dirigen hacia ti. Van directas a tus hombros, cuatro agujas a cada uno.
La gyojin te mira con rabia mientras empuña la daga. – Retiro lo dicho… De nuevo la has cagado.
https://www.onepiece-definitiverol.com/t14989-batalla-en-el-subterraneo-blanco-pato#148704
- 24 (Drake Ray):
Sigues peleando.
- 25 (Rocket y Xanxus):
¿No tenéis hambre? Esas manzanas no parecen podridas como las otras, y al parecer habéis tenido un largo viaje… Tal vez sea hora de pararse a reposar energías y comer…
- 26 (Acaelus):
No hay nadie que parece que pueda salvarte…
- 27 (Drako y Saske):
Empezáis a sentiros cansados… Y las llamas se acercan a vosotros
- 28 (Drake Kyra):
Empiezas a marearte… Tal vez sea te tanto ver las pantallas.
- 29 (Esmejit):
-¿Qué haces? No sabemos para qué son esos botones… - Dice la chica de la pistola mientras acercas tu dedo a ellos, pero ya es demasiado tarde. Has pulsado el botón azul. Parece que no ocurre nada, o eso creéis. Por donde habéis venido, se cierra una puerta. La chica te mira con los ojos abiertos. - ¿Ves? Te lo advertí.
Entonces del techo empieza a caer agua fresca, como si de un sistema antincendios se tratase. Al apretar el segundo botón, las jaulas de los animales se abren, pero estos no se atreven a salir de su madriguera. El último botón abre la puerta delante de ti. – Vaya, tampoco ha sido para tanto… - Dice el joven. Levantan a la muchacha de pelo verde y la llevan, aunque esta sigue inconsciente. Delante de vosotros hay un pasillo y al final un panel con números, que parece estar conectado a una puerta. La chica de la pistola se acerca y comienza a investigar. De su bolsillo saca un aparato extraño que conecta al panel y, después de unos minutos, comienza a escribir un código, abriendo la puerta.
Hay una sala totalmente blanca, con escritorios en fila y encima, ordenadores. El problema es que esa sala no está vacía en cuanto a personas, ya que en cada ordenador hay un científico sentado. Todos os miran, son unos diez. Estás sorprendidos de veros ahí, aunque nadie dice nada.
La chica de la pistola saca su arma y empieza a apuntar a todos, sin dejarse ni uno. – Bien, chicos. Decidme donde está el arma y nadie saldrá herido. – Dice seria y decidida. Uno de aquellos tipos se levanta con un destornillador en la mano y empieza a correr hacia la joven, que sin dudarlo le dispara al hombro, haciendo que caiga al suelo y suelte la herramienta. – Parece que no me habéis entendido… Comenzad a hablar.
Los científicos levantan las manos, asustados, y uno de ellos, el que está más cerca de vosotros, comienza a balbucear, pero no se le entiende nada.
- 30 (Roy):
Al activar la visión nocturna puedes ver que la cueva va hacia abajo. No hay mucho, tan solo hay oscuridad. Cada vez se va ensanchando más y más cuando de pronto empiezan a salir murciélagos disparados, saliendo al escucharte. Entonces, delante de ti, puedes ver algo horrible. Un murciélago aún más grande que los demás en una especie de caverna oscura y grande. De pronto te mira con rabia y empieza a lanzar ondas cortantes hacia ti, directas a tus hombros. Parece enfadado
https://www.onepiece-definitiverol.com/t14991-batalla-en-la-caverna-roy#148706
- 31(Kaito, Edward y Sinclair):
Seguís peleando.
- 32 (Rong):
Sigues peleando
- 33 (Rowan y Eoghan):
Eoghan, has conseguido una fruta realmente extraña, que no eres capaz de conocer por muchos años que lleves de cocinero…
Subís arriba y encontráis algo alucinante. Es una segunda habitación, pero está vacía… Lo único que se puede ver es una palanca al lado de una ventana, pero nada más. Hay un extraño olor a pólvora en el lugar y extrañamente, en esa habitación hace más calor que en la de abajo… Es realmente extraño.
- 34 (Desconocido):
Alguien viaja por el cielo de una u otra manera, pocos pueden verlo, pocos pueden sentirlo.
- 35 (Angle):
Al dar un golpe a una de las piedras que tapa la entrada, creas una onda explosiva enorme que te lanza hacia atrás. Por suerte no te has quemado ni nada y gracias a eso la entrada ha sido desatascada. Muy bien, parece que sin estudiar fontanería, se te da bien desatascar cosas.
Es un hueco de tres metros de radio, aunque parece que el gigante no va a poder salir. Todos están sorprendidos, boquiabiertos, con los ojos como platos. El grandullón con gorra se acerca a ti y te ofrece el arma que había cogido él. Es un guante negro con pinchos. – Toma, te lo cambio si quieres. Tal vez no te guste tener una katana rosa. – Dice mientras sus ojos brillan como monedas al mirar tu nueva arma.
Parece que podéis salir, eso es bueno, aunque el gigante no puede. – Con cuidado deber ir. – Dice mientras ve a varios de vuestro grupo que va saliendo de la cueva.
- 36 (Sandor):
El semigigante te sigue amenazando… Vas a morir.
- 37 (Sbun):
-Hermosa tarde de verano… Este rico té aviva mis sentimientos. El calor… El sol iluminando mi frente ahora… - Entonces tras esas palabras mira al cielo, o mejor dicho, al techo. Está algo molesto ya que frunce el ceño. - ¡¿Quién cojones ha puesto un techo en mitad de la nada?! ¡Me está tapando la maravillosa vista!
Tras gritar como un loco, lanza el té imaginario contra la pared y se levanta del suelo. Se sacude las rodillas y el trasero. Levanta la cabeza y su brazo derecho, apuntando al techo con la palma de la mano. De pronto esta comienza a brillar como si de una bombilla se tratase. –Beam. – Dice con una voz seria.
Un potente láser sale de la palma de la mano, atravesando el techo, uno tras otro… Al parecer el edificio tiene más de una altura, ya que desde el pequeño hueco que ha abierto se puede ver, a la lejanía, el cielo…
El hombre sin preguntar suelta un suspiro y comienza a estirar sus piernas y brazos. Entonces te lanza una mirada pícara, acompañada de una leve sonrisa de medio lado, no muy confiable. Lucus salta con gran potencia, entrando por el hueco del techo y aterrizando en la planta superior, aunque dejas de verle. De pronto unas escaleras bajan del techo, hechas de cuerda… ¿Sería bueno subir?
- 38 (Xiba):
El capitán te mira de arriba abajo tras tus palabras. – Tal vez tengas razón… Estos reclutas son unos novatos. – Entonces te quita las esposas. – Corre, no quiero volver a verte. La próxima vez quedarás encarcelado.
Al parecer te está dando la oportunidad de escapar. Tal vez puedas aprovechar y huir. Al norte hay unas montañas y entre medio, una grieta. Al noreste un bosque. Elige.
- 39 (Joseph):
El bicho extraño te mira con rabia, y te lanza un poderoso golpe directo a las costillas derechas. Va en horizontal, hacia ti, con la viga de metal. Parece que no va a dejarte pasar.
https://www.onepiece-definitiverol.com/t14992-batalla-contra-el-bicho-raro-joseph#148707
- 40 (Quién sabe):
Nadie sabe quién es, pero viaja desde el cielo por un lugar nevado. Sus tripas rugen con fuerza y está algo cansado.
- 41 (Alguien):
Algo vuela entre la niebla naranja y caliente. ¿Qué será?
- 42 (Mercedes):
De pronto puedes ver un árbol frutal. Es de corteza blanca y hojas amarillas. Destaca entre todo lo demás, ya que sus frutos son una especie de plátanos con forma de manzana. Te será difícil coger alguno, ya que están a una altura considerable. Aunque tal vez, si zarandeas el pequeño tronco… Caiga una u otra fruta.
- 43 (Maximillian):
Entonces, cuando tocas, escuchas un ruido. Las plantas empiezan a moverse y de ellas sale un animal. Es una especie extraña, amarilla, de pelo puntiagudo y pelaje blanco alrededor del cuello. Tiene unas orejas largas y puntiagudas, y cuatro patas. Empieza a gruñirte al escucharte y se pone en posición agresiva. De pronto lanza un rugido aterrador, haciendo que de su boca salgan pequeños rayos eléctricos que se dirigen a tus piernas.
https://www.onepiece-definitiverol.com/t14993-batalla-contra-la-bestia-electrica-maximillian#148708
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El pequeño grupo de marines continuó su camino, abandonando el mar para sustituirlo por un espeso bosque. La mano del azabache permanecía cerca de la empuñadura de Astartea, alerta por lo que pudiera aparecer en el camino. Ya habían tenido que enfrentarse a anfibios mutantes, nada les aseguraba que no hubiese más de esas cosas rondando. De hecho, era lo más probable. Por suerte para ellos la lluvia había cesado y la espesa niebla se había esfumado, volviendo a sentir una temperatura normal, ni extremadamente cálida ni demasiado fría, perfecta para mantener las energías. Justo entonces una réplica del terremoto sacudió la isla, mucho mayor que la otra vez. Sin embargo, no todo acababa ahí. No era un simple terremoto, la isla estaba comenzando a... ¿Flotar? Tierra y parte del mar cercano a esta comenzaron a ascender al tiempo que una extraña cúpula parecía rodear la isla entera. Se vio obligado a desenvainar su sable y clavarlo en el suelo para mantener el equilibrio al tiempo que le entraban náuseas. "Esto solo puede pasarme a mí." Había tenido la mala suerte de toparse con uno de sus mayores odios: "volar". ¿Por qué diablos se estaba alzando la isla? Por suerte para él, aquél desplazamiento tan solo duró unos minutos y una vez se estabilizó los mareos cesaron.
- Pero... ¿Cómo cojones puede flotar una isla? -carraspeó, aún con un ligero temblor en el cuerpo mientras trataba de envainar a Astartea, con algo de dificultad. Por un momento había aflorado su verdadero carácter aunque, debido a la situación, supuso que no le resultaría extraño al capitán.
Tras eso continuaron el camino. Kuro activó su mantra para tratar de percibir si había presencias cercanas a ellos además de para estar preparado si les atacaban por sorpresa. Y, siendo redundante, vaya si se llevarían una sorpresa. Un enorme pájaro pasó volando por encima de ellos, pero no un pájaro cualquiera. El condenado debía de rondar los tres metros de altura, cosa que pudieron apreciar con claridad cuando se posó en el suelo, justo en frente de ellos, chillando y adoptando una pose amenazante, como si les estuviese advirtiendo de algo. Tanto el recluta como el capitán parecían dispuestos a entablar combate y él, por lo que pudiera ocurrir, desenvainó ambos sables. Sin embargo, algo llamó la atención del azabache: unos chillidos que provenían de los árboles. No podía ser una coincidencia que aquella cosa tratara de frenarles mientras se escuchaba aquello.
- Capitán, no será una buena idea. Creo que sé por qué se comporta así -dijo sin moverse del sitio, tratando de no realizar movimientos bruscos para no asustar al pajarraco- Su nido debe de estar cerca de aquí, junto a sus crías... Tal vez deberíamos dar un rodeo. Si nos alejamos es probable que nos deje en paz.
No estaba seguro al cien por cien de aquella teoría, pero no se le ocurría ninguna otra explicación. Aunque... ¿Cómo iba a poder encontrarla, si aquellos animales no se asemejaban en nada a los demás que había visto? Tan solo esperaba poder evitar el combate, no llegarían muy lejos si tuvieran que atravesar la isla a base de cortes y puñetazos.
- Pero... ¿Cómo cojones puede flotar una isla? -carraspeó, aún con un ligero temblor en el cuerpo mientras trataba de envainar a Astartea, con algo de dificultad. Por un momento había aflorado su verdadero carácter aunque, debido a la situación, supuso que no le resultaría extraño al capitán.
Tras eso continuaron el camino. Kuro activó su mantra para tratar de percibir si había presencias cercanas a ellos además de para estar preparado si les atacaban por sorpresa. Y, siendo redundante, vaya si se llevarían una sorpresa. Un enorme pájaro pasó volando por encima de ellos, pero no un pájaro cualquiera. El condenado debía de rondar los tres metros de altura, cosa que pudieron apreciar con claridad cuando se posó en el suelo, justo en frente de ellos, chillando y adoptando una pose amenazante, como si les estuviese advirtiendo de algo. Tanto el recluta como el capitán parecían dispuestos a entablar combate y él, por lo que pudiera ocurrir, desenvainó ambos sables. Sin embargo, algo llamó la atención del azabache: unos chillidos que provenían de los árboles. No podía ser una coincidencia que aquella cosa tratara de frenarles mientras se escuchaba aquello.
- Capitán, no será una buena idea. Creo que sé por qué se comporta así -dijo sin moverse del sitio, tratando de no realizar movimientos bruscos para no asustar al pajarraco- Su nido debe de estar cerca de aquí, junto a sus crías... Tal vez deberíamos dar un rodeo. Si nos alejamos es probable que nos deje en paz.
No estaba seguro al cien por cien de aquella teoría, pero no se le ocurría ninguna otra explicación. Aunque... ¿Cómo iba a poder encontrarla, si aquellos animales no se asemejaban en nada a los demás que había visto? Tan solo esperaba poder evitar el combate, no llegarían muy lejos si tuvieran que atravesar la isla a base de cortes y puñetazos.
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Se levantó algo de polvo tras aquel puñetazo, el cual había surtido efecto destrozando la madera con suma facilidad. Sonrió satisfecho por su trabajo y se asomó ligeramente por el hueco, pudiendo ver que se trataba de una especie de "pozo", bastante profundo, cosa que pudo apreciar al percibir una tenue luz en la parte más honda. "Vaya, si que penetraron en el suelo para esconderse... Tal vez fuera para protegerse del extraño clima." Tras esto se apartó y comprobó que todo el mundo estuviese bien. La casa no parecía haber sufrido daño alguno, por lo que los demás integrantes de la tripulación no habían tenido problemas mayores tras haber dado aquél golpe. Además, para su sorpresa, la niebla naranja pareció haberse disipado por completo al igual que el extremo calor. Eso aliviaría notablemente al resto.
- Bueno, ya no os podéis quejar del calor -les dijo en un tono que denotaba cierta malicia, sonriendo de lado.
De repente el suelo y el edificio comenzaron a temblar de nuevo, de forma mucho más intensa que la vez anterior, haciendo que el capitán dragón necesitara apoyar una mano en la pared para no caer sobre el suelo, o peor aún, en el interior del pozo. La caída habría sido bonita y dolorosa a partes iguales. Tras alertar al resto de que se tirasen al suelo o se sujetasen a algo mantuvo la posición durante los minutos que duró el seísmo. ¿Qué narices habría pasado? Por el hueco de la puerta se podía ver cómo una especie de cúpula celeste había envuelto la isla. "Genial, más problemas" se dijo a sí mismo mientras hacía una mueca de desagrado.
- Parece que por ahora no podremos salir de este sitio... Así que no nos queda más remedio que seguir avanzando. Yo iré primero, para asegurarme de que no hay peligro alguno. Os espero abajo.
Y, dicho esto, descendió por el hueco en el suelo agarrándose a los bordes de la escalerilla y dejándose caer, deslizándose por esta tranquilamente. Una vez llegó abajo pudo observar que se trataba de una especie de... ¿Cripta? Parecía bastante antiguo, tanto por el musgo como por la cantidad de polvo que había por todas partes. Unas cuantas tumbas "adornaban" la sala y una extraña puerta circular se mostraba frente a él, con símbolos extraños colocados en mecanismos circulares que parecían poder girarse, así como una especie de ranura para una garra, o algo así. Parecía ser el mecanismo que servía para abrir la puerta y si existía una ranura debía de haber alguna llave, por rara que fuera su forma.
- Podéis bajar, esto está despejado -les dijo, resonando el eco de su voz por todo el conducto. Tras eso echó un vistazo a la sala, preguntándose si aquella cosa se encontraría allí o si estaría en un lugar del exterior. O incluso... Tal vez se encontrase en el interior de aquellas tumbas. En cualquier caso... ¿Qué había ocurrido con aquellas presencias? Mantuvo activado su mantra, tratando de localizarlas mientras esperaba a que el resto descendiese junto a él. Una vez lo hicieran les indicaría que abriesen los sarcófagos y que buscasen en ellos algo que encajase en aquella ranura.
- Bueno, ya no os podéis quejar del calor -les dijo en un tono que denotaba cierta malicia, sonriendo de lado.
De repente el suelo y el edificio comenzaron a temblar de nuevo, de forma mucho más intensa que la vez anterior, haciendo que el capitán dragón necesitara apoyar una mano en la pared para no caer sobre el suelo, o peor aún, en el interior del pozo. La caída habría sido bonita y dolorosa a partes iguales. Tras alertar al resto de que se tirasen al suelo o se sujetasen a algo mantuvo la posición durante los minutos que duró el seísmo. ¿Qué narices habría pasado? Por el hueco de la puerta se podía ver cómo una especie de cúpula celeste había envuelto la isla. "Genial, más problemas" se dijo a sí mismo mientras hacía una mueca de desagrado.
- Parece que por ahora no podremos salir de este sitio... Así que no nos queda más remedio que seguir avanzando. Yo iré primero, para asegurarme de que no hay peligro alguno. Os espero abajo.
Y, dicho esto, descendió por el hueco en el suelo agarrándose a los bordes de la escalerilla y dejándose caer, deslizándose por esta tranquilamente. Una vez llegó abajo pudo observar que se trataba de una especie de... ¿Cripta? Parecía bastante antiguo, tanto por el musgo como por la cantidad de polvo que había por todas partes. Unas cuantas tumbas "adornaban" la sala y una extraña puerta circular se mostraba frente a él, con símbolos extraños colocados en mecanismos circulares que parecían poder girarse, así como una especie de ranura para una garra, o algo así. Parecía ser el mecanismo que servía para abrir la puerta y si existía una ranura debía de haber alguna llave, por rara que fuera su forma.
- Podéis bajar, esto está despejado -les dijo, resonando el eco de su voz por todo el conducto. Tras eso echó un vistazo a la sala, preguntándose si aquella cosa se encontraría allí o si estaría en un lugar del exterior. O incluso... Tal vez se encontrase en el interior de aquellas tumbas. En cualquier caso... ¿Qué había ocurrido con aquellas presencias? Mantuvo activado su mantra, tratando de localizarlas mientras esperaba a que el resto descendiese junto a él. Una vez lo hicieran les indicaría que abriesen los sarcófagos y que buscasen en ellos algo que encajase en aquella ranura.
Max D Dexer
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Había pasado muy rápido como para poder entender como fue que logro hacer tal cosa. Aunque hubiera pasado muy rápido, lo único que pude notar fue que el responsable del gran dolor fue ese dragón naranja cuya sed de sangre la podía sentir en todo mi cuerpo y mas lo sentía en mi brazo izquierdo el cual sin previo aviso fue arrancado de mi cuerpo dejándome simplemente el hombro izquierdo derramando mucha sangre.
-E-Eh?. (Estaba mas que paralizado y con un ardiente dolor proveniente de mi brazo izquierdo el cual ya no estaba allí)
Ocurrió tan rápido que el dolor no se sintió si no después que el desgraciado animal me embistiera con su cola en mi estómago con tal fuerza que me hizo volar unos cuantos metros de distancia o eso parecía. Abrí mis ojos gritando del dolor ardiente que sentía por culpa de aquella bestia y notando poco a poco que la tierra en donde había caído se convertía en un charco de sangre, de mi sangre. Actué rápido, ni siquiera lo pensé, lo único que sabia en ese momento era que si lo que estaba pasando era real no me quedaba mucho antes de desmayarme por falta de sangre.
-Ah... Ah-Ahhh... Jo...der.. (Era tanto el dolor que hasta mi voz se apagaba sin dejarme gritar apropiadamente)
Saque mi camisa que aun se encontraba arriba de mi cabeza, y con ella tape mi brazo izquierdo haciendo un nudo fuerte tratando de cortar la circulación de la sangre hacia afuera. Mientras tanto al mismo tiempo que intentaba tapar mi brazo izquierdo intentaba ponerme de pie y caminar o mas bien correr con todas las fuerza que me quedaban aunque eso duro poco cuando un temblor sacudió toda la isla despojándome de mi equilibrio. Me encontraba en el suelo, con la vista algo decaída por la falta de sangre, pude notar que aquella niebla que tanto me molestaba ya no estaba y que algo estaba rodeando la isla aunque no pude ver bien que era.
-AHHHH!! MALDICIÓN!!. (Un dolor inmenso recorrió todo mi cuerpo al haber apretado mas el nudo que tenia en el hombro, intentándolo tapar para que no saliese mas sangre)
En ese momento de dolor lo único que pude ver fue el cielo, un cielo azul que oscurecía y muchas aves quedándose atrapadas dentro de la isla por algo que parecía encerar la isla. "...Un domo...¿quizás?." Mis pensamientos eran lentos, como si pasara una eternidad para la siguiente palabra... Fue cuando me acorde de algo... De mi destino, ese con el cual todos nacemos. No había que ser inteligente para saber que el mio no se terminaría en ese lugar, comido por un dragón de un color naranja afeminado. Agarre mi katana para apoyarme, levantarme...Y correr.
-Ahhhhhhhh!!!!. (Con tropiezos pero aun así corría y corría con furia y enojo extremo en mi rostro)
Pero, ¿porque mi enojo? Porque el dolor que sentía no era solo mi brazo si no que también me empezaba a doler el estómago que había sido golpeado por la cola de aquel animal y ademas como si fuera poco perder lentamente la vista estaba sintiéndome mareado por la perdida de sangre. Todo eso por la culpa de un monstruo afeminado...La pregunta en realidad seria...¿porque no estar enojado cuando intentan quitarte tu destino?
Y si te estabas preguntando cual seria mi plan, aunque tenia varios, el mas sabio de todos los planes y el que escogí fue "correr". Y si no te lo estabas preguntando...Valla que eres inteligente.
-E-Eh?. (Estaba mas que paralizado y con un ardiente dolor proveniente de mi brazo izquierdo el cual ya no estaba allí)
Ocurrió tan rápido que el dolor no se sintió si no después que el desgraciado animal me embistiera con su cola en mi estómago con tal fuerza que me hizo volar unos cuantos metros de distancia o eso parecía. Abrí mis ojos gritando del dolor ardiente que sentía por culpa de aquella bestia y notando poco a poco que la tierra en donde había caído se convertía en un charco de sangre, de mi sangre. Actué rápido, ni siquiera lo pensé, lo único que sabia en ese momento era que si lo que estaba pasando era real no me quedaba mucho antes de desmayarme por falta de sangre.
-Ah... Ah-Ahhh... Jo...der.. (Era tanto el dolor que hasta mi voz se apagaba sin dejarme gritar apropiadamente)
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-AHHHH!! MALDICIÓN!!. (Un dolor inmenso recorrió todo mi cuerpo al haber apretado mas el nudo que tenia en el hombro, intentándolo tapar para que no saliese mas sangre)
En ese momento de dolor lo único que pude ver fue el cielo, un cielo azul que oscurecía y muchas aves quedándose atrapadas dentro de la isla por algo que parecía encerar la isla. "...Un domo...¿quizás?." Mis pensamientos eran lentos, como si pasara una eternidad para la siguiente palabra... Fue cuando me acorde de algo... De mi destino, ese con el cual todos nacemos. No había que ser inteligente para saber que el mio no se terminaría en ese lugar, comido por un dragón de un color naranja afeminado. Agarre mi katana para apoyarme, levantarme...Y correr.
-Ahhhhhhhh!!!!. (Con tropiezos pero aun así corría y corría con furia y enojo extremo en mi rostro)
Pero, ¿porque mi enojo? Porque el dolor que sentía no era solo mi brazo si no que también me empezaba a doler el estómago que había sido golpeado por la cola de aquel animal y ademas como si fuera poco perder lentamente la vista estaba sintiéndome mareado por la perdida de sangre. Todo eso por la culpa de un monstruo afeminado...La pregunta en realidad seria...¿porque no estar enojado cuando intentan quitarte tu destino?
Y si te estabas preguntando cual seria mi plan, aunque tenia varios, el mas sabio de todos los planes y el que escogí fue "correr". Y si no te lo estabas preguntando...Valla que eres inteligente.
Lykanrock94
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Había conseguido reventar al maldito topo que me había echo perder tanto tiempo. Yo estaba bastante herido por el combate. Y estaba sangrando, aunque no en abundancia como para desangrarme. Al poco tiempo llegó una de las mujeres que había tenido a mi cargo, era la chica rubia que vino llena de sangre y balbuceando que todos habían muerto.
Me tiré al suelo de rodillas y di un puñetazo al suelo, lamentándome y echandome la culpa de que hubieran muerto todos.
- T-todo esto es culpa mía. Yo las envié a una muerte segura por mi incompetencia.
Me levanté, cogí a hombros a la chica rubia y fui en busca de Drako. Teníamos que encontrarle aunque no sabía por donde debía buscar. Iría a ciegas a buscarlos.
Mientras avanzabamos, giré un momento la cabeza y le dije a la chica:
- No te preocupes, yo te protegeré. Sois mis compañeros de la Marina y el día que no pueda proteger a esos compañeros, pondré mi cargo de Teniente Comandante a disposición del los Altos Cargos, de si debeíian relevarme de mi puesto o no. Pero mientras tanto, vayamos a encontar al Vice-Alimante Drako.
Decía mientras llevaba a cuestas a la chica, la cual esba a sangrando y no podía permitir que siguiera andando en ese estado.
Me tiré al suelo de rodillas y di un puñetazo al suelo, lamentándome y echandome la culpa de que hubieran muerto todos.
- T-todo esto es culpa mía. Yo las envié a una muerte segura por mi incompetencia.
Me levanté, cogí a hombros a la chica rubia y fui en busca de Drako. Teníamos que encontrarle aunque no sabía por donde debía buscar. Iría a ciegas a buscarlos.
Mientras avanzabamos, giré un momento la cabeza y le dije a la chica:
- No te preocupes, yo te protegeré. Sois mis compañeros de la Marina y el día que no pueda proteger a esos compañeros, pondré mi cargo de Teniente Comandante a disposición del los Altos Cargos, de si debeíian relevarme de mi puesto o no. Pero mientras tanto, vayamos a encontar al Vice-Alimante Drako.
Decía mientras llevaba a cuestas a la chica, la cual esba a sangrando y no podía permitir que siguiera andando en ese estado.
D.Mercedes
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De pronto un terremoto comenzó a sacudir la tierra, yo me tumbe hasta que el terremoto cesó entonces la isla comenzó a elevarse y algo parecía aparecer alrededor de la isla, mientras que miles de aves sobrevolaban la isla, me quedé atónita hasta unos segundos que volví en mí.
Me levanté y comencé a andar hasta que vi un árbol que parecía frutal, aunque una especie que nunca había visto, corteza blanca y hojas amarillas, sin olvidar mencionar sus frutas, parecían plátanos y a la vez manzanas, pero tenía algo de hambre así que decidí coger una aunque sea para probar, no creo que pase nada malo, ¿no?.
Intente escalar el árbol, pero en vano, después me abracé al árbol intentando subirlo pero caí enseguida, mientras me soplaba los muslos me había raspado con la madera, me quejaba mientras me tocaba los muslos.
Así que dije en voz baja:
-¿Y como se supone que puedo coger uno? jajaja
Quizás estaba pensando de una forma equivocada, y si yo no tenía que subir sino el fruto bajar, claro zarandearé un poco el arbol haber si cae alguna.
Me coloqué enfrente del árbol y comencé a zarandearlo.
Me levanté y comencé a andar hasta que vi un árbol que parecía frutal, aunque una especie que nunca había visto, corteza blanca y hojas amarillas, sin olvidar mencionar sus frutas, parecían plátanos y a la vez manzanas, pero tenía algo de hambre así que decidí coger una aunque sea para probar, no creo que pase nada malo, ¿no?.
Intente escalar el árbol, pero en vano, después me abracé al árbol intentando subirlo pero caí enseguida, mientras me soplaba los muslos me había raspado con la madera, me quejaba mientras me tocaba los muslos.
Así que dije en voz baja:
-¿Y como se supone que puedo coger uno? jajaja
Quizás estaba pensando de una forma equivocada, y si yo no tenía que subir sino el fruto bajar, claro zarandearé un poco el arbol haber si cae alguna.
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